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Comentario de texto

El fragmento pertenece a Santo Tomás de Aquino, destacado filósofo y teólogo


medieval. En este pasaje, se aborda la segunda vía para la demostración de la
existencia de Dios, la cual se basa en la causa eficiente. Santo Tomás argumenta
sobre la necesidad de una causa eficiente primera para explicar el orden de
causas eficientes en el mundo sensible.

La conexión entre fe y razón en la segunda vía de Santo Tomás se puede


apreciar de forma intrínseca y colaborativa. En el texto Santo Tomás señala que
en el mundo sensible existen una serie de causas eficaces, una observación que
se realiza desde la fuente de conocimiento. Sin embargo, resalta la
imposibilidad de que algo sea causa eficiente de sí mismo y la necesidad de una
causa eficiente primera, llegando a la conclusión de que todos la llaman Dios.

Este fragmento de Santo Tomás trata la causalidad eficiente como un


argumento para demostrar la existencia de Dios. La tesis central está en la
necesidad de una causa eficiente primera para explicar el orden observado en
las causas eficientes del mundo sensible. La argumentación se basa en la
imposibilidad de una cadena infinita de causas eficientes, lo que llevaría a la
inexistencia de una causa primaria y, por ende, de un efecto último. La
conclusión es la afirmación de la existencia de una causa eficiente primera, que
identifica como Dios.

Desde mi perspectiva, el argumento de Santo Tomás destaca la importancia de


buscar una causa eficiente primera para explicar el orden en el mundo sensible.
La "segunda vía" destaca la necesidad de una causa eficiente primaria para
explicar el orden en el mundo. Este razonamiento resalta la armonía entre la
observación racional y la creencia en Dios, evidenciando cómo la razón puede
conducir a conclusiones respaldadas por la fe. La colaboración entre fe y razón,
en este contexto, ilustra la integralidad de ambas dimensiones en la búsqueda
del conocimiento y la comprensión de la existencia divina.
La ética
La ética según Santo Tomás de Aquino se basa en la concepción ética de Aristóteles,
adaptándola y complementándola con la teología cristiana. Aristóteles afirmaba que la
ética se trata de la acción individual con una finalidad, y que la finalidad de la vida
humana es la felicidad, especialmente la contemplación de los objetos más nobles.
Santo Tomás concluye que la finalidad de la acción humana es buscar la felicidad a
través de la contemplación de Dios, que se logrará plenamente en la vida futura.
Obrar bien consiste en acciones orientadas hacia Dios, acercándonos a Él, mientras que
obrar mal implica acciones que nos alejan de Él. Los actos buenos contribuyen a
nuestra salvación, permitiéndonos la contemplación eterna de Dios, mientras que los
actos malos nos llevan a la condenación, privándonos de esa contemplación.
Para alcanzar este objetivo, el hombre debe cumplir las reglas de la ley natural, que son
necesarios para su bien y pueden ser conocidos a través de la razón. Estas normas
incluyen la conservación de la vida, la procreación y cuidado de los hijos, y la búsqueda
de la verdad, especialmente la verdad definitiva que es Dios.
Aunque las reglas de la ley natural son universales, eternos e inmutables, la ley positiva
se refiere a las leyes creadas en ordenamientos jurídicos y políticos específicos. La
justicia de una ley positiva se evalúa en función de su adecuación a la ley natural.
Santo Tomás reconoce la posibilidad de error en la interpretación de la ley natural y,
por eso, Dios revela esta ley a través de los Diez Mandamientos, resumidos en el
mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.
Esta revelación garantiza a todos el bien que puede lograrse mediante su
conocimiento.

