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Sistema de justicia constitucional difuso en Salvador

El Salvador Ya en la Constitución de 1939 se contempla el control difuso de constitucionalidad, pues se establece la


facultad de los tribunales de inaplicar cualquier ley o disposición contraria a la carta magna. El Salvador fue el primer
país en Centroamérica en adoptar el modelo de la Sala en lo Constitucional en la Constitución de 1983, actualmente en
vigencia con las reformas aprobadas en el periodo de 1991 a 2003. La Corte Suprema de Justicia de El Salvador es el
máximo tribunal jurisdiccional del país. Está organizada en cuatro salas de las cuales una es la Sala de lo Constitucional,
que conforme a la Constitución, es el único tribunal competente para conocer los demandas de inconstitucionalidad de
las leyes, decretos y reglamentos, los procesos de amparo y hábeas corpus, y las controversias entre los órganos
Legislativo y Ejecutivo. Se trata de un control abstracto. Asimismo, el tribunal ejerce control previo durante el proceso
de formación de la ley, cuando el presidente de la república considera inconstitucional un proyecto de ley y el órgano,
legislativo lo ratifi ca. Pero, aparte de ello existe el control difuso, pues, todo juez o tribunal ordinario goza de la
potestad de declarar la inaplicabilidad de cualquier ley o disposición de los otros órganos del Estado, así como de los
tratados, si son contrarios a la Constitución. El juez o tribunal ordinario a la vez que es aplicador de normas es “juez de
su constitucionalidad”, ya que tiene potestad, sin consultar a nadie, de examinar si la norma a aplicar es conforme con la
Constitución o no lo es. Sólo debe aplicar la que supere ese juicio y rechazará la que considere contraria a la
Constitución.

Órganos encargados del control constitucional:

La Sala de lo Constitucional está integrada por su Presidente y cuatro Vocales. Su Presidente es además Presidente de la
Corte Suprema de justicia y del órgano Judicial. Como parte de los acuerdos tendentes a poner fin al conflicto bélico y
alcanzar la paz en El Salvador, se encuentra el relativo a reformas constitucionales muchas de las cuales afectaron al
órgano Judicial. Estas encontraron en vigencia en 1991 y al efecto se expresó que para consolidar el modelo democrático
una de las medidas de mayor significación era la de poder contar con un órgano Judicial independiente, confiable y
debidamente capacitado y organizado para realizar sus tareas con eficiencia, habida cuenta del papel que le
corresponde en la protección de los derechos humanos, en la salvaguarda de los principios constitucionales y en la
realización de los postulados del Estado de Derecho. Se afirmó que se hacía necesario reforzar al órgano Judicial para
que fuese un poder efectivo, capaz de defender a la persona de los abusos del poder.

Entre los aspectos identificados como dignos de reforma para conseguir los objetivos antes señalados se encontraron el
sistema de nombramiento y remoción de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, entre los cuales se
encuentran los miembros de la Sala de lo constitucional , y la existencia de un período relativamente corto para el cargo
de tales Magistrados. Antes de estas reformas los Magistrados de la Corte Suprema de justicia eran nombrados y podían
ser separados del cargo por la Asamblea Legislativa, mediante el voto favorable de la mitad más uno de los Diputados
electos. En la actualidad y de conformidad a lo que disponen el artículo 174 y 186 de la Constitución, los Magistrados de
la Sala de lo Constitucional y el Presidente de la misma son electos por la Asamblea Legislativa. En el caso de las otras
salas de la Corte Suprema de Justicia es la Corte en Pleno quien decide cómo integrarlas con los magistrados electos por
la Asamblea, así como designar al presidente de ellas. La elección de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia se
hace de una lista de candidatos que forma el Consejo Nacional de la judicatura en los términos que determina la ley de
éste, la mitad de la cual proviene de los aportes de las entidades representativas de los Abogados de El Salvador y donde
deben estar representadas las más relevantes corrientes del pensamiento jurídico. Estos magistrados sólo pueden ser
removidos por causas específicas, previamente establecidas por la ley.

ORGANIZACIÓN INTERNA DEL ÓRGANO DE CONTROL DE CONSTITUCIONAUDAD

La Sala de lo Constitucional es presidida por su Magistrado Presidente y en su defecto por el Magistrado que le sigue en
el orden de su designación. El Magistrado Presidente lleva la sustanciación de los asuntos que se ventilan en la Sala; le
corresponde distribuir equitativamente el trabajo entre los Magistrados, quienes tienen a su cargo la depuración y
sustanciación de los asuntos que les son asignados; él señala días para la vista de lo que debe resolver la Sala. La Sala
cuenta con un Secretario quien autoriza con su firma las resoluciones del Tribunal y entre otras atribuciones tiene a su
cargo la administración general de los aspectos relacionados con el control del flujo de casos; el sistema de información,
registro y archivo; y el de comunicación; EL SALVADOR 177 así como la atención al público. Actualmente la Sala ha
finalizado un diagnóstico de sus procedimientos administrativos y se ha iniciado la ejecución de un programa para
racionalizarlos e informatizarlos. La Ley Orgánica Judicial reconoce potestad reglamentaria a la Corte en Pleno, pero no a
las Salas de la Corte Suprema de Justicia, por lo cual lo relativo a la normativa reglamentaria de estas se ha incluido en el
Reglamento Interior de la Corte, el cual fue dictado antes de que se crease la Sala de lo Constitucional.

