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UNIVERSIDAD TECNICA DE ESMERALDAS

LUIS VARGAS TORRES

FACULTAD:

CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y ECONOMICAS

CARRERA:

CONTABILIDAD Y AUDITORIA 1 “A”

INTRODUCCIÓN AL DERECHO I

ESTADO, TERRITORIO, SOBERANÍA Y PODER

ESTUDIANTE

PROAÑO CARVAJAL DIEGO ARMANDO

PROFESOR:

Abg. JOSÉ CORTEZ ALTAFUYA


2.6.- ¿QUÉ SON LAS NORMAS JURÍDICAS?

La norma jurídica es una regla u ordenación del comportamiento humano dictado


por la autoridad competente del caso, con un criterio de valor y cuyo
incumplimiento lleva a una sanción. Generalmente, impone deberes y confiere
derechos. Se trata de una regla o precepto de carácter obligatorio, emanado de
una autoridad normativa legitimidad, la cual tiene por objeto regular las
relaciones sociales o la conducta del hombre que vive en sociedad. Como
ejemplo podemos encontrar los códigos Civil, Mercantil o Militar.

2- Protocolo de Constitución de las Normas Jurídicas. La constitución de las


normas jurídicas corresponde al Congreso, cuya primera función es la legislativa,
esto es, la aprobación de las leyes. Fases para su constitución:

1. Iniciativa legislativa La Constitución reconoce la iniciativa legislativa, o


derecho de iniciar el procedimiento conducente a la aprobación de las
leyes, al Gobierno, al Congreso de los Diputados, al Senado, a las
Asambleas de las Comunidades Autónomas y a no menos de 500.000
ciudadanos, mediante firmas acreditadas, con sujeción a lo establecido
en una ley orgánica. La iniciativa se ejerce ante el Congreso de los
Diputados, que de esta forma es la primera Cámara en conocer los
proyectos y proposiciones de ley. La única excepción es la iniciativa del
Senado, donde también cabe la formulación de proposiciones de ley, si
bien, tras la toma en consideración, deben remitirse al Congreso, donde
se inicia la tramitación propiamente dicha. El Gobierno es, de hecho, quien
de todos estos sujetos presenta más iniciativas. Tiene, además,
reconocida una iniciativa exclusiva en el caso de los Presupuestos
Generales del Estado.

2. Publicación y toma en consideración Tras la presentación se produce la


publicación oficial del proyecto o proposición de ley de que se trate.
Cuando la iniciativa se deba a los Diputados, a las Asambleas de las
Comunidades Autónomas o a los ciudadanos, debe remitirse el texto al
Gobierno a efectos de que manifieste su criterio respecto a la toma en
consideración, así como su conformidad o no a la tramitación si implicara
aumento de los créditos o disminución de los ingresos presupuestarios
Si el Gobierno no da respuesta razonada en el plazo de treinta días, la
proposición de ley podrá incluirse en el orden del día que corresponda para su
toma en consideración. Las proposiciones de ley formuladas por los Diputados,
por las Comunidades Autónomas y por los ciudadanos, están sujetas al trámite
de toma en consideración que consiste en un

debate y votación sobre su oportunidad y principios. Se trata de un filtro


preliminar para eliminar todas aquellas iniciativas que no resulten procedentes,
en sus líneas básicas, para la mayoría de la Cámara. De este trámite están
excluidos los proyectos del Gobierno y las proposiciones de ley que se reciban
del Senado.

3. Presentación de enmiendas Al tiempo que se publica un proyecto de ley


presentado por el Gobierno, o tras su toma en consideración, en el caso
de las proposiciones de ley, se abre un plazo de quince días para
presentar enmiendas, que pueden ser a la totalidad o parciales al
articulado. Las primeras sólo pueden formularse por los Grupos
Parlamentarios.

4. Debate de totalidad en el Pleno Terminado el plazo de presentación de


enmiendas, puede producirse un primer debate en sesión plenaria si se
presentan enmiendas a la totalidad del proyecto o proposición de ley. De
esta forma, este debate tiene un carácter eventual, pues sólo se realiza
cuando se formula una de estas enmiendas. Si se aprueba una enmienda
a la totalidad, el proyecto se entiende rechazado. Si se desestima, que es
lo más normal, se remite el proyecto o proposición de ley a la comisión
competente para que se prosiga su tramitación.

5. Deliberación en Comisión Tras la presentación de enmiendas o el


eventual debate sobre la totalidad, la Comisión competente designa a la
ponencia, órgano reducido de composición plural, que se reúne a puerta
cerrada para estudiar las distintas enmiendas formuladas y emitir un
informe sobre las mismas, dirigido a la Comisión. Esta fase tiene particular
importancia, ya que es donde los Diputados y Grupos realizan una
consideración más detenida del proyecto o proposición de ley. Concluido
el informe de la ponencia, comienza el debate en Comisión. Las reuniones
de las Comisiones no son públicas, pero a las mismas asisten los medios
de comunicación social debidamente acreditados. Terminado el debate,
la Comisión emite un dictamen con el texto que propone. Los grupos
parlamentarios cuyas enmiendas no hubieren sido aceptadas pueden
mantenerlas para su discusión y votación en el Pleno.

6. Debate y votación en sesión plenaria Tras la intervención de la Comisión


y una vez incluido en el orden del día del pleno, se abre una discusión
sobre el proyecto o proposición de ley y las enmiendas mantenidas al
mismo. El debate suele comenzar con la presentación del texto por un
miembro del Gobierno (si corresponde a la iniciativa de éste) y con la que
del dictamen hace un Diputado de la Comisión. Una vez hecha la
presentación, el debate se rige por lo que disponga el Presidente del
Congreso, oídas la Mesa y la Junta de Portavoces. Esta fase plenaria se
omite en numerosos casos, merced a la aplicación del procedimiento
especial de competencia legislativa plena de Comisión, que determina
que tras su aprobación por la Comisión el proyecto de ley pase
directamente al Senado.

