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Organización: Escuela de Psicoterapia para
Graduados
Lugar: Buenos Aires
Expone: Cristina Corea 1. El campo de mi intervención: naturaleza del
Fecha: 03-07-99 abordaje semiológico
Dispositivo: Jornadas de niños y adoles-
centes La semiología trata con discursos, no con perso-
Perfil: Workshop: Subjetividad ac- nas. La subjetividad con la que trata el semiólogo
tual de la niñez. La atención, no es la que resulta de una observación y trata-
su función y disfunción
miento clínico, como en el caso de la psicoanalista
o del médico, sino que lo que la semiología llama
subjetividad es el conjunto de operaciones prácti-
cas – en el caso que nos ocupa, fundamentalmen-
te mentales- que los discursos nos obligan a reali-
zar para habitarlos.

2. Subjetividad socialmente instituida


Tengo que leer un libro escolar o universitario. Es-
toy obligado a subrayarlo, a identificar ideas prin-
cipales, a relacionar las ideas de ese libro con
ADD: ¿Un rasgo de la subjetividad ins- otro, a realizar una ficha bibliográfica, a ubicarlo
tituida? en el conjunto de una bibliografía, en el interior
del programa de la materia, a producir un resu-
men, a contestar consignas; he de someterme in-
cluso a un ritual llamado examen en que se me
evaluará en el desempeño de todas las operacio-
nes anteriores: soy una subjetividad pedagógica.
El conjunto de esas operaciones, que el sujeto
realiza a través de un sinnúmero de prácticas es lo
que instituye la subjetividad. Está claro que todas
las operaciones mencionadas requieren de la me-
moria; que la memoria es una condición esencial
para llevarlas a cabo. Y que la memoria se institu-
ye también como efecto de las prácticas pedagó-
gicas: el control de lectura, el examen, la escritu-
ra, son prácticas que, alentadas desde la escuela
o la universidad, tienen como fin la institución de
la memoria como una de las condiciones materia-
les básicas para el ejercicio de las operaciones que
requiere el discurso pedagógico. Pero no sólo eso:
el discurso requiere también que se esté concen-

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trado: esto, en términos prácticos, significa: sen- táctiles, gustativos. Estoy mirando tele y estoy
tado en un solo lugar, sin moverme. En lo posible haciendo a la vez otra cosa: comiendo, tomando
sentado/a (de lo contrario no puedo ni subrayar ni mate, coca o cerveza, tejiendo, jugando, estu-
escribir, ni tomar notas); alejado de otros estímu- diando, etc. Lo más radical en todo esto es lo más
los: concentrarme significa estar en una relación obvio: no miro un programa, miro la tele, veo el
de intimidad con mi conciencia, si leo, escucho mi zapping, es decir, la serie infinita de imágenes que
voz, que es como escuchar mi pensamiento, si es- se sustituyen unas a otras sin resto ante mis ojos.
cribo, veo mi letra, que es como leer mi pensa- Tesis: el discurso mediático no instituye memoria:
miento, si pienso, o razono (por ejemplo una con- ningún estimulo actual requiere del anterior para
signa) sólo tengo que escuchar mi propia voz, o la ser decodificado. La concentración no es una con-
voz del texto, con la que entro entonces en diálo- dición material requerida por el discurso.
go. Pero siempre concentrada: es decir, centrada
Entro a un shopping, a un bar, incluso a la sala de
toda en un punto, alejada de cualquier estímulo
espera del médico o del odontólogo: una pantalla
que interfiera esa relación de intimidad (y de inte-
(una por lo menos) sale a capturar mi mirada, o la
rioridad) que establezco con mi conciencia para
FM se mete en mis oídos. Salgo, tomo un taxi: de
pensar. Al respecto, resulta es ilustrativa la expre-
nuevo la FM (o la AM, o a lo mejor tengo suerte y
sión del estudiante atribulado: “no me entra; no
el tachero me habla de lo que vio anoche en
me entra”. Todo lo cual habla de una correlación
Grondona). Todo huele, todo suena, todo brilla,
entre memoria, atención y pensamiento en un es-
todo, todo, significa. La subjetividad socialmente
pacio interior.
instituida está saturada de estímulos; la desaten-
ción es el modo pertinente de relación con el dis-
curso: una subjetividad sobresaturada de signos.
3. Miro la tele: tengo que estar lo más olvidada
La desatención (o desconcentración) es un efecto
posible. En lo posible tirada. En lo posible, hacien-
de la hiperestimulación: no hay sentido que quede
do otra cosa. Nadie mira tele mirando concentrado
libre: no tengo más atención que prestar.
la pantalla. Eso no existe. Cuando apareció el con-
trol remoto, la abuela de un amigo mío, que no se Tesis: la subjetividad contemporánea se caracteri-
había enterado de qué se trataba, decía que ahora za por un predominio de la percepción sobre la
los programas venían mucho más cortos, sin ad- conciencia.
vertir que mi amigo le estaba dando como loco al
zapping. Frente a la interioridad y a la concentra-
ción, requeridas por el discurso pedagógico, el 4. Podemos oponer entonces dos tipos de subjeti-
discurso mediático (TV, radio, diario) requiere ex- vidad: la instituida por las prácticas pedagógicas y
terioridad y descentramiento: recibo información la instituida por las prácticas mediáticas.
que no llego a interiorizar – la prueba es que al
minuto de haber hecho zapping no recuerdo lo En el primer caso, estamos ante prácticas que ins-
que ví- y debo estar sometido a la mayor diversi- tituyen la conciencia y la memoria como su efecto
dad de estímulos posibles: visuales, auditivos, posterior. Se produce una hegemonía de la con-
ciencia sobre la percepción, sistema que es nece-

