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Curso:

Daniel y Apocalipsis

Tema:

Apocalipsis: Juicio a Babilonia

Nombres y Apellidos:

Daniel Antonio Gutierrez Huacause

Profesor:

Mario Pablo Huacausi

Año y Ciclo:

5to año – 8vo ciclo

Turno:

Nocturno

2020
APOCALIPSIS: JUICIO A BABILONIA

INTRODUCCIÓN

No cabe duda que el Libro de Apocalipsis es uno de los más tediosos al momento de
estudiarlo. Los más expertos teólogos, también papirólogos y arqueólogos, manifiestan la
complejidad del último libro de las Escrituras. Con todo, el Apocalipsis es un libro de
esperanza para todo cristiano que fiel.

Autor

La postura conservadora1 afirma que fue el apóstol Juan quien escribió el Apocalipsis.
Autoridades de antaño así lo manifiestan en alguno de sus escritos: Justino Mártir, Ireneo,
Tertuliano, Clemente de Alejandría, Orígenes, etc. No obstante, existen otras evidencias que
indican, con mucha más probabilidad, que el autor de Apocalipsis no fue el apóstol Juan.

El nombre Juan, que en griego es Ἰωάννης (Ioannes), era muy común en la época
apostólica, y el autor de Apocalipsis nunca se identifica como apóstol (1:4, 9; 22:8;
ἀπόστολος, apóstolos) sino como siervo (1:1; δοῦλος, dulos); aun así, al autor sólo le bastó
escribir su nombre de pila para ser identificado por sus receptores. Además, los doce
apóstoles «aparecen como un grupo venerable del pasado al que el autor no pertenecía (18:20;
21:14)».2 La tradición cristiana ha creído que Ignacio de Antioquia, Policarpo de Esmirna y
Papías de Hierápolis fueron de los discípulos directos del apóstol Juan. La autoridad de estos
tres obispos en su propia época cada uno es reconocida a través de sus escritos, pero se
extendió más cuando formaron parte del grupo de ocho obras que se denominó «Padres
Apostólicos», recién en el siglo XVII, porque se supuso que conocían a los apóstoles, aunque
existen testimonios que ponen en tela de juicio el discipulado de Ignacio por el apóstol Juan. 3
Por tanto, estos datos pueden poner en jaque esta parte de la tradición cristiana, por lo que hoy
se estima mucho más una postura cristiana crítica basado en las ciencias bíblicas.

El análisis filológico del evangelio de Juan, el apóstol, ha determinado que fue escrito con
un griego koiné vernácula4, o jonicoático5 exquisito, totalmente diferente del griego del
Apocalipsis, un jonicoático muy rústico, con diferencias de vocabulario, por ejemplo, el
1
Por ejemplo, Matthew Henry, Evis Carballosa, John MacArthur, etc.
2
Alfonso Ropero (Ed.), Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, pág. 156.
3
Justo L. González, Historia del pensamiento cristiano, Tomo I, pág. 61, 81.
4
Véase D. B. Wallace & D. S. Steffen, Gramática griega: Sintaxis del Nuevo Testamento, pág. 17–21.
5
Hablado en Atenas, en las Islas Cícladas y en Asia Menor (A. Marcolongo, La lengua de los dioses, pág. 180).
término «cordero» para referirse a Jesús es ἀρνίον (arnion), pero el evangelio usa ἀμνός
(amnós). Otro asunto es que Apocalipsis tiene muchas referencias a las actividades y objetos
del templo: el candelabro de oro (1:13, 20; cf. Éxodo 25:31–40), veinticuatro órdenes
sacerdotales (4:4, 10; 5:14; 11:16; 19:4; cf. 1 Crónicas 24:7–18) o veinticuatro grupos de
cantores (5:8, cf. 1 Crónicas 25:9–31), el servicio en el altar del incienso (5:8, cf. Lucas 1:9),
la solemne oración silenciosa que había en el templo al mismo tiempo que el sacerdote ponía
el incienso sobre el altar de oro (8:1, 3, 4), el lugar santísimo, el arca del pacto y el altar del
holocausto (11:1, 19; cf. Éxodo 25:10–22; 27:1–8), el atrio de los gentiles (11:2), el inicio de
la Fiesta de las Trompetas, o también llamada Fiesta de la Séptima Luna Nueva, se daba
cuando testigos confiables informaban al sanedrín sobre la aparición de la luna nueva para el
toque de las trompetas de los sacerdotes, por séptima vez en el año, que daba inicio a la fiesta
(11:3–15), el cordero sin defecto inmolado en la Fiesta de la Pascua (5:6, 9, 12; 13:8; cf.
Levítico 23:5–12), las vestiduras blancas y brillantes de los sacerdotes (3:4, 5, 18; 4:4; 6:11;
7:9, 13; 15:6; 19:8; cf. Levítico 28) y el cinto de oro que llevaba el sumo sacerdote (1:13), el
Hallel (Salmos 113–118) que era cantado mientras se sacrificaban los corderos de la Pascua
(19:1, 3, 4, 6), la inscripción del nombre de un postulante al sacerdocio en el libro de Jeshana
después de pasar las pruebas (3:5: 21:27) y la exclusión permanente al no pasarlas (17:8;
20:15; 22:19). Según la historiografía, la gente de Galilea no era dada al estudio y mucho
menos relacionada con las actividades del templo, sino los de Judea, los sacerdotes, los levitas
y los «varones estacionarios».6 El evangelio de Juan 7:49, 52 lo expresa de la siguiente
manera: «Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es… Escudriña y ve que de Galilea nunca
se ha levantado profeta». Es difícil pensar que el Apocalipsis, teniendo tantas referencias al
templo, haya sido escrito por el galileo apóstol Juan, hijo de Zebedeo, también galileo.

