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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Sede Ecuador
Maestría en Historia

Metodologías historiográficas Francisco Eduardo Urrutia Jiménez

Profesor: Adrián Masters


Introducción
El vino, el pan y el aceite pertenecieron desde hace muchos siglos a la dieta y tradición
culinaria de los españoles. Al descubrir y colonizar las tierras del Nuevo Mundo, la
Corona española trató de asegurar el abasto de estos elementos pertenecientes a la
cultura material ibérica. El vino tuvo una posición privilegiada en la vida sacramental y
religiosa de los colonizadores, y cumplió un papel esencial dentro del proceso
evangelizador, “Wheat bread and wine were central to the ideal Iberian diet, and also
played an important role in both medical and religious thinking” (Earle 2010, 699).

Nueva España (México) fue el primer virreinato en elaborar vino a partir de la


producción de la uva (vitis vinífera). En 1521, Hernán Cortés ordenó sembrar cepas
para la producción vinícola y, posteriormente, las viñas fueron plantadas por misioneros
-existían condiciones climatológicas favorables que constituían una garantía previa de
que dicho cultivo habría de prosperar- (Corona 2004, 28). Durante la época colonial, la
vitivinicultura -conocimiento del cultivo y producción del vino-, apareció en las
crómicas de misioneros, obispos, militares y visitantes de los territorios del Nuevo
Mundo.

La expansión agrícola fue potencializada por el descubrimiento de los centros de


extracción argentífera, como Potosí. Así se conformaron nuevos núcleos poblacionales
que requerían una amplia gama de productos de subsistencia: materias primas, artículos
de consumo como comestibles y bebidas -entre ellas el vino-. Por otro lado, existieron
otros actores involucrados dentro del proceso productivo, como es el caso de los
indígenas, quienes trabajaban la tierra. Fueron “importadas” técnicas agrícolas
innovadoras que potencializaron los cultivos -uso del arado de bueyes con punta de
metal, manejo de la hoz, cultivo del trigo, la trilla y la elaboración de harina en molinos-
(Corona 2004, 8 y 9).

Es interesante evidenciar cómo se efectúa la introducción de elementos de la cultura


ibérica en América, como plantas y procesos productivos que antes no existían dentro
de las comunidades indígenas o españolas, pero que son adoptados por ellas,
reafirmando lo que se denomina como “intercambio colombino” a causa del comercio
intercontinental (Nunn y Qian 2010, 2).

La urgencia de los españoles en sus intentos de aclimatar la vitis vinífera en suelo


americano, con el propósito de elaborar vino, se debió también a que existían serios
problemas en la comercialización y trasportación del vino desde occidente -siendo
Europa un extenso mercado vinícola en expansión- por la perecibilidad del producto. De
esta manera, el cultivo y la explotación de los viñedos en la época virreinal se fue
expandiendo hasta lograr que espacios como la Nueva España y Perú se convirtieran en
potenciales centros productivos, que llegaron a competir e interferir con el comercio
vinícola con el Viejo Mundo, representado por el monopolio comercial de la Corona.

La prohibición de la tenencia y la explotación de viñedos

En 1959, el Consejo de Indias estableció una Cédula real con una legislación general
que prohibía la siembra de viñedos y la producción de vino en la América colonial,
puesto que el aumento de su consumo entró en conflicto con los intereses peninsulares.
Y no solo se prohibió el cultivo de la vid, sino también el de los olivos y se ordenó la
destrucción de los cultivos existentes, excepto aquellos viñedos que fueran para la
Iglesia o dedicados a su servicio.

Este caso histórico en particular -la prohibición del cultivo y producción de vinos- ha
sido referenciado en varias ocasiones por la historiografía agrícola y vitivinícola
tradicional, cuyo enfoque parte principalmente de una perspectiva económica y
estructural. Dicha vertiente busca explicar la causa de la prohibición a partir de
conceptos derivados de una visión económica esencialmente estructuralista, como
monopolio, mercado, competencia, producción, comercialización, etc. Al materializarse,
la explicación generalizada afirma que la prohibición por parte de la Corona tuvo causas
netamente económicas, como la necesidad de monopolizar el mercado vinícola que
estaba siendo potencializado dentro del espacio virreinal, hasta desarrollar una cierta
expansión y autonomía.

Si bien, este caso histórico es abordado por el presente ensayo como eje central de
análisis, se busca también complejizar -mediante otras propuestas teóricas y
conceptuales-, el tema de la prohibición, al sobrepasar las barreras de la visión
estructural y económica -que es comúnmente dualista y unilineal-, hacia la dimensión
cultural, dentro del análisis social; Esto permite hacer visible una multiplicidad de
ámbitos, actores, relaciones, grupos e interacciones que están involucrados dentro del
proceso histórico estudiado.

