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Los linfocitos T, son los principales efectores de la inmunidad adaptativa, ya que el linfocito B también
es una CPA.
Los LT se fabrican en la médula ósea a partir de una célula precursora pluripotencial hematopoyética
(Stem Cell) de la cual se originan las UFC (unidades formadoras de colonias), que va dar origen a las
líneas eritroideas y mieloideas, y a un precursor linfoideo, del cual se originarían las células destinadas
a ser LB o LT.
Los LT que dejan el timo y alcanzan el torrente sanguíneo, y luego llegan a los ganglios linfáticos,
vigilantes de la entrada de algún agente agresor.
Linfocitos T CD4+
Una vez que un linfocito se ha activado por el Ag, pasa de una estadio llamado Th 0 o célula efectora
inmadura a diferenciarse hacia los diferentes subtipos maduros.
Hay una contraposición activa entre la generación de los diferentes subtipos de linfocitos CD4+:
→ INFg inhibe la generación de Th2 y favorece la de Th1.
→ IL-10 e IL-4 inhiben la generación de Th 17 y favorece la de Th 1 y Th2, respectivamente.
Los factores que regulan la desviación no se conocen bien, pero se sabe que es decisivo el
microambiente de citoquinas generado al inicio de la estimulación primaria de un linfocito T virgen.
El mecanismo de función cooperadora de los linfocitos Th1 y Th2 con los linfocitos B tiene lugar a través
de los mecanismos antes indicados.
Respecto a la activación de los macrófagos por los linfocitos Th1 efectores/memoria, refleja la capacidad
de este subtipo linfocitario para atraer y activar a los macrófagos (a través de INFg).
Linfocitos T CD8+
Los LT CD8+ citotóxicos efectores (LTC): son capaces de lisar células con un antígeno unido al MHC-I,
específico para el TCR del linfocito, aun cuando dicha célula no exhiba señales coestimuladoras.
Inicialmente, la interacción física con la células diana se realiza mediante la unión de la integrina LFA-1
(CD18/CD11a) a sus ligandos ICAM expresados por la célula diana.
El ataque citotóxico consiste en la liberación de citotoxinas de los gránulos lisosómicos del CD8+
(perforinas y granzimas) hacia la célula diana por la zona de contacto
Perforina es una molécula homologa al C9 (del complemento) que, en presencia de Ca+2 se polimeriza
y forma poros en la MP de la célula diana permitiendo la entrada de granzimas, encargadas de activar a
las caspasas que son las inductoras de la apoptosis.
Tras el ataque citotóxico, el CD8+ se despega de la diana y repite el mismo proceso con otras cél dianas.
Las células diana apoptóticas son fagocitadas por macrófagos y células dendríticas.
Otro mecanismo de inducción de la apoptosis, es la mediada por la interacción de la molécula FAS (CD95)
expresada en la MP de la célula diana y su ligando, FasL (CD95) de los linfocitos.
En caso del reconocimiento de un antígeno puede dar lugar a un clon de linfocitos efectores (por
proliferación) capaces de identificar ese antígeno en partículas y además recordarlo.
CD3: consta de 2 heterodímeros (CD3g e y CD3d e) y un homodímero (CD3z z), estas cadenas
invariables estabilizan el complejo TCR-CD3 en la MP, y permiten la transmisión de la señal de
reconocimiento antigénico al interior celular.
✓ Es la porción invariable del complejo.
Ambas cadenas polipeptídicas constan de una región variable (V) y una región constante (C).
→ Región V de las cadenas a y b, contiene un dominio globular de tipo Inmunoglobulínico (V) y es en ella
donde reside la variabilidad clonotípica del TCR.
Al igual que ocurre con los genes de Igs, las regiones V y C de las cadenas del TCR están codificados por
segmentos V, D y J para la región V, y C para la región C.
El reordenamiento génico es el proceso mediante el cual se yuxtapone al azar un segmento de cada tipo
en cada célula, para generar la gran diversidad de receptores antigénicos.
El reordenamiento es dependiente de secuencias DNA especificas adyacentes a segmentos génicos que
se reordenan.
Estructura del TCR.
El diagrama esquemático muestra los dominios de
un TCR típico específico frente a un complejo
péptido-MHC.
Cada una de las colas citoplasmáticas posee una copia de una secuencia motivo, denominada “motivo de
activación del inmunorreceptor vía tirosina” (ITAM) o “motivo de activación para el reconocimiento del
antígeno” (ARAM), importante para las funciones de señalización.
Este está compuesto por 26 residuos aminoacídicos, tirosina-x-x-leucina (x= cualquier aa)
Los residuos de tirosina son fosforilados en respuesta al reconocimiento del antígeno por el TCR.
Esto permite la unión de las proteínas que contienen dominios SH2 a los ITAM y la iniciación de una
cascada de señales intracelulares.
Las cadenas z y h difieren entre sí por sus colas citoplasmáticas. Además, la cadena z posee 3 ITAM.