Fecha y lugar de composición

La fecha más plausible de la composición de Apocalipsis es a finales del reinado del


emperador romano Domiciano (81–96 d.C.). El testimonio de Ireneo «dice lo siguiente sobre
la revelación recibida por Juan: “no fue vista hace mucho tiempo, sino casi en mi propia
generación, a finales del reinado de Domiciano”» 7 (Contra las herejías, 5:30). Clemente de
Alejandría, Eusebio y Jerónimo también concuerdan con Ireneo. Además, el papiro 115, que
data del siglo III d.C., considerado como el más cercano al manuscrito original, muestra que
6
Debido a que era imposible que todo varón debiera estar presente tres veces al año delante de Dios
(Deuteronomio 16:16), «se designaban […] asistentes laicos […] Estos eran los “varones estacionarios” [para]
representar a todo Israel en los servicios del santuario» (A. Edersheim, El templo, pág. 137).
7
Alfonso Ropero, Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, pág. 157.
el número de la bestia no es 666 sino 616 (gr. χιϛ), refiriéndose a Domiciano, apodado «la
bestia humana» por sus compatriotas. Éste inició la segunda persecución romana contra los
cristianos, logrando exiliar a Juan a la «prisión de Patmos, una pequeña isla cercana a la costa
de Asia Menor y que fue usada por los romanos como una colonia penal», 8 lugar donde
recibió la revelación de Jesucristo y la pone por escrito.

Destinatarios

El Apocalipsis fue dirigido históricamente a las siete iglesias de la provincia romana de Asia:
Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Éstas no eran las únicas en la
región, puesto que había iglesias en Colosas, en Hierápolis, en Milesia y en Trales. Entonces
se podemos pensar que las siete iglesias tenían alguna importancia en la provincia o tuvieron
alguna relación con Juan. Sin embargo, como dice Evis L. Carballosa:

Sobre la base de Apocalipsis 1:3 puede decirse que el contenido del libro, en sentido general,
va dirigido a todo cristiano. El creyente en Cristo de manera personal y la asamblea cristiana
de manera colectiva, pueden recibir una gran bendición a través del estudio tanto doctrinal
como práctico del Apocalipsis. Recuerde que el tema central del libro es la manifestación
gloriosa de Jesucristo en su segunda venida y el cristiano debe ser un fiel amante de ese
singular acontecimiento (2 Ti. 4:8).9

Propósito

Juan y los cristianos contemporáneos a él pasaban una terrible tribulación —la persecución de
Domiciano—, y muchos se desconsolaban al ver a sus hermanos muertos por la bestia. La
paciencia y la lealtad a Cristo se veía amenazada, por lo que Apocalipsis les ofrecía consuelo
y esperanza. Ya lo dijo José M. Martínez:

…el libro es esencialmente un mensaje alentador. El conjunto de las visiones hace resaltar de
modo impresionante la verdad medular: Jesucristo es el verdadero Señor. Lo es no sólo de la
Iglesia, sino del universo y de la historia. Su pueblo, mientras esté en el mundo, tendrá
aflicción; pero Él ya ha vencido al mundo (Jn. 16:33) y seguirá venciéndolo. Todos los poderes
hostiles, humanos y demoníacos, serán finalmente del todo sometidos al Rey de Reyes. El
último triunfo corresponde no a Roma, sino al Reino de Dios. No importa que en el conflicto
muchos cristianos sufran el martirio. Lo importante es que sean «fieles hasta la muerte»; así

8
Nick Page, Atlas de la Biblia, pág. 120.
9
Apocalipsis: la consumación del plan eterno de Dios, pág. 22.
serán tenidos por dignos del Reino (comp. 2 Ts. 1:5) y recibirán «la corona de la vida»
(Ap.2:10).10

CONTEXTO DEL LIBRO

Contexto histórico

Podemos notar en Apocalipsis un contexto de suplicio terrible contra los cristianos en el reinado de
Domiciano:

…Juan se presenta como hermano y compañero en la tribulación (1:9). En las cartas, cuando
describen lo que ya estaba sucediendo a quienes se mantenían firmes en su fe: cárcel, prueba y
tribulación. (2:10) y muerte, como acredita el caso excepcional de Antipas, único mártir citado
por su propio nombre en Ap. (2:13). En la muerte de los dos testigos (Ap. 11). En la decisión
del dragón de hacer la guerra contra los que guardan los mandamientos de Dios y el testimonio
de Jesucristo (12:17). Y, finalmente, en la actuación de las bestias y de la Gran Ramera (Ap.
13 y 17).
El contexto es, pues, el de las relaciones con el Imperio romano, es decir, con el Estado.
Relaciones que, como se sabe por otras fuentes, fueron más o menos tensas en función de los
intereses del emperador de turno, pero que en lo fundamental se mantuvieron hasta que
Constantino cambió la situación jurídica. Hasta ese momento, Roma consideró el cristianismo
como religión ilícita, no pudiendo, por tanto, practicarse legalmente en el Imperio. A su
monoteísmo, que de suyo ya la hacía incompatible con el politeísmo imperante, se añadían
otras características igualmente detestables: era una religión nueva, carecía de territorio propio,
tenía un líder ajusticiado por cabecilla político y propugnaba l acreencia en un solo Dios y
Señor que habría de volver en breve para instaurar su Reino. Todo ello la convirtió en una
religión no homologable con las de su época, que sí admitían el culto simultaneo a varios
dioses y señores, entre los cuales se contaba el emperador. 11

Domiciano era un gran devoto de la religión romana tradicional por lo que hizo resucitar las
antiguas costumbres y la práctica del culto imperial, que consistía en adorar a los emperadores
considerados como dioses una vez fallecidos. El único emperador que se declaró a sí mismo dios
mientras estaba con vida fue Domiciano, declaración que no fue tan bien recibido por sus
contemporáneos. Admitió las religiones extranjeras siempre y cuando no interfiriera con el orden
público y con la religión nacional. Creyéndose dios, mandó a edificar un templo para sí en Éfeso,
exigiendo adoración como ὁ κύριος καῖσαρ (jo kirios kaisar, «el Señor César»), lo cual iba en contra
de la convicción de los cristianos de que Jesucristo es el único κύριος. Aquí, los nicolaítas, herejes que
10
Hermenéutica bíblica, págs. 524, 525.
11
Alfonso Ropero (Ed.), Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, págs. 157, 158.
comían de lo sacrificado en fiestas que terminaban en orgias y hacían procesiones por las calles con la
imagen de un dios local para adorarlo, se acomodaron al culto al emperador, siendo denunciados por
Juan en Apocalipsis 2:6, 15. Ante la negativa de los cristianos efesios, el emperador lo consideró un
atentado de lesa majestad, y persiguió y sentenció a todo aquel que se negaba a adorarlo. «El número
de los ajusticiados por causa del testimonio de Jesucristo no puede determinarse, y no parece que fuera
el mismo en todas las provincias, pero sí se sabe que en Asia Menor, cuna del culto al Emperador,
hubo muertes y otros castigos en número nada desdeñable». 12

Contexto literario

El género literario que sobresale a simple vista es el apocalíptico: se recibe la visión


reveladora mediante un ser celestial (ángel); visión del mundo sobrenatural o del futuro
bienaventurado de un presente trágico; los simbolismos que ocultan realidades como cordero
(caps. 5, 6, 7, 12, 13, 14, 15, 17, 19, 21, 22), caballos y langostas (caps. 6, 9), dragón (caps.
12, 13, 16, 20), bestia (caps. 11, 13–20), ramera (caps. 17, 19), etc.; y el triunfo de Dios sobre
el sistema pecaminoso (caps. 19–22).

