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en debate
1: Racionalidad y conocimiento;
la racionalidad en la ciencia
La racionalidad
en debate
I: Racionalidad y' conocimiento;
la racionalidad en la ciencia
Compilación y prólogo
de Oscar Nudler y
Gregorio Klimovsky
(comp)
E.M. Flichman, QJ. Gómez, M.
C. González, P. Junqueira ómith,
G. Klimovsky, A Moretii,
O. Nudler, G. Palau, V. Rodríguez,
M.H. éabatés, D. óosa
* Fundación Bariloche/CONICET
" Universidad de Buenos Aires/SADAF
el tema se ha vuelto más acuciante y también más polémico,
especialmente a partir de la irrupción de corrientes
cu est ion adoras de la tradición racionalista dominante en la
historia de la filosofía occidental. Por otra parte, la interro
gación acerca de la naturaleza y el lugar de la racionalidad
en diversos ámbitos de la vida humana, desde el de la
creación y el desarrollo científico, artístico y filosófico hasta
el de las prácticas individuales y sociales, particularmente en
los terrenos de la política, el derecho y la moral, adquirió un
carácter más generalizado y sobre todo más radical que en
el pasado. Tanto es así que hablar de la "crisis de la razón",
ya sea para afirmar o dudar de su existencia, se ha vuelto
un lugar común. Una impresionante acumulación de acon
tecimientos y procesos revolucionarios ocurridos durante
este siglo, desde revoluciones científicas y tecnológicas
como la cuántica, la relativista o la informática, hasta re
voluciones artísticas (en música, artes visuales, literatura) y
revoluciones sociales y políticas de signos diversos y
consecuencias profundas, a veces catastróficas, sobre la
vida de los pueblos ha contribuido sin duda a que el tema
de la naturaleza, alcance y usos de la razón haya alcanzado
tan fuerte re'sonancia. Se ha formado así un suelo propicio
sobre el cual han crecido viejas y nuevas polaridades; razón
universal versus razón plural o fragmentada en paradigmas
o "mundos" inconmensurables; razón desapegada y neutral
versus razón "situada”, culturalmente dependiente; razón
esencialmente determinada por su inserción en un cuerpo
versus razón desencarnada, susceptible de ser sustentada
por un hardware mecánico; razón autotransparente versus
razón sometida a determinaciones ideológicas y mecanis
mos inconscientes; razón individual, propia del Pensador
enfrentado en la acción, versus razón ideológica, social
mente construida; razón que se ve a sí misma como per
seguidora o amante de la verdad versus razón escéptica que
utiliza su propio poder para destruir esas pretensiones; razón
puramente instrumental versus razón ponderadora de fines
y valores, etc. Éstas y otras polaridades relacionadas son
materia de análisis y argumentación o se hallan en el
trasfondo de muchos de los trabajos que integran este
volumen. El lector podrá reconocerlas y ubicar las diferentes
contribuciones a partir de su toma de posición en relación
con tan compleja y vital problemática.
Hemos agrupado los estudios que siguen en cuatro
secciones: I. Racionalidad y Conocimiento: Conceptos y
Problemas Básicos; II. La Racionalidad en la Ciencia; III.
Racionalidad y Método en Ciencias Humanas; IV.
Racionalidad, Teoría de la Elección Racional, Razón
Comunicativa.
La primera sección agrupa trabajos donde se analizan
posiciones filosóficas generales en relación con el tema de
la racionalidad. En algunos de estos trabajos el análisis se
centra en un filósofo determinado (Davidson, Rorty, Stich,
etc.) mientras que en otros se recorre un amplio territorio de
la historia de las ideas. Sin embargo, en todos los casos
aparece enfocada la misma problemática de fondo a la que
recién aludíamos.
El estudio inicial, escrito por Plinio Junquiera Smith, es
un intento por aportar al tema de la racionalidad desde una
perspectiva escéptica. Con este propósito Junquiera Smith
defiende la existencia de una similitud entre Sexto Empírico,
Hume y Wittgenstein (a quien por tanto incluye en la tradición
escéptica). Esta similitud consiste en admitir un terreno
pre-filosófico, natural, dotado de una racionalidad que le es
propia y al cual no se extiende la duda escéptica. Al mismo
tiempo el autor, siguiendo al Wittgenstein del Uber
Gewissheit, considera erróneo buscar, como lo hiciera
Descartes, un fundamento a nuestras creencias como
respuesta a la duda filosófica. Tal respuesta implica una
definición dogmática de la naturaleza de lo racional lo cual,
según el punto de vista escéptico, es ilusorio, engañoso.
El trabajo de Oscar Nudler que sigue también aborda la
cuestión de la racionalidad desde el punto de vista de la
relación entre el conocimiento filosófico y el pre-filosófico, en
particular, las teorías acerca del orden del mundo presentes
en forma explícita o implícita en las culturas (cosmologías).
Nudler sostiene, apoyándose en autores como Popper y
Toulmin, que el antiguo vínculo entre filosofía y cosmología,
debilitado a partir de la modernidad, cortado desde Kant y
destruido durante el presente siglo, debería restaurarse. Sin
embargo, esa restauración no incluiría la de la concepción
racionalista de una razón universal, constitutiva y a la vez
juez de teorías, paradigmas y cosmologías, sino que im
plicaría una racionalidad "situada" y plural. Pero no por ello
sería una racionalidad anárquica, feyerebendiana, ni tam
poco instrumental a la Rorty, desapegada de toda tradición,
particularmente la de la filosofía occidental.
El desarrollo de la postura del autor emerge gradualmente
en el trabajo a partir de un relato del proceso de investigación
■que llevara a cabo. El relato también incluye un argumento
en favor de un modo no arrogante de entender la naturaleza
y práctica de la filosofía, modo que implica según el autor
un reconocimiento de la función específica de la filosofía
dentro, y no fuera y por encima, de tradiciones intelectuales
culturalmente significativas.
