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La jurisdicción del TC es única y abarca todo el territorio español. - La LOTC establece que:
• El propio TC delimita el ámbito de su jurisdicción
• Nadie puede promoverle una cuestión de jurisdicción o de competencia
• Puede declarar de oficio la nulidad de los actos o resoluciones que la menoscaben
• Sus resoluciones no pueden ser enjuiciadas por ningún otro órgano judicial del Estado.
La fuerte eficacia de sus sentencias tiene efectos erga omnes, generales o frente a todos. - Precisamente
por eso la Constitución manda que se publiquen en el Boletín Oficial del Estado, algo que no ocurre con
las sentencias de los demás tribunales.
Todos los poderes públicos están obligados a cumplir lo que el TC resuelva y los jueces y tribunales
deben prestarle, de forma preferente y urgente, el auxilio jurisdiccional que solicite. Los órganos
judiciales deben sentirse intensamente vinculados por la doctrina que emana de las sentencias
constitucionales en todo tipo de procesos.
TC como interprete supremo de la Constitución.- Una condición que le concede una especial autoridad
interpretativa, y obliga a que la jurisprudencia de los tribunales de justicia se entienda corregida por la
doctrina establecida en las sentencias constitucionales, y permite fundar cualquier tipo de recurso
judicial incluida la casación.
En España los jueces y tribunales de los diversos ordenes jurisdiccionales controlan la constitucionalidad
de los reglamentos, actos y disposiciones a la hora de aplicarlos, mientras el TC tiene sólo el monopolio
de control de la ley.- Si bien existen excepciones en las que el Tribunal Constitucional puede revisar
reglamentos como ocurre, entre otros, en los conflictos de competencias y los recursos de amparo. el
control de la ley no es la única función del Tribunal Constitucional ni la más frecuentada, porque más del
90% de los asuntos presentados cada año son recursos de amparo
El control en España es sucesivo y se produce tras la aprobación de las leyes con algunas excepciones. -
El recurso previo tanto frente a proyectos de Estatutos de Autonomía como a tratados internaciones,
que no impide un control posterior.
La naturaleza jurídica y la posición constitucional del TC en la división de poderes, se pueden definir con
3 notas:
1) Es un órgano constitucional: Un órgano supremo en la organización del Estado que sostiene
relaciones de paridad con los demás órganos constitucionales.
Sus competencias principales y las líneas maestras de su ordenación vienen reconocidas por la
Constitución de forma unitaria y en un título específico, el IX, de forma separada del Poder
Judicial.
Las leyes orgánicas pueden atribuirle otras materias y así lo han hecho.
Está sometido únicamente a la Constitución y a su Ley Orgánica.
Pues si bien debe aplicar las leyes, puede revisar su validez y declararlas inconstitucionales o
reinterpretarlas conforme a la Constitución.
2) Es un órgano jurisdiccional: Aunque no forma parte del Poder Judicial y viene regulado en un
Título específico de la Constitución, tiene naturaleza y vocación de tribunal y ejerce funciones
jurisdiccionales.
Este carácter jurisdiccional, no consultivo o arbitral, impide que el TC formule recomendaciones
políticas, o juicios de oportunidad o incluso de corrección técnica de las leyes si no redundan en
vicios de inconstitucionalidad.
Su intervención, cuando no es única y directa, es subsidiaria o excepcional, pues se pronuncia
siempre de forma final, después de los órganos judiciales, quienes no pueden enjuiciar sus
resoluciones.
Ningún juez o tribunal puede promover una cuestión de jurisdicción o competencia al TC quien
delimita autónomamente el ámbito de su jurisdicción.
El TC ejerce su jurisdicción mediante unos procesos constitucionales regulados en la
Constitución y la LOTC
3) Es el intérprete supremo de la Constitución: La distinción entre cuestiones de
constitucionalidad y de legalidad no siempre es muy precisa, pues con frecuencia el TC efectúa
exégesis legales de conformidad con las exigencias constitucionales que quedan adheridas a las
disposiciones de las leyes generando normas nuevas o interpretaciones diferentes.
El TC viene obligado a hacer una interpretación constitucional secundum Conventionem, y debe
respetar la doctrina del TEDH y del TJUE, unos tribunales igualmente supremos en la
interpretación de las normas de sus respectivos ordenamientos, dentro del sistema binario de
integración europea a través de las instituciones de la Unión Europea y el Consejo de Europa. -
Debería prevalecer en el Derecho interno la mayor protección en virtud de una apertura
amistosa al Derecho internacional y supranacional de los derechos humanos y al principio de
primacía del Derecho la Unión
Reserva específica de Ley Orgánica: El art. 165 CE establece que “una ley orgánica
regulará el funcionamiento del TC, el estatuto de sus miembros y el procedimiento ante el mismo y las
condiciones para el ejercicio de las acciones”.
La aprobación de la LOTC, en cuanto ley orgánica, por mayoría absoluta intenta conceder estabilidad a
sus normas y asegurarse de que se aprueben por un amplio consenso de los Grupos parlamentarios.
En efecto, no todas las normas que inciden en el TC están en la LOTC. - ¿Por qué?
1) Porque de hecho otras leyes orgánicas u ordinarias distintas a la LOTC contemplan previsiones
que afectan a ese régimen jurídico.
2) Porque la misma LOTC en su art. 80 reclama la aplicación supletoria de la Ley Orgánica del
Poder Judicial y de la Ley de Enjuiciamiento Civil en ciertas materias que enumera:
comparecencias, recusaciones y abstenciones, comunicaciones y auxilio jurisdiccional, cómputo
de plazos, lengua oficial, etc. - Esta aplicación supletoria demanda que no existan previsiones
expresas en la LOTC, o que resulten insuficientes en algunas de las materias que el precepto
detalladamente enumera
3) Porque la reserva de ley orgánica puede completarse con las regulaciones establecidas en
materia de organización, funcionamiento y personal mediante la potestad reglamentaria
interna del propio TC. Unos reglamentos de un órgano constitucional con una naturaleza muy
distinta a los del Gobierno, que tienen rango de ley, pero que no pueden crear normas con
eficacia externa, ya que carecen de verdadera fuerza de ley.
Se recogen en la LOTC un conjunto de disposiciones que se ocupan de diversos problemas que son
comunes a todos los procesos constitucionales.
A. La aplicación supletoria de la LOPJ, la LEC y la Ley de Jurisdicción C-A en ciertas materias
B. La representación de las personas físicas y jurídicas con Procurador y bajo la dirección de
Letrado: Si bien pueden las primeras comparecer por sí mismas cuando defiendan asuntos
propios y sean Licenciadas o Graduadas en Derecho aunque no ejerzan.
- El Abogado puede estar incorporado a cualquier Colegio de España, pero el Procurador
debe serlo de Madrid. Además de profesionales de libre designación cabe que Abogados y
Procuradores resulten nombrados por el beneficio de justicia gratuita.
- Los órganos ejecutivos del Estado y las CCAA se valen de sus propios servicios jurídicos
- El Congreso y el Senado suelen normalmente bien no comparecer, bien comparecer y no
formular alegaciones, lo hacen mediante los Letrados de Cortes, pero nada impiden que
comparezcan y aleguen.
- El Gobierno de la Nación, en cuanto representante de la mayoría parlamentaria, quien
asume la defensa de la ley
- El Defensor del Pueblo puede actuar por sí mismo.
C. Cabe la acumulación de los procesos constitucionales “con objetos conexos que justifiquen la
unidad de tramitación y decisión” a instancias de parte o de oficio y en cualquier momento
anterior a la decisión.
D. Previsión de un segundo turno de alegaciones: norma inspirada en la Ley de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa, que permite tanto garantizar el principio de congruencia como,
sobre todo, reforzar el papel del TC a la hora de centrar el objeto del pleito. El Tribunal puede,
en cualquier momento antes de dictar sentencia, comunicar a las partes la eventual existencia
de otros motivos distintos a los alegados con relevancia para la admisión o la estimación de la
demanda, y abrir una audiencia y un turno de alegaciones. Se ha usado por las Salas en
amparo. También por el Pleno.
E. La demanda da inicio al proceso constitucional y debe hacerse por “escrito fundado”, es decir,
motivado o argumentado y fundado en las normas constitucionales y legales que
correspondan, y en el que se fije “con claridad y precisión”: especialmente ante demandas de
amparo, que debe especificarse el petitum y la causa petendi. – También debe permitirse la
subsanación de los defectos que sean subsanables
F. La escritura es la regla en los procesos constitucionales en vez de la oralidad.
G. La presentación de los escritos de iniciación del proceso debe realizarse en la sede del Tribunal
Constitucional, donde existe un registro, dentro del plazo legalmente establecido: Los amparos
también pueden presentarse hasta las 15 horas del día hábil siguiente al del vencimiento del
plazo de interposición en el registro del TC, o en la oficina o servicio de registro central de los
tribunales civiles de cualquier localidad, de conformidad con lo establecido la LEC
H. El TC puede recabar de los poderes públicos, incluidos los órganos judiciales, la remisión del
expediente y de los informes y documentos referidos al proceso (art. 88), incluso antes de la
admisión y para asegurarse de la misma o de las afirmaciones de la demanda; si el recurso ya
hubiere sido admitido, se habilita un plazo para que la información sea conocida por las partes
y formular alegaciones.
I. Puede el TC, de oficio o a instancia de parte, acordar la práctica de prueba cuando se estime
necesario y resolver sobre la forma y el tiempo de su realización: la violación del derecho debe
ser imputable de modo inmediato y directo a un órgano judicial “con independencia de los
hechos que dieron lugar al proceso...acerca de los que, en ningún caso, entrará a conocer el TC
J. Es gratuito el procedimiento ante el TC: Mas, pueden imponerse las costas derivadas de la
tramitación del proceso a la parte que haya mantenido posiciones infundadas, si se apreciare
temeridad o mala fe. Cabe asimismo la imposición de multas o sanciones pecuniarias a quien
formule recursos con temeridad o abuso de derecho. La gratuidad de los procesos
constitucionales, con la excepción del pago de los honorarios a los profesionales -Abogado y
Procurador- Es razonable con el fin de permitir a cualquier persona el acceso a la jurisdicción,
aunque no disponga de recursos económicos y para hacer valer sus derechos fundamentales.