7. Debate votación sobre los votos y enmiendas del Senado El Senado


puede aprobar, en relación con los textos legislativos remitido por el
Congreso, vetos (suerte de enmiendas a la totalidad) o enmiendas al
articulado. Unos y otras deben someterse a una aprobación ulterior del
Congreso de los Diputados, que decide así sobre el texto definitivo. En el
caso del veto, se somete a ratificación el texto originario aprobado por el
Congreso, necesitándose a este efecto el voto de la mayoría absoluta de
Diputados dentro de los dos primeros meses, o la mayoría simple una vez
transcurrido este plazo. Las enmiendas del Senado al articulado sólo
necesitan la mayoría simple para su aceptación por la Cámara y su
consiguiente incorporación al texto definitivo.

8. Sanción y publicación oficial de las leyes Una vez que el Congreso se ha


manifestado sobre las enmiendas o vetos del Senado, la ley queda
aprobada, haciéndose definitivo su texto. Lo mismo ocurre cuando la
Cámara alta aprueba un proyecto sin introducir modificaciones. La ley
debe someterse acto seguido a los trámites de sanción y promulgación
por el Rey y a su posterior publicación en el Boletín Oficial del Estado

Requisitos en La Creación De Normas Jurídicas.

Las normas jurídicas no son de libre creación sino que, necesitan de un


procedimiento y ciertos requisitos, para su creación y validez. Estos son:

1.Heteronomía: significa que las normas jurídicas son creadas por otra persona
distinta al destinatario de la norma, y, que esta, además, es impuesta en contra
de su voluntad; esta característica se opone a la autonomía que significa que la
norma es creada de acuerdo a la propia conciencia de la persona, es auto
legislación (darse sus propias leyes).

2.Bilateralidad: Consiste en que la norma jurídica al mismo tiempo que impone


deberes, también concede derechos a uno o varios sujetos. Según León
Petrazizky, las normas jurídicas son imperativo-atributivas, siendo esta, otra
manera de designar el carácter bilateral del derecho, pues lo imperativo significa
el ordenamiento jurídico que impone obligaciones y lo atributivo que establece
derechos y obligaciones. Esta característica se

opone a la unilateralidad que consiste en que frente al sujeto a quien obligan las
normas, no existe otro autorizado para exigir su cumplimiento.

3. Exterioridad: La norma jurídica únicamente toma en cuenta la adecuación


externa de la conducta con el deber estatuido en la norma, sin importarle la
intención o convicción del sujeto obligado; se opone a la Interioridad en la cual
el cumplimiento del deber no se realiza solo d acuerdo con la norma, sino
conforme a los principios y convicciones del obligado.

4.Coerciabilidad: Esta característica consiste en que el Estado tiene la


posibilidad de aplicar por medio de la fuerza pública una sanción si la persona
se niega a acatarla; a esta se le opone la incoercibilidad que consiste en que la
norma se ha.

5- Relación existente entre el estado y las normas jurídicas.


Tanto las normas jurídicas del respectivo Estado como las actuaciones de sus
autoridades cuando aplican dichas normas jurídicas, deben respetar, promover
y consagrar los derechos esenciales que emanan de la naturaleza de las
personas y de los cuerpos intermedios que constituyen la trama de la sociedad.

Ejemplos: Los jueces y magistrados solucionan conflictos jurídicos mediante la


aplicación del derecho.

Los diputados tienen la función de “legislar” (Conjunto de actos tendientes a


crear, reformar, derogar, adicionar o modificar una ley).

2.7.- ¿CUÁL ES LA VARIEDAD DE NORMAS QUE EXISTEN UN NUESTRO


ECUADOR?

1. Normas sociales

Son las normas aplicadas dentro de una sociedad cuando se requieren pautas
que aseguren el orden para una buena convivencia y representan el sistema de
reglas más grande que existe.

Cuando el individuo crece dentro de una determinada sociedad, sabe que hay
buenas y malas costumbres, comportamientos esperables y otros inadecuados
o indebidos. Estas costumbres pueden variar según el tipo de sociedad, la cultura
o tradiciones. Las normas sociales no están reglamentadas mediante una ley,
pero son patrones que existen en el consciente e inconsciente colectivo y se
transmiten de generación en generación. El no cumplimiento de estas normas
suele generar un repudio por parte de los demás miembros de la sociedad.

Surgieron de un modo espontáneo en la sociedad con el objeto de mantener y


promover la convivencia sobre la base del respeto mutuo y han llegado a ser
obligatorias.

Se ha llegado a afirmar que, en los límites de este tipo de normas, descansan


las bases que sostienen al Estado y sus instituciones. De hecho, muchas de las
normas sociales, dan pie a la elaboración y promulgación de normas legales por
parte de las instituciones del Estado.

2. Normas morales
La moral es la disciplina que estudia a la luz de la razón la rectitud de los actos
humanos con relación al último fin de la humanidad o a las normas que se deriven
de nuestro último fin (Villoro, 1978).

Debido a la importancia de la moral en la dimensión de regla de conducta vamos


a utilizar la tesis de Álvarez Ledesma (1995) en cuanto al estudio de las normas
morales se refiere.

Para este jurista, las normas morales rigen la búsqueda del mejoramiento
individual e interno de cada persona (Álvarez, 1995).

3. Normas Religiosas

La religión es una forma de conciencia social, producto de determinadas


condiciones del ser social humano e implica la tentativa de explicación de la
relación existente entre la humanidad y su origen primario (Ovilla, 1990).

Como regla de conducta, las normas religiosas “son un conjunto de normas que
establecen deberes intrínsecos, las cuales han sido creadas por los hombres a
partir de un acontecimiento histórico denominado revelación, considerado como
asomo de la existencia divina” (Ovilla, 1990, p. 58). Estructuralmente, las normas
religiosas son reglas de conducta mediante las cuales se establece qué
conductas están permitidas y cuáles prohibidas. El incumplimiento da lugar al
pecado, que, en este sentido, es la consecuencia mediante la cual se expresa el
castigo divino y constituye la amenaza mediante la que se pretende que los
individuos cumplan con las prescripciones ordenadas en las normas (Ovilla,
1990).

