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DIÁLOGO Y el Verbo se hizo carne

V O L U M E N X LV I I I

Septiembre - 2008

DIRECTOR
P. Lic. Gabriel Zapata

CONSEJO DE REDACCIÓN

P. Lic. Ricardo E. Clarey


P. Lic. Tomás J. Orell
P. Lic. Alfredo Alós
P. Lic. Edgardo R. Catena

CENSOR
P. Dr. Miguel Ángel Fuentes

REVISTA

del Seminario «María, Madre del Verbo Encarnado»,


del Estudiantado del Convento «Santa Catalina de Siena»,
del Instituto «Alfredo R. Bufano» (PS-215),
del Colegio «Isabel la Católica» (E-92),
y de los Cursos de Cultura Católica.
AÑO PAULINO
SAN PABLO, «VASO DE ELECCIÓN»
(Hech 9,15)

P. Lic. Higinio Rosolen, I.V.E


Procura Generalicia
Roma (Italia).

«El vaso que era de perdición


fue hecho vaso de elección»1

«Vaso de elección es éste para mí» (Hch 9,15) respondió bondadosa-


mente nuestro Señor Jesucristo a Ananías2, que antes le había dicho: «Señor,
he oído a muchos hablar de ese hombre [Saulo] y de los muchos males que
ha causado a tus santos en Jerusalén y que aquí tiene poderes de los sumos
sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre» (Hch 9,13-14).
En efecto, la afirmación de Ananías no carecía de fundamento porque se
trataba del mismo Saulo que había estado presente cuando derramaban la
sangre de San Esteban, se había gozado y había custodiado los mantos de
los que le mataban (Hch 22,20), había dado asentimiento a su muerte (Hch
7,58–8,1) y luego había comenzado a perseguir a los cristianos, entrando en
las casas, apresándolos y llevándolos prisioneros para que fueran encarce-
lados (Hch 8,2). El mismo Saulo «respirando amenaza y matanzas contra
los discípulos del Señor» (Hch 9,1) con cartas del Sumo Sacerdote se había

1
SANTO AGOSTINO, Discorso 333.
2
Según una tradición de Siria, Ananías era uno de los 70 discípulos del Señor
que huyeron hacia Damasco en la primera persecución de Saulo, cf. J. HOLZNER, San Pa-
blo. Heraldo de Cristo, tr. J. MONTSERRAT – M. DE MONTOLIU, Herder, Barcelona 162007,
55; H. V. MORTON, In the Steps of St. Paul (Londres 1936). En Hechos se añade: «Varón
piadoso según la Ley, bien acreditado por todos los judíos que habitaban allí» (22,12).

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dirigido a Damasco para llevar a Jerusalén los cristianos que allí encontrase
(Hch 9,2-3). Ignoraba entonces Ananías que a Saulo le había sucedido que
«al llegar cerca de Damasco, de súbito lo rodeó fulgurante una luz venida
del cielo; y cayendo por tierra oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo ¿Por
qué me persigues?». Él contestó: «¿Quién eres Señor?». Y Él: «Yo soy Jesús,
a quien tú persigues»» (Hch 9,3-5; 22,6-11; 26,12-15).
Ese fue el primer encuentro de San Pablo con Jesucristo, y fue un
encuentro que lo signó para siempre, significó su conversión y su vocación.
Juan Pablo II lo manifiesta diciendo: «tuvo lugar el cambio radical de su
existencia, de perseguidor a apóstol (cf. Hch 9, 3-30; 22, 6-11; 26, 12-18)»3
y San Agustín: «transformado de perseguidor en anunciador, de lobo en
cordero, de enemigo en soldado fiel»4. Prat afirma: «el golpe que derribó
al perseguidor fue fulminante. Nada lo anunciaba ni lo preparaba: esto fue
un puro efecto de la Gracia omnipotente»5; Fillion agrega: «es uno de los
eventos más importantes de la historia de la Iglesia primitiva [...] porque
el «dedo de Dios está allí» visiblemente»6 y Holzner poéticamente dice así:
«Saulo era como un cazador poseído de indomable gusto por la caza. Pero
no era el único cazador en estos días. Otro, el Señor de los discípulos, le
sigue la pista. Saulo cree perseguir y es perseguido. [...] La gracia de Cristo
cazó esta vez la pieza de más valor que nunca había cazado»7 y en otra de
sus obras: «en la Cristofanía de Damasco está la clave para la adecuada com-
prensión de San Pablo»8.
Con mucha razón exclamará años más tarde el mismo San Pablo:
«Gracias doy a nuestro Señor Cristo Jesús, que me fortaleció, de haberme
juzgado fiel al confiarme el ministerio a mí, que primero fui blasfemo y
perseguidor violento, mas fui recibido a misericordia» (1Tim 1,12-13) y

3
JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica «Ecclesia in America» (22/01/1999), n. 8.
4
SANTO AGOSTINO, Discorso 279.
5
F. PRAT, La Teología de San Pablo I, tr. S. ABASCAL, México 1947, 39.
6
L.-CL. FILLION, La Sainte Bible. Commentée D’Après la Vulgate VII (Paris
1921) 669.
7
HOLZNER, San Pablo, 46.
8
J. HOLZNER, El mundo de San Pablo. Visiones sobre el mundo interior y exterior del
Apóstol, Libros de Espiritualidad 12, Madrid 21953, 61.