A continuación, el trabajo de Marcelo Sabatés argumenta
en contra de la tesis de una razón fragmentada tal como es
defendida por S. Stich en su conocida obra La
Fragmentación de la Razón. La argumentación desarrollada
en este libro en favor de dicha tesis es de un alcance amplio
ya que se apoya en la afirmación de la inaceptabilidad de
la posición metaepistemológica compartida por toda la
epistemología perteneciente a la tradición de la filosofía
analítica. Stich funda esta inaceptabilidad en criticas tanto
al monismo normativo en cuestiones ep¡stémicas como a la
apelación a intuiciones pre-filosóficas para dirimir disputas
entre diversas teorías normativas. Sabatés defiende frente
a estas críticas a la filosofía analítica (y en particular a la
teoría del equilibrio reflexivo) y, por lo tanto, impugna la razón
esgrimida por Stich en favor de la tesis de la fragmentación
mediante argumentos dirigidos a establecer las siguientes
dos afirmaciones: a) al menos algunas críticas de Stich son
injustificadas; b) la defensa que Stich hace de su propia
posición apela inevitablemente al mismo tipo de conceptos
y prácticas que critica.
Inmediatamente después se reproduce el trabajo pre
sentado por Alberto Moretti donde también se aborda de
algún modo el problema de la fragmentación de la razón
aunque bajo la denominación más tradicional de “relativismo
conceptual''. La base del trabajo d» Moretti es un análisis de
la posición de Davidson sobre el tema tal como fue enun
ciada en "Sobre La Idea Misma de Relatividad Conceptual".
El argumento central de Davidson se dirigía a mostrar que
la dicotomía esquema conceptual-experiencia no es
defendible. Moretti aduce al respecto razones para sostener
que el argumento de Davidson no es conclusivo. Sin em
bargo, alega también que la versión extrema del relativismo
no es factible.
' El trabajo de David Sosa que sigue aborda el problema
clásico de la racionalidad de la inferencia inductiva a través
de una crítica de la célebre solución dada por Nels<
Goodman en Fact, Fiction, and Forecast. Sosa inicia
trabajo recordando el acertijo de Goodman. No impo
cuántos datos sostengan una hipótesis (no agotada), sií;
pre habrá una cantidad indefinida de otras hipótesis q ;
aunque difieran en algunos casos posibles, se acomod
igualmente bien a los datos. En otras palabras, los da
solos no pueden en general distinguir a la hipótesis jus:
cada. El acertijo de Goodman hace claro que, tan sólo c
elegir predicados apropiados tendremos, en base a cu
lesquiera observaciones, la misma confirmación para cur
quier predicción. Con palabras de^ Goodman, “Nos qued
mos... con el resultado intolerable de que todo confirm
todo". La propuesta del mismo Goodman para solucionar»
problema se basa en la noción de "atrincheramiento’'. So?
critica esta propuesta. En su lugar propone una respues’
basada en la noción de simplicidad; de acuerdo con ésta,
la confirmación de cualquier hipótesis depende en Rarte do
su simplicidad.
La primera sección del volumen concluye con un trabajo
de Gladys Palau que toma como base la teoría general de
la racionalidad y el cambio de estados epistémicos pro
puesta por Peter Gárdenfors en Knowledge in Fluks (a par!
de trabajos conjuntos realizados con Carlos Alchourrón y
David Mackinson y por estos dos últimos). El propósito del
trabajo de Palau es según lo aclara la autora presentar un
modelo lógicamente riguroso de la teoría de la equilibracióo
de Piaget y poner de manifiesto la articulación entre el
enfoque piagetiano y el del cambio de estados epistémicos
arriba mencionado.
La segunda sección del volumen incluye trabajos que
versan sobre problemas ampliamente discutidos dentro d
campo de la filosofía de la ciencia y que se relación:. ¡
estrechamente con el tema de la racionalidad. Así, p
ejemplo, el lector encontrará en varios de estos trabaje -
aportes a la discusión entre partidarios y críticos de la tesis
de la inconmensurabilidad, especialmente tal como fu
formulada por Thomas Kuhn.
Esta parte del libro se inicia con el trabajo de Ricardo J.
Gómez acerca de la concepción de Kuhn de la racionalidr '
según aparece en su alocución presidencial "El Cam'r
desde la Estructura" (Philosophy of Science Associati
19$J0). A partir de una interpretación sistemática de
concepción kuhniana, el autor sostiene: (a) esta versión
reciente de la teoría kuhniana del cambio científico y de su
racionalidad es el corolario de ciertos cambios acaecidos en
la misma, especialmente después de su intercambio inte
lectual sobre el tema con Cari Hempel en 1983, (b) tal nueva
teoría legítima de modo más explícito el modus operandi de
la ciencia y su desarrollo (los hace "más racionales") que las
versiones de la postura de Kuhn al respecto de los años
1962, 1965, 1969 y 1977, (c) las propuestas de 1990
enfatizan la presencia de ciertas coincidencias con las
versiones más conspicuas de la concepción standard de la
racionalidad científica, y (d) torna, tal como Kuhn reconoce
explícitamente en su alocución, más kantiana a toda su
teoría de la ciencia. Sin embargo, Gomes se propone
mostrar que en relación con la racionalidad científica es
dudosa la pretensión de Kuhn de estar proponiendo "un tipo
de kantismo post-darwiniano". El autor cree, por el contrario,
que Kuhn sigue defendiendo una teoría debilitada de la
racionalidad instrumental, no comprensiva .y que, indepen
dientemente su posible carácter post-darwiniano, no es fiel
al espíritu y las propuestas centrales de Kant sobre la razón
operante en la actividad científica.
Seguidamente, y también en relación con la filosofía de
la ciencia de Kuhn, la contribución de Eduardo Flichman es
un intento por mostrar que la posición kuhniana acerca del
tema de la inconmensurabilidad, al menos tal como aparece
en los últimos trabajos de este autor, es una posición que
rescata el carácter racional de la comparación entre teorías
científicas. Para llevar a cabo este propósito, Flichman
expresa las ideas de Kuhn en el lenguaje de su propia
concepción referida a “haces naturales". Presenta esta
noción cono la elucidación de expresiones tales como
"clases naturales", “familias naturales", etc. Los haces na
turales cambian con las teorías. Los lenguajes científicos
presentan nombres comunes cuyos correlatos son haces
naturales. Por lo tanto dos teorías que difieren en el re
conocimiento de al menos un haz natural no son totalmente
traducibles entre sí. Sin embargo, sostiene el autor, son
perfectamente comparables.
