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Objetivo del tema de otra fuente

Una compañía en búsqueda de plazos largos para financiarse (más de 5 años) y


pocas obligaciones financieras con sus acreedores verá mucho valor en el formato
bono. Por la propia aversión al riesgo, y sobre todo por el contexto regulatorio, a
los bancos no les compensa prestar a muy largo plazo. Para las compañías con
rating público de grado de inversión o investment-grade (BBB- o superior),
los mercados de renta fija son actualmente mucho más eficientes que el mercado
bancario, no sólo en plazo sino también en términos de coste financiero.
(ECONOMIA, NEGOCIOS Y FINANZAS, 2022)
Si tomamos como ejemplo a las principales compañías del Ibex 35
(mayoritariamente de rating investment grade), veremos que tienen un mix de
deuda bancaria versus emisión de renta fija en el que el volumen de deuda en
formato bono representa más del 50% del total, llegando en algún caso a
volúmenes del 80% de su deuda en bono. Para las demás compañías con rating
subinvestment-grade o high yield (BB+ o inferior), el formato bono sigue
ofreciendo la ventaja de plazos más largos, de tener un perfil de repago a
vencimiento sin cuotas de amortización intermedias y de tener obligaciones
financieras, o covenants, limitados, si bien ya no es tan competitivo en coste
respecto al préstamo bancario. (ECONOMIA, NEGOCIOS Y FINANZAS, 2022)
¿Por qué entonces el préstamo bancario en sus distintos formatos sigue siendo el
instrumento de referencia para muchas compañías a la hora de endeudarse? Ante
todo por la flexibilidad que ofrece en términos de repago anticipado sin
penalización alguna y de renegociación de condiciones (plazo, tipo de interés,
calendario de amortización, etc) mediante novaciones. Esto queda especialmente
patente en la financiación bancaria bilateral, entre una compañía y un banco,
aunque también aplica al formato de préstamo sindicado donde las
renegociaciones de condiciones y alteraciones de plazo y calendario son muy
habituales. De alguna manera, el préstamo tiene la gran ventaja de ser
estructurado a la medida de la compañía y adaptable a la evolución de la misma,
más si cabe cuando se trata de un banco de relación con una vocación de apoyo a
largo plazo. (ECONOMIA, NEGOCIOS Y FINANZAS, 2022)
Por otra parte, la política monetaria actual llevada a cabo por el Banco Central
Europeo ha aliviado la sequía crediticia en los últimos 3 años. La liquidez bancaria
ha vuelto para quedarse y se ha venido plasmando en todo el espectro crediticio,
propiciando una mejora muy notable en las condiciones de los préstamos
bancarios. Hasta un plazo de 5 años, para la inmensa mayoría de compañías, el
préstamo será sin duda competitivo en coste financiero además de las ventajas
estructurales ya mencionadas y sin requerimientos de rating. (ECONOMIA,
NEGOCIOS Y FINANZAS, 2022)

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