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AÑO PAULINO

en otra parte «¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de


Dios! ¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!»
(Ro 11,33). En verdad, es insondable el designio e inescrutable el camino
por el cual San Pablo llegó a ser el Apóstol por excelencia.
No deja de llamar la atención que Jesús se refiera a San Pablo como
«Vaso de elección» (Hch 9,15), por eso nos proponemos tratar dicha expre-
sión y presentar el comentario que de ella hace Santo Tomás de Aquino.
I. La expresión «Vaso de elección»
Comenzamos analizando la expresión «Vaso de elección», en griego
«skeu/oj evklogh/j skeuos eklogēs»9. Primeramente trataremos los dos términos
por separado y luego su traducción.
1. El significado de «skeuos»10
El campo semántico de «skeuos» es muy amplio.
a. En griego profano tenía diversos significados: «jarro», «cántaro», «vaso»,
«vasija», «recipiente», «utensilios domésticos», «instrumentos agrícolas, náu-
ticos, militares, etc.». También en sentido figurado puede designar a seres
humanos como instrumentos de otros (p.e. POLIBIO, Frg. 13,5,7; 15, 25,1).
b. En el griego de la LXX –donde muchas veces corresponde al vocablo
hebreo yliK. kelî– también tiene una gran amplitud de significados: vasos,
vasijas, equipamiento militar, armas, vestimenta, sea del pastor, del soldado
o del marinero. Un uso particular es designar los «vasos sagrados del Tem-
plo» (p.e. 2Cro 4,19).
Además, en sentido figurado, designa a los hombres, ya sea en las com-
paraciones, en donde con «vaso» se designa la fragilidad, debilidad, lo pasa-
jero de los hombres (p.e. Sl 30,13; Jer 22,28), ya sea para expresar la radical
superioridad de Dios sobre el hombre (p.e. Is 54,16).
c. En el tardo judaísmo (en donde se usa el término hebreo kelî) designa-
ba primeramente los utensilios de varios materiales, como metal, madera,

9
Cf. NESTLE – ALAND, Novum Testamentum graece, Stuttgart 271993.
10
Seguimos a C. MAURER, «skeu/oj skeuos», TDNT, VII, 358-367.

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DIÁLOGO 48

etc. Más amplio era su uso en sentido figurado, pues podía designar la Torah
y además al hombre, como creación de Dios e instrumento de Dios o del
demonio11.
d. En el Nuevo Testamento es usado con muy variados significados: vasi-
ja, utensilios del hogar, vaso litúrgico, etc. (p.e. Mc 11,16; Jn 19,29; Lc 8,16;
Hch 10,11; Ap 18,12).
En San Pablo, por influencia del Antiguo Testamento, lo encontramos:
- como metáfora o similitud para designar aspectos humanos (p.e. Ro
9,19-23)12;
- la figura de los diferentes vasos aplicada a la situación de la Iglesia
(2Tim 2,20-21);
- referido al cuerpo (1Tes 4,4)13.
Un uso del todo especial es el de Hch 9,15 (cf. Hch 22,3-16; 26,4-23;
Ro 1,1; Gal 1,15), en donde se enfatiza la divina iniciativa y como Pablo es
un instrumento en manos de Dios y de Cristo.
e. En los Padres Apostólicos significaba:
- en sentido propio: «utensilios» (p.e. Dg. 2,2-4);
- en sentido figurado: un hombre como vaso del «santo» Espíritu (p.e.
Herm.m. 5,1,2); el cuerpo de Cristo como vaso del Espíritu (de Dios o de
Cristo) (p.e. Barn. 7,3); etc.
Mencionamos sólo una frase de San Ireneo, que dice así: «Esta fe que
hemos recibido de la Iglesia, la guardamos con cuidado, porque sin cesar,

11
Cf. MAURER, 360. P.e. «vas electionis factus est maligno» («Fue hecho vaso de
elección para el Maligno»), cf. PS.-CLEM. Recognitiones. 3,49.
12
Allí se habla en el v. 22 de «vasos de ira («skeu,h ovrgh/j»; Vg: «vasa irae») prepara-
dos para la destrucción» y en el v. 23 de «vasos de misericordia («skeu,h evle,ouj», Vg. «vasa
misericordiae») preparados para la gloria».
13
Este texto es discutido entre los exégetas, pues ya desde los tiempos patrísticos
algunos interpretan y traducen «skeu/oj» como «cuerpo» y otros como «mujer» (cf. 1Pe
3,7), cf. MAURER, 365.