Sistema de justicia Concentrado en Chile

Chile En general, el control concentrado de la constitucionalidad de las leyes se concibe como un control a posteriori que
se ejerce respecto de las leyes vigentes, siendo excepcional la previsión de un sistema preventivo, respecto de las leyes
no promulgadas, mas así ocurre en Chile. Chile incorporó el Tribunal Constitucional en 1970, por especial modificación a
la entonces vigente Constitución de 1925. El tribunal fue desmantelado en 1973, por el golpe de Estado de ese año.
Posteriormente, la Constitución de 1980 reprodujo la figura del Tribunal Constitucional. El modelo volvió a ser, en
sustancia, el mismo de 1970, o sea, permitía la inaplicación mediante el sistema difuso ante la Corte Suprema. Pero por
otro lado, el Tribunal Constitucional tenía un control constitucional de carácter preventivo, o sea, previo a la sanción.
Después de la reforma constitucional de 2005, las atribuciones del tribunal constitucional fueron ampliadas, pues al
control preventivo se sumó el control represivo o a posteriori, por vía de requerimiento de inaplicabilidad o de acciones
de inconstitucionalidad. No obstante, los tribunales ordinarios conservan importantes competencias constitucionales y
pueden declarar inconstitucionales y anular preceptos jurídicos, y la Corte Suprema asume dentro de su competencia la
tutela del debido proceso. Mas el Tribunal Constitucional resuelve en última instancia sobre tales autos acordados. La
Constitución es lacónica, pues sólo indica que “habrá un tribunal constitucional” sin agregar definición del órgano ni
descripción de su función basal; más la ley orgánica constitucional indica que el Tribunal constitucional es un órgano del
Estado autónomo e independiente de toda otra autoridad o poder.

Órganos encargados del control constitucional y sus competencias:

Atribuciones de control de constitucionalidad: el Tribunal Constitucional realiza control preventivo y posterior de


preceptos legales (incluidos los decretos con fuerza de ley); en este último caso, ya sea por la vía de requerimientos de
inaplicabilidad o de acciones de inconstitucionalidad. Los controles preventivos se clasifican en facultativos (a
requerimiento del Presidente de la República, de las Cámaras o de una parte de sus miembros en ejercicio) y
obligatorios (respecto de leyes interpretativas de la Constitución, leyes orgánicas constitucionales y tratados
internacionales que contengan normas propias de este último tipo de leyes).

El Tribunal también controla, en forma preventiva y facultativa, los proyectos de reforma constitucional y los tratados
internacionales sometidos a la aprobación del Congreso. Asimismo, ejerce control preventivo y posterior de normas
propias de la potestad reglamentaria (decretos y resoluciones). Finalmente resuelve cuestiones de constitucionalidad
relativas a autos acordados emanados de los Tribunales Superiores de Justicia (Corte Suprema y Cortes de Apelaciones)
y del Tribunal Calificador de Elecciones.

Competencias

1. Solución de contiendas de competencia: resuelve este tipo de contiendas suscitadas entre las autoridades
políticas y administrativas y los tribunales de justicia que no correspondan al Senado.
2. Solución de contiendas de competencia: resuelve este tipo de contiendas suscitadas entre las autoridades
políticas y administrativas y los tribunales de justicia que no correspondan al Senado.

Organización y fundamento

De conformidad con lo que dispone el artículo 92 de la Constitución, los 10 Ministros que integran el Tribunal
Constitucional son designados de la siguiente forma:
 3 son de libre designación del Presidente de la República.
 4 son elegidos por el Congreso Nacional: 2 nombrados directamente por el Senado y los otros 2 también son
nombrados por el Senado a propuesta de la Cámara de Diputados.
 3 son designados directamente por la Corte Suprema en votación secreta.

El Tribunal cuenta con dos Suplentes de Ministros, los que son designados cada tres años, quienes pueden reemplazar a
los Ministros e integrar el Pleno o cualquiera de las Salas sólo en caso que no se alcance el respectivo quórum para
sesionar. Los Suplentes de Ministro son nombrados por el Presidente de la República, con acuerdo del Senado, elegidos
de una nómina de siete personas que propone el Tribunal Constitucional, previo concurso público de antecedentes.

El Tribunal tiene un Secretario abogado quien actúa como Ministro de Fe Pública. Los funcionarios del Tribunal están
sujetos a la autoridad inmediata del Secretario o del Relator que lo subrogue, en su caso. En la actualidad, el Tribunal
cuenta con tres Relatores abogados.