Esto nos remite al argumento central del ensayo, que plantea que la prohibición de
1595, fue establecida por causas y circunstancias socioculturales que van más allá de
una simple explicación esencialista que hable sobre una dinámica particular, dentro de
la inmensa estructura del sistema-mercado colonial. Por otro lado, como se ha
mencionado, la explicación sociocultural planteada es una herramienta esencial para
complejizar los procesos hacia los diferentes niveles e instancias sociales, como por
ejemplo el papel de diversos grupos humanos, como las órdenes religiosas, los
miembros de la Corona, el clero secular, las autoridades virreinales legisladoras, las
comunidades indígenas, etc.

La interacción entre los grupos humanos permite evidenciar aspectos sociales que se
manifiestan en la vida cotidiana, como intereses, creencias, prácticas, costumbres, que
muchas veces entraron en conflicto dentro del escenario colonial, consecuencia de los
procesos de mestizaje cultural. Ciertamente, se hace visible el caos colonial, vinculado a
las dinámicas agrícolas y productivas. Pero, posteriormente, se podrá entender por qué
el caso del vino es tan especial, y hace posible vincular y dar sentido a toda esta gama
de elementos; el vino vendría a ser, en términos de Bruno Latour, un “actor no humano”
que circula por diversos espacios y niveles de la sociedad colonial.

Gracias a estas aproximaciones metodológicas será posible hacer cada vez más visible
la hipótesis sobre el caso estudiado; dicha hipótesis plantea que la prohibición sobre el
cultivo y producción del vino en la América colonial, no fue establecida solamente para
responder a los intereses económicos de la Corona, sino también por conflictos
culturales que estaban teniendo lugar dentro del escenario colonial, y que fueron
producto del mestizaje y encuentro entre dos culturas: la occidental y la americana
(Verena 2009).

Conflictos culturales en torno al vino

Dicho conflicto se verá plasmado en las contrastantes prácticas culturales que giran en
torno al vino; por un lado, tenemos al vino como uno de los elementos esenciales de la
práctica sacramental de la Iglesia católica en los procesos evangelizadores, “The
Catholic Church's position on the composition of the Eucharist was thus clear: only
wheat bread and grape wine had the potential, to become the body and blood of Christ.”
(Earle 2010, 699). Y, por otro lado, tenemos al vino -junto a otros tipos de bebidas
alcohólicas coloniales, tales como la chicha o el pulque (vino de plantas)-, como
elemento ritual esencial en las tradiciones y festividades de los nativos indígenas, las
cuales sufrieron procesos de hibridación a causa de la evangelización.
Estas festividades indígenas -que se asemejaban más a las bacanales dionisiacas del dios
del vino -, se caracterizaban por el éxtasis ritual, percibido como la mayor expresión del
paganismo e idolatría por parte de la cultura católica colonizadora. En la perspectiva del
uso del vino por parte de la cultura nativa e indígena, los textos de la historiadora y
antropóloga Berta Ares serán de gran utilidad (2005). A pesar de que el concepto de
hibridación es metodológicamente cuestionable -como explican Dean y Leibsohn
(2003)-, en esta ocasión es un concepto adecuado para explicar el mestizaje cultural de
las practicas rituales en torno al vino, tanto las indígenas como las católicas, las cuales
entran en una conflictividad cuyo origen no es más que cultural y simbólico. De igual
manera, el término hibridación es útil para explicar la combinación y adopción de
elementos que forman parte del proceso de producción vitivinícola y agrícola, y cómo
los indígenas se apropiaron de estos procesos productivos para el consumo y
comercialización del vino, mejorando y potencializando técnicas agrícolas
precolombinas en la producción de las bebidas rituales.

Se puede evidenciar que el choque cultural que se manifestó en torno al consumo


comercial, ritual y simbólico del vino en la América colonial, fue un factor de gran
importancia en la creación de las Cédulas reales, regulaciones y legislaciones impuestas
sobre su cultivo, producción y comercialización, evidenciando que las motivaciones
simbólicos y culturales tienen un peso equiparable a los intereses económicos, lo cual
será desarrollado a profundidad en el presente ensayo.

Tema: “Entre pulperías y evangelizadores: La prohibición del consumo y


producción de bebidas alcohólicas en la Real Audiencia de Quito a fines del
siglo XVI”.

- Objetivo: Repensar el tema del decreto real de la prohibición sobre la


producción vitivinícola desarrollada a finales del siglo XVI -que usualmente ha
sido presentado desde una perspectiva estructural-, “desde abajo”, es decir, a
partir de la cotidianidad e informalidad de la subalternidad, mediante la
aplicación de nuevas categorías de análisis y conceptos, como ejemplo
(Barragán 2020), (Scott 1986).
- Público: Va dirigido a aquellos investigadores que estudien las prácticas
indígenas y subalternas (consumo de productos, rituales, fiestas, celebraciones,
etc.) que hayan sido prohibidas o reguladas por ir en contra de los parámetros
evangelizadores y religioso-católicos del orden colonial, para repensar la leyes,
cédulas reales y decretos como productos que tienen su origen en las demandas,
conflictos y exigencias de varios sectores de la población (desde bajo), más que
continuar el mito de las leyes absolutistas, centralistas, estatistas,
intervencionistas y burocráticas impuestas al pueblo por el imperio español
(Masters 2018, 380).

