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SPITZ, RESUMEN

publicado por didac el junio 17, 2013

EL PRIMER AÑO DE VIDA (SPITZ)

Fue discípulo de Freud. Estudia las relaciones de objeto recíprocas entre madre
e hijo, sus comienzos, su desarrollo, sus etapas y ciertas anomalías. Para su
estudio Spitz utiliza el método de observación directa y emplea recursos de la
psicología experimental.
Discrepa con el psiquismo fetal, con el trauma de nacimiento y con estructuras
psíquicas tempranas.
El infante en su primer año de vida se encuentra dedicado a esforzarse por
sobrevivir  y a elaborar dispositivos de adaptación que le sirvan para conseguir
esa meta. Todo aquello de lo que el infante carece, lo compensa y proporciona la
madre.  El resultado es una relación complementaria, una díada madre-hijo. A
partir de ésta díada es que comienzan las relaciones objetales. A partir de acá se
centra desde el nacimiento y hasta el primer año donde se sustituye el yo a
partir de los 8 meses, se independiza de la madre y comienza la maduración,
que tiene que ver con la adquisición de conductas a partir de esa relación, entre
el sujeto (niño) y objeto madre.
Hablamos de relación objetal por que nos desarrollamos a partir del vínculo con
el otro, que es primero la madre, y luego el padre y el interno.
Spitz dice que a partir de esta la “matriz, está el punto de partida de las futuras
relaciones sociales.” . Afirma que el crecimiento y el desarrollo del sector
psicológico depende del establecimiento y despliegue de relaciones de objeto
cada vez más significativas, es decir de relaciones sociales.
Al nacer no hay Yo ni Complejo de Edipo, no hay simbolismo ya que este
aparece con el lenguaje, no hay mecanismo de defensa y si los hay son indicios
más bien fisiológicos que psicológicos.
No existe psiquismo en el neonato, solo una conciencia rudimentaria de
naturaleza receptiva, en lugar de perceptiva en las primera semanas. Sptiz
diferencia entre recepción y percepción, para que halla percepción ya se puede
diferenciar y él no diferencia el mundo externo del interno, por ej. un ruido no
lo puede diferenciar como que proviene de afuera. Capta, recibe, pero no
percibe, no le da un significado.
Entonces al igual que Freud, Spitz sostiene que el neonato es un organismo
psicológicamente indiferenciado, viene al mundo con un equipo congénito .Spitz
lo llama anlaje y se refiere a esto como a un sistema disposicional. El neonato
carece de conciencia de percepción y sensaciones de funciones psicológicas
tanto conscientes como inconscientes, progresivamente se va diferenciando
gracias a la maduración, del anlaje, y el desarrollo.
Es decir considera al bebé como una total de aspectos indiferenciados, que se irá
diferenciando en virtud de dos procesos:
- Maduración: Que es el despliegue de funciones de la especie, producto de la
evolución filogenética y por lo tanto innatas, y que se ponen de manifiesto en las
etapas de la vida posteriores al nacimiento.
- Desarrollo: Es la aparición de formas, función y conducta que son el resultado
del intercambio entre el organismo y el medio interno y externo.
Basa su investigación en Tres ensayos de una Teoría Sexual y especialmente en
el segundo ensayo, por que en este es la única y primera vez que habla de las
relaciones entre la madre-hijo (sujeto-objeto).
El equipo congénito, “anlage”, que lo hace único, consta de tres partes:
a-El equipo heredado: Está determinado por los genes, cromosomas, el ADN
y  ARN, etc.
(por ej. el que tengamos dos ojos, dos piernas, las secuencias de maduración, y
vale tanto para lo fisiológico como para lo psicológico así por ej. lo oral viene
antes que lo anal y  a los dientes de leche le siguen los permanentes).
b- Las experiencias intrauterinas: que actúan durante la gestación, y que alteran
el desarrollo embrionario.  Por ej., daños que puedan ocurrir producto de
agentes teratogenos (virus, Rx, dorgas, etc.).
c- Las influencias del curso del parto: Daños durante el alumbramiento, por
anoxia, medicación previa a la madre, etc..
Las primeras relaciones madre-hijo, muestran como a partir de una
desconexión social, u lazo puramente biológico se va transformando paso a paso
en lo que ha de ser la primera relación social del individuo. Observamos una
transición de lo fisiológico a lo piscológico y social.  En la fase biológica “in
útero”, las relaciones del feto son parasitarias.  Durante el primer año de vida ,
el niño pasará por una etapa de simbiosis psicológica con la madre, desde donde
pasará gradualmente a la etapa siguiente de interrelaciones sociales, es decir
jerárquicas.
