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NUEVOS RETOS Y
ENFOQUES EDUCATIVOS
DESTINATARIOS
MODALIDAD
INTRODUCCIÓN
5. ENFRENTANDO LA CONTINGENCIA
9. EDUCACIÓN INCLUSIVA
Ø CUESTIONARIO DE AUTOEVALUACIÓN
Ø TAREAS
Ø REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
INTRODUCCIÓN
El aprendizaje es, sin duda alguna, el centro del quehacer educativo; existiendo diferentes
criterios para definirlo y teorías que lo orientan. Además, subyacente a la concepción
curricular que se adopte, se pondrá mayor énfasis en unos u otros aprendizajes.
Autor de una serie de artículos y libros en el ámbito de su especialidad entre los que cabe
mencionar, entre otros, ―Educación ciudadana desde la perspectiva problematizadoraǁ,
―Manual de Educación en Derechos Humanos desde la perspectiva controversialǁ,
―Informe Regional 2015ǁ, ―Educación Ciudadana y Formación Docente en países de
América Latinaǁ, ―Sistema Regional de Evaluación y Desarrollo de Competencias
Ciudadanasǁ, ―Pedagogía Críticaǁ, etc.
MÓDULO I
Los factores que explican el bajo rendimiento son de diverso orden, tanto por razones
exógenas como endógenas al sistema educativo. Cabe hacer notar, sin embargo, que
ninguno de los factores que a continuación se enlistan explica por sí solo el bajo
rendimiento. Entre alguno de los más significativos hay que mencionar los que siguen:
Como veremos más adelante, adscribir a esta concepción significa un cambio sustantivo
en el quehacer pedagógico de los docentes y de los estudiantes; es transitar desde un
conocimiento instrumental que caracteriza al aprendizaje memorístico, repetitivo y
enciclopédico hacia uno axiológico, liberador, emancipador y trasformador. Lo que implica
atribuirle al conocimiento un carácter dinámico, controversial y problemático.
La pedagogía crítica se sustenta en la teoría crítica que surge a partir del Instituto de
Investigación Social de la Universidad de Frankfurt, Alemania (1923), entidad creada con
el propósito de analizar los fenómenos sociales desde un punto de vista innovador. La
teoría crítica proporciona un rico estímulo para contrarrestar las visiones de la educación
ligadas a paradigmas funcionalistas asentados en supuestos provenientes de la
racionalidad positivista. Al introducir la importancia de la conciencia histórica se abre la
posibilidad de concebir la interacción entre lo social y lo personal, la historia y la
experiencia personal.
Por su parte, McLaren (2005), otro de los pedagogos críticos, sostiene que ―la naturaleza
dialéctica de la pedagogía crítica habilita al investigador de la educación para ver a la
escuela. no simplemente como un lugar de adoctrinamiento o socialización o como un
sitio de instrucción, sino también como un terreno cultural que promueve la afirmación del
estudiante y su auto-transformaciónǁ. Para ello, la pedagogía crítica integra entre sus
principios fundamentales el proporcionar dirección histórica, cultural, política y ética a los
involucrados en la educación que aún se atreven a tener esperanza.
Freire formula dos grandes modelos educativos que solo pueden aprehenderse
cabalmente en su mutua oposición.
De hecho, casi cualquier tema o tópico puede ser objeto de una controversia. Esta puede
originarse a partir tanto de visiones diferentes, creencias o valores sobre un mismo tema
que afecte a la sociedad o a un grupo de personas (por ejemplo, el aborto en
determinadas situaciones o la eutanasia), como de la defensa de intereses personales
involucrados (por ejemplo, la fijación de un salario mínimo digno), o de propuestas
diferentes para resolver un problema (por ejemplo, fuentes de energía sustentables frente
a otras más contaminantes, pero más baratas) e incluso a partir de posiciones
relacionadas con experiencias afectivas o emocionales de los sujetos oponentes (por
ejemplo, acciones represivas sufridas por grupos sociales que provocan desórdenes).
También puede ser controversial un tema sobre el cual no exista certeza y el resultado de
la controversia dependa de la información, más o menos plausible, que se tenga sobre
este (por ejemplo, una decisión de política económica riesgosa que dependa de cambios
en el mercado internacional). Sin embargo, hay temas que implican aspectos de ética
universalmente aceptados, los cuales difícilmente pueden ser objeto de controversia (por
ejemplo, matar a un ser humano inocente).
Ahora bien, los docentes de las diferentes asignaturas que conforman el plan de estudio
debieran plantearles a los estudiantes temas controversiales. Así, por ejemplo:
Las estrategias didácticas que los docentes pueden elaborar, utilizar y acceder para
abordar temas controversiales son diversas. Lo relevante es emplear aquellas que
motivan a los estudiantes al diálogo, a la confrontación de ideas y posturas, a la
investigación, al trabajo grupal, a la argumentación fundamentada y crítica, etc. Al igual
que cuando se abordan temas emergentes, los temas controversiales pueden ser
emprendidos a través de diversas estrategias: estudio de casos, simulación, proyectos,
seminarios, aprendizaje basado en problemas, juego de roles, debate, mesa redonda o
coloquio, diálogo, tutorías, lluvia de ideas (brainstorming), conversación crítica, práctica de
laboratorio, trabajo en grupo, investigación, estudio individual, aprendizaje en la acción,
vídeos y otras técnicas audio-visuales, TIC, etc.
Los Testigos de Jehová alegan que ―tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento
nos mandan abstenernos de la sangre. Además, para Dios, la sangre representa la
vida. Así que los testigos obedecemos el mandato bíblico de abstenernos de la
sangre por respeto a Dios, quien nos dio la vida. Hay razones médicas
contundentes para rechazar las transfusiones de sangre. No obstante, la razón
principal por la que Dios nos dice que debemos abstenernos de ella es porque esta
representa algo sagrado para élǁ.
Sin embargo, el juramento hipocrático obliga a los médicos a hacer todo lo posible
por salvar una vida, juramento público que pueden pronunciar los que se gradúan
en medicina ante los otros médicos y ante la comunidad. Su contenido es de
carácter ético para orientar la práctica de su oficio.
• Método de Proyectos: algunos temas controversiales se prestan para que los
estudiantes los asuman de manera global. Presupone que se organicen para
investigar el proyecto consultando en internet, entrevistando a profesores, padres y
amigos. Las entrevistas le dan mayor consistencia al proyecto. El tema de la
discriminación puede ser un proyecto en el que se detectan una serie de
controversias, por ejemplo, la controversia entre el derecho que tiene los migrantes
a ser tratado con igualdad ante la Ley y la discriminación que se ejerce con ellos.
En efecto, todos los migrantes, en virtud de su dignidad humana, están protegidos
por el derecho internacional, sin discriminación, en condiciones de igualdad con los
ciudadanos, independientemente de su situación administrativa o de su condición.
Sin embargo, en muchos países son discriminados, excluidos, explotados
laboralmente, marginados de servicios fundamentales: salud, vivienda, educación,
etc. El proyecto analiza las causas y consecuencias de esta controversia y
establece conclusiones, comunica sus ideas y descubrimientos a otros y otras, etc.
En esta estrategia los estudiantes se sientan en círculo para que todos puedan
verse las caras. Cada uno tiene unos minutos para hablar del tema controversial
que el grupo ha acordado analizar. Los que intervienen deben focalizar sus
intervenciones en el tema, seleccionado e incorporando en sus comentarios alguna
referencia al mensaje del que participó con anterioridad y, luego usar esto como un
―trampolínǁ para sus propias observaciones.
El comentario no necesariamente debe ser concordante con la opinión del que
participó previamente, sino que puede ser también una expresión de desacuerdo.
Lo importante es que los comentarios del estudiante anterior sean apropiados a lo
que se dice en la respuesta circular. Si el nuevo participante no encuentra ningún
punto de conexión con el anterior comentarista, entonces puede hablar del origen
de la confusión, identificando, por ejemplo, una fisura en la experiencia relatada o
la falta de conocimientos sobre lenguaje o sobre las ideas expresadas.
