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Carrera de Historia
Esta investigación, que se plantea como disertación del nivel de pregrado universitario en la
Carrera de Historia, de la Facultad de Ciencias Humanas, busca establecerse dentro de la
temporalidad de mediados de siglo XX. Específicamente desde la década de los cincuenta
hasta la de los ochenta, en la cual se manifiesta una de las tendencias teóricas más
importantes de la arqueología ecuatoriana. Esta tendencia es el difusionismo, que consiste
en una forma de hacer arqueología que era característica de la época estudiada. .
El difusionismo fue una corriente teórica que buscaba la relación de dependencia entre las
culturas aborígenes pre-coloniales, y cumplía con los parámetros del método inductivo, es
decir; ir de lo particular a lo general. Método en el cual jugaba un importante papel la
interpretación y la especulación teórica. Se puede afirmar que no cumplía con los
parámetros de una ciencia totalmente objetiva, pero el difusionismo sí contaba con su
propia metodología e innovaciones técnicas que fueron heredadas por la arqueología
posterior.
Al ser ésta una disciplina que lucha por defender su cientificidad, a mediados de siglo XX,
se manifiesta una etapa en la cual se busca abandonar ciertos mitos del pasado y de la
historia del Ecuador. Aparecen los primeros intentos de desarrollar una disciplina
arqueológica metódica, teórica y conceptual, lo cual, en nuestro país fue un cambio
revolucionario.
Desde inicios de siglo, se evidenciaba la intención de hacer arqueología de una forma más
seria, ya sea con representantes como Jacinto Jijón Y Caamaño, quienes tenían colecciones
arqueológicas, pero carecían de un método totalmente científico. La arqueología en el
Ecuador es una disciplina que se ha desarrollado de forma ciertamente tardía, aunque los
primeros indicios de su práctica surgen desde la segunda mitad del siglo XIX, con los
aportes de González Suarez quien fundó en 1906 “La Sociedad Ecuatoriana de Estudios
Históricos Americanos. Jacinto Jijón y Caamaño fue el primer arqueólogo ecuatoriano en
establecer un orden sobre las culturas prehispánicas con su obra “Antropología
prehispánica del Ecuador”. (De Saulieu. 2006. 13)
Luego de varias décadas, aproximadamente desde los años cincuenta, es que surgirían las
técnicas que permitieron que los arqueólogos pongan su atención en vestigios de distintas
características, como vasijas, alfarería y objetos de la vida cotidiana, ya no interesaba tanto
su valor material o de colección, sino aspectos como la antigüedad y la relación existente
entre las culturas. El desarrollo de técnicas como Carbono 14 para medir la antigüedad, y
el método Ford para la seriación y cronología, permitieron que sea mucho más beneficioso
para la disciplina clasificar los vestigios desarrollando categorías que vinculen las
relaciones entre las culturas aborígenes, en una suerte de difusionismo cultural.
Al desarrollarse esta forma de sociedades científicas, las teorías que surgían en dicha época
hallaban sus debates, sus aliados y oponentes. Dentro de este aspecto de la historia de la
arqueología es que surge una relación intrínseca entre ciencia y sociedad. Esta relación es
una categoría que efectivamente puede ser analizada desde los conceptos de la Historia de
la Ciencia, que es una tendencia historiográfica que surgió desde la década de los sesenta
del siglo XX. Se caracteriza principalmente por estudiar el aspecto social del desarrollo de
las ciencias, y encuentra su objeto de estudio en las relaciones o vínculos sociales que se
dan dentro de los procesos que legitiman a una ciencia y a sus teorías en relación a las
comunidades e instituciones que las desarrollan.
Uno de los principales aportes de mi investigación sería; brindar una primera aproximación
desde ciertos conceptos específicos de la Historia de la Ciencia hacia los debates que se
dieron en la Historia de la Arqueología durante mediados de siglo. Es necesario tomar en
cuenta a la arqueología ecuatoriana como una ciencia joven, que durante los años setenta
vive un proceso de profesionalización académica dentro de un contexto nacional. Se debe
también aclarar que todos los conceptos y aspectos mencionados en el presente texto, serán
profundizados y extendidos durante el desarrollo de la disertación, más lo que se intenta
con este trabajo parcial es definir la relación de las fuentes utilizadas con el tema de
investigación.
