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1. Echarse un camarón. Un “camarón” es el sueñito que echamos a escondidas de vez en cuando durante el trabajo.

Proviene de las primeras exploraciones de petróleo en nuestro país, cuando los capataces norteamericanos querían echar
una siesta sin ser vistos por los obreros venezolanos y se excusaban diciendo “I’ll come around” (Ya vuelvo, que suena
parecido a aicomarun)… Este es un divertido ejemplo de la evolución del lenguaje a partir de la fonética. En esta lista sobre
el origen de frases típicas venezolanas, encontrarán otros ejemplos similares en los puntos número 7, 10, 13, 15, 17 y 20.

2. El “Jala Mecate”. Es el nombre con que se conoce el típico compañero adulador. Se dice que esta expresión viene de la
época de la guerra de independencia: al parecer al Libertador le gustaba que le mecieran la hamaca para dormir. Eran
muchos los soldados y hasta oficiales que se ofrecían a halar el mecate de la hamaca de Simón Bolívar para ganar favores
o tener algún tipo de beneficio.

3. “Echarse las bolas al hombro”. Es una frase para denotar que una persona es floja o perezosa. Proviene de los presos
que utilizaban grilletes durante la dictadura de Juan Vicente Gómez. Aquellos que durante sus pesadas horas de trabajo
forzoso se alzaban las bolas (los grilletes) a los hombros para descansar los pies eran considerados flojos y haraganes.

4. “Echar los perros”. Es como se conoce el cortejo venezolano. La expresión tiene origen en las corridas de toro: cuando
el toro no embestía, era hostigado por una jauría de perros como castigo. En algunos países es sinónimo de acoso o
amenaza, pero en Colombia y Venezuela significa cortejar a alguien. ¡Vaya metáfora!

5. “Echar el muerto”. Es dejar la responsabilidad de algo a otra persona. Se cree que su origen se debe a una práctica de
la Edad Media: cuando se encontraba un cadáver y no había culpable, el pueblo entero debía pagar una multa. Por esta
razón, cada vez que los lugareños encontraban algún cadáver no lo reportaban, sino que lo llevaban en un saco hacia otro
pueblo y “les echaban el muerto” para que ellos pagaran esa multa.

6. Ser un “Mamarracho”. Es como se denomina a una persona generalmente mal vestida o extravagante, y proviene del
árabe muharrig, que significa bufón o payaso.

7. Ser un “Musiú”. Es como solemos referirnos a los extranjeros que vienen de Europa. Viene del vocablo francés
“Monsieur” que significa “Señor”.

8. Ser o tener un “Jala Bola”. Hoy en día es el término que usamos para quien es un adulador, pero proviene de algo
distinto que ocurría en las cárceles durante la dictadura de Juan Vicente Gómez. Aquellos presos con familias adineradas
contrataban a un “Jala bolas” para que les ayudara a cargar con los pesados grilletes que tenían en los tobillos. Se parece
a la expresión “jala mecate”, que se utiliza también para referirse a una persona que suele obtener algo con lisonjas.

9. ¡Los Corotos!. En Venezuela “Corotos” es sinónimo de objetos o cosas. El término proviene de la colección de cuadros
del pintor francés Jean Baptiste Corot que pertenecían al ex presidente Antonio Guzmán Blanco. Cada vez que tenía que
cambiar de residencia le decía a sus empleados “¡Cuidado con los Corots!” para que tuvieran precaución al embalar los
cuadros, pero esto fue mal interpretado por ellos al pensar que “corots” se refería a todos los objetos de la mudanza.
Luego los empleados fueron generalizando esta palabra para todos los objetos de la casa.

10. Los “Macundales”. Las transnacionales que venían a explotar el petróleo en nuestro país generalmente utilizaban
herramientas de la marca “Mack and Dale”. Una vez que culminaba el día de trabajo, los obreros venezolanos tenían que
“recoger los macundales” haciendo referencia a dichas herramientas de trabajo. Hoy en día esa palabra también se refiere
a objetos o cosas.

11. “Echarse los palos”. En Venezuela, es tomar licor. El término se origina con la abolición de la esclavitud, cuando los
hacendados se negaron a pagar a sus antiguos sirvientes con monedas de plata y en lugar de ello hacían tablillas con el
sello de la hacienda para que pudieran ser canjeadas en las pulperías y bodegas por víveres. Muchos preferían comprar
licor por lo que pedían “un palito de ron”, “un palo de miche”, etc. Al tener que contar en que habían despilfarrado las
tablillas o palitos, decían “me eché los palos”.
12. “Dejar el pelero”. Esta frase hace referencia al acto de huir a toda velocidad para evitar un peligro o una
responsabilidad, aunque literalmente no se deje ni un pelo. ¡Es muy típico de los adolescentes cuando les toca hacer
labores del hogar, “Dejan el pelero!”. Para dar cuenta de su origen, hay dos historias. Por un lado, se dice que proviene
del rastro de pelo que seguían los indígenas venezolanos de los animales que habían salido corriendo al sentirse
amenazados. Por el otro, algunos creen que la frase proviene de las barberías adriáticas que fueron populares entre los
60’s-80’s, en donde si un hombre se iba a cortar el cabello, sin dinero, se levantaba al final y se iba corriendo, dejando al
barbero con “el pelero”.