En primer lugar, estos autores tienen serias críticas a cómo la educación tradicional
concibe a los docentes. Por, sobre todo, la escasa confianza en la habilidad que tienen en
las escuelas, en especial de la escuela pública, para ejercer un liderazgo intelectual y
moral. Más aun, en las reformas educativas se les reduce a la categoría de técnicos
especializados encargados de llevar a cabo dictámenes y objetivos decididos por expertos
totalmente ajenos a las realidades cotidianas de la vida del aula. Se constata que existe
una postura ideológica y material que ha contribuido a la ―proletarizaciónǁ del trabajo del
docente, que se traduce a una burocratización de su quehacer y que funciona como un
―empleadoǁ que gestiona y da cumplimiento a las prescripciones curriculares, en lugar de
plantearse como un sujeto crítico respecto a estas disposiciones. El mensaje implícito en
esta práctica parece ser el de que los profesores no cuentan cuando se trata de examinar
críticamente la naturaleza y el proceso de la reforma educativa.
Esta postura tiene como resultado la formación de individuos para que desarrollen tareas
específicas dentro de la racionalidad capitalista. No obstante, la escuela con una ideología
democrática benefactora de la mayoría pone al sistema educativo ante dos frentes
políticos: por un lado, uno que la invita a seguir nutriendo el sistema económico
hegemónico con "capital humano", carente de habilidades para establecer diálogos
reflexivos escritos y verbales, pero listo para puestos mal remunerados; y, por el otro lado,
aquel que la intimida a reorientar su doctrina hacia linderos incluyentes, plurales y
respetuosos de la diversidad social y ecológica, donde el diálogo de saberes es facilitado
dentro del aula en el afán de contribuir a los análisis críticos de la realidad histórica y
política de lo local, lo regional y lo nacional. En este contexto, los parámetros que
fundamentan a la educación deben estar alejados de la utilidad y el mercantilismo, como
afirmaba Ángel Gabilondo Pujol en 2010, siendo ministro de Educación de España. La
educación no trata de ser un adiestramiento profesional; educarse no es adaptarse a un
mundo injusto, sino crear opciones para su transformación, y de mayor justicia y equidad.
La educación no es la creación de dóciles empleados, sino de ciudadanos activos y libres
(La Jornada, 25 de septiembre de 2010).
En otras palabras, es un concepto que funciona como referente crítico para que los
educadores puedan cuestionar los intereses inscritos en las formas institucionales y las
prácticas cotidianas que, desde el punto de vista subjetivo, se experimentan y se
reproducen en las escuelas. Finalmente, el hecho de contemplar a profesores como
intelectuales reclama, con posterioridad, un discurso crítico que analice cómo las formas
culturales se ciernen sobre las escuelas y cómo se experimentan subjetivamente esas
formas. Esto significa que los educadores críticos necesitan comprender cómo están
sometidas a la organización política las formas vivas y materiales de la cultura; o lo que es
lo mismo: necesitan saber cómo se producen y están reguladas las formas culturales en
cuestión.
3.1. Rol del docente transformador
Algunas de las ideas centrales que los pedagogos críticos formulan al referirse que al
docente le cabe ser un líder intelectual transformador pueden quedar resumidas en los
términos que siguen:
En síntesis, el reto del docente es encontrar los medios para desarrollar una política
personal que le lleve a construir su propio proceso reflexivo para que, a través de él,
pueda construir un marco de referencia alternativo por donde los alumnos transiten hacia
un sistema social más justo y democrático. Por lo tanto, se abre la posibilidad de combinar
lo instrumental con espacios de diálogo para revisar los programas curriculares, iniciando,
con ello, la adecuación —colectiva— a la realidad circundante, a la pertinente. Entonces,
el aula se convierte en un espacio político donde el profesor tiene la oportunidad de
expresar su solidaridad hacia sí mismo y hacia los otros. En este sentido, el profesor
reflexivo creará estrategias —con los elementos que se le proporcionen y configurándose
a él mismo a través de innovaciones basadas en nuevos rituales pedagógicos— que
alejen al alumno de memorizar "historias técnicas" enajenadas y enajenantes, animándolo
a construir sus propias historias y estrategias profesionales y sociales para el cuidado de
sí a través de la lectura de la realidad propia y colectiva. Así, los programas académicos
estarían pensados para contribuir en la conformación de una reconciliación entre los
mismos humanos y un (re)encuentro entre la naturaleza y los seres humanos (Santiago,
2012).
Es interesante que Freire redefina la categoría del intelectual y sostenga que todos los
hombres y mujeres lo son. Es decir, independientemente de la función económica y
social, todos los seres humanos actúan como intelectuales al interpretar constantemente
el mundo y dotarlo de sentido, y al compartir con otros una determinada postura. Y no
solo porque quien enseña hoy aprende mañana de otros, sino, y tal vez la razón
fundamental, porque en el mismo proceso de enseñanza-aprendizaje el maestro o la
maestra aprende de sus estudiantes. Freire lo dice bien: ―Quien forma se forma y
reforma...ǁ, ―Quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender…ǁ,
―Enseñar no existe sin aprender y viceversa...ǁ.
3.2. Capacitando al docente como intelectual transformador
La pregunta que surge es, entonces, ¿cómo el docente se construye como intelectual
transformador? Nuestra respuesta es, en el ejercicio reflexivo sobre la propia práctica,
sobre su propia experiencia profesional.
Cabe hacer notar que esta reflexión se define como el conjunto de situaciones
enmarcadas en el contexto institucional y que influyen indirectamente en los procesos de
enseñanza y aprendizaje propiamente dichos; se refiere a cuestiones más allá de las
interacciones entre docentes y alumnos en el aula de clases, determinadas, en gran
medid,a por las lógicas de gestión y organización institucional del centro educativo. Todo
lo ocurrido dentro del aula, la complejidad de los procesos y de las relaciones que en ella
se generan, forma parte de la práctica docente en tanto que los factores contextuales se
consideran parte de la práctica educativa.
Por tanto, la práctica docente se concibe como el conjunto de situaciones dentro del aula
que configuran el quehacer del profesor y de los alumnos en función de determinados
objetivos de formación circunscritos al conjunto de actuaciones que inciden directamente
sobre el aprendizaje de los estudiantes (García y et al., 2008).
La categoría de intelectual resulta útil porque ofrece una base teórica para examinar el
trabajo docente como una tarea intelectual, en contraposición a una definición puramente
instrumental o técnica. Aclara, además, las condiciones ideológicas y prácticas necesarias
para que los profesores actúen como intelectuales, contribuyendo a esclarecer el papel
que desempeñan en la producción y legitimación de los intereses políticos, económicos y
sociales que, a través de su pedagogía, ellos mismos aprueban y utilizan.
Los intelectuales, por definición, forman un colectivo social que intenta educar a la
población, proponer debates, motivar diálogos y explicar ciertos fenómenos. En este
sentido, se sostiene que los intelectuales tienen el deber moral de fomentar la reflexión
crítica. Referido a los docentes significa, en primer lugar, afirmar con vehemencia que su
desempeño no puede limitarse solo a un asunto técnico-pedagógico, que implica
únicamente dar clases y hacer gestión escolar, sino al requerimiento de una profunda
implicación con la transformación tanto de la educación como de la sociedad. Es decir,
contribuir al cambio político-socio-cultural con el propósito de formar ciudadanos críticos,
reflexivos y activos.
4. LA INSTITUCIÓN EDUCACIONAL. SUS DIRECTIVOS Y DOCENTES ASUMIENDO
NUEVAS FUNCIONES Y DESARROLLANDO RENOVADAS COMPETENCIAS
La Institución Educativa, al igual que toda institución social, se caracteriza por congregar y
asociar un conjunto de actores con intereses propios y concurrentes, con valores
singulares y, en ocasiones, contrapuestos, pero que finalmente apuntan a un objetivo
común que los convoca en una identidad y una cultura propia. En este sentido, cada
institución educacional posee ciertos rasgos estructurales y ciertas modalidades de acción
que la caracterizan, lo que permitiría decir que no existe un solo tipo de institución
educacional, sino una variedad de estas con particularidades propias.
