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Venezuela es un país con un folclore rico y diverso.

El paso del tiempo ha dejado constancia de


grandes mitos y leyendas perdurables generacionalmente.

Si quieres conocer algunas de las narraciones surgidas en este país, aquí te dejamos una lista con
12 leyendas venezolanas famosas y, además, agregamos una explicación de cada una de ellas.

1. La Sayona

Imagen del monumento a La Sayona en Los LlanosNeotours, CC BY-SA 4.0

En el folclore venezolano existe una popular figura conocida como “la Sayona”. Su nombre hace
referencia al atuendo que lleva, una saya o falda tradicional femenina.

Se cree que esta leyenda pudo originarse en la región de los Llanos durante el siglo XIX y cuenta
con diferentes versiones.

El propósito de esta historia no es otro que el de intimidar a los hombres que cometen
infidelidades, pero también para atemorizar a los más pequeños.

Cuenta la leyenda que, hace muchos años, vivió una mujer llamada Casilda. Estaba casada con
un hombre que le era infiel.

Un buen día, mientras su marido dormía, escuchó que su marido mencionaba el nombre de su
propia madre. Por eso, Casilda pensó que esta y su marido tenían un romance.

A la mañana siguiente, Casilda mató a su marido. Después fue a buscar a su madre, a quien
también asesinó. Antes de morir, su madre la maldijo.

Desde entonces, Casilda se convirtió en un alma en pena que transita por las calles persiguiendo
a hombres infieles.
2. El silbón

En el municipio de Guanarito, estado Portuguesa, surge esta leyenda tan difundida en Venezuela.

Su origen remonta al siglo XIX, y narra una aterradora historia sobre un parricidio. El silbón es un
espectro que vaga y, tal y como su nombre indica, va “silbando” y atemoriza a quienes lo
escuchan.

Narra la leyenda que, hace mucho tiempo, vivió un joven malcriado que no respetaba a sus
padres.

Un día, se le antojó comer asado, y su padre tuvo que salir de cacería. Pasaron horas, y su padre
regresó sin carne para comer, entonces, el muchacho muy enojado acabó con la vida de su
progenitor.

Desde aquel día, el joven deambula por el lugar y cumple condena portando los huesos de su
padre en un saco. Quienes lo han visto y escuchado, dicen que tiene un silbido muy peculiar, muy
similar a los 7 sonidos: do, re, mi, fa, sol, la, si.

Si alguien escucha estos sonidos, debe echar a correr.

3. Leyenda de María Lionza

En Yaracuy es popular el Monumento Natural Cerro de María Lionza.

María Lionza, conocida como Yara antes de la cristianización, es un personaje legendario al que se
le rinde culto en el cerro algunos días señalados, como el Día de San José o el 12 de octubre. Es
honrada por ser la protectora de la naturaleza, los animales silvestres y por ser reina del amor.
La leyenda es anterior a la conquista española del siglo XV y ha sobrevivido al paso del tiempo.

Cuenta la leyenda que María Lionza (Yara) era una doncella de Nirgua, la hija pequeña de un
importante cacique.

Tiempo antes de su nacimiento, el chamán había advertido a los aldeanos que si nacía una niña
de ojos extraños, del color del agua, el pueblo se extinguiría. Para evitarlo habría que sacrificarla y
ofrecerla al dueño del agua, Anaconda.

Yara nació y, efectivamente, tenía unos ojos peculiares, por lo que ordenaron su muerte. Su
padre, incapaz de hacerlo, la escondió en una cueva. Allí la muchacha debía permanecer sin salir,
custodiada por más de 20 guerreros que la protegían.

Un día, los custodios estaban adormecidos, y la joven decidió salir de la cueva para ver el
exterior. Se detuvo ante el lago, donde despertó al Dueño del Agua, Anaconda, quien se enamoró
de ella y la atrajo a su interior.

En las profundidades del agua, Yara y Anaconda se unieron en una ceremonia espiritual. Pronto,
el padre de la muchacha se enteró de lo ocurrido y quiso separarlos. Pero ya era demasiado tarde,
Anaconda comenzó a crecer tanto que produjo grandes inundaciones. El agua arrastró a la aldea y
a su población.

Desde entonces, Yara fue considerada como una Diosa cuidadora de las lagunas, los ríos, la
naturaleza y los animales que allí habitan.

Con la cristianización Yara fue renombrada como Nuestra Señora María de la Lonza del Prado de
Talavera de Nívar, a quien se le sigue venerando hoy día.

4. El Doctor Knoche
Esta es una de las leyendas más conocidas de Venezuela, particularmente en la región de Galipán.

La narración se centra en los misterios que rodean a la figura del Doctor Knoche, médico alemán
que vivió en el siglo XIX. La leyenda gira en torno a sus turbadoras prácticas como embalsamador.

Cuenta la narración que a mediados de siglo XIX, llegó a Venezuela un doctor alemán que se
afincó en La Guaira para asistir a los alemanes residentes allí.

El Doctor Knoche tenía una obsesión por evitar la descomposición de los cadáveres. Esto hizo
que experimentara diferentes técnicas de embalsamamiento. Pronto, encontró la manera
inyectando un líquido en el torrente sanguíneo que permitía que los cadáveres permanecieran en
buen estado sin necesidad de extraer los órganos.

Cuentan que experimentaba con cuerpos de soldados no reclamados en la Guerra Federal,


también con personalidades de la época como Tomás Lander o el presidente Francisco Linares
Alcántara. También embalsamó a sus perros, a quienes puso en la entrada de su mausoleo.

El secreto de ese líquido jamás se supo.

5. Loca Luz Caraballo

En la Región de los Andes, particularmente en el estado de Mérida, es conocido el personaje


legendario de “la loca Luz Caraballo”.

Es tan popular que existe un monumento dedicado a ella en el municipio de Apartaderos.

También, el poeta venezolano Andrés Eloy Blanco le dedicó un poema que lleva por nombre
Palabreo de la loca Luz Caraballo, donde plantea una historia alternativa.
Según algunos datos, su nombre real era María Blasa Rivas, y nació a finales del siglo XIX. La mujer
desapareció en 1927 y jamás regresó, por eso, su figura ha estado rodeada de diferentes
narraciones. Aquí dejamos la más extendida.

Cuenta la leyenda que, la loca Luz Caraballo, era una mujer que había enloquecido a causa de
perder a sus 5 hijos. Se habla de que dos de ellos partieron al frente junto a Simón Bolívar.

Al no regresar, la mujer enloqueció y, desde entonces, permanece su espíritu errante desde


Chachopo a Apartaderos, esperando encontrarlos.

6. El hachador perdido

En Los Llanos venezolanos se extiende esta leyenda de mediados del siglo XX. Su nombre,
“hachador”, se debe a que el protagonista trabaja con un “hacha”.

El propósito de esta narración es, quizá, la de alertar acerca de las consecuencias de “cortar leña”
durante la Semana Santa. Pues, según el mito popular, no se puede cortar algo durante los días
santos, ya que se decía que era similar a cortar el cuerpo de Dios.

Así, esta figura inquieta no solo a los leñadores, sino también atemoriza a los más pequeños.

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