El ser humano
Según Santo Tomás , al igual que Aristóteles, el ser humano es una entidad formada
por cuerpo y alma, siendo el cuerpo la materia y el alma la forma. Ambos elementos
son inseparables, ya que el cuerpo necesita un alma y viceversa. Santo Tomás identifica
tres partes del alma:
1. El alma vegetativa: Encargada de funciones vitales como nutrición, crecimiento y
reproducción, común a todos los seres vivos.
2. El alma sensitiva: Permite la percepción sensorial y el movimiento del cuerpo. Propia
de los animales, pero también presente en el ser humano para la actividad sensorial y
motora, incluyendo la abstracción sensible.
3. El alma racional: Específica del ser humano y compuesta por el intelecto agente, el
intelecto paciente y la voluntad. Capacidad de comprensión, conocimiento racional y
deseo del bien por la felicidad que produce. Incluye la abstracción inteligible.
Santo Tomás sostiene la inmortalidad del alma como parte de su fe cristiana. Afirma
que, después de la muerte, el alma separada del cuerpo está incompleta y sugiere la
necesidad de la reción de la carne. Aunque es un dogma de fe, esta idea se alinea con
la concepción filosófica heredada de Aristóteles, ya que el alma tiene una fuerte
tendencia a estar unida al cuerpo para realizar plenamente sus funciones.

Dios
Santo Tomás de Aquino propone cinco argumentos filosóficos para demostrar
racionalmente la existencia de Dios, integrando la razón con la fe. Estos son los cinco
caminos:
1. Primera vía: El movimiento en el mundo requiere un primer motor inmóvil, un ser
que mueva todo sin ser movido, y que es entendido como Dios. Ejemplo: la cadena de
movimiento nos lleva a un primer motor inmóvil, como la semilla que proviene del
árbol creado por Dios.
2. Segunda vía: La causalidad en el mundo demanda una causa primera. Todo efecto
tiene una causa, pero la serie de causas no puede ser infinita. Se necesita una causa
primera incausada, que es llamada Dios. Ejemplo: mi existencia tiene como causa a mis
padres, pero estos también fueron creados por Dios.
3. Tercera vía: La contingencia de los seres requiere un ser necesario. Los seres
contingentes podrían no haber existido, entonces debe haber un ser necesario que
siempre haya existido, al que llamamos Dios. Ejemplo: todo en el mundo tiene un
comienzo en el tiempo, pero debe haber un ser necesario que haya existido siempre.
4. Cuarta vía: La existencia de diferentes grados de perfección en los seres implica la
existencia de un ser perfecto. La imperfección se entiende en comparación con lo
máximo, por lo que debe existir un ser perfecto al que llamamos Dios. Ejemplo: lo
bueno, verdadero, bello y noble se entiende en referencia a lo máximo de bondad, y
eso es Dios.
5. Quinta vía: El orden en el mundo sugiere una inteligencia ordenadora, también
conocida como la vía de la finalidad. Si hay orden, debe haber alguien que lo ordene, y
esa finalidad es llamada Dios. Ejemplo: el mundo tiende a un fin, al igual que una
flecha llega al blanco gracias a un arquero, y todo el mundo tiende a su fin gracias a la
inteligencia ordenadora de Dios.
Estos argumentos conducen a la afirmación racional de la existencia de Dios,
descubierta a posteriori mediante la observación del mundo y su orden. El estudio de
las criaturas revela la existencia de un Creador, permitiendo entender imperfectamente
la esencia de Dios.
La política
Santo Tomás de Aquino comparte la perspectiva de Aristóteles sobre la política,
considerando que los humanos son naturalmente sociales y alcanzan su desarrollo
pleno en la sociedad. Según él, la política implica la acción colectiva y la necesidad de
cooperación y división del trabajo para alcanzar el bien común.
En su visión, la sociedad requiere un gobierno para evitar la desintegración causada por
el egoísmo humano. El gobernante, según Santo Tomás, debe dirigir sus acciones hacia
el bien común. Coincide con Aristóteles al preferir la monarquía y la aristocracia como
las formas de gobierno óptimas, y clasifica las posibles formas considerando el bien
común y el bien particular.
Santo Tomás destaca que la verdadera felicidad humana se encuentra en la
contemplación de Dios en la otra vida, lo que implica que el gobierno debe
subordinarse a la Iglesia. El buen gobernante debe permitir lo que acerque a las
personas a Dios y prohibir lo que las aleje. El buen gobierno sigue la ley natural y la
positiva para lograr el bien común, mientras que el mal gobierno contradice estas
leyes.

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