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VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL ÁMBITO LABORAL

El estudio sobre el empleo y el desempleo femenino tiene una historia trascendental. Es a

partir de los años setenta cuando las investigaciones tienen en cuenta la población femenina y

la variable sexo por la incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral. Así es como

las mujeres en la actualidad viven en una constante discriminación.

Si bien la violencia de género afecta tanto a hombres como a mujeres, su impacto es más

notable frente a las mujeres. En el extenso de este ensayo planteamos las diferentes

circunstancias en las cuales, la mujer, se ha visto sumergida dentro de la sociedad y tratamos

de plantear una solución a una problemática que se viene dando desde los inicios de la

humanidad. (Rico, 1996)

La desigualdad tanto de oportunidades como de trato hacia una persona que se ha

mantenido vigente en el mundo, va en contra de todo lo que se ha planteado con respecto a la

libertad que alguien tiene derecho a ejercer. La mujer se ve mayormente afectada en esta

situación, no solo por ser considerada el “sexo inferior” sino porque la misma sociedad lo ha

venido imponiendo. “Esta situación, históricamente, afecta más a más mujeres en razón de su

sexo, esto es solo por el hecho de serlo” (Perretti, 2010, p.10). En efecto, el hecho biológico

de ser mujer desde el momento en que nacemos comienza a representar un “pero” frente a

nuestras oportunidades.

La falta de datos estadísticos que podrían revelar de manera verídica y real la magnitud del

fenómeno de discriminación, no solo en América Latina, sino también, el mundo, son un

obstáculo que dificulta la comprensión real de la problemática de hoy. Un claro ejemplo es la

falta de conocimiento frente a las diferentes clases de violencia que existen, mismas que

nosotros no conocíamos hace menos de una semana. “La violencia cultural se define aquí
como cualquier aspecto de una cultura que pueda ser utilizada para legitimar la violencia en

su forma directa, estructural o cultural” (Galtung, 1969, p.147).

La discriminación no solo se ve arraigada al momento de excluir a la mujer, hay que

entender que excluir abarca un contexto más amplio. El termino exclusión se ve reflejado en

los salarios, en el puesto que la mujer ocupa, la profesión que ejerce y la jerarquía dentro del

núcleo familiar. De ahí que la violencia no solo es la acción de violentar, pero las

repercusiones a equivalencia de fuerza e intimidación ejercidas sobre alguien

independientemente de la circunstancia. (Perretti, 2010, p.9).

Como ejemplo inicial para explicar la situación de desigualdad que viven las mujeres en

Ecuador puede ser, como se menciona anteriormente, la desigualdad laboral que se presencia

en casi todas las empresas y asociaciones en el país, como muestra de esto se puede revisar

los datos de puestos de trabajo en el ámbito periodístico. Por ejemplo, más del 50 por ciento

de mujeres que laboran en este entorno son contratadas para ser reportera, mientras otras

plazas de trabajo como fotografía, directorio y presentadores son ejercidas mayormente por

hombres. (Rosales, 2013)

Se debe analizar el número de mujeres que, de igual manera, mantienen puestos altos,

como cargos directivos en este tipo de empresas. En la encuesta hecha en 2013 se puede

evidenciar que, de las ocho empresas tomadas en cuenta, solamente 10 mujeres trabajan en

estos puestos. Incluso, en Ecuador TV, que es un canal del estado, todos los directivos son

hombres, mostrando una clara preferencia al lugar de asignar este tipo de roles. (Rosales,

2013)

También se debe tomar muy en cuenta los requerimientos que se toman en cuenta en los

medios a la hora de postular para una plaza de trabajo, por esta situación, en el entorno de

comunicación audiovisual, como es el caso de la televisión, en este caso se toma en cuenta el


estado civil y la apariencia física de las candidatas al puesto, haciendo de las entrevistas de

trabajo un medio de desigualdad no solo sexual, sino también de condiciones sociales.

