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Universidad Abierta Para Adultos

ESCUELA

Psicología Clínica (Santo Domingo Este)

ASIGNATURA

Filosofía General

FACILITADOR

Damián Nicudemos Monegro

PARTICIPANTE

Juneiri Smailin Rodríguez Grullón.

MATRICULA

100048143.

TEMA

Tarea 8

FECHA

28/11/2021
 Actividad VIII: Filosofía Cristiana y Medieval, racionalismo y empirismo, y
positivismo.

a) Enumera las características del pensamiento filosófico de San Agustín.

1. Para la época había dos concepciones por las cuales se podía percibir
la filosofía. La primera se inclinaba a objetivizar a la filosofía como una
enemiga para la fe. La segunda -y la apoyada por San Agustín-
establecía que la misma podía ser una herramienta útil para defender al
cristianismo. Es por esto que se puede afirmar que no hay una brecha
entre la razón y la fe bajo las creencias de este santo, sino que, son
cuestiones que van de la mano y se confabulan para beneficio de
todos.

2. Dentro del discurso de San Agustín y su filosofía hay una gran


inclinación hacia la Interiorización, la cual, explica que la purificación del
alma es la única forma de alcanzar la felicidad. Además, aquí se
menciona que solo mediante esta práctica se puede llegar a la certeza.
Un hombre no podía saber la verdad ni alcanzar la felicidad plena a
menos que fuese un hombre de fe.

3. San Agustín y su filosofía postran a Dios como el principal dador de


amor en el universo. Dios no solo es la verdad aspirada, sino que
además es la meta final para la vida del ser humano. Todo empieza y
termina en Dios.

4. Considera que la creación y el universo son creados por Dios. Habla,


incluso de cómo la evolución sucede según las manos de Dios.
5. Su filosofía a pesar de estar fuertemente influida por el cristianismo
también toma aspectos del Platonismo y el Estoicionismo y los adapta
al modelo de vida de la fe.

6. Es San Agustín un filósofo de la historia porque su legado y su


pensamiento aún son fenómenos de estudio que han perdurado tras el
paso de tiempo.

7. La filosofía fue para San Agustín el amor y esfuerzo del alma entera
hacia la sabiduría y hacia la verdad. La verdad era para San Agustín el
ideal supremo al que se entregó con pasión. Esta verdad es la que se
refiere al alma y a Dios, los dos objetos de su preocupación filosófica.

b) Enumera las características del pensamiento filosófico de Santo Tomás de


Aquino, enumeres y diga en qué consisten las 5 vías de Tomás de Aquino.

1. Santo Tomás acepta la existencia de un concepto de acto y la potencia


la cual ocurre antes de llegar el cambio de las cosas.  

2. Santo Tomás cree que la causa eficiente en la que estudió Aristóteles


se define como la medida que existe entre la materia y la forma.

3. Santo Tomás afirma la existencia de Dios.  


4. Define que las cosas pueden existir o no existir.  

5. Argumenta que la existencia de Dios es perfecta.

Las cinco vías de la demostración de la existencia de Dios:

En la "Suma Teológica", primera parte, capítulos 2 y 3, encontramos


formuladas las cinco pruebas tomistas de la demostración de la existencia de
Dios, (conocidas como las "cinco vías"), que se exponen a continuación:

Primera vía

Movimiento: nos consta por los sentidos que hay seres de este mundo que se
mueven; pero todo lo que se mueve es movido por otro, y como una serie
infinita de causas es imposible hemos de admitir la existencia de un primer
motor no movido por otro, inmóvil. Y ese primer motor inmóvil es Dios.

Cosas que se mueven. Pues bien, todo lo que se mueve es movido por otro, ya
que nada se mueve más que en cuanto está en potencia respecto a aquello
para lo que se mueve. En cambio, mover requiere estar en acto, ya que mover
no es otra cosa que hacer pasar algo de la potencia al acto, y esto no puede
hacerlo más que lo que está en acto, a la manera como lo caliente en acto, v.
gr., el fuego hace que un leño, que está caliente en potencia, pase a estar
caliente en acto. Ahora bien, no es posible que una misma cosa esté, a la vez,
en acto y en potencia respecto a lo mismo, sino respecto a cosas diversas: lo
que, v. gr., es caliente en acto, no puede ser caliente en potencia, sino que en
potencia es, a la vez frío. Es, pues, imposible que una cosa sea por lo mismo y
de la misma manera motor y móvil, como también lo es que se mueva a sí
misma. Por consiguiente, todo lo que se mueve es movido por otro. Pero, si lo
que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero,
ya éste otro. Mas no se puede seguir indefinidamente, porque así no habría un
primer motor y, por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores
intermedios no mueven más que en virtud del movimiento que reciben del
primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano. Por
consiguiente, es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por
nadie, y éste es el que todos entienden por Dios.