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bajo la acción del Espíritu de Dios, como un contenido de gran valor en-
cerrado en un vaso excelente, rejuvenece y hace rejuvenecer el vaso mismo que la
contiene»14.
2. El significado de «eklogēs»
El sustantivo «eklogēs» se puede traducir: «de elección»15 «elegido» por-
que gramaticalmente es un genitivo de cualidad o «genitivo hebreo» del
sustantivo «skeuos» y equivale al adjetivo «evklekto,j eklektos» (=«elegido»)16.
Dicho término tiene diversos usos en el Nuevo Testamento17:
a. En los evangelios Sinópticos generalmente es usado en relación a la
escatología (p.e. Mt 22,14; 24,22.24.31; Mc 13,20.22.27; Lc 18,7).
b. En San Lucas también lo encontramos referido a Cristo como el
«elegido» (Lc 9,35; 23,35).
c. En San Pablo aparece en Romanos cuando dice: «¿Quién acusará a
los elegidos de Dios? Dios es quien justifica» (8,33), lo cual está en relación
con lo afirmado un poco antes: «los que son guiados por el Espíritu de Dios

14
SAN IRENEO, Adv. Haer., 3,24,1; cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 175.
15
W. BAUER, A Greek–English Lexicon of the New Testament and Other Early Chris-
tian Literature. Based on W. Bauer’s Griechisch–deutsches Wörterbuch zu den Schriften des
Neuen Testament und der frühchristlichen Literatur, six edition, ed. K. & B. Aland, with V.
Reichmann and on previous English editions by W. F. Arndt, F. W. Gingrich, and F. W.
Danker, rev. y ed. F. W. DANKER, Chicago – London 1957, 32000, 306.
16
Cf. F. BLASS – A. DEBRUNNER, Grammatica del Greco del Nuovo Testamento (Bre-
2
scia 1997) § 165,2; cf. M. ZERWICK, El Griego del Nuevo Testamento, tr. y ad. A. DE LA
FUENTE ADÁNEZ, Instrumentos para el estudio de la Biblia II, Villatuerta 32002, § 40. Allí
explica que el genitivo en lugar de un adjetivo es «el genitivo atributivo o de cualidad,
llamado también «hebreo» porque su ámbito en el griego bíblico se extiende, por influjo
del lenguaje semítico, a muchas expresiones que los griegos formularían con un simple
adjetivo».
17
Seguimos a G. SCHRENK, «evklogh/j eklogēs», TDNT, IV, 186-192. En las
pp. 181-186 también trata el uso y significado en el griego clásico; en el bíblico
y en los escritos helenísticos judíos; en el pensamiento apocalíptico y en los
escritos mandeos. Para un análisis de las 7 veces que aparece «eklogēs», cf. J. EC-
KERT, «evklogh/j eklogēs», DENT I, 1114-1115.

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son hijos de Dios» (Ro 8,14) y con Colosenses: «como elegidos de Dios,
santos y amados». Otros textos son 1Tim 5,21; 2Tim 2,10; Tit 1,1.
d. También lo encontramos en la Primera Carta de San Pedro y en
Segunda carta de San Juan. Designa a los gentiles como elegidos y perte-
necientes a la comunidad cristiana que es universal, en la que hay judíos
y paganos (1Pe 1,1); también se menciona a Cristo como la piedra elegida
(1Pe 2,4.6) y los cristianos como elegidos (1Pe 2,9). En la Segunda de Juan
se trata de la comunidad elegida (2Jn 1,1.13)
San Lucas en Hechos narra que San Pablo es elegido cuando dice que
es «vaso elegido» por Jesucristo (9,15), y en otra parte dice «mientras estaban
celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separad-
me ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado (proskēklēmai)»
(13,2), lo cual es manifestado varias veces por el mismo San Pablo: «Pablo,
siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación18, escogido para el Evangelio de
Dios» (Ro 1,1); «Pablo, llamado (klētos) a ser apóstol de Cristo Jesús por vo-
luntad de Dios» (1Cor 1,1); «cuando plugo al que me separó desde el seno
de mi madre y me llamó (kalesas) por su gracia» (Gal 1,15)19
Como dice Furneax «Saulo no eligió a Cristo sino que Cristo lo
eligió»20 y Lenski: «desde ahora en adelante él [Saulo] es un «instrumento
elegido» para la mejor tarea y para la más maravillosa distinción [...]. El mis-
mo Señor es quien elige sus herramientas para sus trabajos»21. En palabras
del Evangelista San Juan: «No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo
os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que
vuestro fruto permanezca» (15,16).
3. La traducción de «skeuos eklogēs»
¿Cómo traducir y entender skeuos eklogēs?