La relación madre e hijo tiene un aspecto único, y consiste en que la estructrua
psíquica materna es fundamentalmente distinta a la de su hijo.  Es una relación
desigual, asimétrica, ya que la contribución de cada uno de ellos a la relación
será desemejante.
Entre el niño y el adulto, existe una doble diferencia:
-Estructura de la personalidad: la del adulto es una organización claramente
definida, jerárquicamente estructurada, que se manifiesta mediante actitudes
individuales específicas, iniciativas individuales, que interviene en acciones
recíprocas con el medio que lo rodea.  Por el contrario el neonato, carece de una
personalidad organizada, no existe iniciativa personal ni intercambio con el
medio, salvo el fisiológico.
2-Medio ambiente: el medio circundante del adulto, está constituido por
diferentes factores, diversidad de individuos, grupos y cosas inanimadas, que
interactúan con la personalidad organizada del adulto.  Para el neonato, el
medio circundante cosiste en un solo individuo: la madre.  Incluso esta no es
percibida como una entidad distinta a él, sino que es parte de la totalidad de sus
necesidades y de su satisfacción.  El infante y el medio conforman un sistema
cerrado.  Esta situación cambiará durante el primer año de vida.
El universo del infante se halla dentro de la red formada por la familia y sus
integrantes, no obstante ese universo y sus estímulos son transmitidas al niño
por la madre.
Crecimiento y desarrollo psicológico y somático dependen del progreso en las
relaciones de objeto que serán cada vez más significativas y serán la base de
futuras relaciones sociales.
Objeto libidinal: Al estudiar la génesis de las relaciones objetales, define al
objeto siguiendo a Freud en “Pulsiones y destinos de la pulsión. Entonces el
objeto libidinal es  el objeto de una pulsión, es aquello por lo cual la pulsión
logra su finalidad, el objeto es lo más variable, varia en el curso de la vida y esto
es inevitable y necesario.  El objeto es lo que me permite descargar la pulsión
por que diferentes objetos sirven para satisfacer, es variable por que todo el
cuerpo es pulsional y todos los órganos internos son fuentes, y cada vez hay
diferentes objetos que pueden calmarla. No es por fuerza algo externo, sino que
puede ser una parte del propio cuerpo del sujeto. Puede ocurrir que el mismo
objeto sirva para la satisfacción de varias pulsiones simultáneamente.
Las relaciones de objeto son relaciones entre un sujeto y un objeto.  El sujeto es
el neonato.
En el mundo del recién nacido, no hay objeto ni relación de objeto, ya que estas
se va desarrollando a lo largo del primer año de vida para establecerse hacia el
fin del primer año.
Durante el primer año distingue tres etapas:
1-Preobjetal (ó sin objeto)
2-Del precursor del objeto
3-Del objeto libidinal propiamente dicho
Preobjetal ó etapa sin objeto
Coincide aproximadamente con la etapa del narcisismo primario del que habla
Freud.  Es la etapa de no diferenciación. El neonato no distingue su cuerpo del
muno y el pecho satisfactor es un parte de él mismo. El aparato perceptor del
recién nacido se halla protegido del mundo exterior por una barrera
antiestímulos que lo protege durante meses, de la percepción de los estímulos
del medio ambiente, cuando un estímulo excede este umbral el neonato
reacciona con violencia y desagrado.
¿Cómo capta los estímulos del exterior?
Spitz dice que el neonato tiene una organización cenestéstica de la percepción, a
la que considera como un sistema de captación y de recepción generalizado,
especialmente visceral que tiene su centro en el sistema nervioso autónomo y se
manifiesta en forma de emociones, (es todo ó nada, tiene hambre, como un
dolor, no puede esperar).  Luego a partir de la maduración y del desarrollo se
llegará a una organización diacrítica, donde la percepción se efectúa a través de
los órganos sensoriales periféricos, sus centros estarán entonces en la corteza y
sus manifestaciones son procesos cognoscitivos, entre los que se encuentran los
procesos conscientes del pensamiento.
Lo compara con los ciegos que fueron ciegos durante un período y después
recuperan la visión, y tiene que aprender, debieron cambiar su imagen del
mundo y expresaron que querían ser ciegos otra vez, aprendieron con angustia y
esto sucedería durante los seis primeros meses.