Se relacionan con la dimensión ética del ser humano. Se ciñen a convenciones


sociales sobre lo que es correcto o incorrecto hacer, especialmente, en la
relación con los otros y su dignidad de seres humanos.

Su complejidad radica en que su cumplimiento remite a la conciencia individual


y, por tanto, infringirlas conlleva culpa o remordimiento. Solo cuando la propia
conciencia está de acuerdo con tal norma, esta se cumple. Por ejemplo, la
honestidad o las prácticas sexuales.

Se vinculan con las normas religiosas, puesto que estas últimas pueden
configurar muchos aspectos de la conciencia individual.
4. Normas de etiqueta y protocolo

Rigen la actuación en determinados escenarios sociales, como una fiesta o una


cena, por ejemplo. La forma de vestir, de sostener los utensilios al comer, etc.
Suelen ser observadas con mayor rigurosidad en grupos pertenecientes a un
estrato socioeconómico alto o con responsabilidades de gobierno (la realeza, por
ejemplo).

5. Normas legales o jurídicas

De acuerdo con el jurista Leonel Pereznieto (1998), las normas jurídicas son
reglas de conducta bilaterales o imperativo-atributivas, exteriores, coercibles y
heterónomas.

Son las normas que reglamentan las conductas dentro de una determinada
sociedad. Su fin es garantizar el correcto funcionamiento y armonía dentro de
una comunidad y su incumplimiento conlleva una sanción.

Las normas jurídicas se encuentran detalladas en un documento y deben ser


conocidas por todos los miembros de una sociedad. Son impuestas por la
autoridad competente, como puede ser el poder ejecutivo o legislativo de un
determinado país. Los otros tipos de normas no pueden ir en contra de las
jurídicas. Por ejemplo: las leyes, los tratados y los decretos.

Rigen el comportamiento civil y ciudadano de las personas. Suelen ser dictadas


por las instituciones que erige la sociedad y su incumplimiento puede acarrear
sanciones administrativas (multas) o penales (cárcel).

Deben estar escritas y son de cumplimiento obligatorio en el territorio al que se


circunscriben, aun cuando el sujeto no las conozca. Definen con mayor claridad,
que una norma informal, ese comportamiento que se espera en una determinada
situación.

Ayudan a prevenir las infracciones más serias y costosas que pueden tener lugar
en una sociedad dada.

El conjunto de este tipo de normas constituye el Derecho, y las más importantes


de ellas se reflejan de manera explícita en la constitución nacional (en el caso de
los Estados democráticos).
La Normatividad de la Constitución

1. ¿Contiene la Constitución alguna disposición que defina su rango


normativo y eficacia jurídica? ¿Cuál es el valor jurídico de la
Constitución?

La Constitución ecuatoriana de 2008 estableció que ella es la norma suprema


del ordenamiento jurídico y que sus disposiciones son de directa e inmediata
aplicación. El valor jurídico de la Constitución es ser la norma suprema.

Art. 424.- La Constitución es la norma suprema y prevalece sobre cualquier


otra del ordenamiento jurídico. Las normas y los actos del poder público
deberán mantener conformidad con las disposiciones constitucionales; en caso
contrario carecerán de eficacia jurídica…

Art. 426.- Todas las personas, autoridades e instituciones están sujetas a la


Constitución.

Las juezas y jueces, autoridades administrativas y servidoras y servidores


públicos, aplicarán directamente las normas constitucionales y las previstas en
los instrumentos internacionales de derechos humanos siempre que sean más
favorables a las establecidas en la Constitución, aunque las partes no las
invoquen expresamente.

2. ¿Establece la Constitución expresa o implícitamente alguna


diferenciación de grados de eficacia entre distintos tipos de normas
constitucionales (valores, principios, derechos, poderes, garantías, entre
otros? De ser afirmativo, identifique los supuestos y explique
brevemente su fundamento.

La Constitución del Ecuador ha eliminado la clasificación de derechos por


generaciones, siendo todos los derechos exigibles inmediatamente. De esta
manera la exigibilidad de los derechos es gradual pero garantizados
judicialmente.

Art. 11.- El ejercicio de los derechos se regirá por los siguientes principios:

3. Los derechos y garantías establecidos en la Constitución y en los


instrumentos internacionales de derechos humanos serán de directa e
inmediata aplicación por y ante cualquier servidora o servidor público,
administrativo o judicial, de oficio o a petición de parte.

Para el ejercicio de los derechos y las garantías constitucionales no se exigirán


condiciones o requisitos que no estén establecidos en la Constitución o la ley.

Los derechos serán plenamente justiciables. No podrá alegarse falta de norma


jurídica para justificar su violación o desconocimiento, para desechar la acción
por esos hechos ni para negar su reconocimiento.

6. Todos los principios y los derechos son inalienables, irrenunciables,


indivisibles, interdependientes y de igual jerarquía.

3. ¿Establece la Constitución tipos de normas legislativas que la


complementen o desarrollen? ¿Se requiere un procedimiento agravado
para su adopción? Identifique esas normas y explique su
funcionamiento.

La Constitución 2008 ha determinado que existirán leyes orgánicas y


ordinarias, aunque no lo determine expresamente, las leyes orgánicas
desarrollan el contenido de la Constitución. A esta conclusión se llega de
revisar cual es la materia reservada a las leyes orgánicas, estas materias se
refieren a la organización y funcionamiento de las instituciones creadas
constitucionalmente, ejercicio de derechos y garantías, gobiernos autónomos,
régimen de partidos políticos y sistema electoral. Al mismo tiempo este tipo de
normas deben ser aprobadas por la mayoría absoluta de la totalidad de los
legisladores. En el ordenamiento jurídico ocupan un nivel jerárquicamente
superior a las demás normas y solo se encuentran debajo de la Constitución y
los Tratados internacionales.

Art. 133.- Las leyes serán orgánicas y ordinarias.

Serán leyes orgánicas:

1. Las que regulen la organización y funcionamiento de las instituciones


creadas por la Constitución.

2. Las que regulen el ejercicio de los derechos y garantías


constitucionales.
3. Las que regulen la organización, competencias, facultades y
funcionamiento de los gobiernos autónomos descentralizados.