18
La traducción literal es «llamado (klētos) a ser apóstol».
19
En el Antiguo Testamento podemos leer: «Antes de haberte formado yo en
el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado: yo profeta de las
naciones te constituí» (Jer 1,5).
20
W. FURNEAUX, The Acts of the Apostles, Oxford 1912, 132.
21
R.C.H. LENSKI, The interpretation of The Acts of the Apostles, Columbus 1951, 363.

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AÑO PAULINO

Según Bover y Denton es un modismo hebreo que significa «instrumento


elegido»22; de la misma opinión es Fillion, para quien «Vas electionis» es un doble he-
braísmo que designa un instrumento de elección, perfectamente apto para cumplir
el rol al que fue destinado23; para Jacquier es una expresión hebraica que indica un
«instrumentum, organum aptissimum»24.
Literalmente esta expresión puede ser traducida: «vaso de elección», y así la
traducen algunos25, aunque otros prefieren: «instrumento elegido»26 o «instrumen-
to escogido»27; «chosen instrument»28 o «instrument of choise»29; «auserwähltes
Werkzeug»30; «instrument de choix»31 o «un instrument que je me suis choisi»32; «stru-
mento eletto»33; «um instrumento escolhido»34. La Vulgata traduce «vas electionis»35,

22
Cf. J.M. BOVER (tr.), Hechos de los Apóstoles, México 1960, 27, n. 15; W. DENTON,
A Commentary on the Acts of the Apostles I, London 1874, 309.
23
FILLION, 673.
24
E. JACQUIER, Les Actes des Apôtres, Paris 1926, 290.
25
J. M. BOVER – F. CANTERA (tr.), Sagrada Biblia, BAC; Madrid 21951, 1787; E.
NACAR – A. COLUNGA (tr.), Sagrada Biblia, BAC, Madrid 1973, 1389; J.M. BOVER, Hechos
de los Apóstoles (México 1960) 27. En Inglés: «chosen vessel», cf. W. DENTON, A Commen-
tary on The Acts of the Apostles I, London 1874, 309.
26
Biblia de Jerusalén, Bilbao 1999, 1524.
27
J. STRAUBINGER (tr.), La Santa Biblia, La Plata 2001, 168.
28
The New American Bible, Iowa Falls 1986, 1181; The New Jerusalem Bible, New
York 1985.
29
F. BRUCE, The Acts of the Apostles, Leicester 31990, 238.
30
Das Neue Testament, Stuttgartt 21980, 296.
31
Bible de Jérusalem (1973); cf. E. JACQUIER, Les Actes des Apôtres, Paris
1926, 291.
32
FILLION, 673.
33
La Sacra Bibbia, Roma 1994, 1094; La Bibbia di Gerusalemme, Bologna 212005, 2347.
34
Bíblia Sagrada, São Paulo 1996.
35
Cf. Biblia Sacra iuxta latinam vulgatam versionem ad codicum fidem... cura et studio
monachorum abbatiae pontificiae s. Hieronymi in Urbe ordinis sancti Benedicti edita I–XVIII,
Romae 1926–1995.

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DIÁLOGO 48

lo que también mantiene la Neo-Vulgata36 y la Biblia parisiensis, que fue la usada por
Santo Tomás de Aquino37.
«Skeuos» puede tener el sentido de «vaso» y de «instrumento». Tradu-
ciendo «vaso» se puede acercar a lo dicho en la Segunda a los Corintios:
«llevamos este tesoro en vasos de barro para que aparezca que una fuerza
tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros. [...] Llevamos siempre en
nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también
la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo» (4,7.10). Pablo habla de sí
como un «vaso» que lleva dentro de sí un tesoro y también la «agonía» de
Jesús. Al traducir «instrumento» se indica más el aspecto de estar totalmente
al servicio de Jesús. Al agregarse «elegido» se destaca que San Pablo no se
«autonombró» o «autollamó» sino que fue elegido y llamado por Alguien,
en este caso, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Benedicto XVI en una de las catequesis que dedicó al Apóstol de los
Gentiles enseña que «vaso de elección» significa «instrumento escogido por
Dios»38.
Entre los Santos Padres, San Agustín se refiere a San Pablo al menos 24
veces con dicha expresión39.
En la Divina Comedia, Dante que ha comenzado a seguir a Virgilio
siente miedo y se lo manifiesta, y entre otras cosas, en su discurso dice:
«El vaso de elección estuvo allí después para reconfortar aquella fe por la que
se encuentra en el camino de la salvación»40. Y después, mientras visita el
Paraíso, en el séptimo cielo, San Pedro Damián le dice: «Vino Cefas y vino

36
Nova Vulgata. Bibliorum Sacrorum, Città del Vaticano 1979, 1640.
37
SAN TOMMASO D’AQUINO, Commento al Corpus Paulinum. Expositio et lectura
super epistolas Pauli Apostoli I, tr. B. Mondin, Bologna 2005, 29.
38
Cf. BENEDICTO XVI, Catequesis del Miércoles 25 de octubre de 2006.
39
Entre otras podemos mencionar: Lettera di Agostino Prete al Vescovo Aurelio; La
grazia e il libero arbitrio; Esposizione sul Salmo 36 e sul Salmo 112; Discorsi 47, 168, 216, 256,
279, 295, 299/B, 306/C, 332, 333, 360, 382.
40
«Andovvi poi lo Vas d’elezione, / per recarne conforto a quella fede / c’è
principio a la via de salvazione», cf. Obras completas de Dante Alighieri, BAC; Madrid
5
2002, 26-27.

