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¿Qué es la inteligencia emocional?

Dentro de los diversos tipos de inteligencia, la emocional ocupa un lugar importante. Esto es así porque permite que una
persona logre percibir, comprender, expresar y gestionar emociones. En otras palabras, refiere a la capacidad y habilidad
psicológicas de afrontar emociones tanto propias como ajenas. El rol que juega en la salud mental y en la calidad de las
relaciones interpersonales es innegable. Por lo tanto, el desarrollo de una persona en los niveles individual y social está
mediado por la inteligencia emocional.

Origen de la inteligencia emocional

El psicólogo Howard Gardner, en 1983, propuso que la inteligencia humana estaba comprendida por doce inteligencias.
Entre ellas, se encontraba la inteligencia emocional. De hecho, desde su planteamiento, solo a partir de la conjunción de
estas inteligencias se puede conocer el coeficiente intelectual de una persona; es decir, son inteligencias relacionales.
Años después, el también psicólogo Daniel Goleman fue más allá de la propuesta de Gardner. Es así como señaló que la
inteligencia emocional va más allá de las emociones. Esto es, con un buen manejo de ellas, se puede tener un adecuado
desarrollo emocional. De ahí que se tome en cuenta la existencia de dos niveles: la inteligencia emocional interpersonal
y la intrapersonal.

¿Qué es la educación emocional?

Partamos, en principio, de la palabra "educación". Si sabemos de antemano que las emociones forman parte de la
inteligencia emocional, hablar sobre educación emocional implica un proceso educativo. Retomando a Goleman, el
desarrollo emocional es fundamental para el desarrollo cognitivo de una persona. Entonces, forma parte del crecimiento
integral de la personal. Lo que debe señalarse es que la educación emocional contribuye con la configuración de la
inteligencia emocional. Por esta razón, los ámbitos familiar y escolar durante los primeros años de vida son importantes,
porque en este lapso de tiempo los niños aprenden a entender y gestionar sus emociones. Por ello, la inteligencia
emocional en el ámbito educativo es de vital importancia. Durante este proceso se desarrollan competencias
emocionales. Estas son las siguientes:

 Conciencia emocional. Reconocer las emociones propias y ajenas.


 Regulación emocional. Responder adecuadamente a las emociones.
 Autonomía emocional. Capacidad de equilibrar el impacto de estímulos externos.
 Competencia social. La gestión de las emociones permite relaciones interpersonales positivas.
 Habilidades para el bienestar. El bienestar individual y social depende una buena educación emocional.

Diferencia entre inteligencia emocional y educación emocional

Como hemos visto, la inteligencia emocional es fundamental para una vida plena. Por esto mismo, como todas las
inteligencias, debe ser desarrollada a partir de un seguimiento constante, sobre todo en los primeros años de vida.
Durante este proceso de formación, los niños aprenden a entender sus emociones, comunicarlas asertivamente y a
desarrollar habilidades que les permitan estabilidad en lo individual y lo social. Es necesario un acompañamiento que
ayude a explicar por qué pasan las cosas, por qué deben afrontarse de determinada manera, el porqué de la
responsabilidad y cuán importante es esta respuesta para el bienestar. De hecho, el desarrollo integral de una persona
está marcado por el modo en que se relaciona con el mundo. Aunque las bases de una buena educación emocional se
sientan en la infancia, esta evoluciona durante toda la vida. Ni los estímulos son los mismos siempre ni las circunstancias
tampoco. Saber responder a esta gran diversidad durante toda la vida garantiza la felicidad y el desarrollo en plenitud. Es
así que entendemos la diferencia entre inteligencia emocional y educación emocional.

Las emociones permiten experimentar la vida y tener relaciones positivas con los demás. El éxito de esta interacción
depende, en gran medida, del desarrollo de la inteligencia emocional, la cual depende de una educación que contribuya
con entender y transmitir lo que una persona siente.

La inteligencia emocional (IE) permite a los niños reaccionar a sus sentimientos de manera apropiada. Esta habilidad
clave puede ayudar a los niños que piensan y aprenden de manera diferente a enfrentar sus desafíos. Son maneras para
ayudar a desarrollar la IE.

1. Ayúdelo a estar consciente de sus emociones

Anime a su hijo a hablar acerca de los desafíos que enfrenta. Pídale que nombre la emoción (“enojo”, “tristeza”,
“celos”). Luego pregúntele por qué se siente así. Puede hacer lo mismo cuando tiene una experiencia positiva. Si
recuerda entregar su tarea una semana, por ejemplo, pregúntele cómo lo hace sentir eso y por qué.

2. Practique leer las emociones de otras personas

Ver televisión puede ser una buena forma de practicarlo. Baje el volumen y trate de adivinar lo que sienten los
personajes. Hable acerca de cómo el lenguaje corporal y las expresiones faciales pueden dar la clave.

3. Reflexione sobre reacciones pasadas

Tómese el tiempo de reflexionar con su hijo sobre situaciones pasadas y analicen cómo fue su respuesta. Dele un elogio
útil si reaccionó de manera constructiva. Por ejemplo, tal vez se sentía frustrado con la tarea de matemáticas y le pidió
ayuda. Si reaccionó de manera poco constructiva, como tirar el libro de matemáticas al piso, hable de cómo pudo haber
reaccionado de manera diferente.

4. Formule nuevas estrategias

Utilice situaciones difíciles como oportunidades para aprender. Hable de lo que puede hacer cuando se siente de cierta
manera o está enfrentando un reto. Por ejemplo, en lugar de gritar a su hermana, ¿qué podría hacer cuando su hermana
tiene la música con mucho volumen?

5. Encuentre oportunidades para ayudar a otros

Cuidar a las personas puede ayudar a su hijo a desarrollar empatía. Hagan trabajo voluntario. O pídale que lo acompañe
a entregar un paquete a un familiar o amigo que esté enfermo. Considere tener una mascota. Tener que sacar al perro
cuando hace frío o llueve puede ayudarlo a entender que sus necesidades no siempre son la prioridad.

6. Explore opciones en la escuela y en otros lugares

Puede haber un programa en la escuela que pueda ayudarlo a desarrollar sus habilidades emocionales. Averigüe si
tienen un programa de aprendizaje socioemocional (SEL, por sus siglas en inglés), o de “almuerzo con compañeros” al
que él se pueda unir.

Obtener ayuda emocional fuera de la escuela es otra opción. Ir a terapia puede ayudar a los niños a identificar sus
emociones y regularlas. Algunos terapeutas también ofrecen grupos de habilidades sociales.

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