4. Las relativas al régimen de partidos políticos y al sistema electoral.

La expedición, reforma, derogación e interpretación con carácter generalmente


obligatorio de las leyes orgánicas requerirán mayoría absoluta de los miembros
de la Asamblea Nacional.

Las demás serán leyes ordinarias, que no podrán modificar ni prevalecer sobre
una ley orgánica.

Art. 425.- El orden jerárquico de aplicación de las normas será el siguiente: La


Constitución; los tratados y convenios internacionales; las leyes orgánicas; las
leyes ordinarias; las normas regionales y las ordenanzas distritales; los
decretos y reglamentos; las ordenanzas; los acuerdos y las resoluciones; y los
demás actos y decisiones de los poderes públicos.

4. ¿Cuál es el valor jurídico y la jerarquía que la Constitución asigna a los


tratados y convenciones internacionales, especialmente a las que tratan
sobre derechos humanos?

A los instrumentos internacionales de derechos humanos se les considera


fuente del ordenamiento jurídico ecuatoriano. Al decir instrumentos
internacionales se debe entender tanto a tratados, que requieren ratificación,
como a las declaraciones (softlaw). Es decir que el bloque de
constitucionalidad, en cuanto a instrumentos internacionales que incorporen
derechos al ordenamiento jurídico, serán derechos de directa aplicación. La
jerarquía de los tratados internacionales es apenas debajo de la Constitución y
superior a las demás normas del ordenamiento jurídico.

Art. 425.- El orden jerárquico de aplicación de las normas será el siguiente: La


Constitución; los tratados y convenios internacionales; las leyes orgánicas; las
leyes ordinarias; las normas regionales y las ordenanzas distritales; los
decretos y reglamentos; las ordenanzas; los acuerdos y las resoluciones; y los
demás actos y decisiones de los poderes públicos.

Art. 11.- El ejercicio de los derechos se regirá por los siguientes principios:
3. Los derechos y garantías establecidos en la Constitución y en los
instrumentos internacionales de derechos humanos serán de directa e
inmediata aplicación por y ante cualquier servidora o servidor público,
administrativo o judicial, de oficio o a petición de parte.

7. Exige el respeto de los derechos humanos, en particular de los derechos de


las personas migrantes, y propicia su pleno ejercicio mediante el cumplimiento
de las obligaciones asumidas con la suscripción de instrumentos
internacionales de derechos humanos.

Art. 417.- Los tratados internacionales ratificados por el Ecuador se sujetarán a


lo establecido en la Constitución. En el caso de los tratados y otros
instrumentos internacionales de derechos humanos se aplicarán los principios
pro ser humano, de no restricción de derechos, de aplicabilidad directa y de
cláusula abierta establecidos en la Constitución.

Art. 424.- La Constitución es la norma suprema y prevalece sobre cualquier


otra del ordenamiento jurídico. Las normas y los actos del poder público
deberán mantener conformidad con las disposiciones constitucionales; en caso
contrario carecerán de eficacia jurídica. La Constitución y los tratados
internacionales de derechos humanos ratificados por el Estado que reconozcan
derechos más favorables a los contenidos en la Constitución, prevalecerán
sobre cualquier otra norma jurídica o acto del poder público.

5. ¿Contiene la Constitución normas expresas o implícitas que establezcan


la sujeción de los poderes públicos y el resto de los órganos estatales a
la Constitución? Identifique y describa esas normas.

La Constitución 2008 determina que todas las personas, incluyendo a los


particulares (efecto horizontal de los derechos constitucionales), autoridades e
instituciones públicas están sujetas a la Constitución y a los instrumentos
internacionales de derechos humanos.

Art. 426.- Todas las personas, autoridades e instituciones están sujetas a la


Constitución.

Las juezas y jueces, autoridades administrativas y servidoras y servidores


públicos, aplicarán directamente las normas constitucionales y las previstas en
los instrumentos internacionales de derechos humanos siempre que sean más
favorables a las establecidas en la Constitución, aunque las partes no las
invoquen expresamente.

Los derechos consagrados en la Constitución y los instrumentos


internacionales de derechos humanos serán de inmediato cumplimiento y
aplicación. No podrá alegarse falta de ley o desconocimiento de las normas
para justificar la vulneración de los derechos y garantías establecidos en la
Constitución, para desechar la acción interpuesta en su defensa, ni para negar
el reconocimiento de tales derechos (Rodrigo, 2012).

6. ¿Existe alguna disposición, práctica institucional o costumbre


constitucional que permita a los poderes políticos interpretar la
Constitución? De ser éste el caso, ¿cuál sería la eficacia vinculante de
esas denominadas "convenciones constitucionales"?

El único órgano autorizado para interpretar la Constitución es la Corte


Constitucional, es una facultad exclusiva del órgano de control constitucional.

Art. 429.- La Corte Constitucional es el máximo órgano de control,


interpretación constitucional y de administración de justicia en esta materia.
Ejerce jurisdicción nacional y su sede es la ciudad de Quito.

Validez y Existencia de la Normas

Validez

Para aclarar enseguida que mientras la validez es una cualidad del Derecho, la
eficacia es una cualidad de la conducta real de los hombres y no del Derecho
mismo. De este modo la validez permanece en el ámbito de la ciencia jurídica
mientras que la eficacia queda proyectada al ámbito de la sociología. Ambas
cualidades son distintas y, en principio, independientes entre sí pero se dan entre
ellas dos relaciones peculiares.

La primera relación, que Kelsen calificaba como «muy importante», estriba en


que una norma sólo puede ser considerada valida cuando pertenece a un
sistema normativo que, en su conjunto, sea eficaz; la eficacia del sistema es así
condición de la validez del propio sistema y de la validez de sus normas, aunque
no es la razón de esa validez.