Las sentencias constitucionales y otros actos judiciales
La Constitución (art. 164.1 CE) establece que las sentencias del TC se publicarán en el BOE con los Votos
particulares si los hubiere.
Tienen el valor de cosa juzgada desde el día siguiente a su publicación y no cabe recurso alguno contra
ellas. - Las sentencias tienen valor de cosa juzgada en todo tipo de procesos, con independencia de su
carácter estimatorio de la pretensión o desestimatorio.
Las sentencias poseen cosa juzgada formal, lo que implica que no cabe recurso alguno contra ellas, si
bien las partes pueden formular una solicitud de aclaración.
La cosa juzgada material comporta un efecto preclusivo, que impide la reproducción de pretensiones
con el mismo objeto, y permite que las sentencias operen como precedentes en casos posteriores.
Las que declaren la inconstitucionalidad de una norma con rango de ley y “todas las que no se limiten a
la estimación subjetiva de un derecho” tendrán plenos efectos frente a todos.
Existe una fuerte vinculación de todos los órganos judiciales: La Constitución vincula a todos los jueces y
tribunales quienes deben interpretar las normas conforme a la interpretación que resulte “de las
resoluciones del TC en todo tipo de procesos”.
Más compleja es la vinculación del legislador: En principio, la misma vinculación que se predica de
jueces y tribunales debe predicarse del legislador. Pero no de forma tan intensa o estricta, porque hay
un espacio de maniobra entre distintas interpretaciones derivada de la amplia libertad de configuración
normativa del legislador.
Sólo vinculan las sentencias estimatorias que declaren la inconstitucionalidad de una ley. Pero no es así,
el mismo precepto admite la vinculación a las sentencias que no se limiten a la estimación subjetiva de
un derecho y tambien vinculan las sentencias desestimatorias.
La vía de control previo de los tratados internacionales que puedan contener estipulaciones contrarias a
la Constitución: Permite dictar unas llamadas declaraciones que, en sentido estricto, no son sentencias.
El Gobierno o cualquiera de las Cámaras puede requerir al TC para que declare si existe o no esa
contradicción. Debe hacerse con el texto del tratado definitivamente fijado y antes de que se preste el
consentimiento del Estado.
Los acuerdos del Pleno y de las Salas requieren un quorum de presencia de dos tercios de sus miembros
Las decisiones del Tribunal se adoptan por mayoría simple de los miembros del Pleno, Sala o Sección
que participen en la deliberación. No reclaman una mayoría absoluta o cualificada. En caso de empate,
decidirá el voto de calidad del Presidente.- Los Magistrados del Tribunal podrán reflejar en un Voto
particular su opinión discrepante, “siempre que haya sido defendida en la deliberación”.
Ejecución de sentencias
Actualmente el TC puede disponer quien ha de ejecutar sus resoluciones, resolver los incidentes en la
ejecución y declarar la nulidad de las resoluciones (administrativas, judiciales o legislativas) que
contravengan sus resoluciones.
Desafíos de la jurisdicción
(Art 159 CE) No parece haber un tipo ideal en la composición de un tribunal constitucional ni un único
modelo europeo.
El art. 159.1 CE establece que:
El TC se compone de 12 miembros “nombrados” por el Rey.
o Pero son “designados” 4 a propuesta del Congreso de los Diputados por mayoría de 3/5 de sus
miembros; otros 4 a propuesta del Senado por idéntica mayoría. 2 a propuesta del Gobierno y 2
a propuesta del Consejo General del Poder Judicial. - La participación de varios órganos
constitucionales en las designaciones de los Magistrados constitucionales asegura cierto
pluralismo y tiene inspiración en el diseño teórico formulado por Kelsen.
La lotización: Si bien el modelo constitucional no es malo, sin un leal respeto a las normas que regulan
las instituciones que integran el circuito de garantía, diseño alguno puede funcionar adecuadamente. La
exigencia de una mayoría cualificada no suele generar amplios consensos en las designaciones de los
candidatos desde hace mucho tiempo y de hecho solo se hizo así la primera vez. En la realidad
constitucional, se descompone una y otra vez en un reparto en cuotas o lotes entre los Grupos
parlamentarios que participan en la votación: La llamada “lotización”. De suerte que cada Grupo elige
uno o dos candidatos o ninguno según su peso en la representación en la Cámara.
Inicialmente, se respetaba un veto a los candidatos inaceptables para los otros Grupos, pero se ha
desarrollado la idea de que cada Grupo nombra un candidato libremente dentro de su cuota de poder
sin admitirse vetos recíprocos. Sin embargo, la lotización no garantiza la excelencia de los candidatos
designados ni su imparcialidad, frente a la lógica de las mayorías cualificadas, y además se une a largos
retrasos en las designaciones que igualmente dañan la apariencia de imparcialidad del Tribunal.
Juristas de reconocida competencia con al menos 15 años de ejercicio: El apartado 2ª del art. 159 CE
exige que los Magistrados constitucionales sean nombrados entre Magistrados, Fiscales, Profesores,
funcionarios públicos y Abogados, todos ellos “juristas de reconocida competencia con más de quince
años de ejercicio profesional” (son 2 requisitos obligatorios). - No basta con ser jurista desde hace
quince años. A la vez, ningún jurista de reconocida competencia puede construir un buen currículo en
poco tiempo y sin esfuerzo.
Los Magistrados constitucionales deben conocer y aplicar principios jurídicos de forma motivada y sólo
de tiempo en tiempo votan, interrumpiendo sus deliberaciones
Mezcla de jueces y académicos: ¿Por qué? - Suele aportar lo mejor de ambas formaciones: La capacidad
de los jueces para distanciarse, centrar los asuntos y valorar los hechos, junto a la formación y
experiencia de los buenos académicos en el razonamiento abstracto o general y en construir soluciones
para problemas nuevos. Esta dualidad es idónea para una interpretación constitucional que no es
meramente aplicativa de normas predeterminadas sino constructiva de normas.
Mujeres y hombres: Los órganos que realizan las designaciones deberían ponderar la existencia de una
composición equilibrada entre hombres y mujeres en el TC, como en el resto de las instituciones del
Estado.
Edad: No deberían ser demasiados jóvenes como para carecer de experiencia o tener la tentación de
construir un currículo incipiente en la jurisdicción constitucional.
Ni demasiado mayores como para acceder al Tribunal con voluntad de jubilarse.
Magistrados designados por el Senado a propuesta de las Asambleas territoriales: Los Magistrados
propuestos por el Senado son elegidos entre los candidatos presentados por las Asambleas legislativas
de las Comunidades Autónomas en los términos que determine el Reglamento de la Cámara. Aunque el
Senado puede añadir otros candidatos, pues la modificación no implica que deje de ser titular de la
facultad de designación.
Estimo que los Magistrados constitucionales deben tener sensibilidades territoriales distintas, como juez
de las controversias competenciales que es, y el Senado en cuanto cámara de representación territorial
es el órgano idóneo para atender a este valor.
Término de 9 años: El artículo 159.2 pide también que se nombren por un período de nueve años.
El nombramiento de los Magistrados constitucionales por un período más largo que el mandato de cada
Legislatura, cuatro años, hace que no coincida en parte con el de quienes les designaron y, por
consiguiente, refuerza su independencia.
Nueve años en sede constitucional es un período muy largo, dada la intensidad y responsabilidad del
trabajo, y, más aún, a la edad ya madura a la que se nombran los Magistrados constitucionales. - No
debería alargarse.
Mandato de renovación parcial, prórroga y dilaciones indebidas: Los Magistrados deben renovarse
parcialmente, de cuatro en cuatro, y por terceras partes cada tres años (art. 16.3 LOTC).
Se comenzó la primera vez con un sorteo para fijar el orden de renovación. Se entienden agrupados a
tales efectos a los dos Magistrados designados por el Gobierno y los dos designados por el Consejo
General del Poder Judicial.- No obstante, este mandato constitucional de renovación parcial y
escalonada dentro de un término o plazo se incumple reiteradamente por las Cámaras con dilaciones de
hasta tres años.
la Ley Orgánica prescribe la prórroga en el ejercicio de sus funciones de los Magistrados constitucionales
“hasta que hayan tomado posesión quienes hubieren de sucederles” (artículo 17.2).
Comparecencia parlamentaria: Debe realizarse una comparecencia de los candidatos designados por el
Congreso y el Senado en los términos que dispongan los respectivos Reglamentos parlamentarios. - La
finalidad está en comprobar la idoneidad de los candidatos y su cumplimiento de los requisitos
constitucionales. Pero esto se ha convertido en un expediente formal que se despacha con rapidez,
entrevistando a muchos candidatos en muy poco tiempo mediante unas preguntas de trámite
formuladas por simple cortesía. No existe un interés parlamentario en valorar la idoneidad o excelencia
del designado frente a otros candidatos.
Imposibilidad de reelección: Los Magistrados constitucionales no pueden ser reelegidos para un periodo
inmediato, salvo que hubieran ocupado el cargo por un período no superior a tres años, al ser
designados para cubrir alguna vacante anticipada. - Tiende a ser la regla general en Europa.
Por otro lado, la prohibición facilita la revisión y actualización de la jurisprudencia al cambiar los titulares
del órgano.
Inicio del procedimiento de designación: El procedimiento comienza con la solicitud a los órganos que
efectúan las designaciones, por parte del Presidente del Tribunal Constitucional, con cuatro meses de
antelación a la fecha de expiración de los nombramientos (artículo 17.1 LOTC). Esta comunicación es un
preaviso que obliga a iniciar las negociaciones parlamentarias para la selección de los candidatos con
tiempo más que suficiente para alcanzar compromisos y evitar dilaciones.
Merma del mandato en los retrasos: Si hubiere retraso en la renovación por tercios de los Magistrados,
a los nuevos que fueron designados se les restará del mandato el tiempo de retraso en la renovación.
Esta medida asienta definitivamente como inevitable la prórroga de hecho indefinida del mandato, es
probablemente inconstitucional por violar el artículo 159.3 CE que establece sin excepciones un término
de nueve años.
