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Universidad Galileo de Guatemala

MRIP
Diplomacia y Anfitrionía

REPORTE DE LECTURA
CAPÍTULO TRES
DE LA UNIVERSIDAD AL EQUILIBRIO: PUCHELIEU, GUILLERMO DE
ORANGE Y PITT

Werner R. Castro del Cid


#10003328

Guatemala de la Asunción, junio de 2021


CAPÍTULO TRES
DE LA UNIVERSIDAD AL EQUILIBRIO: PUCHELIEU, GUILLERMO DE
ORANGE Y PITT

El principal agende de la política francesa fue una figura inesperada, un príncipe


de la iglesia Armand Jean de Plessis, Cardenal de Puchelieu, primer ministro de
Francia de 1624 a 1642. Se dice que al enterarse de la muerte del cardenal
Pucheleu, el Papa mencionaba que era un epitafio contradictorio y que indicaba un
método estadístico, y que obtuvo grandes triunfos y trascendió por sus creencia
piadosas para su época

Pocos estadistas pueden afirmar que tuvieron mejor representación en la historia


que el padre del moderno sistema de Estado que fue Richelieu. Él promulgó el
concepto de raison d´etat y lo practicó infatigablemente en beneficio de su patria.
Bajo sus auspicios la nación d´etat reemplazó el concepto medieval de valores
morales universales como principio recto de la política francesa.

Al principio, Rechelieu trató de impedir que los Itaburgo dominaran Europa y


finalmente dejó un legado que durante los dos siglos siguientes tentó a sus
sucesores a establecer la supremacía francesa en Europa. Del fracaso de estas
ambiciones surgió un equilibrio de poder. Primero como hecho natural y luego
como sistema para organizar las relaciones internacionales.

En 1904, Alejandro I, zar de todas la Rusias, se acercó al primer ministro británico,


William Pitt para hacerle una proposición. Pitt propuso una característica de paz
universal en que se llamara a todas las naciones a reformar sus construcciones
con vistas a perder y poner fin al feudalismo y a adoptar el gobierno constitucional.
Entonces los Estados reformados renunciarían al uso de la fuerza y someterían
unos a otros sus disputas de arbitraje.

El poder es difícil de evaluar y el deseo de justificarlo es demasiado variado para


poder tratarlo como guía fiable hacia la conservación del orden internacional.
Como mejor funciona el equilibrio es si se ve apoyado por un acuerdo de valores
comunes. El equilibrio de poder limita la capacidad de derribar el orden
internacional; el acuerdo sobre unos valores compartidos reprime el deseo de
derrocar el orden internacional. El poder sin legitimidad provoca las pruebas de
fuerza, la legitimidad sin poder solo provoca actitudes inútiles.

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