En efecto, si se opta, por ejemplo, por caracterizar las instituciones educativas por el nivel
de libertad y apertura, se puede decir que existen aquellas que podrían denominarse
abiertas, flexibles y participativas, en oposición de las que son cerradas, rígidas y no
participativas o poco participativas. En las primeras, el currículum es cuestionable, la
pedagogía es dialógica y los sistemas de evaluación son formativos. En este tipo de
instituciones, las relaciones interpersonales entre los directivos y docentes y de estos con
los estudiantes son horizontales y dialógicas. En cambio, en las instituciones rígidas,
predomina un currículum único donde no caben los cuestionamientos e interpretaciones al
conocimiento, la pedagogía es expositiva y la evaluación es, sobre todo, sumativa. Las
relaciones interpersonales son jerárquicas y predomina la sumisión y la obediencia. En
síntesis, se puede sostener que a las instituciones abiertas se les puede atribuir la
característica de instituciones democráticas; a las cerradas, instituciones autoritarias.
• Con un proyecto. Las instituciones tienen que ser capaces de anunciar y explicar
hacia dónde pretenden ir. Ese proyecto no debe ser un mero documento escrito,
sino que su objetivo es ser esencialmente visible y vivido por el conjunto de los
actores que se encuentran en el trabajo cotidiano (alumnos, docentes, familias,
comunidad). Se trata de avanzar en la construcción de metas compartidas que se
hacen prácticas, vividas y gestionadas con inteligencia, calidez y transparencia.
• Políticas. Vale anotar que las instituciones del presente deben ser esencialmente
políticas (en el sentido más amplio y profundo del término). Esto significa que, para
lograr sus fines, tienen la necesidad de negociar significados, de convencer a los
actores y de ser meticulosas en la explicación de sus objetivos y procesos.
Las escuelas, tal como ya se señaló, poseen una cultura propia que comprende, como
toda cultura, patrones de significados, un ritual de relaciones personales, tradiciones,
costumbres, normas, valores, creencias, ceremonias, mitos, artefactos culturales. etc., en
la que son posibles diversas subculturas en su interior y que, por su dinamismo, no es una
cultura estática.
Se sostiene que los directivos de las escuelas influyen en la cultura de la escuela de
muchas maneras, promoviendo culturas positivas o ―tóxicasǁ. Una cultura escolar positiva
implica las siguientes características:
Unesco (2012) hace especial énfasis en la relevancia del clima escolar porque existe una
asociación directa entre las buenas condiciones de esta variable y los aprendizajes; y el
rendimiento académico y el logro.
Ahora bien, un clima escolar que reúne las dimensiones mencionadas requiere que en la
institución educacional se construya y maneje un nivel de convivencia escolar que apunte
hacia la coexistencia pacífica de sus miembros. Esto supone una interrelación positiva
entre ellos y permite el adecuado cumplimiento de los objetivos educativos en un clima
que propicia el desarrollo integral de los estudiantes.
Una de las expresiones más violentas y frecuentes que se observan en las instituciones
educacionales es la intimidación (bullying), que es el hostigamiento permanente de un
individuo o grupo a otro sujeto o grupo. Se trata de una relación asimétrica de poder, en la
cual el más débil no puede responder las agresiones del más fuerte; además, se define
por su carácter repetitivo. El bullying existe en todos los establecimientos educacionales y
constituye un grave problema educacional. Entre las consecuencias de la intimidación
para las víctimas se señala la presencia de ansiedad y depresión, y la baja en la
autoestima y/o el auto-concepto. Las víctimas refieren, más frecuentemente que sus
pares, vómitos, alteraciones del sueño, declaran sentirse enfermos, tener dolor de cabeza
y del cuerpo, presentan temores, dificultad para dormir y pesadillas recurrentes; describen
síntomas psicosomáticos y problemas de internalización y externalización.
También indican rechazo y baja aceptación de los pares, mala calidad de la amistad,
contar con escasos amigos, poca fuerza física, soledad y sentimiento de abandono, pocas
habilidades sociales y percepción de dificultad para establecer vínculos. Aparece ideación
suicida y la intensificación del acoso se asocia a suicidio. Se establece baja consecución
de metas, absentismo y ausentismo crónico a la escuela, disminución del rendimiento
académico, baja satisfacción escolar y fobia a la escuela. La inasistencia impacta con el
rendimiento escolar, lo que influye en los aprendizajes y en el desarrollo de
potencialidades para el aprendizaje y afecta negativamente la motivación por el
aprendizaje y la valoración de las competencias personales, lo que perjudica el
rendimiento escolar.
A los intimidadores se les asocia una situación social negativa, tendencia a abusar de su
fuerza, impulsividad, carencia de habilidades sociales, baja tolerancia a la frustración,
dificultad para cumplir normas, relaciones negativas con adultos, bajo nivel de autocrítica,
autoestima media o incluso alta. Son más agresivos que sus pares, tienen temperamento
fuerte, valoran la agresión como un medio para obtener poder e influencia social. Se
consideran físicamente mejores y se sienten populares. En escasas ocasiones sobresalen
académicamente, pero gozan de prestigio social por sus habilidades en los juegos y en
las actividades no académicas. Tienen bajo rendimiento, lo que se incrementa con la
edad, y una actitud negativa hacia la escuelai; tienen dificultades de integración escolar y
social, e inestabilidad emocional. Presentan mayor predisposición a problemas
atencionales y dificultades para enfrentarse a tareas cognitivas; perciben menos ayuda
parental para sus problemas y más insatisfacción escolar que sus compañeros; ven la
escuela como un lugar aburrido y sienten presión por el trabajo escolar. La asociación
entre intimidación y delincuencia ha sido también establecida para algunos tipos de
delitos; tanto víctimas como intimidadores en roles protagónicos presentan un rendimiento
escolar más bajo, y, tanto víctimas como victimarios, tienen problemas de
comportamiento, ansiedad, depresión, tristeza y problemas afectivos.
La mayoría de los estudiantes maltratados por sus pares declaran que todas las
amenazas ocurren al interior del aula, la cual es el escenario privilegiado para la agresión
verbal, el acoso sexual, las acciones contra los objetos, la exclusión social, los golpes y
las amenazas. Entonces, se puede afirmar que la intimidación crea un clima de temor y
falta de respeto en las escuelas, lo que impacta en el aprendizaje de los estudiantes. Así,
el clima escolar se ve negativamente afectado, a causa de la intimidación, por el estado
emocional de las víctimas después de ser agredidos, las consecuencias sobre la salud
física y psicológica a mediano y largo plazo, los rasgos que caracterizan a los
intimidadores junto con la alta incidencia de acciones de intimidación al interior de la sala
de clase. Sin embargo, cabe remarcar que no se ha establecido que la intimidación se
asocie negativamente al clima escolar. Son escasas las investigaciones que relacionan
los fenómenos, pero es evidente que, al aumentar el número de conflictos y agresiones en
las salas de clases y en los establecimientos escolares, se produce un deterioro del clima
escolar, lo que, a su vez, impacta negativamente tanto sobre los estudiantes, en su
desarrollo moral y social y en su aprendizaje, como en el desempeño académico del
profesorado.
Además, como los intimidadores tienden a ser menos colaboradores, a tener mal
comportamiento y a desarrollar conductas delictuales (sancionadas por las autoridades
escolares), se generan estados emocionales negativos que impactan en la sala de clases,
los que no se asocian con un buen clima escolar. Por el contrario, en un clima escolar
distendido se tienden a externalizarse menos las conductas agresivas y delictivas
Entonces, resulta evidente que las percepciones del clima impactan en el comportamiento
y en el ajuste emocional de los estudiantes. De ahí que los jóvenes con un alto nivel de
auto-crítica consideran que sus problemas de internalización y externalización no
aumentarán si perciben un clima escolar positivo; es decir, el clima escolar juega un rol
importante en el funcionamiento psicológico de los estudiantes.
4.4. Gestión escolar
Con el fin de lograr aprendizajes de calidad, así como un clima y una convivencia escolar
satisfactorios, se requiere una clara y eficiente gestión escolar al interior de las
instituciones educacionales. La gestión escolar es un proceso que enfatiza la
responsabilidad del trabajo en equipo e implica la construcción, diseño y evaluación del
quehacer educativo; así como un apoyo en la articulación de proyectos con el propósito
de dar un sentido a las actividades a la luz de los objetivos establecidos en la institución
educativa.
Los autores que han estudiado y analizado las variables asociadas a la gestión escolar
identifican, entre otras, las áreas siguientes:
Existen y emergen permanentemente una serie de temas ciudadanos que son debatidos
en las instancias políticas y parlamentarias, y presentados, impugnados y analizados en
los medios de comunicación masiva, que son conversados, dialogados y debatidos en las
familias, en reuniones formales e informales, en círculos de amigos, etc. Son temas que
trascienden el ámbito privado para instalarse con fuerza en el ámbito público y que, por lo
general, suscitan controversias y tensiones.
