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DERECHO
PROCESAL II
Estos apuntes son el resultado de un proceso de resumen de las publicaciones,
separatas y estudios realizados por distinguidos catedráticos y estudiosos del Derecho
Procesal Chileno y sólo en una mínima parte cuentan con la intervención u opinión del
recopilador.
INTRODUCCIÓN.
Fundamento e importancia:
Entre la presentación de la demanda y la sentencia definitiva ejecutoriada o
que cause ejecutoria, el ddado podría llevar a cabo una serie de conductas
tendientes a impedir que se cumpla el fallo dictado en su contra y con ello impedir
que se satisfaga la pretensión del actor ya reconocida judicialmente. Tb el ddado
podría realizar actos tendientes a provocar su propia insolvencia, etc.
La razón de ser de las MP dice relación con impedir que el ddado ejecute
esas conductas y así no transformar en letra muerta el contenido de la sentencia.
En doctrina, la idea de retardo del proceso que conlleva a la existencia de
un peligro de daño jurídico por la falta de futura ejecución práctica de la sentencia
que se dicte recibe la denominación de “perículum in mora”. El periculum in mora
no es el peligro genérico de daño jurídico (el que en ciertos casos se puede
obviar) sino que es específicamente el peligro del ulterior daño marginal que
podría derivar del retardo de la providencia definitiva , inevitable a causa de la
lentitud del procedimiento ordinario. Es la imposibilidad práctica de acelerar la
emanación de la providencia definitiva, la que hace surgir el interés por la
emanación de una medida provisoria; es la mora de ésta providencia definitiva,
considerada en si misma como posible causa de ulterior daño, la que se trata de
hacer preventivamente inocua con una medida cautelar, que anticipe
provisoriamente los efectos de la providencia definitiva.
Sin embargo, para que se decrete la MP se requiere además la
concurrencia del fummus boni iuris, (apariencia de la existencia del derecho
invocado por el actor) ya que si no fuera así, se rompería la igualdad que debe
existir respecto a las partes que intervienen en un juicio.
CARACTERISTICAS DE LAS MP
1.- Son infinitas: No se limitan a las enumeradas en el artículo 290 CPC sino que
se extienden a todo acto que sea asegurador o protector de la pretensión
deducida y de la sentencia favorable que se pudiese dictar. El artículo 298 CPC
consagra el fundamento explícito de lo que se viene diciendo (leerlo).
3.- Son instrumentales. Las medidas cautelares no son u fin en si mismas sino
que están preordenadas a la emanación de una ulterior resolución definitiva cuya
fructuosidad practica aseguran preventivamente. (Calamandrei). S fin inmediato
trasunta en asegurar la eficacia practica de la resolución definitiva que servirá para
actuar el derecho. En otras palabras la tutela cautelar es, respecto del derecho
sustancial, una tutela mediata, más que para hacer justicia, sirve para garantizar
el eficaz funcionamiento de la justicia. (Maturana)
5.- Deben ser necesarias para prevenir el peligro en la demora del proceso y
así evitar que se burle la eficacia de la sentencia que se dicte. Como son
excepcionales, no sólo requieren del fummus boni iuris sino que además concurra
el periculum in mora (peligro en la demora o daño jurídico derivado del retardo del
procedimiento). Este peligro en la demora viene determinado en el proceso civil
por el peligro de que el ddado disminuya incluso, haga desaparecer sus bienes
durante el curso del proceso sobre los que se pretende hacer efectiva las
responsabilidades pecuniarias que se declaren en la sentencia definitiva. Su
consagración (genérica) está en el art. 301 del CPC como también
específicamente para el secuestro (art 291), el nombramiento de interventor (293
N°4), en la retención de dineros o cosas muebles que son objeto del juicio (art
296) y en la prohibición de celebrar actos o contratos respecto de bienes del
ddado que no son objeto del juicio (art 296).
2.- Debe existir una dda deducida dentro del proceso. El art 290 CPC establece la
oportunidad para solicitar MP “en cualquier instante del juicio, aún cuando no
estuviere contestada la dda…”. Sobre este punto, entendemos que puede
solicitarse MP desde que está constituido el proceso o se ha trabado la relación
procesal (desde que se ha notificado la dda al ddado).
No obstante lo anterior, si siguiéramos la doctrina de la litis contestatio
(doctrina sobre la que se inspiró el CPC) podría argumentarse que se requiere
además el transcurso del termino de emplazamiento y luego de ello existiría juicio.
Sin embargo, la cátedra estima que el transcurso del término de emplazamiento es
un requisito de validez para la constitución del proceso, pero no es un presupuesto
de existencia. Por lo demás, hay autores que sostienes que de pensar así, existiría
un espacio temporal durante el cual en el proceso no podría solicitarse una MP,
esto es, entre la notificación de la dda (al haberse deducido no sería procedente
una medida prejudicial) y el transcurso del término de emplazamiento (al no existir
juicio no podría pedirse una MP).
