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LOS PRIMEROS MIL DÍAS EN LA VIDA DE UN NIÑO

Luis Carlos Ochoa Vásquez, Pediatra Puericultor U de A

Profesor Titular Universidad Pontificia Bolivariana

Resumen

Respecto al desarrollo y crecimiento de los niños, en las últimas décadas se han dado importantes
avances y hechos que obligan a darle otra mirada al momento más crucial en la vida de todo ser
humano:

• El desarrollo del cerebro (en el campo cognitivo. Emocional y social) adquiere su máximo
nivel en cuanto a la sinaptogénesis en los primeros mil días de vida, contando éstos desde
la concepción misma
• Se sabe ya que el crecimiento está más influenciado por las condiciones ambientales que
por la genética
• En los primeros años de vida de los niños sus padres cada vez pasan menos tiempo con
ellos
• El estado nutricional de la futura madre tiene cada vez más repercusiones en la salud del
futuro niño y adulto
• La lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida tiene evidentes
repercusiones en la salud y desarrollo del niño
• La obesidad es una verdadera epidemia en los niños de todos los estratos sociales y tiene
consecuencias graves en la vida adulta
• El desarrollo y crecimiento de los niños en los primeros mil días de vida tienen
repercusiones en la vida adulta: ingresos, desempeño laboral y en estudios, enfermedades
crónicas (cardiovasculares, metabólicas). En otras palabras, el resultado de los primeros
mil días de vida tiene una influencia significativa en el capital humano

Introducción

Con relación al crecimiento y desarrollo de los niños en las últimas décadas se han
dado cambios trascendentales que obligan a replantear no solamente su atención
desde el punto de vista de promoción de la salud, prevención de enfermedades y
alteraciones del desarrollo, sino la revisión de políticas y normas que se pongan a
la par de estos cambios. De manera general, los avances que justifican este
necesario replanteamiento de las políticas sobre la primera infancia son:

1. Avances decisivos en las ciencias neurobiológicas, conductuales y sociales.


Gracias a investigaciones sustentadas en las nuevas tecnologías y de las
neurociencias se han llegado a las siguientes conclusiones:
• En el desarrollo cerebral existe una influencia inseparable entre la
genética y el ambiente en el que crece el niño
• Las relaciones y experiencias tempranas del niño son una función
básica para la adaptación o la disfunción en su desarrollo
• Es claro que en los primeros años se desarrollan capacidades,
acciones complejas y habilidades sociales
• Es posible lograr mejores resultados en el desarrollo mediante
intervenciones planeadas1
2. Cambios sobre la crianza de los niños
Por los cambios sociales y laborales, las familias han sufrido importantes
transformaciones que necesariamente repercuten en la crianza de los hijos.
Algunos son:
• Cada vez las familias encuentran más dificultades para conseguir un
equilibrio entre el trabajo y el cuidado de los niños
• Además de un aumento en la diversidad cultural y étnica, hay familias
monoparentales, parejas de ambos sexos, niños adoptados, además
de otros cuidadores que ejercen una influencia decisiva en los niños.
• Cada vez son más los niños que pasan más tiempo en los jardines
infantiles que en sus hogares
• Existe mayor conciencia sobre los efectos negativos que el exceso de
estrés ocasiona en los niños, especialmente por problemas serios en
la dinámica familiar
• Los padres encuentran dificultades en el sano ejercicio de la
autoridad1
3. Avances sobre el crecimiento de los niños y mejores herramientas para su
evaluación.
Con los nuevos estándares de crecimiento promulgados por la Organización
Mundial de la Salud y adoptados ya por más de cien países se logra un
valioso progreso en la vigilancia del crecimiento de los niños. Entre los logros
de estos nuevos patrones están:
• Evidencian que es necesario satisfacer muchas necesidades en la
vida fetal y en los primeros años para que el crecimiento se dé de una
manera normal
• Permiten la identificación de los niños a riesgo, más que esperar a
diagnosticar problemas en el crecimiento
• Son guías prescriptivas, es decir, señalan, formulan cómo deberían
crecer los niños, lo que las convierte en un indicador de hasta qué
punto se le cumplen realmente sus derechos.
• Pero son además predictivas: anuncian con anticipación cuándo se va
a presentar un problema
• Pero su resultado más importante es que se reconoce que son las
diferencias ambientales más que los factores genéticos, los
principales determinantes en las disparidades en el crecimiento de los
niños2.