- Argumento: Según el historiador Adrián Masters (2018), en la creación de los


decretos reales por parte de la Corona española en el Nuevo Mundo, los sujetos
de cualquier origen social pueden introducir y dar forma a las construcciones
legales de la agenda imperial. Esto quiere decir que el origen de cada decreto
real, cuando la Corona emite un decreto, pocas veces lo hace “de arriba
hacia abajo”, en otras palabras, el decreto casi nunca es sui generis; Viene, al
contrario, de una petición o de una serie de peticiones de diversos sectores de la
sociedad colonial (Masters 2018, 393). Otro ejemplo es el texto de Michelle
McKinley (2010).

Análsis tradicional estructural: La prohibición


total viene "de arriba hacia abajo", es decir,
desde los intereses políticos y económicos del
Imperio español. No existe agencia social, es
bidimensional, recepción pasiva de
imposiciones.

Análisis sociocultural: La prohibición viene


"de abajo hacia arriba", es decir, proviene de
las exigencias, conflictos y peticiones de
diversos actores, sectores, estamentos y
grupos sociales (multidimensional), cuyas
demandas influyen en la toma de decisiones
de la Corona.
Pregunta de investigación: ¿Cómo se desarrolló la prohibición del consumo y
producción de bebidas rituales a fines de siglo XVI, partiendo desde una mirada
subalterna en la creación de decretos y cédulas reales en la sociedad colonial?

Hipótesis Se analiza que la prohibición no es la historia completa y que va más


allá del ámbito político o económico. Tampoco se trata necesariamente de una
prohibición total seguida por desobediencia. Se debe entender el complejo
mundo de los decretos, que se divide en las prohibiciones y privilegios en
relación a una diversidad y multiplicidad de grupos y sectores de la sociedad que
interactúan entre sí, como: las órdenes religiosas, las comunidades indígenas, las
autoridades virreinales, etc. Las demandas y exigencias que buscaban la
prohibición o regulación de ciertas prácticas subalternas, en un contexto
evangelizador, partían del conflicto cultural entre varios sectores de la sociedad
y la agencia de sus respectivos actores sociales. Estas relaciones conflictivas,
que se dieron en torno a prácticas subalternas (culturales, religiosas y
económicas), generaron varias demandas que luego tomaron forma de decretos y
cédulas reales.

(Análisis multinivel)
Nivel económico: Producción,
mercado, consumo,
comercialización, monopolio.

Nivel sociocultural: Actores Nivel político y legislativo:


sociales, grupos, conflictos, Cédulas y decretos reales,
intereses, demandas, creencias, concilios, prohibiciones,
discursos, subalternidad, ordenanzas, regulaciones,
clandestinidad, cultura material. denuncias, control.

• “Las Ordenanzas de Quito de 1585 [13] prohíben a los indios


producir chicha y reglamentan su consumo (ver f. 2r. a 2v.). El
Concilio de Lima de 1585 y el Sínodo de Quito de 1594 establecen
castigos muy severos para aquéllos que organicen borracheras o
participen en ellas.”.
• “Estas ordenanzas ruegan a los curas hacer lo posible por evitar este
tipo de reuniones y «borracheras», pero sin impedirles por ello la
celebración del Corpus Christi. La represión de las borracheras es
una constante en la época colonial. a las que se considera como uno
de los enemigos de la religión católica y se asimilan a la idolatría.”
(Ares 1984, 451)
• “Las referencias de la Recopilación, como la Ley XV del Libro IV,
Título XVIII, nos permiten conocer que las sucesivas cédulas que
originaron esta ley (17 de diciembre de 1614; 2 de marzo de 1619;
23 de enero de 1623 y 2 de junio de 1632) prohibían la exportación
del vino de Perú (Corona 2004, 110).”

Bibliografía propuesta

Corona Páez, Sergio Antonio (2004). La vitivinicultura en el Pueblo de Santa María de


las Parras. Producción de vinos, vinagres y aguardientes bajo el paradigma andaluz
(siglos XVII y XVIII), Torreón, Coahuila, Ayuntamiento de Torreón/Instituto Municipal
de Documentación y Archivo Histórico Eduardo Guerra,.

Gayatri Chakravorty Spivak, "¿Puede hablar el subalterno?" Revista Colombiana de


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Verena Stolcke, y "Los mestizos no nacen sino que se hacen.' Avå. Revista de
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http://www.jstor.org/stable/25703506
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Potosí: Rethinking the History of lnformality' and 'Precarity' (Sixteenth to
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Joan W. Scott (1986). "El género: una categoría útil para el análisis
histÓrico," 265-302, en • Marta Lamas, ed., El género, la construcción
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Michelle McKinley (2010), "Fractional Freedoms: Slavery, Legal Activism, and


Ecclesiastical Courts in Colonial Lima, 1593—1689." Law and History Review 28,
no. 3 749—790.

Decidir cuál va a ser la dirección

Un diálogo con otras personas. Limitar la cantidad de diferentes capas y


direcciones.

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