Nombramiento regio: Los candidatos designados son nombrados por el Rey en un acto debido (art.
159.1 CE) que solemniza o dignifica el acto de su nombramiento.
Verificación de los requisitos por el Pleno: El TC puede verificar más tarde el cumplimiento de los
requisitos constitucionales y legales en las designaciones
¿Procedimientos mas formalizados? - Se ha sugerido que los candidatos se designen entre un listado de
juristas que mantengan actualizado las Cámaras -a propuesta de los Grupos parlamentario, el Gobierno
o el propio TC-, entre personas que respondan a un perfil objetivo, idóneo para el cargo, y cuyo currículo
sea previamente baremado. Algo de esto ya ocurre en la selección de los Magistrados del TEDH.
Juramento o promesa: Deben jurar o prometer guardar y hacer guardar la Constitución, lealtad a la
Corona y cumplir sus deberes como Magistrados al asumir su cargo ante el Rey (art. 21 LOTC).- El
juramento o promesa exterioriza la intensa vinculación positiva a la Constitución.
Independencia e inamovilidad: Manda la Ley que ejercerán su función de acuerdo con los principios de
imparcialidad y dignidad inherentes a la misma; no podrán ser perseguidos por las opiniones expresadas
en el ejercicio de sus funciones; serán inamovibles; y no podrán ser destituidos ni suspendidos sino por
alguna de las causas que esta Ley establece (Art 22 LOTC). – Gozan de independencia e inamovilidad y
no. Pueden ser removidos de su cargo hasta el final del mandato
Cese: Los Magistrados constitucional cesan por renuncia aceptada por el Presidente del TC, por
expiración del plazo de nombramiento, por incompatibilidad sobrevenida, al dejar de atender con
diligencia los deberes del cargo, por violar la reserva propia de su función, y por haber sido condenado
como responsable civil con dolo o responsable penal con dolo o culpa grave.
Fuero especial: Tienen un fuero especial de manera que sólo puede determinar su responsabilidad
criminal la Sala de lo Penal del TC (art. 26 LOTC), pero carecen de inmunidad como poseen los
parlamentarios. Pueden ser suspendidos en el ejercicio de sus funciones por el Pleno del TC como
medida cautelar en el caso de ser procesados.
Carecen de inmunidad: Sin embargo, ni la Constitución ni la Ley Orgánica prevén la inmunidad de los
Magistrados constitucionales.
No es preciso solicitar una autorización o suplicatorio para procesarlos o inculparlos.
Tampoco tienen una inmunidad de detención por la policía en su régimen especial legalmente previsto
A. Presidente
El Tribunal en Pleno elige de entre sus miembros y en votación secreta al Presidente y propone al Rey su
nombramiento (art. 9 LOTC).
• Es elegido por mayoría absoluta de los Magistrados en la primera votación, bastando con
mayoría simple en la segunda. - En caso de empate, vuelve realizarse otra votación y, si se
repitiese el empate, resulta elegido el de mayor edad.
• El Presidente puede ser reelegido una sola vez.
• Suele elegirse Presidente un Magistrado que se encuentre en el último tercio de su mandato
B. Vicepresidente
También se elige un Vicepresidente que sustituye al Presidente y preside la Sala Segunda mientras el
Presidente hace lo mismo con la Primera.
El Pleno conoce de todos los asuntos menos de los recursos de amparo. - Si bien deben leerse las
detalladas reglas del art. 10 y otros preceptos concordantes que permiten al Pleno deferir algunos
asuntos a las Salas o recabar otros para sí. - Así puede el Pleno así atribuir a las Salas la solución de
recursos de inconstitucionalidad de “mera aplicación de doctrina”. O recabar el conocimiento de
cuestiones de inconstitucionalidad, que conocen normalmente las Salas, que estime debe reservarse
para sí.
Las Salas conocen de lo que no sea competencia del Pleno y, en particular, de los numerosos recursos de
amparo. Pero el Pleno puede recabar el conocimiento de un amparo por su relevancia o para unificar la
doctrina de las Salas, o éstas renviarlo al Pleno.
Las 4 Secciones de 3 Magistrados, 2 por Sala, se pronuncian sobre la admisión de los recursos de amparo
y el despacho de los asuntos, y también respecto de la resolución de los amparos deferidos por las Salas
existe un Secretario General, que dirige y coordina los servicios del Tribunal y su personal y actúa
también como letrado mayor; unos Letrados; unos secretarios de justicia; y los demás funcionarios que
se le adscriban o sean contratados. El Secretario General además de la ejecución del presupuesto es el
responsable de la recopilación y la publicación de la doctrina constitucional.
E. Letrados
El TC está asistido técnicamente por un amplio colegio de Letrados, muy cualificados y con distintas
especialidades, que pueden ser seleccionados por concurso-oposición o en régimen de libre adscripción
temporal. - Los Letrados preparan informes y borradores de resoluciones siguiendo las indicaciones de
los Magistrados, y sugieren las inadmisiones de los amparos. Pueden estar adscritos personalmente a un
Magistrado o a una oficina de Letrados con distintas especialidades, o desempeñar labores de jefatura
de servicios. (Son aprox. 50 Letrados)
TEMA 3: EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY
En efecto, como regla general no cabe en España un recurso de amparo frente a leyes generales ni
siquiera autoaplicativas. Pero en el supuesto de que el recurso de amparo debiera ser estimado, porque,
a juicio de la Sala o Sección, la ley aplicada lesione derechos fundamentales, se elevarála cuestión al
Pleno con suspensión del plazo para dictar sentencia. Tambien cabe un que si la competencia
controvertida hubiera sido atribuida por una Ley, el conflicto de competencias se tramite en la forma
prevista para un recurso de inconstitucionalidad.
Si la sentencia de un conflicto en defensa de la autonomía local declara que se ha violado esta
autonomía, la declaración en su caso de inconstitucionalidad de la ley requerirá una nueva sentencia de
Pleno tras plantearse una cuestión interna.
Vicios de inconstitucionalidad
Vicios de incompetencia territorial: Supone que el ente territorial, el Estado o una Comunidad
Autónoma, que dictó la ley carece de competencia, es decir, de potestades o facultades de actuación en
razón de la materia, para aprobar la norma, invadiendo o menoscabando la competencia del otro ente.
La incompetencia no supone siempre la “nulidad” de la ley inconstitucional y carente de cobertura,
puede entrañar su “inaplicación”, directa o supletoria, en el territorio de una o varias CCAA, aunque la
primera tiende a ser la habitual. Mientras la declaración de inconstitucionalidad de una ley por motivos
sustantivos reclama normalmente una declaración de nulidad.
La amplitud de ese bloque crea una problemática Constitución muy abierta e imprecisa en particular en
la distribución de competencias. Debe arrancarse de lo dispuesto en el art. 28.1 LOTC que determina
que para apreciar la conformidad con la Constitución de una ley, disposición o acto con fuerza de ley del
Estado o de las CCAA, el tribunal considerará además de los preceptos constitucionales, las leyes que
dentro del marco constitucional se hubieren dictado para “delimitar” las competencias o para “regular o
armonizar” su ejercicio. Se superponen pues las leyes que delimiten las competencias, o regulen o
armonicen el ejercicio de las mismas. Pese a ser cosas distintas.
Existe pues un amplio conjunto de disposiciones utilizables como parámetro de control de la
constitucionalidad de las leyes y viene integrado por:
- La Constitución
- Los Estatutos de Autonomía
- Los Reglamentos parlamentarios
- Ciertas leyes estatales a las que cada una de las normas superiores reenvía sucesivamente
para delimitar competencias o regular su ejecicio
Cada una de ellas sólo forma parte del bloque de la constitucionalidad en virtud de una habilitación
expresa y en la medida en que no contradiga un escalón superior. Así la Constitución (arts. 148 y 149 CE)
llama a los Estatutos de Autonomía a asumir competencias y a delimitarlas, y ambos reclaman algunas
leyes estatales para delimitar las competencias o regular su ejercicio, y, desde esta segunda vertiente,
algunas de esas leyes permiten fijar normas estatales básicas a los reglamentos.
En Derecho comparado tiende a creerse que una Constitución abierta puede servir políticamente si no
es posible alcanzar compromisos jurídicos más precisos, pero esta utilidad tiende a tambalearse en el
momento que la imprecisión competencial crea más problemas que los que solventa.
Objeto de control:
• Normas con rango o fuerza de ley: El Art 27.2 LOTC dice que son susceptibles de declaración de
inconstitucionalidad:
a) Los Estatutos de Autonomía y las demás leyes orgánicas
b) Las demás leyes, disposiciones normativas y actos del Estado con fuerza de Ley
c) Los tratados internacionales
d) Los reglamentos de las cámaras y de las cortes generales
e) Las leyes, actos y disposiciones normativas con fuerza de Ley de las CCAA
f) Los reglamentos de las Asambleas legislativas de las CCAA
• Normas formales fiscales: A este elenco de normas con rango de ley del art. 27. D, inferiores a
la Constitución en jerarquía y superiores a los reglamentos del Gobierno, deben añadirse las
normas forales fiscales de los Territorios Históricos de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa
• El control de los reglamentos y actos administrativos por los órganos judiciales: La exigencia
de rango o fuerza de ley, sensu contrario, excluye a los reglamentos y actos administrativos;
sólo en los casos enunciados por el art. 27 LOTC se produce un control concentrado por parte
del TC. Los jueces y tribunales no aplicarán los reglamentos y cualquier otra disposición
contrarios a la Constitución, a la ley y al principio de jerarquía administrativa; a la par los del
orden contencioso-administrativo pueden declararlos nulos. Los órganos judiciales controlan
pues la potestad reglamentaria y la legalidad de la actuación administrativa.
La LOPJ igualmente afirma que los órganos judiciales de lo contencioso-administrativo
conocerán de los Decretos-legislativos, pero quedan excluidos de su conocimiento los recursos
directos o indirectos que se interpongan contra las Normas Forales fiscales de las Juntas
Generales de los Territorios Históricos de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, que corresponderán, en
exclusiva, al Tribunal los órganos judiciales del orden Constitucional (art. 9 LOPJ).