Segunda vía

Eficiencia: nos consta la existencia de causas eficientes que no pueden ser


causa de sí mismas, ya que para ello tendrían que haber existido antes de
existir, lo cual es imposible. Además, tampoco podemos admitir una serie
infinita de causas eficiente, por lo que tiene que existir una primera causa
eficiente incausada. Y esa causa incausada es Dios.

La segunda vía se basa en causalidad eficiente. Hallamos que en este mundo


de lo sensible hay un orden determinado entre las causas eficientes; pero no
hallamos que cosa alguna sea su propia causa, pues en tal caso habría de ser
anterior a sí misma, y esto es imposible. Ahora bien, tampoco se puede
prolongar indefinidamente la serie de las causas eficientes, porque siempre
que hay causas eficientes subordinadas, la primera es causa de la intermedia,
sea una o muchas, y ésta causa de la última; y puesto que, suprimida una
causa, se suprime su efecto, si no existiese una que sea la primera, tampoco
existiría la intermedia ni la última. Si, pues, se prolongase indefinidamente la
serie de causas eficientes, no habría causa eficiente primera, y, por tanto, ni
efecto último ni causa eficiente intermedia, cosa falsa a todas luces. Por
consiguiente, es necesario que exista una causa eficiente primera, a la que
todos llaman Dios.
Tercera vía

Contingencia: hay seres que comienzan a existir y que perecen, es decir, que


no son necesarios; si todos los seres fueran contingentes, no existiría ninguno,
pero existen, por lo que deben tener su causa, pues, en un primer ser
necesario, ya que una serie causal infinita de seres contingentes es imposible.
Y este ser necesario es Dios.

La tercera vía considera el ser posible o contingente y el necesario, y puede


formularse así. Hallamos en la naturaleza cosas que pueden existir o no existir,
pues vemos seres que se producen y seres que se destruyen, y, por tanto, hay
posibilidad de que existan y de que no existan. Ahora bien, es imposible que
los seres de tal condición hayan existido siempre, ya que lo que tiene
posibilidad de no ser hubo un tiempo en que no fue. Si, pues, todas las cosas
tienen la posibilidad de no ser, hubo un tiempo en que ninguna existía. Pero, si
esto es verdad, tampoco debiera existir ahora cosa alguna, porque lo que no
existe no empieza a existir más que en virtud de lo que ya existe, y, por tanto,
si nada existía, fue imposible que empezase a existir cosa alguna, y, en
consecuencia, ahora no habría nada, cosa evidentemente falsa. Por
consiguiente, no todos los seres son posibles o contingentes, sino que entre
ellos forzosamente, ha de haber alguno que sea necesario. Pero el ser
necesario o tiene la razón de su necesidad en sí mismo o no la tiene. Si su
necesidad depende de otro, como no es posible, según hemos visto al tratar de
las causas eficientes, aceptar una serie indefinida de cosas necesarias, es
forzoso que exista algo que sea necesario por sí mismo y que no tenga fuera
de sí la causa de su necesidad, sino que sea causa de la necesidad de los
demás, a lo cual todos llaman Dios.
Cuarta vía

Grados de perfección: observamos distintos grados de perfección en los


seres de este mundo (bondad, belleza, ...) Y ello implica la existencia de un
modelo con respecto al cual establecemos la comparación, un ser óptimo,
máximamente verdadero, un ser supremo. Y ese ser supremo es Dios.

