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Alianza Editorial
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Ciencias sociales James L. Peacock n t7";,.„,

La lente • ntropológic
Luz fuerte, enfoque suave

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El libro de bolsillo
Antropología
Alianza Editorial
TITULO ORIGINAL: The Anthropological Lens: Hars Light, Soft Focus. Second
Edition Prefacio a la primera edición
TRADUCTOR: Jesús Cuéllar Menezo

¿Puedes ver la luna? ¿Puedes ver cómo se ve...?


tt
G ERTRUDE S TEIN, A Circular Play

Comenzó el semestre de otoño y di la primera clase de


un curso de introducción a la antropología. El curso, que
Diseño de cubierta: Alianza Editorial era de una universidad pública, se impartía en el gimna-
Ilustración de cubierta: Ángel Uriarte sio y entre los asistentes había muchas personas que, por
su atuendo y comportamiento, parecían más interesadas
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la en el deporte que en los estudios. Al terminar la clase
Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes pregunté si había alguna duda. Me sobresalté cuando un
indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren,
distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, joven me preguntó: «¿Cuál es su hermenéutica?».
artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fija- Estrictamente, la time, que ver con el
da en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la
preceptiva autorización. est~,siextókzualatewretar su significado. Este
alumno utilizaba el término en sentido generór Quería
conocer el significado del curso. Quizá lo que quería sa-
Cambridge University Press, 2001
bera el significado de la antropología.
de la traducción: Jesús Cuéllar Menezo, 2005
Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2005 La pregunta de ese alumno era proffliida y, a un nivel
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; elemental, el presente libro trata de responderla. El estu-
28027 Madrid; teléfono 91 393 88 88 dio de una disciplina como la antropología puede antojar-
www.alianzaeditorial.es se un galimatías carente de sentido: una serie de hechos
ISBN: 84-206-5887-1
emocionantes cuyo significado no se entiende suficien-
Depósito legal: M. 5951-2005
Composición: Grupo Anaya temente. Ésos son los hechos que enseñan los cursos de
Impreso en Fernández Ciudad, S. L. introducción, en los que se habla de «huesos y piedras»;
Printed in Spain
8 LA LENTE ANTROPOLÓGICA PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN 9

como llaman algunos alumnos a los fósiles y artefactos hu- única perspectiva? Hay tantas perspectivas como antro-
manos; de tipos de economías, gobiernos y organizacio- pólogos. Fijémonos en tres testimonios autobiográficos.
nes familiares de todo el mundo, y de cómo varía la gramá- Margaret Mead, en su autobiografía, titulada Black'berry
tica en cuanto salimos de nuestra herencia indoeuropea Winter (El invierno de las moras), consideraba que la
y nos adentramos en culturas exóticas. ,¿Qué quiere decir antropología es una comprensión interpersonal íntima.
toda esta información? Las interpretaciones y experiencias de su infancia y de
Hasta cierto punto, el significado lo da una síntesis sus propios parientes las hacía extensibles a toda la fa-
sustantiva. Se puede hacer que todos esos hechos com- milia humana, incluyendo las diversas culturas de Sa-
pongan una imagen de la existencia humana. Los huesos moa, Bali y Nueva Guinea en las que había vivido. El
y las piejfás pueden entrelazarse para conítiTrur una his- antropólogo Richard MacNeish presentaba una imagen
toria de los orígenes y la evolución del ser humano. Los diferente en The Science of Archaeology? (¿La ciencia de
tipos de vida social y de idiomas pueden mostrar pautas la arqueología?), su relato autobiográfico. En los paisa-
culturales. Esa clase de síntesis panorámica de la expe- jes que describe MacNeish no hay familias; en realidad,
,riencia humana es un importante objetivo de la antro- no aparece ninguna persona viva. Su mundo no es el de
pología, y uno de los principales propósitos de los cursos los círculos sociales íntimos sino el que hay de puertas
introductorios es proporcionar esa imagen. afuera, el de las amplias panorámicas que narran aven-
Hace poco, el anciano tío de mi esposa acudió a una turas y viajes desde el Ártico canadiense a la América
reunión y escuchó un discurso. Al volver a casa, alguien tropical, en sitios donde él buscaba trozos de cerámica,
le preguntó: «¿Qué dijo ese hombre?». El anciano con- semillas fósiles y otros restos arqueológicos. En algún
testó: «No lo dijo». lugar situado entre las perspectivas de Mead y de Mac-
En antropología, o en cualquier otra disciplina, todas Neish se encuentra Tristes Trópicos, la autobiografía y
las exposiciones de hechos son como las que hace un encantadora crónica de viajes del antropólogo francés
conferenciante que dijo algo pero no lo que estaba di- Claude Lévi-Strauss. El autor narra sus experiencias con
ciendo. Habló pero no transmitió lo que decía. ¿Cuál era pueblos vivos que, sin embargo, apenas figuran como
su mensaje? ¿Qué insinuaba? ¿Qué presupuestos subya- miembros cercanos de un círculo familiar. Más bien
cían en sus afirmaciones? Sólo captando los presupuestos aparecen retratados, de forma bastante objetiva y analí-
latentes en las declaraciones comenzaremos a compren- tica, como cifras, como portadores de significados abs-
der su significado. Esa comprensión es lo que buscamos tractos, integrantes de algún vasto sistema de informa-
al analizar la pregunta siguiente: ¿cuál es la perspectiva ción que, para Lévi-Strauss, es la razón de ser de la
antropológica? ¿Qué clase de lentes usa el antropólogo existencia. Al descubrir perspectivas tan variadas, uno
para ver el mundo? se acuerda de la letrilla que dice: «Desde los mismos ba-
Al hacer la pregunta, aparece de inmediato un pro- rrotes dos hombres miran; uno ve el barro y el otro las
blema. ¿Acaso la antrópIllogía-utiliza.,5_911Q. estrellas».

PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN 11
10 LA LENTE ANTROPOLÓGICA

Es im • osible construir una • ers • ectiva única que in- Tampoco es un tratado académico que repase exhausti-
5=514 diversidad de los puntos de vista aatrojWg-i- vamente los escritos teóricos y metodológicos de la discipli-
cós§2.1voc r se ha n niveltmlyseneral. Sin em- na, sometiéndolos a toda la fuerza de su análisis crítico. En
argo, sí hay varios temas importantes que se repiten en concreto, no pretende realizar una crítica filosófica profun-
las interpretaciones planteadas por los antropólogos y da como la que podría emprender un filósofo profesional;
que llegan a componer un enfoque ampliamente acepta- en realidad, se trata de una ojeada que, con cierta orienta-
do que, si se aprovecha, puede ayudarnos a explicar, aun- ción filosófica, echa un antropólogo a la antropología.
que no de forma exhaustiva, algunos de los significados Al no ser ni un manual ni un tratado académico,- este
e implicaciones del objeto de estudio. Incluso una for- libro pretende combinar elárAlisisrlállésdQtá.) En lu-
mulación tan vacilante y limitada puede ser de utilidad gar de recurrir a hechos y referencias académicas de tipo
(y ha de ser vacilante y limitada no sólo por la diversi- esotérico, utiliza con frecuencia ejemplos tomados de la
dad de la antropología, sino por su incesante transfor- experiencia común. La obra, aunque desenfadada, es se-
mación). ria. A pesar de que se ha evitado citar profusamente a
autores y textos, sí se ha tratado de reflejar los temas más
profundos de la disciplina.
Objetivos Una advertencia final: el libro no concede el «mismo
tiempo» a todas las ramas de la antropología. Insiste me-
Este libro va dirigido a varias clases de lectores. Al neó- nos en sus vertientes biológica, arqueológica y lingüísti-
fito que acaba de iniciarse en el estudio de la antropolo- ca que en sus tendencias social y cultural, aun esforzán-
gía le puede venir bien comprender algo de la filosofia dose por abarcarlas todas, como partes de una visión
subyacente en el campo en el que se está introduciendo holística. Quizá se haga honor a la verdad señalando que
(y del que pronto saldrá, no hay duda). Los estudiantes su unto de vista_fl_el_.,sk la antropología sociocultural o
de nivel intermedio sacarán provecho del análisis de las éUde un antropólogo sociocultural.
premisas de la disciplina, mientras se encaminan hacia
sus áreas más especializadas. A los estudiantes avanzados o
a los profesionales puede serles de cierta utilidad Esquema y perspectiva
atrás_y_211,seryar aquel
loclaaquelarmán211-te.
La presente obra no es un libro de texto; no cataloga El libro se divide en tres capítulos: uno sobre la materia,
los hechos de la vida humana como lo haría un manual otro sobre el método y un tercero sobre la trascendencia
de introducción a la antropología. Más bien, puede ser- de la antropología.
vir de complemento a ese tipo de texto, aclarando la vi- Por materia se entiende tanto los principales presu-
sión del mundo o la perspectiva que subyace en su obje- puestos como las principales conclusiones de la antro-
to de estudio. pología: sus conceptos clave, ejemplificados a través de
Y.

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12 LA LENTE ANTROPOLÓGICA PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN

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sus hallazgos. La cultúra —un conjunto de interpretacio- las ciencias naturales y otro en las humanidades. En con-
nes compartidas— es el concepto preponderante en la clusión, examina la relevancia y trascendencia de la antro-
antropología. Sin embargo, la cultura forma parte de pología en relación con su aplicación práctica y -con la
una perspectiva general sobre la existencia humana que comprensión general de los problemas humanos.
los antropólogos denominan «holística». Algunos de En concordancia con el discurrir de los capítulos, que
ellos no insistirían tanto ni en la cultura ni en el holismo; van desde la materia a la trascendencia, pasando por el
no obstante, si consideramos el conjunto de la antropo- método, las citas que figuran al inicio de cada uno de
logía, a lo largo de su historia y con toda su amplitud, ellos apuntan un movimiento que transita desde el es-
esos conceptos ocupan un lugar preponderante. cepticismo a la especulación. Las citas son bíblicas, pero,
El capítulo segundo trata del método, es decir, de la for- más que su doctrina teológica específica, lo que aquí nos
ma que tienen los antropólogos de aprender lo que apren- importa son sus connotaciones generales en materia de
den. El trabajo de campo es el método característico de actitud. Sin embargo, el hecho de encuadrar el análisis
la antropología. Sólo quienes han realizado esa labor dentro de la imaginería religiosa conlleva cierto mensaje.
pueden comprender la combinación especialmente ago- El análisis se basa en la creencia; la premisa de la raciona-
tadora de penalidadaftsicas, desorientacián-pásolágica lidad —según la cual hay que llegar a la verdad mediante
y desafío intelectull_que lo constituye. De hecho, incluso la lógica— no es en sí misma demostrable lógicamente,
la memoria de esas personas se empaña, haciendo que la sino que, al fin y al cabo, es un artículo de fe.
experiencia sea difícil de recordar y de .~con niti- La cita de Gertrude Stein que encabeza este prefacio
dez. Para poder dar una idea lo más vívida posible de lo alude al concepto de perspectiva. Uno ve la luna (o cual-
que conlleva hacer trabajo de campo, este capítulo em- quier otra cosa); se hace preguntas sobre ella, sobre el
pezará con experiencias conocidas de todos' nosotros, objeto que ve, y también se pregunta sobre el hecho de
para después ir aislando los rasgos esenciales de la expe- ver: sobre cómo ve o sobre cómo uno ve. Estas últimas
riencia sobre el terreno. preguntas tienen que ver con la perspectiva. La «lente»
El trabajo de campo no sólo es experiencia. También -1: que figura en el título del libro es análoga a la «perspec-
es método. La antropología tiene formas características tiva»; ambas determinan —una ópticamente y la otra
de contribuir a la comprensión científica y humanística-. mentalmente— lo que uno ve.
Aquí se abordarán cuestiones de interpretación y cpm:
páración relacionándolas con esta disciplina, que busca
tanto el detalle mínimo como la interpretación general. Una imagen orientativa: luz fuerte y enfoque suave
En el último capítulo se intenta plantear perspectivas
que conjuguen la materia y el método, apuntando que no En la física fotográfica, cuanto más intensa es la luz,
existe un marco único que reúna a toda la disciplina, sino menor es la apertura de la lente; al haber más luz, basta
que en ella compiten dos grandes enfoques: uno basado en un agujero más pequeño para transmitir la imagen a la
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LA LENTE ANTROPOLÓGICA

PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN 15

película. Y cuanto menor es la apertura, más amplia es Disculpas y agradecimientos


la profundidad de campo. Es decir, el fotógrafo puede
enfocar a la vez lo que hay delante y detrás del objeto, Me disculpo por seguir la convención de utilizar única-
así como este mismo. Si ese campo' pudiera extenderse mente el pronombre «él» en vez de «él o ella» al referir-
indefinidamente, podría llegara a abarcar incluso la _cá- me a terceras personas cuyo género no se especifica. La
mara. práctica es editorial, no ideológica.
La antropología no es prisionera de las leyes ópticas, En lo tocante a las citas, agradezco los permisos de
ni, tampoco es exclusivamente; visual, pero este tipo de Stanford University Press en el caso de Gregory Bateson,
analogía puede ayudarnos a pensar de forma concreta. Naven (ed. de 1958), p. 262; Curtis Brown Ltd. en el de Lin-
Imaginémonos que un fotógrafo es partidario de em- coln Barnett, The Universe and Dr. Einstein (ed. de 1948),
plear una luz intensa, potente, es decir, de utilizar condi- pp. 8 y 9; Oxford University Press en el de E. E. Evans-
ciones en las que haya un fuerte resplandor.. Imaginémo- Pritchard, The Nuer (ed. de 1940), pp. 12-13; de Pan-
nos también que busca profundidad de campo, con el fin theon Books, Random House en el de Boris Pasternak,
de enfocar el segundo plano, el primero y el propio obje- Doctor Zhivago, traducido por Max Hayward y Manya
to. La antropología busca condiciones de luz fuerte; esto Harari (ed. de 1958), pp. 270-271; University of Califor-
se puede tomar literalmente, puesto que los antropólo- nia Press en el de Rodney Needham, Against the Tranqui-
gos tienden a trabajar en entornos expuestos a la intensa lity of Axioms (ed. de 1983), p. 33; y al Museo de Orsay de
luz del desierto y de los trópicos, pero también es cierto París, en el caso de la reproducción de La encantadora
metafóricamente, ya que, en general, para realizar su tra- de serpientes, de Henri Rousseau.
bajo, buscan condiciones en cierto sentido duras, con el Tengo una especial deuda de gratitud con la Funda-
fin de entrar en contacto con lo primario y lo elemental, ción John Simon Guggenheim y con la Universidad de
con los fundamentos de la naturaleza humana, despoja- Carolina del Norte en Chapel Hill, que financiaron una
dos de los oropeles de la civilización. En esos entornos, la estancia de" un año en la Universidad de Oxford cuando
antropología enfoca difusamente más que con precisión: este proyecto estaba comenzando; con Rodney , Need-
en lugar de ceñirse estrictamente al objeto, difumina sus ham, del All Souls College, y con el Instituto de Antropo-
perfiles y los de su medio, con el fin de enfocar no sólo logía Social, cordiales anfitriones en Oxford; con mi fa-
ese objeto sino el segundo plano, el plano lateral y el pri- milia, alumnos y amigos por su indispensable ayuda y
mer plano; a esta percepción del entorno total la deno- sugerencias: John Baggett, Keith Basso, Carolyn Bloo-
minamos holismo. Si este campo de visión holístico se ex- mer, David Brown, Richard Eckley, Louly Fowler, Mari-
tendiera lo suficiente, incluiría al perceptor tanto como lyn Grunkemeyer, Steven Klein, Christine Loken-Kim,
el objeto percibido, lo que también es una preocupación Edwin Lonergan, Karen McIntyre, Stuart Marks y Louly
de la antropología, que aprecia en el conocimiento tanto Peacock. A mi padre y a mi madre les doy las gracias por
el aspecto subjetivo como el objetivo. muchas cosas.
Prefacio a la segunda edición

La antropología y el mundo, a medida que se aproxima-


ban y entraban en el nuevo milenio, han cambiado, quizá
• no tan radicalmente como algunos anunciaban, pero,
en cualquier caso, sí de forma importante. Esta edición
revisada responde a esos cambios, aunque conservando
preocupaciones y conceptos que, desde el primer siglo de
existencia de la disciplina hasta ahora, han venido man-
teniendo su carácter destacado. Tres de esos enfoques
persistentes son: la cultura, el trabajo de campo y la re-
levancia. Cada uno de ellos sigue ocupando el centro de
uno de los tres capítulos del libro: la cultura en el primero,
«Materia»; el trabajo de campo en el segundo, «Método»;
y la relevancia en el tercero, «Trascendencia».
No obstante, dentro de cada capítulo se han intercalado
cuestiones, problemas y perspectivas novedosos. En el ca-
pítulo primero, el concepto de cultura conduce a enfoques
y problemas de tipo dinámico, como la globalización, el fe-
minismo y el poder. En el capítulo segundo, el trabajo de
campo nos lleva a cuestiones relacionadas con la reflexivi-
dad: la interacción entre el trabajador de campo y su labor
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LA LENTE ANTROPOLÓGICA PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN 19
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sobre el terreno, y el problema general de cómo influye el a la disciplina que defiendo en ambas ediciones de la
conocedor en lo conocido. En el capítulo tercero, las cues- Lente.
tiones relativas a la aplicación nos conducen a preocupacio- Reconociendo, en consecuencia, los cambios, tam-
nes como los derechos humanos y las posibilidades que tie- bién busco continuidades y elementos fundamentales.
ne la antropología de influir en los problemas públicos. Me protejo de las modas, para no subir a trenes que se
Aunque era necesario hacer revisiones, puesto que la estrellan. Intento no exagerar las tendencias habituales,
Lente fue esbozada hace dos décadas, la primera edición porque lo que hoy es nuevo, mañana ya será viejo. Sin
ya anticipaba muchas evoluciones recientes. Por ejem- embargo, trato de incorporar nuevos materiales, colo-
plo, el énfasis posmoderno en la «construcción» mantie- cándolos dentro de marcos y direcciones que parecen ir
ne la advertencia contra «la falacia de la concreción mal a durar y continuar, y que, en ocasiones, apuntan más
situada» y, a su vez, es objeto de las cautelas señaladas allá de lo actual, señalando necesidades y oportunida-
por «la falacia de la abstracción mal situada», ambas pre- des emergentes. Cualquiera que sea el éxito o. el fracaso
sentes en la primera edición; es decir, la cultura es una de esta empresa, estoy deseando ver las formulaciones y
construcción, no hay duda, pero decir esto 'no debería acciones futuras de la antropología y de los antropólo-
conllevar la negación del poder-primordial de los fenó- gos. Como concluía la primera edición: «Los nuevos
menos a los que aplicamos etiquetas como la de «cultu- usos reclaman nuevas lentes; las nuevas lentes, nuevas
ra». También se anticipaba la reflexividad, por ejemplo, fórmulas para describirlas». Aunque quizá el carácter
en las imágenes de la lente y. la fotografía, en las que se dinámico de nuestros procesos lo expresaran mejor
apuntaba qu. e en la etnografía el fotógrafo siempre for- otros términos, en lugar de la palabra «fórmulas», po-
ma parte de lo que fotografía. cos discreparían de que el futuro demandará nuevas y
Aunque términos cómo «holismo» y «cultura» son cri- más ricas formas de expresión para representar una
ticados por algunos antropólogos, en nuestra 'discipli- disciplina tan explosiva como la antropología. Otra
na y en el conjunto de la sociedad su historia es ,larga Lente podrá sacar la instantánea de nuestro laborioso
y su uso habitual. Cuando esos términos siguen siendo avance en ese sentido.
útiles para aludir a conceptos duraderos, contiriúo uti- Entre los orígenes de esta revisión, es importante desta-
lizándolos, en lugar de sustituirlos por otras alternati- car el hecho de que entre 1993 y 1995 fuera presidente de
vas más especializadas, esotéricas y posiblemente efíme- la Asociación Estadounidense de Antropología (AAA). La
ras, recientemente introducidas. También me esfuerzo experiencia de «liderar» una organización de 11.000 an-
por mostrar los vínculos y precedentes teóricos de esos tropólogos, que representa una gran diversidad de opinio-
conceptos más novedosos. Al revelar los paralelismos exis- nes, enriqueció de modo incalculable mi propia perspecti-
tentes entre los argumentos de Durkheim y -Foucault, va y se refleja especialmente en el último capítulo, cuando
o entre la obra de Margaret Mead y la antropología se analiza la ética, los derechos humanos y la «antropolo-
feminista más reciente, se da . una perspectiva histórica gía pública».
20 LA LENTE ANTROPOLÓGICA

Agradezco la colaboración de Carla Jones, estudiante La lente antropológica


de doctorado en Antropología. Carla esbozó los nuevos Luz fuerte, enfoque suave
apartados sobre globalización, feminismo, ecología, de-
rechos humanos y posmodernidad, y trabajó conmigo
para darles forma e intercalarlos en un manuscrito revi-
sado. Estoy profundamente en deuda con su transfusión
de nueva materia, estimulante y absolutamente esencial,
que conduce hacia las «lentes» del futuro.
También doy las gracias a Carrie Matthews, estudiante
de una maestría en Literatura Comparada, quien leyó el
texto original y sugirió algunas modificaciones de índole
editorial, además de redactar la versión preliminar de un
párrafo sobre la idea de «orientalismo» en Edward Said.
Finalmente, agradezco a la editora Jessica Kuper que me
sugiriera que había llegado el momento de, una nueva
Lente.
1. Materia

Voy a declararos un misterio


I a los Corintios,, 15:51-2
.