Conceptos básicos sobre el desarrollo

Con base en las anteriores consideraciones y avances se plantean los siguientes


conceptos sobre el desarrollo:

• Está dado por una interacción dinámica y continua entre biología y


experiencias dadas por el ambiente.
• La cultura influye necesariamente en todos sus aspectos
• Una piedra angular del desarrollo en la primera infancia es la construcción de
la autorregulación
• Los niños son protagonistas de primer orden, son participantes activos de su
propio desarrollo
• Las relaciones humanas son un componente fundamental para el logro de un
desarrollo saludable
• El desarrollo está determinado por una permanente interacción entre fuentes
de vulnerabilidad y de resiliencia
• El curso del desarrollo se puede alterar en la primera infancia a través de
intervenciones eficaces que modifiquen el equilibrio entre factores de riesgo
y factores de protección1.

Avances sobre el neurodesarrollo

Gracias a múltiples investigaciones y al empleo de nuevas tecnologías se han


encontrado importantes hallazgos sobre el neurodesarrollo. Algunos son:

• El cerebro cuenta con 86 mil millones de neuronas y mil billones de sinapsis 3


• En los primeros años se producen entre 700 y 1000 sinapsis por segundo4
• A los 7 años la neuroplasticidad del cerebro baja al 50%5
• El 87% del peso del cerebro se logra a los 3 años. Al nacer el cerebro pesa
300 g; a los 3 años pesa 1,2 kg. El cerebro del adulto pesa 1,4 kg pero su
máximo crecimiento se da en los primeros 6 meses
• En el primer año se crean o no, lazos emocionales fuertes así como
conexiones neuronales para adquirir habilidades sociales.
• A los 2 años se adquieren habilidades para afrontar situaciones de estrés 6

Nótese pues que el neurodesarrollo en los primeros años no influye exclusivamente


sobre la inteligencia cognitiva sino que permite construir las bases para una
adecuada inteligencia emocional y social.
Desde el punto de vista de la producción de sinapsis, la mayor formación de las
mismas, especialmente en las áreas de la visión, audición, lenguaje y de las
funciones cognitivas superiores se presenta desde la concepción hasta los 2 años
de edad, es decir, en los primeros mil días de vida de todo niño. Es precisamente
este hecho el que ha volcado toda la atención sobre esta edad para obtener un
crecimiento y desarrollo óptimos.

Tomado de: Shonkoff JP, Phillips DA, Editors. From Neurons to Neighborhoods: The Science of
Early Childhood Development. National Academy of Science.2000

Desde el punto de vista de la audición ya es un hecho que el período fetal es un


tiempo en el que ocurre un desarrollo que facilita la capacidad de hacer un
procesamiento auditivo fino y de discriminar sonidos. Los niños tienen la habilidad
de aprender un lenguaje durante la gestación7. Es más: se sabe ya que los fetos
pueden descifrar el habla a partir de los 7 meses8.

Loa anteriores hallazgos respaldan la importancia de la estimulación del lenguaje


en los niños desde antes de nacer ya que el ciclo de las sinapsis en la corteza
auditiva, que se inicia como ya se anotó desde antes de nacer, alcanza su máximo
pico a los 3 meses y a los 6 meses los niños están en capacidad de percibir todos
los fonemas. Lo anterior es el soporte de que la lectura en voz alta es una valiosa
herramienta en el acompañamiento de los niños en su desarrollo 9.

El desarrollo del cerebro y el maltrato infantil


Cada vez se van aportando nuevos elementos que sugieren que el maltrato y el
estrés extremo durante la infancia pueden afectar el desarrollo temprano del cerebro
y la función inmunológica lo que puede inducir a trastornos crónicos como obesidad,
enfermedades cardiovasculares, abuso de drogas y alcohol, depresión,
comportamientos de alto riesgo y violencia.

Es claro entonces que el maltrato no deja solamente cicatrices físicas y emocionales


sino también marcas en los genes de un niño. No se trata de mutaciones sino de
modificaciones químicas, cambios en la expresión genética a través de la metilación
del ADN, silenciando o activando genes con lo que se pueden alterar procesos
biológicos fundamentales que pueden afectar negativamente la salud durante toda
la vida10,11.