La cuarta vía considera los grados de perfección que hay en los seres. Vemos
en los seres que unos son más o menos buenos, verdaderos y nobles que
otros, y lo mismo sucede con las diversas cualidades. Pero el más y el menos
se atribuye a las cosas Según su diversa proximidad a lo máximo, y por esto se
dice lo más caliente de lo que más se aproxima al máximo calor. Por tanto, ha
de existir algo que sea verísimo, nobilísimo y óptimo, y por ello ente o ser
supremo; pues, como dice el Filósofo, lo que es verdad máxima es máxima
entidad. Ahora bien, lo máximo en cualquier género es causa de todo lo que en
aquel género existe, y así el fuego, que tiene el máximo calor, es causa del
calor de todo lo caliente, según dice Aristóteles. Existe, por consiguiente, algo
que es para todas las cosas causa de su ser, de su bondad y de todas sus
perfecciones, y a esto llamamos Dios.

Quinta vía

Finalidad: observamos que seres inorgánicos actúan con un fin; pero al


carecer de conocimiento e inteligencia sólo pueden tender a un fin si son
dirigidos por un ser inteligente. Luego debe haber un ser sumamente
inteligente que ordena todas las cosas naturales dirigiéndolas a su fin. Y ese
ser inteligente es Dios.

La quinta vía se toma del gobierno del mundo. Vemos, en efecto, que cosas
que carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin,
como se comprueba observando que siempre, o casi siempre, obran de la
misma manera para conseguir lo que más les conviene; por donde se
comprende que no van a su fin obrando al acaso, sino intencionadamente.
Ahora bien, lo que carece de conocimiento no tiende a un fin si no lo dirige
alguien que entienda y conozca, a la manera como el arquero dirige la flecha.
Luego existe un ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a su fin, ya
éste llamamos Dios.

Para tomas de Aquino la verdad debe ser demostrada.

Diga en que consiste el racionalismo, el empirismo y el fideísmo.

El racionalismo

En la teoría del conocimiento, el racionalismo es la tendencia que reconoce


la razón como única fuente del auténtico conocimiento, por oposición al
empirismo (ver), que considera que la única fuente del conocimiento es la
experiencia sensorial. Notables representantes del racionalismo fueron
Descartes, Spinoza, Leibnitz; todos ellos lucharon contra la concepción
religioso-dogmática del mundo del feudalismo, por el afianzamiento de la
razón y de sus derechos. El progenitor del racionalismo de los tiempos
modernos fue Descartes, que fundamentó la omnipotencia de la razón,
considerándola verídica en sí misma. Los racionalistas veían el ideal de la
ciencia en las matemáticas que consideraban como una ciencia “pura”,
ajena a la experiencia. Descartes entendía que, así como el matemático
con la fuerza de la inteligencia, resuelve los problemas matemáticos, el
filósofo puede concebir la verdad por la pura fuerza de la inteligencia. Los
datos sensibles nos engañan; sólo por la razón podemos concebir lo
existente. También Spinoza consideraba que los conocimientos obtenidos
de la experiencia son conocimientos casuales, no veraces, mientras que la
razón nos da el conocimiento necesario y veraz. En ello se revela la
inconsecuencia del materialismo de Spinoza. Si el empirismo convierte la
experiencia en algo absoluto y menosprecia el papel de la razón en el
conocimiento, el racionalismo establece una separación entre la razón y la
experiencia sensible y las sensaciones, y convierte en absolutos los
conceptos, el raciocinio. La separación entre lo lógico y lo sensible
conduce inevitablemente al idealismo, ya que los conceptos son
convertidos en meras abstracciones, carentes de un contenido concreto.
“El racionalista se limita al raciocinio, y abstracto además” (Lenin). “La
razón (el entendimiento), el pensamiento, la conciencia sin la Naturaleza,
sin la correspondencia con ella, es una mentira” (Lenin). El materialismo
dialéctico ha superado la unilateralidad del racionalismo y del empirismo,
resolviendo científicamente el problema de los momentos, en el
conocimiento, el sensorial y el lógico, examinándolos en su unidad y
conexión orgánicas. La experiencia sensible es el momento de partida del
conocimiento. El auténtico conocimiento comienza en las sensaciones
humanas, de aquello que prueban los órganos de los sentidos. Pero la
percepción sensorial directa no nos da todavía un conocimiento completo y
profundo. El conocimiento de las conexiones y relaciones universales es
posible obtenerlo con la ayuda de la razón, del raciocinio teórico. Los
conceptos lógicos, es decir, el momento racional en el conocimiento, son la
reelaboración de los datos sensoriales en el raciocinio. Así, pues, en el
materialismo dialéctico, lo sensible y lo lógico están recíprocamente
relacionados y sólo en su unidad expresan el proceso del conocimiento.
“Desde la observación viva hacia el raciocinio abstracto y de él hacia la
práctica, tal es el camino dialéctico del conocimiento de la verdad, del
conocimiento de la realidad objetiva” (Lenin).
El empirismo

