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La filosofía clásica: recorrido

por la historia de las ideas


Los griegos contribuyeron de manera excepcional a la
ciencia.

Ingrid Constant Saavedra es licenciada en Filosofía por la Universidad


Panamericana y egresada de la maestría en Filosofía de la religión por
la UNAM.

Casi todos los estudiosos concuerdan en que la filosofía es una creación


original del genio griego, que no tiene ningún correlato con el
pensamiento de otros pueblos de la Antigüedad. La filosofía, además,
permitió el nacimiento de la ciencia. Reconocer esto es darle a los
griegos el mérito de haber contribuido de manera excepcional a la
historia.

Rasgos esenciales de la filosofía griega

La palabra filosofía proviene de los términos griegos, philos, ‘amor a,


amante de’, y sophia, ‘sabiduría’. Por tanto, significa “amor al
conocimiento”. Con el tiempo, la filosofía se convirtió en la sabiduría
misma, en el conjunto del saber. A lo largo de su desarrollo, éstos
fueron algunos de sus rasgos esenciales:

Contenido. Se propuso explicar toda la realidad, y por eso se distingue


de las ciencias particulares, que explican algunos fragmentos de la
misma. Por ello, se debe llegar al origen, es decir, al primer porqué que
dé la razón de ser de todo.
Método. Es una explicación puramente racional. No le basta la
experiencia, sino que se sirve de la razón y la lógica para hallar las
causas primordiales.

Objetivo. El deseo de conocer la verdad. No tiene una utilidad práctica


—aunque sí tiene relevancia moral— y su objetivo es desinteresado. En
palabras de Aristóteles: “Todas las demás ciencias serán más
necesarias que ésta, pero ninguna superior”.

Periodo naturalista

Los filósofos griegos concordaron en que el hombre tiene una


necesidad natural por saber. La raíz de la filosofía es precisamente esa
curiosidad innata, la profunda admiración que nos provoca la realidad.
En su primera etapa, la filosofía se planteó problemas de tipo
naturalista, es decir, intentó explicar el origen y funcionamiento del
mundo natural. A partir de la observación de la naturaleza y de
razonamientos lógicos, los primeros naturalistas llegaron a distintas
conclusiones sobre cuál era el principio originario del cosmos y cómo
funcionaba el mundo.

Periodo humanista

Durante el periodo humanista, los problemas de la filosofía dejan de


estar volcados hacia la naturaleza y se concentran en el hombre. Los
primeros exponentes fueron los sofistas. En el siglo IV a. C. Protágoras
dijo que “el hombre es la medida de todas las cosas”, y así propuso el
principio del relativismo occidental, que indica que el único criterio es
el individuo: no existen verdades ni valores morales absolutos. Por su
parte, Gorgias pensó que no es posible llegar a la verdad absoluta.

El verdadero protagonista del humanismo fue Sócrates (ca. 469-399 a.


C.), inventor de la interrogación socrática o mayéutica, que consiste en
cuestionar al interlocutor para llegar hasta las últimas implicaciones de
las cosas. Investigó el mundo humano: la belleza, la moral, la justicia,
etcétera. Afirmó que el hombre es su alma, por eso su doctrina se basa
en el principio de “conócete a ti mismo”. Sostiene que quien obra mal
lo hace por ignorancia. Se le atribuye la frase: “Yo sólo sé que no sé
nada”.

Síntesis de Platón y Aristóteles

Por primera vez se hacen formulaciones sistemáticas y ordenadas de


numerosos problemas filosóficos. Platón (ca. 428-348 a. C.) retoma la
tradición órfico-pitagórica. Escribe numerosos diálogos sobre una gran
variedad de temas, como la belleza, el amor, la justicia y el bien.
Desarrolló la teoría de las ideas, según la cual el mundo material es la
copia de un mundo abstracto y eterno lleno de formas perfectas. En la
alegoría de la caverna, describió cómo los hombres que no han
contemplado las ideas viven mirando sombras. Pensó que el alma
inmortal puede purificarse con el conocimiento y la verdad. En la
República y el Político reflexionó sobre el estado y la justicia, y sus
relaciones con la virtud del hombre.

Aristóteles (384-322 a. C.) fue el padre de la lógica —que permite


razonar de manera precisa por medio de silogismos— y de la biología.
Su física, que perduraría durante casi 2,000 años, señala que estamos
rodeados por esferas celestes movidas por un “montón inmóvil”. Según
su metafísica, los seres están compuestos de materia y forma, la cual
comparten con otros individuos de su misma especie. Su psicología
sostiene que los seres humanos conocen el mundo abstrayendo las
formas de las cosas. Escribió el primer gran tratado de filosofía moral:
la Ética Nicomáquea, en el que basa la felicidad en el desarrollo de la
virtud y la vida contemplativa.
Escuelas helenísticas

Entre los siglos IV y I a. C. aparecieron las escuelas helenísticas,


también llamadas escuelas de decadencia, porque lo más importante
para ellas era la reflexión sobre cómo alcanzar la felicidad. El
hedonismo sostenía que la finalidad de la vida es encontrar el mayor
placer posible. De forma similar, el epicureísmo indicaba que se
buscara el placer y se evitara el dolor. Diógenes, conocido como el
perro, fue el padre del cinismo, que argumenta que la felicidad se logra
a partir de satisfacer las necesidades naturales sin sofisticación, como
dormir y comer. Por su parte, la escuela estoica, fundada por Zenón,
pensaba que cada cierto tiempo el universo se destruye y renace igual
—doctrina del eterno retorno—. Los estoicos consideraban que era
imposible cambiar el curso de los acontecimientos y que la libertad
consistía en aceptar con tranquilidad los golpes del destino. Esta
doctrina tuvo gran auge en el Imperio Romano, con exponentes como
Crisipo, Séneca y Marco Aurelio.

Neoplatonismo

Hacia los inicios de la era cristiana, resurge un interés por la


especulación metafísica inspirada por Platón. Los neoplatónicos
consideran que existe un solo dios del cual deriva toda la realidad. El
más ilustre de los neoplatónicos es Plotino (ca. 204-270). En su tratado
Eneadas dice que el mundo emana de un principio supremo —Uno—, el
cual se convierte en intelecto —en ideas abstractas— y, posteriormente,
en el alma del mundo. Otros neoplatónicos importantes fueron Porfirio
(232-304), quien hizo una jerarquía de todos los seres, y Filón de
Alejandría (20-50), quien combinó la metafísica con la tradición judía.
El pensamiento neoplatónico fue de gran importancia para el
desarrollo de la filosofía cristiana.

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