El trabajo de María Cristina González que se inserta luego
analiza dos polaridades en el campo de la filosofía de la
ciencia. La primera divide a quienes sostienen que la función
de la filosofía de la ciencia es puramente descriptiva de
quienes afirman, por el contrario, que aquella debe cumplir
una función prescriptiva. Por otro lado está la oposición, en
e\ problema de la explicación del cambio científico, entre
historicistas y anti-historicistas. La autora describe ambas
polémicas y sostiene que no son independientes. Finalmente
discute la propuesta del modelo reticular de Larry Laudan.
El trabajo de Víctor Rodríguez que se incluye a conti
nuación examina aspectos de! vasto programa de investi
gación de Herbert Simón y- colaboradores en ciencias
cognitivas que se relacionan con la filosofía de la ciencia. El
autor analiza en particular las consecuencias de considerar,
como lo hace Simón, al descubrimiento científico desdo la
óptica de la resolución de problemas con utilización de
programas de computación. Luego de aclarar varias dis
tinciones relevantes (como por ejemplo la distinción entre
problemas bien estructurados y problemas estructurados
deficientemente), de señalar la diferencia entre el enfoque
empírico de Simón y otros enfoques más formales, espe
cialmente el de Kevin Kelly (con quien por otra parte coincide
en el lugar central de la computación en la epistemología),
Rodríguez delinea la fructífera perspectiva abierta por el
procedimiento de relacionar la racionalidad humana con la
resolución de problemas mediante heurísticas elaboradas
computacionalmente. Hace hincapié al respecto en el
concepto de complejidad computacional y su aporte a una
teoría de la racionalidad.
Cierra esta segunda sección del volumen el trabajo de
G regorio K lim ovsky sobre “ in conm ensurabilidad,
incomunicación e irracionalidad". El autor sostiene que el
fenómeno de la inconmensurabilidad de las teorías cientí
ficas —tal como ha sido enfatizado por Thomas Kuhn— no
implica la imposibilidad lógica de comunicación entre los
partidarios de las respectivas teorías. Después de analizar
ejemplos como el de la geometría no euclideana o el de la
geometría descriptiva, Klimovsky señala que el emplee de
modelos internos, lógicas subyacentes y metalengusjes
convenientes permite siempre la comunicación. Entre tales
lógicas y metalenguajes se subraya el papel desempeñado
por la lógica del orden uno y por el lenguaje ordinario.
La tercera parte del volumen, dedicada a examinar el
vínculo entre las ¡deas de racionalidad y método en las
ciencias humanas, ofrece en sus diferentes trabajos un
análisis de una amplia gama de posturas metodológicas cis
influyentes escuelas contemporáneas así como también
análisis históricos.
Esta sección se inicia con un trabajo de Félix Gustavo
Schuster donde se pasa revista a diversos métodos que han
sido utilizados en las ciencias humanas tales como el
abstracto-deductivo, el dialéctico y el progresivo-regresivo.
El autor plantea asimismo la posibilidad de que el tipo de
análisis que propone sea aplicable también en los casos de
la inducción y e! método hipotético-deductivo. Un objetivo del
estudio es delinear la manera en que el elemento
metodológico contribuye al conocimiento y su conexión con
un modelo racional de ciencia. A tal fin se analizan las
relaciones existentes dentro del haz “método-descubri-
miento-justificación-racionalidad", en particular las que vin
culan descubrimiento y justificación.
El trabajo siguiente, de Cecilia Hidalgo, tiene por objetivo
mostrar la influencia metodológica que el debate acerca de
la racionalidad, la traducción y la conmensurabilidad de las
culturas ha tenido en las ciencias humanas, especialmente
la antropología. La autora señaia, por una parte, el enfoque
apriorístico de los filósofos, enfoque que destaca el papel de
las reglas lógicas y las restricciones impuestas por la exi
gencia de coherencia, delineando prerrequisitos orientados
a factores comunes de la racionalidad, universalmente
compartidos. Por otra parte muestra cómo, desde un en
foque naturalista, los científicos sociales — aún aquellos de
inclinación relativista—, han desarrollado criterios de com
paración adecuada con la meta de esclarecer el problema
de la unidad o pluralidad de los standards de racionalidad.
La autora defiende una extensión al campo del análisis
filosófico de los modos científicos de dirimir la cuestión con
el argumento de que éstos conducen a dar cuenta del
“espesor" y la significatividad de los standards de
racionalidad comparados, más allá del espacio formal
compartido.
La contribución de José Sazbón que sigue a continuación
enfoca el tema de la racionalidad a partir de un análisis de
la transición entre el estructuralismo y el postestructuralismo,
tal como se dip en Francia a partir de la década del 60. El
primer movimiento estaba basado, como nos lo recuerda el
autor, en la idea de una racionalidad y cientificidad reno
vadas a partir del empleo generalizado en las ciencias
humanas del método estructural. El segundo en cambio
separa las ¡deas de racionalidad y método de modo tal que
un variado refinamiento metodológico se acompaña de un
estrategia de disolución de las pretensiones de la razón: .
cuestiona así tanto el carácter integrador de la racionalid
científica como su proyección humanística y emancipatori
Una tesis del autor referida a esta transición entr
estructuralismo y postestructuralismo es que ambos m ovi
mientos no han sido, como se sostiene comúnmente, su
cesivos sino que, en cierta medida al menos, se han su
perpuesto en el tiempo. Esto se muestra especialmente a
través de referencias a la obra de Lévi-Strauss. Finalmente
el autor analiza cómo la historia,' tanto como disciplina
sistemática o como memoria social, se ha convertido en
objeto pre dilecto de e je rcicio s d econstructívos y
teorizaciones nihilistas.
Miaría Inés Mudrovcic analiza seguidamente el cambio de
esquema conceptual que se llevó a cabo durante la primera
mitad deS siglo XVIII en el ámbito de la historia. Se refiere
en particular a Voltaire y al nuevo papel que éste le confiriera
a la razón en la historia. A partir de este caso concreto la
autora procura establecer algunos puntos generales como,
por ejemplo, que el concepto de racionalidad se determina
dentro de un contexto histórico dado a partir de los ele
mentos que una determinada comunidad reconoce como
extraños (irracionales).
