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Nombre de la asignatura o unidad de aprendizaje

Seminario de tesis

Ciclo Clave asignatura


Modulo segundo (Integración e investigación) MA 618

Objetivo general de la asignatura:


El alumno analizará los métodos y técnicas de la investigación en la realización de un anteproyecto
de tesis para su titulación.
Objetivo particular de la sesión:
Al final de la sesión el alumno podrá identificar los elementos principales para elegir un asesor de
tesis, cómo se asignan los sinodales, realizará las correcciones finales a su trabajo de tesis y se
preparará para su examen profesional.

Temas y subtemas

5. Presentación del examen profesional


5.1. El asesor
5.2. La asignación de sinodales
5.3. Correcciones finales
5.4. Prepararse para el examen profesional
5.1. El asesor
Asesorar una tesis es, hoy en día, una de las tantas actividades académicas que desarrollan los
profesores en las instituciones educativas de nivel superior. Quizás nadie ha tomado un curso sobre
cómo asesorar y cada académico realiza esta labor como resultado de la reflexión individual en
donde, como referente, aparece su propia experiencia y biografía personal.
Quizás cada asesor empezó a aprender este “oficio” en el mismo momento en que demandó una
asesoría para desarrollar su propia tesis de licenciatura, de maestría o de doctorado. A esta
experiencia también se ha sumado el “saber” que se acumula en el proceso de hacer investigación
e, incluso, también a partir de lo que oye, ve y lee sobre lo que es la investigación y de lo que otros
hacen cuando “asesoran”. El como ser o como hacer una asesoría está también influenciado por los
marcos teóricos o metodológicos en los que ubica su hacer académico. No es lo mismo hacer una
tesis en ciencias sociales, en matemáticas, química o ingeniería por nombrar algunos campos del
saber.
De igual manera, podría pensarse que la forma como se concreta el ser y hacer del asesor, de
alguna forma, también está determinada por la propia historia personal del académico. En el acto de
asesorar se expresa el sujeto. No homogéneo. No completamente racional. Y no el mismo ante
distintos asesorados.
El asesor es uno pero sus formas de asesorar pueden variar de acuerdo a las características del
sujeto que asesora y de acuerdo a la temática que asesora. Igualmente, habría que reconocer que el
mismo asesor cambia en el tiempo, con la experiencia, con los éxitos y fracasos, con los estímulos y
desestímulos a esta acción y, porque no decirlo, cambia de acuerdo a sus mismos estados de
ánimo.
En la forma de ser del asesor se expresan sus posiciones teóricas, ideológicas, y hasta su situación
social. En ellas se puede leer también diversas posturas posibles ante la propia profesión, ante la
autoridad, el saber, la institución, los pares, la sociedad en general y al ser humano en particular.
Estamos acostumbrados a buscar y reiterar un modelo ideal de asesor de tesis. Sin embargo, en la
práctica, encontramos que existen diversos tipos de asesores En este trabajo presento una breve
descripción de diversos tipos de asesor: Práctico, docto, analítico, laissez faire e inexperto.
El asesor práctico
Este modelo esta basado en las aportaciones que construyó Ricardo Sánchez Puentes quién
afirmaba que este tipo de asesor privilegia la acción del asesorado tratando de hacer realidad
aquella premisa de que ‘la mejor forma de aprender es “haciendo”.
En este modelo, el asesor, como formador, se aleja de aquellos planteamientos estereotipados que
falsean el proceso investigativo. Se trata de criticar, en los hechos, aquellos esquemas que
deforman o desdibujan lo que se supone es o debe ser el oficio profesional del investigador.
El alumno aprenderá a hacer investigación realizando una. Con lo cual se produce saber haciendo.
Saber que resulta ‘práctico’ en cuanto a que esta asociado a un hacer específico.
De este saber práctico ya ha hablado Schön (1992) quien afirma que este saber es el resultante de
un proceso de reflexión sistemática de la experiencia. Schön dirá que este saber es un saber de tipo
artístico, en cuanto a que es saber creativo, inacabado, abierto al debate y al cambio. Para él se
trata de un saber no dogmático y muchas veces no explicito, que se ve en la acción y que se crea
para dar respuesta concreta e inmediata a demandas también específicas y espontáneas.
Sánchez Puentes (1987), hablaba de ello como una enseñanza práctica de la investigación que se
asemeja más aun trabajo artesanal y no a un oficio de carácter técnico o científico.
El asesor docto
Este tipo de asesor se ubica como experto en la temática y en la metodología sobre la que, el
alumno, elabora, su tesis. En este caso, el asesor se presenta como el mediador entre un tipo de