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sario obliterar para la eficacia del funcionamiento tante a y el instante b no hay ningún tipo de rela-
de la razón. Un sujeto pedagógico interesado es ción.
un sujeto atento. Pero mientras el interés puede
ser la causa de la conciencia, no puede serlo de la
percepción, que tiene como causa el estímulo. Co- 5. Podemos establecer una relación curiosa e in-
rrelativamente, mientras el efecto del interés so- quietante: el síndrome de déficit atencional detec-
bre la subjetividad se manifiesta en el ámbito pe- ta como patológicos una serie de rasgos que co-
dagógico como reflexión; el efecto del estímulo en rresponden, al menos descriptivamente, a la sub-
la subjetividad se manifiesta en el ámbito mediáti- jetividad socialmente instituida. En el shopping,
co como saturación. La subjetividad contemporá- haciendo zapping, en un boliche, en el videogame,
nea es una subjetividad en que la percepción soy un desatento. Basta con intentar hablar con el
hegemoniza la conciencia. marido de una cuando hace zapping o cuando lee
el diario mientras come para saberlo.
Los médicos1 establecen una distinción entre sín-
5. Junto con la subjetividad social se instituye un
drome vero y pseudo síndrome. El pseudo sería un
tipo de relación con el tiempo. La relación de los
síndrome mal diagnosticado que encubriría un
sujetos con el tiempo, en términos socioculturales,
cuadro más grave –o más leve. Pero también es
no es filosófica sino práctica. Poco importa qué
posible conjeturar otra vía de realización del
idea tenga yo del tiempo. Cuando miro tele estoy
pseudo síndrome: que se estén tomando como
viviendo la puntualidad del instante, de un tiempo
patológicos los rasgos de la subjetividad social-
sin pasado ni evolución. Cuando leo o estudio es-
mente instituida que hacen síntoma –justamente-
toy viviendo la experiencia de un tiempo acumula-
en el discurso pedagógico. El sujeto social actual
tivo, evolutivo, en el cual un instante b requiere
no es compatible con las prácticas pedagógicas;
de un instante a previo que le dé sentido y lo sig-
por eso no es casual que sea en el contexto esco-
nifique. La lectoescritura, como operación básica
lar donde se detecte la disfunción.
del discurso pedagógico instaura una temporalidad
de acumulación y progresión. El tiempo es lineal y
ascendente. Las unidades se ligan según remisio-
nes específicas muy fuertes: relaciones lógicas de
causalidad, implicación, retrospección, anticipa-
ción, etc. ligan las unidades del discurso de la le-
tra. No sucede lo mismo con el discurso de la
imagen, en el cual una unidad reemplaza exhaus-
tivamente a la siguiente sin requerirla en lo más
mínimo: ni anáfora ni catáfora, toda imagen que
es sustituida cae en el no ser, para ser luego re-
emplazada por otra que a su vez correrá el mismo 1
Benasayag, León, Síndrome por déficit de atención
destino. La lógica es la del consumo. Entre el ins- ADD- hiperactividad versus pseudo síndrome disaten-
ciaonal, Revista Assapia, 1997.

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Palabras clave: ADD
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Última revisión: 08-06-03
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