Evitar temas emergentes significa aislar a los estudiantes de los problemas ciudadanos
que emergen permanentemente y limitar sus experiencias educativas. En efecto, la
educación, por lo general, ha prescindido de estos temas aduciendo, entre otros
argumentos, que estos pueden afectar la convivencia y la avenencia entre los estudiantes,
que es promotora de conflictos y que impiden y dificultan que se logre el rol que se
propone la educación tradicional: resguardar el orden, la disciplina, la obediencia e incluso
el sometimiento. En estos casos, existe una obsesión por la rigidez, la conducta
controlada y la homogeneidad de los estudiantes. Por el contrario, abrirse a los temas
emergentes significa darles voz y protagonismo, motivarlos a que opinen y dialoguen, y
confronten críticamente las ideas que los temas evocan.
• Aceptar, sin reparos y miramientos, las críticas y reproches que algunos hacen,
que los temas emergentes inevitablemente fracturan la convivencia escolar e
introducen la política partidista y la ―politiqueríaǁ en la escuela; sin percatarse de
que la educación no es neutra, sino que, a partir de las decisiones curriculares,
pedagógicas y evaluativas, está tomando una postura ideológica.
Nos referiremos a algunos temas contingentes de manera muy sucinta que hoy nos
parecen que son relevantes y atingentes a la realidad de muchos de nuestros países,
temas todos que repercuten directamente en las relaciones interpersonales que
establecemos con los demás en el diario vivir. Temas que están ahí, no en el imaginario;
que son parte de la existencia y de la vida, del contexto; y que a los estudiantes afectan
consciente o inconscientemente.
Por supuesto que no pretendemos agotar la lista de temas. Algunos otros surgirán como
resultado del devenir político, económico, social y cultural que nuestras sociedades
confrontan cotidianamente. La realidad es, como se sabe, muy dinámica y las
necesidades apremiantes surgen irremediablemente. Piénsese cómo en este último
tiempo muchos de nuestros países (España, Chile, Colombia, para citar algunos) han y
están viviendo crisis sociales y políticas que plantean nuevas demandas, fruto de las
injusticias, las inequidades y el desprestigio y la inoperancia de la política y los políticos.
Alguno de los temas que hemos identificando y que esclarecemos muy someramente son
los siguientes:
• Corrupción: la corrupción se expresa cuando se ejerce tráfico de influencias o en
forma de obtención de favores ilícitos a cambio de dinero u otros favores. Casos
concretos de corrupción muy comunes son, por ejemplo: vender protección a los
criminales (la policía, jueces, etc.), otorgar contratos ―por debajo de la mesaǁ sin
que medie el debido proceso de licitación, recibir donativos para financiar
campañas políticas en exceso del máximo permitido por Ley, evadir o dejar de
tributar contribuciones a la administración pública, pagar cohecho para agilizar un
trámite ante una instancia gubernamental, comprar o vender objetos que han sido
robados, no respetar las señales de tránsito y sobornar a la policía, etc.
• Pobreza: la pobreza se caracteriza por ser una condición de las personas que les
priva, de forma continua, de recursos suficientes para subsistir dignamente.
Además, las incapacita tanto para obtenerlos, como para gozar de iguales
oportunidades que los no pobres, y para alcanzar un nivel mínimo de seguridad en
sus vidas personales y familiares. Por esto, la pobreza atenta contra los derechos
sociales, económicos, culturales, jurídicos y, en especial, contra la dignidad de la
persona humana. La pobreza limita el acceso a recursos como la educación, la
vivienda, el agua potable, la asistencia médica, etc.
Las causas o explicaciones que dan cuenta de los motivos de las migraciones se
vinculan, entre otras, con la falta de trabajo, la persecución político-ideológica, la
inseguridad producto de la violencia, las guerras, la persecución étnico-religiosa,
los problemas socioeconómicos, el mejoramiento de la calidad de vida, la
búsqueda de desarrollo individual o familiar, búsqueda de mejores oportunidades
de educación, acceso a bienes y servicios. Ahora bien, las consecuencias de las
migraciones son igualmente muy diversas. Abandonar el país no es un hecho que
todo el mundo pueda lograr. Las personas que lo hacen se enfrentan a muchas
dificultades, entre otras: conseguir trabajo, ganar poco por ser inmigrante, llegar a
hacer amigos, adaptarse a nuevas costumbres y, en ocasiones, a un idioma
desconocido, que los hijos sean aceptados en las escuelas, ser objeto de malos
tratos, discriminaciones, rechazos, exclusión y persecución; controles migratorios,
ser engañados o estafados.
Hemos hecho mención de solo algunos temas emergentes. Hay mucho otros como las
libertades, la segregación, las discriminaciones e intolerancias, el desarrollo tecnológico,
el consumismo, el deterioro ambiental y el calentamiento global, las movilizaciones y
protestas sociales, el maltrato a las mujeres y a los niños, los esfuerzos por mantener la
paz interna y externa, la marginación y exclusión de los pueblos originarios, los
desplazamientos de las poblaciones rurales, etc. Insistimos que surgirán otros temas
emergentes como resultado del devenir y los desafíos políticos, económicos, sociales y
culturales que nuestras sociedades confrontarán en el futuro.
5.3. Planificación pedagógica
§ Identificar los temas emergentes que se ven como deseables abordar, tomando en
cuenta el grado o nivel escolar en que los estudiantes se encuentran. Lo ideal es
que los estudiantes participen de esta decisión y se les escuche al respecto.
§ Secuenciar los temas emergentes que serán objeto de estudio durante el semestre
o el año. Es muy recomendable que los estudiantes conozcan los diferentes temas
que serán objeto de estudio para así tener una visión completa de a qué estarán
abocados y qué se espera de ellos.
Las estrategias y recursos didácticos que se han elaborado para apoyar al docente en su
tarea educativa son múltiples, variados y relativos a los aprendizajes que se pretende que
los estudiantes logren en los distintos campos del conocimiento y durante sus diferentes
niveles de desarrollo. Algunas han sido producidas por los propios docentes. Existe una
amplia literatura que puede ser consultada en Internet bajo el rubro: “Métodos de
enseñanza” y que hacen referencia a una serie de estrategias y recursos que son
susceptibles de emplear para atender temas emergentes: estudio de casos, simulación,
proyectos, seminario, aprendizaje basado en problemas, juego de roles, debate, mesa
redonda o coloquio; diálogo, tutorías, lluvia de ideas (brainstorming), conversación crítica,
práctica de laboratorio, trabajo en grupo, investigación, estudio individual, aprendizaje en
la acción, vídeos y otras técnicas audio-visuales, TIC, etc.
Abordaremos brevemente solo algunas que, a nuestro parecer, son muy pertinentes para
trabajar los temas emergentes.
• Conversación crítica: tiene como objeto ayudar a los que dialogan a tomar
conciencia de los supuestos que se están manejando cuando argumentan y toman
posición sobre el tema emergente. El objetivo es observar si estos supuestos están
bien fundamentados, identificar los diferentes puntos de vista y reflexionar sobre
las implicaciones de la conversación para el futuro.
Vivimos en una modernidad líquida en la que, en el decir de Zygmunt Bauman, "se
delimitan con precisión los contornos de un estado de cosas en el que los individuos,
convertidos en consumidores, han perdido contacto con todas las referencias ideológicas,
sociales y de comportamiento que habían determinado su actuación en siglos anteriores".
La educación, entonces está llamada a abordar los temas políticos, sociales, económicos
y culturales emergentes que surgen permanentemente en nuestras sociedades. De no
hacerlo significa caer en la intrascendencia e impertinencia.
MÓDULO II
La democracia es una forma de gobierno del Estado donde el poder es ejercido por el
pueblo mediante mecanismos legítimos de participación en la toma de decisiones
políticas. Entre sus características, podemos mencionar las siguientes:
Cabe señalar, además, como lo afirma Meza (2013), que ―la democracia exige una
dimensión sociopolítica y cultural que trascienda la así llamada democracia formal, pues
requiere de una opinión pública fuerte, libre, plural y crítica, y de una ciudadanía activa e
informada. Esta línea de pensamiento culmina en la convicción de que la democracia se
sostiene en los demócratas. Una democracia meramente jurídico-institucional no logra
encarnar realmente los valores básicos de libertad e igualdad, porque sin la dimensión
sociopolítica y cultural no se puede garantizar la legitimación y el control del poder político
por parte de una ciudadanía soberana y libre constituida por iguales. Como dice Rubio,
una ‗democracia‘ meramente formal puede convertir a los ciudadanos en meros clientes;
lo que constituye una forma de desigualdad entre los ciudadanosǁ.