El empirismo es una doctrina filosófica que considera la experiencia sensible como


la única fuente de nuestros conocimientos. Hay un empirismo, tanto idealista como
materialista. El empirismo idealista (Berkeley, Hume, Mach, Avenarius, Bogdanov)
limita la experiencia a un complejo de sensaciones o representaciones, negando
que el fundamento de la experiencia es la Naturaleza material. El empirismo
materialista (Bacon, Hobbes, Locke, los materialistas franceses del siglo XVIII)
considera que los objetos de la Naturaleza material son el fundamento de la
experiencia sensible. El materialismo dialéctico refuta el empirismo idealista y
considera justos los puntos de partida del empirismo materialista. Pero al mismo
tiempo refuta también el empirismo extremo y unilateral, peculiar del materialismo
premarxista, que menospreciaba el papel de las teorías generales y de las
abstracciones científicas. El materialismo dialéctico, al reconocer que la base del
conocimiento es la experiencia sensible, recalca al mismo tiempo el gran papel de
las teorías, de las ideas y de los conceptos científicos.

El fideísmo

El fideísmo consiste en aquella posición que respecto la existencia de Dios y las


doctrinas esenciales de la religión afirma que no es posible obtener, ni sería
necesario, una demostración racional; por el contrario, es suficiente su aceptación
mediante un acto de fe. El fideísmo sería en este sentido una consecuencia de un
análisis agnóstico de la creencia religiosa y, al mismo tiempo, una posición
contraria tanto al ateísmo como al teísmo. Ahora bien, dentro de la historia de la
filosofía, el fideísmo se ha movido siempre entre dos extremos: el agustiniano
credo ut intelligam y el tertuliano credo quia imposible. En el primer caso, la razón
jugaría un papel auxiliar a la fe aclarando cuál debe ser su objeto, siendo además
la fe aquella instancia que da completud y satisfacción a la propia razón: este sería
el caso, por ejemplo, del fideísmo de Agustín de Hipona, Guillermo de Ockham,
Michel de Montaigne, Blaise Pascal o Immanuel Kant. Por el contrario, dentro de la
segunda opción, razón y fe se encontrarían en una relación antitética: el caso
posiblemente más representativo es el de Sören Kierkegaard y su proto-
existencialismo cristiano.

Para Kierkegaard, el caballero de la fe, ejemplificado por Abraham, a diferencia del


hombre estético (Don Juan) o el hombre ético (Sócrates), consigue en grado
máximo la realización individual -la vida auténtica- en tanto que se encuentra en
relación con lo absoluto e infinito (Dios). El precio, sin embargo, ha de ser la
aceptación arriesgada del absurdo y, por ello, la angustia. Abraham tiene que
apostar, mediante la fe, por lo más absurdo: la existencia indemostrable de Dios y
la aceptación de sus designios -sacrificar a Isaac, su único hijo, nacido ya cuando
Abraham es viejo, sólo porque Dios así se lo ha ordenado. Y he aquí la angustia:
tener que elegir lo máximamente absurdo.

