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Ecos del patriarcado en el cuento “Algo tan feo en la vida de una señora bien”

de Marvel Moreno

En este escrito planteo los aspectos patriarcales mencionados por Marvel Moreno

(1939-Paris 1995) en el cuento “Algo tan feo en la vida de una señora bien”, el cual hace

parte de su colección de cuentos Cuentos completos (2001). Para esto, me centro en el análisis

de dos características: sexualidad y violencia; asimismo, desarrollo la configuración e

influencia del patriarcado en este cuento. Estos aspectos engloban los procederes patriarcales

que la autora denuncia a lo largo de su obra. En esta antología de cuentos, la autora hace una

denuncia evidente a propósito de los prejuicios de género, revela tabúes y prohibiciones

religiosas y sociales que se viven activamente en la época (Grisales, 2015). En especial en el

cuento “Algo tan feo en la vida de una señora bien”, ya que, la perjudicada ante este

comportamiento patriarcal es Laura de Urueta, minimizada por su madre y sometida por su

esposo con el objeto de retribuir sus desaciertos y conseguir redimir su reputación. De allí

surge la importancia de analizar dichas estructuras patriarcales, las cuales se basaron en

subyugar, excluir y minimizar la mujer; determinadas por una sociedad autoritaria patriarcal

preocupada por guardar las apariencias así se pierda la valoración de las esencias del ser

(González-Rubio, 2006).

La obra de Marvel Moreno hace hincapié en todo aquello sujeto a ser marginado,

específicamente sobre la condición de la mujer a partir del entorno patriarcal que se vive en

la época. Por tanto, en su obra reposan innumerables personajes femeninos; algunas cansadas,

otras resignadas y otras que buscan alcanzar la libertad, tanto física como mental. Es allí

cuando aparece la condición patriarcal en sus cuentos. Según Gerda Lerner (1986) en La

creación del patriarcado, el patriarcado se concibe como algo histórico, algo que tiene un
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inicio en la historia. Por tanto, cambiarlo supone modificar la naturaleza y las prácticas

humanas. Sus cuentos buscan cambiar la linealidad de los hechos machistas y reivindicar la

mujer. Ahora bien, cabe resaltar que a pesar de la grave situación que atraviesa la mujer

debido al estado patriarcal, donde se ubica en segundo plano, siendo excluida de lo social y

político; hoy en día lo femenino ha cobrado importancia y se le ha estipulado un rol

significativo dentro de la sociedad. Por tanto, puede decirse que, tanto Marvel como otras

autoras que hayan denunciado en sus letras la catástrofe machista y patriarcal, han cumplido

su labor. Así pues, su visión humanista y su denuncia a la opresión de las mujeres

victimizadas por el poder patriarcal estaría dando frutos (González-Rubio, 2004).

Sin embargo, el análisis del cuento nos ubica frente al patriarcado. Es el caso de Laura

de Urueta, víctima de su inconsciente retraído, una madre dura y fría y un esposo apático,

indiferente y egoísta. A partir de un supuesto error del pasado, Laura de Urueta pierde su

capacidad de decisión y se envuelve en una burbuja de prohibiciones. Se aísla, se arrepiente

de los sucesos que ocurrieron y desea morir gracias a su posición como mujer indecente en

la sociedad de su época, hasta que aparece un esposo que la puede salvar de ese abismo social

y posicionarla nuevamente, arrebatándoselo todo: sueños, decisiones y amor propio.

Minimizándola hasta el punto de preferir mantenerse dormida.