¿Qué es la vida? ¿Cuál es la esencia de la existencia hu-


mana? ¿En qué consiste la experiencia?
La antropología proporciona diversas respuestas a es-
tas preguntas. Esa variedad puede reducirse a ciertos te-
mas principales. Quizá el más destacado sea el siguiente:
la vida humana debe abordarse en su conjunto, como
una configuración entretejida por muchas fuerzas y as-
pectos, unas y otros organizados por la cultura. Sin em-
bargo, ese todo es dinámico y su estudio está poblado de
debates.

¡Es real!: La cultura contemplada

Surabaya —tórrida, abarrotada y empobrecida— es una


ciudad portuaria de Java, la isla más populosa de In-
donesia, cuarta nación más poblada del mundo. En
1962, mientras realizaba trabajo de campo en Suraba-
ya, se calculaba que, de su millón de habitantes, 75.000
eran mendigos. La mayoría de la gente, viviendo con

1. MATERIA 25
24 LA LENTE ANTROPOLÓGICA

un tercio de los alimentos que ingieren los occidenta- educada. Sin embargo, la pátina de civilización, aun sati-
les, estaba desnutrida. La inflación se había disparado rizada, se valoraba enormemente.
y los precios se multiplicaban mensualmente por tres, Las convenciones de ese lenguaje y esos modales tan
de modo que los sueldos sólo servían para cubrir unos refinados se expresaban también mediante una vida ce-
pocos días de cada mes. La familia con la que vivíamos mi remonial enormemente amplia y compleja. La boda de
esposa y yo en un barrio de chabolas cercano a las vías una pareja javanesa corriente, comparada con un enlace
del tren apenas tenía lo suficiente para sobrevivir. Con- de la realeza, no saldría mal parada en cuanto a pompa y
seguir atención médica era difícil; las comunicaciones, esplendor. Había danzas de exquisita elegancia, inspira-
inciertas, y el transporte, una aventura. La ciudad esta- das en las cortes javanesas, que no sólo se realiaban en
ba dominada por el Partido Comunista que, inclinado ámbitos cortesanos para celebrar momentos felices, sino
hacia la revolución, en aquel momento era el segundo que también las practicaban niños de barrios bajos en
más importante de Asia. La inestabilidad, las penurias destartalados escenarios de bambú. Abundaban las sectas
y la ansiedad caracterizaron ese periodo, que el presi- místicas o las dedicadas a la meditación, y gente corrien-
dente indonesio Sukarno dio en llamar «El año que vi- te, preocupada por cuál sería su siguiente comida, expli-
vimos peligrosamente». caba filosofías esotéricas y teorizaba sobre las profun-
Resulta asombroso que, a pesar de las dificiles y. preca- didades de la civilización javanesa.
rias condiciones de vida, se mantuviera el exquisito refi- Todo eso formaba parte de la cultura de Java. Los mo-
namiento de los valores de la cultura javanesa. Cuando dales, las ceremonias, la lengua, el arte y las filosofías
uno visitaba una casa, le sentaban ante una pequeña mesa eran cosas tan profundamente enraizadas que no des-
y le servían una taza de té o de agua azucarada.No se po- aparecían en condiciones terribles. La cultura se encon-
día tornar la bebida inmediatamente, sino que había que traba tanto en la forma de vida como en los mendigos
esperar hasta que el anfitrión o la anfitriona diera la orden deformes, en los comerciantes acostumbrados a regatear
con una palabra suave y cantarina, «mangguuuu», des- y en los políticos corruptos; aún sigue floreciendo, inclu-
pués de la cual ambos bebían. Así se iniciaba la formali- so después de una época de violencia en la que, tras «El
zada ceremonia de una visita en Java, a cuyo fin adecuado año que vivimos peligrosamente», se calcula que fueron
se llegaba recitando con expresión igualmente depurada: masacrados medio millón de indonesios y se registraron
«ahora solicito permiso para retirarme». Este carácter turbulentas transformaciones.
ceremonioso estaba tan sólidamente enraizado . .:y tan Al igual que en este ejemplo, gran parte del trabajo
perfectamente asumido en la vida de la isla que incluso antropológico se ha realizado en escenarios duros, re-
era objeto de representaciones teatrales populares: un motos, o ambas cosas a la vez; casi nunca en las confor-
payaso, que hacía de anfitrión, sustituía la refinada invi- tables zonas residenciales o los salones que asociamos
tación javanesa «beba» por la grosera orden «sórbalo», con la cultura y la civilización. Sin embargo, de ese con-
aludiendo al impulso animal subyacente en la fachada tacto con la «luz fuerte» ha surgido una valoración de lo

26 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 27

que hemos dado en llamar cultura: una forma duradera plo), así como otros rasgos afines a la organización social
de pensar y de ordenar nuestras vidas que sobrevive a la humana, parecen expresar pautas heredadas o instintivas,
lucha por la existencia. Sea lo que sea la cultura, «es real». no aprendidas. Otros podrían diferenciar los prodUctos
Al menos algo existe que, para nuestra comodidad, po- mentales del psicótico de los de una cultura; el delirio del
demos denominar «cultura». primero sólo es privativo de él, mientras que las ideas de
una cultura, aunque a veces sean igualmente peculiares, no
se sostienen .por sí solas, sino que se comparten.
DEFINICIÓN DE CULTURA Esos rasgos —que la cultura se aprende y se compar-
f•-;
te— enuncian las condiciones para que. .haya cultura.
Al revisar las definiciones antropológicas de cultura, uno ¿Pero qué es la cultura en sí misma? Tylor enumera va-
se acuerda .de los versos) de 'Elizabeth Barrett Browning: rios de sus elementos:
«¿Cómo os amo? Dejadme enumerar las maneras...». Con
actitud promiscua, los antropólogos han colmado de afec- el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, la ley, las cos-
to el concepto de cultura, tan evidente en su experiencia y tumbres, así como otras capacidades y hábitos adquiridos
por el hombre como miembro de la sociedad.'
tan capital para su disciplina. Sin embargo, nuncá se han
puesto de acuerdo sobre una única definición: No obstan- La lista es larga y parece incluir casi cualquier cosa sus-
te, sí pueden precisarse ciertós elementos comunes. ceptible de aprenderse o compartirse. Los antropólogos
.Sir. Edward Tylor, fundador de la antropología social, han reducido la lista de diversas maneras. Algunos han su-
proporcionó en 1871 la definición . clásica: brayado los componentes mentales o actitudinales, más
La cultura [...] en su sentido etnográfico amplio, es ese, complejo que el aspecto de comportamiento de la cultura. Según
universo que incluye el conocimiento, laS Creenci'áS,. el arte, - la esta perspectiva, la cultura no es en sí misma un compor-
moral, , la ley, las costumbres, así como otras capcidadéS y hábi- tamiento, sino que se compone de las interpretaciones
tos klcpor el hombre cómo ‘rn ...4 ._„ de la sociedad.'
embro compartidas que orientan ese comportamiento y que se
expresan a través de él. ¿Cómo sabemos de la existencia de
Según la definición de Tylor, la- cultura la «adquiere el esas interpretaciones? Mediante la observación de con-
hombre como miembro de la sociedad». Esto implica que ductas y de otros elementos visibles o audibles que los po-
la cultura, en vez de heredarse por línea biológica, se apren- nen de manifiesto. En este momento no tenemos por qué
de, y también que es algo social; no es propiedad del indivi- detenernos en las dificultades de esta formulación. Ahora,
duo sino que se comparte. La mayoría de los antropólogos nuestra labor consiste en captar que hay algo —una especie
estaría de acuerdo en estos dos, rasgos de la cultura. Algunos de pauta o de inclinación organizada— que se expresa a
distinguirían entre la sociedad de las hormigas o las abejas través de comportamientos característicos de cada .grupo
y la humana, porque las dos primeras, aunque presentan de personas. Tenemos que percibir la importancia 'de esas
una división del trabajo (entre reinas y obreras, por ejem- pautas y su poder para organizar nuestras vidas.
28 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 29

El ejemplo de Surabaya es extremo; allí, la gente man- el futuro. Sin dudarlo, clasificamos cualquier aconteci-
tenía su cultura en condiciones enormemente tensas. miento situándolo sobre dicha línea: la época de los di-
Cabe imaginar otros ejemplos históricos. La comunidad nosaurios se remonta a muchos intervalos de distancia,
religiosa utópica de Münster, dirigida por Jan Bokels- la Segunda Guerra Mundial está cerca de nuestra posi-
zoon, fue asediada en 1535 por los ejércitos reales del Rin. ción actual; una gestación puede prolongarse durante
Privados de víveres, los fieles fueron obligados a dar glo- nueve meses siguiendo esa línea, y el nacimiento no es
ria a Dios mientras se morían de hambre. La mayoría de más que un punto sobre ella. De forma similar, el futuro
los estudios antropológicos no se han realizado en con- se imagina como un movimiento que sigue una línea: las
diciones tan rigurosas como ésta, pero, como hemos men- naciones ponen en práctica planes quinquenales e in-
,
cionado, gran parte de ellas se han llevado a cabo en si- i
tentan progresar; los individuos tienen carreras. Para
tuaciones difíciles en uno u otro sentido.. Sin embargo, «avanzar», todo el mundo debe desplazarse con determi-
ésas son las experiencias que han alimentado la convic-
, nación sobre la líneá y superar obstáculos e interrupcio-
ción antropológica en la cultura humana como fuerza y nes. Esta forma de pensar, que procede de diversas fuen-
como poder. Si la cultura pervive en esos ámbitos, sobre- tes, está enraizada en nuestra cultura. Se halla en muchos
vivirá en cualquiera. idiomas europeos que, a diferencia de muchas lenguas
¿Qué rasgos de la cultura la hacen poderosa? no europeas, tiene tiempos verbales: categoriza las expe-
riencias dividiéndolas en pasado, presente y futuro. Está
en nuestra tradición judeocristiana, que imagina que
LA CULTURA SE DA POR HECHA tenemos una historia —un pasado que, desde la creación
del mundo, avanza a través de Abraham, Moisés y los
Según la metáfora de Edward Hall, la cultura es un «len- profetas— y un futuro. Se ha visto acentuada por la época
guaje silencioso»'. Las tradiciones y las convenciones son de la mecanización, que nos obliga a automatizar, plani-
silenciosas en el sentido de que suelen ser inconscien- ficar y secuencializar con precisión. Nos han enseñado
tes. Personas que dicen actuar racionalmente, que sólo esta forma de pensar en el colegio, donde, haciéndonos
se rigen por consideraciones como la eficiencia, se guían pasar por una serie de estadios, se nos conduce hasta la
inconscientemente por tradiciones rígidas y penetrantes. graduación; en los refranes, que nos dicen que el tiempo
Poner en evidencia esas tradiciones es una de las labores es oro, que todo lo trae y todo se lo lleva, y que hay que
principales del antropólogo, por no hablar del satírico. aprovecharlo y no desperdiciarlo. Nos hemos criado
La obra de Hall es un ejemplo de este enfoque. pensando en el tiempo de esta forma lineal. Lo hacemos
Este autor señala que durante siglos Occidente: ha sin recapacitar sobre ello. Damos por hecha esa forma de
concebido el tiempo como algo lineal. El tiempo es una pensar.
línea que, dividida en siglos, años, meses, semanas, días, Antropólogos como Hall nos enseñan que no todo el
horas, minutos y segundos, se prolonga entre el pasado y mundo piensa de ese modo. Parece que los habitantes de
30 LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 31

las islas Trobriand del Pacífico occidental partían de canción country. Aun percibiendo las variaciones, la ma-
otros presupuestos. Se dice que, a diferencia del triunfa- yoría de nosotros da por sentada cualquiera que sea la
dor esforzado, a los trobriandeses no les preocupaban idea de tiempo que nos gobierna. En realidad, los triunfa-
especialmente las interrupciones o que ni siquiera consi- dores que dicen estar únicamente actuando de manera
deraban que un obstáculo en la realización de_una tarea eficiente y racional, están llevando a cabo un gigantesco
constituyera una interrupción. Para ellos, el tiempo no ritual que expresa las tradiciones concretas de su cultura y
era tanto una línea sobre la que uno se mueve como-un de su subcultura. Se puede elegir conscientemente una de-
charco en el que uno se sienta, chapotea o se revuelca. terminada carrera o forma de vida y justificar cierto credo
Los trobriandeses imaginaban el tiempo como algo ca- o conjunto de valores y objetivos, pero nadie desvelará
rente de dirección, no como una línea que indica una nunca las premisas que se dan por sobreentendidas y que
trayectoria. forman parte de la propia cultura: ese «conocimiento tá-
Evidentemente, todas las cautelas a la hora de evitar cito» que nos sirve para vivir en el mundo.
los estereotipos culturales son pocas. En una ocasión, en
Java, para presentar mi intervención en una serie de con-
ferencias, dijeron: «A continuación, el Sr. James mengisi LA CULTURA ES ALGO COMPARTIDO
waktu», que significa «llenará el tiempo». Quise inter-
pretar la expresión enmarcándola en la elaborada solem- La antropología lingüística nos proporciona uno de los
nidad antes mencionada: es decir, que a la gente le im- ejemplos más sorprendentes de este hecho: el fonema,
portaba menos lo que yo dijera o lograra que el hecho de que es un rasgo del sonido crucial para la comunicación:
que cubriera un espacio de la ceremonia. Este ,tipo de Si se compara la forma de hablar de diferentes personas,
pauta no lineal todavía puede observarse en la vida java- incluso de las que comparten un mismo idioma y tienen
nesa, donde lo tradicional es que el tiempo, relacionado el mismo «acento», se pueden escuchar todo tipo de va-
con tradiciones indo-budistas, se base en ciclos más que riaciones. En cada hablante varía el tono, el volumen, el
en progresiones; sin embargo, también puede apreciarse timbre, la intensidad y las pautas respiratorias. Sus ór-
la linealidad occidental de los calendarios y de los impul- ganos vocales son diferentes y a algunos incluso pueden
sos que conducen al esfuerzo y al logro. • faltarles dientes o tener otras particularidades. Resulta
A cualquiera que mire y que escuche le resultará eviden- increíble que, a pesar de todas esas diferencias, se comu-
te que la concepción del tiempo es variable, porque las niquen. ¿Cómo logra esto el idioma? Cada lengua dis-
diferencias se ven incluso dentro de nuestra propia socie- tingue una pequeña cantidad de sonidos absolutamente
dad. El tiempo de las personas negras suele ser diferente cruciales (algunas sólo tienen una docena y ninguna su-
al de las blancas y también saltan a la vista otras variacio- pera los noventa; el inglés reconoce unos cuarenta); esas
nes étnicas o regionales: «Te amaría en un minuto de Nue- diferencias se denominan fonemas. La comunicación se
va York pero me tomaría el tiempo de Texas», dice una producirá siempre que esas distinciones se produzcan

32 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 33

y comprendan. Por ejemplo, en inglés es necesario que yente, estudiaba las creencias. En un sentido más profundo,
el hablante distinga entre los fonemas «b» y «p» (de no convertirse habría supuesto renunciar a una identidad cul-
ser así confundiría las palabras «pin» y «bin», «bull» y tural y aceptar un compromiso religioso.
«pull», «pan» y «ban»). No es necesario que haga todas El encuentro con el otro acentúa la conciencia de la pro-
las distinciones posibles. Algunas que son esenciales en pia identidad cultural. Este principio explica la insistencia
otros idiomas carecen de importancia en inglés. Por ejem- de los antropólogos en la realización del trabajo de campo
plo, en lenguas asiáticas como el chino y el tailandés hay en un ámbito en principio ajeno, y explica su recurso a la
diferentes tonos que cambian el significado dei las pala- comparación entre lo ajeno y lo familiar. El pez es el último
bras. Si no tiene práctica, un hablante de inglés no podrá en comprender el agua, y quizá lo haga contrastándola con
siquiera percibir la diferencia entre esos tonos, por no la tierra. Para captar el poder y la realidad de la cultura, es
hablar de reproducirlos, ya que, en su idioma, la diferen- necesario establecer algún contacto con el otro.
cia tonal no afecta a los fonemas. En consecuencia, la cultura es el nombre que dan los
Las pautas lingüísticas comunes ponen de manifiesto antropólogos a interpretaciones y códigos sobreentendi-
un rasgo cultural que haya impresionado a los antropó- dos pero de enorme influencia que los miembros de un
logos y a cualquiera que ha pensado en, ello. Sin inten- grupo comparten y aprenden. El énfasis que recibe la
ción o planificación individual alguna, un grupo establece cultura varía en diferentes escuelas y ramas de , la antro-
reglas, códigos, valores y convenciones que sus miembros pología (por ejemplo, la antropología social británica
comparten. Al no circunscribirse a una sola persona, la hace más hincapié en su contexto social, mientras que la
cultura compartida escapa al control de cualquier indi- antropología cultural norteamericana incide más en
viduo; tiene su propio poder. la cultura misma), pero el concepto de cultura es impor-
tante en todas las vertientes de la disciplina. Desde hace
tiempo, y en la actualidad, la antropología ha asumido
EL ENCUENTRO CON EL OTRO que aumentar nuestra conciencia del poder y de la reali-
dad de la cultura en nuestra vida es una misión y una
En una ocasión, en la mezquita de una pequeña localidad contribución de carácter primordial.
javanesa, varios cientos de personas rezaron para que yo me
convirtiera al islam. ¿De dónde nacía mi resistencia? En pri-
mer lugar, yo había asumido la posición del «investigador», Definición de antropología: una disciplina holística
del que hace trabajo de campo para «estudiar» esa tradi-
ción, no del que cree en algo pero está abierto a otras cosas. «Tan pocas como puedas, tantas como debas», era el con-
De hecho, cuando el grupo musulmán me preguntó una sejo de John Stuart Mill en lo tocante a definiciones. Sus
vez cuál era mi religión, yo le contesté: «Mi religión es la an- compatriotas británicos destacaban en la elaboración de
tropología»; con esto quería decir que, más que ser un cre- definiciones tan escuetas como mordaces. Según Samuel
34 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 35

Johnson, la avena es aquello con lo que los ingleses ali- Podríamos comenzar pensando en actividades, pero se-
mentan a sus caballos y los escoceses a los hombres, mien- leccionando ahora las que suelen considerarse «profesio-
tras que Oscar Wilde calificaba la caza del zorro como «lo nales». Esa lista incluiría todos los tipos de investigación
incalificable en busca de lo incomible». Quizá la defini- que llevan a cabo los antropólogos, desde desenterrar fó-
ción más ingeniosa de la antropología sea la de Margaret siles hasta vivir mezclados entre la gente en lugares hoy en
Mead, para quien es «el estudio del hombre, abrazando* día apartados. La lista de cursos universitarios sobre an-
a las mujeres». En cierto modo, lo que pretende este libro tropología da una cierta idea del abanico de objetos de es-
es definir la antropología, de manera que, antes de conti- tudio de los que trata esta disciplina. La lista siguiente se
nuar, comenzaré por dar una idea de cuál es su objeto. basa en la oferta de un departamento de tamaño medio de
La antropología es lo que hacen los antropólogos. Ésta una universidad pública estadounidense:
es una forma somera de caracterizar la disciplina, y un
enfoque que algunos defienden. Pero, ¿es correcto? No, Orígenes de la civilización y del Estado
evidentemente es erróneo. Los antropólogos pasan gran Cultura: ¡qué concepto!
parte de su tiempo haciendo lo que hace todo el mundo. Antropología general
Duermen y comen, trabajan (intensamente), hablan ,(sin Culturas locales, fuerzas globales
parar) y viajan (frecuentemente). No todas esas activida- Evolución y adaptación humanas
des forman parte de la antropología. ¿Cuáles son las co- Dilemas humanos
sas que sólo hacen los antropólogos, y nadie más? Ahora Sistemas de curación comparados
comenzamos a precisar, pero la definición sigue siendo Introducción a las civilizaciones de la India, Pakistán y
inadecuada. Debido a las exigencias de sus investigacio- Bangla Desh
nes, los antropólogos pueden pasar más tiempo que la Problemas globales
mayoría de la gente viajando a lugares exóticos y recupe- Teoría social y diversidad cultural
rándose de enfermedades igualmente exóticas; esos ras- Prehistoria del mundo
gos son característicos, pero ¿acaso los viajes y las enfer- Paleoantropología
medades definen la antropología? Lo que necesitamos Cultura y personalidad
saber es qué es lo que hacen los antropólogos por el he- Magia, ritual y creencias
cho de serlo: qué parte de su actividad constituye la an- Emociones y sociedad
tropología. Sin embargo, ¿cómo vamos a saber cuándo Arte y cultura
actúan los antropólogos como tales sin saber antes qué Género y comportamiento
es la antropología? Hemos vuelto al punto de partida. Arqueología norteamericana
Jardines, santuarios y templos de Japón
* El verbo embrace también significa incluir o abarcar, de ahí el ingenio Bioarqueología
de la definición de Mead, basada en este doble sentido [N. del T. Dinámicas culturales africanas
I
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36 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 37

Antropología e interés público En lo tocante a los aspectos abordados, la antropología in-


