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1. Introducción.
¿Cuál es el sentido de la filosofía de Platón? ¿Qué le llevó a desarrollar su Teoría de las
ideas? Hay que entender la filosofía de Platón, en primer lugar, como una reacción contra
las teorías filosóficas de los sofistas (el relativismo, el escepticismo y el empirismo
político).
● el relativismo epistemológico: toda verdad es siempre relativa, no existen verdades
objetivas y universales por lo que cualquier opinión puede ser válida; y el relativismo
moral: el bien y el mal, y en general los valores morales son siempre relativos,
depende de cada pueblo o individuo.
● el escepticismo: conocer la verdad es imposible, por lo que no podemos estar
seguros de nada. No se pueden alcanzar verdades objetivas y universales.
● el empirismo político: considerar bueno y justo aquello que el pueblo (“prisioneros de
la caverna”=ignorantes) toma por justo. Por eso los sofistas se limitan a enseñar a
sus discípulos a dar al pueblo lo que este quería.
y en segundo lugar, como fruto de la insatisfacción y el descontento de Platón con la
política de su época, acentuándose esto con la ejecución de su maestro Sócrates. Platón
pretende resolver los problemas políticos a través de la “ciencia de la justicia y el bien”, que
se consigue con la filosofía. Es necesario que los gobernantes la alcancen para que
gobiernen con justicia (política) y teniendo en cuenta el bien común (el individuo se entiende
como un ser comunitario) despreciando riquezas y honores individuales (ética). La ética
debe de estar subordinada a la política. La solución es un gobierno de filósofos, explicado
en la teoría política del filósofo-gobernante. Platón toma la teoría de Sócrates del
intelectualismo moral: la virtud es conocimiento, por eso le da tanta importancia a la
educación de los futuros gobernantes. Esta educación les permitirá alcanzar la visión de las
Ideas.
Puesto que hay dos mundos, también hay dos formas de conocerlo y, dependiendo de qué
grado de realidad conozcamos, estaremos en un grado diferente de conocimiento. El saber
acerca del mundo sensible es la doxa o opinión. Es un saber poco fiable, relativo y
cambiante, su fuente son los sentidos. Platón diferencia opinión y conocimiento, a diferencia
de los sofistas, para quienes todo saber es simple opinión y el conocimiento objetivo es
imposible. Platón distingue dos niveles de opinión: uno inferior, al que llama “imaginación”
(eikasia), que es el estado mental más alejado de la verdad. Es el saber oscuro y confuso
sobre las imágenes, propio de quienes toman por reales las sombras y las apariencias
deformadas de las cosas. Por otra parte, tenemos un nivel superior de la opinión, al que
llama “creencia” (pistis), que es el saber sobre los objetos físicos, por lo que sigue siendo
mera opinión.
va de menos claro y menos real (eikasia) a más claro y más real (noesis), y para alcanzar
las Ideas el alma debe recorrer todos estos grados del ser.
En el mito de la caverna, la visión que tiene el prisionero liberado de las cosas del exterior
representa el conocimiento o episteme, mientras que la visión que tienen los prisioneros
encadenados de las cosas del interior de la caverna representa la opinión o doxa.
4. La idea de Bien.
Si las Ideas son modelos de perfección y la auténtica realidad, la Idea de Bien representa la
máxima perfección y lo máximamente real. Gobierna el mundo de las Ideas, al igual que el
sol y su luz gobiernan el mundo sensible. Función ontológica: Es la causa del ser, de la
perfección y de la existencia de las demás Ideas. Esto se debe a que igual que las cosas
sensibles participan en las Ideas, las Ideas participan en la Idea de Bien. Función
epistemológica: Por esto mismo, las Ideas son inteligibles para el alma humana, porque
participan en la Idea de Bien. (hay una similitud entre la relación entre la Idea del Bien y las
demás ideas, y entre el sol y la luz con los objetos)
Función ética y política: La Idea de Bien es también el fundamento de la ética y la política
de Platón. El conocimiento del bien es necesario para saber llevar una vida privada correcta
y saber en qué consiste la felicidad humana; una vez sea alcanzado este conocimiento, se
podrá distinguir en el mundo sensible el bien del mal y orientar sus acciones respecto a
esto. Por esto, en el terreno de la política un buen gobernante debe conocer la Idea de Bien
para tener una visión clara del bien común y gobernar conforme a ello, esta será la meta
última que persiga su educación. Principio unificador: Por estas razones, el conocimiento
del Bien implica un conocimiento global de lo real y una visión completa del orden que
preside el Mundo de las Ideas. Causa final y causa del orden del mundo: este es un
orden que el mundo sensible copia imperfectamente y al que la sociedad debe tratar de
aproximarse.
5. El dualismo cuerpo-alma.
Platón piensa que el ser humano está compuesto por dos partes: el cuerpo y el alma. Esto
es conocido en filosofía como dualismo antropológico. Influenciado por la filosofía
Pitagórica (existencia anterior desligada del cuerpo, teoría de la reencarnación, etc.) Platón
afirma que la unión del cuerpo y el alma es puramente accidental y antinatural.
El alma es afín a las Ideas, y al igual que ellas es inmortal e inmaterial. Constituye nuestro
verdadero ser y su rasgo más característico es la racionalidad. El alma es una realidad
intermedia entre los dos mundos (sensible e inteligible). Pertenece al mundo de las Ideas,
donde ha preexistido, y su actividad más propia es la contemplación de ellas. El cuerpo, en
PLATÓN
cambio, es material y mortal. Es la cárcel del alma de la que esta debe liberarse. Además,
es una fuente constante de apetitos y deseos que arrastran el alma hacia el mundo de las
cosas sensibles, donde jamás encontrará la virtud y el conocimiento, provocando así la
ambición y las guerras
Mientras está encerrada en el cuerpo, la tarea del alma es purificarse y prepararse para la
contemplación de las Ideas. Debe vencer y dominar al cuerpo si quiere conocer la realidad
superior e inteligible, donde hallará la verdad y la virtud.
El tercer grupo estaría formado por las personas en las que gobierna la parte racional del
alma, estos son los gobernantes-filósofos. Estos están especialmente capacitados para
aprender, gobernar y dirigir el Estado de manera justa. Su virtud es la sabiduría o
prudencia.
Para alcanzar a conocer la Idea del Bien en sí, es necesario que los futuros gobernantes
sean educados de una manera especial, que les haga ascender en el conocimiento. Platón
piensa, a diferencia de los sofistas, que el deber del educador es simplemente guiar y
encaminar el alma del alumno en el camino a la verdad, porque esta se halla dentro de cada
alma (teoría de la reminiscencia). Para esto los filósofos deberán apartarse de lo sensible y
lo material, que les aleja del mundo de las Ideas. La primera fase de la educación es
conocer las matemáticas, ya que de esta forma los futuros gobernantes, acostumbrados a
contemplar sólo las cosas del mundo sensible, empezarán a familiarizarse con el
razonamiento abstracto y con lo inteligible, eterno e inmutable (objetos matemáticos). El
último paso es la dialéctica, que permite, mediante argumentos y refutaciones, ascender
hasta una Idea y, luego, de Idea en Idea, hasta la Idea del Bien.
La diferencia entre el razonamiento matemático y el dialéctico es que las
matemáticas parten de axiomas o supuestos considerados evidentes a partir de los cuales
se desciende deductivamente hasta llegar a una conclusión de verdad relativa. En cambio la
dialéctica permite ascender dialécticamente, mediante argumentos y refutaciones, hasta las
Ideas.