• Reforma de la Constitución: La reforma no es una ley sino una fuente con rango constitucional,
pero que viene sometida a la Constitución. - Cabría entonces un control de constitucionalidad
concentrado de las reforma constitucionales, pero probablemente limitado a revisar la
regularidad del procedimiento de reforma y, con mayor razón, cuando la Constitución
mantiene una harto discutible división entre un procedimiento ordinario y otro agravado de
reforma. Por lo demás cabe perfectamente un control de convencionalidad, material y formal,
de la reforma constitucional a cargo del TEDH, si existe una violación de los derechos del
Convenio Europeo.
• Estatutos de Autonomía refrendados: Se ha discutido, tras la experiencia de la reforma del
Estatuto de Cataluña en 2006, si puede impugnarse un Estatuto de Autonomía una vez
aprobado en referéndum. Pero, desde el punto de vista procesal, ni la Constitución ni el art.
27.2 LOTC excluyen o limitan este control de los Estatutos refrendados, de manera que no
puede rechazarse por razones procesales.
• El Estatuto de otra CCAA: También se ha debatido si los órganos colegiados legislativos o
ejecutivos de una Comunidad Autónoma pueden recurrir el Estatuto de Autonomía de otra
Comunidad Autónoma teniendo en cuenta como parámetro no sólo la Constitución sino el
propio Estatuto. - La constitucionalidad de un precepto estatutario -se dijo- sólo puede
enjuiciarse desde su conformidad con la Norma fundamental. Las Cortes pueden aprobar como
ley orgánica contenidos estatutarios en apariencia diversos y con un alcance para cada
Comunidad. Pero un Voto Particular del Magistrado Jesús Leguina Villa señaló la contradicción
entre ambos Estatutos, que -advertía- hacía imposible su aplicación simultánea.
• Reformas de la LOTC: Igualmente se ha polemizado acerca de si el TC puede revisar las
reformas de la Ley Orgánica del TC, invocando como obstáculo que su art. 1.1 dispone que está
sometido “sólo a la Constitución y a la presente Ley Orgánica”.
El Tribunal ha admitido en varias ocasiones ese control, como parece inevitable para impedir la
inmunidad del legislador orgánico, y ha tenido oportunidad de revisar la constitucionalidad de
algunas de sus reformas más polémicas que fueron impugnadas.
• Decretos leyes y leyes de conversión: La revisión de los decretos-leyes tampoco impide el
control de la posterior ley de conversión, que expulsa del ordenamiento a los primeros
acabando con su provisionalidad, y todo ello puede tener consecuencias en el objeto del
proceso y su aplicabilidad.
• Decretos legislativos: Estas disposiciones son una curiosa excepción, puesto que son objeto de
un doble control de constitucionalidad. Se admite lógicamente un control de constitucionalidad
del decreto-legislativo ante el TC.
Pero no queda excluida la competencia propia de los Tribunales por el art. 82.6 CE (al que
reenvía ese precepto de la Ley Orgánica). Se estima que es un control respecto del ultra vires,
es decir, sobre la adecuación del decreto-legislativo a la ley de bases que aprobó el parlamento.
- No en balde la propia Constitución manda que las leyes de bases determinen con precisión el
objeto y alcance de la delegación legislativa.
• Reglamentos parlamentarios: No son normas externas dotadas de fuerza de ley ni tampoco
tienen forma de ley, porque se aprueban por un procedimiento específico y no se publican en
el BOE, pero sí poseen rango y “valor” de ley, pues sólo pueden ser revisados en su
constitucionalidad por el TC.- La competencia abarca los Reglamentos del Congreso de los
Diputados, el Senado y las Asambleas legislativas de las CCAA; se añade el Estatuto del Personal
de las Cortes Generales.
• Reglamentos parlamentarios menores: Los Reglamentos menores de las Cámaras, es decir, los
numerosos acuerdos y resoluciones del Presidente y de la Mesa que contienen normas
interpretativas y supletorias, carecen de rango de ley, son jerárquicamente inferiores a los
Reglamentos de las Cámaras, y deben impugnarse a través del recurso de amparo
constitucional del art. 42 LOTC, invocando la violación de un derecho fundamental,
normalmente el dispuesto en el art. 23.2 CE sobre el acceso y ejercicio del cargo de
parlamentario.
• Derecho de la Unión: Complicada es la situación del Derecho de la Unión Europea, pero el TC
ha determinado que tiene rango infralegal en una antigua jurisprudencia. Se dijo en los años
noventa que no cabe un control de constitucionalidad concentrado…
• Declaración del estado de alarma: El TC se ha planteado la naturaleza del acuerdo por el que
se autoriza la prórroga del estado de alarma por el Pleno del Congreso de los Diputados, que
fue impugnado en un recurso de amparo parlamentario que viene circunscrito a los “actos sin
valor de ley”. - El TC inadmitió el recurso señalando que existen decisiones parlamentarias que,
sin ser leyes, pueden afectar a normas legales o asimiladas, ya que pueden suspenderlas,
excepcionárlas o modificar su aplicabilidad legítimamente.
Se trata de decisiones parlamentarias que, aunque no se dictan en ejercicio de la potestad
legislativa, configuran el régimen jurídico del estado de emergencia declarado. En definitiva,
estos acuerdos no son leyes, pero pueden asimilarse a las normas con rango de ley a efectos de
su impugnación ante el TC.
• Derecho derogado: Tampoco debe el intérprete supremo pronunciarse normalmente sobre la
validez del Derecho derogado. Pero puede haber excepciones derivadas del interés general en
realizar el enjuiciamiento, para asegurarse de la constitucionalidad y validez del procedimiento
de aprobación de la ley, sin perjuicio de las consecuencias de la derogación en los concretos
preceptos analizados; la derogación no produce necesariamente la extinción del proceso.
• Preámbulo o exposiciones de motivos: el TC ha revisado la constitucionalidad de partes de los
textos legislativos cuyo control podría parece discutible. Respecto de los preámbulos o
exposiciones de motivos de las leyes, la jurisprudencia constitucional normalmente ha negado
su valor normativo. – Ej: Estatuto de Cataluña de 2006 o También se ha revisado una “sección”
o previsión de gasto contenido en los Presupuestos Generales del Estado.
• ¿Omisiones del legislador? Declaración de inconstitucionalidad por omisión del legislador: ni
la Constitución ni la LOTC la contemplan expresamente esta opción… Pero es verdad que
tampoco la prohíben y nada autoriza a rechazarla en teoría por más que deba operarse con
cautela y deferencia hacia los tiempos y decisiones del legislador democrático.
El TC ha admitido que existe este control de las omisiones del legislador cuando la Constitución
impone al parlamento un mandato de legislar para desarrollar la Constitución y el legislador no
lo hace. Es más sencillo desde luego revisar la constitucionalidad de omisiones parciales que de
las absolutas o totales.
• Leyes preconstitucionales: La primacía de la Constitución debe también mantenerse frente a
las llamadas leyes “viejas” o preconstitucionales. Según la doctrina del TC, en las normas
preconstitucionales contrarias a la Constitución se suma un efecto de derogación junto a otro
de inconstitucionalidad sobrevenida.
La Constitución como ley superior (criterio jerárquico para la solución de antinomias), pero
también posterior en el tiempo (criterio cronológico), obliga a declarar la invalidez de las leyes
que se opongan a la misma, a la vez que permite derogarlas y no aplicarlas en el caso.
No existe respecto de las leyes preconstitucionales el monopolio para enjuiciar su conformidad
a la Constitución que ostenta el TC en las leyes posconstitucionales
EL RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD
Acción directa y abstracta: El recurso de inconstitucionalidad es una acción directa que interponen
ciertos sujetos legitimados para revisar en abstracto la constitucionalidad de las normas con rango de
ley tanto del Estado como de las CCAA. Este carácter abstracto, directo y general lo diferencia de la
cuestión de inconstitucionalidad que plantean los órganos judiciales como un incidente en un proceso
judicial ordinario, y es una vía de control concreta e incidental.
Legitimación: La idea de legitimación, como titularidad de una acción, no está necesariamente ligada en
Derecho Procesal Constitucional a la titularidad de un derecho fundamental o de una competencia,
como ocurre en Derecho privado. Aquí es un concepto lege lata o conforme a las leyes existentes. La
Constitución y la LOTC dan o quitan la legitimación a un sujeto como una atribución competencial.
La legitimación no está en estos casos ligada a la titularidad de un derecho sino al interés general. Del
mismo modo, un Municipio o Provincia pueden tener la titularidad de una competencia local, pero venir
obligado a asociarse a otros entes locales para alcanzar los cocientes que determinan la legitimación en
el conflicto en defensa de la autonomía local.
Plazo:
• 3 meses desde la publicación oficial de la norma con rango de ley.
• Ampliación del plazo a 9 meses para la solución extrajudicial tras el acuerdo en una Comisión
bilateral de cooperación. - El art. 33.2 LOTC, no obstante, fue reformado en el año 2000 para
ampliar el plazo de tres a nueve meses, con la finalidad de evitar la interposición del recurso, si
el Presidente del Gobierno o los Gobiernos autonómicos deciden que se reúna la Comisión
Bilateral de Cooperación entre la Administración General del Estado y la respectiva Comunidad
Autónoma. – Basta con poner el acuero en conocimiento del TC.
1. Demanda: Debe reflejar la identidad y circunstancias de las personas u órganos que ejercitan la
acción y de sus representantes o comisionados, concretar la norma con rango de ley
impugnada, en todo o en parte, y precisar los preceptos constitucionales que se estiman
infringidos. - Pueden identificarse vicios de inconstitucionalidad materiales o formales y de
procedimiento así como vicios de incompetencia territorial.
2. Admitida a trámite la demanda, se da traslado al Congreso de los Diputados y al Senado, por
conducto de sus Presidentes, al Gobierno, por conducto del Ministerio de Justicia, y si fuere
una ley de una Comunidad Autónoma, a los órganos legislativo y ejecutivo de la misma, para
que si lo desean se personen y formulen alegaciones. - La defensa de la ley estatal la asume el
Gobierno, como representante de la mayoría parlamentaria, a través de los Abogados del
Estado.
