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Maestría en Nutrición Deportiva

Materia: Evaluación del Estado Nutricio del Deportista


Profesor: Luis Ivan Reyes Zamudio
Nombre del alumno: Edgardo Sánchez Martínez
Grado: 2do Cuatrimestre
Morelia, Michoacán a 22 de enero del 2023

ENSAYO
Métodos de Evaluación Dietética

Día a día la consulta nutricional ha adquirido mayor importancia dentro de los chequeos de
salud rutinarios de las personas en general y se ha convertido, en gran medida, un aleado
importante al cuerpo médico de cualquier unidad de salud, por su alto nivel de valides al
detectar posibles enfermedades relacionadas con la nutrición, gracias a un diagnóstico veras
del nutricionista.

Pero no solo en el aspecto clínico, la consulta nutricional ha tenido crecimiento y aceptación


entre los usuarios, sino también, en otras áreas como el deporte y el mundo fitness. Gracias a
las nuevas tendencias por buscar un cuerpo más estético y saludable, más y más personas
están volteando a ver al nutriólogo como un pilar importante para alcanzar una vida más
saludable y longeva.

Así pues, el nutriólogo, al igual que el médico, debe realizar una examinación al paciente,
incluso más exhaustiva que el médico, para poder determinar un diagnóstico de acuerdo a su
estado de salud relacionado con su nutrición y su estilo de vida; es decir, debe formar un
historial clínico del paciente; y para poder realizar esto, se apoya en distintos métodos de
evaluación nutricional.

Ahora bien, definamos que es el estado de salud nutricional. Según Ravasco y colaboradores
en su artículo científico publicado en el 2010, definen a el estado nutricional como el reflejo del
estado de salud de una persona; y esto, en lo personal, lo considero completamente cierto. A
finales del siglo XVIII, el filósofo alemán Ludwig Feuerbach dijo: “Somos lo que comemos”.
(CadenaSer, 2023) Lo que comemos impacta nuestro cuerpo y nuestra salud en general.
Nuestro consumo de alimentos nos impacta en todos los sentidos, desde nuestros niveles de
energía y estado de ánimo hasta nuestro peso y habilidad de completar tareas.

Aun cuando no existe el estándar de oro en este sentido, Los métodos de evaluación
nutricional las más utilizadas son la evaluación global objetiva (VGO) y la valoración global
subjetiva (VGS). La evaluación objetiva, se lleva a cabo mediante la aplicación de indicadores
de manejo simple y práctico, estudios clínicos, antropométricos, dietéticos, socioeconómicos. El
otro método es la evaluación global subjetiva, la cual integra al diagnóstico de la enfermedad
que motiva la hospitalización, parámetros clínicos obtenidos de cambios en el peso corporal,
ingesta alimentaria, síntomas gastrointestinales, y capacidad funcional. (Ravasco, Anderson, &
Mardones, 2010)

En el caso de la consulta nutricional particular el método más utilizado para múltiples


poblaciones no hospitalizadas es la evaluación objetiva; la cual llega a ser más cara, tardada y
se necesita que el especialista tenga un amplio nivel de expertise para llevarla a cabo; sin
embargo, los beneficios pueden ser de mucho valor ya que nos permite obtener hallazgos
significativos respecto al paciente y a la situación de estudio.

Un ejemplo de la utilización de la evaluación objetiva nos las presenta Ravasco en su artículo


científico “métodos de la evaluación nutricional” donde aplicaron distintos componentes del
estudio tanto a niños como a adultos para poder determinar pacientes desnutridos o en peligro
de desnutrición. Ravasco y sus colaboradores nos dicen que el mejor indicador para
diagnosticar desnutrición en adultos es el IMC (índice de masa corporal).

El IMC es el indicador más utilizado; sin embargo, es importante considerar que en caso de
personas con una mayor cantidad de tejido magro más de lo normal (atletas o deportistas), el
IMC no es útil para determinar la composición corporal y por ende el peso ideal del sujeto a
evaluar. A nivel poblacional, cuando el IMC <18.5: a) Riesgo bajo (señal de alarma y que
requiere vigilancia) cuando la prevalencia de la población con IMC <18.5 está entre 5 a 9%; b)
Riesgo moderado (situación problemática) cuando la prevalencia de la población con IMC
<18.5 esta entre el 10 a 19%; c) Riesgo Alto (situación grave) cuando la prevalencia de la
población con IMC <18.5 es mayor o igual al 20%. A nivel individual, se considera signo de
alerta cuando: a) el IMC de normalidad varía en ±1,5 entre dos controles consecutivos
mensuales b) Cuando el valor del IMC se aproxima a los valores límites de la normalidad; c)
Pérdida de Peso >1 kg en 2 semanas; d) Cambio de clasificación de IMC en sentido opuesto a
la normalidad, por ejemplo: de Delgadez I a Delgadez II
A pesar de que el IMC puede ser un indicador de gran ayuda para en nutricionista para poder
diagnosticar riesgo de desnutrición, en la actualidad cada vez pierde más utilidad debido a que
solo relaciona dos aspectos antropométricos como es la talla y el peso y no es especifico para
todo tipo de poblaciones ni para cualquier etapa de la vida del paciente; por ejemplo en el caso
de los niños se utilizan otras variables para poder determinar desnutrición. En el niño las
variables más utilizadas son: peso, talla, circunferencia cefálica y circunferencia media del
brazo izquierdo, pliegues cutáneos, tricipital y subescapular, área grasa y área muscular. Con
ellos se construyen indicadores que reflejan las dimensiones y la composición corporales que
se obtienen al ser comparados los valores observados con los valores de referencia. Entre los
indicadores de dimensión corporal tenemos: peso para la edad (PE), peso para la talla (PT),
talla para la edad (TE), circunferencia del brazo para la edad (CB-E), circunferencia cefálica
para la edad (CC-E). (Ravasco, Anderson, & Mardones, 2010)