Cierra esta sección el trabajo de Enrique E. Mari sobre
la relación entre racionalidad, ficciones y legitimación del
poder en dos contextos históricos diferentes: el religioso
medieval y el racional contractual, en particular a partir de
la Ilustración. En el primer caso el autor analiza, apoyándose
en estudios de Ernst Kantorowicz y otros, el caso del
"paradigma cristológico" como estructura simbólica de
legitimación del poder; en el caso de la sociedad contractual,
se focaliza sobre las doctrinas consensúales, particular
mente en Locke, Diderot y Rousseau. La tesis principal que
defiende Mari es que, producido el colapso del universo
religioso, las ficciones empleadas en este universo sub
sistieron en buena medida de modo que la legitimación
aparece siempre cojpo dependiente de constructos teóricos.
La cuarta y última parte de este volumen comprende u n -:
serie de trabajos en que se discuten modelos enfrentados,
particularmente los de Elster por'un lado y los de Apel y
Habermas por el otro, de la racionalidad de las acciones
humanas. Esta parte del libro exhibe así a la vez una fuerte
coherencia temática y pronunciadas diferencias en las
posturas. Constituye sin duda un valioso aporte a la bi
bliografía sobre el tema.
El trabajo inicial, perteneciente a Cristina Ambrosini, se
propone contribuir al problema de la fundamentación de la
acción moral en el contexto de las actuales sociedades
democráticas mediante un análisis de modelos propuestos
de decisiones racionales. En particular, la autora expone y
analiza los principios básicos de la teoría de los juegos de
von Neumann y Morgenstern. Esta teoría demuestra que
ciertos comportamientos sociales pueden ser adecuada
mente descriptos mediante modelos de juegos de estrategia,
juegos que son susceptibles de análisis matemático. La
autora realiza una crítica de la teoría de los juegos y de su
modelo de racionalidad estratégica oponiéndole el modelo
de racionalidad comunicativa, particularmente^en la versión
dada por Apel.
Graciela Barranco de Busaniche, cuyo trabajo se incluye
a continuación, analiza los problemas de indeterminación e
inadecuación que provoca la definición de "racionalidad"
dada tradicionalmente dentro de ios enfoques de elección
racional. Frente a estos problemas se han formulado dos
posturas: a) la que los ve como insolubles desde cualquier
teoría de la elección racional a menos que se eliminen
postulados fundamentales de la misma; b) la que los ve
como solubles pero a condición de que se suplemente la
teoría de la acción racional con consideraciones que au
menten su poder explicativo. La autora toma como ejemplo
paradigmático de la primera posición la de Barry Hindess (en
Political Choice and Social Structure) y de la segunda la de
Jon Elster (Solomonic Judgements). Luego de un análisis de
ambas posturas, concluye con un intento de balance final.
El trabajo siguiente, de Marcelo Prati, compara los
análisis de las concepciones de Marx hechos, respectiva
mente, por Jon Elster sobre la base de su teoría de la
elección racional y por Gerald A. Cohén desde una perspec
tiva afín con el materialismo histórico. La comparación se
refiere especialmente a las posiciones opuestas de ambos
autores con respecto a las explicaciones funcionales en
ciencias sociales. El autor realiza un examen crítico de
ambas posiciones.
El trabajo de Francisco Naishtat que sigue a continuación
trata el tema de la articulación de la racionalidad
medios-fines con la racionalidad normativa en el dominio de
la acción política. El autor parte de la definición de acción
política dada en el texto El Oficio del Político de Max Webcr
y de la clásica distinción weberiana entre una ética de la
responsabilidad y una ética de la convicción. Su propósito
es mostrar que la acción política no se agota en el orden
estratégico sino que implica elementos normativos. A su vez
estos elementos normativos pueden aparejar conflictos de
racionalidad en el plano de la acción y condicionar modelos
de explicación. Entre estos últimos ej autor analiza en forma
concisa el modelo de la elección racional de Elster y el
modelo de la acción comunicativa de Habermas y señala
aspectos a su juicio insatisfactorios de ambos modelos.
Esta sección se cierra, y con ella el libro, con el trabajo
de Eduardo Rabossi donde el autor pondera el posible mérito
de la llamada “estrategia díalógica" aplicada a los problemas
tradicionales en torno de la validez, legitimidad, objetividad
y/o racionalidad de normas, principios y juicios básicos.
Según el análisis que hace Rabossi, esta estrategia apela
a! diseño de una situación dialógíca o conversacional que
establece restricciones sobre las actitudes y comportamiento
de los participantes, tales que (a) la situación tiene, por
necesidad, una resolución final, (b) el resultado es la
identificación comunitaria de una norma, principio y/o juicio
básico, (c) además de la identificación, los participantes
consensúan el contenido, (d) la aceptación consensuada del
resultado más el procedimiento empleado funda su validez,
legitimidad, objetividad y/o dialógicas, el autor elige focalizar
en la de J. Habermas. Pero al margen de diferencias de
contexto y de presentación, Rabossi considera que puede
hablarse válidamente de estrategia dialógica como un tipo
de estrategia teórica. Su propósito en este trabajo es refinar
dicha noción, mostrar ¡as dificultades genéricas que enfrenta
y criticar la pretensión de haber encontrado un recurso
teórico eficaz para dar respuesta a los problemas tradicio
nales en torno de la validez, legitimidad, objetividad y/o
racionalidad de normas, principios y/o juicios básicos.
Como es posible apreciar a partir de los breves resí
menes anteriores, la temática abordada por los participante-
del Primer Coloquio Bariloche de Filosofía, fue amplia,
variada y de indudable significación teórica y práctica. Si bien
los problemas planteados quedan abiertos (como no podía
ser de otro modo tratándose de problemas filosóficos),
creemos que el lector encontrará en este volumen pers
pectivas iluminadoras de los mismos.
Agradecemos profundamente a todos los ponentes sus
valiosas contribuciones, tanto las incluidas en esta selección
como las que por razones de espacio no hemos podido
incluir. Agradecemos asimismo a los numerosos asistentes
inscriptos en el Coloquio, quienes hicieron por cierto una
contribución decisiva ál éxito de esta experiencia de reflexión
y debate sobre el fascinante tema de la racionalidad.
P U N IO JU N Q U E R A SM IThT*
NOTAS
Bibliografía
OSCAR NUDLER'
* Fundación Bariloche/CONICET
vez que hube delimitado, tentativamente, el alcance de esta
noción, mi segunda pregunta fue si era realmente defendible
hoy la tesis de una vuelta de la filosofía a la cosmología. Y
finalmente llegué a la cuestión que tiene que ver más
directam ente con este coloquio: ¿cuáles serían las
implicancias de esta empresa de regresar a la cosmología
para la idea de racionalidad y su papel en la filosofía? Lo
que sigue es un intento de reproducir la línea de pensamien
to que seguí cuando intenté contestar estas preguntas.