Tema, delimitación, planteamiento de la pregunta central
El tema se centra en los debates teóricos que se dieron dentro de las comunidades
científicas que eran partidarias de la tendencia arqueológica del difusionismo y sus
representantes, quienes, durante la época de los años cincuenta hasta finales de los ochenta,
llevaron a innovar tanto teórica como metodológicamente a esta disciplina y promovieron
su desarrollo como una nueva profesión científica en nuestro país.
El objetivo principal de este trabajo es definir de qué forma puede lograrse una
aproximación teórica y conceptual desde la historia de la ciencia hacia un estudio
específico de una etapa de la historia de la arqueología. Los objetivos específicos del
trabajo vendrían a consistir en primeramente definir los conceptos y la metodología para el
análisis desde la utilización de las obras de los principales representantes de la tendencia
historiográfica aplicada. Historiadores como; el francés Bruno Latour y el estadounidense
Thomas Kuhn, quienes hablan de los paradigmas científicos y la formación de sociedades
científicas.
El propósito de esta parte es iniciar el aproximamiento hacia los debates teóricos desde un
panorama general de la situación social, nacional, e institucional de la disciplina, para luego
poder definir con mayor detalle las relaciones entre los principales representantes de la
tendencia difusionista. Por ejemplo; se conoce que el Padre Pedro Porras Garcés,
arqueólogo ecuatoriano, cura josefino, perteneciente a la PUCE, fue formado y apoyado por
Meggers y Evans. Porras profundizaría sus estudios y expediciones centrándose en la
Amazonía ecuatoriana. También intentó enfocarse en la antigüedad de los vestigios
amazónicos, que consideraba eran tan antiguos como los de las otras regiones como la
Costa y la Cordillera de los Andes. (Porras, 1971; 8)
Por último, se procederá a concluir de qué forma fue provechosa la relación entre la
metodología de Historia de la Ciencia con la tradicional Historia de la arqueología, de qué
manera fue factible una primera aproximación entre estas dos tendencias historiográficas y
sus conceptos, y qué tipo de relaciones y debates académicos pudieron evidenciarse durante
el proceso de legitimación y profesionalización de la arqueología como disciplina científica
Así como se procederá a aclarar los temas y aspectos de la investigación que han quedado
pendientes para otras ocasiones. Como es el caso de la relación entre el difusionismo y la
arqueología procesual que se desarrollaría desde los años ochenta, son temas de gran
importancia pero que no se engloban en el análisis presente.
Surge el uso del recurso de la “retórica” para lograr convencer a los miembros de la
comunidad por medio de referencias científicas como artículos, textos, e investigaciones
que ya no son cuestionadas sino que sirven como apoyo para una nueva propuesta. Dicha
retórica es otro de los conceptos de Latour que permiten diferenciar las formas discursivas
que son utilizadas durante un debate teórico. (Latour, 1992:25).
Por el lado de Kuhn es mucho más complejo, ya que la visión de la teoría de las
Revoluciones Científicas se concentra en procesos mucho más amplios. La misma idea de
revolución científica habla de cambios y rupturas de gran magnitud. Se encuentran
conceptos clave como el de paradigma científico, que en el caso de mi análisis utilizaré de
una forma mucho más sutil y dentro del contexto histórico. Aunque también existen
paralelismos conceptuales con la teoría de Latour, lo cual puede ser beneficioso para
profundizar más en el análisis y tener distintas visiones de un mismo tema.
Conceptos como los de ciencia normal (Kuhn), que vendría a asimilarse con el de ciencia
madura (Latour), se habla sobre el discurso científico y la credibilidad sobre el mismo. La
relación entre ciencia y sociedad, también se habla de la experimentación y la relación con
la naturaleza. Existen también otros conceptos de la teoría de Kuhn que pueden ser de
utilidad; como el de “enigma científico” que habla de los problemas que conciernen a la
ciencia, y otros que salen del paradigma y son ignorados. (Kuhn, 1968; 53)
La idea de revolución vincula tanto el sentido científico como el de su uso en la política, y
la “crisis” que se produce dentro de la comunidad y que precede a una revolución científica,
tiene varias similitudes con la controversia en Latour. La crisis y la controversia son
conceptos similares en ambos autores y expresan el sentido social del debate previo a una
revolución científica o a la validación de una teoría como verdad científica. (Kuhn, 1962; 71)
Pero lo que nos permite la historia de la ciencia y sus conceptos es lograr tener una visión
amplificada de los cambios, de la relación entre la ciencia y la sociedad que la legitima, así
como también de los vínculos y asociaciones que se efectúan entre los actores al momento
en el cual se abre la “caja negra”.
