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Sucre – Bolivia
Presentación
Hacer una tesis o un trabajo de investigación debería ser una experiencia positiva,
dados todos los beneficios que trae; sin embargo, sucede todo lo contrario. La tesis
atemoriza, asusta, provoca ansiedad, angustia y muchas veces desesperanza.
Desde que nacemos somos tesistas, pues tratamos de imponer nuestras ideas ante
los demás. Al principio usamos el capricho, los simples deseos de nuestro parecer;
pero a medida que maduramos, valoramos el poder de los argumentos, la necesidad
de convencer y persuadir a los demás. Ya adultos, y consecuencia de una formación
universitaria, valoramos solo las ideas bien fundamentadas, las que se basan en
evidencias, las más coherentes, las más prometedoras, las más resistentes a la
crítica y al análisis. Definitivamente, hacer un trabajo de investigación para titularte
como profesional o adquirir nuevos conocimientos mediante el posgrado, es la mejor
prueba de que sabes liderar, defender tus ideas, fundamentarlas y tomar siempre la
mejor decisión posible, basada en las evidencias.
1.1. El conocimiento
1.5. epistemología
Para Ceberio y Watzlawick (1998), "el término epistemología deriva del griego
episteme que significa conocimiento, y es una rama de la filosofía que se ocupa
de todos los elementos que procuran la adquisición de conocimiento e investiga los
fundamentos.
Popper (como se citó en Bernal, 2010). Afirma que la ciencia, más que una teoría
del conocimiento, debe concebirse como una actitud de respeto a la vida humana y
a la moral, y propender al bienestar, procurando el mejoramiento de las condiciones
de vida de toda la sociedad en pro de un mundo mejor, es decir, se necesita hacer
ciencia con responsabilidad para construir una sociedad basada en la ética humana
y racional, con una visión amplia y compleja del mundo y del propio ser humano.
(p.18-19) En el sentido la ciencia es muy antigua, ha sufrido una serie de cambios
a través de la historia, por lo cual la ciencia es el quehacer humano que consiste en
la actitud de observar y experimentar dentro de un orden particular de
conocimientos, los cuales se organizan sistemáticamente mediante determinados
métodos, iniciando de un núcleo de conceptos o principios básicos, a fin de alcanzar
un saber de validez universal existen diferentes clasificaciones de la ciencia; según
Bunge (1981) clasifica las ciencias en: ciencias fácticas y formales.
El mundo que rodea al ser humano tiene muchas dimensiones que es preciso
conocer, ya sea para satisfacer una curiosidad, o bien para resolver problemas.
Cuando el investigador tan sólo desee obtener, verificar o acrecentar conocimiento,
sin pretender utilizar dicho conocimiento para resolver algún problema, al menos en
el corto plazo, se estará hablando de una investigación pura; y será aplicada cuando
además de obtener, verificar o acrecentar el conocimiento, el investigador busca
también resolver problemas concretos con base en ese conocimiento adquirido.
Pero, ¿a qué tipo de conocimiento hacemos referencia? Aunque hay distintos tipos,
la definición clásica de conocimiento menciona que es "información verdadera
acompañada de una justificación". Para justificar dicha información, el investigador
recurre a una herramienta fundamental que se conoce como método científico.
Pero, ¿qué es el método científico?
Con respecto a la llamada sociedad del conocimiento, Broveto (2000) afirma que:
Una profunda contradicción entre conocimiento y sabiduría, entre desarrollo
científico-tecnológico y bienestar social, parece dominar una civilización que se
declara incapaz de resolver los problemas más elementales del mundo
contemporáneo: la pobreza, la marginación y la desnutrición, las muertes infantiles
y la degradación ambiental, en una época en que esta misma civilización nos
sorprende con sus proezas científicas .
Así, toda sociedad que desee desempeñar un papel protagónico en este entorno
dominado por el conocimiento y que pretenda resolver sus contradicciones, deberá
considerar su sistema educativo como el motor y factor de dinamismo. Por tanto,
las instituciones académicas requieren sensibilizarse con el fin de:
Por tal razón, para el mencionado autor, los siguientes son los principales retos que
debe afrontar la educación superior en la sociedad actual, para que en realidad se
constituya en factor dinamizador en favor de una mejor sociedad:
Otro de los muchos retos a los que debe responder la educación en la sociedad es
desarrollar en las personas la conciencia de interdependencia que hay entre los
pueblos y las sociedades, respetando la multiculturalidad y la potencialidad por el
trabajo integrado.
Para Chaparro, citado por Bernal (2000), en el nuevo orden mundial se requieren
sociedades “con capacidad para generar conocimiento sobre su realidad y su
entorno, y con capacidad para utilizar dicho conocimiento en el proceso de concebir,
forjar y construir su propio futuro”.
Según lo planteado, el gran reto para los países de América Latina no consiste sólo
en la transformación de sus estructuras sociales, sino en la creación de un nuevo
contexto científico-tecnológico de alta competitividad, e internacionalización en
todos los aspectos de la vida y de la sociedad.
Superar tales retos, afirman muchos expertos en desarrollo social, supone el
impulso de un gran proyecto educativo y cultural fundamentado en valores éticos,
que genere una nueva mentalidad para convertir a la investigación en una
dimensión básica para todos los niveles de enseñanza, implementada, además,
como un componente fundamental de la vida ciudadana, y como factor esencial del
cambio social y de mejoría en la calidad de vida de los individuos.
Para organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una de las
misiones esenciales de la universidad es desempeñar un papel protagónico en el
ámbito de las ciencias, las artes y las letras. Así, la investigación es una labor de
vital importancia y se concibe en estrecha relación con la docencia y la proyección
social.
Gacel Ávila (1999) señala que en la sociedad del conocimiento la universidad debe
favorecer la formación de los recursos humanos e incentivar la investigación,
orientando la preparación de expertos que puedan hacerles frente a las necesidades
de sus sociedades, con miras a resolver sus problemas desde una perspectiva
integral tanto de la persona como de la sociedad.
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
Para responder a preguntas como ¿en dónde?, ¿quién?, ¿por dónde?, o ¿cómo
encontrar el camino directo y adecuado en una investigación?, es necesario
organizar nuestros pasos, y particularmente la metodología, para ello, primero
definamos el concepto de método:
Etimológicamente, la palabra método está formada por dos raíces griegas: META=
camino, o lo largo de, ODOS= camino. Se entiende como:
Existen varias definiciones acerca del concepto de método, así se puede describir
como el “modo de decir o hacer con orden”4, también se define como el “modo de
obrar o proceder, hábito o costumbre que cada uno tiene y observa”, o bien como
un “procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla”.
Entonces, se puede decir que la metodología de la investigación es “la disciplina
que se encarga del estudio crítico de los procedimientos, y medios aplicados por
los seres humanos, que permiten alcanzar y crear el conocimiento en el campo
de la investigación científica”.
➢ Por profundidad.
➢ Por extensión.
➢ Por medición.
➢ Por objetivo.
Este estudio estará determinado de acuerdo al uso que se le dará a los resultados
de la información.
➢ Método inductivo.
➢ Método deductivo.
➢ Método analítico.
➢ Método sintético.
En la Edad Media, los filósofos impulsaron los métodos inductivo y deductivo para
generar conocimientos científicos. Al transcurrir del tiempo, los filósofos,
matemáticos y científicos han perfeccionado estos dos métodos, y es un error
considerarlos como diferentes, ya que tienen el mismo propósito, pero con un
procedimiento distinto. Por ende, la ciencia puede utilizar cualquiera de ellos, pero
no de manera exclusiva.
2.4.3. Método analítico