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El acino pancreático está compuesto por 20 a 50 células acinares dispuestas en forma piramidal. En
condiciones normales las células acinares sintetizan las enzimas pancreáticas en los polisomas que
luego son transferidas al retículo endoplásmico rugoso y al aparato de Golgi, posteriormente son
almacenados en forma de gránulos de zimógenos y secretados por exocitosis hacia el sistema ductal
(Figura 2), en tanto que las hidrolasas lisosomales después de sintetizadas son localizadas en forma
separada de los zimógenos en los lisosomas.
Figura 1: Acino glandular, glándula acinosa o acino
secretor: Grupo de células especializadas en la secreción, a
modo de un conjunto de lóbulos o bolsas, que vierten sus
productos a una cavidad común, drenando en uno o varios
túbulos o, dicho de otro modo, se trata de una glándula
exocrina pluricelular de tipo acinar. Cualquiera de las células
que forman los diminutos lóbulos de una glándula
compuesta o de una estructura similar en forma de saco,
como un alveolo.
La secreción pancreática de enzimas digestivas está controlada por sistemas neurales y hormonales,
el duodeno es el principal órgano sensor para la secreción pancreática. La secreción pancreática
exocrina se produce continuamente tanto en la fase interdigestiva (ayuno) la cual es
aproximadamente el 20% de la secreción máxima y en la fase digestiva con sus tres componentes
básicos (cefálica, gástrica e intestinal); de éstas, en la fase intestinal la producción es máxima
especialmente por la liberación de colecistoquinina (CCK) por las células duodenales en respuesta a
ciertos aminoácidos (fenilalanina, metionina y valina) y ácidos grasos de la dieta. Una vez cesa este
estímulo hay un control por retroalimentación de la secreción pancreática. El control de la secreción
se produce por la inhibición de dos péptidos llamados péptido liberador de CCK (PLCCK) producido
en las células intestinales y el péptido supervisor (PS) de origen pancreático que tienen la capacidad
de estimular la liberación de CCK, estos péptidos posteriormente son degradados por las proteasas
pancreáticas (tripsina, quimotripsina y elastasa) en la luz intestinal.
En períodos de ayuno las pequeñas cantidades de
proteasas en la luz intestinal degradan la mayor parte de
estos péptidos quedando solamente un estímulo muy bajo
para la estimulación basal constante; posterior a la ingesta
de alimentos las proteínas de la dieta requieren de las
proteasas pancreáticas para su digestión y por lo tanto la
concentración de proteasas libres para la degradación de
estos pépticos disminuye, de manera que quedan sin
degradarse y estimulan la liberación de CCK. Una vez
digerido el alimento nuevamente las concentraciones de
proteasas residuales que degradan estos péptidos
aumentan y así se disminuye el estímulo para la secreción
enzimática pancreática.
Las enzimas pancreáticas que llegan al duodeno en forma activa son la lipasa y la amilasa, las demás
enzimas se secretan en forma inactiva en forma de zimógeno, cuando éstas llegan al duodeno la
enzima enteroquinasa presente en ribete en cepillo activa tripsinógeno a tripsina. La tripsina activa
los demás cimógenos a sus formas activas.
Figura 4: Mecanismos de regulación de la secreción
enzimática del páncreas.
PANCREATITIS AGUDA
La lesión del tejido pancreático se produce tanto por el factor agresor (fármacos, infección o
trastorno metabólico) como por la activación secundaria del tripsinógeno que desencadena la
respuesta inflamatoria subsecuente. Esta se caracteriza por ser de tipo Th1, es decir, con la
participación primordial de las células CD40, linfocitos B, T y monocitos.
En condiciones normales las enzimas pancreáticas son activadas en la luz duodenal; existen varios
mecanismos que protegen de la activación enzimática en el páncreas evitando su activación dentro
del páncreas ocasionando pancreatitis; estos mecanismos son:
3. La enzima que activa los zimógenos se encuentra fuera del páncreas (Enteroquinasa duodenal)
4. Las células acinares producen inhibidores de las enzimas proteolíticas, como el inhibidor
pancreático de la Tripsina, la Serina. Otros inhibidores como la alfa-1 antitripsina y la alfa-2
macroglobulina, se encuentran presentes en el plasma.