Apocalipsis se denomina así mismo como profecía (1:3; 22:7, 10, 18, 19), acerca de «las
cosas que deben suceder pronto» (1:1; 22:6). Existían muchos apocalipsis pseudoepígrafos
desde el periodo intertestamentario que hablan acerca del futuro Reino de Dios Invencible,
pero, como dijeron G.D. Fee y D. Stuart:

Juan se propone que este apocalipsis sea un mensaje profético para la Iglesia. Su libro no debía
sellarse para el futuro. Era un mensaje de Dios para una situación presente. Como se recordará
del capítulo 10, la “profecía” no es principalmente la “predicción del futuro”, sino la entrega
de la Palabra de Dios en el presente, para indicar usualmente la salvación o el juicio
venideros.13

Por último, el Apocalipsis fue elaborado de tal forma que se presenta como epístola: tiene
una fórmula introductoria (1:4–8), un cuerpo (1:9–22:5) y la conclusión (22:6–21). «Juan, con
la gran autoridad que parece tener, hace uso de la palabra, presenta el amplio informe de su
visión y, a través de él, dice a las iglesias allí reunidas qué es lo que han de hacer y qué es lo
que va a suceder».14

12
Alfonso Ropero (Ed.), Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, pág. 158.
13
G. D. Fee & D. Stuart, La lectura eficaz de la Biblia, pág. 206.
14
Alfonso Ropero (Ed.), Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, págs. 159.
El griego antiguo tenía cinco grupos dialectales: el jonicoático, el eólico, el dórico, el
noroccidental y el arcadiochipriota. Se le decía κοινή (koiné, «común, popular») a un dialecto
griego que se hablaba más que otro en una determinada zona geográfica. La κοινή que se
hablaba en tiempos apostólicos era el jonicoático, dialecto preferido en Asia Menor, por lo
que el Apocalipsis fue escrito en ese dialecto griego, de tipo vernáculo muy tosco.

Estructura del libro

I. INTRODUCCIÓN Y VISIÓN INAUGURAL (1:1–1:20)


1. Prólogo (1:1–8)
2. Visión del Hijo del Hombre (1:9–20)
II. LAS SIETE CARTAS A LAS IGLESIAS (2:1–3:22)
1. Éfeso (2:1–7)
2. Esmirna (2:8–11)
3. Pérgamo (2:12–17)
4. Tiatira (2:18–29)
5. Sardis (3:1–6)
6. Filadelfia (3:7–13)
7. Laodice (3:14–22)
III. LOS SIETE SELLOS (4:1–8:1)
1. Visión introductoria (4:1–5:14)
2. Los seis primeros sellos (6:1–17)
3. Visión intermedia de los sellos (7:1–17)
4. El séptimo sello (8:1)
IV. LAS SIETE TROMPETAS (8:2–11:19)
1. Visión introductoria (8:2–5)
2. Las seis primeras trompetas (8:6–9:21)
3. Visión intermedia de las trompetas (10:1–11:14)
4. La séptima trompeta (11:15–19)
V. EL CONFLICTO (12:1–13:18)
1. La mujer y el dragón (12:1–17)
2. Las dos bestias (13:1–18)
VI. DESCENLACE ANTICIPADO DEL CONFLICTO (14:1–20)
1. El Cordero y los 144000 (14:1–5)
2. La caída de Babilonia (14:6–20)
VII. LAS SIETE COPAS (15:1–16:21)
1. Visión introductoria (15:1–8)
2. Las seis primeras copas (16:1–12)
3. Visión intermedia de las copas (16:13–16)
4. La séptima copa (16:17–21)
VIII. LAS SIETE VISIONES FINALES (17:1–22:5)
1. Visión de la caída de Babilonia (17:1–19:10)
2. El Jinete del caballo blanco (19:11–21)
3. El Milenio (20:1–10)
4. El Juicio del Gran Trono (20:11–15)
5. Cielo y Tierra nuevos (21:1–8)
6. La Nueva Jerusalén (21:9–27)
7. El Río de Agua de Vida (22:1–5)
IX. EPÍLOGO (22:6–21)
1. Cristo viene pronto (22:6–20)
2. Despedida (22:21)

