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El plazo para presentar el alegato reviste carácter común, es decir, que vence para
todas las partes el mismo día. De allí que el actor pueda diferir su presentación hasta
que venza el plazo acordado al demandado (o sea al vencimiento de los doce días).
El plazo durante el cual cada una de las partes tiene el derecho de retener el
expediente en su poder para consultarlo corre individualmente para cada una de las
partes, y si vencido el plazo el expediente no es devuelto, la parte que lo haya
retenido perderá el derecho de alegar sobre la prueba, sin necesidad de intimación
previa.
Efectos: una vez dictada dicha providencia queda cerrada toda discusión y no
procede la presentación de nuevos escritos ni la producción de más pruebas, salvo
aquéllas que el juez dispusiere diligenciar de acuerdo con la facultad que le acuerda
el art. 36, inc. 2o. Sin embargo, estas pruebas deben ser ordenadas en un solo acto
(CPN, art. 484).
El juez debe pronunciar sentencia en el proceso ordinario, salvo disposición en
contrario, dentro de los cuarenta días contados desde que queda firme el llamamiento
de autos (art. 34, inc. 3º), subinc. b]).
En el proceso sumarísimo no procede, la presentación de alegatos (CPN, art. 498,
inc. 5º), y el juez debe pronunciar sentencia dentro de los veinte o diez días de
quedar el expediente a despacho según se trate, respectivamente, de los supuestos
contemplados en los incs. 1º y 3º y 2º del art. 321.
Límites:
• Objetivos: dos puntos de vista:
1. Atiende a la parte o partes de la sentencia que adquieren
fuerza de cosa juzgada.
El problema consistente en determinar si la autoridad de la cosa juzgada comprende
a la sentencia considerada como una unidad jurídica
La doctrina ha asumido generalmente frente a este problema una actitud
conciliadora. Se entiende que cuando la parte dispositiva no se basta a sí misma,
procede examinar los motivos a fin de precisar o interpretar su alcance, se agrega
que tal recurso es incluso válido para rectificar algún error material del dispositivo,
cuando con ello no se altere la sustancia de la decisión.
Efectos: dispone el art. 318 CPN que: "la caducidad operada en primera o única
instancia no extingue la acción, la que podrá ejercitarse en un nuevo juicio, ni
perjudica las pruebas producidas, las que podrán hacerse valer en aquél".
Agrega el citado art. 318 que "la caducidad operada en instancias ulteriores acuerda
fuerza de cosa juzgada a la resolución recurrida".
Finalmente, el art. 318 dispone en su segundo apartado que la caducidad de la
instancia principal comprende la reconvención y los incidentes; pero la de éstos no
afecta la instancia principal.
Efectos: según el art. 850 Cód. Civ.: "La transacción extingue los derechos y
obligaciones que las partes hubiesen renunciado, y tiene para con ellas la autoridad
de la cosa juzgada".
Dice el art. 304 CPN: "En cualquier estado de la causa anterior a la sentencia las
partes, de común acuerdo, podrán desistir del proceso manifestándolo por escrito al
juez, quien, sin más trámite, lo declarará extinguido y ordenará el archivo de las
actuaciones".
Esta norma se refiere al desistimiento de la pretensión por acto bilateral de las partes,
el que configura un verdadero convenio procesal.
El segundo apartado del mismo precepto contempla, en cambio, la hipótesis del
desistimiento unilateral en los siguientes términos: "Cuando el actor desistiera del
proceso después de notificada la demanda, deberá requerirse la conformidad del
demandado, a quien se dará traslado notificándosele personalmente o por cédula,
bajo apercibimiento de tenerlo por conforme en caso de silencio. Si mediare
oposición, el desistimiento carecerá de eficacia y proseguirá el trámite de la causa".
El art. 304 CPN prescribe asimismo que si media oposición (del demandado), el
desistimiento carecerá de eficacia y proseguirá el trámite de la causa.
A diferencia de lo que ocurre con el desistimiento de la pretensión, el desistimiento
del derecho no requiere la conformidad de la contraparte.
Cabe agregar que el desistimiento del derecho puede revocarse hasta tanto recaiga
sobre él pronunciamiento judicial (CPN, art. 306).
Régimen Legal: dispone el art. 68, párr. 1º CPN que "la parte vencida en el juicio
deberá pagar todos los gastos de la contraria, aun cuando ésta no lo hubiese
solicitado".
El CPN admite, en materia de imposición de costas, el principio derivado del "hecho
objetivo de la derrota", con prescindencia de la buena o mala fe del litigante vencido.
El CPN asimismo adhiere, con carácter general, al sistema en cuya virtud las costas
deben imponerse de oficio, es decir, aun en el caso de que la condena a su pago no
haya sido solicitada por las partes.
La segunda parte del art. 68 prescribe que "sin embargo, el juez podrá eximir total
o parcialmente de esta responsabilidad al litigante vencido, siempre que encontrare
mérito para ello, expresándolo en su pronunciamiento bajo pena de nulidad".
Idéntico principio rige en materia de incidentes, pero con la variante de que no se
sustanciarán nuevos por quien hubiere sido condenado al pago de las costas en otro
anterior mientras no satisfaga su importe o, en su caso, lo dé a embargo, salvo que
se trate de incidencias promovidas en el curso de las audiencias (CPN, art. 69).
En el juicio ejecutivo rige un sistema distinto: las costas son a cargo de la parte
vencida, con excepción de las correspondientes a las pretensiones de la otra parte
que hayan sido desestimadas (art. 558).
Existen casos, asimismo, en que la eximición del pago de las costas se funda en
actitudes de la parte vencida que revelan el propósito de facilitar la solución del
conflicto y de evitar erogaciones innecesarias. Se hallan contempladas en el art. 70
CPN, según el cual no cabe imponer costas al vencido:
1º) Cuando hubiese reconocido oportunamente como justas las pretensiones de su
adversario, allanándose a satisfacerlas, a menos que hubiere incurrido en mora o que
por su culpa hubiere dado lugar a la reclamación,
2º) Cuando se allanare dentro del quinto día de tener conocimiento de los títulos o
instrumentos tardíamente presentados. Para que proceda la exención de costas, el
allanamiento debe ser real, incondicionado, oportuno, total y efectivo.
Excepcionalmente las costas pueden imponerse al vencedor cuando las constancias
del proceso demuestren la total inutilidad de la pretensión o su planteamiento en
términos notoriamente exagerados.
El CPN contiene asimismo en materia de costas las siguientes reglas particulares:
A) Si el juicio concluye por transacción o conciliación, las costas deben ser impuestas
en el orden causado (art. 73).
En caso de desistimiento las costas son a cargo de quien desiste, salvo cuando el
acto se deba exclusivamente a cambios de legislación o jurisprudencia y se lleve a
cabo sin demora injustificada.
En caso de declararse la caducidad de la primera instancia, las costas del juicio deben
imponerse al actor.
B) Si el procedimiento se anula por causa imputable a una de las partes, deben ser
a su cargo las costas producidas desde el acto o la omisión que dio origen a la nulidad
(art. 74).
C) En los casos de litisconsorcio, las costas deben distribuirse entre los litisconsortes,
salvo que por la naturaleza de la obligación correspondiere la condena solidaria.