Globalización e islam local en Asia cluye los biológicos y los culturales, los económicos y los
Evolución de los paisajes psicológicos, los estéticos y los políticos. Su metodología
Teoría sociocultural y etnografia comprende desde lo cuantitativo a lo cualitativo, desde lo
Ecología y núcleo evolutivo arqueológico a lo sociológico, y desde el trabajo de cam-
Identidad y capacidad de acción po particular a la generalización global y el razonamien-
Arte y etnografía to filosófico. Entre las materias consideradas relevantes y
Seminario sobre cazadores y recolectores actuales figuran el feminismo, el racismo, las explosiones
Política de la naturaleza demográficas, las crisis de sentido y religiosas, el evolucio-
Arqueología del ámbito doméstico nismo y el creacionismo. La antropología invade los territo-
rios de las ciencias sociales y también de las humanidades,
Para comparar, obsérvese la siguiente lista de cursos y rebasa los límites tradicionales de todas ellas, al tiempo
ofrecidos en un determinado periodo lectivo por una que plantea preguntas al pasado lejano y al imperioso pre-
universidad sueca: sente, quizá con implicaciones para el futuro.
Introducción a la antropología social Esta amplia perspectiva, a veces denominada «holísti-
El proceso investigador en. antropología ca», quizá sea, en sí misma, el rasgo más sorprendente de
Diferentes sociedades y culturas la antropología. Cualquiera que sea la definición de an-
Problemas actuales de la perspectiva antropológica social tropología que se elija, habrá que subrayar que ésta es
Historia de la teoría antropológica una disciplina para ((c;rnp-réntfty la humanidad en sus
Estudios sobre las formas culturales muy diversas facetas, es ecir, olísticamente.
Etnicidad, identidad y migración Si la antropología trata de verlo todo y en todas partes,
Antropología económica entonces, ¿tiene una perspectiva diferenciada? Como se se-
Poder, desigualdad y estratificación ñaló antes, esa perspectiva es la cultura. Esto no quiere decir
Textos actuales sobre antropología social que la antropología se preocupe exclusivamente de la cultu-
El nacionalismo desde una perspectiva antropológica ra; también presta enorme atención a lo que algunos deno-
Curso sobre Sócrates minarían la «cruda realidad» del mundo material. Sin em-
Complejidad cultural bargo, los estudios antropológicos se caracterizan por tratar
Problemas sociales del tercer mundo de relacionar ese mundo material con significados cultura-
les. Los estudios de fósiles humanos y de otros restos óseos
En antropología, la variedad y el alcance de las materias descubiertos por los arqueólogos y antropólogos físicos
son enormes. Cubren la totalidad de la historia y la prehis- pueden generar análisis de la anatomía craneana y dental, y
toria humanas, y abarcan millones de años. Se ocupan de de la geología del hábitat, pero, al fin y al cabo, tales estudios,
todo el mundo, sin prescindir de ningún espacio o grupo. si son antropológicos, pondrán en relación esos rasgos con
38 LA LENTE ANTROPOLÓGICA
1. MATERIA 39

creaciones humanas: con herramientas, con pinturas o con ¿Quién soy yo? Es una pregunta bien conocida en nues-
el habla. Puede que los estudios lingüísticos tracen la física tra cultura. La mayoría de los que hemos crecido en Oc-
del sonido —su frecuencia, su volumen y sus matices— pero, cidente pensamos que, por lo menos, existe un-.«yo»
al final, en la lingüística antropológica, ese análisis es «foné- como individuo independiente, como personalidad se-
mico»; es decir, los sonidos físicos se interpretan como cate- parada del exterior por la piel. Escupa usted en su mano.
gorías experimentadas y elaboradas por los seres humanos Tráguese esa saliva. La mayoría preferiría no hacerlo.
dentro de su cultura. Quizá los antropólogos económicos Dentro de mí, esa sustancia no es más que saliva -y ape-
calibren el valor de los bienes materiales intercambiados, nas pienso en ella, pero, una vez que está fuera, ya no
pero se considera que dichos intercambios se apoyan en re- forma parte de mi ser y me limpio la mano.
glas y significados compartidos por quienes participan en Este pequeño experimento pone de relieve cómo
ellos. El énfasis interior de la antropología se ve claro cuando, cada uno de nosotros se distingue de los demás. El yo se
mirando al exterior, lo comparamos con disciplinas próxi- \e Nk'e- antoja una entidad diferenciada y delimitada. Puede
mas. El antropólogo físico se parece al biólogo; el arqueó- que esta forma de pensar nos resulte familiar, pero no
oL(''
logo al geólogo; el antropólogo económico al economista; tiene por qué ser la única para ocuparse del yo. Es la
pero, en términos generales, lo que diferencia a cada uno que siempre nos ha enseñado nuestra cultura. Recorde-
de los antropólogos de esos otros colegas es su énfasis en la mos algunas de las fuentes de ésta. Pensemos, por ejem-
cultura (aunque siempre dentro de un marco holístico). plo, en un libro que ha sido enormemente influyente
en la filosofía anglo-norteamericana, la obra ,maestra
de Thomas Hobbes, un filósofo británico del siglo xvn:
La percepción holística Leviatán'.
Hobbes parte del individuo. Para él, es la unidad fun-
Se dice que un obrero ruso, al terminar su jornada, te- damental de la experiencia humana y también el com-
nía la costumbre de salir de la fábrica 'empujando una ponente básico de la sociedad y de todo lo demás. Ésta
carretilla. Cada tarde los guardas de la puerta inspeccio- es la premisa del individualismo, la doctrina que pro-
naban la carretilla y, al encontrarla vacía, dejaban salir al pugna que el individuo es la realidad fundamental,
trabajador. Después de unos meses se descubrió que éste mientras que la sociedad es una construcción. «¿Cómo
estaba robando carretillas. podría ser de otro modo?», cabría pensar. Sin embargo,
El error de los guardas era inspeccionar el contenido y otras filosofías parten de otros presupuestos.
no el continente, fijarse estrictamente en las partes y no en Según Hobbes, los individuos tienen pasiones. Sien-
el todo. El hecho de identificamos con los guardas nos re- ten y razonan, pero también quieren y desean. Quieren
cuerda con cuánta frecuencia no vemos las cosas holísti- estatus, propiedades y cosas similares. Para Hobbes, así es
camente: cómo nos ciega nuestro propio punto de vista. la naturaleza humana, el carácter del hombre en su es-
Esta lección puede aplicarse a experiencias habituales. tado natural.

1. MATERIA 41
40 LA LENTE ANTROPOLÓGICA

Por desgracia, la propiedad y el poder son escasos. El men). Hobbes ejemplifica pues el individualismo filo-
hecho de querer algo genera competencia y conflicto. Si se sófico.
abandona a los seres humanos a sus propias inclinaciones, Está claro que Hobbes no es la única fuente del-indi-
pronto se degeneraría en una guerra de «todos contra to- vidualismo; simplemente es uno de sus más lúcidos y
dos». (Por cierto, esta idea de la naturaleza humana conti- enérgicos representantes. Muchas influencias se conci-
núa expresándose en la literatura británica, que aún refle- tan para enseñarnos el individualismo. Los idiomas oc-
ja la filosofía hobbesiana. En El señor de las moscas, de cidentales, por ejemplo, hacen hincapié en el pronombre
William Golding, un grupo de muchachos abandonados personal «yo», algo que no siempre ocurre en otras len-
en una isla tropical no tarda en dividirse en varias hordas guas. La tradición cristiana protestante subraya que es el
guerreras, carentes de sentido de la justicia o de la compa- sujeto individual, como unidad independiente, el que se
sión. Los orcos de El señor de los anillos, de Tolkien, per- condena al sufrimiento eterno en el infierno o el que al-
sonifican esta tendencia humana, exagerada hasta con- canza la felicidad eterna en el cielo. En otras religiones se
vertirla en una desagradable tribu de monstruos. Y, por recalcan otras cosas; por ejemplo, en el judaísmo anti-
supuesto, esta concepción hobbesiana de la naturaleza guo Dios castigaba o recompensaba a la nación. En la
humana subyace en la llamada perspectiva «conservado- democracia estadounidense la regla es un hombre, un
ra» de la sociedad anglo-norteamericana.) voto, pero no era así, por ejemplo, en el Japón de co-
Hobbes advirtió que si los hombres eran abandona- mienzos del siglo xx, donde el que votaba, representan-
dos a su estado natural, se lanzarían al cuello del prójimo do al grupo familiar, era el cabeza de familia. A todos nos
y la vida se convertiría, según su famosa frase, en «des- dan un determinado nombre, que identificamos con no-
agradable, brutal y corta». sotros mismos hasta el punto de sentirnos un poco per-
Los seres humanos deben contrarrestar sus desagra- plejos cuando conocemos a alguien que se llama igual;
dables naturalezas introduciendo controles sociales. Por sin embargo, en algunas culturas, a las personas no se las
lo tanto, han hecho algo necesario para sobrevivir: ceder conoce por su nombre específico, sino por el que las vin-
libertad a cambio de orden. Para protegerse de todos, cula a otras, como ocurre con la costumbre de llamar a
aceptan que alguien los domine. Así se ha creado el go- los padres con el nombre de sus hijos: «el padre o la ma-
bierno, el Leviatán. dre de X». Todos tenemos un número de identificación
Pero ese Leviatán es un monstruo, una creación artifi- fiscal o de identidad, a cada uno nos adjudican un asien-
cial. En una ilustración impresa en la edición original de to distinto en el avión, y se dice que nuestras huellas dac-
la obra de Hobbes, Leviatán es un hombre de gran tama- tilares o ADN son únicos. Nuestra cultura recalca de mil
ño que se compone de muchos hombres pequeños y su maneras la singularidad y el carácter diferenciado de
cara no es otra que la del sarcástico filósofo Hobbes. cada individuo.
¡Una visión poderosa e impactante! (que, por supues- Para el individualismo, el todo se compone de partes.
to, lo es aún más si se lee el original entero y no un resu- Ellas, es decir, los individuos, son el principio que sirve
42 LA LENTE ANTROPOLÓGICA
1. MATERIA 43

para construir el conjunto, o sea, las sociedades. Las par- do era así. Su forma de vida es mucho más fundamental
tes, los individuos, son la realidad fundamental, auténti- para la historia humana que la nuestra.
ca y natural. Como señaló Hobbes, se puede levantar En tales sociedades, el grupo —la comunidad y el clan—
una comunidad, pero ese todo es artificial y frágil. tiene un poder difícilmente imaginable para nosotros.
Emile Durkheim, el filósofo sociólogo francés que Resulta fácil citar ejemplos extremos. En la «muerte
inspiró gran parte de los estudios de la antropología so- vudú», por ejemplo, si el grupo proclama que una perso-
cial, adoptaba el punto de vista contrario. Durkheim no na está muerta, muere'. Por el contrario, en los: rituales
tomaba como realidad fundamental al individuo, sino a de curación, si el grupo declara que alguien está bien,Se
la sociedad. Partía del todo, no de las partes; Durkheim recupera'. Aquí la conciencia individual está tan profun,
señaló que si la sociedad no hubiera llegado a constituir- damente imbricada con la del grupo que es impreciso
se, puede que el individúo —una criatura sensible y racio- hablar de individualismo tal como lo conocemos noso-
nal, un ser humano— nunca hubiera llegado a existir. tros (también lo es exagerar el carácter colectivista. de
También afirmó que para el desarrollo de nuestra exis- esas sociedades, porque también cuentan con elementos
tencia el grupo es más fundamental que el individuo4. individualistas; sin embargo, partiendo de una compa-
En parte, el argumento de Durkheim se basa en para- ración general con nuestra existencia, el argumenta sí se
lelismos establecidos entre el pensamiento humano y las mantiene).
pautas sociales. Por ejemplo, el pensamiento se desarrolla La antropología, con esa perspectiva que abarca los
mediante la clasificación, la división en clases. La socie- millones de años que median entre la prehistoria huma-
dad se construye de forma similar'. De esos paralelismos, na y el presente, reconoce el carácter enraizado del colec-
Durkheim infiere que la sociedad es la base del pensa- tivismo. Desde la aparición del ser humano hasta la épo-
miento. ca de los primeros estados de Oriente Próximo y Asia,
El punto de vista de Durkheim entronca con la expe- hace unos 10.000 años, el hombre vivió en grupos pe-
riencia y la perspectiva antropológicas. Gran parte de las queños. Incluso después del establecimiento de esos es-
investigaciones de los antropólogos se han desarrollado gran parte de la existencia se vivía colectivamente,
en sociedades mucho más colectivistas que la nuestra. Lo de modo que el gobierno, la comunidad y el parentesco
clásico era estudiar a los llamados pueblos primitivos: estaban por encima del individuo. En realidad, tal y
sociedades basadas en la caza y la recolección o en la como ahora lo conocemos, el concepto de individuo no
horticultura, organizadas en torno a vínculos de paren- comenzó a existir hasta hace unos pocos cientos de años,
tesco y que llevaban una vida colectiva enraizada en tra- a consecuencia de la Reforma protestante, el Renaci-
diciones y rituales orales 6 . En la actualidad, esas socieda- miento y la Revolución Industrial, e incluso entonces se
des sólo sobreviven en selvas, montañas e islas remotas, circunscribía a Europa occidental y sus colonias. El co-
constituyendo en torno al seis por ciento de la población lectivismo ha ocupado más espacio en la historia huma-
mundial; pero no hace más de 10.000 años todo el mun- na que el individualismo.
44 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 45

Si se reflexiona de forma lógica, más que histórica, se ciso luchar contra la naturaleza, un peligroso enemigo
llega a una conclusión parecida. El pensamiento tiene que, según la expresión de Tennyson, tiene «dientes y ga-
lugar mediante el lenguaje, que es propiedad de los gru- rras rojas». La cultura moderna, enraizada en las \ teolo-
pos; de modo que el propio pensamiento —en las eleva- gías cristianas, que consideraban la naturaleza un fruto
das manifestaciones simbólicas desarrolladas por el ser perverso de la caída, idea que perpetuaron las concepciones
humano— pertenece al grupo. victorianas de progreso, nos ha alentado a conquistarla,
Para terminar, hay que decir que el concepto de indi- someterla e incluso destruirla. Gregory Bateson, un an-
vidualismo es en sí mismo producto del grupo. Después tropólogo y biólogo británico, protesta contra esta visión
de todo, la filosofía individualista surge de la sociedad de la naturaleza como algo opuesto al ser humano indi-
occidental. Lo que denominamos «individuo» es una vidual. En Pasos hacia una ecología de la mente 9 y Men-
construcción cultural. te y naturaleza: una unidad necesaria m , Bateson señala
En vez del «Pienso, luego existo» de Descartes, el co- la falacia que constituye imaginar al individuo fuera del
lectivista durkheiminiano declararía que «Soy, existo, medio ambiente y opuesto a él. Además, defiende que di-
dentro y a consecuencia de mi sociedad y mi cultura, cha falacia nos está destruyendo tanto a nosotros como a
luego pienso». Dicho en pocas palabras, al adoptar una nuestro entorno, porque, lógicamente, el organismo que
perspectiva durkheiminiana, concluimos que nuestra acaba con su medio se destruye a sí mismo. La unidad de
realidad inmediata —la idea de sujeto— forma parte de supervivencia no es el organismo, sino que es éste más el
una realidad más amplia: la de la sociedad y de la cultu- medio ambiente.
ra. Para quienes hemos aprendido a pensar de forma Bateson nos instó a darnos cuenta de que el individuo
individualista, es fácil decir esto, pero darse cuenta de y la naturaleza forman parte de un mismo todo. Un
ello resulta más difícil. hombre, un hacha y un árbol integran el mismo sistema,
hasta el punto de que es arbitrario trazar la línea donde
termina el hombre y acaba el hacha, o donde acaba el
UNA VISIÓN HOLISTICA DE LA NATURALEZA hacha y comienza el árbol. Si el hombre derriba el árbol,
su acción no sólo afectará a ese árbol, sino al propio
El concepto de individualismo se ramifica más allá de hombre". Este punto de vista no es privativo de la antro-
la percepción que tenemos sobre nuestra relación con la pología, sino que forma parte de un enfoque conocido
sociedad. Ahora pensamos que somos algo separado de con el nombre de «ecología», que hace hincapié en las
la naturaleza. Puede que algunos la admiremos y disfru- ramificadas conexiones existentes entre todos los siste-
temos de ella —hasta que nos atrapa un tornado o un mas vivos. Dentro de los estudios ecológicos, la antropo-
huracán, o nos pica una serpiente o una araña— pero logía se distingue por reconocer el lugar de la cultura. En
la tendencia general de la cultura occidental moderna ha concreto, la antropología ha señalado las perspectivas
sido la de situar al individuo frente a ese ámbito. Es pre- culturales que recalcan la intimidad entre lo humano y
46 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 47

lo natural. Por ejemplo, se dice que los nuer de África Se puede hablar en otro nivel de la relación entre los
equiparan tanto sus relaciones sociales a las de su gana- seres humanos y la naturaleza: nuestra naturaleza hu-
do que sólo se imaginan las primeras en relación con las mana. Para Hobbes, esta relación también era una, ba-
segundas; Evans-Pritchard señala que «una genealogía talla. La razón lucha con la pasión; el orden se logra contro-
nuer puede sonar al inventario de un kraal [`corral'] [...] lando nuestra más abyecta naturaleza. Esta perspectiva
Su código social es un código bovino» u. El patrón clási- ha dominado la psicología occidental, aunque la forma
co de unidad entre la naturaleza y el ser humano se co- de lograr ese control varía según la escuela de pensa-
noce como «totemismo». En las sociedades totémicas, miento.
cada grupo se identifica con una categoría natural: por La psicología freudiana pretende el control de las pa-
ejemplo, clanes de osos, leones o lobos. Conservamos siones, del id, de la libido, mediante su. conocimiento.
burdos restos de esta estructura en ámbitos como los A través del psicoanálisis, lo inconsciente se hace cons-
nombres de los equipos deportivos: La manada de lobos ciente. La psicología británica, más directamente afin a
(Wolfpack), las Avispas (Yellowjackets), los Tigres ( Tigers) Hobbes, parece que prefiere no conocer el yo abyecto.
y los Galápagos (Terrapins). Una familia como la mía, Para los psicólogos británicos de la época victoriana, la
que lleva el nombre de un ave (Peacock significa pavo idea de explorar los motivos internos constituía una
real), puede esgrimir imágenes de esa criatura como si «mórbida introspección>». ¡Limítate a morderte el labio
fuera una especie de tótem. Además, en la obra de un superior y sigue adelante! En comparación con la peque-
escritor tan sensible como William Faulkner se aprecia la ña ciudad universitaria norteamericana en la que vivo,
pervivencia de un cierto totemismo: léanse «El oso» o en la guía telefónica de Oxford, Inglaterra, el número de psi-
Mientras agonizo, textos en los que la gente se identifica quiatras y psicólogos que aparece es ínfimo, aunque ésta
con osos, caballos e incluso peces. Sin embargo, en las cul- sea mucho más grande. Sin duda, la diferencia poné de
turas realmente totémicas, una persona se identifica pro- manifiesto la psicologización de los Estados Unidos,
funda y categóricamente con su tótem. Se dice que los bo- aunque la cultura anglo-norteamericana comparte la
roro de Brasil creen que, en ciertos aspectos y contextos insistencia en el control de las pasiones. En los Estados
especiales, se convierten en el animal que es su tótem. Unidos existen numerosas psicologías del control: desde
Muchos antropólogos, reconociendo que los grupos la de Dale Carnegie a la de la modificación conductiva.
humanos aprecian realmente cierta unidad entre su yo y Aquí estamos rastreando una perspectiva especialmen-
su naturaleza, comparten el argumento de Bateson. La te reciente sobre el sujeto y su relación con la naturaleza
ecología es holística porque nos recuerda que del mismo más abyecta, las pasiones. Es un enfoque occidental, que
modo que pensar en un «individuo» apartado de la so- sin embargo también muestra paralelismos en movimien-
ciedad constituye una abstracción de la unidad de la ex- tos religiosos orientales, más o menos contemporáneos a
periencia, también lo es imaginar un «individuo» sepa- la aparición del cristianismo; especialmente en el islam y
rado de la naturaleza. el budismo. Los estudios de Joseph Needham mencionan

50 LA LENTE ANTROPOLÓGICA
1. MATERIA 51

el significado. No se limita a especular sobre dioses o án- una forma de trabajar en el primero. Es la manifestación
geles, sobre la creación o la otra vida. En un solo ritual más característica de la investigación antropológica. Se
entra en trance y, al soñar, se identifica con espíritus que, denomina «etnografía», que significa desCripción de una
siguiendo a Joseph Conrad, podríamos llamar «con- determinada forma de vida, y se basa en el «trabajo de
fidentes secretos», ancestros, que, a pesar de todo, siguen campo»: convivir con un grupo y observar su vida. -En el
vivos. De este modo, el aborigen siente que vive en el pa- trabajo de campo, lo tradicional es que el antropólogo in-
sado tanto como en el futuro: en un eterno «tiempo cual- tente abordar la vida del grupo como un todo; sin tratar
quiera» 17. de aislar ningún aspecto artificialmente abstraído, corno
A este tipo de experiencia es a la que alude el antropó- la economía, la política o la nutrición, sino más bien con-
logo Rodney Needham cuando demuestra que «creencia» siderando cómo esos elementos se relacionan entre sí y
no es un término apropiado para describir gran parte de con otros aspectos: entre otros, la religión, la educación, la
la experiencia religiosa". De hecho, a lo que mejor se aco- vida familiar, las condiciones biológicas, médicas o medio-
moda la creencia es a tradiciones de Oriente Próximo es- ambientales, o el arte. De hecho, para la investigación et-
pecialmente textuales y teológicas, como el judaísmo, el nográfica es tanto una premisa como una conclusión que
islam y el cristianismo. Una creencia es una proposición: la existencia —sobre todo en un grupo pequeño— constitu-
creo que hay un Dios; creo que hay un cielo. La relación ye una red cuyos hilos no pueden desenredarse. Quizá
del ser humano con lo espiritual es algo más profundo y dividir ese todo en compartimentos como la economía y
complejo. En una ocasión, durante mi propio trabajo de la política resulte útil con fines analíticos, pero siempre
campo, le pregunté a un indonesio: «¿Cree usted [pertiaja] hay que recordar que los compartimentos son creaciones
en los espíritus?». Perplejo, me contestó: «¿Me está pre- analíticas y que para comprender cualquier parte hay que
guntando si creo lo que los espíritus me dicen cuando me captar el todo.