EL TEXTO: APOCALIPSIS 18

Texto en español

1
Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada
con su gloria. 2Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se
ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave
inmunda y aborrecible. 3Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su
fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han
enriquecido de la potencia de sus deleites. 4Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella,
pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;
5
porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. 6Dadle
a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó
bebida, preparadle a ella el doble. 7Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto
dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy
viuda, y no veré llanto; 8por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre,
y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. 9Y los reyes de la
tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán
lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, 10parándose lejos por el temor de
su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una
11
hora vino tu juicio! Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella,
12
porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras
preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de
todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; 13y
canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias,
ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. 14Los frutos codiciados por tu alma se
apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las
hallarás. 15Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán
16
lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran
ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de
piedras preciosas y de perlas! 17Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y
todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se
18
pararon lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era
semejante a esta gran ciudad? 19Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y
lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el
mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! 20Alégrate sobre
ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella.
21
Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar,
diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será
hallada. 22Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y
ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. 23Luz
de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus
mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las
naciones. 24Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han
sido muertos en la tierra. (Reina-Valera 1960)

Texto griego

ΜΕΤΑ ΤΑΥΤΑ ΕΙΔΟΝ ΑΛΛΟΝ ΑΓΓΕΛΟΝ ΚΑΤΑΒΑΙΝΟΝΤΑ ΕΚ ΤΟΥ ΟΥΡΑΝΟΥ


ΕΧΟΤΑ ΕΞΟΥϹΙΑΝ ΜΕΓΑΛΗΝ ΚΑΙ Η ΓΗ ΕΦΩΤΙϹΘΗ ΕΚ ΤΗϹ ΔΟΞΗϹ ΑΥΤΟΥ ΚΑΙ Ε
ΚΡΑΞΕΝ ΪϹΧΥΡΑ ΦΩΝΗ ΛΕΓΩΝ ΕΠΕϹΕ ΒΑΒΥΛΩΝ Η ΜΕΓΑΛΗ ΚΑΙ ΕΓΕΝΕΤΟ
ΚΑΤΟΙΚΗΤΗΡΙΟΝ ΔΑΙΜΟΝΙΩΝ ΚΑΙ ΦΥΛΑΚΗ ΠΑΝΤΟϹ ΠΝΑΤΟϹ ΑΚΑΘΑΡΤΟΥ
ΚΑΙ ΦΥΛΑΚΗ ΠΑΝΤΟϹ ΟΡΝΕΟΥ ΑΚΑΘΑΡΤΟΥ ΚΑΙ ΜΕΜΙϹΗΜΕΝΟΥ ΟΤΙ ΕΚ ΤΟΥ
ΟΙΝΟΥ ΤΟΥ ΘΥΜΟΥ ΤΗϹ ΠΟΡΝΙΑϹ ΑΥΤΗϹ ΠΕΠΤΩΚΑϹΙΝ ΠΑΝΤΑ ΤΑ ΕΘΝΗ Κ ΟΙ
ΒΑϹΙΛΕΙϹ ΤΗϹ ΓΗϹ ΜΕΤ ΑΥΤΗϹ ΕΠΟΡΝΕΥϹΑΝ ΚΑΙ ΟΙ ΕΜΠΟΡΟΙ ΤΗϹ ΓΗϹ ΜΕΤΑ
ΤΗϹ ΕΠΟΡΝΕΥϹΑ ΕΚ ΤΗϹ ΔΥΝΑΜΕΩϹ ΤΟΥ ϹΤΡΗΝΟΥϹ ΑΥΤΗϹ ΕΠΛΟΥΤΗϹΑΝ
ΚΑΙ ΗΚΟΥϹΑ ΑΛΛΗ ΦΩΝΗΝ ΕΚ ΤΟΥ ΟΥΝΟΥ ΛΕΓΟΥϹΑΝ ΕΞΕΛΘΑΤΑΙ Ο ΛΑΟϹ