Abraham no es un héroe trágico, como Sócrates, que sacrifica sus impulsos -el
apego a la vida- en defensa de la ley moral, sino alguien que pretende sacrificar a
su hijo por un mandamiento del todo arbitrario y absurdo. Y así, mientras Sócrates
podría ser entendido y admirado, Abraham sólo puede ser tratado como un loco
que, de llevar a cabo su acción con éxito, será despreciado desde la indignación y
la repulsa o, en el mejor de los casos, sería objeto de lástima. Ahora bien,
Kierkegaard no pretende afirmar que la vida religiosa signifique la negación de la
moralidad, sino que la fe tiene que estar por encima de la racionalidad. Y eso crea
incerteza y angustia. Por ello, la respuesta de Abraham -la respuesta del caballero
de la fe- sólo puede ser la aceptación ciega de un riesgo absoluto no explicable
por la razón, y una absoluta responsabilidad individual ante lo absurdo e
incomprensible.
A pesar de que el fideísmo, como hemos dicho, se opone al teísmo y al ateísmo,
no obstante, tiene con estos, y también con el agnosticismo, una tesis en común:
que el enunciado "Dios existe" es significativo. Pero significativo ¿en qué sentido?
Si, como se ha hecho tantas veces, intentamos analizarlo como un enunciado
descriptivo -es decir, como un enunciado que pretende atribuir la existencia a un
determinado objeto-, entonces parece que tendrá razón el verificacionismo al
argüir que, como otros enunciados de la metafísica, "Dios existe", al ser
inverificable, no describe ninguna situación posible, carece de significación
cognitiva y, por ende, ni siquiera es un enunciado. O en el mejor de los casos, y
apelando a la benevolencia del positivista, sólo podríamos decir que la
significación del enunciado "Dios existe" consiste en la emotividad que acompaña
a su uso.

Ahora bien, el creyente no tiene por qué depender de la benevolencia del


positivista; por contra, es posible intentar un análisis positivo de la creencia
religiosa. Y en este sentido la mejor dirección es distinguir, como en nuestro siglo
han hecho por ejemplo L. Wittgenstein o G. Marcel, entre dos tipos irreductibles de
creencias: "creer que" y "creer en". Así, mientras "creer que" sería una actitud
epistémica y proposicional -creer que p es verdadera-, "creer en" solo sería una
actitud, la actitud de confianza hacia alguien o algo. Este último caso de creencia
no se vería afectada por la ausencia de significado cognitivo o por la
inverificabilidad del enunciado "Dios existe", ya que aquí "creer que Dios existe" o,
mejor, "creer en Dios" no equivale a la creencia en la existencia de un objeto
determinado. Por el contrario, "creer en Dios" significa comportarse de cierta
manera.

c) Diga en que consiste el pensamiento de Tomás Hobbes y John Locke 


Tomas Hobbes

Defiende la idea de que cada uno de los cuerpos posee longitud, dureza y
profundidad, y que lo que no tiene cuerpo, no forma parte del universo.
Hobbes defendió el concepto de que los seres humanos son puramente
físicos y que, por consiguiente, está regido por las leyes del universo.

Hobbes afirma que en el “estado de naturaleza” el hombre vive una guerra


de todos contra todos y es éste mismo hombre, incluso en el estado de
naturaleza el que sigue siendo un ser racional y tiende a superar el
desorden y la inseguridad. Con el fin de lograr su seguridad y superar el
peligro que el estado de naturaleza implica, “los individuos ceden sus
derechos en favor de un tercero”, el “Leviatán”.

Para que este acto tenga sentido, la sesión de derechos al Estado debe
ser definitiva. Los derechos no pueden ser recuperados, es decir, que el
Estado es omnipotente. Este Estado soberano es la fuente única del
derecho, la moral y la religión.

Hobbes entendía que, así como el impulso mecánico y el choque son los
factores determinantes del movimiento de los objetos físicos, así en la
vida social lo son la utilidad y el apetito de poder.

John Locke

Su pensamiento filosófico es Empirista, parte de una crítica al innatismo y


al racionalismo, todo su

pensamiento está dedicado al esfuerzo por adherirse a la experiencia


concreta.
El empirismo afirma que la conciencia humana se halla encerrada en los
confines de la experiencia

y que más allá de ellos no hay más que problemas insolubles o arbitrarias
fantasías. Con esto Locke

impone una saludable moderación a las pretensiones de la razón humana.


Esto se manifiesta en sus ideas

de:

· Afirmación de la libertad individual, en lo político.

· Defensa de la tolerancia religiosa, pues al considerar al hombre libre


quiere garantizarle en el

interior el ejercicio de sus efectivas facultades.

· En su meta: la función social del hombre y las tareas concretas que


esperan a éste en la vida.

“Todo su pensamiento, entonces, es fruto de ese enfoque en que se


renuncia a toda pretensión

metafísica y a todo intento de ir más allá de aquella realidad dentro de la


cual el hombre vive y funciona

efectivamente”.

