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Estudio de caso

Melanie Aguilar González

Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Estatal a Distancia

Familia, Género y Sociedad

Lilliana Vargas Acuña

08 de mayo, del 2022


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Justificación.

Es importante realizar este estudio de caso y abarcar todos estos temas a temprana edad en
la actualidad ya que de acuerdo con Reyes, Moreno y Camacho (2018), señalan que las mujeres
son tratadas por el estado y la sociedad en conjunto de manera francamente desigual, sobre una
base de discriminación, además, en ninguna entidad se observa igualdad de trato y oportunidades
entre hombres y mujeres. Es importante porque la equidad de género laboral es un tema que se
debe tener presente siempre ya que existe una desigualdad de oportunidades, de salario y sobre
todo de la poca flexibilidad que se requiere para poder equilibrar una vida familiar, por lo tanto,
estos son elementos que frenan el crecimiento laboral de una mujer y que en muchas ocasiones
prefieren dejar de trabajar (Reyes, Moreno y Camacho, 2018).

La discriminación en los entornos laborales consiste en una exclusión de trato ocurrida con
un motivo o con ocasión de una relación de trabajo, esta se basa prácticamente en un criterio de
raza, color, sexo, religión, opinión política o cualquier otro que se considere irracional, lo cual,
conllevará a que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de trato en el empleo (Castro, 2001).

En las últimas décadas, la incorporación de las mujeres al mundo del trabajo remunerado
ha avanzado de forma muy importante. Se han aprobado e institucionalizado a nivel mundial, en
nuestra región y en cada uno de los países, leyes y políticas que reconocen la existencia de
profundas desigualdades entre mujeres y hombres en numerosos ámbitos de la vida; y a la vez, se
han asumido compromisos importantes para reducirlas y mejorar los niveles de igualdad y equidad
entre ellos. De igual forma, ha ocurrido en el mundo del trabajo, donde las cifras y datos oficiales
evidencian que, aunque hay importantes avances todavía es necesario hacer más para cumplir con
los compromisos que cada uno de los habitantes deben asumir.
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Estudio de caso.

Actualmente en los entornos familiares, laborales, entre otros, influyen mucho los
estereotipos ya que estos han dejado ver que tienen una función muy importante para la
socialización de las personas, facilitando su identidad social y la conciencia de pertenecer a un
grupo social ya que al identificarse con los estereotipos dominantes en dicho grupo esto hará que
el individuo acepte las condiciones simplemente por permanecer integrado en él.

Hasta el día de hoy, se ha visto un gran incremento en el reconocimiento de la conveniencia


de la incorporación de ciertas características asociadas a las mujeres para el funcionamiento de las
organizaciones, destacándose prácticamente el liderazgo de ellas. Sin embargo, estas mayores
tasas de participación por parte de las mujeres en la fuerza laboral no implican que los mercados
laborales estén mejorando positivamente para las mujeres; ha existido una persistencia de procesos
de discriminación que han impuesto una serie de obstáculos en el desarrollo de las trayectorias
laborales de las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres. Algunos ejemplos de estos
estereotipos existentes en los entornos laborales se puede recalcar la diferencia de remuneraciones
entre hombres y mujeres, los empleos femeninos se inclinan por un número reducido de sectores
de actividad y de profesiones, también se puede mencionar que existe una discriminación en cuanto
a los empleos femeninos ubicándolas en las categorías que se encuentran en la parte baja de la
jerarquía y al hombre en las primeras categorías y asignándoles los mejores empleos y salarios
(Godoy y Mladinic, 2009).

La división sexual del trabajo es universal, pero especifica la forma que adopta cada
sociedad existiendo una gran variabilidad cultural, lo que demuestra que la vinculación entre
trabajo y sistemas de género depende de factores culturales y no de diferencias biológicas entre
hombres y mujeres. La división sexual del trabajo es la parte de las relaciones sociales que articula
la producción y reproducción y es en donde a partir de ahí se van desglosando diferentes términos
como el reparto de tareas según el sexo y género. Esta división se caracteriza por la asignación
prioritaria de los hombres a la esfera productiva y de las mujeres a la esfera reproductiva
(Rodríguez, 2016). Existe la idea de que en toda formación social hay dos esferas bien
identificadas: la pública y la privada en donde cada una tiene un tipo de trabajo que le es propio
por ejemplo el productivo/asalariado y el reproductivo/doméstico.
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En cuanto a las tareas asignadas a ambos sexos, tradicionalmente, las representaciones


