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es un aspecto crucial. A partir de la sanción de la Ley Nacional de ESI , en nuestro país la ESI se
consagró como un derecho educativo y humano fundamental de todas y todos los estudiantes
del sistema educativo, desde el Nivel Inicial hasta la Formación Docente Superior y, al mismo
tiempo, una obligación del Estado en asegurarlo. En términos generales, se trata de un marco
político y de derechos que se inscribe en crecientes procesos de democratización en materia de
sexualidad y géneros y en el avance de promoción y protección de garantías fundamentales. Así,
y al calor de cambios culturales, sociales y políticos muy profundos, la ESI como derecho se fue
articulando con el tiempo también con otros derechos y leyes que le sucedieron, cuyo
despliegue y concreción interpela el abordaje curricular, institucional y pedagógico en las
escuelas.
Como ha señalado Morgade, toda educación es sexual, ya que en todo momento de los
procesos educativos se producen, transmiten y negocian sentidos y saberes respecto de la
sexualidad y las relaciones de género. En esa dirección, la ESI es una apuesta a construir mayor
justicia, más igualdad desde el reconocimiento y la resignificación de las diferencias y las
diversidades, con más y mejores oportunidades para todas las niñas y todos los niños. El
abordaje de la ESI en el jardín de infantes supone revisar las representaciones acerca del lugar
de la sexualidad de niñas y niños en la educación infantil. Ya sea como un "misterio de la vida" o
a través de explicaciones basadas en la germinación de flores y plantas, lo cierto es que el
acceso de niñas y niños a saberes sobre la sexualidad y la genitalidad, sobre los nombres
socialmente acordados para nombrar las partes del cuerpo, las diferencias corporales, el origen
de la vida y la reproducción, ha sido históricamente un problema rodeado de dudas,
incomodidades e inquietudes para el mundo adulto.
"A diferencia de la sexualidad adulta, "El interés sexual es difuso e inespecífico, es decir, el
interés sexual es más curiosidad que deseo. " En este sentido, "El niño necesita disponer de un
conocimiento que promueva el saber sobre el cuidado de sí, y también un saber que refiera a
reconocerse en los deseos y necesidades En ocasiones, cuando el mundo de los adultos se cierra
a la curiosidad infantil, produce un gobierno de lo oculto que deja afuera a los niños de manera
indiscriminada y los coloca en un lugar vulnerable respecto de lo que necesitan saber sobre sí
mismos, sobre otros o sobre su entorno . Al ser una temática que concita diferentes
aproximaciones y sobre la cual hay puntos de partida disímiles de acuerdo con los recorridos y
contextos particulares, la ESI busca promover el ejercicio pedagógico de revisar el propio
posicionamiento para poder identificar y despojarnos de prejuicios y prácticas discriminatorias y
patologizantes tanto en relación con lo que el jardín ofrece en términos de enseñanza como
respecto de las experiencias que construyen las niñas y niños en torno a la sexualidad. En esta
propuesta curricular la ESI se encuentra planteada como perspectiva transversal, asumiendo la
integralidad en tanto enfoque amplio sobre la sexualidad.
Por integralidad debe entenderse una manera de concebir la sexualidad como parte
constitutiva de todo sujeto y no como aspecto aislado de la vida reductible exclusivamente a lo
genital o a las funciones reproductivas. La integralidad supone reparar en las múltiples
dimensiones que constituyen la sexualidad humana, desde sus aspectos orgánicos, biológicos,
psicológicos, culturales, pedagógicos, políticos, económicos, religiosos, científicos. En ese
sentido, también invita a revisar ideas y concepciones naturalizadas que tenemos los adultos
sobre la sexualidad y desde allí las expresiones sexuales de niñas y niños. En ese sentido,
significa sostener siempre abierta la necesidad de repensar la vida cotidiana de los jardines de
infantes desde un prisma que considere las diferentes aristas de la sexualidad que se ponen en
juego en todo proceso educativo .
En principio, la transversalidad implica asumir la ESI como coordenada para pensar toda la
organización institucional de los jardines de infantes en las múltiples dimensiones en que se
trama de la vida escolar, considerando las lógicas de funcionamiento, la significación de la tarea
de enseñar a niñas y niños y respecto de cómo se concibe el propio rol, las maneras de construir
y habitar los espacios, las formas de agrupamiento que se proponen, los modos de nombrar a
las y los docentes y a niñas y niños, la manera de interpelar a las familias, las comunicaciones y
carteleras, los actos y celebraciones. En este sentido, una posición docente hospitalaria, sensible
y atenta a las experiencias infantiles respecto de la sexualidad en la cotidianidad de las salas, en
relación con lo que día a día les sucede a las niñas y niños, es crucial para el desarrollo de la ESI.
Desde esta perspectiva, se torna necesaria la mirada atenta sobre aquellas situaciones,
preguntas o comentarios que de manera imprevista realizan niñas y niños o sus referentes
familiares en las interacciones diarias en los jardines. Sin embargo, puesto que la ESI es un
derecho de las niñas y niños que no puede quedar librado a la demanda y situaciones
espontáneas de un grupo, su abordaje desde los imprevistos no es del todo suficiente.