El nombramiento de los funcionarios se realiza por el Tribunal previo concurso de antecedentes o de oposición.

El sistema mixto de constitucionalidad colombiano

En Colombia, durante el Siglo XIX algunas de sus constituciones establecieron un control político de constitucionalidad,
ya que el Senado tenía la última palabra en asuntos de control, esquema que se mantuvo hasta la Constitución de 1886.
Sin embargo, a esa Constitución se le hizo una reforma importante a través del Acto Legislativo 3 de 1910, en la cual se
adoptó la judicial review, bajo el modelo mixto, esto es, un control concentrado en cabeza de la Corte Suprema de
Justicia, con procedencia de la acción pública de inconstitucionalidad en algunos casos y un control difuso ejercido por
todos los jueces a través de una figura que la doctrina y la jurisprudencia han llamado “excepción de constitucionalidad”.

Este esquema pervivió durante el siglo XX con algunas variaciones, resultando las más relevantes las introducidas en las
reformas constitucionales contenidas en los Actos Legislativos No. 1 de 1945 y No. 1 de 1968. La primera de las reformas
mencionadas le otorgó al Consejo de Estado la competencia de conocer de la acción de nulidad por inconstitucionalidad
respecto de los decretos dictados por el Gobierno Nacional “que no tuvieran carácter o fuerza de ley”, esto es, de los
decretos ordinarios, reglamentarios y ejecutivos. En la reforma de 1968 se creó la Sala Constitucional dentro de la Corte
Suprema de Justicia, conformada por cinco magistrados especialistas en derecho público, quienes tenían como principal
función estudiar las posibles inconstitucionalidades, con el fin de realizar un proyecto de sentencia que debía ser
aprobado finalmente por la Sala Plena de dicho tribunal.

La Constitución de 1991 continuando con esa tradición consagró la supremacía constitucional y creó una garantía para
hacerla efectiva, consistente en el control de constitucionalidad, lo cual significa que frente a cualquier incompatibilidad
entre una norma jurídica y la Constitución, ésta se resolverá a favor de la disposición constitucional. Así mismo, creó un
nuevo tribunal especializado en asuntos de control: la Corte Constitucional.

No obstante lo anterior, el modelo de control judicial de constitucionalidad sigue siendo mixto, ya que reúne elementos
tanto del control concentrado como del control difuso, pues se asigna a la Corte Constitucional la facultad de declarar la
inconstitucionalidad de las leyes y de los decretos expedidos por el presidente de la República que tengan rango y fuerza
de ley; se le atribuye competencia al Consejo de Estado la competencia para declarar nulos por inconstitucionales los
demás decretos expedidos por el presidente y se otorga a la jurisdicción de lo contencioso administrativo en general la
función de declarar la nulidad de las demás normas de la administración que resulten contrarias a la Constitución; pero,
por otra parte, los demás operadores judiciales, esto es, jueces y tribunales, tienen la obligación de realizar un control
difuso en los asuntos bajos su conocimiento, de tal forma, que tienen la obligación de inaplicar una norma cuando esta
sea violatoria de la Constitución en los casos concretos, a través de la llamada excepción de inconstitucionalidad.
Órganos encargados del control constitucional y sus competencias:

El control de constitucionalidad se establece como uno de los principales instrumentos para frenar el abuso excesivo de
los poderes del Estado. Es un postulado primordial entre el equilibrio de poderes y la garantía de la preponderancia
constitucional, de ahí la importancia de establecer la manera como se ejerce el control y sus características propias. Para
que se pueda ejecutar el poder constitucional se requieren dos requisitos fundamentales: primero, que la Constitución
sea la norma superior del ordenamiento jurídico de un Estado y segundo, que exista un Tribunal Constitucional al que la
norma superior le haya otorgado el poder de custodia y salvaguarda de sus postulados. Dentro de la doctrina del control
constitucional se han identificado por regla general dos sistemas que a partir del “continuo desarrollo de las tradiciones
jurídicas en diferentes latitudes ha dado como resultado la configuración de diversos sistemas que desarrollan de
manera particular el tema del control constitucional” (Quiroga, 2007, p. 15). Por antonomasia, los más ejercidos son los
sistemas concentrado y difuso.

En relación con la evolución del control de constitucionalidad en Colombia, como lo afirma Rozo Barragán (1997), antes
de la llegada de la Constitución de 1991 se conocieron tres fases en el progreso del control de constitucionalidad de las
leyes y de la defensa de la Constitución que se diferenciaban, entre otros aspectos, por la naturaleza del órgano
encargado del control. La primera realizó un control político desde 1811 hasta 1853, en donde la constitucionalidad de
las leyes y la defensa de la Constitución dependían de un órgano políticamente comprometido con el ejecutivo. La
segunda, conocida como de control mixto o político judicial, comenzó con la carta de 1853 y culminó en 1886 con la
expedición de la Constitución centralista unitaria y de tendencia conservadora.

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