hablan?». Para él, los espíritus no eran una creencia sino La antropología es holística en un tercer nivel: en su
que constituían una relación incuestionable, que formaba organización como disciplina, puesto que reúne en una
parte de la unidad de su vida. sola materia de estudio muchas especialidades que se
En consecuencia, tenemos diferentes maneras de pen- ocupan de diversos aspectos de la vida humana: la biolo-
sar holísticamente. Se puede intentar captar la configura- gía, la geología y las ciencias físicas; los estudios lingüís-
ción general de la sociedad, la naturaleza y el significado ticos, humanísticos, sociales y culturales; así como la ar-
en la que tiene un lugar ese elemento que denominamos queología, la historia y los asuntos de actualidad. Si cada
«el individuo»; se intenta comprender un todo. especialidad fuera análoga a un instrumento musical, la
La antropología fomenta este tipo de holismo en varios antropología sería como una orquesta sinfónica.
niveles. El primero es interpretativo, como acabamos de De manera menos elegante, cada antropólogo podría
señalar con un ejemplo. Uno intenta percibir y compren- compararse a un hombre orquesta, lo cual constituye el
der cada experiencia holísticamente. El segundo nivel es cuarto tipo de integración holística: la que se produce

52 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 53

dentro de las actividades de un mismo antropólogo. especie de análisis, puesto que mostraría la relación exis-
Ejemplo de este tipo de holismo fue la trayectoria de uno tente entre diferentes objetos. Otra clase de análisis con-
de los fundadores de la antropología, Alfred Kroeber. sistiría en confeccionar un mapa en el que la situación
Durante su larga vida (1876-1960), Kroeber hizo aporta- espacial de cada objeto los relacionara con los demás.
ciones considerables a la arqueología, la lingüística y la Cuando tratamos de diseccionar la experiencia huma-
antropología sociocultural, así como a otras disciplinas na de ese modo tropezamos con problemas. Hemos ha-
afines de las humanidades y las ciencias naturales. Du- blado de «sociedad». ¿Dónde está? ¿Se puede fotografiar
rante cierto tiempo, también ejerció como psicoanalista; la sociedad como se fotografía una casa, una carretera o
fundó un museo, hizo excavaciones en Perú, realizó mu- una parcela? Se podría fotografiar a algunos de sus líde-
chos trabajos de campo con indios de la costa oeste estadou- res y seguidores, de sus lugares y símbolos, pero ¿se la
nidense y de California, escribió tanto artículos técnicos podría fotografiar a «ella misma»? La «cultura» es aún
como historias del mundo, y fue profesor y adminis- más difícil de captar concretamente, porque es una acti-
trador. Aunque el holismo que Kroeber ejemplificó no es tud, una forma de ver el mundo, no algo material. Pode-
habitual entre los antropólogos de hoy día, la disciplina mos describir los indicios de una determinada pauta
continúa proclamando el ideal integrador que comporta cultural —por ejemplo, cómo se apresura u holgazanea la
cualquier visión global. gente, considerando que esas acciones ofrecen pistas so-
bre sus presupuestos temporales—, pero, en sí misma, la
cultura es una abstracción basada en tales indicios. Siem-
Conjuntos divididos en partes: pre que la reconozcamos como tal, una abstracción no
las construcciones analíticas tendrá nada de malo. Sin embargo, es inevitable que cai-
gamos en la tentación de tratar esa abstracción como si
El holismo es un ideal importante pero imposible. No se fuera una cosa. Esto es lo que Alfred North Whitehead
puede ver todo ni pensar en todo. Hay que eleccionar denominó la «falacia de la concreción mal situada», es
y recalcar. Para ello es necesario categorizar y establece decir, confundir una abstracción con algo concreto'9,
diferencias. Sólo así se puede analizar y comprender. imaginar, por ejemplo, que la cultura y la sociedad son
En el mundo físico, esto es relativamente fácil de ha- como dos cajas que podemos mover a nuestro antojo y
cer. Aquí hay una casa, allí una carretera. La carretera almacenadas una encima de la otra. Si dividimos la ex-
conduce a la casa y ésta se encuentra en una parcela. Po- periencia en categorías, debemos recordar que son pre-
demos describir el tamaño de la casa (tantos metros cua- cisamente eso: categorías elaboradas por nosotros, los
drados o cúbicos), el de la parcela (tantas hectáreas) y la analistas.
longitud de la carretera (tantos kilómetros). Si nos resul- Gregory Bateson, al reflexionar sobre sus esfuerzos
tara útil, podríamos incluso describir la proporción exis- por distinguir categorías en una determinada forma de
tente entre unas y otras medidas, y esto constituiría una vida de Nueva Guinea, hacía hincapié en este asunto:

-s e e Le dt,-- f fiw I G cc, 1



54 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA .53

Me di cuenta de que no había proporcionado un criterio claro La idea es sencilla pero escurridiza. Quizá un ejemplo
para diferenciar los elementos culturales que clasificaba como simple nos ayude a recordarla. Una canción infantil ale-
ethos de los que consideraba estructurales o de función prag- mana dice así: _--n
mática. Comencé a dudar de la validez de mis categorías y llevé
a cabo un experimento [...] Sobre un gran pliego de papel di-
bujé una retícula de nueve cuadrados, con tres filas de cuatro Mein Hut, der hat drei Ecken.
cuadrados cada una. A las filas horizontales les di el nombre 'de Drei .Ecken hat mein Hut.
mis elementos culturales y a las columnas las de mis categorías. [Mi sombrero tiene tres puntas.
Después me obligué a concebir que cada elemento podía per- Tres puntas tiene mi sombrero.]
tenecer a una categoría. Me di cuenta de que se podía hacer20.
Y concluye diciendo que «Und hat er nicht drei Ecken;
Bateson llegó a la conclusión de que: dann ist es nicht mein Hut!» («¡Si mi sombrero no tuvie-
ra tres puntas, no sería mi sombrero!»). ¿Absurdo? Sí, pero
También resulta instructivo llevar a cabo el mismo experimen- la canción pone de manifiesto la identificación de una
to con conceptos como los de economía, parentesco y tenencia cosa en función dei sus atributos. El dueño del sombrero
de la tierra, y ni siquiera los de religión, lengua y «vida sexual» lo identifica por sus tres puntas. Esto es falaz, porque el
se sostienen firmemente como categorías de comportamiento,
sino que tienden a descomponerse en etiquetas relativas a los sombrero también tiene otros atributos: entre otros, su
puntos de vista que pueden utilizarse para observar cualquier color o su forma. Nunca se podrá describir completamen-
comportamiento.2' te una cosa, porque siempre será posible extraer más
atributos. Los atributos no son el objeto.
Los investigadores no sólo establecen distinciones ana- Del mismo modo, describir la experiencia humana
líticas en las ciencias sociales. También lo hacen los como algo que tiene atributos culturales, sociales, psico-
científicos físicos. Este hecho resulta evidente en ca- lógicos, políticos, económicos, biológicos o físicos no es
tegorías como los átomos y las moléculas, pero tam- caracterizar por completo esa experiencia. Cada atributo
bién es así en las más familiares, las que utilizamos para no es más que un aspecto, extraído por el analista para
percibir el mundo material. Pensemos en la altura y el subrayar algún rasgo característico.
peso. Una caja puede caracterizarse a partir de su peso Durante siglos, las cuestiones relativas a los atributos
y su altura, pero esos elementos descriptivos no son más han obsesionado a científicos y filósofos. Hace veintitrés
inherentes a la caja que las categorías de cultura y de siglos Demócrito escribió:
sociedad respecto a nuestra experiencia. En cada caso,
los analistas, al caracterizar la realidad que deseamos Lo dulce y lo amargo, lo frío y lo caliente, así como todos los
formular, descubrir o describir, establecen distinciones colores, son cosas que no existen más que en la opinión, no en
más o menos útiles, dependiendo de qué tarea o pre- la realidad; lo que existe realmente son partículas inmutables,
gunta se trate. los átomos y sus movimientos en el espacio vacío.22
56 LA LENTE ANTROPOLÓGICA
1. MATERIA 57

Al hablar de cualidades sensoriales como el color, el ol- Entonces, si la «realidad física» es una categoría subje-
fato, el gusto y el sonido, Galileo dijo: «no es más correcto tiva que nosotros elaboramos, ¿hasta qué punto depende
atribuirlas a objetos externos que hacerlo con el tintineo o nuestra percepción de la experiencia humana de los'con-
el dolor que causa a veces tocar esos objetos»23. ceptos que utilizamos para desarrollarla? La antropo-
John Locke intentó diferenciar entre las cualidades logía, de este modo, favorece la percepción de conjun-
primarias relativas a la forma geométrica, que son inhe- to. Sin embargo, es necesario dividir el todo en categorías.
rentes a la propia cosa, y las que constituyen proyeccio- Pero también es esencial recordar que cualquiera de
nes de los órganos sensoriales 24. El carácter artificial de la esas categorías no es más que eso, no es la «realidad». No
distinción resultó evidente para pensadores posteriores. hacerlo es incurrir en el «esencialismo», es decir, tratar
Por ejemplo, el matemático alemán Leibniz escribió: «no nuestras ideas como si fueran «esencias».
sólo la luz, el color, el calor y demás son cualidades me-
ramente aparentes, también lo son el movimiento, la
forma y la extensión»". Cultura y experiencia
Poco a poco, ciertos filósofos y científicos llegaron a la
conclusión de que todo el universo objetivo de la mate- Señalar que el concepto de «cultura» es una abstracción,
ria y la energía, los átomos y las estrellas, sólo existe una construcción teórica, no quiere decir que las actitu-
como construcción de la conciencia. Berkeley lo expresó des, las creencias y otras disposiciones que los seres hu-
del siguiente modo: manos manifiestan y que categorizamos bajo la etiqueta
Todos los coros del cielo y el mobiliario de la tierra, en una pa- de «cultura» no sean reales; lo son lo suficiente en nuestra
labra, todos esos cuerpos que componen el imponente marco experiencia.
del mundo, no tienen sustancia alguna sin la/mente [...] Mien- En resumen, una vez más: la antropología nos enseña
tras yo no los perciba realmente, no existan en mi cerebro o en varias lecciones, que pueden resultar contradictorias,
el de algún otro espíritu creado, o. bien no tienen existencia al- aunque, en realidad, están interrelacionadas. La primera
guna, o bien subsisten en la mente de algún Espíritu Eterno.26 es el holismo, que propugna la conveniencia de una vi-
Sin embargo, Einstein llevó aún más lejos este tipo de sión de conjunto. La segunda indica que, por más esfuer-
razonamiento. En su pensamiento, incluso el espacio y el zos que hagamos, no podremos captar el todo, de ahí
tiempo son formas de la intuición que no pueden sepa- que haya que establecer categorías. La tercera enseña que
rarse de la conciencia: debemos guardarnos de concretar dichas categorías en
cosas; siempre hay que recordar que la categoría es una
En el espacio no hay más realidad objetiva que la del orden o abstracción del todo. Sin embargo, la cuarta lección es
disposición de los objetos que percibimos en él, y el tiempo, que, para evitar la falacia de la concreción mal situada,
aparte del orden de los acontecimientos que nos sirven para no debemos incurrir en la de la abstracción mal situa-
medirlo, carece de existencia independiente.27 da; la etiqueta que adjudicamos a un fenómeno es una
1. MATERIA
58 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 59

abstracción, pero, no obstante, dicho fenómeno puede te- entre naturaleza y cultura, pero también nos recuerda que
ner una realidad y un poder en la experiencia. ambas cosas están relacionadas, porque las culturas for-
2,
A continuación situaremos la cultura en algunos de mulan opiniones sobre la naturaleza.
los contextos experienciales que la han convertido en un En la antropología y en la civilización occidental la dis-
elemento capital y destacado de la antropología. tinción entre cultura y naturaleza tiene una historia im-
portante pero compleja, que será útil resumir brevemente.

El concepto de cultura en relación con la naturaleza


LAS RAÍCES EN LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL

¿Quién huele peor, el hombre o el perro? La respuesta a


esta adivinanza depende de cómo utilicemoS el térmi- Los griegos insuflaron un profundo dualismo en el pen-
no «huele». Si nos referirnos al significado activo de oler samiento occidental. Durante siglos, la distinción entre
corno percepción sensorial, los perros son los mejores; ol- mente y cuerpo, forma y sustancia, caló a fondo en el pen-
fatean mejor. Si se considera que el «olor» es una cualidad samiento occidental. Dentro de este marco dual, los ro-
atribuible a la criatura por parte de un observador, no po- manos desarrollaron un concepto de «naturaleza» corno
dremos responder a la pregunta sin preguntarnos «¿según conjunto de las cualidades básicas inherentes a una cosa.
quién?». En nuestra cultura, al menos en ciertos círculos, Este significado se fue extendiendo hasta que la «naturale-
el estereotipo popular es que los perros huelen peor que za» se convirtió en un mundo material autosuficiente. Se
los seres humanos, pero puede que algunos amantes de habían sentado los cimientos de la concepción moderna
los perros no estén de acuerdo o que ciertos observadores de las ciencias naturales y también los de lo que no es na-
atentos digan que depende de quién se ha bañado más re- turaleza (más tarde denominado «cultura»).
cientemente. Además, quizá algunas culturas idealicen el El dualismo griego contrastaba vivamente con la con-
olor a perro igual que nosotros idealizarnos el de las rosas. cepción hebrea de la creación. Los hebreos pensaban que
Aquí, la ambigüedad de «oler» nos lleva desde las obser- el mundo era un , escenario para la actividad de Dios,
vaciones, aparentemente objetivas, de la naturaleza, que Yavé; de manera que les era ajena la idea de un mundo
aporta la antropología física o la sabiduría convencional material «cerrado», aparte del mundo espiritual no ma-
(los perros y otros mamíferos inferiores de hocico largo terial. No obstante, los hebreos hicieron aportaciones a
olfatean mejor que los primates superiores, entre ellos el la idea de cultura. Según su interpretación de la creación,
hombre, cuyo aparato olfativo se ha reducido con la evo- el hombre fue hecho «a imagen de Dios» y se le otorgó el
lución), hasta el mundo de la objetividad compartida, que dominio de la tierra. Lo humano se distinguía de lo no
quiere decir cultura: ¿qué grupo tiene qué opinión sobre humano. El Libro del Génesis no sólo abordaba la im-
el olor de los perros en comparación con el de los hom- portante pregunta filosófica de «¿por qué hay algo en vez
bres? La pregunta sugiere la existencia de una distinción de absolutamente nada?» (fue Yavé quien creó la mate-
60 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 61

ria, es decir, los cielos y la tierra), también trataba las si- cualidades que supuestamente emanaban de su raza.
guientes preguntas: «¿por qué hay vida en vez de simple- Aunque con posterioridad los antropólogos físicos cues-
mente no vida?» (fue Yavé quien inspiró aliento de vida) tionaron esa percepción de las diferencias humanas,-du-
y «¿por qué existe la conciencia y no una mera actividad rante este periodo los occidentales hablaban de la «raza
inconsciente?» (la distinción entre la existencia humana africana» o la «raza malaya» como grupos biológicamen-
y la animal, tanto en la creación de Yavé como en la tran- te definidos con rasgos como la pereza o una actitud de
sición desde el Edén al «mundo real»). O, por reformular despreocupación que formaban parte de su configura-
la pregunta final: «¿por qué hay cultura y no sólo natura- ción genética. El mundo se dividía en las siguientes, ra-
leza?». zas: negra, cobriza, amarilla, roja y blanca, y dentro de
cada categoría se establecían distinciones más sutiles:
por ejemplo, dentro de la blanca existían las «razas» cel-
LA SEPARACIÓN ENTRE CULTURA Y NATURALEZA ta, teutona y eslava. Se atribuían cualidades de conducta
EN LA ANTROPOLOGÍA a cada subtipo racial: entre los celtas, se hablaba del
adusto escocés, por contraposición al parlanchín irlan-
Aunque el concepto de cultura como algo distinto de la dés. Con frecuencia, la herencia racial explicaba incluso
naturaleza se basa en las tradiciones judía y griega, elabo- las particularidades del comportamiento individual. El
radas durante siglos de pensamiento filosófico y teológico Diccionario biográfico americano, por ejemplo, incluye el
occidental, también tiene una historia reciente dentro de siguiente texto sobre la vida de William Dean Howells,
la antropología y de otras ciencias sociales. En pocas pala- un conocido escritor estadounidense:
bras, esta historia comporta los conceptos de raza, género
e instinto. En conjunto, la antropología y otras ciencias Su ascendencia era mixta y, por parte de padre, predominaba
sociales han rechazado explicaciones que presuponen la enormemente el componente galés, mientras que en la familia
de su madre lo hacía el elemento germano de Pensilvania. Una
existencia de causas biológicas o pseudobiológicas como bisabuela inglesa atemperaba el fermento galés; un abuelo ir-
la raza, el género y el instinto, haciendo hincapié, por el landés [el padre de la madre] purificaba la flema teutónica.28
contrario, en los factores sociales y culturales. De hecho,
hasta cierto punto, la invención y el desarrollo del con- Esta combinación de la identidad cultural o religiosa
cepto de cultura constituyen un intento de explicar dife- con la biología fue la premisa subyacente en el Holo-
rencias de comportamiento allí donde fallaban las de tipo causto: en los campos de exterminio nazis se intentó
natural (raciales, sexuales o relativas al instinto). acabar con la «raza judía».
Durante el período colonial, cuando las naciones oc- Este pensamiento racial llegó a su apogeo durante el
cidentales gobernaban gran parte de África y Asia, era siglo xix y principios del XX, pero no está en absoluto
habitual referirse a los grupos colonizados como «razas» muerto. El racismo campa por sus respetos en todo el
diferentes a las del colonizador y atribuir a cada grupo mundo, ya sea entre los estadounidenses blancos al des-
62 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA
63

cribir a los negros; entre los australianos al hablar de los El problema de esas explicaciones genéticas tan bur-
aborígenes; entre los chinos respecto a los malayos, o damente simplificadoras era que no explicaban hechos
entre los brahmanes hindúes al referirse a los «intoca- evidentes. ¿Qué ocurría si un africano o un malayo iba a
bles». El modelo de explicación racial aparece constante Oxford y salía de allí con un comportamiento, una for-
e inocentemente en la cultura popular. Por ejemplo, un ma de hablar e incluso de pensar más británicos que
número de la revista TV Guide explica que la personali- africanos o malayos? ¿Qué pasaba si alguien como Nancy
dad de la cantante Crystal Gayle procede de la «sangre Astor, la virginiana mordaz que fue la primera mujer en
cherokee e irlandesa que corre por sus venas» 29. En un llegar al Parlamento británico, hacía añicos los estereoti-
programa televisivo, una conocida comentarista mostró pos del rol femenino? ¿Qué decir si, como demostraban
un sesgo racista habitual, precisamente cuando se queja- numerosos experimentos psicológicos, el aprendizaje po-
ba de ese vicio; declaró que las primeras películas de la día superar o modificar tendencias heredadas? (por ejem-
historia del cine presentaban a los miembros de la «raza plo, la comparación entre gemelos idénticos separados al
judía» de forma negativa. Parece que no se dio cuenta de nacer demostraba que, a pesar de la herencia comparti-
que el judaísmo es una categoría religiosa y cultural, y no da, sus diferentes experiencias podían influir 'notable-
racial, puesto que incorpora a representantes de diversos mente en su personalidad, inteligencia e, incluso, carac-
tipos físicos. terísticas físicas).
Al igual que la raza, los rasgos de género se considera- Los estudios antropológicos interculturales constituían
ban genéticos. Según la ideología victoriana, los hom- una especie de laboratorio natural en el que ordenar la
bres son fuertes, dominantes y firmes; las mujeres —el naturaleza y la crianza, de manera provocadora si no
«bello sexo»—, sumisas y delicadas. En consecuencia, los concluyente. Las investigaciones de Margaret Mead so-
hombres deben pisar fuerte en el mundo para conquis- bre las tribus arapesh, tjambuli y mundugumor de Nue-
tar, mientras que las mujeres tienen que limitarse al ho- va Guinea son ejemplos de ello. Demostró que los roles
gar. Como se presuponía que las cualidades de cada sexo de género eran muy diferentes en las tres tribus, aunque
venían genéticamente dadas, se consideraba desdeñable parecía que su base genética era la misma. De hecho, los
la posibilidad de cambiarlas mediante la formación o la tjambuli, hombres que antes habían sido cazadores y
educación. que ahora, por ley, no podían tener esa ocupación, se
El concepto de «instinto» atribuía a la herencia gené- habían convertido, en su recluida indolencia, en algo pa-
tica el comportamiento de las personas, cualquiera que recido al estereotipo occidental de mujer: se pasaban el
fuera su género o grupo de pertenencia. Si alguien era tiempo acicalándose y chismorreando. Las mujeres, ro-
altruista o egoísta, agresivo o pasivo, valiente o cobarde, bustas, lacónicas y sensatas, eran la espina dorsal de la
esos comportamientos se explicaban en función del ins- tribu. La conclusión de Mead —provocadora, pero exage-
tinto: una disposición de conducta otorgada al nacer por rada— fue que la cultura podía modificar enormemente
la genética, que no se aprendía mediante la experiencia. los roles de género".
64 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 65

En la antropología física, el concepto de raza fue cues- hecho, mientras que estudios anteriores habían subraya-
tionado en varios niveles. Los antropólogos físicos seña- do la influencia de la biología sobre la cultura, ciertas
laban que todos los pueblos tenían un origen común, investigaciones antropológicas mostraban lo contrario
probablemente africano, y que las llamadas variaciones (así, Franz Boas demostró que, a causa del impacto del
raciales eran adaptaciones a medios diferentes (de modo contexto ambiental americano, entre los inmigrantes de
que las pieles más claras de los europeos y asiáticos sep- Europa oriental y sus hijos existían diferencias en cuanto
tentrionales eran consecuencia de miles de años de exis- al denominado rasgo racial de la forma craneana)31.
tencia en entornos comparativamente poco soleados). Desde que los estudios pioneros y enormemente' im-
En cualquier caso, las llamadas diferencias raciales eran portantes de Boas desafiaran el racismo, los antropólo-
variaciones menores dentro de una misma especie, no gos físicos han continuado cuestionando el concepto de
comparables a las existentes entre especies distintas. De raza. La pregunta fundamental es si la diversidad de com-
hecho, el propio concepto de «raza» se vio desacredita- portamientos puede atribuirse a la pertenencia a uno u
do, porque los rasgos físicos, ya fueran visibles (fenotípi- otro grupo «biológico», es decir, a una «raza». Muchos
cos) o únicamente cuantificables mediante técnicas como antropólogos físicos concluyen que las variaciones se ex-
la distinción de grupos sanguíneos (genotípicos), se dis- plican mejor a partir de circunstancias no biológicas,
tribuían según una pauta demasiado compleja y cam- entre ellas la cultura y la clase. De hecho, la Asociación
biante como para que pudieran captarlos los viejos tipos Estadounidense de Antropólogos Físicos ha esbozado
de raza e, incluso, cualquier «tipología racial». Si los ras- una declaración pública declarando que, como apenas
gos físicos atribuidos a diversas poblaciones no se expli- hay base biológica , para establecer grupos raciales, éste
caban mediante el concepto de raza, mucho menos po- concepto debe considerarse de tipo cultural y económi-
dría utilizarse éste para dilucidar rasgos de conducta y co, y con importantes consecuencias para los miembros
psicológicos. de esos grupos denominados raciales. Muden a pruebas
En consecuencia, aquí también había una laguna ex- genéticas que indican que el noventa y cuatro por ciento
plicatiVa. Los factores «naturales» no podían explicar las de la mayoría de las variaciones físicas tiene lugar dentro de
variaciones /referentes al comportamiento o la forma de los llamados grupos «raciales», mientras que los grupos
vida, de modo que se necesitaba otra explicación. Las considerados distintos desde el punto de vista racial sólo
ciencias sociales recurrieron a los factores sociales, eco- se diferencian en el seis por ciento ,de sus genes.
nómicos o psicológicos, y la antropología se centró en la
La investigación histórica ha demostrado que la idea de «raza»
«cultura», que, como pauta transmitida no genética-
siempre ha conllevado más significados que los relativos a sim-
mente sino a través de la enseñanza y el aprendizaje, po- ples diferencias físicas; de hecho, en la especie humana, las va-
día explicar cómo actuaban los malayos o los africanos, riaciones de este tipo no tienen más significado que el de ín-
los hombres o las mujeres, o cualquier otro grupo, y dole social que los seres humanos le adjudican. Hoy en día,
cómo podían cambiar si lo hacían sus circunstancias. De expertos de muchas áreas indican que la «raza», tal como se

66 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 67
t.

entiende en los Estados Unidos de América, es un mecanismo La clase de pauta que los estructuralistas encontraron
social inventado durante el siglo XVIII para referirse a poblacio- en la cultura se ilustra con el ejemplo del semáforo, que, en
nes reunidas en la América colonial: los ingleses y otros colo- contra de lo que ocurre en el espectro de frecuencias lu-
nos europeos, los pueblos indios conquistados y los de África, mínicas de la naturaleza —un continuo que recorre los
transportados para servir como esclavos.32
tonos y matices de toda la gama de colores—, sólo esta-
blece tres categorías con sentido: rojo, verde y ámbar. En
Con todo, en el uso popular y oficial, de la idea de algunos semáforos puede que el verde sea más oscuro o
«raza» se sigue presuponiendo la existencia de una re- el rojo más brillante que en otros, pero esas sutilezas ca-
lación entre «raza», lengua, cultura y religión. Áunque recen de importancia; lo que importa son las categorías.
la relevancia de ese hecho biológico ha sido cuestionada, Se considera que la cultura impone categorías y orden en
sigue siendo un poderoso elemento cultural, porque las los continuos naturales. La cultura es categórica, mien-
diferencias físicas atribuidas a la raza aún son la base de tras que la naturaleza es un proceso: un flujo carente de
la desigualdad en muchas culturas. Por lo tanto, es «real» distinciones. El absolutismo de la cultura es esencial; los
desde el punto de vista de su influencia en los miembros sistemas categóricos deben imponerse al caos del mundo
de las poblaciones «raciales». A algunas se les ha atribuido natural, porque ésta,es la única manera de poner orden
un estatus elevado y a otras bajo. en una existencia que de otro modo carecería de él".
El enfoque estructuralista es tanto una visión del
mundo como una forma de analizarlo. Presuponiendo
E L ESTRUCTURALISMO que la cultura es un sistema de categorías, los estructura-
listas proceden a dejar al descubierto dichas categorías,
Los estudios sobre la «raza» previos a la Segunda Guerra que se expresan en diversos sistemas culturales: la len-
Mundial, antes mencionados, se, esforzaban por demos- gua, el parentesco o la mitología. Por ejemplo, en sus
trar que la cultura era un factor que incidía en el com- primeros análisis del mito, Lévi-Strauss diseccionó la
portamiento; trataban por todos los medios de separar historia de Edipo. Dividió todos los episodios en . dos
lo cultural de lo biológico y de demostrar el poder que grupos de categorías: relaciones de parentesco sobreesti-
tiene la cultura a la hora de influir en el comportamien- madas y subestimadas; orígenes sobreestimados y subes-
to y en otros atributos. Después de la Segunda Guerra timados. El asesinato del padre de Edipo por parte de su
Mundial, el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss y propio hijo, por ejemplo, es una relación de parentesco
otros autores desarrollaron un enfoque centrado en la subestimada, mientras que la boda de Edipo con su ma-
cultura como tal, que explicaba su patrón lógico o «es- dre pertenece a las sobreestimadas (¡una forma bastante
tructura» como expresión de ciertas propensiones uni- fría de categorizar acontecimientos tan traumáticos!).
versales de la mente humana. Este enfoque pasó a cono- Posteriormente, Lévi-Strauss mostró de qué manera el
cerse con el nombre de estructuralismo. mito resuelve las contradicciones entre las categorías'''.

68 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 69

En consecuencia, el análisis estructuralista es funda- un Hermie's Hotdogs (Tos Perritos Calientes de Hermie')
mentalmente una clasificación. Se toman acontecimien- o Rae's Café (`el Café de Rae'). Hay que señalar que en este
tos como los episodios de un mito para después clasifi- momento había pocas sucursales de cadenas nacionales
carlos en categorías. El dramaturgo puede subrayar como Howard Johnson's, McDonald's o Holiday Inn; la
cómo se desarrolla en escena la trama de Edipo, pero el pauta señalada se refiere principalmente a nombres de
estructuralista hace hincapié en cómo el mito clasifica establecimientos propios de esta vía; sin embargo, como
el mundo. El estructuralista afirma que de este modo puede comprobar el lector, es una tendencia que parece
revela las estructuras del pensamiento humano. La for- aplicarse a carreteras de otras zonas.
ma más fácil de apreciar la perspectiva que sobre la rela- ¿Qué puede significar esto? Me vino a la mente el es-
ción entre cultura y naturaleza tienen los estructuralistas tructuralismo de Lévi-Strauss, según lo explica en su li-
consiste en aplicarla a algunos ejemplos de nuestra pro- bro Lo crudo y lo cocido. Lo «crudo» o no cocinado se
pia cultura. relaciona con la naturaleza y el cocinar con la cultura. Si
profundizamos en dicha asociación, podremos decir que
la sociabilidad es necesaria para la cultura, de ahí que la
LA CULTURA Y LA NATURALEZA COMO CATEGORÍAS DE LAS conexión entre nombres propios y cocina implique «cul-
CULTURAS POPULAR, ACADÉMICA Y ANTROPOLÓGICA tura». Por el contrario, resultaría verosímil que la falta de
sociabilidad que implica el hecho de dormir (que, des-
Lugares para comer y lugares para dormir: la cultura popular pués de todo, nos aparta de la comunicación), encajara
en la carretera Jefferson Davis con la ausencia de nombres de personas en los moteles y,
por tanto, con su imaginería «natural». ¿Es que Lévi-
Siguiendo la Carretera 15-501 (la llamada Jefferson Da- Strauss, como un Johnny Appleseed* de la antropología,
vis) para ir hacia el sur desde Pittsboro, Carolina del Nor- ha sembrado sus categorías por la Carretera 15-501?
te, propuse a mis hijos un juego. Les pedí que apuntaran ¿Acaso los propietarios de moteles y de bares de carrete-
los nombres de todos los lugares para alojarse y para ra se han reunido para ponerse de acuerdo sobre qué ter-
dormir. Después de 160 kilómetros, analizamos las dos minología utilizar? Estas absurdas especulaciones sirven
listas, que presentaban importantes diferencias. Ningún para recalcar que dicotomías como la basada en la natu-
lugar para comer tenía un nombre que no fuera huma- raleza y la cultura están enraizadas en «nuestra» cultura
no, pero sí lo tenían muchos sitios para dormir: estaban, (al margen de que ésta se defina como occidental, esta-
por ejemplo, el Motel Shady Lawn (`Pradera Umbría') dounidense, judeo-cristiana-griega, o lo que sea) y que,
o la Posada Whispering Pines (Tinos Susurrantes'). Por
el contrario, no había ningún alojamiento cuyo nombre
* Apodo de John Chapman (EE.UU., 1774-1845), quien con su casi
fuera únicamente el de una persona, mientras que sí era apostólica difusión de las semillas de manzano encarna el mito del es-
así en numerosos lugares para comer: por ejemplo, había píritu primitivo y natural de los pioneros norteamericanos [N. del T.J.

70 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 71

por lo tanto, se expresan sin'pretenderlo mediante pau- está situada en el antiguo campus, la «naturaleza» en
tas regulares, pero con sorprendente constancia, como el nuevo.
ocurre con los nombres de los lugares para comer y dor- Una disposición similar caracteriza a otras institucio-
mir. nes de enseñanza superior. En la Universidad de Oxford,
por ejemplo, la mayoría de los colegios más antiguos,
que suelen orientarse hacia las humanidades, se encuen-
La cultura académica: algunos enclaves para la ciencia y tran en la zona que rodea la Biblioteca Bodleiana. A me-
el aprendizaje dida que se va dejando atrás este centro, las estructuras
de la ciencia y la medicina se hacen más evidentes: por
Los nombres que reciben las universidades y los colegios ejemplo, el edificio de ingeniería, el Wolfson College, el
universitarios responden a diversos criterios. A veces, las Hospital Radcliffe y, sobre todo, el Museo Universitario.
calles llevan nombres de disciplinas o métodos, como la Éste, construido a mediados del siglo xix para dedicarlo
Logic Lane de Oxford o la Philosophische Weg de Hei- al fomento de la ciencia de la época, fue despreciado por
delberg; sin embargo, lo más habitual es que reciban el ciertos sectores anticuados, de inclinaciones más religio-
nombre de personas (generalmente benefactores, aun- sas y humanísticas, para los que esa construcción vulne-
que en las universidades europeas se pueden encontrar raba el espíritu de la Universidad de Oxford.
algunas calles que incluso llevan el nombre de académi- Si uno deja cada uno de los campus para centrarse en
cos). Dejemos por un momento la nomenclatura para sistemas universitarios enteros, que comprenden múltiples
ocuparnos de la disposición espacial y de cómo se mani- emplazamientos, la distinción fundamental entre naturale-
fiesta en ella la distinción entre naturaleza y cultura. za y cultura sigue siendo manifiesta. Por ejemplo, en los
En mi propia universidad la diferencia es evidente y Estados Unidos muchos estados presumen de contar con el
clara. El antiguo campus (cuya construcción se inició en dúo formado por una gran universidad estatal (con fre-
1793) lo ocupan las humanidades y las ciencias sociales, cuencia denominada «the University of X State»), más una
así como las oficinas de la administración y escuelas pro- institución generalmente más reciente (que suele llamarse
fesionales como las de negocios y biblioteconomía. A me- «X State University»). Lo habitual es que la primera haya
dida que nos apartamos del viejo campus para entrar en desarrollado más las letras y la segunda más la ingeniería y
el nuevo vamos encontrando edificios y laboratorios de los estudios agrícolas. En cierto modo, esta división es pareci-
ciencias naturales, entonces dominadas por los ternas da a la existente en Inglaterra entre universidades y escuelas
sanitarios: las escuelas de medicina, salud pública, odon- politécnicas, o en Alemania entre universidad y Hochschu-
tología, farmacia y el hospital. Junto a este complejo le. Por supuesto, la división es evidente, pero nos recuerda
formado por la sanidad y las ciencias naturales, se encuen- de qué manera perpetuamos una diferencia cultural y filo-
tran las instalaciones deportivas: lugares como los gim- sófica arbitraria, mediante diseños ramificados no sólo de
nasios y el estadio de fútbol. De manera que la «cultura» cada campus, sino de grandes sistemas estatales.
72 LA LENTE ANTROPOLÓGICA
1. MATERIA 73

En general, los museos no suelen considerarse declara- nal haya sido que éstas fueran más un asunto de hombres,
ciones filosóficas, sino meras colecciones de cosas. Sin em- de manera que aquí parece que la situación de las mujeres
bargo, también su disposición pone de manifiesto concep- es ambigua, y que quizá lo único que refleja es el hecho
ciones del mundo. El museo nacional de los Estados Unidos histórico de que tanto los colegios femeninos como los
de América, la Smithsonian Institution de Washington D.C., edificios científicos llegaron más tarde al campus. Distin-
dedica, al igual que el Museo de Historia Americana, un ciones estructuralistas como «cultura» y «naturaleza» sólo
apartado a la civilización occidental, mientras que los pue- sirven para ordenar observaciones hasta un cierto punto,
blos indígenas del mundo se encuentran en el Museo de más allá del cual lo mejor es prescindir de ellas.
Historia Natural, junto a los moluscos y los dinosaurios*. O quizá lo mejor sea depurarlas. Por ejemplo, ¿hasta qué
¿Acaso esto no expresa una concepción —bastante sesgada— punto la distinción entre cultura y naturaleza arroja luz so-
de lo que es naturaleza y lo que es cultura? bre la estructura institucional de las sociedades occidenta-
Todos estos casos van desde el simbolismo hortera, les? ¿Qué interpretación hay que darle al sugerente (pero
fortuito y popular de los moteles y los tugurios para co- quizá accidental) hecho de que en Surabaya, Indonesia, la
mer que bordean una carretera a los grandes edificios Oficina de la Cultura (Kantor Kebudayaan) esté situada
académicos: las universidades y los museos. Todos ellos frente al zoológico municipal? ¿Existe algún paralelismo
ilustran diversas cuestiones. entre esto y el hecho de que la ciudad de Edimburgo haya
La distinción entre naturaleza y cultura es analítica, situado su museo de arte en medio del jardín botánico?
aunque se manifieste de manera concreta. Se formula de Probablemente, con estos elementos, un seguidor de Lévi-
manera abstracta, pero ayuda a ordenar fenómenos espe- Strauss podría desarrollar un patrón que demostrara el em-
cíficos y observables. Por supuesto, su forma no es perfec- peño del siglo xix por domesticar a un tiempo los naturales
ta, y algunos hechos no encajan. Así, por ejemplo, la distin- impulsos creativos de las personas y los mundos vegetal y
ción entre mujeres y varones suele aliarse con la establecida animal, sobre todo en sus manifestaciones tropicales (en
entre naturaleza y cultura. En términos generales y pen- el invernadero de Edimburgo hay palmeras). No obstante,
sando en diversas sociedades del mundo, lo tradicional ha esos interrogantes, en cierto sentido ociosos y fortuitos, nos
sido que se haya vinculado a las mujeres con el nacimiento, llevan a percibir una pauta y demuestran que el enfoque
la crianza y la provisión de alimentos, y a los hombres estructuralista y la distinción entre naturaleza y cultura son,
con la gobernanza, el clero y las altas tecnologías. Sin em- como mínimo, sugerentes en muchos niveles.
bargo, la gente se resiste a ciertas categorías y quizá las refu-
ta. En Oxford, los colegios universitarios femeninos suelen
estar situados en la zona de «ciencias», aunque lo tradicio- LA CULTURA ANTROPOLÓGICA: LA EVOLUCIÓN Y OTRAS TEORÍAS

* Tengo que dar las gracias por esta observación a Thomas Hofer, del Hasta el momento, hemos observado la distinción entre
Museo Nacional de Hungría. [N. del A.] naturaleza y cultura encarnada en «categorías populares»,

1. MATERIA

74 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 75

comenzando por una modesta carretera estatal y termi- anteriores, se trata de distinguir a los seres humanos de
nando por una universidad: Si pasamos de las teorías otros primates, en función de si unos y otros utilizan o
«populares» a las «académicas» encontramos la misma no herramientas y lenguaje. Hubo un momento én el
distinción. Pensemos en los siguientes «hechos» o «teo- que la distinción se consideró absoluta: ellos no usaban
rías», es decir, en los clásicos retratos de la evolución esas cosas, nosotros sí. Recientemente, en ciertos prima-
humana que hay en los manuales de antropología. tes se han descubierto capacidades lingüísticas y un inci-
La secuencia va del hominoide al homínido, es decir, piente uso de herramientas (por ejemplo, los chimpan-
desde los antepasados de los simios y los seres humanos cés enanos pueden manipular símbolos a modo de
se llega a los ascendientes exclusivos del género huma- lenguaje y los chimpancés utilizan un palo para hacer
no, para concluir finalmente en éste. En concreto, se salir a las termitas de sus agujeros); sin embargo, en un
considera que la evolución avanza mediante fases de va- sentido relativo, la distinción se sigue considerando vá-
rios hominoides sucesivos, llegando al australopithe- lida.
cus, el horno erectus y el horno sapiens. La evolución, divi- Una comparación similar entre los periodos de gesta-
dida en fases separadas por periodos de alrededor de un ción y de maduración de los seres humanos y de los prima-
millón de años cada uno, fue pasando de las piernas a los tes no humanos demuestra perfectamente que, a medida
utensilios y, después, al cerebro: el australopithecus tenía que uno asciende Por la «escala» evolutiva, aumenta la
una postura bípeda y una forma de andar similares a las duración de la gestación y de la maduración. Esto sugie-
del hombre, pero su cerebro era muy pequeño (en torno re que los seres humanos dependen más del aprendizaje,
a 500 c.c., o un tercio del tamaño del actual); el horno mientras que los primates inferiores lo hacen más del
erectus era bípedo y poseía herramientas, es decir, la cul- instinto.
tura material que le permitía la liberación de las manos De este modo, nos encontramos con comparaciones
inherente al bipedalismo; finalmente, el horno sapiens te- paralelas: entre fases tempranas y tardías de la evolución,
nía un cerebro grande, que le facultó el desarrollo de la lo cual quiere decir, entre tipos menos y más humanos, y
lengua y los símbolos. entre primates inferiores y superiores, es decir, entre ras
Esta reconstrucción se basa en parte en excavaciones gos menos y más humanos. En estas comparaciones, lo me-
hechas por arqueólogos y antropólogos físicos, al tiempo nos humano se asocia a un grado de cultura menor y
que existe un segundo análisis afín a éste y basado en la lo más humano a un grado de cultura mayor, que se ma-
observación de primates vivos no humanos: chimpan- nifiesta a través de la lengua y las herramientas; a su vez,
cés, babuinos, gorilas, orangutanes, lémures, etc. Los dos estos dos últimos elementos se relacionan con un cere-
análisis utilizan distinciones similares. De manera aná- bro grande, y éste con largos periodos de dependencia
loga a como se distingue, dentro de la evolución de los durante la gestación y la maduración, que permiten el
homínidos, entre fases definidas por la utilización de he- aprendizaje. La distinción entre naturaleza y cultura
rramientas y el uso del lenguaje, y fases «preculturales» subyace en todas estas comparaciones.
76 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 77