A partir del contexto del cuento, damos inicio al análisis que tiene como finalidad

exponer dos características del sistema opresor masculino y cómo se desarrollan a lo largo

del cuento. Una de las principales características del patriarcado es la violencia, tanto física

como psicológica y simbólica. La esposa en Algo tan feo en la vida de una señora bien se

convierte en una desdichada mujer; el marido, con la anuencia de la suegra que vive con

ellos, la somete cruelmente a su voluntad, terminando ella, en medio de la desesperación, por


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utilizar somníferos para trasladarse a otro mundo diferente al de su realidad (De Marenco,

2007). A lo largo de la lectura, encontramos la violencia de forma perceptible y expuesta de

forma simbólica, parece una actitud cultural frente a los mandatos del hombre (en este caso,

el esposo). Como se observa en el cuento, desde las primeras líneas, Laura estaba “sola en

aquella casa demasiado grande, donde había vivido desde su matrimonio sin haber podido

nunca sentirla suya.” (Moreno, p. 105). O cuando “tenía a veces la impresión de no ser más

que un eslabón entre dos generaciones.” (Moreno, p. 106). La violencia simbólica es una

constante y se produce a partir del ambiente patriarcal en el que habita Laura. Asegura que

“su madre y Ernesto la habían considerado toda la vida incapaz, incapaz y frágil.” (Moreno,

109).

La institución del matrimonio fue a primera forma del patriarcado apareció en el

estado arcaico. La unidad básica de su organización era la familia patriarcal, que expresaba

y generaba constantemente sus normas y valores (Lerner, 1986). Laura de Urueta, una mujer

víctima de un sistema opresor, logra casarse después de haber sido una mujer vergonzosa

“¿Quién, por ejemplo, en aquella ciudad, se hubiera casado con ella?, ¿después de aquél

escandalo? Nadie.” (Moreno, p. 118). Por tanto “casarse sería a partir de aquel momento su

único objetivo.” (Moreno, 125). Sin embargo, en esa institución del matrimonio como un

negocio, Ernesto era el más beneficiado: “Sabía que su esposa le pertenecía, lo mismo que

ella, y así como había hecho de ella una señora bien, no iba a permitir que su hija lo

avergonzara.” (Moreno, p. 126). Las redes patriarcales que se trenzan a partir de la violencia

son latentes en este cuento. Laura, víctima de un sistema que subyuga y oprime la mujer,

frente a su madre y su esposo, es concebida como “esencialmente corrompida”. “Una madre

que quería poner a su hija en la humillante situación que él la conoció”, sin contar con que
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ella “no encontraría un hombre dispuesto a perdonarle su deshonra.” (Moreno, p. 126). Parece

que este personaje ignora la violencia que se teje a su alrededor y adopta una postura de mujer

retraída, abnegada y débil ante la presencia del gigante patriarcal: “reconociendo en el fondo

de sí misma que las razones de Ernesto parecían más coherentes que las suyas”, o cuando

expone que “Ernesto no se había equivocado al elegir el insulto”. O al pensar “ya me

equivoqué una vez, ya bastante es que quiera casarse conmigo”. Ya que “Ernesto parecía

perdonar su pobreza, su mala fama, se había mostrado indulgente el día que le hablo de

Horacio. (Moreno, p. 119). La violencia se observa en el momento en el que, si ella estaba

en desacuerdo con sus ideas, despertaba en él una agresividad que le enfriaba el alma. A su

vez, una actitud de mujer obediente y abnegada: no debía contradecirlo, ni mostrarse

demasiado excesiva. (Moreno, p. 119). A partir de “sus pensamientos de animal en jaula,

bien podía pensar lo que quisiera, a Ernesto le tenia sin cuidado. Para él solo contaban las

apariencias: ir a misa, ir a reuniones sociales” (Moreno, p. 121). Laura no se sentía capaz de

contrariarlo, de opinar diferente, ni a Ernesto, ni a su madre, ni a nadie. “No se atrevía a

imponerse, se metía en su cascaron a la menor ofensa.” (Moreno, p. 121).

Desde la institución del matrimonio se observa una fuerte dosis de violencia simbólica

y psicológica, a lo largo del cuento no se llega a observar la violencia física; sin embargo,

¿hay algo más doloroso que la palabra, un gesto, una sensación? La autora presenta su

personaje femenino como una mujer que teme reconocer y confrontar su realidad, mostrando

un retrato psico-sociológico y satírico de una sociedad, donde en su existencialismo, las

damas se resignan a la violencia simbólica de hombres pseudopolíticos con capital

económico (De Marenco, 2007). De esta manera, la institución del matrimonio y las esferas

patriarcales se basan en la violencia y tienen como referente al histórico papel de las mujeres
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como criadoras, daba a las mujeres una misión especial: rescatar la sociedad de la

destrucción, la competitividad y la violencia creadas por los hombres que poseían un poder

absoluto (Lerner, 1986).

La violencia se presenta de diversas formas: tanto personal, con su abnegación y

autodestrucción; pasando por la violencia que acarrea un matrimonio visto como un negocio

o una “salvación”, hasta la violencia ejercida por su madre. Una madre “de ojos fríos, no

malévolos sino fríos” (Moreno, p. 131). Quien ve en Ernesto, su esposo, una figura heroica

y salvadora, quien posesiona nuevamente a su familia dentro de una sociedad altamente

machista. Funciona como secuaz de Ernesto, cosa que Laura no soporta: “No soportaba la

manera que tenía de inmiscuirse en su vida, de recordarle a cada instante la suerte que había

tenido al encontrar a Ernesto.” Una madre que, si bien “había trabajado su vida duramente

por ella, por conservarle la posición social a la que su apellido le había dado derecho” también

la consideraba “incapaz y frágil” (Moreno, pp. 108-109), una madre “triunfante y excitada,

dispuesta otra vez a hundirla en el peso de su virtud, de su vida ejemplar” (Moreno, p. 111).

Ese maltrato simbólico infringido por su madre es quizá el peor de los maltratos que Laura

vive, ya que “no tienes derecho, le había dicho su madre”, y a quien en muchas ocasiones

Laura “tuvo deseos de abofetear la cara seca de su madre, sin boca ni labios, sus ojos sufridos,

que se callara de una vez por todas” (Moreno, p. 111). Este cuento puede representar un

acercamiento a lo que fue Barranquilla a mediados del siglo XX. Es una invitación a

reivindicar los derechos de las mujeres por medio de la educación, la liberación sexual y las

protestas cimentadas en el respeto y la inclusión. La autora da a conocer el universo real de

las mujeres sin autoestima, que viven una realidad vulnerable por el desprecio del hombre

(De Marenco, 2007).


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No obstante, la violencia no es la única característica del patriarcado que está latente

en este cuento. Aquí también se encuentra la sexualidad, específicamente la sexualidad

reprimida; con esto, la evocación del pasado. A propósito del aspecto sexual en la obra de

Marvel Moreno, se pueden percibir aires de liberación social, de naturaleza patriarcal,

conservadora, autoritaria y opresiva, y a mostrarlo en directa oposición al curso de la acción

individual y social que la mujer ha concebido para sí misma. (Sosa, 2012). El aspecto de la

sexualidad carente se halla en el cuento cuando se lee que Ernesto “consideraba al sexo como

un elemento destructor” (Moreno, p. 116). Y las negativas de su madre ante sus atributos

femeninos: “la enfurecía cualquier tentativa de independencia, cualquier gesto que insinuara

su feminidad, allí empezaban los problemas” (Moreno, p. 117).

Sin embargo, el principal recuerdo de sexualidad que posee Laura refiere la fuga

frustrada con un desconocido, lo que acarrea una serie de problemas a partir de ese amorío

fugaz y transgresor que tiene con Horacio. El aspecto patriarcal se halla en la medida que el

control de la sexualidad femenina se observa por medio de una castidad premarital y el

establecimiento del doble estándar sexual dentro del matrimonio, los hombres se aseguraron

la legitimidad de su descendencia y garantizaron así su interés de propiedad (Lerner, 1986).

Regla que Laura no posee, puesto que con Horacio había perdido su virginidad. De ahí que

se considere una mujer indigna. De ahí que Ernesto sea considerado como su salvador. Sin

embargo, ella misma contribuye a esa configuración patriarcal en la medida que anhela el

desconocimiento de la identidad del sujeto con el que iba a fugarse, dice “gracias a Dios se

desconoce quién es”. La época juega un papel fundamental. Hace algunos años, las

concepciones sobre la sexualidad estaban ligadas a la religión y el dogma, bajo la conexión

entre el dominio económico y político de los hombres y su control sobre la sexualidad


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femenina (Lerner, 1896), ya que, al esparcirse su “pecado”, “los muchachos hasta entonces

correctos con ella comenzaron a tratarla como un numerito” (Moreno, p. 118). En la obra se

expone claramente la posición de la sociedad frente al sexo: “ese miedo ancestral al sexo,

que domina y desintegra a la mujer que puede controlarlo. “Moreno, p. 120).

La feminidad de Laura de Urueta está totalmente sometida al esposo que solo ve en

ella el rol que puede desempeñar siendo madre y esposa, que se debe solo a su hogar sin

hacer reproches ni manifestar inconformidad, pues: lo masculino buscó la masturbación y

eliminación del goce femenino en la relación sexual (Zambrano, 2017). No obstante, ella

explora su sexualidad con Horacio, quien fue su amor a los 18 y le habría permitido conocer

de primera mano los placeres eróticos y sexuales antes que su esposo: “Podrían hacer mil

veces el amor, Horacio inventaba siempre pretexto para retenerla un momento más; buscaban

escondites; habían descubierto una cueva que el mar cubría apenas subía la marea; allí se

quedaban toda la tarde, que locos, que absurdos eran”. Demuestra que extraña ese amor del

pasado, que tan plena la hacía sentir “como le gustaba su calor, ese olor que tenía debajo de

las axilas” (Moreno, p. 129).

Aquí, sin duda, uno de los aspectos a resaltar es el encuentro sexual. Si bien a partir

de las concepciones del patriarcado, donde el sexo en el relato del Libro del Génesis se le

atribuye al poder de creación y el de procreación a un dios todopoderoso, cuyos epítetos de

«Señor» y «Rey» lo identifican como un dios masculino, y que asocia toda sexualidad

femenina, que no sea con fines reproductores, al pecado y al mal (Lerner 1986), o al placer

sexual que representa la liberación femenina. Laura no experimenta satisfacción en su

matrimonio a causa del egoísmo de su esposo que solo busca sentir placer, solo él, ignorando
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la importancia que tiene para ella demostrar ese afecto sexual. En otras palabras, la mujer

solo sirve para satisfacer sexualmente al hombre, pero no satisfacerse ella (Zambrano, 2017).

Ernesto consigue que Laura sea suya, de su propiedad: “la había despojado de todo,

incluso del poder que a pesar de sí misma iba a ejercer sobre él por el simple hecho de ser

mujer. Y cuando lo logró, cuando la convirtió en el receptáculo donde él se masturbaba

respetablemente, ella lo había odiado. Jamás llegaría a perdonarle que hubiera usado su

cuerpo de aquel modo, ignorando, destruyendo su feminidad” (Moreno, p. 120). A partir de

lo anterior, se entiende cómo Laura dejo ser ella para ser de él, en todos los aspectos. El

matrimonio ha convertido a Laura en un objeto más que le pertenece al esposo (Sosa, 2012).

Por tanto, recordar sus aventuras con Horacio la hace sentir mujer. El hecho de haber

explorado el sexo antes del matrimonio la convierte en una mujer segura y a su vez infeliz.

Sus necesidades sexuales como esposa obtienen respuesta negativa “una noche que había

tomado su mano a acercó a sus piernas, él había dicho asqueado, eso es anormal” (Moreno,

p. 121). La respuesta sexual que Ernesto ofrece responde al comportamiento machista de la

época. La sexualidad únicamente con fines reproductivos desde el matrimonio, lo demás se

concibe como pecado (Lerner, 1986). Laura sufre en silencio su desprecio porque no puede

exponer lo que siente “durante mucho tiempo él se había acostado junto a ella… y dándole

besos de niño en la mejilla había obtenido a solas su placer… como si no existiera porque no

la nombraba” (Moreno, p. 120).