saber especializado y el asesorado. La legitimidad y autoridad académica del asesor se deriva de su
posesión de este saber especializado.
Este asesor es un investigador prestigiado, con experiencia y con un perfil profesional de excelencia,
que posee los certificados y las credenciales académicas suficientes para considerarse como pare
de la élite que constituyen la ley y la autoridad en el campo del saber en el que se ubica el tema y la
metodología que sustentan el proyecto de tesis que realiza el alumno.
Este asesor, a diferencia del práctico, establece y marca una distancia y diferencia con el asesorado.
Él es el que sabe. Él es el director de la tesis.
Su saber acerca de lo que es toda investigación le permite prescribir lo que debe hacer el
asesorado. El asesor define objetos, temas, teorías, técnicas, autores y enfoques del trabajo del
asesorado. También él marcará tiempos, ritmos, formas y secuencias del trabajo a realizar.
Sostenido en este saber y prestigio, el asesor, define lo que es correcto, pertinente y necesario para
que el alumno haga una buena tesis. El asesor incluso definirá qué leer, a que congresos ir, qué y en
donde publicar. El asesorado se va socializando en una jerga que es el decir cotidiano de los
colegas de su asesor.
Aquí se establece una relación de autoridad vertical. El alumno aspira a ser como su asesor. Sabe
que con esfuerzo y voluntad debe recorrer el camino que existe entre lo que él hoy es y la meta que
el asesor le marca como objetivo. El asesorado aprende que, de lo que se trata es de llegar a ser
como su asesor. El asesor se configura así como el modelo a seguir. El asesorado ha de buscar
alcanzar la capacidad intelectual y académica necesaria para ingresar y desempeñarse de manera
fluida en el campo de la especialidad del asesor.
Es ese saber el que le dará legitimidad para ser reconocido por su asesor y por el medio académico
en el que él se desenvuelve.
El asesorado además, ha de sentirse orgulloso de que sea este precisamente el asesor que lo
asesora. Así le sea difícil alcanzar los niveles calidad de producción que exige su asesor. Cree que
él será aceptado en el ambiente académico o laboral al poder informar que fue asesorado por este
asesor. En cierta medida busca que el prestigio del asesor le sea transferida a él al haber trabajado
con él en la elaboración de la tesis.
Los niveles de exigencia de este asesor frente a lo que ha de ser un trabajo de tesis resultan
rigurosos. Se establecen casi los mismos parámetros que se exigen para el reconocimiento de un
trabajo científico en el campo de referencia.
El asesor analista
En cierta medida la postura de este tipo de asesor está asociada a una visión cercana a los
planteamientos psicoanalíticos. Su lógica, en este caso, consistirá en poner al asesor en un papel
parecido al del analista. En esta relación, el asesor debe buscar que su asesorado construya su tesis
desde sus propios intereses y características.
Este planteamiento está sostenido en la lógica de que si es el mismo asesorado el que elije la
temática, estará motivado de manera auténtica y profunda para desarrollar la tesis. Solo así la tesis
será su tesis y la vivirá como propia, lo cual es uno de los mejores argumentos que constituyen la
motivación y el compromiso que lo conduzcan a terminar este trabajo.
De igual forma se podría pensar que si la problemática que constituye el objeto de la tesis esta
realmente ligada a su interés y a su propia vida, estos serán los motores idóneos para asegurar que
el asesorado se esforzará para franquear y superar todos los obstáculos que se presenten en el
desarrollo de este proceso.
La tesis ha de expresar al asesorado. Sus intereses. Sobre todo el contenido ha de dar cuenta de
una forma de ver y de pensar del asesorado. Éste, de alguna forma, ha de estar atados a la misma
historia del asesorado.
La intervención del asesor buscaría entonces ayudar al asesorado a superar los diversos obstáculos
que paralizan su acción. Esta intervención, prudente, del asesor le ha de permitir al asesorado dar
un paso en el proceso de construcción de su verdad que no es otra cosa que lograr que su discurso
alcance una nueva estructura de significación propia y auténtica en relación, por supuesto, con los
desarrollos propios del campo.
Saberse constructor y responsable de construir y andar ese camino le permite al asesorado generar
las bases de una cierta independencia que, mas tarde, le posibilitarán que vea que el asesor, su
asesor, es sólo un acompañante que puede, incluso, no ser necesario para andar su propio camino.
En el terreno de la teoría pedagógica, quizás algunas de estas ideas están relacionadas las
propuestas no-directivas que se desarrollaron en la primera mitad del siglo XX.
El asesor laissez faire
Este tipo de asesor tampoco ejerce una actitud directiva frente al asesor y su trabajo de tesis. El
asesorado tiene la libertad de diseñar y definir él mismo lo que va a ser su trabajo de tesis. El asesor
no impone ningún tipo de plan de trabajo. Si éste existe es porque el asesorado lo plantea como
necesario y lo realiza él mismo. No existe una definición previa de horarios o fechas específicas para
la asesoría. El alumno, de acuerdo a sus avances o demandas, define la fecha de la asesoría.
El asesor no impone ningún tema, enfoque teórico o metodológico para el trabajo. Esta es
responsabilidad del asesorado. Él debe definir sobre qué tema trabajar y qué enfoques (teóricos o
metodológicos) debe emplear. Incluso, él mismo, puede cambiarlos cuando quiera. El asesor no se
impone como autoridad en el trabajo de tesis. El alumno goza de una total libertad intelectual y
académica para desarrollar su trabajo de tesis. En extremo, el asesorado mismo puede llegar a
decidir no-trabajar y esto mismo no se motivo de molestia o reclamo por parte del asesor. El asesor
sabe que el trabajo de tesis es tarea y opción de vida del asesorado. Por ello el asesor no impone
ningún tipo de sanción o coacción al asesorado.
El asesor sabe que la comunidad académica tiene sus propias reglas y valores en cuanto a lo que se
espera que sea un trabajo de titulación. Él espera que sea el mismo asesorado el que las sepa y, en
su caso, las cumpla. El asesorado las aprenderá en el proceso de ir conviviendo con esta comunidad
académica en el mismo tiempo en que va desarrollando diversas actividades relacionadas con la
elaboración de su tesis. Este aprendizaje de reglas y valores ha de ser paulatino, espontáneo y
natural.
A la vez, el asesor sabe que es ese proceso de aprendizaje de las reglas y valores de la comunidad
académica el que definirá el éxito o fracaso del asesorado en el ambiente laboral. El hecho de que el
asesorado cumpla las normas o logre cambiarlas convincentemente, marcará su éxito en el campo
académico. Pero esto no se puede improvisar. El éxito no sólo es el resultado del esfuerzo sino que
también es producto del desenvolvimiento auténtico del asesorado en la cotidianidad de esta
comunidad académica.
Este tipo de asesor puede significar el asesor ideal para aquel asesorado que considera que él sabe
qué hacer, que sabe lo que es hacer una tesis y que cree que él puede hacerla sólo. Que no
necesita de la ayuda de nadie sino de alguien que avale su saber. Este tipo de asesorado no está
dispuesto a negociar nada con ningún asesor. Sabe de su saber, se siente seguro de sí y quiere
ejercer cierto tipo de autonomía y autodeterminación en su proceso de titulación. Este tipo de
asesorado ha de contar con cierto grado de disciplina y ha de tener una muy profunda motivación
que le permita transitar este proceso de titulación.
Pero a la vez, este tipo de asesor, no será el ideal para un asesorado dependiente e inseguro que no
tiene ninguna experiencia en las actividades relacionadas con la elaboración de una tesis de grado.
Este alumno vivirá a este asesor como un no-asesor y la elaboración de la tesis ha de vivirla como
un proceso caótico en donde priva la confusión y la ansiedad. Este tipo de alumno seguramente
fracasará con este tipo de asesor.
El inexperto
Este es el asesor que no tiene experiencia ni en asesoría ni en investigación. Generalmente se trata
de un docente recién titulado de maestría y que la única experiencia en investigación la constituye el
desarrollo de su propia tesis de grado.
Se sabe que el realizar una tesis no es experiencia suficiente para saber lo que es la investigación y
mucho menos para conocer lo que es la enseñanza de la investigación educativa.
Este tipo de asesor no ha definido en concreto cual ha de ser su enfoque teórico o metodológico a
privilegiar en sus investigaciones posteriores e, incluso, es posible que tampoco haya definido la
temática en la cual se especializará en su labor como futuro investigador. Se podría afirmar que este
tipo de asesor, al igual que el alumno, se encuentra en un proceso de formación.
Su lógica, en la asesoría, ha de situarse en el ensayo y error es decir, inducirá al alumno a realizar
ciertos procesos de investigación, de los que no estará seguro de su pertinencia, y estará atento de
los resultados obtenidos para, en caso dado, corregir la acción posterior a seguir.
Su actitud es de interés en el proceso seguido por el asesorado en la elaboración de su tesis de
grado. Se muestra colaborativo y con alto grado de compromiso en la acción que este emprende.
Pero los resultados del trabajo del asesorado no son exitosos. Este asesor lee junto con el alumno
los textos que le parecen pertinentes e incluso puede hasta acompañar al asesorado a realizar parte
del trabajo de campo. Es un asesor voluntarioso que trabaja generalmente a partir de una demanda
institucional.