NOTAS
M A R C E L O H. S A B A TE S *
Pluralismo descriptivo
Justificación y parcialidad
Pragmatisno e intuiciones
i
- fácil■de desechar
La primera crítica contra el relativismo, y la más
es que es nihilista: que simplemente abandona el proyecto de
distinguir el buen conocimiento del malo y abraza un libertinismo
cognitivo Feyerabendiano (...) el pragmatismo no renuncia al
proyecto de evaluar procesos cognitivos. Todo lo contrario, g
pragmatismo epistémico ofrece una noción de evaluación
cognitiva que es tanto exigente como diseñada para producir
evaluaciones que le importen a la gente?*
NOTAS
Referencias
DAVID SOSA'
NOTAS
B ibliografía
ALBERTO MORETTI *
II
III
IV
.a. racionalidad
b. creencias verdaderas
c. nuestras creencias
d. creencias verdaderas y nuestras
GLADYS P A LA lf
NOTAS
RICARDO J. GOMEZ
II
III
IV
NOTAS
1. Introducción
2. Haces
4. Haces naturales
II
NOTAS
VICTOR RODRIGUEZ'
‘ Universidad de Córdoba
cognitiva. Esta dinámica S9 .-eneja en las decenas de reunio
nes internacionales enunciada? para este año sobre inteli
gencia artificial, descubrimiento computacional. y aspectos
cogniiivos relacionados.
En la arquitectura cognitiva de Simón hay varios con
ceptos importantes. Uno de ellos es el de descubrimiento
científico, que como es sabido ha recibido en estos últimos
años nueva consideración por parte de los filosofos de la
ciencia. L.a tradicional distinción entre contexto de descu
brimiento y contexto de justificación está siendo someuda a
iuertes críticas, y dentro de la historia interna de la filosofía
de la ciencia se han vuelto a rescatar filósofos e ideas que
permanecieron por décadas alejados de tas discusiones
especializadas. Ahora bien, el concepto de ^descubrimiento
científico asociado con sistemas computacionales de des
cubrimiento es sólo un heredero parcial de estas discusiones
filosóficas. Al mejor estilo de muchas prácticas científicas,
existe entre los computacionalistas la tendencia a amoldar
conceptos generales, eventualmente próximos al discurso
filosófico, a ¡as modalidades operativas de los sistemas en
construcción, o en consideración. Bajo esta óptica, se ha
asociado al descubrimiento con diferentes clases de tareas:
con la formulación de problemas y los intentos de resolución,
con la obtención de leyes asociadas a datos con o sin el
auxilio de teorías, con la creació,' de nuevas representa
ciones de 'cnómenos, con el diseño de experimentos, o el
invento de nuevos instrumentos para la observación. Esta
lista puedo :er, extendida considerablemente; no obstante,
parece haber algo común a todas estas tareas. Ellas parecen
emplear las mismas clcr.os generales de procesos de re
solución de problemas que los que emplean los jugadores
de ajedrez para etecir sus movidas, o.¡os médicos para hacer
sus diagnósticos. Cada uno de ellos se aboca a búsquedas
heurísticeis en ámbitos de problemas que técnicamente se
suelen asociar con espacios de teorias. espacios de re
presentaciones, espacios de experimentos.
Una tesis fuerte de Simón es que el científico es bási
camente un solucionador de problemas. Esta tdsis tiene
implicaciones importantes para el concepto de descubri
miento, ya que al considerar que ios procesos de descu
brimiento, son sólo aplicaciones de los procesos de resolu
ción de problemas, se alierén sensiblemente las estrategias
para h ^lai una teoría del descubrimiento científico. De
cualquier modo, estas estrategias descansan sobre un con
cepto central para todo el programa, que ha permanecido
esencialmente sin revisión desde sus primeros trabajos. Se
trata del concepto de racionalidad restringida o acotada
(bounded rationality), el que acusa con los años la influencia
de las discusiones sobre teoría de decisión y complejidad
computacional. Sus orígenes se remontan a un estudio de
la administración pública, de 1935, donde Simón encontró
un tema de investigación que consideró bastante atractivo:
¿Cómo razonan los seres humanos cuando no es posible
hallar las condiciones de racionalidad postuladas por el
modelo neoclásico en economía, en particular, cuando no es
posible definir una apropiada función de utilidad, o en última
instancia cuando no hay un agente raciona! ideal? Conjeturó
que la gente en organizaciones institucionales pone los
problemas de decisión dentro de cotas razonables por
identificación con objetivos parciales y en buena medida
operativos, que son responsabilidad de sus propias unidades
organizativas. Se definía de este modo el concepto de
identificación organizativa, un concepto de valor en teoría
administrativa, pero no se lograba explicar como se adju
dican los niveles más altos de organización entre los re
clamos emergentes de identificaciones competitivas a ni
veles más bajos. El paso importante aquí fue la introducción
del concepto de satisfacción. Conceptualmente sugiere que
cuando la gente no sabe como optimizar, puede quizás estar
al menos en condiciones de satisfacer, es decir, de encontrar
soluciones suficientemente buenas. Y a las soluciones su
ficientemente buenas se las puede hallar a menudo por
búsqueda heurística. Este abordaje del tema de la
racionalidad humana ha sido un poderoso generador de toda
una serie de subproblemas.
Un. corolario de esta caracterización es que el conoci
miento científico es incremental. Es básicamente una se
cuencia de pasos; una explicación de un acto particular de
descubrimiento debe tomar todo lo que ha estado en las
etapas anteriores, en la modalidad de condiciones iniciales.
Lo que se busca explicar es cómo estas condiciones iniciales
’ conducen al próximo paso. Para lograr este objetivo Simón
introduce otro concepto importante dentro de su arquitectura
cognitiva: el concepto de sorpresa. Cuando uno observa un
fenómeno que inicialmente sorprende, este estímulo puede
conducir a nuevas observaciones que pueden a su vez ser
eventualmente explicadas por los conceptos en uso. Algunos
desarrollos interesantes de esta idea se observan en los
enfoques actuales sobre machine learning.'