La injuria inicial sobre las células acinares pancreáticas induce la síntesis y liberación de citoquinas
que aumentan el reclutamiento de neutrófilos y macrófagos que a su vez aumentan la injuria
pancreática y aumentan la producción de sustancias proinflamatorias como el factor de necrosis
tumoral alfa y de interleuquinas (IL 1, IL2, IL6). De estas citoquinas la IL 6 es una de las mejores
estudiadas y caracterizada como inductor de reactante de fase aguda, estos mediadores también
son responsables de la respuesta inflamatoria sistémica y complicaciones como el síndrome de
dificultad respiratoria aguda del adulto (SDRA), relacionada con aumento de muerte temprana en
pancreatitis, por el contrario, la estimulación de la interleuquina 10 tiene efecto antiinflamatorio.
También se ha estudiado si la liberación de enzimas pancreáticas está relacionada con el
compromiso inflamatorio sistémico, solamente al parecer la elastasa en estudios experimentales se
ha relacionado como causa de injuria pulmonar, posiblemente porque aumenta la producción de
citoquinas.
La necrosis pancreática es uno de los factores más importantes como predictor de pronóstico en
pancreatitis aguda. Las investigaciones se dirigen a formas de prevenir o frenar la necrosis y así
evitar el desarrollo de pancreatitis severa (figura 5)
1. El PoliADP-ribosa polimerasa (PARP) que es activado por la ruptura del DNA durante la injuria
celular y su activación utiliza ATP la cual aumenta su depleción.
2. El factor nuclear KB (NF-kB) y el sistema de fosfatidil inositol 3 quinasa (PI-3) que pueden
promover la necrosis al aumentar la expresión del inhibidor de apoptosis (IAPs). En estudios
experimentales la inhibición del NF-kB y el PI-3 podrían favorecer la vía de la apoptosis y no la de la
necrosis, con mejoría de la severidad de la pancreatitis.
En cuanto a su origen, algunos estudios sugieren que provienen de la medula ósea en un porcentaje
importante, son células que tienen un estado basal de reposo y un potencial de trasformación a
células activadas similares a los miofibroblastos. En condiciones basales tienen la propiedad de
acumular grasa en su citoplasma, para su identificación inicialmente se utilizó vitamina A marcada
que se fi jaba en el citoplasma, posteriormente además se encontraron en su citoplasnafilamentos
de desmina y de proteína glial fibrilar ácida (en inglés GFAP), que permite distinguirlas de los
fibroblastos. Al ser activadas pierden con contenido de grasa, adoptan una morfología similar a los
miofibroblastos y expresan alfa SMA (alfa actina de músculo liso) y proteínas de matriz extracelular
(colágeno tipo I, III y fibronectina) (2). De acuerdo a la hipótesis conocida como necrosis- fibrosis, se
plantea que la necrosis y la inflamación pancreática son procesos que activan las células estrelladas.
Existen dos vías de activación, la primera, por factores liberados por otros tipos de células
denominados paracrinos provenientes de las células acinares, los leucocitos y las células
endoteliales que liberan citoquinas como la Il 1, Il 6, Il 10, factores de necrosis tumoral alfa,
angiotensina II, endotelina I y radicales de oxígeno en respuesta a la injuria pancreática. La segunda
vía de activación es por las mismas células estrelladas por factores denominados autocrinos por
medio de moléculas proinflamatorias que además aumentan la secreción de colágeno y la expresión
de factor de crecimiento transformante B1 (TGF-B1) y endotelina que estimulan la migración, la
contracción y la liberación de sustancias proinflamatorias, perpetuando sus efectos aun cuando el
estímulo inicial haya terminado, favoreciendo el desarrollo progresivo de fibrosis (fi gura 2) (2). En
condiciones autolimitadas como la pancreatitis aguda, las células estrelladas contribuyen a la
formación de la matriz provisional, facilitan la proliferación celular, la migración y el ensamblaje del
parénquima pancreático. Los procesos de activación progresivamente desaparecen una vez cesa la
injuria y las células sufren procesos de apoptosis o de inactivación permitiendo la normal reparación
del tejido pancreático. En condiciones como la pancreatitis crónica, el daño repetitivo o persistente
lleva a una activación continua de las células estrelladas que finalmente conduce a fibrosis de la
glándula. En la actualidad se considera que la activación de las células estrelladas tiene un papel
fundamental en la extensa fibrosis que acompaña a la pancreatitis crónica y a la pérdida de sus
funciones exocrinas Otra entidad que presenta con frecuencia extensa fibrosis es el adenocarcinoma
pancreático, fenómeno conocido como reacción desmoplásica; algunos trabajos han encontrado
similitud en los mecanismos que conducen a fibrosis por pancreatitis y el cáncer pancreático por
activación de las células estrelladas, existe controversia sobre el papel que tienen las células
estrelladas activadas como promotoras en la proliferación de este tumor a través de la liberación
de factores de crecimiento y de soporte.
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