ΜΟΥ ΕΞ ΑΥΤΗϹ ΪΝΑ ΜΗ ϹΥΝΚΟΙΝΩΝΗϹΗΤΑΙ ΤΑΙϹ ΑΜΑΡΤΙΑΙϹ ΑΥΤΗϹ ΚΑΙ ΕΚ
ΤΩΝ ΠΛΗΓΩΝ ΑΥΤΗϹ ΪΝΑ ΜΗ ΛΑΒΗΤΑΙ ΟΤΙ ΕΚΟΛΛΗΘΗϹΑΝ ΑΥΤΗϹ ΑΙ
ΑΜΑΡΤΙΑΙ ΑΧΡΙ ΤΟΥ ΟΥΝΟΥ ΚΑΙ ΕΜΝΗΜΟΝΕΥϹΕΝ Ο ΘϹ ΤΑ ΑΔΙΚΗΜΑΤΑ
ΑΥΤΗϹ ΑΠΟΔΟΤΕ ΑΥΤΗ ΩϹ ΚΑΙ ΑΥΤΗ ΑΠΕΔΩΚΕΝ ΔΙΠΛΩϹΑΤΕ ΤΑ ΔΙΠΛΑ ΚΑΤΑ
ΤΑ ΕΡΓΑ ΑΥΤΗϹ ΕΝ ΤΩ ΠΟΤΗΡΙΩ ΑΥΤΗϹ Ω ΕΚΕΡΑϹΕΝ ΚΕΡΑϹΑΤΑΙ ΑΥΤΗ
ΔΙΠΛΟΥ ΟϹΑ ΕΔΟΞΑϹΕΝ ΑΥΤΗΝ ΚΑΙ ΕϹΤΡΗΝΙΑϹΕΝ ΤΟϹΟΥΤΟΝ ΔΟΤΕ ΑΥΤΗ
ΒΑϹΑΝΙϹΜΟ ΚΑΙ ΠΕΝΘΟϹ ΟΤΙ Ε ΤΗ ΚΑΡΔΙΑ ΑΥΤΗϹ ΛΕΓΕΙ ΟΤΙ ΚΑΘΗΜΕ
ΒΑϹΙΛΙϹϹΑ ΚΑΙ ΧΗΡΑ ΟΥΚ ΕΙΜΙ ΚΑΙ ΠΕΝΘΟϹ ΟΥ ΜΗ ΕΙΔΩ ΔΙΑ ΤΟΥΤΟ ΕΝ ΜΙΑ
ΗΜΕΡΑ ΗΞΟΥϹΙΝ ΑΙ ΠΛΗΓΑΙ ΑΥΤΗϹ ΘΑΝΑΤΟϹ ΚΑΙ ΠΕΝΘΟϹ ΚΑΙ ΛΙΜΟϹ ΚΑΙ ΕΝ
ΠΥΡΙ ΚΑΤΑΚΑΥΘΗϹΕΤΑΙ ΟΤΙ ΪϹΧΥΡΟϹ Ο ΘϹ Ο ΚϹ Ο ΚΡΙΝΑϹ ΑΥΤΗΝ ΚΑΙ
ΚΛΑΥϹΟΝΤΑΙ ΚΑΙ ΚΟΨΟΝΤΑΙ ΕΠ ΑΥΤΗΝ ΟΙ ΒΑϹΙΛΕΙϹ ΤΗϹ ΓΗϹ ΟΙ ΜΕΤ ΑΥΤΗϹ
ΠΟΡΝΕΥϹΑΝΤΕϹ ΟΤΑΝ ΪΔΩϹΙΝ ΤΟΝ ΚΑΠΝΟΝ ΤΗϹ ΠΤΩϹΕΩϹ ΑΥΤΗϹ ΑΠΟ
ΜΑΚΡΟΘΕΝ ΕϹΤΗΚΟΤΕϹ ΔΙΑ ΤΟΝ ΦΟΒΟΝ ΤΟΥ ΒΑϹΑΝΙϹΜΟΥ ΑΥΤΗϹ
ΛΕΓΟΝΤΕϹ ΟΥΑΙ ΟΥΑΙ Η ΠΟΛΙϹ Η ΜΕΓΑΛΗ ΒΑΒΥΛΩΝ Η ΠΟΛΙϹ Η ΪϹΧΥΡΑ ΟΤΙ
ΜΙΑ ΩΡΑ ΗΛΘΕΝ Η ΚΡΙϹΙϹ ϹΟΥ ΚΑΙ ΟΙ ΕΜΠΟΡΟΙ ΤΗϹ ΓΗϹ ϹΟΥ ΚΛΑΙΟΥϹΙΝ ΚΑΙ
ΠΕΝΘΟΥϹΙΝ ΕΠ ΑΥΤΗΝ ΟΤΙ ΤΟΝ ΓΟΜΟΝ ΑΥΤΩΝ ΟΥΔΕΙϹ ΑΓΟΡΑΖΕΙ ΟΥΚΕΤΙ
ΓΟΜΟΝ ΧΡΥϹΟΥ ΚΑΙ ΑΡΓΥΡΟΥ ΚΑΙ ΛΙΘΟΥ ΤΙΜΙΟΥ ΚΑΙ ΜΑΡΓΑΡΙΤΩΝ ΚΑΙ
ΒΥϹϹΙΝΩ ΚΑΙ ΠΟΡΦΥΡΑϹ ΚΑΙ ϹΙΡΙΚΟΥ ΚΑΙ ΚΟΚΚΙΝΟΥ ΚΑΙ ΠΑΝ ΞΥΛΟΝ
ΘΥΪΝΟΝ ΚΑΙ ΠΑΝ ϹΚΕΥΟϹ ΕΛΕΦΑΝΤΙΝΟΝ ΚΑΙ ΠΑΝ ϹΚΕΥΟϹ ΕΚ ΞΥΛΟΥ
ΤΙΜΙΩΤΑΤΟΥ ΚΑΙ ΧΑΛΚΟΥ ΚΑΙ ϹΙΔΗΡΟΥ ΚΑΙ ΚΙΝΑΜΩΜΟΥ ΚΑΙ ΑΜΩΜΟΝ ΚΑΙ
ΘΥΜΙΑΜΑΤΑ ΚΑΙ ΜΥΡΟΝ ΚΑΙ ΛΙΒΑΝΟΝ ΚΑΙ ΟΙΝΟΝ ΚΑΙ ΕΛΑΙΟΝ ΚΑΙ
ϹΕΜΙΔΑΛΙΝ ΚΑΙ ϹΙΤΟΝ ΚΑΙ ΚΤΗΝΗ ΚΑΙ ΠΡΟΒΑΤΑ ΚΑΙ ΪΠΠΩΝ ΚΑΙ ΡΕΔΩΝ ΚΑΙ
ϹΩΜΑΤΩΝ Κ ΨΥΧΑϹ ΑΝΩΝ ΚΑΙ Η ΟΠΩΡΑ ϹΟΥ ΤΗϹ ΕΠΙΘΥΜΙΑϹ ΤΗϹ ΨΥΧΗϹ
ΑΠΗΛΘΕΝ ΑΠΟ ϹΟΥ ΚΑΙ ΠΑΝΤΑ ΤΑ ΡΙΠΑΡΑ ΚΑΙ ΛΑΜΠΡΑ ΑΠΩΛΟΝΤΟ ΑΠΟ
ϹΟΥ ΚΑΙ ΟΥΚΕΤΙ ΟΥ ΜΗ ΑΥΤΑ ΕΥΡΗϹΟΥϹΙΝ ΟΙ ΕΜΠΟΡΟΙ ΤΟΥΤΩΝ ΟΙ
ΠΛΟΥΤΗϹΑΝΤΕϹ ΑΠ ΑΥΤΗϹ ΑΠΟ ΜΑΚΡΟΘΕΝ ϹΤΗϹΟΝΤΑΙ ΔΙΑ ΤΟΝ ΦΟΒΟΝ
ΤΟΥ ΒΑϹΑΝΙϹΜΟΥ ΑΥΤΗϹ ΚΛΑΙΟΝΤΕϹ ΚΑΙ ΠΕΝΘΟΥ Η ΜΕΓΑΛΗ Η
ΠΕΡΙΒΕΒΛΗΜΕΝΗ ΤΕϹ ΛΕΓΟΝΤΕϹ ΟΥΑΙ ΟΥΑΙ Η ΠΟΛΙϹ ΜΕΝΗ ΒΥϹϹΙΝΟΝ ΚΑΙ
ΠