Está en la página 1de 1

El Anaquel | Blog Literario

Reseñas y Podcasts sobre Literatura

Podcast  Reseñas  Wong Suscríbete 

Inicio  Ensayo  El asado argentino

El asado argentino
 Wong  18 de febrero de 2014 1  Ensayo

Last Updated on: 21st diciembre 2017, 04:21 pm

El asado está en la sangre del argentino y representa “una vida de vastos amaneceres y de jornadas que tienen el olor del caballo”[1]. Marcos López recreó
en 2001 la escena de “La última cena” en una fotografía en Córdoba, argentina. El personaje principal –pelo largo, barba– corta un chivo mientras doce
comensales comen, beben y platican sobre el tablón. Dice López:

Mi versión de La última cena la hice en el 2001, en octubre, justo antes de la crisis de diciembre. Algunos críticos escribieron
algo de que era como un presagio, algo así como el último asado Argentino. La foto la hice apenas llegue de un viaje por
españa, donde en la Bienal de Valencia, vi una versión de un fotógrafo japonés, Hiroshi Sugimoto. Recuerdo que después de
ver esa obra, me hizo un clic y dije que iba a hacer mi versión argentina. (…) Siempre me interesó que mi obra hable de la
periferia, mostrar la textura del subdesarrollo. La pegajosidad de los manteles de hule. Trato de que mi trabajo tenga el dolor y
la desprolijidad de la América mestiza. Y creo que esa imagen cumple con eso.

En la escena hay de todo: morcilla, bife, cerveza, la cabeza de un cerdo, ensalada, vino, un chivo abierto y las remeras de tres escuadras de futbol. La comida
como comportamiento social está llena de símbolos, sin duda. En el caso de la fotografía de López, el asado funciona como la religión: es un lugar de
comunión con algo más grande que uno –el grupo, la familia–, y de jerarquía –el que lo prepara es una suerte de sumo sacerdote–. Raúl Mirad, en su popular
“Manual del Asador Argentino”, comenta:

Como veterano de centenares de asados pude comprobar con asombro, que algunos argentinos producían un asado que, si
bien podía calificarse como muy bueno de acuerdo con el ‘estándar internacional', no alcanzaba sin embargo el alto nivel de
excelencia que obligadamente debía ofrecer.

Si bien el tono de Mirad es irónico –llama argentinos mutantes a aquellos que no pueden producir un asado decente–, lo cierto es que al “asado” no se le ve
como una actividad cualquiera: es un acto que requiere concentración, experiencia y compromiso. Sin embargo, tratar de diseccionar la preparación del
asado –la calidad de la carne, los cortes, la sal, si se cocina con carbón o leña de un quebracho– significa otorgar mayor importancia a la técnica que al rito.

Para el argentino, el resultado del asado es una experiencia soberbia y fuertemente masculina: es el hombre el que degüella al animal, lo corta y lo asa –si no,
¿por qué no aparece ninguna mujer en la foto de López?–.

Para entender por qué es así, hay que remontarnos al gaucho y a la pampa, al criollo que faena la carne en el campo o bajo la luz de una noche abierta. En la
“Segunda carta del padre Cattaneo, Societatis Iesu, a su hermano José, de Módena” (1730), el jesuita habla sobre este proceder:

No es menos curioso el modo que tienen de comer la carne. Matan una vaca o un toro, y mientras unos lo degüellan, otros lo
desuellan, y otros lo descuartizan, de modo que en un cuarto de hora se llevan los trozos a la balsa. En seguida encienden en
la playa una fogata y con ramas de árboles se hace cada uno su asador, en el que ensartan tres o cuatro pedazos de carne,
que aunque esté humeando todavía, para ellos está bastante tierna. En seguida clavan los asadores en tierra, alrededor del
fuego, inclinados hacia la llama y ellos se sientan en rueda sobre el suelo; en menos de un cuarto de hora, cuando la carne
apenas está tostada, se la devoran, aunque esté dura y eche sangre por todas partes.

El asado es “reunión de hombres. Del campo o del suburbio, ya que el arrabal copia a la pampa, como se sabe”, escribe Pedro Orgambide. En su ensayo
sobre La poesía gauchesca (Discusión, 1932) Borges defiende a los antecesores del Martín Fierro. Su tema, apunta Borges, no es la imposible presentación
de todos los hechos que atravesaron la conciencia de un hombre, ni tampoco la desfigurada, mínima parte que de ellos puede rescatar el recuerdo, sino la
narración del paisano, el hombre que se muestra al contar. Si el acto del habla es el corazón de la poesía gauchesca, el asado es el prólogo que abre este
acto.

Y verlos al cair la noche


en la cocina riunidos,
con el juego bien prendido
y mil cosas que contar,
platicar muy divertidos
hasta después de cenar.
José Hernández, El gaucho Martín Fierro, cap. II

La convivencia se fomenta a partir de otros detalles significativos: en el asado un único trozo de carne se corta en pequeños pedazos y se comparte entre los
asistentes –no hay, a la usanza de la cocina tradicional, un plato o corte por persona. El Fernet –digestivo italiano– se toma en un vaso alto con Coca-Cola y
se comparte entre varios. También el rito del mate es similar: una misma bombilla toca los labios de todos los presentes.

En un mundo cada vez más rápido, enfocado en los fantasmas de su teléfono celular, el asado resulta casi anacrónico: un rito capaz de abrir la charla y
regresarnos a la pampa, a las grandes extensiones sin el tedio.

⸻⸻⸺

[1] “El muerto”, Jorge Luis Borges.

Compártelo:

 Facebook  Twitter  WhatsApp

Me gusta esto:

Cargando...

Suave Patria – Ramón López Velarde


Joven abuelo: escúchame loarte, único héroe a la altura
del arte. Las naciones tienden a escoger un poema
como parte de su identidad colectiva. Para Argentina,
esta elección fue el Martín Fierro. Para los
escandinavos, Beowulf. Los germanos, el Cantar de los

El loro que podía adivinar el futuro – Luciano Lamberti

Apuntes de la vida cotidiana no. 140712

 Argentina

Wong
Escritor. Autor de la novela "Paris, D.F." (Premios Dos Passos a Primera Novela) y la colección de relatos
"Los recuerdos son pistas, el resto es una ficción" (Premio Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la
Cruz 2017). En 2023 publicó su segunda novela, "Bosques que se incendia", y el libro de cuentos "Lotería
Mexicana".

 Anterior Siguiente 

Ensayo Ensayo Recuerdos dispersos Ensayo

Vida Cotidiana
All the beauty in the world – Yo soy el monstruo que os habla –
Patrick Bringley Bosques que se incendian – Wong Paul Preciado
 Wong  26 de noviembre de 2023  Wong  3 de octubre de 2023 0  Wong  24 de septiembre de 2023
0 0

Ensayo Ensayo Ensayo

Ramiro Sanchiz – Ejercicios de César Aira sobre Witold Borges y Manguel sobre la
Dactilografía Gombrowicz (1986) traducción
 Wong  10 de agosto de 2023 0  Wong  4 de febrero de 2023 0  Wong  9 de mayo de 2021 6

Un comentario en «El asado argentino»

disparocompulsivo dice:
19 de febrero de 2014 a las 10:57 am

A pesar de que personalmente no me agrada Marcos López me parece muy bueno el punto de partida de su imagen para lo que has escrito, toda
la razón sobre los ritos que se mantienen en este devenir del tiempo. saludos

Cargando...

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Roberto Wong, derechos reservados Cream Magazine por Themebeez 

También podría gustarte