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Escuela Estadounidense

de las relaciones
objétales: René Spitz y
Margaret Mahler.
Objetivo
Al final del tema semanal, usted deberá ser capaz de:
Comprender el proceso de desarrollo psicológico del niño desde la perspectiva de René Spitz, para proyectar los mecanismos de relaciones objetales normales y
patológicas que surgen de dicho proceso, así como Integrar los postulados de Margaret Mahler respecto al proceso de separación – individuación, para
formular hipótesis acerca de los mecanismos de relaciones objetales normales y patológicas que surgen de dicho proceso.
contenido

⇨ Díada, maduración y desarrollo.


⇨ La construcción del objeto libidinal.
⇨ a)La etapa sin objeto.
⇨ b)El precursor del objeto.
⇨ c)La plasticidad de la psique.
⇨ d)El papel de las relaciones entre hijo y madre en el desarrollo del infante.
⇨ e)El establecimiento del objeto libidinal.
⇨ f) El papel y la evolución de los impulsos instintuales.
⇨ g) Desarrollo subsiguiente tras el establecimiento del segundo organizador.
⇨ h) Los orígenes y comienzos de la comunicación humana: el tercer organizador.
⇨ 3. Patología de las relaciones objetales según Spitz.
Pre-objetal (o – 3 meses):
ETAPA SIN OBJETO
Comienza desde el nacimiento y termina cuando aparece el primer
organizador que es la sonrisa.

La etapa sin objeto coincide más o menos con la del narcicismo primario, ya
que la percepción, la actividad y las funciones de un recién nacido no están lo
suficientemente organizadas, sino sólo estas zonas que son indispensables
para la supervivencia, como el metabolismo, la absorción de los nutrientes,
las funciones respiratorias, etc. Son funciones esenciales en el niño.
En esta etapa el recién nacido no sabe distinguir una “cosa” de otra; no
puede distinguir una cosa (externa) de su propio cuerpo y no experimenta
algo separado de él. Por ello también percibe el pecho para satisfacer sus
necesidades y proveer sus alimentos, como una parte de sí mismo.

Una multitud de observaciones, las nuestras entre ellas, confirman que el


aparato perceptor del recién nacido se halla escudado del mundo exterior
mediante una barrera contra los estímulos. Esta barrera protege al infante
durante las primeras semanas de la percepción de los estímulos del medio
ambiente.
Objeto precursor (3 – 7 meses):
PRECURSOR DEL OBJETO
Es el comienzo de la segunda etapa, esta comienza con la
sonrisa, este objeto precursor es el rostro humano, se le
llama precursor por que el niño no reconoce el rostro
determinado de una persona, si no le llaman la atención
las figuras, contornos que resaltan del rostro, como lo es
la nariz, boca, ojos, etc. ahora la sonrisa es la primera
manifestación activa, dirigida e intencional, y esta desde
ahora tiene un papel muy importante en la vida del niño.
En el tercer mes de vida el niño responde al rostro sonriendo, si se
cumplen algunas condiciones, estas serían que el rostro se mueva de
frente, de modo que resalten las cosas que le llamen la atención (ojos,
boca, etc.) y que este cuente con una movilidad.
Contando con 2 meses de edad, los niños no sonríen con certeza a
nadie ni a nada, pueden incluso alcanzar el 6to. Mes, y seguirán
reservándose su respuesta sonriente sólo para la madre y conocidos, en
pocas palabras para los objetos de amor, para el niño, y no suelen
sonreír a los desconocidos.
Ahora, en el 3er.mes de vida, su reconocimiento para los demás, no indica una
verdadera relación de objeto. Quiere decir que no perciben a ninguna persona o un
objeto, sino sólo un signo. Lo que forma este signo, es una parte privilegiada de él.
Lo que se reconoce durante esta etapa preobjetal, son puros atributos secundarios,
externos y no esenciales.

La Gestalt signo, que el niño reconoce a la edad de 3 meses, lo indica para surgir esta
respuesta sonriente, es una transición desde la percepción de “cosas” y también de
preobjeto, por haber sido dotado de cualidades esenciales en el intercambio mutuo
entre la madre y el hijo. En este intercambio, el objeto es investido con catexia
libidinal, esto quiere decir que al objeto libidinal lo distingue de otras “cosas”.
Objeto real ( 8 – 12 meses):
ETAPA DEL OBJETO REAL
El llanto ante extraños indica que el niño ya distingue
a la madre de otras personas. Sabe que la madre es
quien lo cuida, lo protege de los demás, le da
alimento, y lo ama. Y es por eso que cuando está la
madre surge el temor de la angustia, de perderla. El
segundo organizador sería la angustia y este es la
diferencia entre libidinal y actividad agresiva.
La actividad agresiva sería una función psíquica recién
adquirida a consecuencia de la maduración nerviosa
progresiva. Él bebe, empieza a darse cuenta de que esa
persona que lo cuida y lo protege, se ausenta por
períodos, y provoca que el niño se angustie y cree el niño
que esa angustia que sintió la madre la percibe como
una agresión que le causó daño. En este segundo
organizador, el niño no solo percibe y reconoce
personas, sino que también objetos inanimados.
El logro más grande que se produce aquí es la capacidad de la
comunicación. La transmisión directa de mensajes corporales
que se convierten en palabras.
Y con el habla culmina la relación objetal, que termina por los 9
meses, cuando inicia el 3er. Organizador, que es, el NO. con el
fin de proteger al niño, la madre debe de acceder a poner límites
hacia el niño, y diciendo verbalmente un “no” el niño debe de
obedecer, aunque en un principio le sea sumamente difícil. Esta
negación viene significando la capacidad de juicio.
Logra la aceptación de este NO, cuando aprende la imitación.
El papel de las relaciones entre hijo y madre en el
desarrollo del infante
El psicoanalista concluyó que la falta de protección, de afectividad y de
apego podía conducir a la muerte debido a la depresión que podían
sufrir algunos niños.