Por último, debemos hacer notar que, tanto en España como en América Latina y en
muchos países del mundo, la democracia vive periodos de gran fragilidad e inestabilidad y
confronta grandes desafíos. Hay desprestigio y desconfianza en las instituciones
democráticas, en los partidos políticos y en los políticos, en el Parlamento y en las Cortes.
Hay una insatisfacción generalizada del sistema democrático por su incapacidad de
satisfacer las demandas básicas de la población: educación, salud, vivienda,
alimentación, empleo, salarios dignos y éticos, etc. Existe inconformidad con la
democracia elitista, con un aparato estatal de capacidad menguada, donde la
participación ciudadana es escasa. Existe un malestar creciente, con desafección y
abstencionismo electoral, movilización social en las calles e incluso violencia (Vitar, 2017).
Ahora bien, la relación entre democracia y educación es estrecha, interdependiente y
natural. Una educación de calidad y equitativa puede contribuir a una democracia justa e
igualitaria y, esta, a una buena educación. La educación debiera preparar para el ejercicio
de una democracia representativa, participativa, de convivencia en el espacio público,
capaz de construir un ciudadano y una ciudadanía democrática. La democracia debiera
garantizar la vigencia plena de los derechos humanos, entre estos, el derecho a la
educación.
Cabe agregar que, tanto la educación como la democracia, se proponen relacionar y
situar a las personas con su entorno, político, social, económico y cultural para que sean
capaz de tomar decisiones, en especial, aquellas que les afectan a ellas mismas y a las
personas y colectivos cercanos con los con que conviven: familias, comunidades, grupos
de pares, etc. Hoy, en un mundo globalizado, también con los que están en el entorno se
es distante.
Además, tanto la educación como la democracia tienen como propósito entregar marcos
de referencia para que las personas elaboren sus proyectos de vida, creando condiciones
para que se relacionen con los otros y otras de manera armónica, resolviendo tanto los
conflictos personales como los interpersonales y comunitarios de forma pacífica.
En este sentido, ambas, la educación como la democracia, son realidades sociales que
presentan una combinación de múltiples subjetividades que varían con el tiempo;
asimilando nuevos conceptos en que están en juego intereses, cuotas de poder,
motivaciones ideológicas, etc. Ambas plantean escenarios e idearios de presente y futuro,
creando condiciones para que estos se materialicen y se logren, sorteando las tensiones
que enfrentan. En efecto, tanto la educación como la democracia son realidades sociales
que confrontan una serie de obstáculos, conflictos y controversias tanto de orden teórico
como práctico: teórico, porque existen concepciones muy diversas de conceptualizar la
democracia; práctico, porque hay estrategias y modalidades distintas para implementar
los proyectos que la educación se proponen.
En otras palabras, las controversias surgen porque tanto la democracia como la
educación confrontan situaciones dilemáticas. Respecto a la democracia, ya se hizo
mención con anterioridad al desprestigio que experimenta. Por su parte, la educación no
ha resuelto el problema de la brecha y segregación entre una educación para los que
sustentan el poder económico y los pobres, la desvalorización de la profesión docente, la
inoperancia del currículum, la pedagogía y la evaluación, etc.
Existen definiciones diversas y variadas para lo que se entiende por una escuela
democrática. Se señala, entre otras definiciones, que una escuela democrática es aquella
en la que todos deciden sobre los asuntos que les incumben; en la que hay cauces de
participación y hay liderazgos distribuidos. No es solo que exista un órgano de elecciones
en la escuela; es mucho más que esto.
De acuerdo a este fundamento sostenido por Dewey, la escuela constituye una institución
necesaria para la estabilización de la sociedad y el máximo aprovechamiento de los
aportes de cada individuo en un sentido colectivo. La escuela debe ser un espacio donde
se experimenta la democracia, dado que es una experiencia que proviene de una
sociedad democrática. Es la vida democrática la que se incorpora a la escuela y la
convierte en una escuela democrática, la experiencia es, primariamente, un asunto activo,
no cognoscitivo-intelectual.
Entre las condiciones para que la experiencia contribuya a que la escuela adquiera una
forma de vida democrática, Apple y Beane (1997) enlistan, entre otras, las siguientes:
A esta lista de condiciones se podría adicionar lo que señala Meza (2013) respecto a los
propósitos de una escuela democrática:
En una escuela democrática, prevalece una cultura democrática que se caracteriza por
establecer normativas e interrelaciones que se alejan de la jerarquización,
disciplinamiento y autoritarismo implícito y explicito, que aún sigue patente en muchas
escuelas; crea una comunidad donde impera el diálogo y el trabajo cooperativo en torno a
temas de interés social y que responde a las motivaciones de los estudiantes; planifica y
adopta decisiones de manera participativa en la que intervienen directivos, docentes,
estudiantes, padres de familia, funcionarios y cooperadores del proceso educativo;
refuerza valores democráticos consagrados en los instrumentos nacionales e
internacionales de derechos humanos, eliminando, así, las prácticas discriminatorias,
intolerantes, prejuiciosas y estereotipadas, las sanciones desmedidas trasgresoras de la
dignidad humana. Reforzando, por el contrario, lo señalado en el primer artículo de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres
e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
6.3. Características de los docentes
Es importante advertir que no se está esperando que el docente democrático deba reunir
necesariamente todas las competencias señaladas, ya que estas las irá adquiriendo y
desarrollando en la medida que toma conciencia de ellas, las emplea en su práctica, las
conversa y las analiza con sus colegas.
En efecto, siendo que la educación, tal como lo hace notar Bourdieu y Passeron (1997),
funge como aparato ideológico y como mecanismo fundamental en la legitimación de la
reproducción social, se puede inferir, entonces, que en una sociedad autoritaria, arbitraria
y despótica es casi impensable que se creen y funcionen iniciativas educacionales
democráticas. En otras palabras, a una sociedad autoritaria le corresponderá una
educación y una escuela autoritaria, y sería difícil cambiar la sociedad empezando por
cambiar la educación. No es la educación el lugar desde el que podamos cambiar la
sociedad, aunque a la larga puede contribuir a ello. Se pueden promover modificaciones,
hay cambios que se pueden introducir y que facilitarán que, en el futuro, la sociedad
cambie, pero las instituciones educacionales son parte de la sociedad y, por tanto,
dependiente de ella.
Dicho de otra forma, es posible afirmar que una sociedad autoritaria constituye un campo
poco propicio para que se propongan y se desarrollen propuestas de educación
democrática. En ocasiones, sí las hay, pero constituyen una excepción. Además, a veces
son observadas con desconfianza, con suspicacias, como ―politiquerasǁ, como
―anormalesǁ por parte de las autoridades y los padres.
Por su parte, en una sociedad que se aprecie como democrática o que abre caminos para
que se refuercen las condiciones que caracterizan la democracia, las posibilidades que se
crean y mantengan iniciativas y escuelas democráticas son altas.
Sin duda, en las sociedades democráticas es normal y factible que prosperen instancias
educacionales democráticas. Sin embargo, esto no significa que estén exentas de
obstáculos y dificultades, contradicciones y tensiones que deben confrontar; entre estas,
las siguientes:
Vicen Navarro (2019), en una postura más crítica, señala que España continúa
teniendo, entre otros muchos problemas, (1) uno de los Estados del bienestar de
la UE-15 menos financiados, es decir, con menos recursos para los servicios
públicos del Estado del bienestar; (2) un sistema electoral poco proporcional y
escasamente representativo que ha discriminado y marginado a las fuerzas
políticas que lideraron la resistencia durante la dictadura, y que ha favorecido a las
zonas conservadoras a costa de las progresistas; (3) un profundo
conservadurismo en muchos aparatos del Estado, como la judicatura; (4) una
escasísima diversidad ideológica de los medios de comunicación; (5) un sistema
educativo claramente sesgado que favorece la versión conservadora de la historia
de España; (6) una permanencia del franquismo y sus símbolos; (7) la Iglesia
Católica continúa gozando de enormes privilegios, reproduciendo una cultura
franquista muy extendida en muchos y grandes sectores de la población; y (8) el
debate político raramente se plantea en términos democráticos: el insulto, la
grosería y la mala educación son características del debate político español.