Otro de los retos al que se enfrenta el nutricionista al momento de hacer una evaluación al
paciente, es precisamente analizar cuáles son sus hábitos de consumo de alimentos. La
ingesta de alimentos es realmente un proceso muy variable que puede experimentar notables
diferencias según el día de la semana, la estación del año, la actividad realizada, etc. Por otro
lado, puede que la persona entrevistada no sea la persona que ha preparado y cocinado los
alimentos y además puede incluso que no recuerde con precisión la ingesta realiza y se
considera que este aspecto de estudio es uno de los más difíciles de evaluar. Sin embargo,
gracias a la evaluación objetiva del estado de nutrición, nos permite disponer de un
cuestionario que reúna tanto la información cualitativa como la cuantitativa para garantizar una
intervención dietética adaptada a las características y necesidades individuales.

Gonzalez y colaboradores en su artículo “Entrevista dietética. Herramientas útiles para la


recogida de datos” publicada en el 2006, nos dicen que El conocimiento del consumo de
alimentos, así como de los hábitos, frecuencias y preferencias alimentarias, de un individuo es
imprescindible frente a cualquier intervención a nivel de consejo alimentario, tanto en individuos
sanos como en personas previamente diagnosticadas de una patología que requiera
tratamiento dietético. Este proceso, llamado entrevista dietética, debe proporcionar la
información básica, que, junto con la obtenida en la evaluación bioquímica, la exploración física
y antropométrica, permita al profesional diseñar una estrategia o plan de alimentación
apropiado.

Las herramientas más efectivas y utilizadas por los especialistas de la nutrición que propone
Gonzales son: Recordatorio dietético de 24 horas, RD24; se trata de un método retrospectivo
en el que se solicita al entrevistado que recuerde todos los alimentos y bebidas ingeridas en las
24 horas precedentes, o durante el día anterior. Diario o registro dietético, RD; este método, a
diferencia del anterior, es prospectivo y consiste pedir al entrevistado que anote diariamente
(durante 3 a 7 días), los alimentos y bebidas que va ingiriendo. Cuestionario de frecuencia de
consumo CFC; consiste en una lista de alimentos, o grupos de alimentos, sobre la que se
solicita la frecuencia (diaria, semanal o mensual) de consumo, de cada uno de los ítems. La
información que se obtiene es básicamente cualitativa, aunque si se añade junto a cada
alimento la proporción o ración media de consumo, puede obtenerse una valoración
semicuantitativa. ( Salvador, et al., 2006)

Ahora bien, debido al alto grado de complejidad y al gran numero de tareas que el nutriólogo
debe realizar durante la consulta, hoy en día se busca optimizar el tiempo haciendo la consulta
más ágil pero logrando la misma calidad de los resultados para garantizar un diagnóstico
nutricional veras; y para ellos se crearon modelos de evaluación rápida. Los Métodos de
Evaluación Rápida fueron diseñados por Chambers y colaboradores en los años setenta para
su uso en las comunidades rurales de los países en vías de desarrollo y fueron modificados
más adelante en los años ochenta. Los datos recogidos mediante estos métodos permiten
trazar un mapa de análisis de situación, identificar y priorizar problemas, así como identificar
grupos de riesgo. Los instrumentos de evaluación rápida consisten en cuestionarios que
permiten identificar factores de riesgo de malnutrición clave o patrones de consumo inadecuado
de grupos específicos de alimentos. En base a estos factores de riesgo, se desarrollan
algoritmos adecuados para calcular escalas de puntuación asociadas a cada herramienta de
cribado. Las puntuaciones normalmente se categorizan según rangos de puntuación en la
escala y a continuación las correspondientes acciones adecuadas o decisiones a adoptar.
(Pérez, Morán, Riobó , & Aranceta, 2015)

En conclusión, nos podemos dar cuenta que para realizar una buena evaluación nutricional se
deben aplicar por lo menos en su manera más básica los cuatro elementos que conforman la
evaluación nutricional, los cuales son: evaluación antropométrica, evaluación bioquímica,
evaluación clínica y evaluación dietética. Claro esta que cada nutricionista va adaptar estas
cuatro evaluaciones según el tipo de población con la que trabaje e incluso va seleccionar que
herramientas de las cuatro evaluaciones, le funcionan mejor según su consulta. Lo importante
es reconocer que la evaluación nutricional es de gran ayuda para poder lograr un diagnóstico
veras y de esta manera poder diseñar un mejor plan de intervención nutricia que lleve al
paciente a mejorar su estado de salud o al logro de sus objetivos post consulta.
Referencias
Salvador, G., Palma, I., Puchal, A., Vilà, M., Miserachs, M., & Illan, M. (2006). Entrevista
dietética. Herramientas útiles para la recogida de datos. REV MED UNIV NAVARRA,
46-55.
CadenaSer. (15 de 01 de 2023). CadenaSER. Obtenido de
https://cadenaser.com/programa/2018/04/09/la_ventana/1523278391_873468.html#:~:t
ext=La%20pronunci%C3%B3%20a%20finales%20del,s%C3%B3lo%20necesita%20pan
%20y%20agua.
Pérez, C., Morán, L., Riobó , P., & Aranceta, J. (2015). Métodos de cribado y métodos de
evaluación rápida. Revista Española de Nutrición Comunitaria, 88-95.
Ravasco, P., Anderson, H., & Mardones, F. (2010). Métodos de valoración del estado
nutricional. SCielo, 25. Obtenido de
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=s0212-16112010000900009

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