5.2. La asignación de sinodales


El proceso de asignación de sinodales, que formarán parte del jurado que evaluará la defensa de la
tesis, así como el contenido de la misma, es un proceso que se aplica de forma diferente en cada
país e institución de educación superior. Este queda sujeto a las normatividad de cada universidad y
en algunas de ellas la selección dependerá del tema de la tesis y del tiempo que estos tengan
disponible para llevar a cabo el examen profesional.
En muchos casos, la selección puede ser hecha por el mismo tesista, apoyado en las
recomendaciones de sus asesor.
Finalmente, como se mencionó al inicio del inciso, el proceso de selección y asignación es muy
variado y sujeto a la normatividad de la institución.

5.3. Correcciones finales


En la versión definitiva del trabajo, lo importante es eliminar todos los pasajes ambiguos o
incorrectos que ocasionen que el lector deba releer, ya sea porque el texto es difícil o porque resulta
confuso.
Lenguaje
Algunas oraciones y enunciados se deben observar con cuidado para no cometer errores. Hay
muchas maneras fáciles y sencillas de escribir.
La revisión definitiva
Resulta difícil hacer dos cosas a al vez, en éste apartado se recomienda lo siguiente: Cuando se
revise el documento, hay que hacerlo desde tres perspectivas, cubriendo solamente una a la vez, lo
cual implica que tiene que leer su trabajo por lo menos tres veces antes de elaborar la revisión
definitiva:
 En la primera, lea todo el escrito para determinar si tiene fluidez de lectura y si no es
necesario añadir o eliminar algún párrafo.
 En la segunda, revise la redacción: ¿hay oraciones en voz pasiva?, ¿son realmente
necesarias?, ¿son las oraciones breves o demasiado largas?. Acórtalas. Es mejor que sean
muy cortas a demasiado largas. ¿Tiene frases introductorias?. Cámbialas o elimínalas.
 En la tercera lectura, lee el trabajo y corrige las faltas de ortografía y signos de puntuación.
No es lógico corregir la puntuación antes de asegurarse que el documento está escrito de
forma clara y que el lector no tendrá problemas para leerlo. Tampoco es lógico corregir la
ortografía si la redacción no es clara y se requiere cambiar o eliminar oraciones mal escritas.
No intentes hacer las tres revisiones en una sola lectura. El tiempo que dediques a esta
actividad redundará en tu beneficio. Los asesores te agradecerán el tiempo que invierta en
la revisión definitiva del trabajo, si no de forma, al menos implícitamente, al tener que revisar
el informe final. El compromiso de los asesores es de orden metodológico; no de corregir
redacción y ortografía.
Revisión del trabajo global
Una vez terminada la revisión definitiva, no entregues de inmediato el trabajo; déjalo descansar
durante unos días y léelo una vez más. Aún necesitará algunos cambios. Hazlos. Vale la pena a
pesar de que cuando lo devuelvan quizá habrá más correcciones. Desde luego, no escribas
nuevamente toda una página. Para la entrega de revisión a los asesores puedes hacer anotaciones
de correcciones de última hora. No importa si todas las páginas no se presentan en forma
impecable.
Necesidad de ayuda
Antes de entregar el documento, solicita que alguien lo lea. El documento debe sufrir una crítica
severa antes de entregarse a la persona que lo autorizará. Es difícil corregir sus propios trabajos.
Muchas veces se presuponen conocimientos o términos con los cuales el lector no está
familiarizado; el informe, a pesar de que se haya leído en voz alta y revisado muchas veces,
contendrá ciertas suposiciones que hay que eliminar o considerar. En muchas ocasiones, los
lectores de tu trabajo no van a conocer el tema como supones en tu escrito. El que alguien lea el
trabajo críticamente te ayudará a detectar estos problemas.
Revisión de encabezados
Después de hacer la revisión definitiva tendrás que elaborar el índice. Éste se forma por los
encabezados del primero, segundo, tercero o cuarto nivel del informe total. Analiza esta lista de
encabezados para observar si tienen una secuencia lógica y comprensible. De no ser así, aún hay
tiempo de hacer modificaciones.
Última lectura
Lee tu informe por última vez antes de imprimirlo, aun cuando los asesores ya lo hayan leído y
autorizado. Te sorprenderás de la cantidad de errores. Corrígelos. Es importante imprimir el trabajo
sin errores.
Resumen
El trabajo de realizar la revisión definitiva del informe final es laborioso, lento y pesado, pues la labor
ya esta terminada, pero aun hay que trabajar mucho en esta última revisión. Necesitas mucha calma
para cuidar todos los detalles. Revisa tu trabajo varias veces con un solo objetivo. No intentes
hacerlo durante tu rutina normal de trabajo. Dedica unos días especialmente para llevar a cabo esta
tarea.

5.4. Prepararse para el examen profesional


El compromiso de todo trabajo de tesis consiste en la realización de un examen profesional. Casi
siempre este tipo de examen crea condiciones de fuerte presión hacia el tesista que se manifiestan
en nerviosismo, inhibición, inseguridad, etc., en está situación cabe señalar que el examen
profesional es estrictamente un requisito formal de egreso que a menudo se apoya en tres ventajas
del tesista, que su asesor debe explicarle: la presentación de la tesis, la réplica oral y el juicio del
asesor.
El historial académico es una valiosa fuente de información que ayuda al asesor a intuir hasta que
punto el trabajo de tesis puede ser un fiel reflejo del aprovechamiento escolar del tesista, sin
embargo, el verdadero compromiso radica en la presentación y la defensa de la tesis dentro de un
examen profesional y ante un jurado de expertos, mediante una discusión teórica muy especial,
llamada réplica oral. Particularmente, la defensa de la tesis permite probar que el tesista desarrolló
un trabajo serio que cumple con tres criterios de base:
1. Criterio conceptual: aún cuando en el trabajo de tesis queda plasmado un conocimiento
integral, es factible reconocer los conceptos importantes que sirvieron de base para
descomponer un fenómeno en sus diversas partes y estudiar las relaciones entre ellos.
2. Criterio cognitivo: el conocimiento plasmado en el trabajo de tesis se entiende como
resultado de un proceso lógico de análisis y razonamiento, por lo tanto, el criterio cognitivo
representa la habilidad para alcanzar nuevos conocimientos a partir del empleo de las
teorías, los métodos, las técnicas y la planeación de la investigación.
3. Criterio de solución: la propuesta de solución contenida en el trabajo de tesis se asocia con
la responsabilidad del tesista de hacer algo más que sólo estudiar un fenómeno. La solución
representa una forma de resolver un problema, pero también implica responder el ¿Cómo
anticiparse a problemas futuros? de acuerdo con la realidad de las situaciones que pueden
enfrentarse por la evolución del fenómeno en cuestión.
La estrategia de presentación y defensa de tesis es cualitativamente diferente a la exposición
convencional ante un grupo de clase. La presentación es una actividad planeada de acuerdo con el
juicio del asesor porque contendrá la estrategia para plantear sucesivamente los argumentos de
mayor peso que el tesista puede utilizar al momento de exponer los aspectos relevantes del
fenómeno analizado, así como sus conclusiones.
Estrategia de presentación
Generalmente la estrategia de presentación se concentra en tres tipos de argumentos que deberán
exponerse ordenadamente para defender la tesis, estos son:
a) Los relativos a la justificación y planteamiento del tema,
b) Los relativos al método de investigación y
c) Los relativos a los hallazgos y conclusiones.
Así, antes que efectuar una exposición llana de los resultados del trabajo de tesis, la presentación se
fundamenta en una disertación de argumentos.
Una guía que el asesor de tesis debe proponer para la presentación y defensa, debe incluir lo
siguiente:
 Tema y titulo
 Objetivos de la investigación
 Planteamiento del problema
 Metodología
 Resumen del análisis y fuentes consultadas
 Resultados de la investigación
 Conclusiones del tesista

La reflexión final que podemos extraer no sólo de las notas descritas, sino del propio proceso, es
que un tesista que no sea capaz de presentar y defender su trabajo de tesis durante el examen
profesional, no tendrá la capacidad para desenvolverse como un profesionista responsable, que se
forme un buen prestigio y realce el nombre de su alma mater.

Presentación del examen profesional


La culminación de estudios de una carrera profesional se logra con la presentación del examen
profesional, éste viene a representar, para el estudiante, la terminación de un largo camino que
muchas veces se inició desde antes de cursar la escuela primaria. Éstos realmente terminan cuando
el examen profesional es aprobado.
Una vez que el alumno cubra todos los trámites de carácter administrativo que le permitirán
sustentar su examen profesional, es recomendable que se le sugiera efectuar algunas actividades
previas a dicha presentación. Éstas pueden variar de una institución a otra, entre los sinodales o a
causa del carácter del alumno sustentante, veamos cuáles son:
Documentos de apoyo
Antes de presentar el examen es conveniente preparar una exposición breve del tema de la tesis,
mediante un documento, diapositivas, acetatos o cualquier otro elemento que muestre el contenido
total de la tesis; de común acuerdo con los sinodales o cuando menos con quien fungirá como
presidente del jurado.
La idea de preparar este material no es buscar el lucimiento del alumno sino que tenga la
oportunidad de presentar sencillamente el contenido de su tesis, lo cual le servirá de preámbulo y,
en muchos casos, le ayuda a relajarse.
Antes del día del examen
En caso de que sea autorizada la exposición de algún material, se sugiere que el alumno acuda a la
institución a tramitar todo lo relacionado con el funcionamiento del equipo que necesitará, que
pruebe éste, lo aparte si es necesario, y da un vistazo al lugar donde presentaras tu examen.
Una sugerencia muy válida para los estudiantes es que eviten “repasar” su tesis o los temas de
apoyo por lo menos cinco días antes del examen profesional; de no hacerlo corren el riesgo de
sobresaturarse de información y llegar bloqueados a su examen. Es decir, que procuren olvidarse de
la tesis por lo menos durante los cinco días anteriores a la fecha del examen.
El día del examen
El sustentante debe dormir lo suficiente y levantarse temprano, si es posible evitar ir al trabajo; hacer
una comida ligera y frugal. Llegar temprano a la institución universitaria y recorrer sus aulas, áreas
abiertas y demás sitios en que transcurrió su vida estudiantil. La idea de esto es que se fortalezca
con recuerdo de su estancia en la escuela y olvide la tensión provocada por el examen.
Lo ideal es que el alumno disfrute al presentar su examen profesional. Sólo una vez en la vida se
puede recibir como profesionista y aunque se cursen dos carreras, la primera ocasión es muy
especial siempre.

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