Es importante destacar que entre los movimientos sociales cabe hacer mención al
movimiento estudiantil que ha tenido un rol preponderante en las demandas, no
solo de cambios en el ámbito educacional, sino que también en el plano
económico, político, en las estructuras y normativas sociales y jurídicas. Estos
movimientos comparten rasgos como el factor generacional, que establecen
vínculos mediante las redes y medios sociales, el uso de tecnologías de la
información y la comunicación.
Otra de las condiciones a las que se hizo referencia para trabajar y promover una
práctica democrática en una institución educacional es la disposición del docente
de distribuir el poder del conocimiento que le es asignado socialmente,
estimulando a que los estudiantes hagan sus aportes desde sus propias
experiencias y conocimientos. Sin embargo, la literatura especializada es muy
concluyente en señalar que a los docentes les es muy difícil que los estudiantes
sean protagonista del saber, ya que piensan que esto le resta autoridad y status.
De igual manera y en esta misma línea, el docente que labora en una institución
democrática debe estar dispuesto a ser criticado por sus estudiantes, siempre y
cuando estos comentarios sean formulados de manera respetuosa; y reconocer
abiertamente cuando comete errores. Sin embargo, la tradición educacional en la
que el docente se ha formado y desempeñado, por lo general, es que él es
considerado un ―reyǁ, un ―diosǁ que no puede ser cuestionado, ni cabe insinuar que
comete algún error. Esto es parte de la cultura instaurada en la educación;
cambiarla no es fácil, por ende, constituye un obstáculo serio para el desarrollo de
propuestas educacionales democráticas.
• Cultura y práctica refractaria a la democracia: uno de los obstáculos serios que la
educación democrática confronta, sobre todo cuando se pretende instalarla en una
escuela, es que se vive una excesiva competitividad tanto en la institución como
en las aulas. Las escuelas se renquean, al igual que los docentes: la escuela debe
mostrar que es mejor que otras; el docente debe demostrar que es ―mejorǁ, más
―hábilǁ y ―competenteǁ que su colega docente. La competitividad es un grave
impedimento para la educación democrática, ya que esta requiere solidaridad y
trabajo colectivo. La idea de grupo cohesionado y de comunidad no suele estar
demasiado asumida ni entre los compañeros de clase ni tampoco entre los
profesores.
La democracia, como forma de gobierno del Estado donde el poder es ejercido por el
pueblo, es condición insustituible y fundamental para la vigencia de los derechos
humanos. En un régimen dictatorial se crean las condiciones para que los derechos
humanos sean violados.
Villaseñor (2015), citando a Robert Alexy, considera que hay tres posturas para el
entendimiento de la relación entre democracia y derechos humanos: la ingenua, la
idealista y la realista. La primera no reconoce ningún conflicto en las dos nociones, puesto
que ambas son parte de un mismo ideario que comprende una diversidad de aspectos
buenos y deseables de la vida pública de un país, mientras que la segunda postura
reconoce conflictos, pero aspira a conciliarlos. Finalmente, la tercera visión, a la cual
Villarroel adhiere, considera que los derechos humanos son, a la vez, democráticos y
antidemocráticos.
Cabe hacer mención que en el año 1993 se celebró en Montreal (Canadá) el Congreso
Internacional sobre Educación para los Derechos Humanos y la Democracia de la
UNESCO. Federico Mayor, al inaugurar el Congreso, afirmó que ―el ltimo análisis de la
educación para los derechos humanos y la democracia significa el fortalecimiento, en
cada una de las personas, del derecho a participar, con un sentido activo de
responsabilidad, en todos los aspectos de la vida política y social.ǁ
Por su parte, Amnistía Internacional ha señalado que ―la educación en derechos humanos
tiene como propósito abordar las causas subyacentes de las violaciones de los derechos.
Creando un entorno propicio al pensamiento crítico, damos espacio a las personas para
que reflexionen sobre sus propios valores y actitudes y, en definitiva, modifiquen su propia
conducta. Sirve para prevenir los abusos contra los derechos humanos, combatir la
discriminación, promover la igualdad y fomentar la participación de la gente en los
procesos de toma de decisiones. La educación en derechos humanos empodera,
especialmente, a las víctimas de abusos de derechos humanos, tanto para exigir la
rendición de cuentas a quienes detectan el poder económico y político, como para
conseguir un cambio sostenible a largo plazo. Este empoderamiento personal y colectivo
es clave para acabar con los círculos viciosos de dependencia que se crean cuando no se
garantizan necesidades básicas (como alimentación, agua y saneamiento, vivienda
adecuada o salud) y esa exclusión no se trata como violación de derechos humanosǁ.
Algunas de las ideas fuerza que orientan la educación en derechos humanos son las que
siguen:
- La educación en derechos humanos requiere y contribuye a consolidar la
democracia y la paz: la educación en derechos humanos en su plenitud es solo
posible, por un lado, en un Estado de Derecho, democrático, garante, vigilante y
respetuoso de los derechos fundamentales de las personas y, por el otro, en un
medio en que se impone la justicia, la libertad y la igualdad, teniendo como base la
dignidad humana para el goce de la vida de manera plena. La violencia, en
cualquiera de sus manifestaciones, es el espacio propicio para la violación de los
derechos humanos.
En otras palabras, la aprobación de la ley con la que se crea la materia de Educación para
la Ciudadanía y los Derechos Humanos incorpora, de forma explícita, contenidos sobre
derechos humanos en el currículo en el conjunto de todas las materias contempladas en
los planes de estudios. Por otro lado, la aprobación en 2008 del Plan de Derechos
Humanos por el Gobierno Central y la creación de planes autonómicos de educación en
derechos humanos por parte de algunas comunidades supuso una oportunidad para
integrar, de una manera coherente, el conjunto de iniciativas de educación en derechos
humanos tal y como reclaman los organismos internacionales.
Sin embargo, estos avances en el desarrollo de la asignatura se han visto frenados por
una serie de reparos y críticas. En primer lugar, por la falta de un compromiso real por
parte de las autoridades competentes, como demuestra la escasa oferta formativa para el
profesorado o, por ejemplo, el hecho de que los derechos humanos no se incluyeran
como requisito a la hora de elaborar los nuevos planes de estudios de quienes en el futuro
ejercerán la docencia. Otro de los retos pendientes consiste en potenciar entornos
respetuosos con los derechos humanos dentro de los centros escolares a través de
medidas que garanticen la participación activa de la comunidad educativa en la toma de
decisiones, el establecimiento de normas de convivencia y la no discriminación.
Por su parte, Amnistía Internacional consigna que tan solo en dos de las 32 universidades
de las siete comunidades autónomas analizadas se incluyen contenidos de derechos
humanos como materia obligatoria y, en otras dos, como optativa en los planes de
estudios de los grados de Magisterio de Primaria y el Máster de Secundaria. Así, en la
Comunidad de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos oferta en su Máster de Formación
del Profesorado una asignatura obligatoria con contenido específico en derechos
humanos.
Más aun, cabe señalar que, desde el comienzo, que la asignatura de EpC fue objeto de
un encendido debate político y social. Algunos sectores la criticaron al considerarla un
instrumento de adoctrinamiento y cuestionaron ciertos contenidos, como aquellos
relacionados con la diversidad afectivo-sexual o algunos aspectos relacionados con la
igualdad de género, entre otros.
De igual forma, los docente problematizan, junto con sus estudiantes, respecto a los altos
grados de violencia, pobreza, impunidad, corrupción, clientelismo y falta de ética en la
acción pública y privada; cómo la acción y la práctica de la corrupción invaden ámbitos
que hasta ahora eran intocables; cómo los poderes fácticos operan; cómo hay pérdida de
credibilidad de los partidos políticos y de la justicia; cómo la impunidad ha mermado la fe
de la gente en la denuncia, existiendo un cuadro de complicidad que se sostiene en un
silencio aceptado; cómo existe una burla tendencia a crear situaciones de ―punto final" y
de negación de la historia reciente; etc.
