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Esta obra en sus primeros capítulos el autor nos muestra un trasfondo histórico de los

vicisitudes dramáticos que van a proseguir.

Hubo un tiempo en que la hermosa ciudad de Puquio y todos sus lugares contiguos eran
posesión de los Ayllus -comunidades indígenas-, estos pobladores son los mismos que un
tiempo después llegaron a ser invadidos por los Mistis -gente blanca y mestiza-,
ellos dominaron las tierras para cultivar y convertirlas en grandes pastizales de alimento de su
ganado.

Entonces comienza la historia acerca de la corrida de toros andinos denominada Turupukllay o


Yawar Fiesta -fiesta sangrienta-, que se celebrará en la región de Puquio. Sus habitantes tienen
una gran expectativa por conocer quien lidiará con “Misitu”, el gran toro que se ha criado en la
montaña, considerado por los habitantes como un dios y va a ser traído por los indígenas desde
la puna que una región altiplánica, que está en una alta montaña, que es conforme al área
central en la cordillera Andina hasta el coso.

Esta celebración para los nativos es una fiesta de toros con un ritual entre dos mundos; el
criollo y el indígena, ya que ellos ven al toro como si fuesen los criollos; que están
representados en los hacendados o españoles que cometían abusos; además que en tiempos
anteriores, habían llegado al pueblo de Puquio y se habían adueñado de sus tierras,
convirtiéndolas en pastizales y explotando a los aldeanos.

Y observan a su gente, los indígenas como los capeadores, a quienes les toca la gran tarea de
entretener, someten y matar al toro.

Seguidamente se pasa a narrar en forma muy detallada y magistral los preparativos para el
famoso Turupukllay o Corrida de Toros, dentro del marco de las conmemoraciones por la nuevo
conmemoración patrimonial; se escuchan cánticos alegóricos, suenan los wakawak`ras, que son
una fabulosas trompetas que están hechas de cuerno de toro y que se tocadas continuamente
durante las celebraciones. Luego se representa con innumerables todos esos detalles.

Cuando el Subprefecto se entera que por ser Fiestas Patrias, se realizará la Yawar Fiesta,
aparecen los problemas, porque este prohíbe por orden del gobierno central que la
conmemoración sea a la manera “indigena”, es decir, con la participación de la población
indígena que se convertían en toreros campechanos y espontáneos, usando la dinamita para
asesinar al toro.

Es entonces cuando los llamados principales mistis, hacen la sugerencia de que la fiesta se haga
de ahora en adelante con la intervención de un torero profesional y que se asuman las normas
de la tauromaquia española. Y deciden prohibir el evento por parecerles sangriento y salvaje

Es entonces que el ambiente de preparativos para la fiesta sube de temperatura y los ánimos se
exaltan.

El pueblo de Puquio está completamente en desacuerdo en que se cumpla la fiesta de la


condición como ha decidido el gobierno central, por ello Los Puquianos lo retan públicamente
y deciden conservar su posición. Y toman la acción de decirle a los Kayau a que pidan el Misitu
al dueño de la hacienda Don Julián, ya que el toro estaba pastaba en sus tierras.

Al mismo tiempo el vendedor Don Pancho que está de acuerdo con la celebración, termina
preso y lo matan por incitar a los indios a desobedecer.
Contrario a toda la tradición Don Demetrio y algunos puquianos que viven en Lima, pretenden
un encierro de toro como la que se hecho en la Plaza de Acho de Lima, con un toreador experto.
Y contratan para ello a un torero de origen español y lo envían a Puquio.

Con tantas prohibiciones, los indígenas se reúnen, y se empeñan en celebrar el Turupukllay en


la plaza de Pichkachuri y desconocer precisamente la disposición del Subprefecto que el
gobierno Central envió.

Finalmente llegó la fecha señalada para la gran fiesta taurina, y todo los pobladores puquiano
logran imponer su tradición. El toreador de origen español es abucheado.

Los principales y Autoridades no les queda más remedio que autorizar a que se realice el Yawar
Fiesta, por temor a la reacción de la multitud; entran los toreros puquianos y capeadores al
campillo, y comienza a lidiar con el toro a la manera “indigena”. y cuando Misitú hiere al torero
indio; el Vayarok, quien es el jefe o alcande de los Kayaus, con el apoyo de otros puquianos
explotan al pobre animal, reventando éste en cientos de pedazos.

Con este evento, de no ceder los parroquianos puquianos, midieron fuerzas y demostraron a
sus soberanos que no son débiles, sino valerosos y aguerridos.

La novela culmina con el gran victoria del pueblo indígena; toreros puquianos al irrumpir en la
arenilla en lugar del atemorizado torero español.

Junto con “Los ríos profundos” que ya hablaba José María Arguedas en su anterior novela, Yawar
Fiesta pasa a ser entonces la más sobresaliente novela del autor. Ofreciendo un panorama
pujante de la complicada vida de la sociedad en el altiplano peruano, donde el elemento
étnico se entrelaza con elementos culturales y socioeconómicos.

José María Arguedas, escritor peruano de nacimiento logra transferir en ella la comprensión de
la cultura indígena, y en específico la cadencia de tipo orfeón, ya que en Yawar Fiesta se unen
los sonidos de instrumentos indígenas ancestrales y que son inspiraciones de toda la aventura.

La novela culmina con el triunfo del pueblo indígena.

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