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Universidad Galileo de Guatemala

MRIP
Diplomacia y Anfitrionía

REPORTE DE LECTURA
CAPÍTULO CUATRO
EL CONCIERTO DE EUROPA: GRAN BRETAÑA, AUSTRIA Y RUSIA

Werner R. Castro del Cid


#10003328

Guatemala de la Asunción, junio de 2021


CAPÍTULO CUATRO
EL CONCIERTO DE EUROPA: GRAN BRETAÑA, AUSTRIA Y RUSIA

La extraordinaria habilidad de Metternich le permitió convertir verdades


diplomáticas ya familiares en principios fundamentales de política exterior. Logró
convencer a los dos más íntimos aliados de Austria, cada no de los cuales
representaba una amenaza geopolítica para el Imperio Austriaco, de que el peligro
ideológico que significaba la revolución anulaba sus oportunidades estratégicas.

El hombre que salvó a aquel imperio y que dirigió sus políticas durante casi medio
siglo ni siquiera había visitado Austria hasta que tuvo trece años, ni vivió ahí hasta
que cumplió los diecisiete. El poder del príncipe Klemens Von Mitternich había
sido gobernador general de Rumania, que por entonces pertenecía a los
Habsburgo. Mettenich como producto de la Ilustración, se vio lanzado a una lucha
revolucionaria que era ajena a su temperamento, y obligado a ser el principal
ministro de Estado asediado cuya estructura no podía modificar.

Tanto Wilson como Castlereagh creyeron en que el orden internacional


establecido después de una guerra catastrófica solo podría ser protegido por la
participación de todos los miembros clave de la comunidad internacional, y
especialmente de sus propios países. Para ambos la seguridad debía ser
colectiva, si alguna nación era perjudicada, a la postre todas serían victimas.
Consideraba así la seguridad como algo fundamental, todos los Estados tenían un
interés común en oponerse a la agresión y un interés aún mayor de impedirla.

En opinión de Castlereagh, Gran Bretaña, cualesquiera que fuesen sus ideas


sobre asuntos específicos tenía un interés real por conservar la paz general y el
equilibro de poder. Castlereagh, como ilusión creyó que el mejor modo de
defender ese interés sería participar en las decisiones que afectaran al orden
internacional y organizar la resistencia a las violaciones de la paz.
Sin embargo, hubo una diferencia enorme entre los dos estadistas anglosajones
Castlereagh no solo estaba de acuerdo con sus contemporáneos sino ni siquiera
con toda la tendencia de la moderna política exterior británica. No dejó ningún
legado, ningún estadista británico lo tuvo por modelo. Wilson no sólo respondía a
las fuentes de la motivación norteamericana, sino que la llevó a un nuevo y más
alto nivel. Todos sus sucesores han sido wilsonianos y toda la parte política
exterior norteamericana fue forjada por sus máximas.

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