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Prácticas sociales de lectura

Las modalidades organizativas del tiempo de enseñanza en prácticas del lenguaje. El ambiente
alfabetizador evaluación de las prácticas del lenguaje.

Enseñar prácticas del lenguaje en el jardín de infantes

El jardín de infantes ofrece múltiples posibilidades para que niñas y niños sean miembros activos
de una comunidad de hablantes, de oyentes, de lectores y de escritores, haciéndolos partícipes
desde los inicios de la escolaridad, de las culturas orales y escritas. Esto es posible si en el nivel
inicial se ponen en acción los diversos quehaceres de las y los lectores, escritores, hablantes y
oyentes lo más parecido posible a cómo sucede en la vida social, asumiendo de este modo, un
compromiso alfabetizador que resguarde los derechos de las infancias a participar en diversas
prácticas orales y escritas. Comunicar esas prácticas no es una actividad neutral, requiere
atender a la preservación de los sentidos históricos, sociales y culturales que la lectura, la
escritura y la oralidad asumen en los diversos espacios sociales y momentos históricos. ""Las
prácticas del lenguaje son prácticas culturales, que incluyen no sólo las conductas lingüísticas
sino también los rituales, los usos y las costumbres asociados a ellas.

Desde estos enfoques, la alfabetización sólo es posible si chicas y chicos están inmersos en
situaciones de enseñanza en donde esas prácticas sociales del lenguaje tienen lugar, dónde
pueden resolver problemas en interacción con el mundo de las culturas orales y letradas,
considerándolos sujetos críticos capaces de transformar y producir sentido, sujetos cuyas ideas
deben ser respetadas. Por lo tanto, enseñar las prácticas sociales del lenguaje dista muchísimo
de plantear actividades para "entrenar" a alumnas y alumnos en el logro de habilidades para
memorizar el nombre de las letras, reconocerlas, sonorizarlas, establecer correspondencias, ni
ningún otro tipo de ejercicio repetitivo que privilegie aspectos perceptuales y motrices. De este
modo se propicia que la mayor cantidad de niñas y niños accedan y ejerzan el poder de la
palabra dicha y escrita. Considerar las prácticas del lenguaje como objeto de enseñanza, supone
un diálogo con los repertorios culturales- entre ellos los lingüísticos, pero no exclusivamente-,
que niñas, niños y familias portan al ingresar al jardín de infantes.

Y a su vez "propone tornar visibles y replantear las articulaciones entre diferencia y igualdad
que las relaciones sociales vigentes producen en desmedro de distintos colectivos de identidad."
. La escritura representa la lengua, y no el habla. Cualquier intento de justificar la escritura
"correcta" a partir de la pronunciación lleva a rechazar las variantes de habla de las/os niñas/os
de las poblaciones socialmente marginadas, y por lo tanto a dificultar su aprendizaje.

"Coincidimos en que "no hay riesgo sino riqueza en la diversidad lingüística y cultural, a
condición de crear contextos de comunicación entre las diferencias y a pesar de las diferencias.
El riesgo está en la incomunicación entre las heterogeneidades Es indispensable instrumentar
didácticamente a la escuela para trabajar con la diversidad. Ni la diversidad negada, ni la
diversidad aislada, ni la diversidad simplemente tolerada. Pero tampoco la diversidad asumida
como un mal necesario, o celebrada como un bien en sí mismo, sin asumir su propio
dramatismo.

En síntesis, en esta propuesta curricular enfatizamos que, para ofrecer oportunidades de


aprendizaje a todas las niñas y a todos los niños, el nivel inicial debe legalizar la diversidad de
producciones e interpretaciones infantiles, que son distintas a las convencionales y que es
necesario que se constituyan en objeto de reflexión e intercambio en las salas.

Facultad de Ciencias Sociales.


El enfoque que sostiene este diseño curricular es la perspectiva constructivista, tomando como
referencias teóricas los estudios de la psicogénesis de la lengua escrita. Desde estas posturas se
sostiene que la enseñanza necesita dialogar con el aprendizaje para que sea productiva . A
partir de las primeras publicaciones de los estudios mencionados se pudo constatar qué y cómo
piensan las niñas y los niños pequeños sobre el sistema de escritura, y de este modo, cómo
intervenir para que avancen en sus conceptualizaciones.

Habilitar la palabra para que alumnas y alumnos puedan participar en una diversidad de
intercambios orales, exponer sus ideas y opiniones, comprender el punto de vista de los demás
y profundizar el propio. Propiciar situaciones en las que niñas y niños puedan comunicarse en
diferentes ámbitos con un vocabulario cada vez más pertinente, rico y fluido.

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