La desnutrición materna e infantil y su efecto en los primeros mil días

En una valiosa serie de artículos de la revista Lancet sobre desnutrición materna e


infantil publicada en el 2008 se deja en claro sin duda alguna la estrecha relación
entre el estado nutricional de la madre y el niño y la mortalidad, morbilidad, el
desarrollo y el crecimiento en los primeros dos años de vida. La desnutrición
materna e infantil tiene unas evidentes consecuencias a corto plazo como la
mortalidad, la morbilidad y la incapacidad. Pero a largo plazo sus consecuencias
más notorias son: baja estatura en la vida adulta, disminución de la capacidad
intelectual, alteración de la productividad y mayor riesgo de sufrir enfermedades
cardiovasculares y metabólicas12.

Algunos puntos críticos sobre los efectos de la desnutrición en esta edad son los
siguientes:

• La deficiencia de vitamina A aumenta el riesgo de morbilidad por diarrea


especialmente en su severidad.
• La suplementación con vitamina A a la gestante produce una significativa
reducción de la mortalidad en los primeros 6 meses de vida del niño.
• La deficiencia de zinc aumenta el riesgo de sufrir neumonía, diarrea y
malaria.
• La anemia por deficiencia de hierro alcanza su máximo pico a los 18 meses
de edad
• Existe una relación entre la presencia de anemia y la capacidad cognitiva:
hay un riesgo mayor ce un bajo cociente intelectual en los niños con una
hemoglobina inferior a 10 g/L.
• Se ha encontrado que las madres con deficiencia de vitamina B12 tienen más
riesgo de que sus hijos presenten baja talla, pobre función cognitiva y retardo
global del desarrollo13.
Con relación a la estatura y el Índice de Masa Corporal de la gestante, se sabe que
la baja estatura es un factor de riesgo para tener un parto por cesárea, así como un
efecto sinérgico entre baja talla y un IMC alto. Por otra parte hay una asociación
entre un IMC bajo en la gestante (menor de 18,5 kg/m2) y retardo en el crecimiento
intrauterino.

Respecto a algunos micronutrientes y vitaminas (vitamina A, yodo, tiamina,


riboflavina, piridoxina, cobalamina), su concentración plasmática en el niño es
dependiente de su estado en la gestante. Es decir, el riesgo de depleción en el niño
se incrementa por la deficiencia materna.

La lactancia materna y los primeros mil días

Cada vez son mayores los descubrimientos sobre los beneficios de la lactancia
materna en el desarrollo y crecimiento de los niños. Se resaltan algunos de ellos:

• La lactancia materna reduce en 72% el riesgo de hospitalización por


neumonía y bronquiolitis13,14. Recuérdese que la primera causa de
hospitalización en niños menores de un año es precisamente la bronquiolitis.
• Los niños que reciben lactancia materna exclusiva entre los 4 y los 6 meses
tienen un riesgo cuatro veces mayor de neumonía que aquellos que
continúan con lactancia materna más allá de los 6 meses15.
• La severidad de los casos de bronquiolitis por virus sincitial respiratorio se
reduce en 74% en los niños alimentados al pecho en comparación con
aquellos que nunca recibieron leche materna o solo lo hicieron
parcialmente16.
• Cualquier modalidad de lactancia materna (parcial, predominante o
exclusiva), reduce la incidencia de otitis media en un 23% con relación a los
niños que se alimentan de manera exclusiva con leches de fórmula13.
• El resfriado común y las infecciones de la garganta se reducen en un 63% en
los niños que son amamantados de manera exclusiva hasta el sexto mes de
vida17.
• La lactancia materna se asocia con una reducción del 64% en la incidencia
de diarreas18.
• La lactancia materna en niños prematuros reduce la incidencia de
enterocolitis necrozante entre un 66% y un 77%19.
• Existen estudios de meta-análisis que muestran que la lactancia materna se
asocia con una disminución del riesgo del Sindrome de Muerte Súbita del
Lactante (SMSL) del 36%20.
• Hay una reducción entre el 15% y el 30% del riesgo de sufrir obesidad en
adolescentes y adultos si hubo alguna modalidad de lactancia materna en
comparación con aquellos que no fueron amamantados13,21.
• Existe una reducción del 30% en la incidencia de diabetes mellitus tipo 1 en
los niños que reciben lactancia materna exclusiva al menos por tres meses22.
• Los promedios de inteligencia y los reportes de los maestros sobre el
desarrollo son mejores en los niños que son alimentados al pecho 23,24.
También se han detectado efectos positivos de la lactancia materna en el
neurodesarrollo de niños prematuros, la población de mayor riesgo en este
campo25,26.

