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El objetivo del Seminario de Investigación II estuvo estructurado del siguiente modo.

1. La propuesta de un tema general por parte del profesor. En este caso fue la naturaleza del
intelecto.

2. La elección por parte de los alumnos, dentro de una gama de autores, un fragmento de un
texto en el que se trabaja el tema del intelecto.

3. Y elegido el tema, el autor y el texto el objetivo del seminario consistió en que el alumno
logre identificar, enunciar y describir dentro del fragmento escogido:

a. el problema que se plantea,

b. describir los temas que allí aparecen

i. Establecer niveles de problemas

ii.Conexión entre los tipos de problemas (si es que la hay)

c. Tesis del autor.

d. Solución al problema (si es que la hay).

El autor que yo escogí para trabajar el tema de la naturaleza del fue Averroes, a partir de los textos
1, 2, 3, 4 y 5 del GC al De Ánima.

a. Y lo primero que debíamos hacer era tratar de identificar cómo es que el autor enuncia el
problema en su escrito. Averroes el t.4 del GC formulará el problema en la siguiente expresión:
“cómo es que el intelecto pertenece al género de las potencias pasivas y no está sujeto a cambio”.
Y el problema es tal por cuanto que “potencia” implica una capacidad, una disposición hacia, y el
nombre de pasiva marca su capacidad de afectación por parte de aquello con lo cual se vincula. Y
tal es el problema: el intelecto pertenece al género de las potencias pasivas y no está sujeto a
cambio…

b. Identificado y enunciado el problema, pasamos a identificar y describir los temas que emergen
de la lectura de los textos seleccionados del GC. A modo general, se debe decir, que el modo de
argumentación, por parte de Averroes, se desarrolla a través de premisas de carácter disyuntivas.
El Comentador, a modo de prueba, considera uno y otro de los diyuntos y rechazando uno se
queda con el otro que formará parte de la nueva disyunción y así le permitirá avanzar en la
investigación1.
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Por ejemplo comienza considerando si: el intelecto ¿es una facultad distinta de las demás o no lo es? Si lo
es ¿lo es por el sujeto y por la noción o solo por la noción? Concebir por el intelecto: ¿es una acción o una
recepción? ¿Si la facultad intelectiva: “es pasiva, ello sucede porque es material de alguna manera y
mezclada con el cuerpo; o de ningún modo es pasiva, porque no es material ni está mezclada con un
cuerpo”? Etc.

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Entre los temas identificados están los siguientes:

i. ¿Es el intelecto una facultad distinta del resto de las facultades?

ii.Sí lo es ¿Cómo es el ser del intelecto? (t.1), específicamente, “cómo es que el intelecto
pertenece al género de las potencias pasivas y no está sujeto a cambio” (t.4).

iii. A continuación Averroes plantea la metodología con la cual abordará el problema. Si


debemos distinguir esta facultad del resto de las facultades por el sujeto (es decir como
distinguimos un individuo de otro), o por la nación (es decir per intentione).

iv. Luego argumenta que en nosotros, para conocer una potencia, primero debemos
considerar la operación, porque así como la esencia se denomina y conoce por la potencia, la
potencia se conoce y se denomina por la operación. Por eso dice: en nosotros es preciso
conocer las acciones para conocer el sujeto que las porta. Lo cual quiere decir que para
conocer cómo es la potencia intelectiva: “cómo es que el intelecto pertenece al género de las
potencias pasivas y no está sujeto a cambio” es preciso primero conocer la operación, es
decir: “cómo es concebir por el intelecto, si es una acción o un recepción” (t.1). Porque
conociendo la operación se conoce el sujeto que la sustenta.

Aquí debemos advertir, entonces, como la pregunta acerca de la naturaleza del intelecto
porta ínsita, en sí, la pregunta por cómo es concebir per intellectu. Por lo cual, ahora la
investigación pasará a considerar cómo es concebir por el intelecto.

v.Y lo primero que se hace es considerar si la operación intelectiva es pasiva o activa. Porque si
es pasiva: “ello sucede porque es material de alguna manera y mezclada con el cuerpo; o si de
ningún modo es pasiva, porque no es material ni está mezclada con un cuerpo”. Debemos
notar que la analogía entre sentir e inteligir, y la consideración de ambas operaciones, se
consideran dentro de la noción de movimiento, dentro de lo que implica un cambio.

De la analogía señalada, Averroes, toma de la operación sensitiva la noción de receptividad


antes que la de pasividad; por cuanto que esta última refiere cambio y lo que cambia tiene
que poseer un sustrato y ese sustrato es material. Es preciso, entonces, que el intelecto tome
para sí la noción de receptividad, en función de la forma que aprehende, y no la de pasividad,
en cuanto connota materia.