3. Recibidos estos escritos, el TC dicta sentencia, pero el breve plazo de 10 días que la Ley fija
para ello no se cumple, porque se computa en la práctica desde que se dicta la providencia de
señalamiento.
4. Desistimiento: Es procesalmente posible el desistimiento del actor o el allanamiento del
demandado. Pero el TC no viene obligado a aceptarlo si subsiste un interés general en depurar
el ordenamiento jurídico de leyes inconstitucionales
LA CUESTIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
También los órganos judiciales colaboran con la jurisdicción constitucional elevando sus dudas de
constitucionalidad de las leyes que se planteen de oficio o a instancia de parte. Se solventa con este
instrumento el doble sometimiento de jueces y tribunales, primero y más fuerte o intensamente a la
Constitución (art. 9.1 CE), pero también a la ley (art. 117 CE).
A diferencia del control mediante el recurso de inconstitucionalidad que instan las minorías
parlamentarias donde tiende a continuarse el debate parlamentario en las demandas por otros medios.
La cuestión otorga un muy conveniente carácter capilar o espontáneo a la jurisdicción constitucional, al
permitir que accedan asuntos planteados por los ciudadanos y jueces ordinarios y sólo por los sujetos
constitucionales que está legitimados para el recurso.
Efectos suspensivos: El art. 163 CE determina que cuando un órgano judicial considere en un proceso
que una norma con rango de ley, aplicable al caso y de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria
a la Constitución, planteará la cuestión ante el TC “con los efectos que establezca la ley”.
El órgano judicial sólo puede plantear la cuestión una vez concluso el procedimiento y antes de dictar
sentencia o la resolución judicial que proceda y ponga legalmente fin al proceso, que puede ser un auto.
El planteamiento de la cuestión origina la suspensión provisional del proceso judicial hasta que el TC se
pronuncie sobre su admisión, llamamos a esto “efecto suspensivo”
Procedimiento:
1. Audiencia previa a las partes: Antes de elevar el auto de reenvío o planteamiento, el órgano
judicial a quo, que propone la cuestión, deba dar audiencia al Ministerio Fiscal y a las partes
para que aleguen sobre la pertinencia de plantear la cuestión.
2. Se abre el incidente mediante una providencia en la que se señala los preceptos legales
cuestionados, los constitucionales invocados y las dudas de constitucionalidad.
3. De oficio o a instancia de parte: La cuestión se puede plantear de oficio o a instancia de parte.
Pero el planteamiento de la cuestión de inconstitucionalidad no es un derecho de las partes y el
juez o tribunal no viene obligado a aceptar la pretensión de la parte. Es una facultad atribuida a
los órganos judiciales cuando tengan dudas sobre sobre la constitucionalidad de una ley. - la
negativa no constituye por sí misma lesión alguna de la tutela judicial efectiva del art. 24.1 CE,
si el rechazo de produce de manera motivada.
4. ¿Cuándo?: El art. 5.3 LOPJ establece que procederá el planteamiento de la cuestión de
inconstitucionalidad “cuando por vía interpretativa no sea posible la acomodación de la norma
al ordenamiento constitucional”. Por consiguiente, el órgano judicial debe intentar
previamente acomodar la ley a la Constitución mediante una interpretación conforme que
corrija en la medida de lo posible las deficiencias de la ley integrándola con los mandatos de la
Constitución.- También debe ser así para evitar dilaciones y perjudicar a las partes
suspendiendo la solución del proceso un largo tiempo sin razones bastantes.
Alemania e Italia fueron los dos modelos procesales contemplados por el constituyente y el legislador
orgánico de la cuestión, mucho más tarde esta herramienta se ha incorporado en Francia. Cuando un
tribunal de justicia estime una ley “contraria a la Constitución”, suspenderá el procedimiento y se dirigirá
en consulta ante el Tribunal de Garantías Constitucionales.
La posición española es intermedia entre la italiana y la alemana. La Constitución y la LOT demandan para
el planteamiento de la cuestión que la ley “pueda ser contraria a la Constitución”, basta con evidenciar las
dudas de constitucionalidad del juzgador. No viene pues el órgano judicial obligado a elevar
automáticamente la cuestión que le pide un parte, si la petición no se encuentra manifiestamente
infundada.
Ni tampoco debe convencerse el juez a quo plenamente de la inconstitucionalidad de la ley, una posición
que condiciona en exceso el monopolio de enjuiciamiento de la constitucionalidad de las leyes que
corresponde al TC. La solución española parece correcta: Basta la existencia de una duda razonable de
constitucionalidad
5. Sujetos: El planteamiento de la cuestión puede ser intentado por las partes en cualquiera de las
sucesivas instancias procesales hasta que la sentencia sea firme.
También puede el órgano judicial reiterarla si el TC lo rechazara por motivos subsanables como
pueden ser no haber exteriorizado el juicio de relevancia, o explicitado la fundamentación, o
concedido debidamente audiencia a las partes. - Puede plantear la cuestión judicial cualquier
órgano judicial, de cualquier instancia y orden jurisdiccional
6. Doble proceso: “Juez ad quo” y “Juez ad quem”: Recibidas las actuaciones, el TC puede
rechazar en trámite de admisión la cuestión tras dar audiencia al Fiscal General cuando falten
las condiciones procesales o fuere “notoriamente infundada”. - El TC suele inadmitir cuestiones
de inconstitucionalidad mal fundadas con alguna frecuencia, y también por la falta de juicio de
relevancia.
Los defectos procesales no apreciados en fase de admisión pueden ser tenidos en cuenta en la
sentencia y se transforman en motivos de desestimación.
7. Juicio de relevancia: La CE y la LOTC exigen que se trate de una ley aplicable en el proceso a
quo y de la que “dependa el fallo”. Es decir debe ser no sólo relevante sino decisiva para
resolver el proceso.
8. Ya sabemos que el órgano judicial plantea la cuestión tras dar audiencia a las partes y antes de
dictar sentencia, suspendiendo la tramitación del proceso a quo. Tras la providencia de
admisión de la cuestión por el TC, que se publica en el BOE para general conocimiento, se da
traslado a las partes en el proceso judicial para que se personen y formulen alegaciones.
También pueden comparecer y alegar el Gobierno y el Fiscal General del Estado
9. Tras las alegaciones, en algún momento ulterior, se dicta una providencia para deliberación y
votación de la sentencia.
CUESTIÓN INTERNA DE CONSTITUCIONALIDAD
La Sala o Sección suspende la sentencia de amparo y eleva la cuestión al Pleno: En este curioso
procedimiento, el art. 55. 2 LOTC establece, tras la reforma operada en 2007, que en el supuesto de que
el recurso de amparo debiera ser estimado porque, a juicio de la Sala o la Sección, la ley aplicada lesione
derechos fundamentales, se elevará la cuestión de inconstitucionalidad al Pleno con suspensión del
plazo para dictar sentencia.
Si la Sala considera que debe estimar el amparo no espera a dictar sentencia y eleva la cuestión al Pleno.
El actual sistema evita dictar dos sentencias por dos órganos distintos sobre realmente el mismo asunto,
asumiendo el riesgo innecesario de contradicciones o discrepancias entre las sentencias de la Sala y del
Pleno.
Este proceso constitucional tiene una acusada oficialidad y éste es su segundo rasgo distintivo, porque
es un órgano de división o trabajo interno del TC, la Sala o la Sección, quien plantea sus dudas de
constitucionalidad al Pleno tras estudiar el recurso amparo.
Objeto: El objeto de una cuestión interna de inconstitucionalidad es, por definición, más restringido que
el de cualquier cuestión en la que ya hemos visto que pueden suscitarse tanto vicios de
inconstitucionalidad materiales, de procedimiento o incluso de incompetencia, mientras en este proceso
sólo cabe discutir la lesión de algunos derechos fundamentales en la medida en que se inicia mediante
un recurso de amparo.
Ley Orgánica 1/2010, de 19 de febrero, modificó la LOTC, la LOPJ y la LJCA, para contemplar un régimen
jurídico singular de estas normas forales fiscales cuyo conocimiento se atribuye ahora en exclusiva al TC.
– “déficit de protección constitucional de la foralidad vasca”
Se invocaba allí la Disposición Adicional 1a CE, sobre los derechos históricos de los Territorios Forales, el
art. 3 del Estatuto de Autonomía del País Vasco, sobre el reconocimiento de las instituciones de
autogobierno de estos Territorios, y el art. 41 referido a sus competencias fiscales y forales
tradicionales, para intentar justificar la atribución al TC el enjuiciamiento de los recursos de
inconstitucionalidad contra las normas forales fiscales de los Territorios de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa; y
también de las cuestiones prejudiciales contra las mismas; así como para conceder legitimación a las
Diputaciones Forales y Juntas Generales de los Territorios para interponer conflictos en defensa de la
autonomía local o, en este caso, la autonomía foral. Tres nuevas regulaciones procesales.
La imposible naturaleza jurídica de las normas forales fiscales: La reforma se hizo a impulsos del
Gobierno Vasco y, en particular, de los Territorios Históricos quienes entendían que las controversias
con ellos tienen una dimensión constitucional y no de legalidad.
La Ley Orgánica dedica el Título V al control previo de los tratados internacionales. En su texto inicial
disponía tres variantes de recurso previo: frente a tratados internacionales (Capítulo I, art. 78 LOTC),
que crea la Constitución (art. 95 CE), proyectos de Estatutos de Autonomía y proyectos de leyes
orgánicas (Capítulo II, art. 79 LOTC).
El Capítulo II fue derogado por la Ley Orgánica 4/1985, de 7 de junio… Derogado uno quedó derogado el
otro sin mayores cavilaciones. Mucho más tarde, tras la problemática experiencia del control sucesivo
del Estatuto de Cataluña de 2006, una vez sometido a referéndum del pueblo catalán, se aprobó la Ley
Orgánica 12/2015, de 22 de septiembre, por la que se restableció acertadamente el recurso previo para
los proyectos de Estatutos o su modificación.