Thomas Hobbes y John Locke:

Los conceptos filosóficos de Thomas Hobbes y de John Locke son diametralmente


opuestos, y comparamos a Tomás Hobbes y su concepto político, contra el
pensamiento de John Locke, veremos que Tomás Hobbes, consideraba al ser
humano como un ente malo, que se prepara y tiene la guerra en su naturaleza y
es hasta que aparece el “leviatán” es que desaparece el estado de guerra.

En tanto que John Locke desprende sus teorías desde la bondad del ser humano,
donde se asociaban por el bien común, pero lo que sí coincide es que los dos
establecen al estado natural como la base de la sociedad. John Locke coincidía en
mucho con Jean Jacobo Rousseau, quien consideraba al hombre como un ser
inocente y su naturaleza es sólo sobrevivir. Pero se puede catalogar como un
estado intermedio, algo que lo deja en el centro entre Thomas Hobbes y John
Locke.

e)    Enumeres los 3 estadios plateado por Augusto Comte, diga en que consiste
cada uno de ellos y en qué consiste el positivismo.

1. El estado teológico. (Ficticio). Es el punto de partida del espíritu positivo. En


él se pretende dar respuestas absolutas a todos los fenómenos que resultan
extraños, tendiendo a hacer que todo se parezca o asimile al hombre. Busca las
explicaciones en razones obscuras y sobrenaturales. Domina la imaginación.

2. El estado metafísico. (Abstracto). En este estado se busca el por qué y la


explicación de la naturaleza en las cosas mismas, a través de entidades
abstractas, inmutables y necesarias. Sigue manteniendo ese carácter del estado
teológico de dar explicaciones absolutas, esto le hace estar más cerca del estado
anterior que del positivo. Domina el razonamiento. El espíritu metafísico no tiene la
autoridad efectiva que tenía el estado teológico, aunque ha servido, pensaba
Comte, entre los siglos XIII a XVIII para descomponer el sistema teológico en los
distintos géneros del saber. Por eso es una fase destructiva y crítica, no
constructiva.

3. El estado positivo. (Real). Última etapa del desarrollo del espíritu humano. No


busca el porqué de las cosas sino el cómo aparecen y se comportan los
fenómenos. Solo interesa la descripción fenoménica y la regularidad de su obrar.
Estado definitivo de la positividad racional, tiene como rasgo distintivo el de la
subordinación constante de la imaginación a la observación; el espíritu humano
renuncia a las explicaciones absolutas de etapas anteriores y ser circunscribe al
dominio de la verdadera observación. Este estado se rige por la regla de que toda
proposición que no pueda reducirse al mero enunciado de un hecho, particular o
general, no tiene sentido (criterio de discriminación de Hume).

El positivismo

El positivismo es una de las corrientes idealistas más difundidas en la filosofía


burguesa contemporánea. El positivismo considera su mérito en haber acabado,
según él, con la filosofía y en basar sus teorías exclusivamente sobre los hechos
“positivos”, “afirmativos”, y no sobre “deducciones abstractas”, afirmando, además,
que se eleva tanto por encima del materialismo como del idealismo, sin ser ni lo
uno ni lo otro. Sin embargo, el positivismo representa en realidad una de las
variantes más superficiales y vulgares de la metafísica idealista. El rasgo
característico del positivismo es la interpretación idealista simplista del papel de la
experiencia y de la ciencia; la experiencia es para él un conjunto de sensaciones o
representaciones subjetivas, y el papel de la ciencia queda reducido a la
descripción (y no a la explicación) de los hechos. El progenitor del positivismo es
el filósofo francés del siglo XIX, Augusto Comte. A fines de dicho siglo y a
principios del XX, se consideraban positivistas todos los filósofos que trataban de
ubicarse entre el materialismo y el idealismo, de “superar” su antinomia. Los
clásicos del marxismo se referían con gran desprecio a esta corriente filosófica
reaccionaria; así, por ejemplo, Marx en su carta del 7 de Julio de 1866 a Engels
escribía que Comte “en comparación con Hegel… produce una pobre impresión”.
En su obra Materialismo y Empiriocriticismo, Lenin da una crítica demoledora del
positivismo: llama a los positivistas charlatanes degenerados, que se dan por
filósofos y cuyo método de argumentar es una “total charlatanería burguesa”. Los
representantes del revisionismo mecanicista del marxismo en la URSS plantearon,
a la manera positivista el problema de la filosofía, reduciéndola al papel de las
“últimas conclusiones de las ciencias naturales” o defendiendo el lema positivista
de “fuera la filosofía”. Contrariamente al positivismo, la evolución de las ciencias
exactas no sólo no suprime la necesidad de la filosofía, sino que esta evolución
sólo es posible sobre la base de una doctrina filosófica definida: el materialismo
dialéctico.