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el gran vaso del Espíritu Santo, flacos y descalzos, mendigando el alimento en


cualquier albergue»41.
Lope de Vega en su obra «El vaso de elección de San Pablo»42, en el
Segundo Acto pone en boca de Gamaliel estas palabras:
«Ya las nubes han llovido
al justo, y desta ventura
todos testigos han sido;
ya pasó la noche oscura
de la ley escrita: ya
de la ley de gracia el día
rayos divinos nos da,
Y ninguna profecía
por cumplir agora está.
Esta ha de ser con razón,
¡oh Saulo! tu profesión,
siendo admiración del suelo
para que te nombre el cielo
por un Vaso de elección».
Y poco después, en boca de la Magdalena:
«Vete, tirano arrogante,
que espero en otra ocasión
verte Vaso de elección
De la Iglesia militante».

Una interpretación particular tiene Quevedo, quien en una de sus


obras dice: «Éste es para mi vaso de elección, para llevar mi nombre delante
de las gentes [...] Obliga el justo temor de Ananías a Dios a que le afiance
con decir que Pablo, que es arma ofensiva contra Él (eso es vaso en la Sa-
grada Escritura) había de ser arma de su elección para defensa de su Ley [...]

41
«Venne Cefàs e venne il gran vasello / de lo Spirito Santo, magri e scalzi, / pren-
dendo il cibo da qualunque ostello», cf. Obras completas de Dante Alighieri, 471-472.
42
Cf. http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/1214830641
8924839654213/index.htm. (Visitado el 25/07/08), Edición digital a partir de
Obras de Lope de Vega III. Autos y coloquios II, Madrid 1963, 253-294.

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DIÁLOGO 48

Porque en hacerle vaso de elección le llamó arma electa, le pintan siempre


con la espada desnuda»43. Y en otra obra: «Elige [Jesús] a San Pablo por Apó-
stol, y por Privado, y lo primero que hace para que sea bien Privado, y bien
Criado, es derribarle. Cayó primero, y no caerá después. ¡Advertida pre-
vención baxarse uno de donde, si no cae, le pueden derribar! Llámase Vaso
de elección, Vaso que escoge para sí: Privado quiere decir. Quien supiere
leer el texto Griego y Hebreo, echará de ver que Vaso quiere decir Arma
escogida de Cristo (siendo antes Arma ofensiva contra su Testamento, y
Apóstoles) por arma defensiva de todos. Nombróle por Privado suyo desde
el Cielo. Fuéronlo otros; mas a él se lo dixo»44.
II. El comentario de Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás de Aquino en el prólogo a su comentario de las cartas de
San Pablo explica la frase: «Vas electionis est mihi iste» (Hch 9,15) diciendo que
«en la Escritura los hombres son comparados a vasos por 4 motivos: por la
constitución, por la capacidad, por el uso y por el fruto»45, lo que desarrolla
del siguiente modo:
1. Por la constitución
En primer lugar por la constitución, es decir, la forma y el material
del cual están hechos, los cuales dependen de la voluntad del artífice. En la
misma Escritura se puede leer cómo el señor envía a Jeremías a la casa del
alfarero para hacerle oír sus palabras (18,1-3) y cuando llega Jeremías obser-
va que: «la vasija de barro que estaba haciendo se echó a perder en la mano
del alfarero; así que volvió a hacer de ella otra vasija, según le pareció mejor
al alfarero hacerla» (Jer 18,4). De este modo se muestra cómo un alfarero o
un artesano puede hacer su obra del modo y del material que él quiere.
Un salmo refiriéndose a la creación del hombre, que está sometida al
libre arbitrio de Dios, dice: «Él nos hizo y somos suyos» (Sl 99,3), a lo que
se puede agregar las palabras de Isaías: «¡Ay de quien litiga con aquel que

43
F. DE QUEVEDO, La caída para levantarse, Pisa 1994, 183-184.
44
A. FERNANDEZ–GUERRA Y ORBE, ed., Obras de Don Francisco de Quevedo
Villegas I, Madrid 21859, 32.
45
Cf. S. THOMAE AQUINATIS, Super Epistolas S. Pauli I, Torino 81951, 1. De
ahora en adelante seguimos sustancialmente su comentario.

