José María Arguedas – Género: Narrativo. Especie: Novela.
Yawar fiesta (Significa “La fiesta de sangre”)
Yawar Fiesta es una obra que trata de la descripción adecuada de los pueblos de la Sierra Sur, particularmente de la Provincia de Puquio, del Departamento de Ayacucho. Nos relata una de las costumbres más tradicionales de las comunidades indígenas del Perú: que es la «corrida india», que se celebra todos los años el 28 de julio. La corrida india es un evento espectacular donde un toro debe enfrentarse, en un descampado, a unos cien o doscientos indios que hacen el papel de toreros improvisados, muchos de los cuales terminan heridos o muertos por el animal. Pero esta tradición se ve amenazada por una orden de prohibición que viene de la capital, al ser considerada una práctica «bárbara». Ante la negativa de los indígenas de acatar la orden, las autoridades, junto con la población blanca y la mestiza aculturada, buscan la manera de permitir las corridas, pero de una forma «decente»: el encargado de la lidia deberá ser un torero profesional, que lo haga a la manera «española». Con ello quitan la esencia misma de la fiesta, pero esta finalmente se realiza de acuerdo a la tradición indígena. 1. Capítulo 1: Pueblo indio En este capítulo se describe a la provincia de Puquio, “pueblo indio” conformado por cuatro ayllus o barrios indios: Pichk’achuri, K’ayau, K’ollana y Chaupi. Entre ellos existía rivalidad para demostrar quién sobresalía más. También relata el orgullo de sus habitantes de vivir y/o pertenecer a cada uno de esos pueblos, así mismo relata las llegadas de los mistis de la Costa hacia estas tierras con fines de establecer autoridad principalmente, constituyendo un barrio que después fue conocido como el jirón Bolívar. 2. Capítulo 2: El despojo En este capítulo describe acerca de la injusticia, abuso y robo que ocasionaban los principales, que eran gente de ciudad, y llegados de la costa (los mistis); a los indios de las zonas de producción agrícola y ganadera de Puquio. Despojaban a los indios de sus terrenos, de sus sembríos, de sus ganados y luego proveían de alimento a la costa, especialmente a Lima. De manera que, a través de gestiones con las corruptas autoridades (subprefecto, juez, teniente gobernador, el cura, los militares, etc.), los principales lograron legalizar su posición sobre las pertenencias de los indios. Los indios ante la impotencia de defenderse masticaban su amargura en las cárceles y lamentaban su desgracia. 3. Capítulo 3: “Wakawak’ras, trompetas de la tierra” Este capítulo se refiere a los alborotos y preparativos que inician los indios para las fiestas patrias como venían haciéndolo cada año, y empiezan a oírse en el pueblo el sonido de los wakawak’ras, que eran trompetas indias hechas de cuernos de toro y que anunciaban las corridas de toros al estilo indio (turupukllay). Se comentaba que para esta ocasión el ayllu de K’ayau se había comprometido a traer al toro Misitu, que era un animal montaraz que vivía en la puna, al cual hasta entonces nadie había podido sacarle de su querencia. 4. Capítulo 4: “K’ayau” Aquí nos describe los preparativos de los indios de esa localidad para las fiestas Patrias del 28 de julio, se comenta en todos los alrededores acerca de la competencia entre los toreros indios de K’ayau y Pichk’achuri, ya que cada año ganaba los indios de Chaupi. Se comenta también acerca de la exposición del Misitu, un toro muy feroz. Ante la expectativa, el alcalde promete mucha diversión al subprefecto, pero que éste ante los relatos de la costumbre de los años anteriores, se siente intranquilo. 