Finalmente, dentro de la decisiva influencia de la leche materna en el crecimiento y


desarrollo de los niños, no menos importante es el efecto de la alimentación
complementaria cuando se inicia a tiempo y de manera adecuada. Un niño con
lactancia materna óptima podrá llegar a tener un bajo crecimiento si no recibe un
complemento alimentario adecuado en calidad y cantidad después del sexto mes
de vida. Por la ausencia de estas condiciones es que la mayor incidencia de un mal
crecimiento aparece en los primeros dos años, especialmente después del período
de la lactancia materna exclusiva. Es también, a partir de este momento cuando
aparecen problemas como la desnutrición y la diarrea.

La obesidad y los primeros mil días

Partiendo de la doble carga de la malnutrición, es claro ya el efecto que la


desnutrición de la gestante y el niño tienen en los primeros años, pero en las últimas
décadas aparecen el sobrepeso y la obesidad como un verdadero problema de
salud pública, tanto en los países industrializados como en los de medianos y bajos
ingresos. Desde este punto de vista la Academia Americana de Pediatría en la más
reciente actualización de este tema27, llama la atención sobre este problema y la
función que deben cumplir los pediatras en su prevención. Se resaltan algunos
puntos clave:

• La prevención de la obesidad debe empezar antes de los dos años


promoviendo una ganancia adecuada de peso de la madre en la etapa
prenatal, dejar de fumar antes del embarazo, dar lactancia materna exclusiva,
ganancia adecuada de peso en el niño en los primeros años y una
alimentación complementaria correcta
• Señala como factores prenatales de riesgo la obesidad de los padres, la
diabetes gestacional y el fumar
• Los factores de riesgo del niño: no recibir lactancia materna, ganancia rápida
de peso, sueño de corta duración, depresión y algún tipo de discapacidad.
• Señala además que la promoción de la lactancia materna puede contribuir a
la prevención de la obesidad materna para el siguiente embarazo.
De acuerdo a lo anterior, los pediatras se encuentran en una posición privilegiada
para ayudar a las familias a establecer una alimentación saludable del niño en los
primeros dos años de vida. Para ello se recomienda que en cada visita al pediatra
desde el nacimiento hasta los 23 meses se mida, grafique e interpreten los
indicadores Peso/Edad y Peso/Longitud con el fin de hacer las intervenciones
necesarias de manera oportuna.

Se concluyen estas recomendaciones exponiendo dos razones principales para


abordar la prevención de la obesidad antes de los dos años de edad:

• La vida fetal y los primeros dos años de vida son períodos críticos para la
programación de la obesidad y conductas relacionadas
• Los sabores que experimentan los niños a través de los alimentos de la
madre durante el embarazo, la lactancia materna o de sucedáneos de la
leche pueden afectar las preferencias de sabores en el niño a largo plazo 27.

Por otra parte se sabe ya que si el niño crece de rápido hasta los dos años está
adquiriendo masa magra, pero después de esta edad esta situación se invierte. Se
trata pues de una situación determinante pues el aumento en masa magra significa
músculos, huesos, vísceras y cerebro. Es decir, la ganancia intraútero y en los
primeros dos años es benéfica y tiene un efecto protector contra algunas
enfermedades si se hace de manera natural y con los cuidados apropiados. En
cambio, la ganancia de peso después de los dos años tiene efectos
predominantemente perjudiciales para la salud con relación de riesgos a largo plazo.

De acuerdo a las anteriores consideraciones, cada vez se aclara más que la peor
combinación parece ser una subnutrición precoz (ya sea el bajo peso al nacer o el
retraso del crecimiento intrauterino) y una rápida ganancia (tardía) de peso. La
ganancia precoz todavía compensa un poco la subnutrición, pero no ocurre lo
mismo con la ganancia que se consigue tardíamente28.