Requerimientos previos sobre tratados internacionales: Este control previo de las estipulaciones de un
tratado internacional para pronunciarse sobre la existencia o no de contradicción con la Constitución no
ha merecido críticas por su razonabilidad.
El art. 95.2 CE permite al Gobierno requerir al TC para que declare si existe o no contradicción entre un
tratado y la Constitución. El artículo 78.1 LOTC establece que se puede impugnar en recurso previo un
tratado internacional “cuyo texto estuviere definitivamente fijado, pero al que no se hubiere prestado el
consentimiento definitivo del Estado"
La firma por un representante del Estado, tiene algunos efectos como es la autenticación del texto, pero
está sujeta a ratificación o aprobación según la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados.
Legitimación y procedimiento: Están legitimados para requerir al TC el Gobierno y cualquiera de las dos
Cámaras, a iniciativa de dos Grupos parlamentarios o de 3/5 de los Diputados, o de un Grupo
parlamentario o 25 Senadores.
Recibido el requerimiento, se emplaza al solicitante y a los restantes órganos legitimados para que
expresen su opinión fundada y sin más trámite se emite una “declaración”.
Este procedimiento no es un procedimiento contencioso con partes enfrentadas, como suelen ser los
procesos constitucionales. Pero tampoco es un procedimiento consultivo. - Se dijo que “es una
declaración, no un dictamen: una decisión, no una mera opinión fundada en Derecho”
La necesidad de recuperar el control previo respecto de los Estatutos de Autonomía: Al derogarse por
la Ley Orgánica 4/1985 todo el Capítulo II de la LOTC para suprimir el recurso previo frente a leyes
orgánicas, desapareció casi de forma inadvertida el recurso previo frente a proyectos de Estatutos de
Autonomía. Veinte años más tarde y después de declararse la inconstitucionalidad parcial del Estatuto
de Cataluña de 2006, se aprobó la mencionada Ley Orgánica 12/2015, de 22 de septiembre, por la que
se restablece el recurso previo para los proyectos de Estatutos o su modificación.
La recuperación de este control es muy razonable, pues es harto complejo de explicar a la opinión
pública que la voluntad del pueblo manifestada en un referéndum pueda verse anulada o corregida por
la decisión de un Tribunal que interpreta la Constitución.
Procedimiento: (El art. 79 LOTC no es problemático) Pueden impugnarse los textos definitivos de
proyectos de Estatutos y propuestas de reforma una vez aprobados por las Cortes Generales y publicado
en el Boletín de las Cortes Generales en un breve plazo de 3 días.
La interposición del recurso previo suspende la tramitación, incluida la convocatoria de un referéndum
si fuera precisa. Están legitimados los mismos sujetos que están legitimados para el recurso de
inconstitucionalidad, y también el procedimiento es el mismo que para los recursos. El rasgo más
relevante es la consideración urgente de este proceso que el TC debe resolver en “el plazo
improrrogable de seis meses”.
Si se declara la inconstitucionalidad de algún precepto impugnado, la tramitación no podrá seguir sin
que sean suprimidos o modificados. - Se recoge expresamente que el pronunciamiento no prejuzga la
decisión que pueda recaer en el control sucesivo.
Se establece que tendrán valor de cosa juzgada y no cabe recurso alguno contra ellas, que vincularán a
todos los poderes públicos, y producirán efectos generales desde la fecha de su publicación en el BOE.
Estos tres efectos son los principales: cosa juzgada, vinculación y eficacia erga omnes.
También se dice que cuando las sentencias declaren la inconstitucionalidad de una ley declararán
igualmente la nulidad de los preceptos impugnados y de aquéllos otros a los que deba extenderse por
conexión o consecuencia.
El efecto de cosa juzgada es formal y material. Adquirida la firmeza, las sentencias constitucionales son
irrecurribles dentro del ordenamiento jurídico español y simplemente puede solicitarse su aclaración.
Por más que puedan ser impugnadas ante el TEDH invocando los derechos del Convenio Europeo si
existe un punto de conexión.
La eficacia material se despliega tanto dentro del mismo proceso como de otros nuevos, impidiendo
otro pronunciamiento sobre el fondo por parte del propio TC.
Publicación oficial: La Constitución dispone que las sentencias constitucionales se publican en el BOE y
que la publicación determina estos efectos, por más que se notifiquen a las partes con antelación e
inmediatamente.
Clases de sentencias
Nulidad de las sentencias: En teoría, la regla general debe ser que la nulidad se aprecia desde que se
aprobó la ley, ex tunc, o con eficacia retroactiva, y la sentencia simplemente la declara.
A veces la nulidad se produce, ex nunc, desde que se produce la sentencia constitutiva de la misma y no
es retroactiva. O la nulidad se proyecta hacia el futuro y queda diferida durante un tiempo hasta que se
apruebe una norma que la desplace, continuando provisionalmente la vigencia de la norma
inconstitucional.
TEMA 4: LOS CONFLICTOS CONSTITUCIONALES
La expresión "conflicto" tiene varias acepciones. Es una controversia entre entes territoriales u órganos
constitucionales sobre sus respectivas competencias o atribuciones. Al producirse entre sujetos
públicos, creados por la Constitución, no puede ser un enfrentamiento desprovisto de limites.
Está compuesto de tres ingredientes: Unos intereses contrapuestos, ligados a competencias, de los
sujetos que generan la disputa.
El conflicto es también una forma habitual de relación jurídica entre entes territoriales, subsidiaria
respecto de las relaciones de competencia y de colaboración o cooperación.
En cuanto acción que inicia un proceso, el conflicto no es un amparo, una queja dirigida a reparar
derechos fundamentales. Tampoco es una impugnación de disposiciones generales, un recurso o una
cuestión, que permita efectuar un control de la constitucionalidad de las leyes. Si bien existen algunas
semejanzas entre la solución de conflictos y el control normativo, pues la discusión competencial
reclama como presupuesto la impugnación de una disposición o acto.
Los elementos que dan naturaleza constitucional al conflicto son: unos sujetos, un objeto, una
interpretación y una pretensión igualmente constitucionales.
Los conflictos constitucionales surgen entre órganos constitucionales o entes públicos dotados de
competencias por la Constitución.- Respecto del objeto, es necesaria la existencia de una norma
constitucional atributiva de competencia.
El objeto principal del proceso es la determinación de la competencia controvertida. Debe finalmente
exigirse al actor, que delimita el objeto del proceso, la presencia en la demanda de una pretensión y una
causa de pedir de carácter constitucional.
Dimensión concreta y abstracta del conflicto: Como consecuencia de ser una controversia entre
sujetos, si la discusión competencial deja de estar viva, el objeto del proceso desaparece. Este carácter
concreto aproxima el conflicto a la cuestión y al amparo y lo aleja de la naturaleza abstracta del recurso
directo.
El deslinde entre conflicto y recurso: La diferenciación entre recurso por motivos competenciales y
conflicto depende del rango de la norma enjuiciada según la LOTC. Sin embargo, la jurisprudencia
constitucional, tras algunas iniciales vacilaciones, pronto decantó con claridad un criterio de deslinde,
estrictamente formal, basado en el rango infralegal de la norma discutida. Debe atenderse al rango de la
norma controvertida y no a la pretensión que se deduzca.
En el recurso se enjuician la constitucionalidad de las leyes y disposiciones con rango de ley y, en el
conflicto, las disposiciones y actos jerárquicamente inferiores a aquéllas.
Los conflictos positivos de competencia son aquellos en los que un ente entiende invadida su
competencia por otro (son habituales). Cualquier actuación del Estado o de una CCAA puede dar lugar al
planteamiento de un conflicto.
Normas, actos, simples actuaciones pueden dar lugar a conflictos. – Las únicas excluidas son las normas
con fuerza de ley, ya que, aunque planteen un problema competencial, solo pueden impugnarse a
través del recurso de inconstitucionalidad.
El conflicto de competencias no es solo un mecanismo de reivindicación de potestades, sino que
permite reaccionar frente a actuaciones que menoscaben o limiten el ejercicio de las competencias
propias aunque no supongan estrictamente una invasión, siempre y cuando dichas actuaciones tengan
efectos jurídicos (y no solo fácticos) y sean actuales (y no hipotéticos)
Legitimación: los conflictos de competencia solo pueden plantearse por los ejecutivos estatal y/o
autonómicos. Estos son:
- Gobierno del Estado
- Gobiernos autonómicos
- En algunas ocasiones, terceros. Directamente afectados por la posible nulidad del acto
objeto del conflicto.
En caso de que esta fase resulte insatisfecha, se procederá a la formulación del conflicto ante el
TC.
En cuanto a los efectos del conflicto, hay una posición diferente entre el Estado y las CCAA:
- Si el Gobierno lo estima pertinente, la simple invocación del Art 161.2 CE supone la
suspensión automática del acto o disposición impugnada. – La suspensión automática debe
confirmarse o levantarse en el plazo máximo de 5 meses
- Por parte de las CCAA, no tiene efecto suspensivo automático, aunque si puede solicitarse
la suspensión como medida cautelar si se indican “perjuicios de imposible o dificil
reparación”
Los pronunciamiento sobre suspensión se adoptan mediante Auto.
Su tramitación es identica a los que enfrentan al Estado y a las CCAA, salvo en lo relativo al requerimiento
previo, cuyo planteamiento es obligatorio siempre.
Por lo demás, no siendo el Estado parte en el conflicto, no cabe hacer uso del mecanismo cautelar del Art
161.2 CE – La suspensión automática de los actos impugnados.
CONFLICTOS NEGATIVOS
Es aquel en virtud del cual tanto el Estado como la CCAA niegan ser competentes para resolver una
pretensión, entendiendo que la competencia le corresponde al otro.
En estos casos, la persona física afectada, tras agotar la correspondiente vía administrativa, debe
dirigirse al ente señalado como competente inicialmente, y si ambos se niegan a reconocer su
competencia, el afectado podrá formalizar el correspondiente conflicto negativo ante el TC
Se tramita igual que los positivos.
Se trata de un mecanismo procesal que permite al Gobierno, y solo a el, instar al TC que declare que
determinada competencia le corresponde a una CCAA. – Se trata de un mecanismo de reacción frente al
incumplimiento de obligaciones constitucionales.