La igualdad es aquel derecho que tienen todos los seres humanos a ser reconocidos
como iguales ante la ley y disfrutar de todos los demás derechos otorgados de manera
incondicional, es decir, sin discriminación por motivos de raza, color, origen étnico,
ascendencia, género, embarazo, maternidad, estado civil, familiar o de tutor, idioma,
religión o creencia, opinión política o de otra índole, nacimiento, origen nacional o social,
nacionalidad, estatus económico, asociación con una minoría nacional, orientación sexual,
identidad de género, edad, discapacidad, estado de salud, predisposición genética o de
otro tipo a alguna enfermedad, o por combinación de algunos de estos motivos, o con
base en características asociadas con alguno de estos motivos. En este sentido, la
igualdad está estrechamente vinculada con el derecho a la no discriminación.
o El derecho que tiene un inmigrante recién llegado al país a ser tratado con igualdad
ante la ley, como lo establece la DUDH, y la posibilidad de no ser atendido en un
centro de salud pública porque la ley del país en su legislación interna no lo
contempla. Qué ley prima en este caso: la nacional o la internacional
Entonces, tanto para Freire como para Habermas, el enfoque dialógico y comunicativo no
son solamente dispositivos pedagógicos, sino que, sobre todo, son componentes
esenciales para reconstruir la realidad desde la diversidad de mensajes y crear una
comunidad de aprendizaje. Esta afirmación es central en una pedagogía, pues su
propósito es el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje a partir de la
interacción entre iguales. La negociación, el intercambio de significados en la participación
crítica y activa en espacios comunicativos que ayuden a los educandos a reflexionar
sobre sus ideas y prejuicios para, así, poder modificarlos si lo consideran necesario. Lo
que interesa no es tanto el resultado del aprendizaje, sino, sobre todo, el proceso de la
adquisición del conocimiento.
Cabe hacer notar que la pedagogía dialógica y deliberativa ha sido abordada no solo por
Freire y Habermas, sino también por una serie de autores ligados a la pedagogía critica
(Apple, Giroux, McLaren, Car, entre otros). Se sostiene la necesidad de que la enseñanza
salga del estrecho marco de la transmisión de contenidos a un sujeto que los acumula
para pasar a hacer buen uso de las capacidades cognitivas del alumno, de modo que se
le permita cuestionar y someter a examen a la información, discutirla con sus pares y
construir conocimiento con ellos en un marco de interacción comunicativa verdadera
guiada por pautas de equilibrio en la participación y la búsqueda colectiva de sentido, esto
es, en el marco de un verdadero diálogo (Velasco y de González, 2008).
Ahora bien, las capacidades que es recomendable que los docentes desarrollen para
utilizar el diálogo y la deliberación democrática en sus prácticas educativas son, entre
otras, las que siguen:
- Mostrarse abiertos a expresar el punto de vista propio, respetando las reglas del
diálogo y la deliberación. En ocasiones cuando los estudiantes dialogan en torno a
un tema controversial, es decir, uno que tiene opciones y miradas diversas, el
docente puede intervenir, siempre y cuando no imponga infundadamente su
posición.
Por último, los docentes deben saben que, siendo miembros de una sociedad, de una
comunidad, de un colectivo, tienen una responsabilidad ético-política de contribuir a que la
cultura del diálogo y la deliberación se instale en estas instancias. De esta forma se
constituyen en líderes dialogantes y transformadores de su entorno. Cabe hacer ver que,
si la sociedad, en conjunto, acepta y avanza hacia el diálogo y la deliberación en la
solución de los problemas que le afectan, la educación deliberativa y dialógica se ve
favorecida. No olvidemos que la educación es, en gran medida, reproductora de su
sociedad.
9. EDUCACIÓN INCLUSIVA
Según Opertti y elalcázar (2008) ―la educación inclusiva puede entenderse como un
principio orientador destinado a lograr un grado razonable de integración de todos los
educandos en la escuela. En el contexto de una visión más amplia de la integración, la
educación inclusiva implica la concepción e implementación de un amplio repertorio de
estrategias de aprendizaje que tienen por fin atender con precisión a la diversidad de los
educandos. En este sentido, los sistemas educativos están en la obligación de responder
a las expectativas y necesidades de los niños y los jóvenes, habida cuenta de que la
capacidad para facilitar oportunidades eficaces de aprendizaje, partiendo de un esquema
de integración inflexible (colocación de educandos con ―necesidades especialesǁ en las
escuelas de carácter general) es muy limitadaǁ.
Por su parte, la UNESCO señala que ―la educación inclusiva puede ser concebida como
un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de las necesidades de todos
los educandos a través de una mayor participación en el aprendizaje, las actividades
culturales y comunitarias, y reducir la exclusión dentro y fuera del sistema educativo. Lo
anterior implica cambios y modificaciones de contenidos, enfoques, estructuras y
estrategias basados en una visión común que abarca a todos los niños en edad escolar, y
la convicción de que es responsabilidad del sistema educativo regular la educación de
todos los niños y niñas. El objetivo de la inclusión es brindar respuestas apropiadas al
amplio espectro de necesidades de aprendizaje, tanto en entornos formales como no
formales de la educación. La educación inclusiva, más que un tema marginal que trata
sobre cómo integrar a ciertos estudiantes a la enseñanza convencional, representa una
perspectiva que debe servir para analizar cómo transformar los sistemas educativos y
otros entornos de aprendizaje, con el fin de responder a la diversidad de los estudiantes.
El propósito de la educación inclusiva es permitir que los maestros y estudiantes se
sientan cómodos ante la diversidad y la perciban no como un problema, sino como un
desafío y una oportunidad para enriquecer las formas de enseñar y aprender".
Blanco (2015) hace ver que una escuela inclusiva es aquella que no tiene mecanismos de
selección ni discriminación de ningún tipo, y que transforma su funcionamiento y
propuesta pedagógica para integrar la diversidad del alumnado, favoreciendo, así, la
cohesión social, que es una de las finalidades de la educación.
Como se puede observar, las definiciones plantean una serie de conceptos y algunas
distinciones y desarrollos conceptuales que involucran a la educación inclusiva. Entre los
conceptos, cabe destacar, por ejemplo, el de diversidad, selección, participación,
necesidades especiales y de aprendizaje, etc. Entre las distinciones y desarrollos es
central diferenciar entre educación especial, educación para la integración y educación
inclusiva. En otras palabras, se podría sostener que la educación inclusiva tiene como
antecedentes la educación especial y la educación tendiente a integrar a estudiantes con
habilidades diversas al sistema educativo.
Arnais vincula los orígenes de la Educación Especial a los avances científicos y culturales
que tuvieron lugar a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX. En esa época, se
comienzan a crear instituciones dedicadas a la atención y a la enseñanza de personas en
situación de discapacidad física, intelectual o sensorial como respuesta al problema que
suponía su escolarización en los centros educativos públicos. Se crean pruebas para
medir la inteligencia y aparece el concepto de Cociente Intelectual (C.I.) y la Psicometría
que da lugar a la Educación Especial, es decir, a la instauración de escuelas específicas
para albergar a niños y niñas con cociente bajo.
Una escuela inclusiva, tal como ya se sostuvo, es aquella que no tiene mecanismos de
selección ni discriminación de ningún tipo y que transforma su funcionamiento y propuesta
pedagógica para integrar la diversidad del alumnado, favoreciendo, así, la cohesión
social, que es una de las finalidades centrales de la educación. La diversidad en el plano
educativo acepta a los estudiantes diferentes, no los margina, los atiende en sus propios
ritmos de aprendizaje, con sus aciertos y errores. Comprende que la heterogeneidad
presente en las aulas es una oportunidad de escuchar opiniones y juicios diferentes,
razonamientos controversiales y conflictivos; que es un proceso destinado a abordar y
atender a la diversidad de necesidades de todos los educandos mediante una
participación, cada vez mayor, en el aprendizaje y en los entornos culturales y
comunitarios (Magendzo,2005).
9.2. Integración Educacional y Educación Inclusiva
La Educación Especial en algunos países todavía está presente, sin embargo, se han
puesto de manifiesto sus errores y ha surgido con fuerza un movimiento que intenta
integrar a niños y niñas que presentan diversidades funcionales a escuelas ordinarias-
regulares. La integración es un importante avance en la valoración positiva de las
diferencias que presentan los estudiantes en situación de discapacidad que va más allá
de la mera oportunidad de ubicarles en alguna escuela. Se considera que ellos deben
pensarse como sujetos con derecho a integrarse a una sociedad que cobija a personas
diferentes y distintas. Dicho de otra manera, la integración es una consecuencia de
considerar como derecho el atender a los estudiantes con necesidades específicas de
apoyo educativo en edad escolar, con el objetivo de promover su desarrollo integral y
facilitar su integración en la sociedad como miembros activos de la misma.