(No tiene imagen alguna del mundo ni estímulos que pueda reconocer como
señales incluso  a los seis meses, pocas señales han quedado como rastros
mnémicos, por que cada estímulo tiene que ser transformado primero en una
experiencia significativa para luego convertirse en señal.  Solo se logra una
imagen ideativa-significativa del mundo a través de la díada madre-hijo,
reciprocidad que constituye un diálogo, el cual produce la secuencia del bebé,
acció-reacción-acción, así adquiere los significados y se integran las
experiencias.
Por medio de la experiencia con la madre irá aprendiendo a percibir, coordinar,
integrar y sintetizar.)
Etapa del precursor de objeto:
Al principio del segundo mes, comienza a percibir al adulto que se acerca dos ó
tres semanas después, percibe un rostro humano por sus movimientos por que
lo asocia con el alivio del displacer como con la experiencia del placer.((El rostro
se fija en la madre como la primera señal de la presencia del satisfactor de la
necesidad, se establece un pasaje de la percepción por contacto a la percepción a
distancia, cuando mira el rostro de la madre, donde se mezclan ambas
percepciones.  El amamantamiento inicia el tránsito de la percepción por
contacto a la percepción a distancia, activa el sistema perceptual diacrítico.)
(toda comunicación es de Icc a Icc, por ej. madre sobreprotectora que puede
ocultar agresividad o rechaza) (diacrítica: que llega a la corteza, no es un
automatismo)).
La etapa precursora del objeto, ocurre en el tercer mes, donde el niño vuelve
hacia la persona que lo alimenta y aparece una respuesta específica de la especie
que es la sonrisa, el bebé responde al rostro del adulto con una sonrisa, esta
respuesta es la primera respuesta activa, dirigida e intencional.  Pasa de una
conducta activa a una pasiva.
No reconoce un rostro, sino una guestalt, la condición es que el rostro humano
se muestra de frente, y está en movimiento. No es un objeto individual, sino un
pre-objeto, ya que no reconoce los atributos propios del objeto libidinal que
atiende sus necesidades sino un rostro individual e inespecífico.
Las consecuencias y significaciones de este primer precursor de objeto libidina
son:
-El infante se vuelve desde la recepción a la percepción de estímulos.
-Comienza a funcionar el principio de realidad, porque ha dejado un espacio
para catextizar objetos externos, suspendiendo la primacía del principio placer-
displacer.
-El hecho que comienza a sonreír a un rostro significa que hay depositados
recuerdos, por lo que en el aparato psíquico se ha producido una división entre
consciente, preconsciente e inconsciente.
-Comienza a funcionar un yo rudimentario, que se hace cargo de la barrera
contra estimulaciones.
-El infante cambia de la pasividad a la actividad.
-Es la premisa de las relaciones sociales siguientes.
(A los tres meses no percibe un objeto libidinal, un ser humano, solo percibe un
signo que se imprime en la memoria como una huella.
Estas adquisiciones solo se logran a través del afecto, con un otro que es la
madre, y esta relación tiene que ser recíproca (la madre mira y el bebé devuelve
la mirada).
Cuando separa del caos del universo el rostro de la madre, habría separado una
entidad significativa  (por ej. es todo estímulo), todo afecto está referido a su
cuerpo.  Lo mismo ocurre con la voz de la madre, que funcionará como un
estímulo acústico que es un requisito previo a la palabra (primero la voz
tampoco es diferenciada si viene de adentro ó de afuera) y diferencia sus
sonidos con los del medio., por eso comienza con los gorjeos. )
La sonrisa social inespecífica (pero específica de la especie), es el primer
Organizador.
Organizador: donde convergen diferentes conductas madurativas.
Es precursora de objeto porque es el primer momento que se pasa de la
pasividad a la actividad pero todavía no logró el objeto libidinal
La sonrisa aparece en el tercer mes, pero depende de la personalidad de la
madre, de las estimulación del vínculo.
Establecimiento del objeto libidinal:
Entre el sexto y octavo mes aparece el miedo a los extraños, que Sptiz denomina
angustia del octavo mes. Dice que es la primera manifestación de angustia
propiamente dicha, e indica la emergencia del segundo Organizador y señala el
comienzo de una nueva etapa 
Spitz se diferencia de Otto Rank, para Sptiz, el nacimiento no deja angustia.
Esta angustia significa que el niño ya diferencia el semblante de la madre y le
otorga un lugar único entre todos los demás rostros humanos.  Rechazará todos
los demás rostros que no sea el de su madre, va a rechazar al extraño, con una
conducta de recelo y de angustia (esta conducta va a estar referida a la
personalidad del bebé), baja la cabeza, se tapa la cabeza con las manos.  (la
ausencia de la madre deberá ser elaborada)
Se ha establecido una pareja con la cual puede establecer relaciones de objeto.
Cuando hay reconocimiento del objeto (octavo mes) es que se está construyendo
el yo, y el yo no hay puro narcisismo primario (antes había un yo rudimentario,
pero ahora se está construyendo el yo).
La angustia del octavo mes es una organización psíquica diferente.
Se logra establecer como verdadera relación de objeto y la madre se convierte en
su objeto libidinal, su objeto de amor, antes de esto no podemos hablar de amor,
por que el amor no existe hasta que el amado no pueda ser reconocido como
diferente a los demás.
Ya avanzó en su desarrollo intelectivo y motor y adquirió la función de enjuiciar
y decidir esto representa una función del yo, en un nivel intelectual superior.
El objeto queda establecido no solo desde lo óptico sino también desde lo
afectivo, el niño no lo va a confundir con nada.
Spitz durante el primer año establece tres tipos de angustia:
-Angustia de tipo fisiológico: que denomina estados de tensión que se
manifiestan en el bebé aún indiferenciado bajo la forma de estados de
desagrado.  Estas respuestas irán adquiriendo mayor especificidad y el adulto
deberá discriminar si se trata de un estado de hambre, o dolores abdominales,
logrando responder a las necesidades del niño.  El niño pasa entonces de las
manifestaciones expresivas a las de requerimiento.
-Reacciones de miedo: aparece en el segundo trimestre,entre el cuarto y octavo
mes. dirigida hacia las personas u objetos del mundo que lo rodea y con las
cuales ha tenido experiencias desagradables. Es una reacción posterior a
experiencias desagradables.
Spitz diferencia entre angustia y miedo, la reacción ante el temor es provocada
por un percepto (percepción) que el niño ha relacionado con una experiencia
desagradable previa.
Este rehuir ante la amenaza de la realidad, señala lo que Freud denomina
angustia de la realidad, pero la conducta del octavo mes es diferente de la
conducta miedosa.
El miedo del bebé responde en la relación que establece a una percepción
abrochada a algo anterior.  Si bien no hay un pensamiento elaborado, hay
ciertos rasgos mnémicos que se inscriben, y lo nuevo se abrocha a lo previo.
-Angustia del octavo mes.
Cambios que acompañan a este nuevo organizador:
En la esfera somática: la mielinización avanza, lo que conduce a una
coordinación mayor de los músculos esqueléticos al permitir la adopción de
posturas y de equilibrio.
En el aparato mental se acumularon gran cantidad de rastros mnémicos, de
modo que puede efectuar operaciones mentales, permitiendo operar con la
realidad y se establecen acciones dirigidas, aparece la voluntad., y esto posibilita
la función del aparato yoico.
En tercer lugar, la acción del bebé le permite descargar la atención afectiva de
manera dirigida, intencional, volitiva.
Se establecen los límites entre el yo y el ello por un lado, y entre el yo y la
realidad (mundo exterior) por otro.  Aparece la verdadera imitación que dará
lugar a las identificaciones a través de los gestos, rostros que son formas
precursoras de identificación propiamente dicha.
El tercer organizador el No
En las últimas etapas de la formación del segundo organizador, la comunicación
madre hijo se torna recíproca, dirigida e intencionada, pero sin servirse de
signos semánticos.  Con la aparición del tercer organizador, que es el uso y
dominio de No, se comienza a verbalizar esta comunicación.
El acceso a la locomoción (primer año), produce un cambio en las relaciones de
objeto, ya que la deambulación (conducta activa), expone al niño a situaciones
peligrosas, comenzando entonces un período de prohibiciones y órdenes
maternas que frenan las iniciativas del niño.  La palabra más usada en esta
etapa es el No, acompañada de un montón de movimientos con la cabeza.  El
primer concepto abstracto que aparece en la mente del niño es el de la negativa,
constituyéndose el gesto negativo y la palabra No en los primero símbolos
semánticos que forma el niño. La negativa que la madre comunica implica
siempre una frustración.  El gesto y la palabra quedan cargados afectivamente,
asegurando su permanencia en la memoria. Al recuerdo de la prohibición y, a la
frustración que le produce, lo acompaña el niño con un sentimiento
agresivo.  Este sentimiento surge porque se lo ha obligado a interrumpir una
iniciativa y se lo empuja nuevamente a la pasividad.
Esta agresión, será descargada alrededor de los 15 meses bajo la forma de un
ataque expresado por medio del No, el gesto y la palabra, del que se ha
apropiado por identificación con el objeto libidinal, agresor-frustrador. Esta es
la obstinación que caracteriza al segundo año de vida
Spitz distingue tres elementos en el comportamiento de la madre que prohibe:
el gesto, su pensamiento conciente y su afecto.  El niño comprende en gesto,
pero no las razones de la prohibición,  y del afecto solo discrimina entre “el
afecto hacia mi” y “el afecto contra mi”, seria entonces “No estás conmigo, pues
estás contra mi”.  Con la adquisición del gesto y palabra negativos, se inicia la
comunicación a distancia que es indicio de la formación del tercer organizador.
El tercer organizador abarca el dominio del no en gesto y palabra, presupone
haber adquirido la capacidad primera para el juicio y la negación, la acción es
reemplazada por mensajes y se inicia la comunicación a distancia.

Relaciones de objeto normales:


Spitz dice que el infante normal es un cuadro clínico que se describe como un
niño en apariencia sano, activo, dando en conjunto la impresión de ser feliz y da
a sus padres pocos motivos de preocupación.  Come bien, duerme bien, crece
como corresponde, etc., siendo cada vez más ser humano.  Emocionalmente
disfruta con sus padres y con su medio más y más y viceversa.
Las relaciones de objeto entre madre e hijo implican una díada asimétrica,
donde aquello que satisface a la madre es enteramente diferente de lo que
satisface al infante.  Las relaciones de objeto son normales cuando son
satisfactorias tanto para la madre como para el hijo:
-La satisfacción de la madre se origina en el papel que representa para su
personalidad el hecho de gestar, parir y criar una criatura.  A través del parto, el
bebé se separa de la madre y la madre ha de iniciar un proceso de escisión, de
renuncia al sentimiento de que el niño es aún alguien idéntico a ella.  Es un
proceso gradual y durante largo tiempo los logros del niño serán sus propios
logros.  Par la madre su hijo es un objeto amoroso y como tal una fuente de
satisfacción, tanto narcisista como objeta.  Es decir la madre obtiene de su hijo
satisfacciones para el ello, el yo y el superyó.
-Las necesidades que las relaciones de objeto satisfacen al infante son
totalmente diferentes.  El organismo del niño está en proceso de rápido
despliegue y desarrollo, por eso, lo que satisface al infante sufre rápidos
cambios.  Es decir la naturaleza y forma de satisfacción en un bebé cambian
progresivamente en cada nivel sucesivo del desarrollo.  En el nivel más
primitivo, la satisfacción del bebé está vinculada a lo fisiológico (gratificaciones
de seguridad, descarga de tensión, alivio y sosiego).  Tras el surgimiento del yo,
los requerimientos son mayores y la satisfacción se logra con relaciones de
objeto más variadas y complejas.  Hay mayor iniciativa del niño y se hace
posible la interacción.
Spitz dice que las relaciones de objeto que satisfacen tanto a la madre como al
niño, son relaciones en las que opera un intercambio de fuerzas para
complementarse unas a otras, de tal modo que no sólo dan satisfacción a ambas
partes, sino el hecho que uno de los participantes obtenga satisfacción producirá
satisfacción en el otro.
Pero las relaciones de objeto llevan consigo las posibilidades de grandes
desarmonías y perturbaciones si factores cuantitativos y cualitativos de la
relación operan negativamente.

Patología de las Relaciones de Objeto:


 
Sptiz efectúa un profundo estudio de la patología de las relaciones de objeto y
parte de dos proposiciones básicas:
1-Las perturbaciones de la personalidad materna se reflejarán en perturbaciones
del infante.
2-Las influencias psicológicas dañinas son la consecuencia de relaciones
insatisfactorias entre la madre y el hijo.
Esas relaciones pueden dividirse en:
-relaciones madre-hijo incorrectas, donde está afectado el factor cualitativo de
la relación, a las que denomina Enfermedades Psicotóxicas de la infancia.
-relaciones madre-hijo insuficientes, donde está comprometido el factor
cuantitativo de la relación, a las que llama Enfermedades Defectivas
Psicogénicas o Emocionales.
(completar con el apunte de la profesora)

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