13. “Echarle pichón”. Para los venezolanos, significa esforzarse para lograr algo. La frase proviene de las bombas manuales
de agua que tenían antiguamente los pozos de los pueblos. Había que hacer un gran esfuerzo físico para mover una
palanca y extraer el agua. Dicha palanca tenía un letrero que decía “Push on” (empuje, en inglés). Entonces los habitantes
de esos pueblos decían que tenían que “echarle pichón” si querían sacar el agua del pozo. Seguramente preferían ir a
echarse un camarón que echarle pichón…

14. “Echar un polvo”. Usamos esto para referirnos a un acto sexual fugaz. La frase proviene de finales del siglo XIX cuando
los caballeros se ausentaban de las reuniones sociales para inhalar rapé (polvo de tabaco), ya que era de mala educación
hacerlo en público. Al regresar, se excusaban diciendo que estaban “echando un polvo”… cosa que poco después se
convirtió en una excusa para aquellos hombres que iban a tener un furtivo encuentro sexual con alguna damisela y no
querían levantar sospechas.

15. Cuidado con el “Guachiman”. Es como se denomina a un vigilante o celador en Venezuela… y proviene del inglés
Watchman.

16. Ser un “Pela bolas”. En Venezuela, es alguien de poco valor o utilidad. El término proviene de los jugadores de béisbol
que no lograban batear y “pelaban” (no atinaban) a la hora de batear o atrapar la bola… por lo que generalmente se
encontraba en la banca y era visto como alguien de poco valor.

17. Las “Cotufas”. Es nuestro popcorn o palomitas de maíz, y como ha sucedido con otras palabras derivadas de
inscripciones en inglés, viene de los sacos con granos de maíz que tenían la inscripción “Corn to fry”.

18. “¿Vas a seguir Abigail?”. La expresión se dice cuando algo es fastidioso. Tiene su origen en la telenovela llamada
“Abigail” transmitida por RCTV durante la década de los 80’s. La telenovela estuvo durante mucho tiempo al aire, por lo
que se tornó monótona y aburrida y dio cabida a la expresión de fastidio “¿Vas a seguir Abigail?” cada vez que comenzaba
un capítulo nuevo.

19. Ser un “Muérgano”. Proviene del siglo XIX. Cuando el pirata inglés Morgan y sus compañeros los “Moranger”
invadieron Maracaibo, realizando saqueos y crímenes por donde pasaban. La palabra “Moranger” se venezolanizó como
“Muérgano” y se emplea para denotar malas personas o gente que actúa de mala fe.

20. Ser “Guircho”. Es tener un mal comportamiento social, ser grosero o tener poca educación con los demás.
Principalmente utilizado en las ciudades occidentales del país, el término “guircho” proviene de las palabras en inglés Wild
Child (Chico Salvaje). Muchachas de bien… ¡cuidado con los chicos malos!

21. Los “Tequeños”. Esta teoría afirma que se inventaron en los años 1920 por la mayor de las hermanas Báez, Josefina
Hernández de Oviedo, cuando tenía 15 años. En principio se les denominó enrolladitos de queso y a partir de la década de
1960 tequeños; se había popularizado no solo en el área de Los Teques sino también en Caracas, La Victoria y Las Tejerías
gracias a los distribuidores de Los Teques. En Caracas preguntaban "¿Dónde están los tequeños?" y especialmente cuando
los distribuidores de Los Teques viajaban vía tren desde “El Encanto” hasta “Caño Amarillo” en Caracas al llegar eran tan
famosos que la gente gritaba: “¡Llegaron los tequeños!” haciendo referencia a la gente de Los Teques; esta denominación
finalmente se adoptó para la preparación.

22. “Paga Peo”. Las mantuanas de la clase alta en Venezuela, usaban manto negro, de allí su nombre. Cuando iban a misa
acudían con su séquito de esclavas grandes y pequeñas. Cuando a la Señora mantuana se le escapaba una flatulencia,
culpaba a la esclava que tuviera más cerca. O sea que la negrita era la “paga peo”. De allí proviene que, el que paga la
culpa por otro es “paga peo”.

23. “Chamo”. Viene del vocablo inglés “Chum” que significa amigo o camarada.

24. “Dar la cola”. Siempre utilizamos esta expresión cuando queremos llegar a un lugar y no tenemos dinero para pagar,
entonces pedimos la cola, es decir un aventón. Se dice que viene de la época de la independencia donde los soldados
rasos pedían a oficiales amigos que los llevasen en la grupa o cola del caballo para poder descansar los pies en sus largas
travesías. Algunos dicen que los soldados cuando les tocaba subir una montaña a pie se agarraban de la cola de los caballos
y éstos los halaban haciendo así menos esfuerzo al subir.

25. “Gozar un puyero”. Decimos esto para expresar que la pasamos muy bien. Esta expresión viene de los años 30 cuando
existían monedas de 5 céntimos llamadas puyas, éstas eran dadas a los niños para comprar golosinas, la cual les causaba
mucha alegría y gozaban un puyero…

26. “Bajarse de la mula”. Esta es mi favorita y la que yo más uso, significa pagar una deuda o pagar por algo. Su origen
proviene de la época de la colonia, cuando se le cobraba una deuda a una persona, que iba montado en una mula, y éste
decía que no tenía dinero, le aceptaban la mula como pago, y entonces la persona tenían que “bajarse de la mula” para
poder entregarla.

27. “Chévere”. Significa bien bueno, espectacular. Proviene de la expresión francesa “Chevalier” (Caballero). Desde la
época de la colonia, los caballeros se vestían bien y cuidaban su apariencia personal para parecer todo un chevalier que
se transformó luego en Chévere.

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