Por tanto, ¿qué les sucedía a los niños que eran huérfanos o que sus
madres se separaban de ellos y no atendían a sus necesidades? Según
parece, a medida que crecían se volvían más violentos, inseguros, fríos
y distantes con los demás.
Además, Spitz creía que era muy probable que estos
niños reprodujeran el comportamiento que tuvieron
sus madres con sus hijos. Por eso, para él era muy
importante el tiempo que se le puede dedicar a los
más pequeños.
Spitz inicia su estudio con el análisis del instrumento con el cual
el yo va a entrar en contacto con el mundo externo, o sea, la
percepción.

Establece la existencia de una “barrera de estímulos” primitiva, de


origen neutral, que protege al bebe de los excesos de estimulación.
La región de la boca es la que se encuentra en mayor nivel de
funcionamiento debido a su importancia para la sobrevivencia,
aunque no acepta la existencia de percepciones propiamente
dichas, sino tan solo sensaciones que únicamente provocan
conductas reflejas, no intencionales.
Al primer tipo de percepción que presente el neonato le
llama “percepción cenestetica”, la cual se encuentra en
niveles de sensibilidad profunda, con experiencias en
términos de totalidades y fundamentalmente de tipo
visceral.

Muchos de los intercambios entre madre e infante suceden


en la situación alimenticia. Cuando un infante succiona el
pecho, siente el pezón en su boca mientras ve la cara de su
madre. Aquí la percepción de contacto se mezcla con la
percepción distante.
Podemos explicar, que mientras él bebe atraviesa
el periodo de percepción cenestetica, no puede
hacer diferenciación mayor entre estados de
placer o displacer, pues ambos provocan
respuestas globalizadas; en cuanto se establece la
percepción diacrítica, es decir, la contigüidad
entre una sensación placentera y el contacto
visual con el rostro humano, se forma la
condición para que surja el primer organizador de
la psique.
organizador
El término “organizador” se utiliza en la teoría psicoanalítica
del desarrollo como un término útil para describir el logro de
nuevos niveles de integración en el proceso de desarrollo.

Los organizadores, definidos como procesos psíquicos, se


manifiestan mediante “indicadores”, que son los signos
externos que anuncian cambios internos.
Primer organizador
En el caso del primer organizador, su “indicador” es la
sonrisa del tercer mes, que se da como respuesta al
rostro humano.

Este fenómeno constituye un precursor vital de la


relación objetal. Significa que un yo rudimentario se ha
puesto en operación y que la función sintética es ya
operativa.
La barrera de estímulos primaria cede y el yo, ayudado por la
madre, debe realizar la función de la barrera. Entre el tercer y
octavo mes de vida, el desarrollo continuo del yo llevara al
establecimiento del objeto libidinal propiamente dicho.

El proceso de fusión implica la unión de los dos impulsos,


libidinal y agresivo, bajo la dominación de la libido, lo cual
ocurre cuando una madre suficientemente gratificante, y además
capaz de frustración óptima para facilitar la diferenciación, lleva
al niño a volverse consciente de su madre especifica.
Segundo organizador
La capacidad de reconocer cognitivamente el rostro de nuestra madre, y su
indicador “angustia ante extraños”.

Alrededor de este indicador suceden otros fenómenos: la maduración de las


áreas del yo libres de conflicto impulsa al niño hacia la locomoción, al
mismo tiempo que experimenta la angustia por temor a perder el objeto, lo
que le lleva a plantear situaciones de exploración limitada a la vista de la
madre.

Si la angustia de separación es tolerable, el niño se desarrollará más, lo que


aunado al placer del ejercicio le llevará a lo que se llama “el
enamoramiento del niño con el mundo”
Tercer organizador
Un mecanismo más duradero para a evolución del niño consiste
en empezar el proceso de internalización de los objetos y el uso
extendido del lenguaje.

La primera abstracción que se forma es con frecuencia el “no” el


cual es el indicador de un tercer organizador que Spitz llama
“comunicación semántica”, donde el uso del signo semántico
afirma la independencia del sujeto y, al mismo tiempo, limita su
acción impulsiva.
El primer organizador de la psique estructura la
percepción y establece los inicios del yo.
El segundo integra las relaciones de objeto con las
pulsiones y establece al yo como una estructura
psíquica organizada con una variedad de sistemas,
aparatos y funciones.
El tercer organizador, finalmente, abre el camino
para el desarrollo de relaciones de objeto en el
patrón humano, esto es, el patrón de comunicación
semántica.
Patología de las
relaciones objétales
⇨ El establecimiento de los organizadores tiene que ver con “periodos
críticos”, cuyo significado es que una asincronía ente las necesidades del
desarrollo y los conflictos del medio o físicos repercutirá en el proceso
de maduración y, en ocasiones, en el de supervivencia.
⇨ Las relaciones de objeto normales deben ser satisfactorias tanto para la
madre como para el hijo
⇨ Las perturbaciones de la personalidad materna, se reflejará en las
perturbaciones del infante.
⇨ Relaciones insuficientes: privación de la relación objetal durante el
primer año de vida
⇨ La influencia de la inconsistencia materna sobre el niño se traduce en
una falta en la consistencia objetal

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