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LOGISTICA AVANZADA
Sesión: 1
Resumen: Tipos de sistemas de producción.
INTRODUCCIÓN
Por sistema se pueden entender cuestiones tan diversas como las relacionadas con el
funcionamiento del cuerpo humano, sistema digestivo, o las que tienen que ver con la
tecnología, sistema informático. Sin embargo, pese a la variedad de acepciones que se
asocian al concepto de sistema, todas tienen algunos aspectos en común. Se trata de los
siguientes:
Es un conjunto de elementos.
Todos los componentes del sistema están interconectados con algún otro.
Automatización de procesos.
Mantenimiento predictivo.
Robótica.
Customización en masa.
Existen cinco tipos principales de sistemas de producción industrial: por trabajo, por lotes,
en masa, de flujo continuo y producción intermitente. El aprovechamiento de los recursos,
la flexibilidad para responder a los cambios y el trabajo en condiciones de calidad
suficientes son algunos de los retos que los cinco tipos de procesos productivos tienen en
común, aunque también cuentan con sus diferencias.
¿Cuáles son las principales características de cada uno de los sistemas de producción
industrial?
Las principales características de los cinco sistemas de producción industrial que son
comunes a todos ellos, son las siguientes:
Plan con secuencia cronológica abordando, en profundidad, todos los puntos a desarrollar,
su tiempo y todo lo necesario para llevarlo a cabo.
Producción por lotes: se definen así a los sistemas de producción industrial mediante los
que se crea una pequeña cantidad de productos idénticos y limitados. Esta modalidad
productiva también puede ser intensiva en mano de obra, aunque generalmente no lo es
tanto como la opción anterior ya que se introduce el concepto de las plantillas o modelos,
que contribuyen a agilizar la producción, reduciendo también el factor de personalización
que existía en la producción por trabajo. Los lotes de producto se pueden hacer con la
frecuencia necesaria y las máquinas pueden también sustituirse por otras fácilmente
cuando es necesario producir un lote de un producto diferente. Este tipo de organizaciones
puede aportar grandes beneficios pero, es el tipo de producción que más dificultades
encuentra a la hora de organizar el funcionamiento del departamento de producción.
Demanda sustancialmente alta. Debe existir una buena demanda previa para poder dar
cabida a todo el trabajo de producción. Además, ésta debe ser constante, ya que una
demanda intermitente originaría grandes costes de almacenaje en los periodos en los que
la demanda bajara.
Producto normalizado. El producto no debe sufrir modificaciones para que este tipo de
producción se lleve a cabo.
Las operaciones deben estar bien definidas. Es necesario saber en qué consiste cada
etapa de la producción, los pasos y materiales a seguir y cualquier tema que influya en la
producción de tal manera que todo se tenga preparado.
La producción intermitente: se da cuando bien por razones de demanda, bien por motivos
económicos inherentes a la propia empresa, no es posible mantener un flujo de fabricación
de producto continuo, por lo que la producción se orienta a los procesos y se realiza bajo
pedido o por lotes. Los procesos se flexibilizan aunque ello requiere la utilización de mano
de obra cualificada.
Producción continua:
Optimización de instalaciones.
Ajuste de costes.
La falta de flexibilidad.
El coste de instalación.
Producción intermitente:
Flexibilidad.
Minimización de stocks.
Aumento de costes.
La producción a pedido o bajo pedido, conocida también por sus siglas en inglés, MTO
(make to order) es una modalidad de fabricación que se caracteriza por la personalización
del producto, que se fabrica siguiendo los requisitos específicos determinados por el
cliente.
Este nivel de customización hace que cada producto sea único, pero también incide en los
procesos, que pueden variar con cada orden de compra, los equipos empleados en cada
La producción intermitente
Pero además de los sectores industriales que han apostado por este método por los
motivos apuntados, cada vez más empresas de ámbitos variados y con actividades
diversas se han visto obligadas a adoptar este tipo de producción para sobrevivir a los
vaivenes y altibajos de la demanda, sobre todo en tiempos de recesión.
Sin embargo, presentar este método de producción industrial como una mera apuesta
estratégica, incluso coyuntural en algunos casos, no sería plantear la cuestión con el
suficiente rigor y la necesaria amplitud que el caso requiere.
Una correcta planificación y una gestión meticulosa son aspectos especialmente vitales y
críticos en un entorno de producción intermitente, dado el alto coste de la producción y el
escaso margen de rectificación con el que se cuenta. Un pedido que no se materialice en
una venta efectiva puede acarrear graves disfunciones organizativas y perjuicios
financieros de gran alcance, e incluso poner en jaque el futuro de la compañía, por lo que
resulta indispensable contar con herramientas y equipos de planificación y gestión
altamente cualificados.
No se trata, por todo lo anterior, de un método de producción adecuado para cualquier tipo
de compañía, especialmente para aquellas más sensibles a las variaciones de los costes
de producción, o con una cartera de clientes variable o inmadura. Sin embargo, para otras
industrias, la producción intermitente ha supuesto la posibilidad de sobrevivir a tiempos
especialmente delicados, como es el caso de pequeños talleres o de industrias artesanas.
Con todo, como advertíamos al empezar, también existen algunos casos en los que
adoptar un método de producción intermitente no es (o no debería ser) una elección, al
menos no en términos absolutos. Mucho se ha discutido —sobre todo a partir del estallido
de la actual crisis económica—, sobre la conveniencia de regular ciertas actividades y
prácticas asociadas a los sistemas de producción en sectores especialmente sensibles y
proclives a la especulación, como el sector de la construcción. Un debate que ha puesto
encima de la mesa, entre otras cuestiones, el papel que ha desempeñado la especulación
inmobiliaria en el cambio de escenario productivo en la construcción causante, en buena
medida, de la burbuja inmobiliaria en España.
Coste.
Plazo.
Calidad.
Las operaciones y procesos, deben alinearse con los recursos disponibles (humanos, de
maquinaria y equipos y relativos a infraestructuras) para que las actividades alcancen un
equilibrio óptimo. Lograrlo dependerá de la capacidad de control y de la eficiencia en la
gestión, que permitan que, desde una buena planificación, se logren objetivos en
condiciones de sostenibilidad y máxima productividad.
Conocer los utensilios necesarios para una gestión industrial es clave para mantener unos
buenos niveles de calidad y productividad. Aquí os dejamos algunas herramientas que
nos podrán ayudar para los procesos de fabricación industrial:
Diagrama causa efecto: gráficamente vemos la relación que hay entre un problema
(efecto) y las causas que pueden ocasionarse.
Diagrama de decisión o árbol de decisión: nos permite analizar las diferentes fases y
desarrollar la consecución de tascas para lograr un objetivo.
Análisis de capacidad: nos ayuda a evaluar la capacidad que tiene un proceso y hacer
comparaciones de la capacidad de distintas variables de proceso.
Check-List: listamos las tareas para poner foco en aquellas más importantes.