¿Se puede simular esto? Una heurística de este tipo se
asemeja bastante a la del progreso computacional Kekada,2
una estrategia usada para simular el ciclo de Krebs, con el
que se halló el camino químico para la síntesis in vivo de
la urea. Este programa computacional es uno de los prin
cipales logros del trabajo de Simón y colaboradores, y está
siendo ahora generalizado a otros descubrimientos cientí
ficos. El programa experimenta 'sorpresa' cuando sus ex
pectativas no son satisfechas y reacciona a su sorpresa
buscando explicaciones para los fenómenos 'sorprenden
tes'.3 El Kekada es un programa que sintetiza y culmina una
serie exitosa de experiencias computacionales.'1 Un paso
importante en esta dirección se había dado como conse
cuencia de dedicar especial atención a la inducción de
generalizaciones cuantitativas y cualitativas a partir de datos
empíricos. Bacon y Daíton fueron sistemas para inducir leyes
cualitativas. Por otra parte, los datos no son las únicas
condiciones iniciales posibles para la inducción de leyes;
también se pueden usar las teorías como base, en con
junción con los datos o independientemente. Las simula
ciones con Bacon mostraron que al incorporar al programa
heurísticas que buscan simetrías y leyes de conservación,
se podía mejorar sustancialmente la eficiencia con la cual
se hallaban leyes a partir de los datos empíricos. Es posible
además hallar leyes descriptivas por derivación a partir de
leyes explicativas más fundamentales. Un ejemplo impor
tante que se ha usado al respecto es el caso de las leyes
de Newton. En esencia, la secuencia de procedimientos
funcionaría de la siguiente manera: cuando uno encuentra
regularidades de algún tipo, se comporta como científico con
un estilo similar al del programa Bacon; esto sucede hasta
que se logra encontrar una fórmula que se ajusta con los
datos. Entonces, como en el programa Dalton, se intenta
postular un mecanismo cuyo funcionamiento produciría la
regularidad descrita por la fórmula.
Es necesario hacer a esta altura algunas aclaraciones
sobre el concepto de representación, porque de un modo u
otro se halla presente en todas estas discusiones. Aún
cuando se trata de un concepto muy elaborado dentro de la
tradición filo só fica , en el am biente co g n itivista y
computacional suele aparecer como una trama de dos ¡deas
básicas que reflejan por una parte el hecho que en el curso
de una transformación de proposiciones ver‘eales a imá
genes, muchos aspectos que eslaban previamente implícitos
y ocultos se pueden hacer explícitos, y por otra parle, que
los operadores de inferencia que se aprenden facilitan
inferencias adicionales en modos computacionalmente efi
cientes, a partir de las imágenes. A la tradicional discusión
en filoso)i> de la ciencia sobre modelos ¡cónicos, se la ha
incorporado el importante elomento de la simulación
computacional, y esto es naturalmente recogido en las
actuales discusiones sobre representación.
Hay un conocido debate en la comunidad cognitivista
sobre si nuestras representaciones internas de problemas se
parecen a colecciones de proposiciones o a modelos de
situaciones de problemas. Unos toman la metáfora de!
razonamiento verbal para los procesos de resolución de
problemas y piensan al razonamiento como alguna clase de
procedimiento de demostración de teoremas similar al usado
en lenguajes como el Prolog. Otros en cambio usan para la
resolución de problemas la búsqueda heurística a través de
un espacio de procedimientos. Aun cuando se h° argu
mentado que los dos enfoques no pueden ser fJis'inguidos
operacionalmente, parece claro que esta afirmación des
cansa sobre la confusión entre la equivalencia informacional
y equivalencia computacional de las representaciones. La
Inexactitud de ¡a afirmación de la equivalencia computacional
ha sido insinuada por un extenso trabajo experimental que
muestra la diferencia en dificultad de problemas que son
isomorfos, pero que están representados de modo diferente.
Un complemento importante del concepto de representa
ción, dentro de la trama conceptual que estjn.os conside
rando, 9S el concepto de explicación. Simón considera dos
vers-onf-.s sensiblem ente em parentadas con el
reduccionismo. Una versión que denomina 'laplaciana', cuyo
ideal es la formulación de un conjunto simp'e de ecuaciones
que describen el comportamiento a niveles microscópicos,
y una versión 'mendeliana', que intenta la formulación de
leyes que expresan relaciones invariantes entre niveles
sucesivos de estructuras jerárquicas. Su argumento va en
favor de una complementación de ambos entocues.
Una forma común de explicación en varias disciplinas
científicas se deriva del empleo de sistemas de ecuaciones
diferenciales o de diferencia, para determinar los valores de
¡as derivadas temporales de ¡as variables del sistema En
general, construir un modelo explicativo involucra una elec
ción entre varias representaciones de los fenómenos; La
representación que ser elegida con anterioridad a. o
simultáneamente con, la inducción del modelo a partir de los
datos. Cuando Newell y Simón comenzaron a construir una
teoría para exoücar la resolución de problemas en 1955,
estaban ya comprometidos con una representación. Reco
nocieron que tal representación estaba a disposición con la
invención de la computadora digital, L(? que observaron fue
que el programa de una computadora es formalmente
equivalente a un conjunto de ecuaciones de eieí'o tipo. A
cada ciclo de operación, el programa determina el estado
nuevo de la maquina como una función de su estado previo,
¡unto con algún nuevo ir,pu! que ha recibido Estas
ecuaciones podían manipula; números, pero también pro
cesar sírr,bolos de cualquier clase. La tarea explicativa fue
entonces la de encontrar una teoría dinámica de los pro
cesos de resolución de problemas en la forma de un pro
grama de computadora. Además, y este es un punto central
del cognítivismo de Simón, tenía que contener estructuras
de símbolos que pudieran representar en cierto modo las
estructuras de la memoria humana, que según se sabía, era
en algún sentido asociativa Este es un soporte
epistemológico fuerte de su complex information processing,
expresión con ia que en reiteradas oportunidades se ha
sintetizado su obra, y que también ha sido lomada por
algunos de sus críticos como característica distintiva de una
rígida versión de individualismo cognitivo. De todos modos
el punto importante que se desea señalar es la existencia
de una interacción continua entre la construcción gradual de
la representación y la construcción de la teoría en consi
deración. Algunos aspectos de la representación que habían
sido inicialmente concebidos para satisfacer necesidades de
programación, fueron luego relacionados con interpretacio
nes psicológicas, como redes de asociaciones. La parte,
empírica acompañó a la construcción de una representación
del modelo explicativo.