Esta segunda señal va a estar dada por las “moléculas coestimuladoras”, que están presentes en la
superficie de las CPA (o APC) y/o diana, y que interactúan con receptores específicos presentes en el
linfocito T.
Transducen de señales a través de una proteína llamada ICK, con actividad de tirosina quinasa, que se
asocia en forma no covalente a las colas citoplasmáticas de CD4+ y CD8+.
Si bien los LT reaccionan con antígenos unidos al CMH, para una completa estimulación requieren
moléculas coestimuladoras, junto a las señales inducidas por el antígeno.
Una falta de coestimulación puede inducir a un estado de falta de respuesta denominado “anergia”.
La expresión de estos coestimuladores se halla regulada por proteínas proinflamatorias y eso garantiza
que los linfocitos sean activados en el momento y lugar adecuados.
No se conoce por completo cómo CD28 estimula la activación de los LT, tampoco cómo estimula la
producción de IL-2 y preserva a la célula de la apoptosis.
formado por varias moléculas de diferente tipo (8 en total), codificadas por un solo gen.
Son proteínas intrínsecas con un dominio citoplasmático de 705 residuos aminoácidos, con actividad de
tiro-fosfatasa y que participa en la regulación de la respuesta.
El reconocimiento del antígeno y las señales coestimuladoras activan a LT vírgenes, que sufren
expansión clonal y diferenciación hacia LT efectores y de memoria.
Cuando el TCR se une al complejo péptido-CMH, se activan proteínas tir-quinasa (PTK) asociadas al TCR;
una de ellas, la ICK, fosforila tempranamente a los ITAM en los LT permitiendo la unión de proteínas
citoplasmáticas con dominios SH2.
Una de ellas, de gran importancia, es la denominada ZAP-70, la cual para activarse debe ser fosforilada
en un residuo de tirosina interno, lo cual ocurre rápidamente tras su unión a la cadena z.
Una vez activada la ZAP-70, puede autofosforilarse en otros residuos de tirosina y entonces funcionar
como una molécula armazón para el reclutamiento de otras moléculas de señalización con dominios
SH2 (los dominios SH2 son el recurso por medio de los cuales la PTK fosforila sus sustratos).
La enzima fosfatidil inositol fosfolipasa Cg 1 (PI PLCg 1) de la MP es uno de sus sustratos, de gran
importancia en la generación de señales intermedias de la activación de las células T.
La PTK también activa vías de señalización a través de la cascada RAS, las cuales sirven para unir
receptores de la membrana con quinasas que actúan a favor de corriente, incluyendo las cascadas
de quinasas de proteínas activadas por mitógenos (MAP).
Al final, estas vías activadas, catalizan la fosforilación y activación directa de FT o de sus componentes.
Por último, estos FT activados conducen a la transcripción de varios genes que codifican citoquinas,
receptores para citoquinas, y otras proteínas necesarias para la función efectora de las células T.
LINFOCITOS B
Es el protagonista de las inmunidad humoral, además de ser una célula presentadora de antígeno.
Es el transcurso del nacimiento, formación y maduración de los linfocitos, los que constan de distintos
subconjuntos que difieren en sus funciones, pero son muy parecidos desde el punto de vista morfológico.
Los linfocitos B, las células productoras de anticuerpos, recibieron este nombre porque en los pájaros
se observó su maduración en un órgano llamado la bolsa de Fabricio.
En los mamíferos, no existe ningún otro equivalente anatómico a la bolsa, y las primeras fases
madurativas de los linfocitos B transcurren en la médula ósea.
La 1ra célula en el linaje del linfocito B que produce polipéptidos de Ig, denominada linfocito pre-B,
sintetiza la cadena pesada.
Estas cadenas m se asocian a proteínas denominadas sustitutos de cadenas ligeras para formar el
receptor de los linfocitos pre-B, y una pequeña proporción del receptor sintetizado del linfocito pre-B se
expresa en la superficie celular.
Los linfocitos B inmaduros y maduros producen cadenas ligeras k o l, que se asocian a proteínas µ para
formar moléculas de IgM.
→ Los linfocitos B maduros expresan formas de membrana de IgM e IgD (cadenas pesadas µ y d
asociadas a cadenas ligeras k o l).
Los Rc del antígeno de los LB se asocian a Iga e Igb (proteínas de MP), que realizan funciones de emisión
de señales y son fundamentales para la expresión de superficie de las IgM e IgD.
Los LB se originan y maduran en medula ósea pero una vez que hayan completado estos cambios se
ubican en los ganglios linfáticos, donde se activan en presencia de un agente extraño, con la ayuda de
los LTh (o CD4+).
Los LB durante su maduración expresan diferentes moléculas de superficie que determinan su función.
Los 4 estadios madurativos consecutivos de los LB:
→ Célula Pro B (o pre pre B)
→ Célula Pre B
→ Linfocito B inmaduro
→ Linfocito B maduro virgen (o naive).