Esta primera relación «muy importante» suscita un par de problemas. El primero,


más sencillo de resolver, es que pone de relieve que la Teoría Pura del Derecho
no puede prescindir de la sociología a la hora de delimitar su objeto, pues el
objeto que puede ser «jurídicamente» conocido por la Teoría Pura ha de ser un
ordenamiento jurídico eficaz y la eficacia no es «jurídicamente» establecida por
la Teoría Pura.3 Se trata de una vieja objeción que a lo sumo sólo requiere
reinterpretar la Teoría Pura como una teoría del Derecho desde el punto de vista
interno y, por ello, menos «pura» de lo que pretende.

El segundo, más difícil de resolver, es que implica una clara circularidad. Una
norma es válida (existe) si y sólo si pertenece a un ordenamiento eficaz en su
conjunto, pero un ordenamiento sólo puede ser eficaz en su conjunto si un gran
número de sus normas son eficaces, de tal modo que para saber que una norma
existe tenemos que saber cuál es el ordenamiento eficaz al que pertenece pero
para saber que el ordenamiento es eficaz tenemos que saber cuáles son, al
menos, una buena parte de sus normas. Más problemática todavía resulta la
segunda relación que Kelsen establece entre la validez y la eficacia de cada
norma jurídica.

Una norma jurídica válida podría ser o no ser eficaz dependiendo de que fuese
o no fuese «realmente aplicada y obedecida». Éste es precisamente, como
hemos visto, el punto de vista normativo sobre la relación entre validez y eficacia
en los sistemas de Derecho codificado (y no sólo en ellos). Si la Teoría Pura no
describe lo que ocurre sino lo que, conforme al Derecho, debe ocurrir, entonces
la Teoría Pura debiera concluir que, en estos sistemas, una norma valida siempre
debe ser obedecida y aplicada aunque de hecho no lo sea, es decir debería
repetir en forma de proposición científica lo que el antiguo artículo 6 del Código
Civil español establecía en forma prescriptiva.

Kelsen afirma que las normas jurídicas son válidas cuando estas "existen" y en
consecuencia son vigentes, ya que antes de existir deben cumplir con los
requisitos establecidos para su vigencia tales como la publicación y la
promulgación.
Kelsen describe condiciones necesarias que otorgan la validez a las normas
jurídicas, en un primer término anticipa la posibilidad de una conducta contraria
a la norma, y señala

como condiciones la efectividad y la eficacia. La validez significa que la ley debe


ser obedecida y aplicada, la eficacia quiere decir que la ley es en verdad
obedecida y aplicada

Podemos decir que una norma jurídica será válida si se adapta a las siguientes
condiciones:

 Haber sido creada mediante un procedimiento formal por un órgano


competente.
 No haber sido derogada por una norma de posterior creación.
 No contradecir normas de jerarquía superior.

Existencia

Lo que recientemente se suele enunciar como «principio de eficacia» se refiere


a la existencia de un sistema jurídico: «... la existencia de un sistema jurídico
depende sólo de su eficacia, de la obediencia a sus leyes» Navarro enuncia el
mismo principio en forma coincidente: «la eficacia de las normas constituye una
condición necesaria de la existencia de los sistemas jurídicos» (Navarro, 1990,
p. 71).22 De acuerdo con ellos podríamos enunciar el principio de eficacia, en
esta primera dimensión, así: PEI. La existencia de un sistema jurídico depende
de la eficacia de sus normas.

Me parece, sin embargo, que hay otra tesis -com0 ya hemos visto,
frecuentemente sostenida que podría incluirse en el principio de eficacia o, al
menos, denominarse de la misma forma.

como la validez es para Kelsen la forma especifica de existencia de las normas


jurídicas y Hart admite que la

validez permite una nueva aplicación de la palabra «existe», podríamos enunciar


el principio, en esta segunda dimensión, así: PEZ, La existencia de las normas
jurídicas depende de la eficacia del sistema al que pertenecen. Una teoría que,
como parecen hacerlo la de Kelsen y la de Hart, admita al mismo tiempo ambos
postulados resultaría, en principio.
2.8.- ¿QUÉ ES EL DERECHO MODERNO?

Verificar la penetración del derecho moderno en su acepción positivista en


América Latina invita a una reflexión histórica de prácticas de dominación y
colonialismo. La reproducida tendencia occidentalizada de la objetividad
cientificista del derecho moderno e ilustrado no es un reconocimiento de
autoridad en términos de tradición7 hermenéutica, sino por el contrario supone
los evidentes efectos de una salvaje colonización de entes supra estatales y de
poderes facticos económicos (burgueses capitalistas) que en aras de la
progresividad de las revoluciones burguesas, buscaron cedes en las tierras de
América Latina, como territorios fértiles para la apropiación, el despojo y la
opresión.

Retomando la razón histórica de la modernidad, encontramos la proliferación de


la burguesía sobre la nobleza debido a las conquistas que esta primera obtuvo
después de la revolución francesa.

Esa modernidad viene encaminada, como ya lo mencionamos desde el


pensamiento de Oscar Correas, como una determinación objetivista, univoca y
cientificista que permea al derecho a efecto de encauzarlo como la frondosa
armadura protectora de relaciones opresivas.

El derecho moderno, y su expresión más significativa; el positivismo formalista


normativista, acrítico por su determinación iluminista, muestra los deseos de la
burguesía triúnfate, y logran penetrar en una América Latina conquistada. El
derecho moderno se arraigó en América Latina bajo los principios del liberalismo
y del individualismo del pensamiento ilustrado que concretizó la revolución
francesa, y por la consolidación de los modernos modelos iuspublicisticos de la
Europa occidental.

En América Latina se plasman por medio de la violencia los principios del


individualismo liberal, como prácticas sociales, políticos y jurídicos que servirían
para la protección y expansión del capitalismo. Existe la necesidad de nexar la
consolidación de los modelos económicos fundamentados en los ideales
ilustrados en relación con la fundamentación del derecho moderno, ya que esta
relación es simbiótica o autopoiética.
El derecho moderno se permeó en América Latina bajo los principios de “[…] las
tres grandes promesas de la modernidad, a saber, la promesa de igualdad, la
promesa de libertad y la promesa de la dominación de la naturaleza [las cuales]
no se han cumplido o han traído consecuencias no deseables.” (ROSILLO
MARTÍNEZ, 2013, p. 142).