Con estos elementos podemos considerar más deteni
damente el concepto de resolución de problemas. Recor
demos el enfoque expresado anteriormente sobre los des
cubrimientos científicos como procesos d“ resolución de
problemas, y en particular la tesis tuerte de que las heurís
ticas utilizadas pueden ser elaboradas computacionalmente.
La evidencia que usan a su favor Simón y un extenso número
de colaboradores es la creación de exitosas simulaciones
computacionales de un conjunto considerable de descubri
mientos científicos. Partiendo de condiciones similares a las
existentes en importantes casos de la historia de la ciencia,
_se ha liegado a conciusiones también similares. Se interpreta
de este modo que los programas de computación contienen
un conjunto de procesos suficientes para hacer descubri
mientos, y en consecuencia, suministran una eventual expli
cación de los logros de los científicos en consideración. La
tesis del isom orfísm o entre las sim ulaciones
computacionales y los ejemplos de la historia de la ciencia
ha sido criticada desde diferentes ángulos. Se han
enfatizado en general las discrepancias con los aspectos
sociológicos y psicológicos, y la extrema complejidad de los
casos históricos en discusión. Aún cuando estas críticas
reflejan e! frágil estado del arte, de ¡a simulación, por con
traste, es llamativo el notable desarrollo y versatilidad al
canzados por algunos programas computacionales, espe
cialmente en la última década. De cualquier modo, con
independencia de la eficacia de las simulaciones, esta di
námica teórico-experimental ha contribuido en buena me
dida a esclarecer aspectos importantes de! concepto de
resolución de problemas.
En líneas generales, se pueden observar dos enfoques
básicos acerca de la resolución de problemas: como ma
nipulación de modelos y como sistemas de razonamiento.
Un análisis más exhaustivo reflejaría naturalmente otros
enfoques, como es el caso de los sistemas que usan más
de una representación, los sistemas que emplean razona
miento moda!, o los sistemas que funcionan con la ayuda de
la inducción matemática, para nuestros fines es suficiente
señalar que las resoluciones de problemas usan una mezcla
de búsqueda y razonamiento. Cuando la resolución de
problemas es vista como un árbol de búsqueda, se interpreta
a la elección de representaciones como una tarea separada,
anterior, y generalmente muy difícil. Sin embargo, la dis
tancia entre búsqueda heurística y representación parece
menos cuando se trata a la resolución de problemas como
acumulación de información, donde la manipulación de un
modelo es sólo una de varias técnicas disponibles. La
mezcla de árboles de búsqueda, razonamiento y razona
miento modal parece realmente promisoria
Una distinción adicional importante que debe considerar
se es la existente entre problemas bien estructurados y
problemas estructurados deficientemente. No parece posible
construir una definición formal de un problema bien
estructurado, pero se han propuesto varios criterios que
deben satisfacer un problema para ser considerado bien
estructurado. Complica aún más la situación el que estos
criterios generalmente involucran aspectos del dominio de!
problema junto con aspectos de los mecanismos de reso
lución. '
En los problemas estructurados deficientemente, el di
seño aparece como un proceso de organización. Cada
pequeña parte de la actividad aparece como bien
estructurada, pero el proceso global no satisface ninguno de
los criterios establecidos para los problemas bien
estructurados. Esta organización o planificación se hace por
abstracción de Sos detalles de un espacio de problemas, y
la relación entre el espacio de planificación abstracta y el
espacio interno de problemas de un robot y el 'mundo
externo' con el que los robots interactúan. Aún cuando hay
una acentuada tendencia a mejorar los métodos para tratar
los problemas estructurados deficientemente, la frontera
entre éstos y los problemas bien estructurados es poco
precisa y está sujeta a cambios continuos.
Otro aspecto de la resolución de problemas que ha
recibido gran atención es 1a distinción entre las caracte
rísticas positivas y normativas de las heurísticas. No parece
necesaria una lógica especial de los imperativos; lo que si
se necesitan son reglas para convertir enunciados impe
rativos en declarativos y viceversa. El proceso de resolución
de problemas no es un proceso de 'deducción' de un
conjunto de imperativos a partir de otro conjunto. Es un
proceso de ensayo y error selectivo, usando reglas
heurísticas derivadas de la experiencia previa, que es
exitosa a veces para descubrir medios que son relativamente
eficaces para la obtención de algún fin. Así, aunque se
pueden ver los imperativos como 'derivados' en algún sen
tido, el proceso de derivación no es un proceso deductivo.
Es un proceso retroductivo semejante a los considerados por
Peirce y Hanson. La naturaleza de este proceso es el tópico
principal de la teoría de resolución de problemas.
Para Simón las reglas de la lógica son permisivas. Ellas
determinan qué inferencias pueden ser extraídas directa
mente a partir de un conjunto de premisas, no cuáles
inferencias deben ser extraídas, o en qué orden ellas deben
ser extraídas. Una lógica puede de este modo ser vista como
un algoritmo no determinista para hallar todas las conse
cuencias de un conjunto de premisas. Cuando es importante
ser selectivo en la extracción de inferencias por estar in
teresado sólo en pocos elementos en un espacio de
consecuencias lógicas, entonces la lógica debe ser suple-
mentada con alguna clase de estruclura de control. Se debe
agregar a ella una estrategia de búsqueda. En este sentido,
los procesos de razonamiento son un subconjunto de los
procesos de búsqueda, el subconjunlo que usa reglas de
inferencia como únicos operadores.
Hasta hace poco la mayor parte de las evaluaciones de
los algoritmos de búsqueda se hacía por vía empírica. La
teoría de la complejidad computacional ha comenzado a
tratar estas cuestiones de un modo algo más sistemático. Un
resultado importante tiene que ver con la cantidad de
computación requerida para resolver problemas de una
clase dada que crece con el tamaño de los problemas, o
dicho de otro modo, con el número de variables. Los pro
blemas se consideran tratables si los cómputos no crecen
más rápido que alguna potencia fija del tamaño del pro
blema. Una clase importante de problemas ha mostrado
tener un grado de complejidad similar. Aún cuando este es
un concepto técnico, refiere de algún modo a versiones más
intuitivas y cotidianas. Un punto importante de investigación
en complejidad computacional es el intento de mostrar que
los problemas de complejidad pueden ser simplificados
debilitando los requerimientos para la solución; por ejemplo,
al requerir soluciones que sólo se aproximan a lo óptimo.