(Rosales, 2013)

Por estas desigualdades se deben tomar acciones para no seguir por este camino, y en un

futuro lograr una igualdad laboral a la hora de la contratación entre hombres y mujeres, para

que se tome en cuenta únicamente las capacidades de las personas, mas no la apariencia,

estado civil y otros factores que contribuyan a que esta desigualdad continúe, estos hechos

también influyen en la remuneración diferenciada a las mujeres. Esto crea una total injusticia,

por lo que el gobierno debería cambiar el proceso de contratación, comenzando por las

entidades públicas, haciendo entrevistas o pruebas anónimas, para comprobar que personas

están más aptas para cumplir con los trabajos ofrecidos, este método también puede ser

obligatorio para empresas privadas con su respectivo proceso de adaptación. (Benitez, 2018)

Ecuador ha atravesado una significativa crisis económica y política los últimos años. Los

indicadores de desigualdad muestran que los factores más significativos para explicar la

desigualdad son la escolaridad, la pertenencia al sector agrícola, el género y el grado de

formalidad del empleo. Se encuentran diferencias en la forma en que cada uno de estos

factores contribuye a la desigualdad. La explicación se encontraría en que se han dado

cambios en la estructura productiva de la familia, entre los cuales podemos destacar la forma

de participación de la mujer. (Contreras, 2002)

La presiones que se ejercen sobre las mujeres tanto en el ámbito familiar, ya que para que

una mujer trabaje puede llegar a “descuidar” el hogar, por ejemplo en Ecuador las mujeres

que trabajan en el área de floricultura pueden llegar a cumplir una jornada de hasta 13 horas

(Newman, Larreamendy, & Maldonado, 2001). Si bien las mujeres reconocen que al
encontrar un trabajo remunerado les da mayor independencia económica y autonomía, pero al

mismo tiempo llegan a sacrificar su tiempo familiar.

En cuanto al salario, se considera como un poder que influye y determina la calidad de

vida, entonces, vemos que el salario es, en cierta medida es lo que otorga el poder a los

hombres, quienes mediante su papel de “proveedores”, título otorgado por una sociedad

patriarcal, obtienen cargos mejores remunerados en comparación con las mujeres, aunque en

algunas estas sean la única fuente económica del hogar (HernándeZ, Camarena, & Castanedo,

2009). En Ecuador según datos del INEC (2017) , las ecuatorianas ganan, en promedio, USD

74 por debajo de lo que perciben sus compañeros de trabajo; es decir, un 25% menos.

Las mujeres ocupan aproximadamente el de 48,5 de la fuerza laboral mundial, sigue

estando 26,5 puntos porcentuales por debajo de la tasa de los hombres (OIT, 2018) y en

cuanto a posicionarse en puestos directivos es más notoria la desigualdad, en Ecuador de

acuerdo con un estudio de Deloitte Consulting (2017) solo el 5% de mujeres eran presidentas

de las empresas. Estos datos nos llevan a la conclusión de que pese a la formación profesional

que se tenga, en las empresas la cumbre esta solo reservada para los varones y los mismo

puede suceder en cualquier organización que se analice, ya que los puestos de secretarias,

recepcionistas y tareas similares, están ocupados en su mayoría por mujeres, mientras, los

altos cargos ejecutivos por varones. (Heller, 2015)

La discriminación de la mujer en el ámbito laboral se define como la separación de la misma

frente a las actividades de la sociedad, así como también darle un trato de inferioridad por el

hecho de ser mujer. Según Lara (2010, pág. 137) respecto a la discriminación de la mujer en

el ámbito laboral, ha expresado que la feminización de los mercados de trabajo no

necesariamente implica la desaparición de las condiciones salariales, sociales y jerárquicas.

Por lo tanto, a pesar de la separación binaria de la sociedad, se demuestra que la mujer ha


participado simultáneamente en el ámbito público aunque con valores muy minuciosos frente

a las actividades del hombre.

La formación ciudadana está inmersa en los problemas sociales y se vincula estrechamente

por la falta de oportunidades en la mujer y como los problemas que aquejan a la sociedad

para que exista una igualdad de género en el ámbito laboral. Uno de esos problemas es la

desigualdad del salario en las mujeres. Según Becker (1971, pág. 18) plantea una

diferenciación de las actividad por la intensidad de trabajo que emplean, determinando que

las mujeres reciben un menor salario en la medida que emplean parte de su esfuerzo en las

actividades del hogar

Al enfrentar un problema que ha estado presente en nuestra sociedad desde los inicios de la

misma intentar dar una solucion es intentar cambiar el mundo, buscar una solucion a la

desigualdad jerarquica dentro de las empresas implica una participacion activa del estado en

donde se genere una ley la cual obligue a todo tipo de empresa a tener en los dos cargos

administrativos/gerenciales de mas alto rango a una mujer, esto daria una solucion factible a

la problemática siendo esta igualitaria para los dos lados

Convocar al sindicatos de obreros para que hagan de mediadores en un dialogo en busca de la

equidad de salarios entre hombre y mujer, el dialogo mencionado buscara eliminar la

desigualdad salarial de la que poco o nada se habla pero que esta presente en la actualidad.

