Está en la página 1de 6

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOJA

FACULTAD DE LA SALUD HUMANA

CARRERA DE MEDICINA
MEDICINA INTERNA I

TRABAJO AUTÓNOMO

CICLO: Sexto ciclo “A”

FECHA: 21 de mayo del 2021

ESTUDIANTE QUE ADJUNTA EL TRABAJO:

• Caraguay Sivisapa Marjhorie Krupskaya

DOCENTE RESPONSABLE:

• Dr. Cristian Galarza

TEMA:
ENFERMEDADES DE LA PIEL

LOJA – ECUADOR
La porfiria cutánea tarda
DEFINICIÓN
La porfiria cutánea tarda (PCT) es una variedad
de porfiria hepática bastante frecuente que
afecta sobre todo a la piel. Es el resultado de la
deficiencia genética de una enzima llamada
uroporfirinógeno descarboxilasa, que interviene
en la síntesis del grupo hemo que al unirse a la
globina formará la hemoglobina para su
incorporación al hematíe.
EPIDEMIOLOGÍA
La Porfiria Cutánea Tarda (PCT) representa el 80% - 90% de las porfirias La prevalencia
estimada de enfermedad sintomática es de 1 en 10,000 habitantes, variable entre zonas
geográficas (1/2,000 en España; 1/25,000 en los Estados Unidos). No se cuentan con
cifras de prevalencia de PCT en Chile, sin embargo, se estima que el 50% de éstas
corresponden a las de origen hereditario, lo cual se encuentra por sobre el porcentaje usual
informado en otras poblaciones.
Actualmente se cree que afecta a hombres y mujeres en igual proporción, mientras
algunos han descrito una mayor proporción de hombres en la variedad esporádica1. Es
más frecuente en caucásicos, con presentación clínica en la cuarta década (independiente
del sexo). Algunos postulan que la variedad familiar puede manifestarse a menor edad.
ETIOLOGÍA
La PCT se debe a una deficiencia adquirida o heredada en la actividad de la enzima
uroporfirinógeno decarboxilasa hepática, una enzima de la vía biosintética del hemo
(véase tabla Sustratos y enzimas de la síntesis del hemo). Las porfirinas se acumulan,
sobre todo cuando hay un aumento del estrés oxidativo en los hepatocitos, que suele
deberse a la sobrecarga hepática de hierro, pero que también puede ser debido al alcohol,
el tabaquismo, los estrógenos, o la hepatitis C o la coinfección por el HIV.
CLASIFICACIÓN
Existen dos tipos principales de porfiria cutánea tarda:
• Tipo 1: adquirido o esporádico
• Tipo 2: hereditaria o familiar
El tipo 1 es responsable del 75 al 80% de los casos y el tipo 2 del 20 al 25%.
En la Porfiria cutánea En la Porfiria cutánea tarda tipo 2
tarda 1
la deficiencia de la deficiencia de descarboxilasa es un trastorno heredado en forma
descarboxilasa queda autosómica dominante con penetrancia limitada. La deficiencia se produce
limitada al hígado y no en todas las células, incluyendo los eritrocitos. Puede desarrollarse a una
hay una predisposición edad más temprana que en el tipo 1, a veces hasta en la infancia. La
genética. En general, deficiencia parcial (~50%) en la actividad de UROD en pacientes
esta enfermedad se heterocigóticos no es suficiente por sí misma para causar las características
manifiesta a partir de bioquímicas o clínicas de la PCT; se requieren factores adicionales para
la mitad de la vida. causar una disminución > 75% en la actividad UROD hepática necesaria
para que se manifiesten las características de la porfiria cutánea tarda. Estos
factores pueden inducir un aumento del hierro hepático, consumo de
alcohol, exposición a hidrocarburos halogenados, infección por el virus de
la hepatitis C o el HIV, estrógenos y tabaquismo.
La PCT tipo 3, que es muy rara, es hereditaria, pero sin ningún tipo de defecto en el gen
de la UROD; un defecto en otro gen no identificado parece ser la causa. El tipo 3 abarca
< 1% de los casos de PCT.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los pacientes con porfiria cutánea tardía se presentan con fragilidad de la piel, sobre todo
en las áreas expuestas al sol. La fototoxicidad es tardía y los pacientes no siempre
relacionan la exposición al sol con los síntomas.
Las lesiones cutáneas se distribuyen simétricamente en zonas fotoexpuestas y sometidas
a traumas repetidos, como dorso de manos, antebrazos y cara.
Ocasionalmente afecta la cara anterior de las piernas y el dorso de los pies, especialmente
en mujeres.
Los síntomas generales son:

• Dolor abdominal intenso


• Dolor en el pecho, las piernas o la espalda
• Estreñimiento o diarrea
• Náuseas y vómitos
• Dolor muscular, hormigueo, entumecimiento, debilidad o parálisis
• Orina de color rojo o marrón
• Cambios mentales, como ansiedad, confusión, alucinaciones, desorientación o
paranoia
• Problemas respiratorios
• Problemas para orinar
• Latidos cardíacos rápidos o irregulares que se pueden sentir (palpitaciones)
• Presión arterial alta
• Convulsiones
FACTORES DE RIESGO
Además de los riesgos genéticos, los factores ambientales pueden desencadenar la
aparición de signos y síntomas de la porfiria. Cuando te expones a los desencadenantes,
la demanda del cuerpo por la producción de hemoglobina aumenta. Esto abruma la
enzima deficiente y pone en marcha un proceso que provoca la acumulación de porfirinas.
Algunos ejemplos de los desencadenantes son:
• Exposición a la luz del sol
• Ciertos medicamentos, entre ellos, los hormonales
• Drogas recreativas
• Dieta o ayuno
• Tabaquismo
• Estrés físico, como infecciones u otras enfermedades
• Estrés emocional
• Consumo de alcohol
Hormonas menstruales: en las mujeres, es poco frecuente que los ataques de porfiria
aguda se presenten antes de la pubertad y después de la menopausia
DIAGNÓSTICO
Ante la sospecha de PCT se puede solicitar un test de tamizaje que detecta
porfobilinógeno en una muestra de orina aislada, mediante la reacción de Watson-
Schwartz. La muestra de orina, preferentemente la primera de la mañana, se debe
refrigerar y proteger de la luz solar. Para confirmar la sospecha clínica se requiere de una
cuantificación de porfirinas diferenciadas en una muestra aislada de orina, mediante
cromatografía líquida de alta eficacia.
Las pruebas hepáticas pueden encontrarse alteradas, con un patrón inflamatorio (aumento
de transaminasas), aumento de gamma-glutamil transferasa (GGT) o incluso disfunción
hepática en etapas avanzadas (hipoalbuminemia, hiperbilirrubinemia y tiempo de
protrombina aumentado).
La histopatología de lesiones en piel no es necesaria para el diagnóstico8, pero las
biopsias cutáneas evidencian un estrato córneo compacto, con epitelio necrótico, escaso
infiltrado linfocítico y elastosis actínica en la porción superior
Actualmente es posible el diagnóstico prenatal de la enfermedad en parejas con riesgo de
tener hijos afectos de PEC o en casos de hydrops fetalis no inmunológico. Puede
recogerse líquido amniótico mediante amniocentesis (aprox. A las 16 semanas), que será
de color rosado o rojo oscuro y en el cual se detectará la presencia de uroporfirinas.
También puede analizarse la actividad de la enzima UROS en células del líquido
amniótico cultivadas o de las vellosidades coriónicas, o incluso un estudio genético de
estas células.
La presencia de niveles altos de uroporfirinas tipo I en orina son diagnósticos de PEC.
Estas porfirinas también estarán elevadas en los eritrocitos. Debido a que el
uroporfirinógeno I puede ser decarboxilado por la uroporfirinógeno decarboxilasa, en las
heces y eritrocitos también podremos encontrar pequeñas cantidades de coproporfirinas
tipo I.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial de esta entidad debe realizarse con otras fotodermatosis
congénitas de la infancia como son el xeroderma pigmentosum y la hydroa vacciniforme.
También con otras enfermedades ampollosas como las epidermolisis ampollosas
hereditarias y el penfigoide ampolloso infantil.
TRATAMIENTO
• El manejo farmacológico se compone principalmente de antimaláricos en dosis
bajas, tales como cloroquina (125 mg) o hidroxicloroquina (100 a 200 mg), dos
veces a la semana. Dosis más altas pueden gatillar fotosensibilidad y
hepatotoxicidad, sin mayor efectividad. Actúan aumentando la excreción urinaria
de porfirinas y la captación hepática de hierro (sin disminución significativa de
los niveles de ferritina). Se evalúan con control mensual de porfirinas en orina
hasta que se normalicen por varios meses.
• Dado el riesgo de daño en retina, la Academia Americana de Oftalmología (AAO)
recomienda una evaluación por oftalmólogo al comienzo del tratamiento con
antimaláricos y luego de 5 años de uso, anualmente
• Protección solar y ante traumatismos: La única medida preventiva es evitar
totalmente la exposición a la luz solar y a fuentes de luz ultravioleta, mediante
ropa adecuada, gorros o sombreros y gafas solares. Los filtros solares deben ser
físicos con dióxido de titanio y oxido de zinc, aunque tienen un valor limitado.
• Transfusiones sanguíneas, supresión medular y esplenectomía: Las transfusiones
sanguíneas son a menudo imprescindibles, incluso de forma frecuente. Pueden
frenar la eritropoyesis y disminuir la producción de porfirinas en la mitad de los
casos, reduciendo la fotosensibilidad. Esta terapia es exitosa si el hematocrito se
mantiene por encima del 32% y se administra desferroxiamina para disminuir la
sobrecarga férrica, aunque su efecto es temporal.
• Transplante de médula ósea El transplante alogénico de células germinales
hematopoyéticas (stem-cells) ha demostrado ser el tratamiento más eficaz en
pacientes afectos de PEC.
• Terapia génica experimental Es el tratamiento futuro más prometedor para las
porfirias. Se ha observado que la transferencia in vitro del gen normal de la UROS
en células humanas deficientes de esta enzima, mediante lentivirus, ha conseguido
una completa restauración de la actividad enzimática y supresión del acúmulo de
porfirinas
PRONOSTICO
Tiene buen pronóstico, siendo frecuente la remisión de por vida después del tratamiento.
Debido a la naturaleza de los factores descompensantes, estos pacientes tienen mayor
incidencia de daño hepático crónico y sus complicaciones, incluyendo hepatocarcinoma.
BIBLIOGRAFÍA

• Frider Bernardo, Buonsante María Eugenia, Tiscornia Jorge, Alessio


Analía et al. Aparición de porfiria cutánea tarda durante el tratamiento con
peg-interferón más ribavirina en un paciente con hepatitis C crónica con
viremia indetectable. Acta Gastroenterol Latinoam. Marzo2006, vol.36,
no.1 [citado 25 Diciembre 2011]. Disponible en:
http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?¡Cve=199317721006
• Andrew `s. Capítulo 26. Errores del metabolismo. Porfirias.
Andrew `s. Dermatología Clínica. 2004; 652-59.

También podría gustarte