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El despotismo de la ignominia

Hoy, pero solo hoy, voy a ocuparme de alguien que tal vez no conozca (pero que
tuve que leer) tal vez muchos no lo conozcan, pero es uno mas de la orbe pagana y
anticristiana. Su nombre es José Luís Romero y su libro: “Estudio de la mentalidad
burguesa” . Esté libro está sacado de una serie de charlas, que el difamador, dictó para
mediados de los ´70 (tiempos en los que la izquierda avanzaba vorazmente sobre la
nuestra patria católica y en tiempos en los que este sujeto militaba en el Partido
Socialista). Época, otrora de tantas, en la que tantos hermanos nuestros estaban sumidos
en tinieblas espirituales. Sin saber cuanto más vale el alma que el cuerpo ¡Cuánto más
vale el bienestar espiritual que el bienestar material!
Estudio de la mentalidad burguesa no es más que un ataque, de entre tantos
izquierdistas, a la época en la cual la Santa Iglesia regía los tiempos del esplendor
europeo. En donde Reyes como San Luís, de Francia, se erigía como modelo de
soberano. Épocas en las cuales, nuestra fé, tuvo que afrontar grandes ataques como el
cisma luterano en lo que llamaron “la reforma”. No contentos con vilipendiar nuestra
fe desde hace siglos ahora llega este señor, de entre tantos, para pervertir el
conocimiento. Para arruinar, con su infamia, ese don preciado de Dios que es la razón.
Razón que se le da al hombre para que conozca a Dios. Potencia del alma, que es la
inteligencia, que es puesta para ayudar al hombre al conocimiento de Dios y que estos
bárbaros utilizan para corromper por doquier.
Si bien esto no pretende ser un análisis puntual de la obra, se abarcará aspectos
generales. Es sabido que todas las ciencias le sirven al hombre para comprender y le son
útiles para el bienestar de este en la tierra, pero sabido es que: “nuestra ciencia es
imperfecta” (1Cor XIII. 9). Y de nada le sirve al hombre conocer todos los misterios y
toda la ciencia si a este le falta caridad (1Cor. XIII 2). Así que, más importante, que
cualquier conocimiento mundano, es el estudio del catecismo. El catecismo nos enseña
el camino del cielo, siendo que la instrucción religiosa es la luz del alma. Y sin olvidar
las palabras del padre Leonardo Castellani: “saber que a la religión cristiana, solo a
ella, debemos nuestra civilización”.
Dice el Romero: “las nubes forman parte de la realidad científica; puede
vérselas y eventualmente tocárselas; los ángeles que están en ellas no” 1. Para aquellos

1
Romero José Luís, Estudio de la mentalidad burguesa, Alianza Editorial, S. A., Madrid – Buenos Aires,
Segunda edición Argentina 2005, Primera reimpresión: mayo 2008.
que creemos en un Dios creador del universo no es posible pensar en la no existencia de
ángeles ¿Por qué? Porque esto sería una incompatibilidad teológica. Si no existieran los
ángeles no existiría el demonio (siendo que Satanás es un ángel que se reveló ante
Dios), si no existiría el demonio un habría infierno, si no habría infierno daría igual para
los hombres proceder de manera arbitraria ante sus apetitos ya que no se condenarían. Y
si no se condenarían que sentido tendría el Santo Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo.
Puede que este señor, Romero, piense que los Ángeles están en las nubes. Sería una
linda morada para observar la tierra. Pero me pregunto ¿si no se produce evaporación de
agua, por causa del Sol, quiere decir que no hay ángeles? O sea que la existencia de los
ángeles está supeditada a la existencia o no de las nubes, a un cambio climático. Señor
Romero, usted debería saber que la mención y la relación que se establece entre ángeles
y nubes, tradición que proviene de la religión mosaica (revelada al pueblo hebreo)
asociaba a la figura de Dios con el cielo, ya que el hombre en condición de su
inferioridad no se atrevía ni siquiera a llamar a Dios por su nombre: “Padre nuestro que
estás en el Cielo” (Mt. VI 9). Y los ángeles están en los cielos, siguiendo la genealogía,
para adorar a Aquel que es digno de Adoración y que se encuentra por sobre todos en el
Cielo. El cielo siguiendo la analogía se utiliza para levantar el espíritu, mente y corazón.
Para dejar la naturaleza y apreciar los dones sobrenaturales. No es que los ángeles vivan
en las nubes –sic- sino que nuestra mente se debe levantar hacia lo alto para contemplar.
Dice Romero: “todas las nociones, nuevas o antiguas, se incorporan dentro de
una tesis progresista (…) se trata de conocimiento en marcha” 2. No soy yo el que le
responde a este infame sino nuestro Sumo Pontífice: “cada generación tiene que
ofrecer también su propia aportación para establecer ordenamientos convincentes de
libertad y de bien, que ayuden a la generación sucesiva” 3 pero el Papa prosigue: “las
buenas estructuras ayudan, pero por sí solas no bastan. El hombre nunca puede ser
redimido desde el exterior. Fancis Bacon y los seguidores de la corriente de
pensamiento de la edad moderna inspirada en él, se equivocaban al considerara que el
hombre sería redimido por medio de la ciencia (…) esta esperanza es falaz” 4. Si bien
vemos como en el ámbito de la materia y en relación con los inventos se ve cada vez un
avance mayor que establece un progreso hacia un dominio cada vez mayor de la
naturaleza. No se puede decir lo mismo en el ámbito moral y ético. Sino que el creciente
individualismo, exaltación del egoísmo y divinización de la razón llevan a la decadencia
2
Op cit.
3
Benedicto XVI, Spe Salvi, 25, San Pablo, Buenos Aires, 2007
4
Op cit.
moral y social. Un ejemplo de que el progreso de la razón no es acompañada por un
crecimiento moral es ver las miles de masacres en aras del ideal comunista (las purgas).
Esto demuestra como el progreso en manos equívocas lleva a la denigración de la
persona y satisfacción de sus pasiones.
Dice Romero con repecto a la concepción social: “la comunidad con un pastor
que guía el rebaño (…) lo que importa es la comunidad, y el individuo es una cosa
secundaria”5. Queridos: “¿Que les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de
ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar
la que se extravió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella
que por las noventa y nueve que no se extraviaron” (Mt. XVIII 12. 13). Sin duda que
más que mostrar la misericordia de Nuestro Señor para con aquellos que se extravían,
también muestra como se interesa por cada uno de nosotros, ya que somos únicos e
irremplazables en el Plan Divino.
Dice Romero: “el individuo es tan insignificante que no vale la pena poner
atención en él”. No creo que el hombre sea tan pequeño si está llamado a participar de
la creación junto a Dios. El hombre continúa creando junto a Dios, ya que el Señor le
dio la posibilidad de engendrar a sus hijos (pero no de forma deliberada como lo dicen
ahora). Pero el hombre, además, no es insignificante porque Dios puso todo su empeño
en formarlo. Y como cosa salida de Dios merece su atención. Al momento de la
creación el Señor dijo: hágase el cielo, hágase el día, hágase la noche. Pero al momento
de la creación del hombre no mandó a que se haga, sino que mostró su empeño al
formarlo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según semejanza” (Gn. II 26). De
manera que no fue un imperativo ¡HÁGASE! Sino que su esmero fue tierno y delicado:
¡HAGAMOS! Somos sus criaturas, somos su imagen. De manera que no somos
insignificantes pero no debemos ponernos por encima de Dios, ya que la soberbia es un
vicio que corrompe el alma noble que nos dio el Señor.
Dice Romero: “sobre el tema Marta y María: una laboriosa y la otra
consagrada a orar y servir a Dios; a favor de esta, naturalmente, se inclina Cristo.
Para los burgueses, en cambio, el merito no es la devoción, mucho menos el ocio, sino
trabajo”. Podría derramar ríos de letras sobre la decadencia de este enunciado, pero
solo voy a decir que Cristo no se inclina por ninguna de las dos. Solo le voy a decir que
hay que leer el evangelio y no fragmentarlo a conveniencia de nuestros argumentos.
María, era hermana de Marta y estas de Lázaro. Personas que compartieron la juventud
5
Op cit.
del Hijo del Hombre. Y la amistad los unía por eso Jesús lloró tras la muerte de Lázaro.
Pero El pasaje que, nuestro desertor, cita es la visita de Nuestro Señor a la casa de estas:
mientras María presta atención en las palabras de Nuestro Señor Marta sigue afanada en
las tareas domésticas (que también son importantes pero no indispensables para la
salvación). En cambio si seguimos con la lectura del evangelio, que nos lleva hasta la
muerte de Lázaro es ahora Marta la que sale al encuentro de Nuestro Señor (y nada más
que tras la muerte de su hermano Lázaro) y ahora es María la que se queda en la casa
sin recibir a Nuestro Señor. ¿Que paradoja no? Marta entendió el mensaje de Dios. El
ocio se trasladó de persona. María se quedó en su casa y Marta salió al encuentro de
Nuestro Señor (Jn XI 18, 27). No tiene validez su argumento señor Romero.
Señores: el amor de Dios se derrama en nuestros corazones para que le amemos.
Solo Él nos hará libre, solo Él nos sacará de esta situación de decadencia, social,
familiar, espiritual. Demos gracias que todavía nos permite estar aquí en la tierra para
que convirtamos nuestro corazón a su Palabra. Que mayor gracia que esa misericordia
que nos muestra durante nuestra vida. Pero llegará el momento en que la misericordia se
termine y vendrá el segador a buscar los frutos y no habrá misericordia. Para que
estamos en esta vida, para estudiar?? Y con eso? Para trabajar? Y con eso?? Para tener
un sueldo??? Y con eso??? Para tener una casa?? Y con eso??? Para tener un auto?? Y
con eso?? Para vivir cómodamente?? Y con eso??? Que nos vamos a morir es inefable y
con eso??? Fuimos semen putrefacto y vamos a ser comida de gusanos. Para que
queremos vivir??? La respuesta es para servir a Dios. Sabiendo que solo de nosotros
depende fracasar eternamente y condenarnos o salvarnos. Eras nada, eras semen
putrefacto y ahora están en potencia de ser comida de gusano. Pero Dios quiso que estés
vivo, pero para servirle. El no te obligará sino que depende de tu voluntad elegir su
amor. Solo debemos salvarnos, solo buscar el reino de Dios y todo lo demás nos vendrá
por añadidura (Mt VI 33). Que el Señor les vuelva su rostro y les permita gozar de la
vida eterna. Domine, non sum dignus, ut intres sub tectum deum: sed tantum dic verbo
et sanabitur anima mea.

PAX IN CHRISTI

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