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Respecto a esto, Lozano (2017) menciona que la literatura asume un rol muy importante
través de los personajes. Así pues, las mujeres, en la larga y compleja historia en la
literatura a menudo son retratadas como esposas sumisas o como mujeres fuertes e
independientes. Tal como lo destaca Lozano (2017) existen dos figuras femeninas muy
marcadas, el de la mujer dócil y buena que corresponde al papel de la mujer como musa,
madre o amada, que en Morir en mi ley (Heredia, 2021) el personaje que cumple a
cabalidad este rol es Matilde, la anciana que está presente en todo momento en la vida
rebelde y poderosa, en este caso, el papel lo asume el personaje principal Lidia, una
existen autores que a través de su trabajo se esfuerzan por crear un panorama literario
más equitativo donde las mujeres puedan ser vistas como protagonistas en lugar de ser
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En la obra Morir en mi ley, el autor Lenin Heredia explora el papel de la mujer
hostil. La novela se centra en las experiencias de Lidia y su lucha por liberarse de los
estereotipos opresivos unido a ello las expectativas que se le imponen, sin olvidar el rol
de otras mujeres dentro de la novela, como Rebeca, su hija y el de Matilde, quien apoya
rol de una joven que decide, pese al ambiente de injusticias y violencia que la rodea,
patrimonial, acoso sexual callejero, y trata de personas, de los cuales Lidia experimenta
la violencia física: “Sintió el bofetón tan fuerte, ni siquiera llegó a verlo, apenas cerró
psicológica en su relación de pareja con Paco: “Tú y esa vieja son tal para cual,
está mi plata? - ¿Qué plata? -Mi plata, pues, la que me robaste del sobre” … (p.33).
hace que su salud mental, emocional se vea deteriorada. Este funesto momento de su
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vida, aparece recurrentemente para atormentarla: “Nadie, sabe en el fondo, es
demasiado vergonzoso. Ojalá algún día pueda hablar sin que la piel se me ponga así, sin
Todo ello conlleva a que sea difícil confiar en alguien para que pueda ser
escuchada y comprendida: “No es sencillo hablar, Nunca lo fue. Nunca. Nunca. Nunca.
Ojalá algún día lo sea (…) Nadie quiere escuchar. Nunca. A nadie le importa tu historia,
mujer. Muy cruda. Muy repetitiva, muy explícita. No me sorprende. Por años tuve que
a contar” (p.133).
brazo rodear su cintura, una mano gruesa asentada demasiados segundas en la piel de su
espalda, la apretaba, bajaba por ella, hasta el borde mismo de sus nalgas” … (p.121).
denunciarlo. Estos hacen caso omiso a las palabras de Lidia, recibiendo respuestas
como: “Mire señora, no es aconsejable una denuncia en esta instancia. Estas situaciones
se presentan siempre en las familias. Solo hay que saber manejarlo” … (p.107).
mientras se amarraba el cabello, oyó unas risas. El policía de la entrada, el más viejo, la
miraba de pies a cabeza. Lidia apuró el paso, pese a ello escuchó sus comentarios, al
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menos uno, acaso así lo quería el tipo. - “Con ese culo, hasta yo le daría duro”-. El otro
En función a ello, el autor Peter Waldman (citado en Kohut, 2022, pág. 195)
explica acerca de la violencia institucional definida como “el poder de mandar sobre
este tipo de violencia ejercida por los miembros de la policía quienes someten a la joven
por parte del Estado por ser una institución que lo representa.
abusos que vive en su día a día, se resigna y se queda callada o adopta una actitud
sumisa, ella decide no seguir siendo partícipe de la atmósfera violenta que persigue a
Paco, no decide ser su “salvadora” y busca alejarse de él por el bienestar de ella misma
don Carlos. Ante el acoso de los policías, decide actuar y no permite que le falten el
respeto: “Aunque le sucedía todo el tiempo, esta vez no lo soportó. Regresó unos pasos,
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tensiones cotidianas comunes que no contradicen el afecto y la
encuentra el refugio que ella necesita. Matilde en el desarrollo de la novela juega un rol
vital, es aquella madre que Lidia no tiene físicamente presente, además es la amiga
cercana a quien se puede recurrir en momentos difíciles, tal como lo sostiene Solís,
momento pero aún más cuando decide abandonar el departamento que la anciana les
alquila: “Solo espero que te vaya bien, a las dos- dijo doña Matilde -. Tú ya conoces mi
número, no salgo mucho de estas cuatro paredes, pero algo podré hacer” (p.71).
de herencia la casa en la que ella vivía y en la que pasó gran parte de su vida madre e
hija: “No dijo nada más. No dio detalles. Creyó que ni siquiera Betty iba a creerle que
acababa de heredar una casa. En Piura. De hecho, ni siquiera ella había heredado, sino
Rebeca. Todos los papeles estaban a su nombre. Los miró uno por uno” (p.237).
femenina en una sociedad machista, donde la violencia física, psicológica y sexual son
libertad en circunstancias opresivas. También arroja luz sobre las luchas que enfrentan
las mujeres en una sociedad patriarcal y cómo se esfuerzan por sobrevivir a pesar de las
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Considero que esta novela debería incluirse en el Plan Lector de educación
básica regular, con el objetivo que los jóvenes comprendan el contexto local de
comprensión es esencial para crear un entorno seguro y equitativo para las mujeres.
Deben ser conscientes de las dinámicas de poder y de cómo pueden contribuir a crear
una sociedad más justa. Solo con este conocimiento podemos trabajar para eliminar la
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Referencias Bibliográficas
morir-en-mi-ley-2021-de-lenin-heredia
género.mimp.gob.pe. https://www.mimp.gob.pe/files/direcciones/dgcvg/
mimp-marco-conceptual-violencia-basada-en-genero.pdf