Se tramita igual que los conflictos positivos
El fallo, en caso de ser estimatorio, debe concretarse en el establecimiento de un plazo para que la CCAA
ejercite la atribución por la que fue requerida, es decir, acoja la competencia que le corresponde.
Objeto: En cuanto al objeto del conflicto, la STC 234/2000 señaló que debe servir para “preservar el
ámbito de atribuciones de uno de los órganos constitucionales del Art 59.3 LOTC frente a la decisión de
otro”. No obstante, ello no implica que cualquier controversia entre poderes del Estado pueda
sustanciarse ante el TC a través de este proceso. – Solo aquellas que propiamente enfrentan a los
órganos constitucionales
Puede dar lugar a planteamiento de conflicto, cualquier actuación positiva o negativa de los órganos
constitucionales señalados
2. Fase contenciosa ante el TC: El rechazo por silencio se entiende producido pasado 1 mes desde
que se recibió el requerimiento por el órgano requerido.
El contenido del requerimiento tiene mucha importancia procesal, ya que no solo representa
un requisito necesario, sino que además, predetermina el objeto máximo que debe plantearse
ante el TC y no podrán plantearse más cuestiones.
Plazo: 1 mes desde que se entienda rechazado el requerimiento previo
Sentencia: Realizadas las oportunas alegaciones, la sentencia del TC debe determinar aquien
corresponde la titularidad de la atribución controvertida, declarando la nulidad de los actos que han
invadido la competencia del otro.
No solo se deben resolver atendiento a la Constitución, sino a esas “leyes orgánicas” que atribuyan
competencias a los órganos constitucionales.
Se ha decidido un privilegio procesal en favor del Estado que, mediante una invocación del precepto,
permite al Gobierno obtener cautelarmente la suspensión automática de las normas o actos
autonómicos impugnados a través de recursos de inconstitucionalidad o conflictos de competencia.
El Tribunal ha concretado su objeto determinando que, en este proceso cabe impugnar por
inconstitucionales actuaciones de las CCAA infralegales, ya que si se trata de normas con fuerza de ley,
es el recurso de inconstitucionalidad el que se debe seguir.
Tampoco cabe acudir a estas impugnaciones cuando el vicio que se funda es la competencia, pues eso
puede solventarse a través del conflicto de competencias
Tampoco pueden impugnarse las meras irregularidades legales o reglamentarias (porque no tienen
naturaleza constitucional) y deben debatirse en los tribunales ordinarios
En conclusión: Nos referimos a actos emanados de cualquier órgano de las CCAA incluyendo los actos
parlamentarios que no sean leyes, y excluyendos los meros actos de trámite.
Los municipios o provincias afectados por dicha norma lesiva de su autonomía, deben concretar sus
voluntades de impugnar mediante unas normas previstas en el (Art 75 ter LOTC)
Sentencia: El conflicto debe ser resuelto declarando si existe o no lesión de la autonomía local. Si se
aprecia dicha lesión, la declaración de inconstitucionalidad de la norma con fuerza de ley debe
producirse en un procedimiento de cuestión interna de inconstitucionalidad.
TEMA 5 Y 6: EL RECURSO DE AMPARO
El Art 161.1 b) CE atribuye al TC la resolución de los recursos de amparo (+ 95% de los asuntos son este
tipo de recursos)
Este recurso viene regulado en la CE como la pieza final interna del sistema de garantía de los derechos
y libertades fundamentales reconocidos en la Constitución y establce que cualquier ciudadano podrá
recabar del TC su tutela a través de un recurso de amparo.
Caracteristicas generales:
• Más que un simple recurso, es una “acción constitucional”. – El RA se sustancia ante un órgano
ajeno al Poder Juridial como es el TC y con un objeto concreto y determinado: garantizar un
derecho fundamental
• Carácter extraordinario. – No cualquier cuestión puede sustanciarse ante el TC mediante el
recurso de amparo, sino solo exclusivamente la protección de derechos y libertades
fundamentales (y unicamente los del Art 14)
• Carácter subsidiario. – Esta garantía es la última en el orden jurídico interno. Para poder
acceder a ella, primero debe acudirse ante los jueces y tribunales ordinarios, que son los
garantes naturales de estos derechos. Solo cuando se ha acudido a los tribunales ordinarios, y
la petición ha sido insatisfactoria, puede acudirse al TC en amparo.
• Flexibilidad procesal.- La interpretación de sus requisitos formales debe estar presidida por
cierta flexibilidad que, sin causar lesiones a derechos de terceros ni vulnerar el principio de
seguridad jurídica, permita cumplir correctamente esa función de tutela.
• Funciona como un mecanismo de interpretación constitucional. – Además de denunciar la
vulneración de los derechos fundamentales, dicha vulneración posea una “especial
trascendencia constitucional”.
Tipos de RA:
• Recurso de amparo contra decisiones parlamentarias (Art 42 LOTC): Permite impugnar las
“decisiones o actos sin valor de ley”, emanados del Congreso o del Senado o de cualquiera de
sus órganos o de las Asambleas legislativas de las Comunidades Autónomas. - En nuestro
ordenamiento no caben recuso de amparo contra leyes ni aunque se trate de leyes
autoaplicativas o de leyes singulares o de destinatario único.
Plazo: 3 meses
• Recurso de amparo frente a actos del ejecutivo (Art 43 LOTC): Por “disposiciones, actos
jurídicos, omisiones o simple vía de hecho”, debe entenderse cualquier reglamento o acto
administrativo o actuación fáctica o las omisiones indebidas de las mismas. (Ej: cualquier
reglamento que regule una materia violando derechos fundamentales; o un acto administrativo
discriminatorio…)
• Recurso de amparo contra decisiones judiciales (Art 44 LOTC): Puede también trabarse el
amparo frente a un acto u omisión judicial, una resolución judicial firme, o la omisión de las
mismas como v.gr. puede ocurrir cuando se denuncien unas dilaciones indebidas. Debe
agotarse la vía judicial mediante los recursos razonablemente exigibles.
También es menester invocar el derecho fundamental supuestamente lesionado tan pronto
como hubo ocasión para ello. Debe asimismo poderse imputar la lesión, “con origen inmediato
y directo”, a un órgano judicial, pero con frecuencia la irregularidad emana realmente de la ley
que el órgano judicial simplemente aplica, y la sentencia de amparo acaba estimando que el
órgano judicial violó el derecho fundamental, o le pide al mismo que haga una interpretación
correctora – si no manipuladora – de los defecto de la ley integrándola con la Constitución.
No son extrañas las demandas que carecen de los requisitos procesales, porque no se agotó en
la forma debida la vía previa, o no se invocó el derecho fundamental cuando hubo ocasión, y el
recurrente descubre tardíamente sus derechos fundamentales y pretende hacerlos valer en el
amparo de forma intempestiva.
• Amparos electorales: Han servido para constitucionalizar buena parte de los conflictos
electorales al hilo de la protección del derecho de sufragio como derecho fundamental.
Derechos protegidos en el RA
• Son los derechos de los Art 14 al 30 CE
• Se trata en su mayoría de los derechos conocidos como “libertades públicas” y derechos de
primera generación que garantizan un ámbito de libertad del individuo frente a posibles
intervenciones de terceros, en especial, de los poderes públicos.
• El recurso de amparo protege los derechos recogidos en la CE, NO los que puedan garantizar
los Convenios y Tratados Internacionales…
• Se excluyen:
o Principios rectores de la política social y económica
o Derechos fundamentales reconocidos como son la propiedad o la libertad de
empresa…
Actos recurribles:
• Actos de poderes públicos: El artículo 41.2 LOTC precisa que el recurso de amparo
constitucional protege frente a violaciones de derechos originadas por “disposiciones, actos
jurídicos, omisiones o simple vía de hecho” “de los poderes públicos del Estado, las CCAA y
demás entes públicos de carácter territorial, corporativo e institucional, así como de sus
funcionarios y agentes”.
la noción de “poderes públicos” que utiliza la Constitución es un concepto genérico que incluye
todos aquellos entes y órganos que ejercen un poder de imperio, procedente del Estado, y que
lo público establece una conexión con la idea de “servicio público” que hace posible su
prestación en una especial relación de dependencia con los poderes públicos, aunque sea
mediante formulas empresariales de Derecho privado.
• Actos de poderes privados: Ya se ha razonado sobre el enjuiciamiento en amparo de los actos
de poderes privados que vulneren derechos fundamentales.
Legitimación y partes: Están legitimados para interponer el recurso de amparo constitucional (artículo
46 LOTC):
• La “persona directamente afectada” cuando se trata de un amparo frente a un acto
parlamentario
• Quienes hayan sido “parte en el proceso judicial” correspondiente cuando es un amparo frente
a un acto del ejecutivo o del poder judicial.
• En ambos supuestos y junto a esta legitimación individual existe otra legitimación institucional,
de forma complementaria, que prevén la Constitución y la LOTC y está en manos del Defensor
del Pueblo y del Ministerio Fiscal. (Es raro que ocurra) ¿Por qué? - Primero, porque es difícil
acantonar un espacio natural para ella, de no tratarse de un interés colectivo o difuso.
Segundo, porque cualquier persona, incluso sin medios económicos suficientes, puede acudir
por sí misma al amparo constitucional sin necesidad de pedir el apoyo de estas instituciones, y
reclamar su derecho al beneficio de justicia gratuita, Tercero, porque los breves plazos del
amparo constitucional juegan también para esta instituciones que reciben quejas de
particulares o conocen de sus pretensiones y necesitan tiempo para repentizar una demanda y
decidir presentarla.