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AÑO PAULINO

lo ha modelado, la vasija entre las vasijas de barro! Dice la arcilla al que la


modela: «¿Qué haces tú?» y «¿Tu obra no está hecha con destreza?»» (Is
45,9). Es decir, según la voluntad del artífice divino, tienen lugar distintas
fabricaciones de vasos. Así leemos en la Segunda a Timoteo: «En una casa
grande no hay solamente utensilios de oro y de plata, sino también de ma-
dera y de barro» (2,20).
Ahora bien, el apóstol san Pablo es llamado por Jesús «vaso de elec-
ción», y a él se pueden referir las palabras del Eclesiástico «como vaso de oro
macizo adornado de toda clase de piedras preciosas» (50,9)46.
- Se puede decir que fue un «vaso» de oro a causa del esplendor de su
sabiduría, como dice el libro de Proverbios: «(la sabiduría) más preciosa es
que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede compa-
rar a ella» (3,15). Por eso el Apóstol Pedro da testimonio diciendo: «como
os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría
que le fue otorgada» (2Pe 3,15).
- También él fue sólido en la virtud de la caridad, de la cual en el Can-
tar se dice: «Porque fuerte es como la muerte el amor» (8,6) y el mismo San
Pablo: «Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles
ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios
que es en Cristo Jesús Señor nuestro» (Ro 8,38-39).
- Además estuvo adornado con toda especie de piedras preciosas, es
decir las virtudes, de la que se lee la Primera a los Corintios: «Y si sobre este
fundamento se construye con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno,
paja...» (3,12); y en la Segunda: «El motivo de nuestro orgullo es el testi-
monio de nuestra conciencia, de que nos hemos conducido en el mundo, y
sobre todo respecto de vosotros, con la santidad y la sinceridad que vienen
de Dios, y no con la sabiduría carnal, sino con la gracia de Dios» (1,12).
De que tipo fuese este vaso resulta del hecho que dispensaba las si-
guientes cosas:

46
En latín: «Quasi vas auri solidum ornatum omni lapide pretioso».

131
DIÁLOGO 48

- Enseñó los misterios de la eminentísima divinidad, que pertenecen a


la sabiduría, como dice: «hablamos de sabiduría entre los perfectos, pero no
de sabiduría de este mundo» (1Cor 2,6);
- elogió altamente la caridad, como se lee en el himno de la caridad (cf.
1Cor 13,1-13);
- enseñó a los hombres varias virtudes, como resulta en Colosenses:
«Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de
misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia...» (3,12).
2. Por la capacidad
En segundo lugar por la capacidad, pues compete a los vasos o reci-
pientes tener cierta medida y estar llenos y estarlos de algún líquido, como
ser vino, óleo, agua, etc. Y son diversos y hay variedad según de lo que son
llenados. De hecho, hay vasos de vino, de óleo y otros vasos de diversos
tipos.
Del mismo modo sucede con los hombres que, como de líquidos di-
ferentes, divinamente son llenados con gracias diferentes, como se dice en
la Primera a los Corintios: «Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de
sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe, en el
mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro,
poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a
otro, diversas clases de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas. Pero to-
das estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada
uno en particular según su voluntad» (12,8-11).
Ahora bien, el vaso del cual estamos tratando fue llenado por un líqui-
do precioso, es decir, el nombre de Cristo. Por eso el mismo Cristo dice:
«para que lleve mi nombre» (Hch 9,15). Y – comenta Santo Tomás– parece
que estuvo todo lleno de este nombre, según aquello del Apocalipsis: «y
grabaré en él el nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios,
la nueva Jerusalén, que baja del cielo enviada por mi Dios, y mi nombre
nuevo» (3,12).
San Pablo recibió este nombre:
- En el conocimiento del intelecto: «pues no quise saber entre vosotros
sino a Jesucristo, y éste crucificado» (1Cor 12,2).