Son los “valores” de la modernidad ilustrada (burguesa) los fundamentos para la


perpetuación de la condición mercantilista, las cuales no buscan la producción
mercantil de la riqueza en términos positivos, 8 sino la consolidación hegemónica
de un sistemamercado que desvirtuó la concepción del derecho llevada de la
mano de los fundamentos del positivismo.

La construcción moderna del derecho en su penetración a América Latina


permitió el tránsito y establecimiento del capitalismo industrializado, como nos
menciona Jesús Antonio de la Torre Rangel, al decirnos que: “El individualismo
liberal es el amplio marco ideológico que, unido a otros factores históricos, van
a permitir el desarrollo del modo de producción capitalista.” (DE LA TORRE
RANGEL, 2006, p. 76) Son los factores históricos que, bajo los supuestos en los
que se desarrolló la conquista, se mezclaron con las determinaciones culturales
y sociales, que bajo la potestad de la dinámica capitalista de producción y
consumo desarrollan en la psique social la falsa sensación de necesidades
superfluas y egoístas. La relación que se conjuga entre derecho moderno y
sistema social como modelo capitalista “se caracteriza por tres elementos la
búsqueda del propio derecho como único móvil de las acciones, la propiedad
privada de los medios de

producción y la estratificación de la sociedad en diferentes niveles de ingreso y


por lo tanto de vida.” (DE LA TORRE RANGEL, 2006, p. 86).

Se bifurcan diversas determinaciones de grupos sociales que (sobre)viven en


relaciones reciprocas desiguales, es decir, entre actos plenos de dominación y
vasallaje (si es oportuno nombrarlo así) que más que estar legitimados en
cuestiones fácticas, se reconocen en los planos legales que no sólo se precisan
de actos legislativos, sino de producción y reproducción del pensamiento
jurídico. En este planteamiento toma sentido la construcción epistémica de un
derecho moderno, así como su materialización positivista; que sustantivamente,
se exterioriza con postulados de liberalismo ilustrado, que con ánimos de
generalización universalista, se desarrolla dentro de las bases del objetivismo
univoco y dado. Es la postura de la inderrotabilidad del pensamiento jurídico
moderno, plasmado en codificaciones y normas coercitivas, que no vislumbra
más allá de sus propias determinaciones de verdad univoca, que determina un
derecho único y universalizante que no contempla la composición multicultural y
plural de América Latina. Estamos hablando de un derecho que no sólo es
ineficaz o insuficiente con las condiciones reales de los pueblos
latinoamericanos, sino que además de ello, es indolente al grado de descafeinar
una postura jurídica al límite de la inmoralidad legal que omite la necesidad de
juridificar las legítimas necesidades de una sociedad oprimida.9 Bajo el amparo
de la producción del derecho positivo en el discurso perverso que confluye entre
una visión formalista y normativista de derecho, se suscitan los atropellos más
grandes a la dignidad humana. Como límites a las relaciones desiguales que se
condonan a través de la permisión de la tripartición de poderes que más que ser
un control y contrapeso de las relaciones entre personas situadas en un contexto
de desigualdad, muestra una permisidad e indiferencia que no toma conciencia
del impacto que hace a la sociedad una conformación entre grupos hegemónicos
y grupos oprimidos. No hay límites para el abuso que seres humanos pueden
hacer a otros seres humanos, normas que formuladas bajo el paradigma del
derecho moderno, no estiman la necesidad de su fundamentación valorativa, y
su eficacia más que real apela una concepción formalista, que no intenta
establecer condiciones idóneas para la producción y reproducción de vida, desde
la postura pública del derecho y del ámbito privado del mismo.

2.1. El panorama actual de América Latina y el derecho moderno

El derecho moderno bajo sus tesis positivistas que buscan ser univocas,
objetivas y producto de enunciados normativos dados, transito en América Latina
desde la época de

conquista, pasando por la conformación del Estado de compromiso y el Estado


de Seguridad Nacional10 hasta dar paso a las políticas neoliberales en las cuales
confluye actuantemente América Latina. La concepción del derecho moderno
positivo, además de no ser congruentes con las condiciones sociales y
multiculturales de los pueblos latinoamericanos, no establece límites adecuados
para la conformación de prácticas hegemónicas que propician la desigualdad
social. Sólo mediante la reflexión crítica al derecho moderno, que nos ayuda a
visibilizar los contextos de la opresión y las condiciones de desigualdad en las
que se encuentran los pueblos de América, así como el verificar que los procesos
cerrados y unívocos en los que se conforma un derecho moderno en su
determinación formalista-normativista, podremos visibilizar en la mayoría de los
casos, las condiciones de realidad y materialidad que son necesarias para la
producción y reproducción de la vida. Estamos hablando de una nueva
concepción del derecho que, si bien no deseche todos los andamiajes del
derecho moderno positivo, si se distancia de su presunta “concreción” dogmática
de verdad silopsitica e inderrotable, en vías de un derecho más humano y
cercano a la realidad. Sería en todo caso en la concreción de los derechos
humanos la vía adecuada para una trasformación en las relaciones de opresión
y un cambio paradigmático a los fundamentos. Sin embargo, hablamos desde
una postura de derechos humanos cimentados desde la teoría crítica a efecto de
evidenciar y visibilizar los estragos de un pensamiento jurídico que lejos de ser
un conocimiento dado, es inconcluso, inconsciente e indolente de las
necesidades jurídicas del otro. Alejándonos de esa manera, de la concepción
ilustrada y legalista que otras doctrinas y concepciones le atribuyen al derecho y
a los derechos humanos

2.9.- ¿QUÉ SON REGLAS Y QUE SON PRINCIPIOS?