Efectos para la salud del adulto y el capital humano

Sobre las consecuencias a largo plazo de las intervenciones (adecuadas o no) que
se realicen en los primeros mil días de vida, se cuenta de un estudio prospectivo
realizado en Brasil, Guatemala, India, Filipinas y Suráfrica, orientado principalmente
a las consecuencias de la desnutrición de la madre y el niño en la vida adulta y en
el capital humano. Los principales resultados de este estudio fueron:

• La desnutrición afecta el desarrollo cognitivo al ocasionar un daño estructural


directo en el desarrollo produciendo alteraciones en la conducta.
• El peso al nacer está positivamente asociado con la inteligencia cognitiva,
pero esta situación se puede alterar en el tiempo por factores ambientales
desfavorables.
• Existe ya evidencia sustancial que señala la asociación entre baja talla y la
habilidad cognitiva y desempeño escolar.
• El estado nutricional de la gestante puede afectar el tamaño de la
descendencia.
• La desnutrición afecta la capacidad de aprendizaje del adulto.
• La estatura del adulto se asocia positivamente con los ingresos.
• Un año adicional de escolaridad se asocia con un 12%-14% más de
aprendizaje en la vida.
• La desnutrición materna se asocia con bajo peso al nacer de la siguiente
generación.
• Las mujeres desnutridas tienen tendencia mayor a tener hijos de baja
estatura.

Queda claro entonces, con los anteriores hallazgos, que una nutrición adecuada in
útero y en los dos primeros años es esencial para la formación del capital humano
y que los niños desnutridos tienen mayor riesgo de ser adultos bajos, a tener un
pobre desempeño escolar, menores ingresos y a tener hijos pequeños con lo que
se perpetúa el círculo29,30. Cada vez son pues mayores los llamados de atención
sobre la imperiosa necesidad de orientar todos los esfuerzos hacia la atención
durante la gestación y los primeros dos años de vida, lo que se sintetiza en los
siguientes enunciados: “El período de la gestación a los 24 meses es una
oportunidad única y crucial para la reducción de la desnutrición y sus efectos
adversos. Los esfuerzos de los programas, así como su seguimiento y evaluación
deben centrarse en este rango de edad. Los recursos de nutrición no deberían
usarse para apoyar acciones que probablemente sean poco efectivas en el contexto
nacional o local”.
“No se deberían usar los recursos de nutrición en acciones que no han sido
probadas en tener un efecto directo sobre la desnutrición, como el solo monitoreo
del crecimiento o los programas de alimentación escolar31.

Intervenciones fundamentales en los primeros mil días

En concordancia con todo lo anteriormente expuesto queda claro que para lograr
un crecimiento y desarrollo óptimos en los primeros mil días deben intervenir
múltiples actores sociales (médicos, pediatras, obstetras, enfermeras,
nutricionistas, educadores, psicólogos, trabajadores sociales), así como entidades
públicas y privadas, además de políticas de estado orientadas a brindar una buena
educación, servicios adecuados de salud, empleo, equidad, programas contra la
pobreza, entre otros. “Se necesita toda una aldea para criar un niño” dice un refrán
africano. De manera específica las intervenciones más importantes para brindar un
acompañamiento inteligente y afectivo al niño en sus primeros mil días, son entre
otras las siguientes:

• La educación de la pareja sobre la importancia del hijo deseado, planificado


y de la consulta preconcepcional.
• Los cuidados de la gestante (los controles prenatales, su estado nutricional,
control del peso, la suplementación con vitaminas).
• La lactancia materna exclusiva por 6 meses y prolongada hasta los dos años.
• Alimentación complementaria a partir de los 6 meses, así como la
suplementación de hierro y vitamina A a partir de esta edad.
• La desparasitación contra los geohelmintos a los niños a partir del año de
edad y a las gestantes después del primer trimestre32.
• Los controles pediátricos periódicos con énfasis tanto en la evolución del
crecimiento como en la del desarrollo.
• La importancia del juego y estimulación al niño con énfasis en la lectura en
voz alta, las canciones y rimas, caricias.
• El afecto permanente de los padres y demás cuidadores del niño.

Conclusión

Los primeros mil días marcarán definitivamente la vida de todo ser humano, no solo
por los efectos en su crecimiento sino porque se sientan las bases de su inteligencia
cognitiva, emocional y social; se define la estructura del futuro adulto, se crean los
cimientos de la empatía y de la solidaridad, de la autonomía moral, de respetar las
diferencias y se establecen las bases del autocontrol.

Nunca volverán a pasar tantas cosas ni tan rápido como en los primeros mil
días de vida de un niño. Y algunos de estos acontecimientos marcarán para
siempre y de manera irreversible, la salud toda del adulto que ese niño
terminará siendo.
Esta edad es también aquella en la que hay más contacto del niño con los
servicios de salud, siendo por tanto más fácil la intervención del médico.
Los efectos de las intervenciones en esta edad repercutirán positiva o
negativamente no solamente en el niño actual sino en las generaciones
siguientes.

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