132
AÑO PAULINO

- También tuvo este nombre gracias al amor de los sentimientos, como


él mismo dice «¿Quién nos separará del amor de Cristo?» (Ro 8,35), y en
otra parte: «Si alguno no ama al Señor, que sea anatema» (1Cor 16,22).
De modo que toda su vida fue un tratar frecuentemente con Jesús, por
eso decía: «Ya no vivo yo, es Cristo que vive en mi» (Gal 2,20).
3. Por el uso
Todos los vasos son destinados a un determinado uso, en algunos es
más noble que en otros como se lee en la carta a los Romanos: «¿es que el
alfarero no es dueño de hacer de una misma masa unas vasijas para usos
nobles y otras para usos despreciables?» (9,21). De modo que los hombres,
según el ordenamiento divino, son destinados a varios usos, según aquello
del Eclesiástico: «Todos los hombres vienen del suelo, de la tierra fue creado
Adán. Con su gran sabiduría los diferenció el Señor, e hizo distintos sus
caminos. A unos los bendijo y ensalzó, los santificó y los puso junto a sí; a
otros los maldijo y humilló y los derribó de su puesto» (33,10-12).
Ahora bien, este «vaso» ha sido destinado a un noble uso, pues es «un
vaso» que lleva el nombre divino como Jesús lo dice: «para que lleve mi
nombre» (Hch 9,15). Y era necesario que este nombre fuese llevado y anun-
ciado, porque estaba lejos de los hombres, como dice Isaías: «He aquí que el
nombre de Yahveh viene de lejos» (30,27). En efecto está lejos de nosotros:
- a causa del pecado, según lo proclama el Salmo: «Lejos de los impíos
está la salvación» (118,155).
- a causa de la oscuridad de nuestro intelecto, por lo que se dice en la
carta a los Hebreos: «viéndolas y saludándolas desde lejos» (11,13) y en el
libro de los Números: «Lo veo, aunque no para ahora, lo diviso, pero no de
cerca» (24,17).
Por eso, como los ángeles nos transmiten las iluminaciones divinas a
nosotros que estamos lejos de Dios, así los apóstoles nos han transmitido
de Jesucristo la doctrina evangélica. Y así como en el Antiguo Testamento
después de la ley de Moisés se leen los Profetas, los cuales transmitían al
pueblo la doctrina de la Ley, como lo dice Malaquías «Acordaos de la Ley
de Moisés, mi siervo» (4,2), así también en el Nuevo Testamento después
de los evangelios se leen las enseñanzas de los apóstoles, los cuales trans-

133
DIÁLOGO 48

mitieron a los fieles cuanto habían oído del Señor. San Pablo lo manifiesta
cuando dice: «Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido» (1Cor
11,23).
Y San Pablo llevó el nombre de Jesús:
- en su cuerpo, imitando su conducta y su pasión, como lo dice en la
Gálatas «porque yo llevo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús» (6,17).
- en su boca, lo cual es manifestado por el hecho que en sus cartas nom-
bra frecuentemente a Jesús «Porque de la abundancia del corazón habla la
boca» (Mt 12,34).
- llevó el nombre de Cristo no sólo a los presentes, sino también a los
ausentes y futuros.
Y en este oficio de llevar el nombre de Cristo se observa su excelen-
cia:
1º. En cuanto a la gracia de elección, por lo cual es llamado «vaso de
elección». En la carta a los Efesios se dice: «nos ha elegido en él antes de la
fundación del mundo» (1,4);
2º. En cuanto a la fidelidad, porque nunca buscó algo para sí mismo
sino para Cristo, según afirma en la Segunda a los Corintios: «No nos pre-
dicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros
como siervos vuestros por Jesús» (4,5). Por lo cual afirma: «Es para mi un
vaso de elección» (He 9,15).
3º. En cuanto a la singular excelencia, por lo cual el mismo San Pablo
dice: «he trabajado más que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios
que está conmigo» (1Cor 15,10). Por eso Jesús dice: «él es para mi un vaso
de elección», como si lo fuese en modo particular respecto a los otros.
4. Por el fruto
Se debe notar que algunos son como vasos inútiles o a causa del pe-
cado o a causa del error, como se lee en Jeremías «me ha dejado como vaso
vacío» (51,34). Pero San Pablo fue puro de pecado y de error, por lo cual
él fue un vaso útil de elección, según se lee en la Segunda a Timoteo: «Si,
pues, alguno se mantiene limpio de estas faltas, será un utensilio para uso

134
AÑO PAULINO

noble, santificado y útil para su Dueño, dispuesto para toda obra buena»
(2,21).
Por eso la utilidad de este vaso es expresada cuando dice: «delante de
los gentiles», de la cual fue doctor, según él lo afirma: «de este testimo-
nio –digo la verdad, no miento– yo he sido constituido heraldo y apóstol,
maestro de los gentiles en la fe y en la verdad» (1Tim 2,7); «y delante de
los reyes», a los cuales anunció la fe en Jesucristo, como a Agripa (cf. Hch
25,23; 26,1.32); y también a Nerón (cf. Hch 27,24) y a sus príncipes, por lo
que en Filipenses leemos: «Quiero que sepáis, hermanos, que lo que me ha
sucedido ha contribuido más bien al progreso del Evangelio; de tal forma
que se ha hecho público en todo el Pretorio y entre todos los demás, que
me hallo en cadenas por Cristo» (1,12-13).
Y en Isaías: «Veránlo reyes y se pondrán en pie» (49,7). Y delante de los
hijos de Israel, con los cuales el discutía en referencia a Jesús: «Saulo mu-
cho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco,
afirmando que éste (Jesús) es el Cristo» (Hch 9,22).
Es decir, San Pablo es llamado «Vaso de elección» por su testimonio de
Jesucristo, ya en su conocimiento, ya en sus palabras al anunciarlo, ya en su
ejemplo de vida y martirio.
Conclusión
Hemos considerado el nombre «Vaso de elección», su significado y
porque es referido a San Pablo. Debemos hacer notar que después de lla-
marlo «Vaso de elección» Jesús añade: «para que lleve mi nombre ante las
naciones y los reyes y los hijos de Israel. Yo le mostraré cuánto habrá de
padecer por mi nombre» (Hch 9,15-16). De modo que San Pablo es un
«Vaso», pero no como muchos que son «vasos de ira preparados para la des-
trucción» (Ro 9,22), no como Conías, «un vaso despreciable» (Jer 22,28) y
por lo tanto rechazado; sino un «Vaso elegido» y para un determinado fin:
llevar con su predicación, con sus enseñanzas y con su vida el Nombre de
Cristo delante de los pueblos. No para guardar o esconder el tesoro de la
gracia en su corazón, no para guardar silencio sino para declarar delante de
los Gentiles, de los Reyes y de los hijos de Israel la verdad de Cristo y el
Mensaje de la Salvación. Es elegido, es un vaso lleno del espíritu, lleno del
perfume de la presencia de Dios. Y a este esfuerzo misionero de San Pablo