Después de la llegada del horno sapiens, lo habitual es gía física y la arqueología, para ocuparnos de las pautas
considerar que la evolución pasa por una fase prolonga- de la vida actual, objeto de estudio de la antropología
da de caza y recolección (la pauta humana característica cultural y social, la distinción entre naturaleza y cultura
abarca varios millones de años), hasta llegar a una fase sigue siendo esencial. En los primeros tiempos de la an-
agrícola y de pastoreo, a la que sigue la industrialización. tropología social y cultural, muchos de los descubri-
Una vez domesticados los cultivos y los animales, se de- mientos más fundamentales afectaron a la distinción
sarrolló la civilización, lo cual conllevó la aparición de entre estas dos categorías, que anteriormente estaban
ciudades, estados, alfabetos, jerarquías clasistas, buro- entremezcladas.
cracias y otros aditamentos «culturales». Aquí la huma- Los primeros antropólogos demostraron la necesi-
nidad aparece pasando de una fase «natural» a otra en la dad de distinguir entre lo cultural y lo natural, y consi-
que se domestica la naturaleza. Finalmente, con la re- guieron mostrar que rasgos supuestamente naturales
ciente industrialización, la única selva que queda es el podían ser en realidad culturales. Posteriormente, esta
asfalto, y los seres humanos se ven apartados de la natu- clase de distinción fue clave para hacer avanzar enor-
raleza. memente la disciplina. Los antropólogos sociales se die-
Los estudios que comparan a los primates actuales y a ron cuenta de que las relaciones de parentesco que se
los seres humanos son paralelos a los estudios evoluti- definían en la sociedad no eran iguales a las biológicas,
vos. De este modo, las sociedades de cazadores y recolec- fundamentadas en la reproducción. Los lingüistas deS-
tores, o agrícolas, de la actualidad se analizan y compa- cubrieron que las unidades sonoras del habla definidas
ran con las antiguas. Las comparaciones no son tan por la cultura (fonemas) no eran lo mismo que las de-
burdas como las que antes se establecíán entre «noso- finidas por la física y la anatomía. Cuando los antropó-
tros» y el Naturvólker (`pueblos de la naturaleza'), pero la logos y los lingüistas detectaron esa diferencia entre las
presencia implícita de la distinción entre naturaleza y realidades física y cultural, estuvieron mejor capacita-
cultura sigue siendo destacada. dos para producir análisis más precisos, ya fueran del
Lo importante aquí no es criticar esas reconstruccio- parentesco o del lenguaje. De este proceso surgió el es-
nes y comparaciones evolutivas, que, en realidad, pre- tructuralismo, con su interés centrado en la estructura
sentan una claridad, una exhaustividad y una capacidad de la cultura como tal: ya se manifestara en el lenguaje,
de persuasión extraordinarias. La cuestión se reduce a el mito o en esquemas de clasificación generales, como el
señalar que en las teorías académicas y, desde luego, en relativo a la naturaleza y la cultura que ahora estamos
las antropológicas, así como en las imágenes populares, abordando.
esa distinción que opone la naturaleza a la cultura ocupa Cualquiera que sea la validez de las teorías antropoló-
un lugar primordial. gicas —evolutivas, estructuralistas o de otro tipo—, está
Si dejamos las reconstrucciones de la evolución bioló- claro que en la antropología, al igual que en la cultura
gica y cultural, que centran la atención de la antropolo- popular, la relación entre naturaleza y cultura es clave.

1. MATERIA

78 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 79

La «cultura» y la «naturaleza» —una enraizada en la otra, plo, cómo pudo un Dios crear el mal, siendo a un tiempo
pero diferente de ella— se consideran aspectos esenciales bueno y todopoderoso). Esos elementos están relaciona-
de la experiencia humana. dos de forma más o menos lógica y podrían colocarse en
un cuadro en el que las principales premisas aparecieran
en la parte superior y las menores se fueran desplegando
La sociedad hacia abajo. Pautas culturales menos formales, como las
concepciones del tiempo y las formas de clasificar la na-
La cultura no se sustenta en el vacío; la mantienen per- turaleza y la cultura, presentan también una estructura
sonas' que integran la sociedad. Las interpretaciones que lógica similar, aunque de forma menos ordenada..
constituyen la cultura sólo existen cuando las comparten El sistema causal-funcional se concibe como un anillo
personas cuyas relaciones crean algún tipo de ' sistema de flechas, parecido a un tiovivo, un diagrama en circui-
organizado. En su forma de organizarse, la cultura ha to, un organigrama o un sistema circular. Cada unidad o
sido calificada de lógico-coherente, en contraste con la nodo de ese proceso en marcha es, a un tiempo, la causa
organización «causal-funcional» de la sociedad: del siguiente y el efecto del anterior. Un sistema social
como la burocracia tiene esta forma; en una burocracia
Por integración lógico-coherente, la que caracteriza la cultura, se universitaria, por ejemplo, los estudiantes pagan una
entiende la «clase de» integración que uno encuentra en una fuga matrícula con condición para poder inscribirse; se Ma-
de Bach, en el dogma católico o en la teoría general de la relativi- triculan a condición de apuntarse a cursos, y toman és-
dad; es una unidad de estilo, de implicación lógica, de significado tos para licenciarse. Una cosa lleva a la otra dentro de un
y de valor. Por integración causal-funcional, la que es caracterís- proceso de causa y efecto más o menos sistemático.
tica del sistema social, se entendiente la clase de integración que
uno encuentra en un organismo cuyas partes se encuentran uni- Si la escuela de pensamiento antropológico más prepara-
das en una sola red causal; cada parte es un elemento de un anillo da para revelar las pautas lógico-coherentes de la cultura es
causal reverberante que «mantiene en marcha el sistema».35 el estructuralismo, la que más claramente tiende a rastrear_el
carácter causal-funcional de la sociedad es el funcionalismo,
Un sistema cultural puede concebirse como un conjunto que analiza la sociedad como si fuera una máquina: un
de premisas importantes —parecido a un sistema filosófi- conjunto de elementos en marcha, un sistema en funciona-
co, teológico o jurídico— del que pueden derivarse pre- miento. El estructuralismo y el funcionalismo no están del
misas menores, más específicas. De este modo, a partir todo separados. Uno y otro complementan sus utilidades.
de la idea de que «hay un Dios todopoderoso», como Cada uno observa la vida desde una perspectiva diferente,
propugnan el islam, el judaísmo o el cristianismo, se de- pero ambos son holísticos: tratan de ver el todo.
rivan cuestiones más concretas, como la desconfianza Aunque, en términos generales, la antropología se
hacia el animismo (que sitúa el poder espiritual no en un ocupa de la sociedad, tiene un especial interés por una
único ser sino en muchos), o ciertos dilemas (por ejem- de sus clases: la comunidad pequeña.
80 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 81

La comunidad pequeña La segunda podría interpretarse de la forma siguiente:


el concepto tradicional de virginidad es absoluto, todo o
El área de interés de la antropología es enorme. Se ocu- nada, de manera que un único encuentro sexual destruye
pa de las «cunas» de la civilización, de las grandes civi- la virginidad. «Hampton no es una gran ciudad» plantea
lizaciones históricas y de la vida actual, compartiendo, un argumento más resbaladizo: la virginidad y la pureza
evidentemente, esos objetos de estudio con otras , disci- son más una cuestión de grado, de manera que acostarse
plinas. Sin embargo, la perspectiva más característica de con cien hombres no es tan malo como hacerlo con mil.
la antropología es la que se centra en una clase de grupo La historia yuxtapone la norma cuantitativa que está en la
—exótico y pequeño— que, a primera vista, parece relegar base de la sociedad contemporánea con lo absoluto y lo
esta rama del saber a la oscuridad y, finalmente, a la ex- categórico, que fundamenta el tradicionalismo.
tinción. En primer lugar trataremos de descubrir la cate- La tercera anécdota pone de manifiesto el poder que
goría, la comunidad popular, en el folclore. Pensemos en tiene el contacto personal en comparación con la rela-
unas sencillas anécdotas: ción a distancia. La carta, enviada a través del canal bu-
En una ocasión, una campesina francesa acudió a rocrático de la oficina de correos, no puede competir con
misa en un pueblo vecino. No se rió de las bromas del el contacto directo: otra de las cualidades que se consi-
sacerdote. Al preguntársele por qué, contestó: «No es mi deran centrales para que haya una auténtica «comuni-
pueblo». dad».
Un hombre de una pequeña localidad llamada En suma, estas pequeñas fábulas ejemplifican la iden-
Hampton le dijo a un amigo que estaba ,a punto de ca- tidad grupal, las normas categóricas y el poder de las re-
sarse con cierta mujer. «¡Pero si se ha acostado con todo laciones cara a cara. Todos estos elementos se atribuyen
el pueblo!», exclamó el amigo. «Bueno, ¡Hampton no es a la auténtica comunidad, que las ciencias sociales a ve-
una gran ciudad!», replicó el hombre. ces denominan Gemeinschaft (`sociedad popular'), por
3. Un montañero de los Apalaches se ausentó una utilizar el término alemán introducido por el sociólogo
temporada de casa y para que el afecto de su amada no Ferdinand Tónnies36.
muriera la escribió todos los días. La consecuencia fue A lo largo de gran parte de la evolución, esa comuni-
que ella se casó con el cartero. dad pequeña ha sido la base de la vida humana y por esta
¿Qué se puede considerar que ejemplifican estas his- razón tiene un especial interés para el empeño antropo-
torias? lógico por distinguir lo fundamental. Aunque la antro-
La primera demuestra la fortaleza de la identidad gru- pología se ha ramificado con el fin de estudiar los siste-
pal. Tan fuerte es que la campesina se niega incluso a mas sociales más amplios y complejos, aún conserva ese
reconocer o percibir el mensaje de otro grupo; aquí el interés por las comunidades pequeñas.
conocimiento está enraizado en la comunidad; es la tesis Los antropólogos siguen realizando investigaciones
de Durkheim. entre los pocos grupos de cazadores y recolectores que
84 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 85

zar el natural y el sobrenatural; la gente cree que el con- hechicería, que proyectan una idea fuerte de límite social
flicto arruina las cosechas y la salud, y que despierta la sobre el cuerpo físico; a los miembros de tales sociedades
protesta de los espíritus. Para restaurar el orden en me- les preocupa que haya sustancias nocivas que crucen
dio de ese ramificado desorden se precisa un poderoso esos límites y dañen el cuerpo. El tipo definido por un
ritual que represente una unidad de las relaciones socia- grupo débil y una cuadrícula fuerte es propenso a alber-
les cuya multiplicidad sea igual a la de la desunión. gar movimientos religiosos que movilizan las redes de la
2. La teoría de la cuadrícula y el grupo de Mary «cuadrícula» en torno a líderes proféticos.
Douglas, quien distingue dos dimensiones en la vida co- 3. La teoría de la comunitas de Victor Turner registra
munitaria de un grupo: la interna (la cuadrícula,ique es otro cambio más en el marco durkheiminiano. Allí donde
la red que vincula a las personas y las clasifica en función Durkheim hace hincapié en las estructuras establecidas de
de las demás) y la externa (el grupo, la identidad comu- la vida grupal, Turner subraya lo que él denomina «anties-
nitaria opuesta a la de quienes están fuera de sus lími- tructura»40. Ésta, por ejemplo, se encuentra en el estado «li-
tes)". Después pasa a clasificar las comunidades tenien- minar» en el que los iniciados quedan suspendidos al pasar
do en cuenta cómo se combinan esas dimensiones. En la de la infancia a la edad adulta en los ritos de paso. Los ini-
Gemeinschaft clásica, tanto el grupo como la cuadrícula ciados no son ni niños ni adultos, se «quedan a medio ca-
son fuertes. En nuestro tipo de sociedad, son débiles. mino» entre esos estatus establecidos. Sin embargo, en ese
Una sociedad arcaica como la de la Grecia clásica es débil estado «liminar», los iniciados disfrutan de la unidad y el
en cuanto a la cuadrícula pero fuerte respecto al grupo, compañerismo resultantes del sufrimiento compartido;
porque los griegos, como grupo, tenían 'una idea muy durante las novatadas, torturas y otras penalidades, «al do-
sólida de identidad interna frente a los extranjeros. En lor le gusta la compañía». En consecuencia, Turner muestra
otras sociedades aparece un énfasis inverso, de modo una comunitas que florece en los intersticios liminares de la
que la cuadrícula es fuerte (como ocurre en las redes co- sociedad, fuera y en medio de las estructuras establecidas.
merciales y en el trabajo político en equipo), pero la Gluckman, Douglas y Turner confirman la fuerza de la vida
identidad interna del grupo frente al exterior es débil. comunitaria; cómo los enredos de prieto trenzado y tejido
Una vez establecida una tipología de pautas sociales, denso sustentan una fuerte unidad. No puede existir nin-
Douglas muestra cómo las experiencias y las culturas se guna sociedad puramente «mecánica», porque los seres hu-
correlacionan con cada uno de los tipos. La comunidad manos son demasiado moldeables, creativos y tercos; pero
que tiene un grupo y una cuadrícula fuertes celebra ri- la antropología social nos convence de cómo funciona el
tuales que robustecen la fe y solidifican la sociedad, entrelazado de las relaciones sociales, reforzando mutua-
mientras que la comunidad de grupo y cuadrícula débi- mente las formas de sostener la comunidad.
les (si es que se puede utilizar esa palabra) no puede ha- Estos antropólogos no sólo conciben las comunidades
cerlo así. Las sociedades con un grupo fuerte y una cua- como un tejido prieto y tupido. Dichas ¿,,inunidades
drícula débil insisten en prácticas como la brujería y la también incluyen una cultura. Gluckman, Douglas y Tur-

82 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 83

quedan, como los bosquimanos africanos, los aboríge- ma norma y una sola creencia. En esa «comunidad mo-
nes australianos y las tribus' de la selva de Borneo. Tam- ral», las relaciones sociales son fijas y rígidas, basadas en
bién hacen trabajo de campo en aldeas campesinas de la el parentesco; no son flexibles como las relaciones con-
India, México, Afganistán o Francia; en barrios urbanos tractuales que se adaptan a las necesidades del mercado.
y étnicamente integrados de Hong Kong o Londres; en La antropología social ha analizado las pautas de las
comunas como el kibutz israelí o las comunidades de llamadas sociedades mecánicas —las pequeñas comuni-
amish o hutterianas; dentro de sectas religiosas y otros dades— en todo el mundo. Ha quedado claro que esas
movimientos culturales con rasgos comunitarios; y en comunidades no son tan mecánicas como Durkheim
instituciones como hospitales o fábricas, consideradas suponía. Los sistemas de relaciones sociales funcionan
¿orno grupos pequeños. De este modo, aunque las bifur- de distintas formas increíblemente complejas y sutiles,- y
caciones de la antropología han alcanzado diversos en- la libre elección tiene una presencia considerable. Sin
tornos sociales, la disciplina ha conservado su clásico embargo, la antropología continúa afirmando que en
interés en el grupo comunitario. tales comunidades existen fuertes lazos de solidaridad,
La rama antropológica que más intensamente se ha sobre todo en comparación con nuestra propia sociedad.
centrado en este tipo de sociedad se conoce con el nom- Bastarán tres ejemplos bastante conocidos:
bre de antropología social, y su inspiración se remonta
sobre todo al filósofo social francés antes 'mencionado, 1. La teoría de las relaciones sociales multiplex de Max
trnile Durkheim. Una fuente importante fue su tesis Gluckman, que define las relaciones sociales en las socie-
doctoral de 1893, La división del trabajo social, en la que dades tradicionales como «multiplex», implicando que
planteó la distinción entre solidaridad «mecánica» y or- toda relación incluye muchos niveles y aspectos". Así, el
gánica37. La solidaridad orgánica caracteriza a las socie- primo de alguien también es el compañero de trabajo de
dades contemporáneas y urbanizadas como la nuestra. otra persona, su vecino, profesor, jefe y suegro. Una comu-
Aquí las conexiones se basan en la división del trabajo: el nidad basada en esas relaciones sociales multiplex es como
carnicero consigue dinero a cambio de su carne, el pana- una red compuesta de gruesas sogas tremendamente en-
dero a cambio de su pan, y con ese dinero el carnicero redadas. En ese tipo de comunidad, el orden social es tan
puede comprar pan y el panadero carne. Cada uno reali- pesado y lo engloba todo tan profundamente que a quie-
za su propio trabajo y lo que mantiene unida la sociedad nes nunca lo hemos experimentado nos resulta difícil
es ese intercambio útil para todos. Según Durkheim, la imaginarlo. En esa clase de grupo, la unidad y la armonía
solidaridad mecánica se encuentra en las comunidades constituyen una experiencia intensa, pero el conflicto lo
tradicionales. La unidad no procede de la división del es en igual medida; una alteración en cualquiera de las
trabajo y del intercambio económico, sino que todos tra- sogas estremecerá al conjunto de la red. Esa multiplici-
bajan con el mismo propósito, y la unidad se basa en una dad es la que hace que el conflicto se convierta en algo
moral compartida, en el firme compromiso con una mis- tan enraizado que desborda el ámbito social para alcan-

86 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 87

ner subrayan cómo se encarnan en rituales sustentado- o africana, esas imágenes también ocupan un lugar des-
res de creencias que, a su vez, forman parte de la cultura. tacado.
Estos modelos de comunidad ejemplifican una convic- La naturaleza que aparece en los anuncios coloristas
ción antropológica particular, según la cual una comu- de los folletos de viajes vacacionales contrasta con las
nidad pequeña constituye un enclave y una fuente de presiones y privaciones de la vida urbana. Playas solea-
cultura. das, campos cubiertos de hierba y jardines llenos de co-
lorido prometen relax, mientras que las escarpadas mori-
tañas y las sacudidas de los surfistas sugieren emociones
La exótica localización de la comunidad fuertes. Esas escenas al aire libre siempre se compensan
de la cultura con las ostentosas imágenes de los bares, las piscinas, las
discotecas y los espléndidos comedores de los hoteles de
Tenemos visiones duales de las ciudades. Por una parte, lujo. ¿Dónde están esos centros de vacaciones? Muchos
la ciudad es el brillo del acero y el cristal, es decir, mara- se encuentran en las áreas supuestamente menos «estro-
villas tecnológicas y sofisticación. Para los pueblerinos peadas» del mundo industrial: Escocia, Gales o la costa
maravillados del musical Oklahoma, que se regocijaban de Cornualles en Inglaterra; Florida, las Montañas Roco-
con la modernísima tecnología urbana, todo estaba a la sas, las Smokies (Apalaches occidentales) o las llamadas
última en Kansas City. Todavía desde un punto de vis- «Sierras» estadotinidenses; la Selva Negra y los Alpes.
ta positivo, la ciudad es un lugar de entretenimiento y Una vez más, se pueden encontrar equivalentes para
diversión apasionantes; aquí, el estribillo apropiado es: urbanitas no occidentales: por ejemplo, Malang y Bali, o
«¿Cómo vas a mantenerlos allí en la granja, después de el lago Toba para los habitantes de Yakarta; o Atama para
que han visto París?». La parte negativa está en las fá- quienes viven en las urbes japonesas. Además, es eviden-
bricas explotadoras, las casas de vecinos y los nidos de te que los privilegiados, los ciudadanos del primer mun-
delincuencia: en la «jungla de asfalto». Éstas son las imá- do, tienen sus refugios favoritos en el tercer mundo: Tahi-
genes introducidas por autores como Charles Dickens y tí, el Caribe, México y el norte de África; prácticamente
Émile Zola, en las que se complace a diario la cobertura cualquier sitio que combine paisajes y buen clima con
mediática sobre atracos y violaciones, drogas y pobreza. alojamiento cómodo.
La vida urbana, incluso para los privilegiados, puede que La cultura popular presenta como naturaleza esos es-
sólo represente el traje gris de franela y la cruel burocra- cenarios de escapadas; son el sol, la nieve y las flores, o las
cia corporativa que aplasta la creatividad, la afabilidad y rocas y el mar. Sobre ellos sólo se superpone la cultura
la pasión humanas. Esas imágenes tampoco se circunscri- moderna en un sentido tecnológico, para garantizar el
ben a las naciones occidentales; es fácil encontrar equi- confort y la accesibilidad: agua corriente, calefacción,
valentes en ciudades asiáticas o africanas como Yakarta aire acondicionado, camas y cafés lujosos, tarjetas de cré-
o Tokio, El Cairo o Nairobi. Si se lee la narrativa asiática dito, aviones y autobuses o automóviles. Lo que quizá
1. MATERIA 89
88 LA LENTE ANTROPOLÓGICA

