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Motivación y autocontrol de la conducta de estudio

El aprendizaje implica un esfuerzo de nuestra parte para asimilar o aprovechar las experiencias
que vivimos y los conocimientos que adquirimos; ya que para realizar dicho esfuerzo
necesitamos un motivo, no habra un verdadero aprendizaje sino tenemos una fuente de
motivación. Cuando la motivación es fuerte somos capaces de superas los obstaculos y las
limitaciones que se nos presentan, por ejemplo la pereza, la desorganización, la falta de un
lugar y ambiente adecuado de estudio e inclusive no poseer grandes habilidades y aptitudes
para aprender el oficio o estudiar la carrera que más nos guste. Siempre existirán los altos y
bajos, pueda que aquellas duras caídas, problemas o situaciones desagradables nos haga dejar
de buscar soluciones y esto nos aleja de alcanzar lo que realmente queremos ser o hacer en la
vida, dejamos de sentirnos alguien y quizás incapaces. El aprendizaje va de la mano con la
experiencia y la experiencia se obtiene de la perseverancia de proponernos una meta y otra
para siempre lograr superarse a uno mismo.

La motivación está íntimamente relacionada con cualquier proceso de la actividad humana, es


la fuerza que conlleva a la realización de cualquier tarea y objetivo, así como también el origen
de determinadas conductas o formas de ser de un indiviuo. La motivación es la causa principal
de todo comportamiento en el ser humano.

verbal y extraverbal y su estilo de comunicación transmite y modela un tipo de clima de


relación social e interpersonal en el aula, las sutilezas de su actuación pueden ser percibidas.

Cuando los estudiantes tienen la posibilidad de indagar, de confrontar criterios y puntos de


vista, se acrecienta su interés por aprender y esto contribuye a desarrollar motivaciones más
profundas intensivas hacia el aprendizaje y una mayor implicación de los mismos en el Proceso
Docente Educativo, los alumnos asumen mayor responsabilidad en su propio aprendizaje. Se
percatan de que sólo pueden aprender si lo hacen por sí mismos, si se implican activa y
voluntariamente en el proceso.

El profesor debe proporcionarle oportunidades para que decidan lo que necesitan saber y
les ayuda a desarrollar estrategias para resolver; mientras que los alumnos deben ser capaces
de probar la significación y la justificación de aquello que aprenden, esto le crea
conocimientos.

La motivación hacia el estudio es un importante antecedente de la motivación profesional.


Ambas motivaciones representan la continuidad de un proceso que comienza tempranamente
en la escuela y se mantiene a lo largo de la vida del sujeto en el ejercicio de su profesión. Esta
continuidad es posible cuando la motivación hacia el estudio está basada en los intereses
cognitivos del sujeto y la motivación hacia el estudio se expresa en el interés del joven por
conocer cosas nuevas, por despejar sus interrogantes, en el placer de dominar nuevas
operaciones, en la satisfacción por los distintos momentos que esta actividad implica.
La motivación por el estudio permite profundizar en temas que no se dominan, resaltando el
papel del maestro como elemento determinante para el desarrollo de los intereses
cognoscitivos, los cuales varían en dependencia de las características del estudiante.

    La esfera motivacional es un aspecto importante en la personalidad, algo que no se puede


ver como un producto automático del desarrollo de la misma, sino como una compleja
adquisición de la personalidad, sólo posible por una adecuada educación o ante estímulos o
condiciones muy específicas que lo propicien, por lo que la dirección del profesor es
fundamental, para despertar la actividad afectiva en los estudiantes.

    Está estrechamente relacionada con la actividad intelectual y formativa que genera el
proceso de enseñanza aprendizaje. Si se logra motivar a los estudiantes por las actividades de
aprendizaje como son; visitas de interés y el desarrollo de actividades experimentales, entre
otras propias que el profesor sea capaz de concebir, el aprendizaje será efectivo y dejará un
resultado, en términos de conocimientos, habilidades, vivencias y motivaciones, que incidirán
positivamente en su comportamiento intelectual y en su actitud ante la búsqueda de otros
conocimientos.

Otro de los conceptos que suele vincularse con la motivación es el de


creencias de control del aprendizaje, que alude al grado de control que los
estudiantes creen tener sobre su propio aprendizaje (Pintrich y García,
1993). Un concepto que puede resultar útil en relación con este tema es el
de ‘locus de control’ (LC) introducido por Rotter en 1966 . Conforme a este
concepto, cuando una persona cree que el lugar, la causa o la raíz del
control de los resultados de su actuación está en ella misma y que los
resultados que obtenga dependen de ella, se dice que es un sujeto con LC
interno. Por el contrario, si el individuo cree que el control está fuera de él,
en factores externos como la suerte, el destino o la ayuda recibida

Algunos autores (por ejemplo, Avia, 1984) clasifican las Técnicas de Autocontrol en
tres grupos:

 Facilitación del cambio.


 Planificación ambiental.
 Las de programación conductual.
Dentro del primer grupo suele destacar la auto observación, es decir, la observación del
hábito o comportamiento hecha por la propia persona, que incluye el registro y, en
general, la representación gráfica de la información obtenida.
También el establecimiento de los objetivos específicos que la persona desea conseguir
puede considerarse como una técnica o procedimiento de facilitación del proceso de
cambio.

Entre las técnicas de planificación ambiental destacan las dirigidas a modificar lo que
precede a la ejecución del hábito que se desea reducir o eliminar y a lo que debería
preceder a la de un hábito que no existe y se quiere instaurar, o que existe pero se desea
aumentar en algún sentido (más frecuente, más regular, de mayor duración, etc.).

Las consecuencias de los hábitos (aquello que sigue a su realización) son también
modificables y las técnicas encaminadas a ello se denominan a menudo técnicas de
programación conductual o de consecuencias.

Programa de autocontrol

Un programa de Autocontrol es algo más que la aplicación de alguna de las técnicas


anteriores. Del mismo modo que pelar una cebolla requiere aplicar una “técnica” y
preparar un plato de hígado encebollado requiere algo más que saber pelar cebollas,
preparar un programa de Autocontrol requiere conocer las técnicas pero también
combinarlas de la forma adecuada. De hecho, en la mayoría de ocasiones, un programa
de autocontrol requiere la utilización de alguna técnica o procedimiento de los que
hemos mencionado dentro de cada grupo.

Así, la auto observación se usa en la práctica en la totalidad de los programas y en todos


ellos habrá que establecer unos objetivos que, como verá, deben cumplir unas
condiciones específicas. Luego, en muchos casos será necesario alterar tanto los
antecedentes como las consecuencias del hábito, introduciendo, quitando o modificando
estímulos y comportamientos (a veces de otras personas). Por tanto, en el diseño de un
programa de autocontrol se utilizarán casi siempre técnicas de planificación y de
programación de consecuencias.

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