CONCLUSIONES

Al pensar que la discrimanacion en un ambito laboral es enexistente en pleno siglo XXI

dejamos de buscar soluciones a dicho probrema, sin embargo al hacer frente a la

problemática y bucar a los autores de la misma es muy alarmante encontrar que el problema

esta presente de una manera tan natural dentro de nuestra sociedad y somos todos los que
participamos de manera activa o pasiva, permitiendo que este tipo de discrimacion en este

caso la laboral permanezca existente un claro ejemplo son los “peros” en el ambito laboral y

es este el que generar ademas discriminacion social, educativo, politico, economico.

Las plazas de trabajo como el de secretaria, asistente, enfermera, reportera pese a esta

feminizacion de trabajos no necesariamente implica la desaparición de las condiciones

salariales, sociales y jerárquicas, y en cuanto a posicionarse en puestos directivos es más

notoria la desigualdad dando a entender que la mujer queda limitada de porsi desde su oferta

de empleo.

La brecha salarial que existe nos deja claro de la magnitud del problema, al conocer que una

mujer por el solo hecho de serlo gana un 25% menos que sus compañeros varones, sin

embargo la mujer destinan parte de su esfuerzo a actividades del hogar y en algunos casos

las mujeres s son la única fuente económica del hogar. La brecha salarial nos da a entender

que el varon queda definido como el proveedor del hogar ya que obtiene cargos mejores

remunerados, entendemos que la sociedad todavia muestra señales de ser patrialcal pese a

esto la informacion es tan escaza como sus soluciones


LISTA DE REFERENCIAS

Benitez,D (2018) Discriminación salarial por género en el sector formal en Ecuador usando
registros administrativos. Instituto Nacional de Estadística y Censos, Quito-Ecuador.
Rosales, J (2013) Mujeres ecuatorianas: acoso y discriminación en los Medios
de comunicación de Quito. Departamento de Periodismo Facultad de Comunicación
Universidad
Contreras, D. (2002). Crisis, ingresos y mercado de trabajo en Ecuador. Bulletin de l'Institut
français d'études andines, 621-654.
Deloitte Consulting. (2017). Deloitte. Obtenido de https://www2.deloitte.com/ec/es.html#
Heller, L. (2015). Mujeres y varones en las organizaciones: Ambiciones y aspiraciones.
Buenos Aires: Pluma digital.
HernándeZ, C., Camarena, M. E., & Castanedo, B. (2009). Para las mujeres no todo el poer,
pero sí todo el trabajo. México: EÓN.
INEC. (Diciembre de 2017). Instituto Nacional de Estadística y Censos . Obtenido de
http://www.ecuadorencifras.gob.ec/estadisticas/
Newman, C., Larreamendy, P., & Maldonado, A. (2001). Mujeres y floricultura: Cambios y
concecuencias en el hogar. Quito: ABYA-YALA.
OIT. (2018). Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Avance global sobre las
tendencias del empleo femenino 2018.
Becker, G. (1971). La discrimación de las economías. Chicago: University of Chicago Press.

Lara, R. M. (2010). Democracia y derechos de las mujeres. México: Popocatépetl.

de las Américas (Quito, Ecuador)


Rico, N. (1996). Serie mujer y desarrollo. CEPAL. Violencia de género: Un problema de

derechos humanos. (p.5). Recuperado de:

https://www.cepal.org/mujer/noticias/paginas/3/27403/violenciadegenero.pdf

Galtung, J. (1969). La violencia: cultural, estructural y directa. (V). (p.147). Recuperado

de: file:///C:/Users/estudiantes/Downloads/Dialnet-LaViolencia-5832797.pdf

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