sociales han contribuido a construir un estereotipo de mujer y asignarle una función dentro de la
sociedad en donde por medio de estas, y a través del mecanismo de la naturalización, se perciben
como algunos rasgos de las mujeres que en realidad se derivan de los roles sociales a las que han
sido asignadas históricamente. Lo que generalmente se espera de ellas influye en sus modos de ser
y hacer; aparece como preocupada por el bienestar de su entorno, mientras que los varones
aparecen más deseosos de imponerse y controlar. Las tareas adjudicadas a ambos sexos, por
ejemplo, en cuanto a las funciones de cada uno, el hombre es el proveedor de la familia, su trabajo
es visible y remunerado, sus tareas en el hogar se basan en reparar, en cuanto a su jornada es fuera
del hogar ya sea en la calle, empresas, instituciones, etc. Y su descanso va a ser dentro del hogar
donde va a ser atendido por su esposa. Y en cuanto a la mujer, se va a encargar del mantenimiento
del hogar, del cuidado de la familia y la crianza de sus hijos, su trabajo siempre va a ser doméstico
porque así lo dicta la sociedad en donde este trabajo es invisible y no es remunerado, si esta realiza
un trabajo productivo fuera del hogar, va a ser con un menor salario y con doble y triple jornada,
sus espacios siempre van a ser en el hogar y en la comunidad y en lugares no reconocidos y no
valorados. Y finalmente su descanso va a ser fuera del hogar un con un tiempo delimitado (Vives,
2010).

El trabajo productivo en el mercado laboral “tiene una marcada estructura masculina que
mantiene una desigual distribución entre el trabajo reproductivo y productivo de mujeres y
hombres, lo que genera un conflicto para conciliar trabajo – familiar” (Rodríguez, 2016, p.15).
Generalmente el trabajo de la mujer se consideraba muy doméstico, pero actualmente, sus puestos
de trabajo corresponden con los roles que les tocaba cumplir en el hogar, por ejemplo, enseñar y
cuidar, aplicándolos en trabajos como maestras, enfermeras, secretarias. El trabajo productivo de
la mujer fue rentable para el patriarcado debido a los bajos salarios que se le asignaban (Rodríguez,
2016). Un ejemplo que se puede mencionar es el de la Sra. Jenkins, quien trabajaba a tiempo
parcial para Kingsgate, esta dice que su jefe le pagaba un salario por hora de un 10% menor que a
sus compañeros masculinos que trabajaban tiempo 10 completo, por tanto, tomó la decisión de
demandarlo (Carvajal y Rojas, 2013). Por lo tanto, se debe establecer que los hombres y las
mujeres deben de recibir la misma remuneración si realizan el mismo trabajo y ocupan el mismo
puesto. Las mujeres venden su capacidad productiva y fuerza de trabajo, prestando servicios o
produciendo bienes por una remuneración o salario que no van a satisfacer sus necesidades.
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Existe una segregación ocupacional que implica un acceso diferencial entre hombres y
mujeres a ocupaciones y puestos de trabajos, ramas y categorías ocupacionales; lo que afecta a la
calidad de empleo femenino en la relación con el trabajo reproductivo y de ocio. En cualquiera de
los casos, los afectados sufren agravios como salarios más bajos, horarios abusivos, ataques
personales, menores opciones de promoción profesional o menosprecios y exclusiones por parte
de sus compañeros y jefes. La discriminación en los entornos laborales es un potente factor
desestabilizador en las empresas que tiene a su vez un hondo impacto en la sociedad. Algunos
determinados tipos de discriminación son conocidos por la mayoría de la población, no obstante,
cualquier empleado que manifieste todo este tipo de discriminaciones experimenta un considerable
sufrimiento psicológico.

Y en cuanto al trabajo reproductivo este comprende con la mayoría de actividades y tareas


hogareñas relacionadas con la reproducción de la fuerza laboral. Estas son tareas reproductivas de
crecimiento de la familia y la crianza, cuidado y educación de los hijos.

De acuerdo con Campillo (2000), los estudios y debates en cuanto a las mujeres sobre la
desvalorización de su trabajo doméstico y estimada como el eje de la subordinación de género,
han llamado la atención sobre tres elementos del trabajo doméstico, como lo es su invisibilidad,
su no contabilidad y su no remuneración, en donde estos tienen una relación entre sí. La
invisibilidad, está relacionada con la apreciación de las actividades del hogar, en donde la ideología
patriarcal logró incluir y legitimar en los roles de las mujeres, consideradas ante todo como
productoras biológicas. La no contabilidad tiene que ver con lo anterior y con la consideración de
que esas tareas domésticas no van a producir una riqueza y no se registra como un proceso
económico y que no será remunerado.