En la narrativa de Marvel Moreno, las esposas han sido reducidas a tal punto de que

se han convertido en seres invisibles (Sosa, 2017). No obstante, ella guarda en su memoria

los recuerdos prohibidos de Horacio con quien vive plenamente la sexualidad, a quien “había

amado sin condiciones” (Moreno, p. 129) y de quien pensaba que “había sido una verdadera
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suerte vivir por primera vez el amor con él” (Moreno, p. 130). Era consiente de las palabras

de Horacio “sería difícil encontrar un hombre capaz de amarla como él lo había hecho”

aunque él mismo fuese el causante de su desgracia como mujer, ya que “fue el propio Horacio

el que había telefoneado para avisarle su intención de escaparse juntos y el sitio donde podía

encontrarlos” (Moreno, p. 131). Destruyendo sus sueños, anhelos, sentimientos y

oportunidades de convertirse como su tía o su padre, quienes para su madre y Ernesto son

indignos. Entonces, concibe el suicidio como una solución efectiva a sus problemas. Hasta

el fin de sus días fue víctima del machismo de la época, de las traiciones amorosas y de la

culpabilidad ocasionada por terceros, observándose con “su triste y remota cara: de payaso

blanco” (Moreno, p. 133).

En síntesis, la narrativa de Marvel Moreno conserva la latente necesidad de mudar las

prácticas de una época. Asimismo, los temas destacados en su narrativa responden al

patriarcado y sus diversas manifestaciones. La violencia es el resultado de unas ideologías

instauradas bajo los preceptos de la religión y la época, no es más sino una visión de la

sociedad colombiana. Los mecanismos de opresión se exponen en Algo tan feo en la vida de

una señora bien a partir de la sumisión, el miedo y la inexistente posibilidad de ser. Se

observa que el papel de la mujer en la narrativa de Moreno va avanzando, mudando de ideas;

sin embargo, en el cuento en cuestión, la mujer sigue siendo oprimida, al punto de encontrar

remedio en el suicidio.

Por otra parte, la sexualidad instaura los tejidos del patriarcado en este cuento. La

necesidad de evocación al pasado es la denuncia incuestionable a los comportamientos

patriarcales de la época. La escritura de Marvel moreno, aunque expone los aconteceres de

una sociedad machista que disfruta el poderío y la subyugación hacia la mujer, no contrae
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posturas feministas, permanece neutral; lo que brinda credibilidad y la posesiona como una

de las mejores escritoras de Colombia durante el siglo XX y a su vez, una de las más

inexploradas literariamente.

Referencias bibliográficas

Betancourt, V., & Esneider, J. (2019). Manifestaciones del erotismo con referencia a
la figura femenina, en dos obras de la narrativa colombiana: Batallas en el monte de venus,
de Óscar Collazos, y, Algo tan feo en la vida de una señora bien, de Marvel
Moreno (Doctoral dissertation).

DE MARENCO, S. B. (2007). La opresión de la mujer en la novela y cuentística de


Marvel Moreno. ESTUDIOS DE GÉNERO, 19.

González-Rubio, M. O. (2014). Oriane, tía Oriane, de Marvel Moreno: la progresiva


construcción de una escritura. Cuadernos de Literatura, 8(16).

Grisales Martínez, T. E. (2015). En diciembre llegaban las brisas: de la vida privada


a la denuncia pública (Master's thesis, Facultad de Ciencias Sociales).

Lerner, G. (1990). El origen del patriarcado. España: Editorial Crática.

Sosa, R. A. (2012). Análisis Del Poder Y la Sexualidad en Los Cuentos de Marvel


Moreno (Doctoral dissertation, Miami University).

Moreno, Marvel (2001) Cuentos completos. Ed. Jacques Gilard y Fabio Rodríguez.
Bogotá: Norma. Print.

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