De lo dicho hasta aquí, entonces, serán, notas características del intelecto:

1) Si consideramos el intelecto en sí:


a) Es una parte del alma por la cual se realiza la operación intelectiva.
b) Es una potencia no sujeta a cambio por la forma que aprehende.
2) Si consideramos la analogía entre el intelecto y los sentidos:
a) De la noción de receptividad sólo tiene el que recibe la forma que aprehende.
b) Es en potencia aquello que aprehende, como la facultad sensitiva, pero

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c) no porque sea algo concreto en acto, bien un cuerpo, bien una potencia en un cuerpo,
como le sucede a la sensación.

vi. Dicho esto, volvemos, junto con Averroes, al punto de partida: ¿cómo es que el intelecto
pertenece al género de las potencias pasivas y no está sujeto a cambio? (t.4). Que esto es así,
Averroes, lo demostrará afirmando que el intelecto, antes de la aprehensión, debe ser
considerado dentro del género de las potencias pasivas, sin que por ello sea cuerpo, ni una
potencia en un cuerpo, para que pueda aprehender todas las cosas: “pues si estuviera mezclado,
entonces sería un cuerpo o una potencia en un cuerpo y si fuera una de estas [dos cosas],
tendría una forma propia, la cual le impediría recibir una forma ajena”. De allí que se deba
considerar, entonces, que por su género pertenece a las potencias pasivas, y que no está sujeto
a cambio por cuanto que específicamente se distingue del género de las potencias pasivas por
cuanto: “se incluye en cierto modo entre las potencias receptivas”.

i. Establecer niveles de problemas. Es posible encontrar dos tipos de problemas que se


entrecruzan y resuelven conjuntamente. De ambos, ya hemos hecho mención. Por un
lado, de modo principal, se encuentra el problema acerca de la naturaleza del intelecto:
cuál es el ser de esta facultad, más precisamente, cómo es que el intelecto pertenece al
género de las potencias pasivas y no está sujeto a cambio. Ahora bien, para descifrar esta
cuestión, antes debe despejarse otro interrogante. Y este es, entonces, el segundo
problema que se plantea en el GC: “cómo [es] concebir por el intelecto”. De modo que la
pregunta por la naturaleza del intelecto se resuelve a la luz de cómo es concebir por el
intelecto.

ii. ¿Existe alguna conexión entre los problemas presentados? Nos inclinamos a pensar
que sí. Y esto según aquello que el mismo Averroes nos señala, que en nosotros el
conocimiento procede de lo más evidente a lo menos evidente. En este sentido, según
lo expresa el mismo Averroes, conocer cómo es concebir por el intelecto es anterior a
saber cómo es su ser: “pues conocer las acciones del alma es anterior en nosotros a
conocer sus sustancia”. En otras palabras, conocer cómo es la operación de inteligir es
anterior a conocer cómo es que el intelecto pertenece al género de las potencias
pasivas y no está sujeto a cambio.

c. El problema plateado reviste, entonces, un matiz resolutivo original y específico. Y es que el


intelecto, según la naturaleza de sus operaciones, se nos manifiesta dentro del género de las
potencias pasivas, aunque pertenece, en cierto modo, a las potencias receptivas. De allí que
perteneciendo al género de las potencias pasivas no experimente cambios. Y esto:

“se deduce necesariamente porque es una sustancia, y que el que recibe las formas de las cosas
materiales o las formas materiales no tiene en sí forma material, es decir, compuesta de materia y
forma. No es tampoco una forma de las formas materiales; pues las formas materiales no son
separables. Ni tampoco pertenece a las formas primeras simples, ya que éstas son separables (...)
Es, pues, [el intelecto material] un ente distinto de la forma, de la materia y de su compuesto .

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d. El problema aquí planteado intenta resolverse, dentro del texto 4 del GC. Averroes, evitando las
contradicciones que se presentaron a las vías resolutivas de Teofrasto y Temistio, Alejandro de
Afrodisia y Avempace que llegó a identificar el intelecto material con la facultad imaginativa,
señalará que el intelecto material, como ya dijimos: “es un ente distinto de la forma, de la materia
y de su compuesto". Y que al ser la estructura del intelecto materia, a saber: “que es un ente, que
es una potencia separada, y que no tiene forma material, es evidente que él no es pasivo, pues lo
pasivo, es decir, sujeto a cambio, es como las formas materiales, y que es simple, como afirma
Aristóteles, y separable” .

De lo dicho, entonces, del conjunto de atributos que posee el intelecto, se concluye que el
intelecto: “no tiene sino una naturaleza de posibilidad para recibir las formas inteligibles
materiales”. La naturaleza del intelecto, entonces, es una naturaleza de posibilidad, por cuanto se
define al intelecto como: “aquello que es en potencia todas las intenciones de las formas
materiales y universales, y no es en acto ninguno de los entes antes de concebirlos”.

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