exista de cultura popular, si es que queda algo, sólo se Ahora bien, si los antropólogos hallan un significado
muestra en forma de chucherías que se compran u ob- en lo exótico, ¿de ello se infiere que dejan de encontrarlo en
servan en el intermedio entre un chapuzón en la piscina lo familiar? ¿Acaso esa búsqueda de significado fuéra de
y una copa en el bar: las ruinas de Cartago o Creta vistas su cultura es un síntoma de la falta de adaptación a ella?
a través de las ventanas de autobuses con aire acondicio- En parte sí. Los antropólogos se encuentran entre los
nado, los bailes populares interpretados en el vestíbulo miembros más críticos de la sociedad urbanizada y de
del hotel, los atuendos coloristas expuestos en el museo grandes dimensiones, al tiempo que elogian las virtudes
o en la tienda de regalos. No hay duda de que el paquete de las pequeñas comunidades populares. Los antropólo-
turístico no promete (o amenaza con) incluir ningún gos, junto a otros grupos, han señalado la alienación y la
contacto sostenido con la cultura local, porque eso des- desesperanza de la sociedad contemporánea; la lóbrega"
truiría toda la organización del viaje y vulneraría su pro- morada de la «mente sin hogar». Esas críticas se mani-
pósito, que no es participar sino escapar de todo. De este fiestan de muy diversas maneras, pero una de ellas es la
modo, para el turista, la cultura local, definida como ob- siguiente: a la sociedad urbana actual su propia comple-
jeto que se observa con indiferencia, asume un papel jidad tecnológica le proporciona por defecto una especie
comparable al de los objetos de la naturaleza: las rocas, de sistema natural; se organiza técnicamente, a través de
los árboles, el mar y los paisajes; la cultura no es más que medios y fines, y no culturalmente, mediante el signifi-
un pequeño fragmento de color local. cado, de ahí que carezca de sentido. A este respecto, la
En estas cuestiones, la antropología y la cultura popu- pequeña comunidad exótica, carente de-tecnología pero
lar están directamente enfrentadas. La Cultura popular más profundamente enraizada en la cultura, tiene más
considera que nosotros somos cultura, que ésta se sitúa sentido.
entre nosotros, los urbanitas modernos' e instruidos, y En realidad, la actitud antropológica es más compleja
que la naturaleza está ahí fuera, en algún lugar, lejos de que todo eso. Al igual que los empresarios, médicos, pro-
ciudades y pueblos, en lugares exóticos y no echados a gramadores informáticos o agentes inmobiliarios, los
perder. Los turistas, incluso los aventureros más serios, antropólogos celebran sus reuniones profesionales en
huyen de la cultura escapando a esa naturaleza. grandes hoteles, vuelan en aviones y pagan con tarjetas
Los antropólogos, lejos de escapar de la cultura en sus de crédito. Como todo el mundo en sus sociedades de
incursiones en lo exótico, la buscan aviesamente en esos origen, la mayoría de los antropólogos están enredados
lugares exteriores. En vez de reducir su implicación con en la modernidad; sólo unos pocos se han establecido en
los lugareños a la contemplación de bailes populares en islas lejanas. No se trata, sin embargo, de discutir la for-
el hotel, los antropólogos se proponen entrar en la co- ma de vida que lleva realmente cada uno de ellos, sino
munidad, formar parte de ella durante meses y años, del empuje y la implicación de su perspectiva, del enfo-
penetrar en las profundidades de la cultura popular y, que utilizado por la lente antropológica. Cuando se opta
finalmente, descubrir significados. por buscar en lo exótico cultura y significado, se refuerza
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la tendencia a pensar que nuestra propia cultura carece médicos eran observadores entusiastas. Sin embargo, sus
de este último. informes hacían hincapié en ciertos aspectos pasando
En resumen, se podría argumentar de la manera si- otros por alto. Se centraban en el comportamiento indi-
guiente: si (1) la antropología identifica en la cultura su vidual, pero desatendían las pautas culturales. Un médi-
objeto de estudio preferido, oponiéndola a la naturaleza, co, por ejemplo, escribió un informe detallado del be-
y (2) identifica del mismo modo la pequeña comunidad rrinche de un niño, otro describió la frustración de una
exótica, oponiéndola a la sociedad urbanizada occiden- persona al intentar solventar los trámites de admisión.
tal u occidentalizada, entonces, por la simple lógica de la Mi propio informe subrayó los presupuestos culturales
asociación, esa clase de comunidad se relacionaría con inherentes a todo el marco del sistema de admisiones:
la cultura —al compartir las dos el atributo de ser objetos observé, por ejemplo, que los pacientes eran enviados a
de estudio preferidos—, mientras que la sociedad urbani- un área de cardiología, a otra de neurología o a otra de
zada local se vincularía a un concepto de tierra baldía ortopedia: una pauta que refleja la concepción, sobreen-
desprovista de cultura (y, por tanto, en cierto sentido, tendida en nuestra perspectiva biomédica, de que el su-
pura y simple naturaleza: un caos sin amor y carente de jeto puede dividirse en diferentes elementos (el corazón,
orden y de significado). el cerebro, las extremidades, etc.). El contraste entre los
Una vez más, la fórmula es demasiado simple. Utiliza informes quizá reflejara la diferencia entre la antropolo-
una especie de estructuralismo para recalcar tendencias gía y la medicina: la primera se centra más en el marco
del pensamiento y de la imaginería antropológicos; las cultural colectivo y compartido, mientras que la segunda
realidades son más complejas. Sin embargo, la pauta tie- se ocupa de lo individual.
ne un punto de apoyo en la disciplina y se expresa de Podría parecer que la antropología, por centrarse en lo
diversas maneras. cultural y en lo social, prescinde de lo individual. Sin
embargo, algunos análisis antropológicos son suma-
mente reveladores de rasgos individuales; pero la disci-
La cultura y la comunidad en relación plina alienta a los antropólogos a considerar a los indi-
con el individuo y el sentido viduos como representantes de su sociedad y su cultura.
Pensemos en algunas formas de abordar esta relación.
En una ocasión, un grupo de médicos me pidió que La antropología confirma la validez de los estudios de
debatiera con ellos «el método etnográfico», dentro de psicología social que demuestran el poder que tiene un
un estudio sobre técnicas de observación que pudieran grupo para influir en la experiencia personal. Hay expe-
mejorar la sensibilidad de su profesión hacia el compor- rimentos que han demostrado, por ejemplo, que la pre-
tamiento de los pacientes. Realizamos un breve ejerci- sión del grupo puede convencer a una persona de que
cio, un pequeño «trabajo de campo» que comportaba vulnere realmente su propia percepción de la realidad
observar el área de admisiones de un gran hospital. Los física. A alguien se le pregunta qué renglón de los que ve
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en un tablero es más largo, después escucha las opinio- largo de meses o años. El secreto consistía simplemente
nes de otras _personas, que tienen la orden de coincidir en que durante un rito intenso y absorbente, el' grupo
en un mismo juicio erróneo. El individuo en cuestión que había dado lugar a la enfermedad con su rechazo
suele cambiar su apreciación correcta para ajustarse a la hacia el paciente, ahora lo aceptaba, y su aceptación te-
opinión equivocada del grupo". Otros estudios mues- nía muchísimo más sentido del que podría tener en la
tran hasta qué punto un grupo puede determinar' el rit- vida moderna, por el fuerte enraizamiento de la existen-
mo de trabajo de una persona. Informalmente, las en- cia del paciente en este grupo múltiple".
sambladoras de aparatos eléctricos fijan, ciertos; límites Hasta aquí lo referente a los estudios que demuestran
para el ritmo de trabajo, y cualquiera que los rompa será la pura y simple fuerza que tiene sobre la psique la per-
condenada al ostracismo. Al final, esa persona se some- tenencia a un grupo. ¿Qué decir de la relación entre el
terá, aunque le resultara fácil ir más deprisa y ganar más individuo y la cultura? Para la antropología, este campo
dinero'". Un tercer estudio demuestra que la moral ex- es el de la «cultura y la personalidad», que ha producido
traordinariamente alta de las tropas alemanas durante la algunos descubrimientos que habría que señalar.
Segunda Guerra Mundial no era fruto de una lealtad fa- La inspiración teórica de este campo surgió sobre
nática al nazismo, sino de la cohesión y lealtad reinantes todo de la psicología psicoanalítica y de la psiquiatría
en la pequeña unidad militar en la que se enraizaba el freudianas. Los estudios sobre la cultura y la personali-
individuo. El ejército alemán, en vez de transferir a sus dad, partiendo del énfasis puesto por Freud en la expe-
hombres de una unidad a otra, mantuvo intactas todas riencia infantil como determinante de la personalidad
esas pequeñas unidades a lo largo ‘de la guerra. El resul- adulta, se centraron especialmente en la crianza del
tado fue que sus miembros desarrollaron una intensa niño: en cómo ésta transmite al individuo valores cultu-
camaradería que superaba el peligro y la desazón (para rales y disposiciones psicológicas. Por ejemplo, se consi-
un retrato novelesco de esta pauta, véase Sin novedad en deraba que la costumbre rusa de envolver totalmente a
el frente, de Erich Maria Remarque)43. los bebés en una especie de vendaje reflejaba y fomenta-
Estos estudios de psicología social son asombrosos ba un carácter nacional propenso a los excesos emocio-
porque muestran, incluso en un medio cultural occiden- nales'". La experiencia del niño balinés, al que su madre
tal cuya premisa es el individualismo, de qué manera un estimula para después socavar el deseo suscitado, se
grupo puede influir en el individuo. Aún más sorpren- pensaba que alentaba una personalidad retraída46 . La
dente resulta el poder del grupo en sociedades con un preparación para una vida independiente y autosufi-
marco cultural más colectivista. La descripción hecha ciente, que tiene lugar en las familias estadounidenses, se
por Victor Turner de una curación ritual entre los ndem- interpretaba que fomentaba la tendencia a culparse a
b u africanos, por ejemplo, demuestra que en pocas ho- uno mismo, mientras que una actitud y un ámbito más
ras de ceremonia una persona fue curada de dolencias colectivistas imbuyen de la tendencia a culpar a los de-
psicosomáticas que la psicoterapia actual trataría a lo más'''.
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sujeto —y que puede hacer que nos planteemos si ese «su- proceso dinámico y cuestionado. La globalización se ve
jeto» que imaginamos existe realmente en tales situacio- en parte como un proceso económico empujado por el
nes— queda muy patente en gran parte de las últimas in- capitalismo mundial. El género, antes considerado algo
vestigaciones antropológicas sobre psicología y cultura. estático que venía dado, ahora se considera creado, «re-
De este módo, al orientarse hacia la psicología, la an- presentado», puesto que los individuos luchan dentro de
tropología mantiene su énfasis principal en el funda- los modelos culturales, y contra ellos, para vivir diversas
mento cultural de la existencia humana, incluyendo en identidades. El poder, el impulso de dominación, se in-
ella la del individuo. Esa insistencia sigue una lógica ho- terpreta como un móvil subyacente a la cultura; quienes
lística: hay que ir del todo a la parte, de la cultura a la buscan el poder y quienes lo ostentan levantan monopo-
sociedad, y después al individuo, no al revés. lios mundiales, definen las identidades de género y cons-
Entonces, ¿acaso la antropología niega la existencia truyen de otras maneras órdenes culturales que mantie-
del individuo? ¿Lo imagina como un robot que sigue de nen su poder. Todas, estas perspectivas parten de otras
forma mecánica los dictados de un amo cultural? Por el anteriores para dar una idea dinámica de la cultura..
contrario, se considera que el individuo tiene libertad A finales de este siglo, muchos perciben cambios es-
para elegir y actuar. Pero la acción, como subraya Max pectaculares en el orden económico y social mundial.
Weber, siempre tiene que ver con el sentido", y éste apa- Sociólogos, financieros, políticos, consumidores y ciuda-
rece cuando se encuadran los propios actos en contextos, danos están de acuerdo en que se están produciendo
entre ellos la cultura. Para la antropolo'gía, el individuo cambios. No todos interpretan del mismo modo su sen-
no es ni un robot ni un diosecillo independiente y obsti- tido y ni siquiera coinciden en considerarlos un fenóme-
nado, sino un sujeto cultural, que existe en libertad aun- no novedoso, pero sí hay muchos' que utilizan el mismo
que también encarna el molde cultural utilizado para término: «globalización», que está de moda, a pesar del
formarle en el caso concreto de su sociedad y época his- desacuerdo sobre su significado. Para las finanzas y el
tórica. comercio internacionales, parece aludir a una prolifera-
ción de economías de libre'rnercado que ha acelerado los
negocios e introducido nuevas formas de trasladar por el
Globalización, poder y género mundo los centros de producción y los beneficios. Tam-
bién ha traído consigo nuevos riesgos y oportunidades a
El diálogo entre la libertad individual y la definición mercados monetarios más integrados y eficientes. Para
cultural nos conduce a cuestiones de relevancia para la los políticos, la globalización tiene que ver tanto con las
antropología de finales del siglo XX y también para otras nuevas amenazas que plantea la economía al poder tra-
disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades: dicional del Estado como con las nuevas oportunidades
la globalización, el poder y el género. En todas ellas, la de consolidar el poder. Para el consumidor estadouniden-
cultura o algo parecido aparece como un aspecto de un se medio conlleva un mayor acceso a bienes más bara-
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Puede que, así resumidas, esta clase de relaciones sue- sólo forman parte de nuestra cultura laica, sino también
ne simplista y rebuscada, pero, con frecuencia, los detalla- de teorías psicológicas y psiquiátricas. Así es indepen-
dos estudios
. en los que se fundamenta son ingeniosos y- dientemente de la escuela psicológica o psiquiátrica —freu-
sugerentes. Sin embargo, toman de la psicología y la psi- diana, jungiana, conductista, del desarrollo o cualquier
quiatría varias premisas cuestionables para los antropólo- otra— de que se trate. No sólo las teorías, también las te-
gos. Una de ellas es que el individuo, como unidad psico- rapias se basan en esas premisas: por ejemplo, el psicoa-
lógica y culturalmente definida, es fundamentalmente la nálisis, que desvela traumas del pasado con el fin de expli-
misma en todas partes y que las diferencias surgen sobre car y curar neurosis del presente; pero también enfoques
todo de las diversas formas que hay de criar a los niños, posteriores, como el análisis transaccional, que muestra
que canalizan la influencia de la cultura. Una tesis más de qué manera influyen en el adulto el «padre o madre
radical, pero también más compatible con la perspectiva interior» y el «hijo interior».
antropológica, es la que propugna que la cultura y la per- Casi siempre, estas premisas funcionan adecuada-
sonalidad no se distinguen tan fácilmente; que la propia mente en culturas como la nuestra, que subrayan el ca-
definición de quién es la persona es cultural. rácter específico del sujeto y su continuidad a través del
Pensemos de nuevo en las premisas de la psicología y tiempo. Hay otras que no tienen por qué partir de tales
la psiquiatría occidentales. Se presupone que el indivi- presupuestos. En Java, por ejemplo, es frecuente que un
duo es una unidad diferenciada, tanto sincrónica como individuo cambie dp nombre cuando cambia su estatus:
diacrónicamente. Desde el primer punto de vista (en de niño a adulto, de peregrino a retornado, de un rango
cualquier momento dado), la personalidad se ve como inferior a otro superior. La facilidad con la que se produ-
un conjunto de procesos y estructuras que lleva consigo un ce el cambio de nombre apunta al hecho de que los java-
único individuo. Diacrónicamente (es decir, a través del neses hacen menos hincapié en la continuidad de la
tiempo, como cuando uno discurre por el ciclo vital), se identidad individual a lo largo de la vida de lo que es ha-
considera que la personalidad tiene continuidad. Dichos bitual en Occidente, y que no subrayan tanto la conjun-
presupuestos quedan ejemplificados cuando decirnos ción entre estatus social e individual. Otro de los indi-
«llevé una vida». Presuponemos la existencia de una per- cios de esta disparidad de énfasis puede apreciarse en la
sona diferenciada, un «yo»; que llevé, que tengo cierto ausencia de escritos biográficos en la cultura javanesa
control sobre mi existencia, cierta autonomía y libre albe- clásica y en el carácter de algunos de los textos de este
drío; y que el hecho de llevar se refiere a una vida, enten- tipo que se realizan hoy en Java; en comparación con la
diendo por «vida» una existencia continua desarrollada a biografía occidental, se presta menos atención al proceso
lo largo del tiempo, en la que, por lo tanto, la experiencia que, a medida que se desarrolla la vida del sujeto, condu-
pasada influye en la personalidad presente. ce de una experiencia a otra, y se insiste más en las cate-
Estas suposiciones son habituales. Las hacemos siem- gorías culturales que rodean a ese actor. Este tipo de sello
pre que hablamos de carreras, biografías o personas. No cultural que se estampa sobre la propia concepción del

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tos producidos en lugares lejanos y en condiciones des- sugiere que el mundo es un lugar unificado, bajo el vio-
conocidas. Para los científicos sociales, esos cambios aluden lento ataque de un reducido pero poderoso conjunto de
a transformaciones culturales y a crecientes desigualda- elementos culturales. La «cultura global» es una entidad
des económicas. tan evidente que un defensor tan claro de la diferencia
Además de debatirse el significado de la globaliza- cultural como la revista National Geographic 5° la declara
ción, también existe cierta discusión sobre el auténtico fuerza de cambio cultural determinante a finales del si-
grado de novedad de este fenómeno. Cuando se enume- glo xx. Sin embargo, ¿qué es la globalización? No parece
ran detalles concretos como prueba de la globalización, ser algo tan diferente a lo predicho por Marx y Engels:
esos mismos hechos pueden compararse con ,datos si- un mundo capitalista futuro, monolítico y homogéneo,
milares de periodos anteriores. ¿Realmente ahora hay en el que los mercados nacionales serían sustituidos por
más comercio global que antes? Oliver Boyd-Barrett mercados globales. Los antiguos anhelos serían sustitui-
afirma que no49 . Menciona datos que sugieren que, hoy dos por otros nuevos, que todos los seres humanos de-
día, Gran Bretaña sólo está ligeramente más abierta al searían de forma inconsciente y sin poder evitarlo. Se-
comercio internacional que en 1913 y que la inversión gún imaginaban, en ese mundo futuro los consumidores
directa exterior en los mercados bursátiles de las nacio- utilizarían bienes producidos muy lejos, en vez de en su
nes más desarrolladas era mayor en 1914 que en la ac- propia economía local, ya fuera ésta una ciudad o una
tualidad. Sin embargo, reconoce que ahora aparecen nación. Cualquiera que sea el significado de la globaliza-
tres rasgos distintivos: (1) hay más países participando ción, comporta lo g siguientes elementos:
en la economía global que antes de 1914; (2) la dismi- En primer lugar, las conexiones globales se están in-
nución de los costes de comunicación está impulsando tensificando. Aunque este tipo de relaciones ha existido
la creciente variedad de bienes y servicios con los que se durante siglos, lo nuevo es su incremento. Implica una
puede comerciar a escala mundial, y (3) los grandes in- mayor velocidad de las comunicaciones, los viajes y el
tercambios financieros internacionales son ahora ma- flujo general de información y financiero. Aunque el co-
yores que antes. lonialismo, por ejemplo, puso en contacto a los países
Sin embargo, para los científicos sociales, uno de los mediante relaciones globales desiguales, el movimiento
puntos de interés de esta «globalización» reside en la trans- de mano de obra y de capital fue mucho más lento du-
formación de las culturas. En gran medida, para la jerga rante y antes del siglo xix.
financiera y económica, la palabra «globalización» suele En segundo lugar, la migración de los pueblos, debida
ser equivalente a lo que anteriormente se llamaba «mo- a cambiantes condiciones políticas, laborales y económi-
dernización», antes de que ese término fuera criticado cas, ha aumentado su ritmo y variedad. Hacía tiempo
por implicar un modelo de cambio cultural evolutivo. que la gente iba a los Estados Unidos en busca de trabajo
En la actualidad, lo que se califica de fuerza cultural pre- temporal o estable, pero las razones de su traslado están
dominante es algo denominado «cultura global», que cambiando. Complejas combinaciones de fuerzas políti-
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1. MATERIA

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cas y económicas empujan a los emigrantes a abandonar que uno pueda viajar por el mundo y observar a perso-
sus países de origen y tiran de ellos hacia los Estados nas disfrutando de los mismos episodios televisivos de
Unidos u otros países «desarrollados». Puede que los series como Dinastía y Melrose Place, que son las que ven
nuevos inmigrantes, al igual que los antiguos, opten por los estadounidenses?
vivir en comunidades compuestas por personas de la Los antropólogos no se ponen de acuerdo sobre la res-
misma identidad que la de su localidad natal. Puede que puesta a estas preguntas. Ello se debe en parte al hecho
decidan ir al país que en tiempos colonizó el suyo. Puede de que estudian innumerables culturas en diversas situa-
que envíen bienes y dinero a casa. Así surgen las- redes ciones. Ninguna cultura se enfrenta a esas fuerzas de la
globales. Además, las corporaciones están trasladándose mismá manera. Sin embargo, algunos antropólogos te-
a lugares del tercer mundo en busca de mano de obra men que el incremento de gustos occidentales bajo el
más barata y de nuevos mercados. Para comprender es- influjo de los medios de comunicación reduzca el valor
tos movimientos de personas es crucial prestar atención que otros pueblos atribuyen a su propia cultura local.
al hecho de si son o no voluntarios. Se cuenta la historia Otros observan la presencia de reacciones destinadas a
de alguien originario de una isla caribeña antes coloni- mantener las culturas periféricas. Un ejemplo de ello es
zada por los británicos que se trasladó al Reino Unido. un fenómeno denominado «modernidades alternativas»51,
Una vez allí, un británico le preguntó: «¿Por qué está us- o movimientos cuidadosamente desarrollados por cier-
ted aquí?», y el caribeño le respondió: «Porque ustedes tos gobiernos y élites para crear otras posibles versiones
estaban allí». de la modernidad (fuera del modelo occidental do-
Una importante preocupación que algunos científicos minante). La globalización, aparte de sus consecuencias
asocian con este cambio en la producción y en los mer- sobre las personas, también ha influido realmente en la
cados es la erosión de la singularidad cultural. Con fre- forma de trabajar de algunos antropólogos. Éstos,- en vez
cuencia, esta erosión se achaca al «imperialismo cultu- de llevar a cabo trabajo de campo en una sola aldea, aho-
ral», base de un argumento que postula lo siguiente: si ra suelen verse obligados a investigar diversos lugares.
las comunicaciones internacionales y los medios de co- Si la gente que uno estudia está cruzando fronteras, es
municación de masas son un elemento nuevo y privativo preciso tratar de comprender cómo son sus vidas en to-
de finales del siglo xx, ¿cuáles son sus consecuencias? Di- dos esos enclaves. O si las fuerzas que condicionan o
cho de otro modo, si cada vez es más frecuente que per- privilegian a los informadores proceden de lugares aje-
sonas de todo el mundo deseen comida rápida de nos al ámbito originario, los antropólogos se esfuerzan
McDonald's, Coca-Cola y música pop de Los Ángeles o por comprender esas dinámicas de conjunto. Uno de los
Nueva York, ¿qué estamos perdiendo? ¿Acaso están des- problemas generales que se plantean muchos antropó-
apareciendo rasgos culturales singulares ante la arreme- logos que abordan la globalización como fenómeno
tida de unos medios de comunicación enormemente cultural y político es el hecho de que ésta, al contrario de
centralizados e incluso monopolísticos? ¿Qué significa lo expuesto por la teoría marxista del capitalismo, no

