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Teoría Tomás de Aquino.

1. RELACIÓN ENTRE FÉ Y RAZÓN.


Según Tomás de Aquino, la filosofía (y la razón), en comparación con las verdades adquiridas
por la fe, es más autónoma pues se basa en principios evidentes la razón natural. La teología,
en cambio, parte de las verdades reveladas por Dios. En este sentido, la filosofía puede
desarrollarse sin tomar como punto de partida la sabiduría de la fe.
Tomás de Aquino estableció una distinción que, en realidad, establece la existencia de un
doble orden:
■ El orden de la naturaleza creada por Dios atribuye a cada ser aquello que tiene por esencia.
Así, por ejemplo, el ser humano está dotado, por esencia, de alma racional.
■ El orden de la gracia, en el sentido de que Dios concede dones que exceden a la capacidad
de la naturaleza creada.
El orden de la naturaleza se subordina al orden de la gracia, pero sin perder su autonomía
puesto que la creación divina está dotada, por esencia, de una con existencia propia.
La naturaleza puede ejercer adecuadamente sus acciones en su propio orden.
La filosofía es un ejercicio del entendimiento en el orden natural. No es necesario suponer que
el entendimiento recibe una iluminación sobrenatural de Dios para alcanzar verdades de orden
natural.
El intelecto agente, tal como lo concibe Tomás de Aquino, es una luz intelectual participada de
Dios.
Veamos a continuación la relación entre las verdades de fe y las verdades de razón
■ La verdad de la fe es superior a la verdad de la razón, pero entre ambas no puede haber
contradicción. Los principios de la filosofía, cuando se nos hacen evidentes, son tan claros que
no podemos negarlos, se imponen a la razón. Por otra parte, lo que Dios ha revelado, aunque a
veces no sea claro, es verdadero. El creyente cree que lo que Dios ha dicho es verdadero
precisamente porque ha sido dicho por él, que es la verdad misma,
■ Existen dos tipos de verdades de fe:
- Las verdades de fe que exceden la capacidad de la razón natural y que, por lo tanto, no
pueden ser demostradas. Estas verdades se llaman misterios de fe. No obstante, aunque la
razón no pueda demostrarlas, puede refutar a quien afirme que son absurdas o
contradictorias. Ejemplos: Santísima Trinidad, Encarnación del Verbo y Resurrección de
Jesucristo.
-Las verdades de fe que están al alcance de la razón. Estas pueden formar parte de la filosofía
puesto que la razón humana es capaz de comprenderlas y demostrarlas. Ejemplos: Existencia
de Dios, Creación del mundo e Inmortalidad del alma.

2. LAS VÍAS PARA DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS.


Se denominan vías a los distintos caminos para demostrar la existencia de Dios propuestas por
Tomás de Aquino.
Antes de explicar estas vías, se debe tener en cuenta que, según santo Tomás:
■ La existencia de Dios puede ser probada por la razón porque no es evidente. Debe
demostrarse aquello que no es evidente, pues lo evidente no necesita demostración.
■ Las vías para demostrar la existencia de Dios no se basan en la creencia religiosa, porque en
tal caso no serían filosóficamente válidas.
■ El principio de causalidad es uno de los primeros principios metafísicos: una de las
verdades evidentes en las que se basan nuestros razonamientos. Nuestra mente se ve obligada
a exigir ante cualquier realidad o fenómeno que no dé razón de sí mismo la existencia de una
causa proporcionada. Ahora bien, ninguna realidad limitada o finita da, en último término,
razón de sí misma.
■ Las vías recorren de forma explícita los caminos que sigue naturalmente la razón humana
para concluir la existencia del ser supremo. Así, según santo Tomás, los seres humanos
tienden a pensar que el mundo exige la existencia de un ser supremo al que, tradicionalmente,
se llama Dios.
Las vías tomistas incluyen cuatro pasos:
 Primer paso: se parte de algún fenómeno natural observable.
 Segundo paso: se aplica el principio de causalidad.
 Tercer paso: se establece la imposibilidad del regreso al infinito la serie de las causas.
Esa imposibilidad significa que es preciso llegar a una causa última o primera que
explique suficientemente toda la serie.
 Cuarto paso: cada vía alcanza un determinado término.
2.1. Las vías tomistas.
Primera vía: del movimiento. En el mundo hay cosas que se mueven. Todo lo que se mueve es
movido por otro. No es posible remontarse al infinito en la serie de los motores movidos. Por
ello, hay un motor inmóvil que es Dios.
Segunda vía: de la causalidad. En el mundo sensible existe un orden causal. Nada puede ser
causa de sí mismo. No es posible remontarse al infinito en la serie de las causas causadas. Por
ello, existe una causa incausada o causa primera, que es Dios.
Tercera causa: de la contingencia. Los seres del mundo son contingentes. Lo que es
contingente no se explica por sí mismo. No es posible que todos los seres sean contingentes.
Por ello, existe un ser necesario que es Dios.
Cuarta vía: de los grados de perfección. Los seres naturales tienen perfecciones en diferentes
grados. Toda perfección pura limitada es participada. No es posible que todas las perfecciones
sean participadas. Por ello, existe un ser por esencia que es Dios.
Quinta vía: del orden del mundo. Los seres naturales obran por un fin. Lo que ocurre siempre
de una manera ordenada responde a un plan. No es posible que el azar sea causa del orden del
universo. Por ello, existe una inteligencia ordenadora que es Dios.