5. Capítulo 5: “El Circular” En este capitulo se habla de la llegada de un circular proveniente del gobierno, que era un oficio advirtiendo sobre la prohibición de corridas de todo de la manera tradicional de Puquio, a fin de evitar hechos de muerte y heridos. El Subprefecto, reúne a las autoridades y da a conocer sobre la prohibición y como alternativa aducía la contratación de torero profesional de la ciudad de Lima. Los vecinos principales se dividen ante tal noticia: unos, encabezados por don Demetrio Cáceres, están de acuerdo con no celebrar esa fiesta ya que lo que consideran una costumbre salvaje, mientras que otros, a través de la voz de don Pancho, solicitan que al menos se permita ese año celebrar por última vez las corridas según la costumbre india, pues los preparativos ya estaban avanzados. El Subprefecto se muestra inflexible y advierte que castigará a quien se atreva contradecirle. Don Pancho es encarcelado, acusado de revoltoso. Y las autoridades municipales aceptan lo ordenado en la circular y como alternativa se acuerda la contratación de un torero profesional en Lima, a fin de realizar corridas al estilo “civilizado”, es decir, español. 6. Capítulo 6: “La autoridad” En este capítulo se describe la actitud déspota y tirana del Subprefecto, quien al ver que, de todas formas, la gente creaba expectativa por los festejos de las Fiestas Patrias, tenía en mente incluso en hacer desaparecer al pueblo, él trataba a la gente como a salvajes y no humanos. El Subprefecto hace traer a su despacho a don Pancho, con quien tiene una conversación muy accidentada; pero al final lo suelta, advirtiéndole que no incitara a los indios, pues de lo contrario volvería a prisión. Cuando ya estaba don Pancho retirándose, caminando en medio de la plaza, el Subprefecto ordena al Sargento que le dispare por la espalda, pero el Sargento se niega a realizar tal villanía. 7. Capítulo 7: “Los Serranos” Aquí se describe acerca de los habitantes de Lucanas, y en general de la Provincia de Puquio, describe la migración de muchos lucaninos hacia la capital y el regreso de los mismo por Fiestas Patrias, lo cual fue posible gracias a la carretera de Puquio a Nazca, de 300 kilómetros, que los mismos puquianos construyeron en solo 28 días, dirigidos por el Vicario o cura del pueblo. La mayoría de los inmigrantes andinos trabajan como obreros, empleados y sirvientes, e invaden terrenos en los arenales donde construyen viviendas precarias, aunque también llegan a Lima algunos mistis adinerados quienes instalan negocios y compran terrenos para vivienda en zonas residenciales. En general son tratados despectivamente por los limeños y llamados “serranos” a modo de insulto. Los lucaninos residentes en Lima forman una asociación para defenderse y apoyar a sus paisanos, el Centro Unión Lucanas. Su presidente es el estudiante Escobar, un mestizo de Puquio, influenciado por el pensamiento de José Carlos Mariátegui. 8. Capítulo 8: “El Misitu” Este capítulo habla acerca de Misitu que en aquel entonces se había convertido en una leyenda viviente, porque decían que ese toro no tenía padre ni madre, sino que había surgido de un remolino de las aguas de Torkok’ocha. Después de varios intentos y decisiones, uno de los Mayordomos, don Julián hizo el pago al Auki (Espíritu de los cerros, semidios), persiguió al toro, sin poder lograrlo en el primer intento. Don Julián terminó por regalarles el Misitu a los K’ayau y K’oñañi. 9. Capítulo 9: “La víspera” Aquí describe la acción del Subprefecto junto con sus allegados, y algunas autoridades de la localidad para hacer cumplir el circular. Así que, uno de los vecinos, don Demetrio, le informa del plan del Vicario: y estos harían construir un pequeño coso en la plaza de Pichk’achuri y se convencería a los pobladores que era mejor espectar allí el evento, en vez de usar todo el pampón de la plaza. También evitarían el uso de dinamita y el ingreso del público a la arena, a fin de evitar muertos y heridos. Se informa también que ya en Lima el Centro de Lucanas había contratado a un torero español para enviarlo a Puquio. Con todo ello el Subprefecto acepta todos estos planes; y el Vicario cumple entonces su parte y convence a los varayok’s indios de construir un pequeño coso con troncos de eucaliptos 10. Capítulo 10: “Auki” Aquí nos relata acerca de la relación y la veneración que tienen los hombres de la localidad de Puquio hacia los espíritus de los cerros, en este caso habla de Auki K’arhuarasu. Los del ayllu de K’ayau se encomiendan a él para lograr la captura del Misitu. Encabezados por el varayok alcalde, y suben a su cumbre y entierran una ofrenda. De regreso los acompaña el layka (brujo) de Chipau, quien se ofrece a guiarlos a capturar al toro. Los de K’ayau logran lacear al Misitu y lo llevan a rastras hacia el coso de Puquio. Pero el layka es destripado por el toro y su muerte se entiende como un sacrificio de sangre para compensar el favor otorgado por el auki, así lograron agarrar al Misitu para llevarlo hacia el lugar de la fiesta en Puquio. 