Para ello es necesario reemplazar el criterio de optimización
por el de satisfacción. Esto llevó a una teoría procedural de
la racionalidad, naturalmente asociada con la noción de
racionalidad acotada, ya que se usan información y capa
cidad computacional limitada para tratar problemas de mayor
dimensión cuya forma es captabie sólo débilmente. Para
Simón la complejidad está profundamente enraizada en la
naturaleza y por ello una teoría de ¡a racionalidad que no de
cuenta de la resolución de problemas a la luz de la comple
jidad es al menos deficiente, y en el peor de los casos, puede
estar brindando soluciones sin significación operativa. Este
es el resultado más importante que se intenta extraer de los
fragmentos de su arquitectura cognitiva expuestos en este
trabajo. Su incidencia en la problemática de la racionalidad
humana es significativa en tanto que arroja luz sobre la
relación entre complejidad, algoritmos y heurísticas, consi
derados como marcos referenciales para un desarrollo de la
perspectiva de la racionalidad restringida.
Simón concuerda con la tesis general de Kevin Kelly5 de
que 'los métodos efectivos de descubrimiento y evaluación
de hipótesis son no solamente los objetos aceptables del
estudio epistemológicos, sino que son áus objetos propios'.
Concuerda también con Kelly acerca del lugar central de la
computación en la epistemología. Sin embargo, los enfoques
son diferentes: el enfoque de Simón es más empírico y
refleja la influencia de las prácticas científicas en varias
disciplinas, especialmente en ciencias cognitivas;6 el enfo
que de Kelly es más formal, enfatizando los poco usados
poderes de la lógica formal para el tratamiento de las
cuestiones cognitivas. En estas diferencias filosóficas acerca
de la ciencia Simón razona como un científico ortodoxo. En
su opinión, la mayor parte de lo que conocemos acerca de
la teoría de búsqueda heurística no ha venido de demos
traciones de computación que la hacen posible. No se siente
muy atraído en restringir su conocimiento sólo a teoremas
demostrados, ya sea en algorismos de descubrimiento u otra
materia teórica. La epistemología puede ser tanto empírica
como matemática, y no cree que la demostración de teo
remas sea el principal camino para el conocimiento teórico
acerca de la misma. Esta suerte de hibridez en su carac
terización del descubrimiento científico ha-llevado a algunos
críticos a remarcar incongruencias aparentes enlre aspectos
descriptivos y normativos de su programa. Por una vía
similar se ha criticado también el excesivo uso y generali
zación de sus análisis de protocolos.7 Pero esto requiere un
párrafo aparte.
La crítica se ha centrado sobre el soporte evidencial
acerca de los procesos psicológicos subyacentes a los
descubrimientos científicos. Básicamente, que el análisis de
protocolos es insuficiente para aclarar las complejas rela
ciones entre los procesos psicológicos de los científicos
vinculados con algún descubrimiento, y los procedimientos
mecanizados de simulación de los mismós. Los métodos
usados de verbalizaciones directas, tanto de pensar en voz
alta, como las versiones retrospectivas de los sujetos, de
jarían serias dudas sobre el alcance de las comparaciones
entre estos informes y los libros de notas de los laboratorios,
que a su vez son usados por Simón y colaboradores para
diseñar algunas heurísticas. Un aspecto vinculado al análisis
de protocolos, pero ijnás difícil de evaluar es el alcance
epistemológico de su enfoque sobre el concepto de expe
rimento. No coincide con la ortodoxia acerca de que los
experimentos están necesariamente orientados a testear
hipótesis, o a elegir entre hipótesis en conflicto. Para él, que
un experimento satisfaga uno o ambos objetivos no es una
condición necesaria ni suficiente para ser un buen experi
mento. Es más adecuado e! proponernos experimentos para
testear modelos en vez de hipótesis, aún al precio de
descuidar el aparato standard de tests de significación. Pero
más aún, no cree que el testeo de modelos sea la única
razón para experimentar. El concepto de sorpresa aparece
nuevamente. Una buena razón para experimentar es que
uno puede ser sorprendido. Simón usa la historia de la
ciencia en su apoyo, y como buen científico, trata de esti
mular la creación de heurísticas para organizar ambos tipos
de experimentos.
Quizás un modo interesante de evaluar el alcance de sus
análisis de protocolos y de Sos aspectos normativos de su
programa, sea a través de una caracterización hecha por
Glymour8 acerca de los sistemas de descubrimiento. Pro
puso el nombre de 'epistemología androide' para la actividad
científico-filosófica de creación de normas que regulan a las
máquinas que han obtenido algún nivel de relevancia en e!
descubrimiento científico. Glymour, Kelly y otros han pro
puesto una lógica del descubrimiento asimilable a un pro
grama de computadora. La diferencia importante para
nuestros fines entre ellos y Simón radica en que el grupo de
filosofía de Camegie-Mellon no está interesado en la ela
boración de modelos sobre los procesos psicológicos hu
manos. En este aspecto, Simón es un producto de su historia
intelectual. Allí radica su grandeza y probablemente la base
de sus limitaciones. La relación entre racionalidad humana
y resolución de problemas brinda varios frentes abiertos de
investigación. Desde la perspectiva de la computación, las
dinámicas fronteras entre hardware y software enriquecen la
lilosofía de la inteligencia artificial, la filosofía de la física y
la filosofía de la mente. Quizás si nos obstinamos en man
tener estos campos estrechamente vinculados, la resolución
de problemas acuse el impacto de versiones heterodoxas,
como el penetrante'enfoque de Penrose9 sobre la eventual
incidencia de la física cuántica en nuestros procesos ce
rebrales, y consecuentemente, sobre las limitaciones de los
modelos vía máquina de Turing. Mientras ianto, el cotidiano
mundo de la computación no encuentra límites prácticos ni
teóricos para continuar desarrollando programas de com
plejidad creciente y con tramas inferenciaies cada vez más
sofisticadas. El enfoque un tanto conservador de Simón
satisface plenamente los criterios pragmatistas que im
pregnan al conjunto de disciplinas que caracterizan la re
volución cognitiva y en este sentido sus aportes no son
secundarios para la problemática de la racionalidad humana.
NOTAS
B ibliogralia general
GREGORIO KLIMOVSKV