A medida que avanza en su maduración, se inicia el reordenamiento de los genes de las Ig, comenzando
por las cadenas pesadas (H, por Heavy), luego:
- con la recombinación de los segmentos Dh y Jh (célula Pro-B inicial),
- con la recombinación del segmento Vh con el complejo Dh-Jh recombinado (célula Pro-B tardía).
Luego del reordenamiento se sintetizan las cadenas µ, y se llega al estadio siguiente de la célula Pre-B,
caracterizado por la expresión de las cadena µ unida a seudocadenas ligeras (SL), para formar lo que
se denomina IgM inmadura o subrogada o Pre-BCR, que envía señales que hacen detener el
reordenamiento de las cadenas H.
Esto último sucede en la célula pre-B inicial, luego en las células Pre-B tardías, en las que se reordenan
los genes de las cadenas V-J de las cadenas ligeras (L), primeros las de tipo K, y luego, si no son
productivas, las de tipo l.
Cuando este reordenamiento es productivo se sintetizan las cadenas L y la célula pasa a expresar IgM
en la membrana (mIgM), siendo esta la primera en la ontogenia del linfocito B, con cadenas L auténticas,
lo que lleva al cese de la maquinaria combinatoria.
El Linfocito B Maduro, aparte de expresar en la MP, expresa IgD alcanzando así el ultimo estadio.
Antes de pasar a la circulación general estos linfocitos pasan por un proceso denominado
➔
- La tolerancia no es un mecanismo que se hereda, sino que se instaura (se programa).
- La tolerancia de los linfocitos autoreactivos, depende de la afinidad de su receptor.
→ LB maduros periféricos: estas interacciones constituyen una potente señal para la activación y
proliferación, mientras que las de baja afinidad generan anergia clonal.
Una vez listos, luego de haber pasado el control estos linfocitos pasan a la circulación periférica donde
se llevarán a cabo las fases de la respuesta inmunológica, descriptas al comienzo.
Los Ac o Ig son glicoproteínas solubles secretadas por los linfocitos B que tienen la propiedad de
reconocer de forma específica a los antígenos (Ag).
Estructura básica:
Constituida por 4 cadenas polipeptídicas:
→ 2 pesadas (H, heavy) idénticas.
→ 2 ligeras (L, light), idénticas.
El sitio de unión al Ag lo forman conjuntamente las regiones V (de la cadena pesada y de la ligera).
Las regiones que flanquean las CDR se denominan regiones de entramado o FW (del inglés, framework).
La Región C de las cadenas pesadas presenta variaciones isotípicas que determinan las clases y
subclases de las Ig.
Así, se distinguen 5 clases de Ig: IgG, IgA, IgM, IgD e IgE (de mayor a menor concentración sérica),
Con 4 subclases de IgG (IgG1-4)
Con 2 subclases de IgA (IgA1-2).
Hay sólo 2 tipos de cadena L, designados como kappa (k) y lambda (l).
Flexibilidad de las moléculas de anticuerpo.
Los 2 puntos de unión al antígeno de un AC pueden fijarse
simultáneamente a dos determinantes separados por
distancias variables.
Los loci de las Ig presentan segmentos génicos que codifican para la región V y otros para la región C,
(en la línea germinal (DNA embrionario o DNA de células no linfoides) están separados entre sí).
La región VL está codificada por segmentos génicos de tipo V (Variable) y de tipo J (Joining).
La región VH está codificada, por segmentos de tipo V y J, y de otro de tipo D (Diversity).
Para las cadenas H hay tantos segmentos C distintos como clases y subclases de cadenas H.
Para que pueda sintetizarse una cadena H o L, los segmentos génicos V(D)J de la línea germinal deben
reordenarse y formar un único gen, que luego se transcribirá a RNA y se traducirá a proteína.
Estos reordenamientos génicos ocurren durante el desarrollo de los linfocitos B en los sitios
hematopoyéticos y siguen un orden jerárquico que comienza por las cadenas H en el estadio pro-B:
Si fracasan todos los reordenamientos lambda, se inicia el mismo proceso en el locus de las cadenas k
hasta que uno sea productivo; si ninguno resulta productivo, la célula aborta.
Este sistema retrorregulador hace que, en cada linfocito B, cada cadena H y L expresada corresponda
sólo a uno de los 2 alelos (el materno o el paterno), fenómeno conocido como EXCLUSIÓN ALÉLICA.
Es una excepción en las células de vertebrados con organización cromosómica diploide, en las que se
expresan los 2 alelos de un gen activo.
Así garantiza que una célula B (y su clon) exprese Ig, una única región VH y una única región VL y, por
tanto, una misma especificidad Ac.
Durante mucho tiempo se había creído que, una vez que un linfocito B había adquirido y expresado un
determinado reordenamiento, ya no podía cambiarse.
Ahora se sabe que en los linfocitos B inmaduros en la médula ósea pueden ocurrir reordenamientos
secundarios, principalmente de las cadenas L, que sustituyen al original o primario y, por tanto, cambian
la especificidad de la mIgM (edición del receptor).
Las distintas funciones efectoras pueden estar mediadas por distintos isotipos de anticuerpos.