11. Capítulo 11: “Yawar fiesta” Este capítulo habla acerca del evento que se lleva a cabo en la Plaza Pichk’achuri, donde las autoridades trataron de cambiar la tradición, contratando a un torero de Lima para la fiesta. Mientras tanto, don Pancho y don Julián fueron encerrados en la cárcel por órdenes del Subprefecto, para evitar que revolvieran a los indios. El día de la corrida, aparecieron una multitud inmensa, de todos los alrededores del Capital de la Provincia de Puquio, para ver el nuevo, aunque rechazado evento organizado por los principales y el Subprefecto con rasgos de toreo costeño. Al ingresar el Misitu en la Plaza, ingresó el torero Ibarito, quien, ante la música de los indios con el Wakawak’ra y la canción de las mujeres, sintió inseguridad. Los primeros momentos, capeó bien, luego el toro buscó el cuerpo del torero y trató de arrollarlo, pero pudo escapar y esconderse en los escondederos. En vista que el torero no se atrevía retornar a la Plaza, ingresaron los toreros indios, emborrachados Wallpa, Tobías, “Honrao” y K’encho y capearon una y otra vez. El torero principal fue Wallpa, quien luego de una y otra capeada, es arrollado por el toro, que incrustó uno de sus cuernos en la ingle de Wallpa. El Varayo’k, alcalde de K’ayau, alcanza un cartucho de dinamitas al Raura. Al final el toro fue mortalmente herido por la dinamita y Wallpa sangraba en borbotones por la pierna que se veía regado por todo el suelo. El alcalde dijo al Subprefecto: Esta es nuestra fiesta y así es. • TEMA PRINCIPAL. Es la fuerza con que se cultivan las costumbres en el Pueblo de Puquio en las festividades patrios en la primera mitad del siglo XX. Representa el sufrimiento de los habitantes autóctonos que sobrevivieron a la invasión española y la opresión de los favorecidos económica y socialmente, provenientes de la Costa. Es la Corrida de Toros al estilo del pueblo de Puquio. • TEMAS SECUNDARIOS - El intento de imponer nuevas costumbres a los pueblos de Puquio por parte de las autoridades gubernamentales. - Injusticia y abuso cometido por las autoridades y personas provenientes de la costa contra los indios de Puquio. - La leyenda del origen del Misitu y la forma cómo lograron atraparlo. • PERSONAJES PRINCIPALES. - Misitu (Toro de don Julián). - Subprefecto (Costeño, que trata de cambiar las costumbres del pueblo) - Don Julián (Mayordomo) - El Varayo’k don Antenor, (alcalde de K’ayau) • PERSONAJES SECUNDARIOS. - Wallpa, K’encho, el “Honrao” Rojas, el Tobías, Ibarito. (toreros) - El Obispo. - Los Wakawak’ras - El Juez - Los militares - La autoridad - Los habitantes de K’ayau, Pichk’achuri, Chaupi, K’ollana, Lucanas, etc. - Don Pancho Jiménez - El Estudiante Escobar. - Don Demetrio, don Félix de la Torre, don Jesús Gutiérrez, don Policarpo Santos, don Gregorio Castillo, cada uno con sus esposas y sus hijos (vecinos notables), etc. • ESCENARIO: Todos estos eventos se desarrollaron en la provincia de Puquio, departamento de Ayacucho, Perú. • TIEMPO: Todos estos eventos se desarrollaron a mediados del siglo XX. • ESTRUCTURA DE LA OBRA: Se dividen en 11 capítulos. • FUNCIONAMIENTO DE LA OBRA:
Introducción. La obra inicia describiendo el panorama de las condiciones
geográficas de los poblados de K’ayau, Pichk’achuri y Chaupi (Puquio) y los rasgos que caracteriza a los habitantes de esa zona.
Nudo. La historia de los despojados indios por parte de los hacendados
provenientes de la Costa. Los preparativos y obstáculos para la celebración de las fiestas patrias al estilo puquiano.
Desenlace. El acontecimiento de la corrida, el fracaso de la intervención del
torero contratado de Lima y el término de la fiesta con la muerte del toro Misitu, la herida mortal del torero indio Wallpa y la aceptación forzada del Subprefecto acerca de las costumbres de la Realidad Puquiana.