135
DIÁLOGO 48

se une que Jesús dice que deberá «padecer por su nombre» (Hch 9,16).
Saulo hizo sufrir a otros por el nombre de Cristo, ahora él también deberá
aprender a padecer por Cristo.
Así como San Pablo, también nosotros somos llamados a ser discí-
pulos del Señor, y los verdaderos seguidores del Señor son un instrumento
elegido para hacer conocer no sus propias ideas sino los pensamientos, los
deseos y la Voluntad del Señor y compartir con Él sus sufrimientos y su
Cruz. Es el plan de Dios para cada cristiano y es necesario para entrar en la
Gloria.
Quiero terminar con los versos que Lope de Vega pone en boca de
unos de los personajes, el demonio Astarote, quien se lamenta por la con-
versión de Pablo y por lo que eso significó. En efecto, para él motivo de
tristeza y lamento, pero para los cristianos motivo de gran gozo, alegría y un
ejemplo a imitar. Los versos, que están en el tercer Acto, dicen así:
«Pluguiera a mi pena eterna,
nunca del caballo al suelo
cayera, pues fue caída
para mi mayor tormento.
¿Qué importa quedar sin vista
llegando a Damasco ciego,
pues te hizo el cielo lince
de sus divinos secretos?
Diote el bautismo Ananías,
y la vista a un mismo tiempo,
siendo lavacro del alma,
como remedio del cuerpo.
De enemigo de su Iglesia,
vaso de elección te ha hecho,
para su mesa escogido,
y para darme veneno.
Hombre y Dios, ¿no te bastaban
para tu edificio eterno
las columnas que escogiste
en tu divino Colegio:
sino que a un hombre en quien yo
tenía mi poder puesto,

136
AÑO PAULINO

me quitases de las manos


con tan notables extremos,
siendo general pregón
de tu divino Evangelio
en Seleucia, en Chipre, en Litris,
en Misia, en Corinto, en Éfeso,
en Macedonia, en Atenas,
en Galacia, en todo el suelo
que baña el Nilo, en Dalmacia,
en Creta y en los desiertos
de la Libia, y en Arabia,
en Siria, en el Ponto Negro,
en Cilicia, en Licaonia,
en Antiochía, en los puertos
del Albión y en España,
del Betis de plata al Ebro,
destruyendo sinagogas,
y de los dioses inmensos
que en ídolos de oro y plata
adoraba el universo,
siendo espanto, siendo asombro,
que desterrándome de ellos,
no hay abismo que me ampare
en los muros del infierno?
Bien podré decir también,
aunque en diverso suceso,
Saulo, ¿por qué me persigues?
Mas sé la respuesta luego.
Confieso que fui vencido
de tu valor, y confieso
que eres doctor de las gentes,
que eres defensa del cielo,
que eres vaso de elección,
que eres espada de fuego
de su justicia, y que solo
oyendo tu nombre tiemblo.
Confieso que a ti y Miguel
Dios generales ha hecho,

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DIÁLOGO 48

del cielo a Miguel, y a ti


del mar y de todo el suelo.
Tuya es la victoria, basta;
esos despojos te entrego
de esos ídolos caídos,
de esos altares deshechos.
Toca a retirar, y marcha
con tus dichosos trofeos,
las banderas arrastrando
de mis locos pensamientos.
Tuyo es el campo, y el muro
de la Iglesia: no te niego,
vicario, apóstol de Cristo,
ninguna cosa a tu esfuerzo».

Que María Santísima, «Vaso espiritual», «Vaso honorable» y «Vaso Insi-


gne de devoción»47 nos conceda en este año paulino poder conocer y amar
más al Hijo.

47
En latín las letanías lauretanas son: «Vas spirituale», «Vas honorabile» y
«Vas insigne devotionis».

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