Reglas

Las reglas del derecho tienen seguramente un origen tan remoto como el
Derecho mismo, pero es en una etapa histórica de fecunda creación, cuando las
especulaciones filosóficas y jurídicas de los antiguos llegaron a formularlas tal
como algunas de ellas llegan a nuestros días y tienen aún vigencia en el Derecho
contemporáneo, aunque los fundamentos con que ahora se les pueda invocar
son distintos a aquellos con que los invocaban los juristas de la antigüedad, los
de la Edad Media, y aún los juristas de la Edad Moderna y Contemporánea hasta
una fecha no lejana, y que no puede ubicarse con

precisión pero que corresponde a las últimas décadas en que se precisan y


afianzan las nuevas doctrinas sobre los problemas fundamentales del Derecho.
En estas nuevas doctrinas se involucra el rechazo de toda pretensión de
vigencia de los principios del derecho natural que no hayan sido incluidos
expresamente en el derecho positivo, el rechazo de fuentes supletorias del
derecho para los casos de silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley,
afirmándose la idea de que no hay lagunas en el derecho (también para algunos
autores la de que tampoco hay lagunas en la ley); y en consecuencia, no es
menester acudir a los principios generales del derecho o a reglas jurídicas
consagradas como fuentes supletorias del ordenamiento jurídico positivo,
cuando se presenten dificultades, puesto que es dentro de este mismo
ordenamiento donde debe encontrarse la solución, explicitando lo que está
virtualmente contenido en él.

El principio inspirador de las nuevas teorías sobre la naturaleza del derecho y la


aplicación de sus normas, reside principalmente en la exigencia de que el
derecho sea estudiado con el método que corresponde a esa naturaleza y por lo
tanto, debe descartarse para él la aplicación lisa y llana de la lógica tradicional
con que se encaraba su estudio y que ha permitido la inmensa labor de la
elaboración del derecho en épocas anteriores.

Es evidente que esta labor requiere hoy un nuevo enfoque para utilizar los
grandes hallazgos de la filosofía contemporánea y dar lugar a que los juristas se
muevan libremente en la solución de los problemas especulativos y prácticos
que plantea el derecho, sin necesidad de recurrir a ficciones y a construcciones
de endeble base científica.

El avance de la filosofía y de las ciencias particulares no se realiza sin tropiezos


que, en ciertas etapas, adquieren proporciones mayores cuya patencia resulta
de modo que hace ineludible la necesidad de buscar soluciones. Tal es lo que
ha ocurrido con la ciencia del derecho en la época contemporánea.

En los países de derecho escrito, las constituciones y los códigos no pudieron


realizar el programa que había sido el ideal de sus creadores, esto es eliminar el
problema de las fuentes supletorias porque no se encontró solución, dentro de
los medios a su alcance, para resolver el llamado problema de las lagunas de la
ley, y a pesar de la aparente eliminación doctrinaria del derecho natural y del
arbitrio judicial basado en la equidad,
estos elementos han continuado integrando el derecho positivo y ayudando a
solucionar dificultades que de otro modo no podían resolverse, porque la teoría
del conocimiento y del método de que disponían los juristas no bastaban para
enfrentarse con todas las perentorias exigencias de los casos reales.

Ello dio lugar a que los juristas modernos, a pesar de su reiterada adhesión a la
eficacia de las constituciones y códigos para organizar con justicia la vida social,
continuarán sin embargo invocando muchas veces las fuentes supletorias del
derecho establecido, tal como lo hacían los juristas romanos o los medievales o
los consejeros de los monarcas absolutos, cuya invocación a la equidad era tan
temida por los súbditos.

Ateniéndonos a las reglas del derecho que han llegado hasta nosotros desde su
fuente romana y que tradicionalmente tuvieron vigencia de norma supletoria del
derecho establecido y de principio directivos para la elaboración de nuevas
instituciones jurídicas o perfeccionamiento de las existentes, es menester
señalar la enorme influencia con que han gravitado en el derecho romano y en
todos aquellos que en él se inspiraron.

Las opiniones y los dictámenes de los jurisconsultos que en Roma no sólo


interpretaban la Ley, sino que creaban con frecuencia nuevos preceptos,
componen e n gran parte su sistema de derecho civil, que al trasvasarse a los
pueblos europeos, se instala allí con sus instituciones de fondo y sus
modalidades de aplicación e interpretación de la Ley. Así pasan a los códigos y
a la doctrina jurídica las clásicas reglas del derecho, cuyo repertorio se irá
enriqueciendo a medida que deba adaptarse a las nuevas circunstancias y que,
con los aportes del derecho germánico y canónico, llegan a nuestros días.

Principios

Perspectivas sobre el concepto de principios jurídicos El concepto de «principios


jurídicos» no es fácil de precisar, dado el variado modo en que se usa, incluso
técnicamente. La presencia de principios entre los recursos normativos usados
por el Derecho ha sido percibida desde antiguo por la doctrina jurídica, e incluso
establecida explícitamente en la legislación. La noción de principios generales
del Derecho ha llegado a ser familiar en la teoría jurídica continental como una
de las fuentes del Derecho, ya sea
recogida formalmente como tal 6, ya sea presente sustantivamente en el
Derecho promulgado 7, ya sea de ambas maneras.

En España la noción ha sido estudiada desde diferentes perspectivas desde que


el artículo 1 de nuestro Código Civil ha admitido los «principios generales del
Derecho» como fuente del ordenamiento jurídico 8. En general hay acuerdo en
que se trata de normas jurídicas peculiares, pero discrepancia en cuanto a su
procedencia, estructura, contenido y funciones.

Entender la naturaleza y composición de los principios jurídicos es importante


para la ciencia del Derecho, pues ha de tenerlos en cuenta doblemente para
describir el ordenamiento: en primer lugar, porque forman parte directa de él
como fuentes; y en segundo lugar, porque son un instrumento imprescindible
para interpretar el resto de las normas jurídicas y establecer o aclarar sus
interconexiones.

La noción de principios es importante también para la filosofía jurídica en su


análisis del concepto de Derecho y en su definición de la responsabilidad de los
jueces. El presente apartado comienza con unas observaciones metodológicas
y conceptuales que tienen en cuenta el punto de vista técnico (§ 2.1.1), pero en
general este capítulo se concentra en el punto de vista filosófico, el cual será
planteado y puesto de relieve a continuación.