Contextualización espacio-temporal
Aunque el contexto no conlleva tanta complejidad como los debates científicos, el mismo
es necesario para entender la temporalidad en la cual se inicia el proceso mencionado, y los
espacios en los cuales se manifestaron los actores. Ya que lo que preocupa no es tanto la
arqueología como una ciencia aislada, sino el debate entre teorías y comunidades científicas
que llevaron a la arqueología a ser una ciencia madura.
Al darse una aproximación hacia los actores o científicos, y las relaciones o vínculos
desarrollados entre ellos, en ese punto es que se evidencia la dinámica del desarrollo de la
ciencia, ya que la ciencia en acción no es un producto claro y definido, sino que se
manifiestan los debates, conflictos y la controversia en una lucha por la legitimación. Y
esto solo se define al evidenciar las circunstancias en las cuales nace una nueva teoría, y el
papel de los actores al momento de defenderla ante una comunidad para rechazarla o
adoptarla. Por eso la Historia de la Ciencia se encarga de estudiar la “Caja Negra” pero
solamente cuando esta es abierta y se entrega al debate.
Al interesarse por el desarrollo científico, el historiador parece entonces tener dos tareas
principales. Por una parte, debe determinar por qué hombre y en qué momento fue
descubierto o inventado cada hecho, ley o teoría científica contemporánea. Por otra, debe
describir y explicar el conjunto de errores, mitos y supersticiones que impidieron una
acumulación más rápida de los componentes del caudal científico moderno (Kuhn, 21).
Existe una categoría de producción científica y teórica que termina siendo excluida al no
contar con suficiente apoyo desde una comunidad científica. Según Latour, una teoría o
propuesta que no encuentre su apoyo en una comunidad, está destinada a desaparecer, ya
que lo que se busca no es una teoría absoluta, sino la que más se acerque a la verdad. “El
adjetivo “científico” no se atribuye a textos aislados que se pueden oponer a la opinión de
la mayoría” (Latour, 1992:21). Dentro de esta categoría es que pueden incluirse otras
formas de arqueología difusionista que fueron bastante cuestionadas en la misma época.
Como es el caso de las teorías del señor Juan Moricz, con sus teorías difusionistas que
giraban en torno a las Cuevas de los Tayos. Sitio al cual el Padre Pedro Porras formaría
parte de la expedición ecuatoriano británica del año 1976 hacia los Tayos.
Las teorías del señor Moricz sobre “El origen americano de los pueblos europeos” fueron
todavía más criticadas que las del contacto transpacífico, este es un claro ejemplo de
cuando una teoría difusionista se encuentra escaza de apoyo institucional y en consecuencia
acaba siendo considerada como un simple mito. (Moricz, 1968)
Al interesarse por el desarrollo científico, el historiador parece entonces tener dos tareas
principales. Por una parte, debe determinar por qué hombre y en qué momento fue
descubierto o inventado cada hecho, ley o teoría científica contemporánea. Por otra, debe
describir y explicar el conjunto de errores, mitos y supersticiones que impidieron una
acumulación más rápida de los componentes del caudal científico moderno (Kuhn, 1962;
21).
Índice- Posible estructura de la disertación.
1. Objetivos
2. Introducción
3. Primer capítulo
4. Capítulo dos
I. Un paradigma arqueológico
II. la arqueología del siglo XX en el Ecuador
III. La innovación metodológica
IV. La profesionalización de la disciplina
V. Principales representantes: El legado del difusionismo en el Ecuador
5. Capítulo tres
6. Conclusiones
Listado detallado de fuentes de contextualización espacio-temporal, de fuentes
bibliográficas de soporte teórico-metodológico, y de fuentes históricas.
Fuentes metodológicas
Kuhn, Thomas. (2004) [1962] La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo
de Cultura Económica. pp. 319.
Latour, Bruno. (2007) [1993] Nunca fuimos modernos. Buenos Aires: Siglo veintiuno
editores. pp. 230.
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Traducción: Eduardo Urrutia
Meggers Y., Betty. Evolución y difusión cultural. 1998, Quito-Ecuador: Ediciones Abya –
Yala, pp. 300
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Publicaciones