El machismo es un fenómeno bastante extendido en todo el espacio geográfico de América,


este se puede interpretar como “una ideología que defiende y justifica la superioridad y el dominio
del hombre sobre la mujer; exalta las cualidades masculinas, como agresividad, independencia y
dominancia, mientras estigmatiza las cualidades femeninas como debilidad, dependencia y
sumisión” (Moral y Ramos, 2016, p.39). La inequidad laboral es una de las manifestaciones más
comunes en donde se evidencia el machismo. Inclusive, es posible afirmar que el punto de partida
para la inequidad laboral se manifestó a través del elemento de la fuerza; siendo los hombres más
fuertes que las mujeres.
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Por lo tanto, se deben de proponer acciones para poder aplicarlas en el día a día y de cierta
forma, fomentar una equidad de género en todo el ámbito posible. El fenómeno de los estereotipos
de género tiene que ser contrarrestado y combatido en múltiples frentes, por ejemplo, en el idioma
y el vocabulario, en las leyes y las prácticas, en la mentalidad de las personas, en los sistemas de
justicia, en los medios de comunicación y en la educación, en las diversas organizaciones y
autoridades públicas y por último en las empresas. Por otro lado, se deben de promulgar leyes que
cambien la mentalidad, como las leyes contra la violencia de género de todo tipo, incluyendo el
acoso sexual en el lugar de trabajo, también se puede mencionar la asignación de recursos
adecuados para los programas dedicados a la eliminación de estereotipos de género, por ejemplo,
a través de campañas de promoción y de concientización y del desarrollo de planes para la equidad
de género en todos los entornos.

Se debe de potenciar la conciliación corresponsable, compartir en igualdad


responsabilidades productivas y reproductivas. Para ello es necesario construir un modelo
productivo igualitario, en el que exista corresponsabilidad de tareas, donde existan dos cuidadores
y dos productores en idénticas condiciones de igualdad. Se deben de eliminar los estereotipos
machistas y sexistas y finalmente, una educación como herramienta imprescindible para erradicar
las desigualdades.
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Conclusiones.

Después de haber elaborado el estudio de caso, se pudo concluir que la mujer ha vivido en
una sociedad establecida dentro de un sistema patriarcal, donde su condición de género la ha
delegado a una posición secundaria en la sociedad. Sin embargo, en el ámbito sexual, los discursos
sobre la moral y la decencia femenina sigue formando parte de la conciencia cultural en donde
estos discursos se han mantenido y transmitido a lo largo de la historia a través de las instituciones
sociales, culturales, religiosas y políticas, estableciéndose en la mente de las personas hasta que
formen parte de su cultura.

Existen formas de entender las cosas y es a través de la práctica social del lenguaje que se
puede generar mediante la inclusión y exclusión de diferentes ideas que se acoplan al
entendimiento social, de esta manera es que los humanos entienden sus relaciones de existencia.
Estas relaciones reales son el proceso mediante el cual los individuos de una sociedad le dan un
significado a su propia realidad partiendo del lenguaje. De esta forma, si socialmente se ha
establecido que la mujer debe de seguir una serie de parámetros de conducta, es porque estos han
sido establecidos mediante el lenguaje que se llegan a convertir en texto y posteriormente en
discursos como políticos, sociales, familiares, morales y sexuales.

Otra conclusión interesante es el hecho de que la mujer reduce su probabilidad de participar


en el mercado laboral, es necesario indagar en las causas que están detrás de la baja tasa de
participación laboral femenina, abordar el fenómeno de la discriminación y enfrentar la realidad
de que las mujeres asumen el papel de proveedoras del hogar junto a sus parejas o como jefas de
hogar, pero sigue recayendo en ellas la responsabilidad del cuidado y de las tareas domésticas. hoy
en día los estereotipos están más cuestionados que nunca y aún más en los entornos laborales, ya
que la sociedad define las características y actuaciones de cada uno de los miembros en función
de su género, además el establecer roles de género conlleva a que se siga edificando y
robusteciendo el sistema social patriarcal. Los roles pueden llegar a convertirse en normas
demasiado estrictas que restringen la libertad individual y no permite al individuo expresarse más
allá de lo correcto o lo establecido. Aunque en las últimas décadas se han reducido los roles, pero,
aun así, sigue existiendo la desigualdad y las dificultades en varios ámbitos, el lugar de trabajo; al
mismo tiempo, la violencia de género y los estereotipos siguen estando presentes en el diario vivir.
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Referencias bibliográficas.

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Ucentral. Obtenido de https://www.redalyc.org/pdf/1051/105115263011.pdf.

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