1) La LOTC exige que quien interponga un recurso de amparo deba haber sido parte en la vñia
judicial previa (obviamente, solo a quien pudo ser parte anteriormente y no a quien
desconocidó de su existencia)
2) Haber agotado los medios o recursos previos: No hay unas reglas especificas a este requisito…
▪ Para reparar las lesiones de derechos fundamentalesdebe acudirse primero al
incidente de nulidad de actuaciones: “siempre que no haya podido denunciarse la
lesión antes de recaer resolución que ponga fin al proceso y siempre que dicha
resolución no sea susceptible de recurso ordinario o extraordinario”
▪ El agotamiento solo es exigible cuando existan remedios ante los jeces y tribunales, es
decir, si el acto que imputa la lesión, no es recurrible, no se puede acudir a recursos
inexistentes o que vayan a ser improcedentes…
▪ El agotamiento de la vía judicial previa supone que un recurso de amparo resulta
prematuro cuando se impugna una decisión judicial que, no ha desplegado totalmente
sus efectos porque la lesión puede ser aún reparada dentro de un procedimiento, o no
resultar efectiva hasta que este concluya.
La vía judicial previa no solo incluye acciones o recursos, sino cualquier remedio
jurisdiccional que el ordenamiento ofrezca para la reparación de la lesión
3) La invocación previa del recurso vulnerado:
▪ Lo importante no es la invocación formal del precepto lesionado, sino que la cuestión
que se pretende debatir en el TC haya sido objeto de discusión efectiva ante los
órganos judiciales
▪ Debe realizarse tan pronto como hubo ocasión para ello
No basta con invocar en la demanda la lesión de un derecho fundamental, hace falta algo más: Acreditar
en la demanda que el recurso posee trascendencia constitucional según impone el artículo 49 LOTC. Se
trata de una carga procesal del recurrente y el TC ha dicho que es un requisito insubsanable y no puede
reconstruir de oficio la demanda cuando esta carga se incumple.
Plazos:
Siempre va a depender del tipo de amparo:
- Amparos frente actos parlamentarios: 3 meses
- Amparos frente actos del ejecutivo: 20 días hábiles
- Amparos frente a resoluciones judiciales: 30 días habiles
- Amparos electorales: de 2 a 3 días
Demanda: El recurso se inicia mediante demanda dirigida al TC, dentro del plazo establecido.
La demanda debe exponer con claridad y concisión los hechos en los que se funde, citar los preceptos
constitucionales que se estimen infringidos, fijar con precisión en la pretensión el amparo que se solicita
y los motivos o razones, e indicar las medidas de reparación que se solicita se adopten y, en su caso, las
medidas provisionales o cautelares que se piden
A la demanda debe acompañarse la documentación que la Ley reclama: el documento que acredite la
representación del solicitante de amparo o poder para pleitos, copia de las resoluciones judiciales y
administrativas recaídas, y tantas copias de la demanda y de estos documentos como partes en el
proceso previo y una para el Ministerio Fiscal. - Si se incumplen estos requisitos formales, el Tribunal por
medio de sus Secretarías debe ponerlo en conocimiento del interesado en el plazo de diez días para que
se subsane el defecto. De no procederse a la subsanación, puede acordarse la inadmisión.
Procedimiento:
1. Admitida la demanda de amparo la Sala requerirá las actuaciones al órgano o autoridad de que
dimane la decisión o al órgano judicial que conoció del procedimiento precedente. El órgano
judicial debe acusar inmediato recibo, cumplir el envío en el plazo de diez días y emplazar a
quienes fueron parte en el proceso previo para que puedan comparecer en el proceso
constitucional. Recibidas las actuaciones y personadas las partes, se abre un trámite de
alegaciones del recurrente, el demandado, el Ministerio Judicial y quien haya sido parte en la
vía previa.
2. El Tribunal puede, en cualquier momento anterior a la decisión, comunicar a los comparecidos
la existencia de “otros motivos distintos de los alegados” con relevancia para acordar la
estimación o desestimación de la pretensión. Este segundo turno de alegaciones es raro y se
produce bien si el Tribunal entiende oportuno oír a las partes sobre la incidencia en el proceso
de una legislación o jurisprudencia sobrevenida, bien si estima que el pleito debe centrarse en
la lesión de otro derecho distinto al invocado.
3. La Sala puede acordar la celebración de vista oral y las partes pueden solicitarlo, pero no suele
disponerse de oficio ni accederse normalmente a esta pretensión, porque el procedimiento es
escrito.
4. Acumulación: La Ley Orgánica permite al Tribunal disponer, en cualquier momento y a instancia
de parte o de oficio, la acumulación de procesos “con objetos conexos”. Si bien es una decisión
discrecional del TC. A menudo, la Sala puede decidir no acumular, tramitarse separadamente y
en paralelo un número de recursos de amparo semejantes, y dictar una sentencia cuya doctrina
se aplique en las demás con la finalidad de que las diferencias en los hechos y situaciones, de
asuntos en apariencia semejantes pero disímiles, no enturbien o compliquen el razonamiento.
5. Prueba: La práctica de la prueba no es habitual en los procesos constitucionales y tampoco en
los recursos de amparo. Pero, la LOTC contiene previsiones y el Tribunal puede, de oficio o a
instancia de parte, disponer su practica si se estima necesaria.
Normalmente, la prueba ya ha sido practicada en el proceso a quo y consta en las actuaciones
que el TC dispone.
Sentencia:
Los amparos electorales no están regulados dentro de la LOTC sino en la Ley de Régimen Electoral
General. Son, en este sentido, unos recursos extra ordinem: ubicados fuera de la reserva de la Ley
Orgánica y regulados por la Ley electoral de forma muy sucinta. - Vienen especificados por la brevedad
de los plazos y la urgencia en su tramitación. Un procedimiento electoral es como un viaje en tren que
se sabe cuando se sale y cuando debe llegar puntualmente a su destino, el día de la elección,
respetando unos plazos preclusivos
Estos recursos vienen regulados en el artículo 49, apartados 3º y 4º, LOREG donde se dice que la
resolución judicial, del correspondiente Juzgado contencioso-administrativo, que resuelva el recurso
contencioso-electoral contra los acuerdos de proclamación de candidaturas y candidatos de las Juntas
Electorales tiene carácter firme e inapelable, sin perjuicio del procedimiento de amparo ante el TC. -
Debe quedar claro que no puede impugnarse cualquier acuerdo de las Juntas Electorales sino tan sólo
las decisiones de no proclamación que impidan a un candidato o a toda una candidatura concurrir a las
elecciones.
El artículo 44.4 LOREG prescribe que los partidos políticos, federaciones o coaliciones de partidos, y
agrupaciones de electores no podrán presentar candidaturas que vengan a continuar o suceder la
actividad de un partido político declarado judicialmente ilegal y disuelto o suspendido. - el recurso de
amparo antes descrito se aplica también en este supuesto específico de no proclamación de
candidaturas, añadiendo un régimen singular según el cual que el recurso contencioso-electoral se
interpondrá ante la Sala especial del Tribunal Supremo regulada en el artículo 61 LOPJ.
Amparo electorales mixtos: La jurisprudencia admite que además de los problemas sobre proclamación
de candidatos pueden alegarse en la demanda otras irregularidades acaecidas en las decisiones
judiciales que las revisan, derechos del artículo 24 CE normalmente, y entonces el amparo deviene
mixto.
Procedimiento:
1. La demanda de este amparo puede presentarse, además de ante el Registro General del TC, en
la sede del Juzgado o Tribunal cuya resolución agote la vía judicial.
2. El órgano judicial debe remitirlo “por medio que asegure su recepción” en el plazo máximo de
un día. En muchas ocasiones se ha hecho, en la práctica, inmediatamente por fax o por correo
electrónico, y cualquier otro medio telemático parece lógico y viable. Debe acompañarse a la
demanda las actuaciones judiciales y ante la Administración electoral.
3. Al mismo tiempo, el órgano judicial a quo debe dar traslado de la demanda a las partes
personadas, con excepción del demandante, para que se personen ante el TC en el plazo de dos
días y formulen alegaciones.
4. El mismo día del recibimiento del recurso el TC da vista del mismo al Ministerio Fiscal para que
formule alegaciones en el plazo de un día.
5. El TC resuelve sin más tramites el amparo en el plazo de tres días.
Sentencia: La sentencia constitucional puede dictar varios pronunciamientos además de los comunes a
cualquier sentencia de amparo:
• Confirmar la proclamación de candidaturas realizada por la Junta Electoral;
• Declarar la obligación de proclamar a un candidato o candidatura indebidamente excluidos;
• Por el contario, excluir un candidato o candidatura que no debió ser proclamado;
• Retrotraer el procedimiento y pedir a la Junta Electoral que permita subsanar alguna
irregularidad de la candidatura;
• Retrotraer al órgano judicial para que repare la lesión del proceso debido que cometió por
haber inadmitido indebidamente el recurso.
El segundo amparo electoral versa sobre la proclamación de candidatos electos por una Junta Electoral
tras la celebración de las elecciones y el escrutinio. Tras esta proclamación se puede interponer un
recurso contencioso electoral que resuelve el tribunal competente: la Sala de lo contencioso del
Tribunal Supremo en las elecciones generales o al Parlamento Europeo y, en el supuesto de elecciones
autonómicas o locales, la Sala correspondiente del Tribunal Superior de Justicia de cada Comunidad.
Legitimación: Únicamente los sujetos electorales directamente afectados pueden plantear estos
amparos, según lo dispuesto en la LOREG, cualquier candidato, excluido o proclamado, o los
representantes de las candidaturas (artículo 49.1 y 110 LOREG). Se supone en estos sujetos
protagonistas del proceso electoral una singular especialización, lo que permite pedir su colaboración y
una singular diligencia en unos procedimientos rápidos, pero no siempre ocurre así con las agrupaciones
de vecinos, a diferencia de los partidos políticos que tienen una organización estable.
Plazos: Todos los plazos se computan en días naturales, pues el articulo 119 LOREG establece que los
plazos previstos en la Ley electoral son siempre improrrogables y se entienden referidos en días
naturales.
Admisión a trámite: No está prevista en la regulación legal una fase de inadmisión, pero nada impide
que se produzca, y, de hecho, el TC ha avanzado con buena lógica en declarar algunas demandas
inadmisibles si se incumplen los requisitos procesales sin esperar a desestimarlas por sentencia ante la
falta de estos requisitos.
Trascendencia constitucional: La LOREG o la LOTC no excepcionan a los recurso de amparo electorales
de la carga de demostrar la trascendencia constitucional del asunto.