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1. MATERIA 103

siempre produce homogeneización. Los viejos modelos cambio. En vez de considerar que el capital global deter-
de modernización que sugerían que cualquier singulari- mina la realidad política y cultural, señala que ese capi-
dad del mundo sucumbiría ante la uniformidad no se tal, a pesar de su presencia y poder incuestionableS, está
corresponden con las realidades que muchos antropólo- desorganizado, es caótico y se ve desplazado. Afirma que
gos están descubriendo. Si tornamos el ejemplo del éxito en la globalización la tensión principal se establece entre
registrado por las series televisivas estadounidenses en homogeneización y heterogeneización. Una de las for-
todo el mundo, nos damos cuenta de que no generan
mas de comprender esta tensión es a través de sus- cinco
una total homogeneización cultural.. El estudio realizado «paisajes»: etnopaisajes; paisajes de los medios de comu-
por Ten Ang sobre el seguimiento entusiasta de las . series nicación; ideopaisajes; tecnopaisajes, y paisajes financie-
Dallas y Dinastía en Israel puso de manifiesto que las
ros53 . Para Appadurai, todos ellos son mundos imagina-
audiencias que aportan a su interacción con los medios
dos:
de comunicación globales culturas diferentes a las de la Etnopaisajes: «Paisajes de personas que constitu-
cultura emisora del programa, también les extraen signi- yen el mundo cambiante en el que vivimos: turistas, in-
ficados sorprendentemente diferentes a los del público migrantes, refugiados, exiliados, trabajadores extranje-
estadounidense". Sin embargo, aún quedan cuestiones ros y otros grupos e individuos en movimiento son un
pendientes por resolver respecto a cómo funciona o deja rasgo esencial del mundo y parecen tener una influencia
de funcionar el «imperialismo cultural». Por ejemplo, el sin precedentes en las políticas de las naciones» (p. 33).
hecho de que las culturas no se uniformicen no significa y 3. Paisajes dé los medios de comunicación e ideopai-
que se mantengan inalterables. sajes: «La distribución de las capacidades electrónicas
Arjun Appadurai y Ulf Hannerz son pensadores clave destinadas a producir y diseminar información [...] y las
de la globalización desde una perspectiva antropológica. imágenes del mundo creadas por esos medios» (p. 35), así
Uno y otro tratan de explicar la clase de transformacio- como «las frecuentemente directas ideologías políticas
nes que están experimentando las culturas y los pue- de los Estados [...] y los movimientos explícitamente
blos.
orientados a lograr el poder eStatal» (p. 36).
Arjun Appadurai responde a uno de los primeros teó- Tecnopaisajes: «La configuración global [...] y el
ricos de la globalización, Immanuel Wallerstein, cuyo
hecho de que la tecnología, la más y la menos sofisticada,
argumento sociológico postula que las realidades cultu- la mecánica y la relacionada con la información, ahora se
rales y políticas del planeta se ven impulsadas por un mueve a grandes velocidades atravesando diversos tipos
gran «sistema mundial». La reacción de Appadurai es de límites antes infranqueables» (p. 34).
señalar que los procesos hoy denominados «globaliza- Paisajes financieros: «En la actualidad, la disposi-
ción» son mucho menos coherentes de lo que pretende ción del capital global se manifiesta a través de un paisa-
la imagen de Wallerstein. En vez de un sistema mundial, je más misterioso, rápido y difícil de seguir que nunca»
apunta la existencia de múltiples sistemas o «paisajes» de
(p. 34).

104 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 105

Ulf Hannerz alude a una «ecumene global» al descri- de la antropología por su interés en investigar culturas no
bir la globalización de la cultura. Le preocupa el debate occidentales se ve cuestionada. Tal pretensión podríá per-
sobre el imperialismo cultural y la autonomía. Aunque der importancia, o este momento convertirse en- un 'hito
señala que las culturas conservan identidades singulares estratégico para la antropología si ésta consigue aplicar
y poderosas, cree que todas ellas son híbridas. La cultu- esa perspectiva singular pero relevante. Ahora que la idea
ra local, siempre dialogando con otras, es un pátiche, de un mundo interconectado resulta prometedora para tan-
un collage de influencias. El capitalismo y las razones de tos campos de estudio, una de las formas que tiene la an-
Estado se ven implicados en esta mezcolanza y, en con- tropología de convertirse en una fuerza potencialmente
secuencia, la propia autonomía cultural sólo es , posible poderosa es mediante la articulación de las desigualdades
hasta cierto punto. Sin embargo, existen dinámicas de de la globalización, que no tiene las mismas consecuen-
poder desigual, como las relaciones entre el centro y la cias en todas las poblaciones del mundo. Hace tiempo que
periferia, que pueden conformar las condiciones mate- los antropólogos tratan de entender a los pueblos y luga-
riales a las que se adaptan las culturas. Hannerz cues- res que otras disciplinas encuentran menos accesibles, y
tiona la utilidad de antiguos modelos de organización en esta época de cambio sigue siendo así. En consecuen-
global como los de centros y las periferias. Aunque an- cia, los antropólogos se esfuerzan por revelar cómo afec-
tes se consideraba que en el mundo había lugares de po- tan a diversas poblaciones los nuevos ordenamientos fi-
der (centros) y lugares de dominación y de dependencia nancieros y del poder estatal, en su salud, en su capacidad
(periferias), esas zonas son menos fáciles de identificar para cubrir sus necesidades y las de sus familias, y en su
en la era de la globalización. Por ejemplo, si una publi- lucha por salir de la pobreza. Los antropólogos están pre-
cación literaria de Nigeria tiene su sede en París, pero se parados para sacar a la luz lo que puede significar la cara
dirige a un público nigeriano, ¿cuál es el centro y cuál la oculta de la globalización para esas poblaciones desaten-
periferiar4 didas por otras disciplinas. En el último capítulo de este
¿Qué papel potencial tiene la antropología en la com- libro nos ocuparemos de Cómo utilizan los antropólogos
prensión de los procesos ahora llamados «globalización»? su conocimiento para mejorar la existencia cotidiana de
A finales de siglo xix y primeros del xx no había muchas aquellos que comparten sus investigaciones y su trabajo.
más disciplinas que se preocuparan de la vida humana
fuera del primer mundo. Aunque el colonialismo fue una
agresiva fuerza política y social durante ese período, el es- El poder
tudio académico de los pueblos de las colonias recayó
principalmente en una disciplina: la antropología. Ahora, A finales del siglo xx, el concepto de poder ganó en
cuando otras áreas académicas descubren lo prometedora madurez, en parte gracias al filósofo francés Michel
que es la idea de un mundo interconectado como campo Foucault. Mientras que algunos veían el poder como
de estudio y de beneficios, la pretensión de singularidad un control impuesto a la voluntad individual por una

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I. MATERIA 107

estructura colectiva (la cultura, por ejemplo), Foucault 2. Foucault fue un teórico del poder. Para él, en
seguía los pasos de autores franceses anteriores (como una sociedad «disciplinada», el poder es algo escurri-
Durkheim) al equipararlo con una ilusión de libertad dizo y difícil de desenmascarar. Es mucho más fácil
individual. Al igual que el propio Durkheim, Foucault localizarlo en sociedades predisciplinarias, porque en
describía realmente el concepto de libertad individual, ellas no está oculto, sino que reside en el gobierno so-
sobre todo en Europa y Occidente, como un artefacto berano.
cultural, producido y controlado en gran medida por el Para Foucault, el poder es tan productivó como
mundo social. En consecuencia, no había un sujeto ver- represivo. No sólo opera mediante la compulsión brutal
dadero que actuara de manera autónoma, al margen del y la fuerza, también mediante la producción de nuevas
mundo social. técnicas disciplinarias, nuevas áreas y formas sociales,
En los escritos de Foucault se pueden distinguir cua- nuevos aparatos de control.
tro elementos concretos: El poder está enraizado y es múltiple. Para Fou-
1. Foucault fue un crítico de la modernidad. Para él, cault no hay agentes puros. No existe la dicotomía entre
esa historia que consideramos progreso, que vemos indefensos y poderosos. Señala, por el contrario, que
moviéndose hacia una racionalidad y uña tecnología todo el mundo se halla inmerso en una microfísica del
avanzadas y hacia el capitalismo de mercado, en reali- poder. Todos están enredados, nadie está fuera de las es-
dad demuestra lo contrario. Foucault planteaba que lo tructuras de poder. Foucault tenía más interés en las men-
que parece liberador, de hecho .ha producido normali- talidades del poder que en sus cimientos materiales e
zación y manipulación. Mediante libros como Historia institucionales. Sin embargo, si el poder está en todas
de la locura en la época clásica, Historia de la sexualidad partes, es difícil resistírsele.
y Vigilar y castigar, Foucault señaló que en la vida mo- 3. Foucault teorizó sobre el cuerpo. Acabó con la di-
derna hay más vigilancia y supervisión que en modelos visión entre el cuerpo y lo social. Para él, el cuerpo se
de control anteriores 55 . Como ahora el control es profe- definía siempre y de modo exclusivo por lo social. No
sional y personal, también es mucho más completo que había identidad humana, ningún sujeto hobbesiano cuya
cuando esas dos esferas estaban menos definidas. Este existencia fuera previa o ajena a la de la sociedad circun-
autor reveló lo que él denominaba una microfísica de la dante. En realidad, según señala en Las palabras y las co-
dominación, que se expresa a través de varias profesio- sas: una arqueología de las ciencias humanas (1966), el
nes y representa una forma de poder mucho más total «hombre» no es más que una creación de los últimos 200
que las de modelos anteriores. Uno de los ejemplos era años, una invención más que un objeto intemporal de
el de la psicoterapia, que, según él, representaba la co- estudio antropológico. Llegó incluso a especular con la
lonización de la psique por parte de profesionales, me- idea de que si las fuerzas que habían inventado al «hom-
diante la creación de la salud mental como forma de bre» desaparecieran tan súbitamente como habían apa-
control. recido, es probable que ese mismo «hombre» también
108

LA LENTE ANTROPOLÓGICA

1. MATERIA 109

desapareciera, «como un rostro de arena a la orilla del Los europeos, partiendo de sus propios miedos, de-
mar» 56 seos e imaginaciones, construyeron un «otro» esenciali-
4. Foucault fue un crítico de la ciencia, para el que zado: el «Oriente». Al igual que Foucault, Said conside-
ésta era el nexo de unión entre el poder y el conocimien- raba que el poder era un generador de conocimiento y la
to, de manera que cada uno de esos elementos operaba a historia un estudio de ficciones manipuladas. Los escri-
través del otro. Pensaba que el poder reside en las reglas tores y artistas orientalistas —europeos que tomaban el
y que el conocimiento es el libro que las reúne. Hizo esta Oriente como tema principal y que con frecuencia, aun-
afirmación basándose en genealogías detalladas de cier- que no siempre, viajaban a él— crearon una determinada
tas prácticas profesionales (como las de las prisiones, las imagen de ese ámbito, superponiendo capas de sus expe-
clínicas o el psicoanálisis). Señaló, por ejemplo, que el riencias subjetivas, reales e imaginadas. El estudio de
panóptico utilizado para vigilar a los presos de lás cárce- Said describe de qué manera sistemas epistemológicos
les ponía de manifiesto la utilización de la psicología como la clasificación de las ciencias naturales de Linneo,
científica. De este modo, el conocimiento científico nun- la antropología racional de Sacy y la filología de Renan
ca está por encima del juego del poder, nunca está fuera determinaron la forma de percibir el Oriente que tuvie-
de la historia. ron los europeos.
Al oponerse a las concepciones tradicionales de la
identidad tomo esencia que viene dadd, de la historia
como algo factual, de la verdad como concepto tras- Esencialismo y género
cendental y objetivo, y del poder como elemento es-
trictamente jerárquico, las investigaciones de Foucault De forma muy similar a como Foucault ofreció en su
sobre el poder y la teoría del discurso proporcionaron obra nuevas herramientas para poner de manifiesto los
a los investigadores nuevas herramientas analíticas. cimientos sociales de «esencias» o «núcleos» aparente-
Por ejemplo, en Orientalismo, la obra decisiva publi- mente naturales, los antropólogos también han explo-
cada en 1978 por el historiador de la literatura Ed- rado las base s' sociales y culturales del género. ¿El hecho
ward Said, se utilizaba el modelo de discurso de de ser hombre o mujer es algo que viene dado por la
Foucault para analizar las implicaciones culturales y biología? ¿Se nace hombre o mujer sin que la educación
políticas del orientalismo", concepto que, según lo tenga nada que ver en esas definiciones? ¿Acaso las con-
definía Edward Said, 'reflejaba el colonialismo deci- cepciones del género varían según las culturas, las épocas
monónico europeo. Tomando elementos de Foucault, y las circunstancias? La antropología ha abordado esas
Said señalaba que la hegemonía europea sobre tierras cuestiones a lo largo de su historia. Margaret Mead ana-
orientales (en general países ahora considerados parte lizó hasta qué punto los roles de género se crean cultu-
de Oriente Próximo) había creado una determinada ralmente y son privativos de cada cultura". Sin embargo,
perspectiva. la antropología del género ha dado algunos giros sor-

110 1. MATERIA 111
LA LENTE ANTROPOLÓGICA

prendentes en las dos últimas décadas. La llamada «an- que quienes estudiaban el género durante ese período
tropología de la mujer» surgió en los años setenta, no partían de la base de que la dominación por parte del
sólo con el fin de comprender a las mujeres, también las varón era algo malo, esta idea entraba en conflicto, con
relaciones de género. Las primeras cuestiones que los ex- su concepción del relativismo cultural. Es decir, el relati-
pertos de esta escuela pretendían responder estaban re- vismo exigía la interpretación de cada fenómeno dentro
lacionadas con la desigualdad en razón del género y con de un determinado contexto cultural, lo cual socavaba el
el sesgo universal en ese sentido. También trataban de valor universal que se atribuía al carácter negativo de la
corregir lo que se consideraba un sesgo masculino en las dominación masculina. Irónicamente, el resultado fue
investigaciones antropológicas anteriores. Existía la pre- que algunas investigaciones demostraron que, en otras
ocupación de que, corno los hombres habían realizado culturas, había bastantes mujeres en puestos de respon-
la mayoría de las primeras investigaciones, sus hallazgos sabilidad.
pudieran reflejar un «punto de vista masculino». Mu- Hacia la década de los ochenta, los antropólogos del
chas antropólogas optaron por volver a los escenarios género comenzaron a reflexionar sobre la debilidad de
investigados por hombres en proyectos anteriores, con esa área antes denominada «antropología de la mujer».
el fin de realizar estudios más centrados en las mujeres Ahora se preocupaban de abordar las premisas occiden-
de la comunidad. tales subyacentes en teorías del género anteriores. Du-
Los antropólogos abordaron con una nueva mirada rante ese período, las antropólogas feministas también
cuestiones antiguas como «¿están las mujeres oprimidas debatieron la inclusión y exclusión de diferencias en sus
en todas las culturas?» o «ala dominación masculina es teorías. Se incorporaron ciertos tipos de diferencia,
universal?». Esas preguntas presuponían que era posible como la que comporta en ciertas culturas ser una mujer
establecer, determinados paralelismos en todo el mundo o un hombre. Lo menos visible había sido qué conlleva
al tratar cierta categoría de género, la mujer, con lo que ser una mujer de color o de clase obrera. Hasta ese mo-
ésta pasaba a convertirse en un objeto de estudio dife- mento no se había contemplado que hay factores ajenos
renciado. Sin embargo, uno de los argumentos funda- al género, como la raza y la clase, que pueden tener un
mentales era que no existe una diferencia esencial entre papel igual o mayor a la hora de determinar la posición
mujeres y hombres. En realidad, la categoría de mujer la vital del sujeto. En la mayoría de las primeras investiga-
crean las culturas, no una determinada esencia del sexo ciones se había presupuesto y aceptado que el objeto de
femenino igual en todas ellas. La antropología siempre estudio era una mujer blanca de clase media, para la cual
ha planteado dos proposiciones enfrentadas: en primer el factor vital más determinante era precisamente el he-
lugar, las culturas son diferentes, sin embargo, en segun- cho de ser mujer. ¿Hasta qué punto les servía de algo a las
do lugar, todos los seres humanos son parecidos. Esta mujeres obreras negras que las feministas defendieran el
situación generó ciertas tensiones en las conclusiones de derecho a trabajar fuera de casa si ellas llevaban genera-
las investigaciones realizadas en los años setenta. Aun- ciones haciéndolo por un salario miserable? ¿De qué

112 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 113

servía presentar a los hombres como enemigos? Resultó plo, en la actualidad, las investigadoras feministas están
que los objetivos políticos y sociales de las diferentes co- haciéndose más conscientes de hasta qué punto sus estu-
munidades investigadas eran sorprendentemente dispa- dios conforman el conocimiento sobre el tercer mundo.
res. En consecuencia, los antropólogos se dieron cuenta Chandra Mohanty señala que, frecuentemente, cuando
de que no podían hacer generalizaciones sobre poblacio- bien intencionadas antropólogas feministas tratan de
nes diversas partiendo de conclusiones relativas a 'la pri- mejorar las condiciones de vida de las mujeres del tercer
mera generación de proyectos de investigación sobre el mundo, su esfuerzo genera imágenes estereotipadamen-
género. te negativas de ese colectivo y de las sociedades en las que
Además, en parte por la creciente y atrevida presencia viven59 . Por ejemplo, las mujeres de países tercermundis-
de lesbianas y gays entre los antropólogos, los estudiosos tas se han visto constantemente retratadas como objeti-
se vieron obligados a plantear con más claridad las dife- vos del «desarrollo», o como objetos de deseo masculino
rencias y vínculos existentes entre los conceptos de sexo y sujetos de la explotación capitalista. Esas investigacio-
y de género. Mientras que el primero se había utilizado nes parten de premisas quizá no compartidas por las
convencionalmente para aludir a las diferencias físicas mujeres estudiadas, como la idea de que la violencia mas-
entre hombres y mujeres, el segundo se refería a las dis- culina es siempre una fuerza unilateralmente negativa en
paridades culturales atribuidas a unos y, otras. Esta idea su vida, o que ellas siempre están dispuestas a hacer cau-
fue cuestionada por varios expertos, especialmente por sa común frente a los hombres. Las mujeres que llevan
Judith Butler, que dudaban de la relación directa entre velo siempre aparecen retratadas como oprimidas. Se-
diferencias sexuales y de género. Partiendo de investiga- gún ese modelo, todas las mujeres tienen deseos simila-
ciones relativas a las identidades de género lesbianas y a res y aceptan soluciones parecidas para sus problemas.
las expresiones culturales de las relaciones entre inte- Para las investigaciones realizadas con este talante, las
grantes de ese grupo, esta autora señaló que el «sexo» no mujeres ya están definidas, generalmente como seres in-
tenía mucho que ver con el «género». defensos; el trabajo de campo no hace más que propor-
Este debate ha propiciado el surgimiento de una nue- cionar datos que corroboran ese hecho.
va generación de antropólogas feministas para las que el En investigaciones feministas más recientes se trata de
hecho de ser mujer no es sólo una construcción cultural, captar con mayor profundidad la construcción social
sino que presenta elementos geográficos e históricos es- de las identidades de género (opuesta a las concepciones
pecíficos. Este giro postula que las diferencias se experi- biológicas o «naturales» de lo que viene dado, es decir, al
mentan y superan al relacionarse unas con otras y que to- «esencialismo»).
das están sujetas por las estructuras de la vida social. La Haciéndose eco de perspectivas anteriores, algunos ex-
disciplina antropológica, en parte por el aumento del nú- pertos señalan que no existe una diferencia esencial o fun-
mero de antropólogos no occidentales, ha conseguido co- damental entre los hombres y las mujeres basada en dis-
menzar a dialogar sobre las premisas occidentales. Por ejem- paridades biológicas entre los sexos. Mediante una crítica

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