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"Lo más importante es tener siempre un plan.

Si no es el mejo

r plan, eso es al menos mejor que no tener ningún plan”.

Sir John Monash

Planificar o no planificar la clase, es el eterno debate que se da en la mayoría de los colegios, esta
disyuntiva produce tensiones y muchas veces enfrenta a los docentes con los equipos técnicos
pedagógicos. 

Algunos docentes sostienen que no es necesario planificar, como argumento plantean  que este es un

proceso administrativo de carácter burocrático que sólo produce  agobio y cansancio, otro grupo de

docentes sostienen que la planificación limita el desarrollo de la creatividad; sin embargo no planificar una

clase es equivalente a improvisarla, lo que implica que su desarrollo esté supeditada a una serie de

factores que podrían condicionar el logro de los aprendizajes de los estudiantes.

Planificar es una competencia que todo docente debe poseer, y que es clave para el desarrollo de su tarea

educativa.  La planificación de la clase o plan de clases, constituye el primer paso para lograr que todos

los estudiantes aprendan. Al momento de preparar la clase, no sólo se está cumpliendo con una

responsabilidad profesional, sino que se está reflexionando sobre qué deben aprender los estudiantes,

cómo motivarlos, cómo hacer para que aprendan y qué recursos didácticos utilizar. Esta reflexión permite

organizar y secuenciar los aprendizajes esperados.

La actitud de como el docente aborda la tarea de la planificación refleja su disposición


frente al quehacer pedagógico, demostrando así su interés por realizar su labor de manera
organizada y profesional. Cuando se piensa que sólo se debe planificar a principios de año,
restándole importancia a esta tarea docente, es porque se ha perdido de vista la relación
que existe entre la planificación y la práctica pedagógica. 

La importancia de realizar el plan de clases radica en la necesidad de organizar de manera


coherente las actividades y su relación con los objetivos que se desean lograr, de esta
manera se establece una guía que permite orientar al docente y brinda una sensación de
seguridad a los estudiantes, además de entregar un claro sentido de propósito y dirección
a la clase en su conjunto.

El realizar un plan de clases, independiente que haya que entregarlo o no a la jefatura


técnica, es una práctica que todo docente debe tener internalizada y que forma parte de su
formación profesional, constituye el punto de partida para llegar al propósito esencial de
nuestra profesión, el cuál es lograr que nuestros alumnos aprendan.

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