Antes de entrar en esas materias, no obstante, habrá que despejar una objeción
previa según la cual los principios jurídicos sencillamente no existen. En efecto,
la aplicación de un enfoque empirista al estudio del Derecho lleva a algunos
autores a negar la existencia de tales principios.

Así sucede enfáticamente con Rafael Hernández Marín 9. Pero ni el enfoque


empirista es el único posible, ni debe necesariamente implicar la negación de los
principios. Por un lado, el método empirista no es sino uno entre los muchos y
diversos métodos adoptados por los teóricos del Derecho, y no por cierto el que
más seguidores tiene. Precisamente uno de los motivos del rechazo que con
frecuencia suscita la teoría jurídica empirista es su incapacidad para reconocer
el lugar apropiado a los principios en el sistema de fuentes del Derecho.
Lógicamente es incorrecto rechazar un método jurídico sólo porque las
conclusiones a las que llega son incómodas; pero es razonable pensar que algo
falla en él si produce resultados que al común de los juristas le resultan
chocantes. Por otro lado, un enfoque empirista es quizá compatible con la
admisión de que los principios jurídicos existen si éstos se sitúan no ya en el
plano de las fuentes directas (obra del legislador o incluso del uso
consuetudinario), pero sí en otro grupo de fuentes creadas en los procesos de
argumentación jurídica.

Sea como sea, los principios son una noción plenamente operativa en la práctica
jurídica, y aunque haya motivos para contemplarlos con escepticismo y hasta
incredulidad —no en vano han sido calificados de «mitos»— 11, lo cierto es que
merecen ser tomados en serio. Por lo pronto, porque es habitual que leyes,
funcionarios, juristas y teóricos los consideren auténticas fuentes del Derecho,
aparte de elementos auxiliares de la interpretación jurídica. Y además, porque
es una categoría analítica útil para entender el modo en que las diferentes
normas jurídicas prescriben conductas o promueven estados de cosas.

Entre las múltiples perspectivas con que cabe observar los principios jurídicos
me interesa destacar dos. Una es la que se fija en la peculiaridad —estructural
o funcional— de los principios respecto de otras normas jurídicas, y atiende a
sus propiedades características, con vistas a aclarar su papel en el Derecho y,
de paso, la naturaleza y modo de operar del propio Derecho.

La otra es la que se fija en la procedencia y el contenido de los principios, y


atiende a su relación con el Derecho positivo, con el Derecho natural y con la
sociedad. Ambas perspectivas son interdependientes, pero en este trabajo
adoptaré más bien la primera, porque mi intención es aprovechar la distinción
estructural entre normas como guía para el análisis y la interpretación de los
derechos fundamentales (infra §2.3). Sobre la segunda perspectiva diré algo
ahora, si bien será retomada al analizar la discreción judicial, pues el problema
que ésta plantea consiste en determinar dónde terminan los principios jurídicos
y dónde empiezan los extrajurídicos.
Por tanto esta segunda perspectiva es también importante para entender el papel
de los principios y la naturaleza del Derecho, y deberá permanecer en el
trasfondo de la discusión sobre el deber judicial.

La cuestión de la procedencia de los principios jurídicos nos devuelve a la


distinción de modelos sobre la relación entre principios y discrecionalidad judicial
que hice en el apartado anterior. Según una concepción (que etiquetaba como
«iuspositivista estricta»), la existencia jurídica de los principios depende de que
estén contenidos en normas

válidamente promulgadas. Según otra («iuspositivista moderada»), basta con


que sean inducibles de ellas, o incluso vagamente respaldados por ellas (por
ejemplo mediante la especificación de «valores jurídicos», como veremos). Y, en
fin, según otras (iusnaturalistas y anti positivistas en general), son normas
jurídicas también ciertos principios sin relación con la promulgación legislativa,
como los del Derecho natural o los que justifican las prácticas jurídicas de la
comunidad de que se trate. Pese a la subsistencia de esas posiciones teóricas y
de la rivalidad entre ellas, tal vez haya que constatar que la discrepancia se
produce más en la discusión filosófica que en el estudio técnico de los principios.

En efecto, los estudios técnicos parecen coincidir hoy en presentarlos como


normas que proceden directamente del interés de una comunidad en realizar
determinados valores compartidos. Es decir, ya no suele entenderse que la
existencia jurídica de los principios, pese a su estrecha relación con los valores
sociales, depende de la mediación de normas promulgadas.

Principios jurídicos no son (sólo) las prescripciones abstractas del legislador, o


las que cabe inducir de normas jurídicas concretas, sino (también) las
prescripciones más o menos abstractas que cabe fundamentar directamente en
los valores sociales.

Se rea- firma, entonces, la opinión clásica de Federico de Castro: «Los principios


sociales o juicios de valor, que expresan la convicción de un pueblo y que se
imponen como evidentes, son los que de modo más puro manifiestan la
peculiaridad de los principios generales; son creación del vivir de la comunidad,
y, a su vez, su autoridad se deriva de la misma comunidad, coincidiendo así el
origen del contenido y el de su eficacia jurídica»
BIBLIOGRAFÍAS

Article library (2016). Social Norms: Meaning, Types and Functions of Socio
Norms in Sociology. Recuperado de:yourarticlelibrary.com
Derecho (2008). Tipos o clases de normas. Recuperado de:
derecho.laguia2000.com
Norma jurídica. Disponible en:
http://www.angelfire.com/ak6/derecho_computacion/Norma_Juridica.pdf.
https://elibro.net/es/ereader/utelvt/53630
https://elibro.net/es/ereader/utelvt/40257
https://www.significados.com/fuentes-
delderecho/#:~:text=A%20partir%20de%20sus%20antecedentes,materiales%2
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Rodrigo. (2012). cortes institucional. Obtenido de ortes institucional:
https://www.cijc.org/es/conferencias/2014-
SantoDomingo/Respuestas%20al%20Cuestionario/Ecuador%20-
%20Corte%20Constitucional.pdf
Signe Annette Bøgh. (14 de agosto de 2017). Tipos de normas. Obtenido de
Tipos de normas: https://www.acreditacion.gob.ec/tipos-de-normas/

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