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La deprivación social, sin llegar a estos casos extremos, afecta el desarrollo cerebral del niño,
reflejándose en una disminución de su capacidad intelectual, que más tarde lo va a afectar
negativamente en el proceso de aprendizaje.
“La pobreza va casi siempre acompañada de una deprivación psico-afectiva. Al estudiar el medio
ambiente familiar de niños pertenecientes a los niveles de extrema pobreza, se puede comprobar
que está muy deteriorado. La estructura de la familia por lo general está distorsionada, no
cumpliéndose los roles parentales normales. La imagen del padre está muy dañada, y son
frecuentes los abusos que se cometen con los niños. Durante esta época de gran aprendizaje, en
que el niño comienza la exploración del mundo que lo rodea, se encuentra con un medio familiar
gris y aplastante, que no estimula su imaginación ni exacerba su curiosidad. Tal vez la más grande
deficiencia sea la carencia de estimulación verbal, ya que el vocabulario de los padres es muy
restringido. En niño nace y se desarrolla en un ambiente de inseguridad y carente de estímulo
psíquico y afectivo (Fernando Mönckeberg y colaboradores y colaboradores, American Journal of
Clinical Nutricion, 1973).
Por todas estas observaciones, ya no cabe duda de la estrecha relación que existe entre el
desarrollo cerebral y los factores medio ambientales.
El período crítico.
Los neurocientistas han afirmado que existiría un “período crítico” para el desarrollo cerebral, que
se ubicaría en los primeros años de vida. A la luz de las numerosas experiencias realizadas en
diferentes partes del mundo, ya no cabe duda que esta etapa crítica del desarrollo está
estrechamente relacionada con los estímulos ambientales. Durante este período, el cerebro no
sólo es especialmente receptivo de información, sino que además necesita de ella para lograr las
apropiadas conexiones neurales. Los estímulos emocionales, afectivos, verbales, visuales y
auditivos orientan y conducen el complejo proceso de interconexión de neuronas, que
posteriormente va a permitir un aprendizaje normal.
Por otra parte, son numerosas las investigaciones que confirman la existencia de un período
especialmente sensitivo del cerebro, donde experiencias negativas limitan la capacidad cerebral
posterior, repercutiendo en la capacidad de aprendizaje y el comportamiento.
Una enorme experiencia en este sentido ha logrado la Corporación para la Nutrición Infantil
(CONIN). La conclusión final enfatiza la necesidad de prevenir el daño precozmente, mediante
programas de enriquecimiento precoz del medio ambiente y prevención de desnutrición. Sólo así
se puede prevenir el daño cerebral. La intervención en edades posteriores ya es demasiado tarde,
quedando secuelas permanentes, que dificulta grandemente el proceso de aprendizaje en la edad
escolar.
FENÓMENO FLYN.
En 1984, observó que los test Weschler y Stanford Binet, que se han venido utilizando desde
comienzos de siglo en los Estados Unidos para medir el cuociente intelectual en niños, muestran
que de año en año están dando valores consistentemente más altos. Los nietos más inteligentes
que los abuelos. Esto es lo que se ha llamado “Fenómeno Flyn”, que también se ha confirmado en
otros países, como Bélgica, Holanda, Israel, Noruega e Inglaterra. En todos ellos se observa un
aumento promedio de 20 a 30 puntos cada diez años. Esto significa un incremento entre 5 y 25
puntos en una generación.
El cambio que ha ocurrido ha sido demasiado rápido como para atribuirlo a razones genéticas. Lo
más probable es que sea debido a otros factores, como el incremento de la escolaridad que se ha
estado observando simultáneamente en esos países. Es así como ésta ha incrementado desde
menos de 8 años en 1920, a más de 13 años en la época actual.
Diversas otras explicaciones se han tratado de dar frente a este curioso fenómeno. Tal puede ser
una mejor nutrición, que ha permitido un mayor desarrollo cerebral. Cabe señalar, que junto al
incremento del C.I. también ha aumentado la talla promedio de los niños durante igual período, lo
que confirma la mejor nutrición.
Pero tal vez el mayor cambio está en la estimulación. Es un hecho que el niño de hoy se encuentra
sometido a muchos más estímulos que en el pasado. Televisión, internet, y nuevas tecnologías. Sin
embargo el cambio no se puede atribuir sólo a ese factor, dado que el cambio en el C.I. comenzó a
observarse antes del reinado de la televisión e internet.
También en esta época han ocurrido importantes cambios sociales, como por ejemplo, un mejor
nivel de vida, la mayor educación de los padres, la disminución del número de hijos, todo lo cual
ha permitido el mayor y más rico contacto de ellos con sus padres, especialmente durante los
primeros años de vida. En resumen, hoy el medio ambiente del niño es más rico tanto en
estimulación verbal, como emotiva y personal-social.
Cualquiera sea la causa, el hecho es que de año en año, los hijos están siendo más inteligenes que
lo que fueron sus padres.