Por consiguiente, la integración, seg n irch (1974), puede ser definida como ―la
unificación de la educación ordinaria y la educación especial con la finalidad de ofrecer a
todos los alumnos los servicios educativos necesarios en razón de sus necesidades
individualesǁ. Esto supone una oferta diversa en los procesos de enseñanza-aprendizaje
que permita el acceso del alumno con necesidades educativas especiales hacia formas
más integradoras (valoraciones o revisiones periódicas sobre la modalidad educativa más
apropiada) y un desafío a la escuela ordinaria en su estructura y funcionamiento (amplitud
de los recursos personales, materiales y organizativos).
La cultura escolar inclusiva requiere, entre otros aspectos, que el docente y los
miembros de la institución entiendan que no existen requisitos de acceso ni
mecanismos de selección para la entrada de sus alumnos/as, sino que todos los
niños/as de una comunidad tienen cabida, independientemente de sus
características personales, socio-económicas o culturales. En este sentido, es una
institución democrática que forma a personas con sentido democrático,
desarrollando un espíritu crítico y de cooperación, personas tolerantes,
respetuosas y empáticas, donde unos aprenden de los otros.
Para finalizar, deseo incluir una reflexión muy acertada que hace Anais (2019) respecto al
tema de la educación inclusiva: ―El progreso hacia la inclusión requiere voluntad política,
acuerdo social basado en valores de equidad y justicia y, por lo tanto, no solo depende de
la formación del profesorado. Sería iluso, y también poco responsable, dejar descansar
todo este proceso exclusivamente en las espaldas del profesorado. El progreso depende
también de la toma de decisiones valientes sobre los cambios que requieren el diseño y
desarrollo del currículum; sobre la dotación y redistribución de los recursos humanos y
materiales, con sistemas de apoyo y asesoramiento; sobre la organización de los centros
(tiempos y espacios para la colaboración del profesorado, en un marco flexible y
autónomo que promueva la participación de la comunidad) y sobre los procesos de
enseñanza y aprendizaje (centrándolos no únicamente en la enseñanza, sino en el
alumnado). (Arnais, P., 2019, pág. 25).
Una educación libre y democrática es aquella en la que los estudiantes son ciudadanos
libres, responsables de sus propias vidas educativas y participan o pueden participar,
directa o indirectamente, en la toma de decisiones que les afectan. Se basa en el
respeto, la tolerancia la no -discriminación y el respeto al otro/otra como un legítimo,
como un igual, pero distinto; es decir, atentos la diversidad social, política y cultural, y de
los derechos humanos propios y de los demás.
La educación libre y democrática tiene como propósito trabajar por una renovación
pedagógica que parte de presupuestos críticos y se desarrolla dentro del ámbito de la
libertad social para conseguir personas libres y críticas. En otras palabras, se considera
que la educación debe ser: libre, crítica, integral, igualitaria y transformadora; todo lo cual
caracteriza a una educación democrática, anti- autoritaria, coercitiva y represiva. En esta
postura, se respetan los ritmos individuales de cada estudiante para aprender, sin
presiones y amenazas; se trabajan las emociones que interactúan con las habilidades
cognitivas, por tanto, una buena predisposición emocional es esencial en el proceso de
aprendizaje; se consideran los intereses de los estudiantes, contribuyendo, de esta
manera, a que se motiven hacia el aprendizaje; se busca la autonomía sin descuidar el
trabajo cooperativo, que es un componente esencial para una gestión democrática; se
crea un entorno que suscita interrogantes y donde hay materiales con los que interactuar
de acuerdo a las necesidades que plantean los estudiantes; se promueve la participación
activa y el intercambio de ideas.
Por último, cabe destacar que la educación libre y democrática se propone formar a los
estudiantes para ser ciudadanos sensibles a los problemas y temas que afectan a su
sociedad y que se construyen como personas tolerantes, no-discriminadoras, respetuosas
de la diversidad social, política y cultural y de los derechos humanos propios y de los
demás.
• No existe restricción alguna, el alumno actúa libremente tanto y cuanto quiere sin
que nadie le dirija. Se fomenta pasar el tiempo al aire libre y los juegos electrónicos
están bien aceptados.
• Todos los temas pueden ser dialogados por el conjunto de la comunidad educativa;
no hay temas que se excluyan del diálogo. Existen criterios para establecer qué
temas deben ser decididos por una parte de la comunidad.
Tal como ya se señaló, en casi todos los países del mundo hay diversas experiencias
propias de educación libre y democrática. Mencionaremos solo algunas a manera de
ejemplo:
- En España, en 2013, sOlo había 40 escuelas libres; hoy hay más de 600. Entre
ellas, por ejemplo, "La Pradera" situada en la localidad de Valsaín, cercana a la
ciudad de Segovia y dependiente del Municipio del Real Sitio de San Ildefonso.
Las escuelas y sus docentes, por lo general, se han caracterizado históricamente por ser
autoritarias, imponer normas rígidas e inapelables, por ejercer una disciplina férrea y
sancionadora. Sin embargo, en muchos países se han desarrollado sistemas y estrategias
tendientes a superar estas características, apuntando a crear escuelas libres y
democráticas. Estas se definen por respetar y motivar la libertad de docentes y
estudiantes para tomar decisiones que les competen, para interrelacionarse intelectual y
emocionalmente, por el trabajo grupal promoviendo una participación activa y crítica. Solo
cabe hacer notar que no son muchas las escuelas libres y democráticas comparadas con
las escuelas tradicionales.
CUESTIONARIO DE AUTOEVALUACIÓN
_ __
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
6. La relación entre democracia y educación es estrecha, interdependiente y
natural.
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
9. El docente que se desempeña con una escuela democrática debe aceptar todos
los consejos y propuestas que los estudiantes le dan, sin reparo alguno.
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
12. Un concepto que está vinculado estrechamente con la pedagogía critica es:
a) Escuela de Frankfurt
b) Escuela de Viena
c) Escuela de Berlín
14. Una crítica que se hace al incorporar temas controversiales a la educación es,
sobre todo, porque:
a) Politiza la educación
b) Desorienta al profesorado
c) Es difícil de abordar
a) Innovación curricular
b) Conflictividad curricular
c) Diseño curricular
16. Los pedagogos críticos estiman que las escuelas son, sobre todo, lugares de:
a) Adoctrinamiento político
b) Desarrollo cultural
c) Instrucción
a) La investigación cualitativa
b) Estudio de casos
c) El método dialógico
21. Para que los derechos humanos sean respetados, es necesario ampliar, reforzar
y profundizar la educación en derechos humanos.
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
23. Para que los estudiantes con necesidades específicas de apoyo educativo
puedan aprender mejor, es recomendable que se eduquen en escuelas
especiales.
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
26. Debate, diálogo y deliberación son conceptos sinónimos.
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
28. Una institución educativa democrática se caracteriza por ser abierta, flexible y
participativa.
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
TAREAS
_ __ __
TAREA 1
Realizar una comparación entre uno de los temas siguientes, a elegir:
TAREA 2
Elaborar un ensayo sobre la importancia de avanzar hacia una educación dialógica y
deliberativa, haciendo notar las ventajas, pero sin descuidar los obstáculos que esta
modalidad educativa deberá sortear.
TAREA 3
Seleccionar y desarrollar una de las actividades siguientes:
Blanco, R. (2015). Hacia una escuela para todos y con todo. OREALC/UNESCO.
Santiago-Chile.
Caro, M. (2019). Concepción del aprendizaje en las políticas curriculares del Chile
transicional (1990-2018): un eje del modelo educativo de mercado en “Claves para
el desarrollo del currículum en el escenario de las escuelas chilenas”. (Por
publicarse).
Giroux, Henry. A. (2003). Pedagogy of the depressed: beyond the new politics of
cynicism. Pag. 154. New York: Peter Lang.
Jackson, P. (1968). Vida en la Clase, Teachers College. Nueva York: Columbia University.
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