En base a ello, la interpretación que debe darse al art 290 CPC (parte
transcrita) debe ser que se permite solicitar el otorgamiento de una MP “aun en
rebeldía del ddado”.
Ahora bien, si no se ha presentado dda o bien ella no ha sido notificada (no
existe juicio aún) la única forma de presentar una precautoria es bajo la modalidad
de medida prejudicial.
OJO!!!! En cuanto a la preclusión para solicitar MP, hay que tener presente que el
artículo 433 inciso 1 CPC dispone que “citadas las partes para oír sentencia, no se
admitirán escritos ni pruebas de ningún género”. Sin embargo, el inciso segundo
contempla la excepción al decir que todo ello “se entiende sin perjuicio de lo
dispuesto en los artículos 84 (incidente de nulidad procesal), 159 (medidas
para mejor resolver) y 290 (medidas precautorias)”.
Por lo anterior, en el juicio ordinario de mayor cuantía, en 1era instancia se
puede solicitar MP incluso después de citadas las partes a oír sentencia por
expresa disposición legal (regla que debe extenderse a los restantes
procedimientos en los que se incorpora el trámite para oír sentencia).
Por último, en 2nda instancia si bien no existe texto expreso, ciertos fallos
han posibilitado la petición y otorgamiento de MP, caso en el cual el Tribunal a
quo deberá entrar a conocer y decretar si procediere la MP (incluso si se trata de
una apelación que fue concedida en ambos efectos. En este caso el Tribunal a
quo deberá oficiar al ad quem para que remita el expediente y así pronunciarse).
3.- El ddado debe poseer bienes para hacer efectiva la MP real o patrimonial.
Como el contenido de la pretensión deducida en juicio es eminentemente
patrimonial resulta indispensable que existan bienes del ddado sobre los que se
pueda cumplir la MP. Hay que dejar en claro que la MP no puede afectar todo el
patrimonio del deudor, sino que se debe solicitar y disponer respecto de bienes
específicos y que puedan ser susceptibles de embargo y posterior liquidación. Es
por ello que pesa sobre el solicitante la obligación de individualizar con precisión el
o los bienes objeto de la MP de forma tal que no exista duda respecto a su
identidad.
También hay que recordar el principio de proporcionalidad en la concesión
de una MP ya que los bienes que se pretende afectar deben ser los estrictamente
necesarios para garantizar el resultado de la pretensión hecha valer. (art 298
CPC).
Para el profesor Maturana este requisito es aplicable tratándose de una
medida asegurativa o precautoria, pero no sería esencial respecto de una medida
que pretende mantener el status quo o bien una finalidad satifactiva o anticipada.
a) Comprobantes.
Hay que decir que el legislador no empleó la voz “instrumento” sino que
comprobantes (expresión que no ha definido). El diccionario de la RAE lo relaciona
con el participio activo del verbo comprobar y comprobar implica “verificar,
confirmar una cosa por medio de cotejo o de demostración”.
Por lo tanto comprobante es un término más amplio que el de instrumento y
atendida esta mayor amplitud podemos encasillarlo a todo medio de prueba que
sirva para acreditar, verificar, confirmar o demostrar algo y no sólo la prueba
instrumental.
La jurisprudencia ha tomado la acepción comprobante como sinónimo de
“prueba”, medios probatorios..
OJO!! Al inicio del procedimiento las voces comprobantes e instrumentos pueden
resultar sinónimas puesto que al inicio del proceso normalmente la prueba que se
podrá rendir será la documental, a menos que exista prueba obtenida por una
prejucidial probatoria e incluso puede el ddado haber hecho una confesión
expresa o espontanea en la contestación de la dda.
b) Presunción grave.
Una presunción es “el resultado de una operación racional y lógica en virtud de de
la cual partiendo de hechos acreditados en el proceso se colige un hecho
desconocido”.
Sabido es que las presunciones son legales (simplemente legales o de
derecho) o judiciales. Para que una presunción judicial produzca fe es necesario
que sea “más de una y que sean graves, precisas y concordantes art 1712 CC)”. A
pesar de ello, el art 425 del CPC prescribe que una sola presunción puede
constituir plena prueba cuando a juicio del tribunal tenga caracteres de gravedad y
precisión suficientes para formar su convencimiento.
La presunción grave es aquella que lleva a la convicción del tribunal la
sensación de que hay un principio de existencia del hecho de que se trata. Esto
quiere decir que la presunción produce un impacto en el juzgador acerca de un
principio de existencia (no existencia plena) del hecho.
La jurisprudencia ha sostenido que “al pronunciarse sobre las MP, el
tribunal puede apreciar los documentos presentados por las partes en el pleito, sin
que esto importe prejuzgamiento”.