3. LA DOCTRINA SOBRE EL ALMA.


Tanto Aristóteles como Tomás de Aquino rechazaron el dualismo platónico que identificaba al
ser humano con su alma. Para Santo Tomás, el alma es la forma sustancial del cuerpo, el
principio de su constitución y organización. Por eso también es el principio de las operaciones
humanas. Pero, como las operaciones son diversas, Tomás de Aquino considera que en el alma
existen diferentes facultades o potencias activas, cada una de las cuales es principio próximo
de determinadas actividades.
Así, distingue entre potencias inferiores-operaciones que tenemos en común con los animales-
y potencias superiores-específicas del ser humano-.
Según santo Tomás, la teoría hilemórfica es compatible con la inmortalidad del alma humana si
se tiene en cuenta que existe una gradación en las formas. Algunas formas emplean todo su
poder en actualizar la materia, pero a otras, por así decirlo, les sobra energía. En la medida en
que una forma sobrepasa su correspondiente materia, puede conocer. Y, si la sobrepasa
netamente, entonces puede entender.

4. ÉTICA Y POLÍTICA.
La ética propuesta por santo Tomás se basa en algunos conceptos aristotélicos:
■ El concepto de naturaleza humana como fundamento de la ética. La fe cristiana, por su
parte, enseña que el fin de la vida humana no es natural, sino sobrenatural. Dios ha elevado la
naturaleza humana, destinando al hombre a la felicidad eterna en el cielo. En su condición de
teólogo, Tomás de Aquino explicó que la esencia de la vida bienaventurada es la
contemplación directa de Dios. Ninguna criatura puede ver directamente a Dios a menos que
él mismo actúe sobre su entendimiento, elevándolo mediante la luz de la gloria.
■ La virtud moral. Según Aristóteles, las virtudes son hábitos operativos buenos. Son
indispensables para actuar bien y, consecuentemente, llevar una vida feliz. Constituyen un
justo medio racional entre dos vicios opuestos y se adquieren mediante la repetición de actos
buenos.
■ La conciencia moral. La razón humana tiene un doble uso:
- Teórico o especulativo. Su primera noción es el ser. Principio de no contradicción: << es
posible ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido>>.
- Práctico. Regula u ordena la acción. Su primera noción es el bien. El bien es el ser
considerado como apetecible o deseable. «Es preciso hacer el bien y evitar el mal».
La naturaleza humana es el modo de ser propio del hombre, su esencia. Como el bien consiste
en la perfección de la naturaleza humana, la razón práctica ordena secundar las inclinaciones
esenciales de la naturaleza. Ahora bien, la esencia humana incluye tres características, de las
que se derivan las principales inclinaciones y, por lo tanto, los principales preceptos de la razón
práctica:
■ Sustancialidad. Como sustancia, el hombre tiende a su propia conservación. El primer tipo
de deberes morales se refiere a la conservación de la propia vida.
■ Animalidad. Como animal, el ser humano está dotado de inclinación sexual y tiende también
al cuidado de los hijos.
■ Racionalidad. Como racional, el hombre tiende a conocer la verdad, especialmente la que se
refiere a Dios, y a relacionarse con los otros seres racionales, de modo que el ámbito de la vida
política no puede separarse del que corresponde a la ética.
Para santo Tomás, la conciencia moral es el juicio de la propia razón práctica, ya que juzga la
moralidad de las propias acciones teniendo en cuenta el primer principio: es preciso hacer el
bien y evitar el mal.
Es decir: nuestra razón natural conoce de modo inmediato que es preciso hacer el bien y evitar
el mal, y también que aquello que en general resulta conveniente a la naturaleza racional
humana es bueno, mientras que aquello que va en contra de esta misma naturaleza es malo.
De acuerdo con estas premisas, la conciencia juzga el valor moral de los actos que nos
disponemos a hacer o que ya hemos realizado.
El bien es el fin de la naturaleza humana pero, puesto que la naturaleza humana es social, la
sociedad es el ámbito en que los seres humanos pueden alcanzar la felicidad. El bien común
está por encima del bien individual, ya que incluye los bienes particulares de todos los
miembros de la sociedad. El bien común es el conjunto de los medios a través de los cuales los
seres humanos pueden satisfacer sus necesidades materiales y espirituales.
Tomás de Aquino define la ley, en un sentido general, como el ordenamiento de la razón hacia
el bien común por parte de la autoridad competente.
Distinguen tres tipos de leyes:
■ Ley eterna. Es el orden de la inteligencia divina, de acuerdo con el cual Dios gobierna todas
las cosas creadas.
■ Ley natural. Es el orden divino inscrito en la naturaleza humana.
■ Ley positiva. Es la ley política que concreta o determina la ley natural. Es promulgada por la
autoridad competente, que representa a Dios. Para santo Tomás, el orden político es
autónomo respecto del religioso

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