f)     Diga en que consiste el existencialismo y cuáles temas trata

El existencialismo

Corriente filosófica decadente de nuestros días, variedad del idealismo subjetivo,


destinada esencialmente a desmoralizar la conciencia social, a combatir a las
organizaciones revolucionarias del proletariado. En la actualidad, el
existencialismo se difunde sobre todo en Francia y en Alemania occidental. Esta
doctrina reaccionaria fue fundada por el filósofo danés Kierkegaard (1813-1855),
enemigo del socialismo y de la democracia, para quien aún la filosofía de la
revelación de Schelling (ver) no era lo bastante reaccionaria. Por “existencia”,
entiende la “vida espiritual individual”, y opone la “existencia” al “ser”, vale decir, al
mundo material de la vida real, física y social. La aversión a la vida, el miedo a la
muerte, la desesperación, tales son sus temas fundamentales que más tienen que
ver con la psicopatología que con la filosofía. Esta “filosofía” antihumana había
sido adoptada por los ideólogos del imperialismo alemán (Heidegger, Jaspers).
Hoy, el existencialismo se recubre con la máscara de “filosofía de la libertad”. Su
esencia reaccionaria no se ha modificado: sólo han cambiado sus procedimientos
de lucha contra la teoría y la práctica revolucionarias, sus métodos de disfraz. En
la actualidad, los existencialistas se esfuerzan en denigrar la lucha revolucionaria
de los trabajadores por el socialismo. Y predican el nihilismo intelectual y moral, el
desprecio por la ciencia y por la moralidad. Los existencialistas se alzan contra el
materialismo dialéctico e histórico, contra la concepción marxista, científica del
mundo, apoyándose en las premisas del idealismo subjetivo, haciendo de la “pura
conciencia en sí” el punto de arranque de su filosofía. Los existencialistas oponen
la “existencia” a la “esencia”, separándolas metafísicamente y proclamando la
primacía de la “existencia”. Esta teoría está dirigida contra la doctrina materialista
que considera a la materia como el dato primario; y en el dominio de la vida social,
se alza contra la concepción científica del determinismo histórico. Por libertad, los
existencialistas entienden no una relación social real que se conquista en la lucha
contra el esclavizamiento de la nación y de la clase trabajadora, no el fruto del
socialismo, sino el “libre albedrío” innato del idealismo, que concede al burgués el
derecho de actuar según su voluntad.

Temas a tratar

La existencia precede a la esencia

La persona primero existe y luego se define mediante sus elecciones y acciones.

El pensamiento sin acción no tiene sentido y el individuo es aquello que él hace.

La libertad y la responsabilidad

Sarte considera que la persona es lo que ella hace de sí misma.

Nietzsche Voluntad de poder.

Principio de soledad y relación

Toda persona debe de confiar en sí misma y en las demás personas que le rodean
y esta relación debe de ser de autorrealización y de comodidad ´para todos.
Se puede elegir experimentar la soledad y encontrar el significado y dirección de la
vida dentro de nosotros mismos.

Solo si se hace esta elección y se tiene éxito en el establecimiento de la propia


identidad, será posible relacionarnos genuina y satisfactoriamente con otros.

La búsqueda de autenticidad

Ser autentico es hacer lo necesario para definirse y afirmarse a sí mismo.

g)    Establezca las diferencias entre el conocimiento filosófico y el conocimiento común.

El conocimiento filosófico cuestiona el porqué de las cosas y se profundiza, el


común es atraído por lo superficial, no cuestiona, no indaga.

El común es atraído por la belleza, el conocimiento físico no.

El filosófico busca respuesta, el común no.

El conocimiento común es práctico, mientras que el filosófico es teórico.

El conocimiento filosófico intenta lograr explicaciones racionales, mientras que el


común le interesa la utilidad que pueda prestar antes que descifrar la realidad.

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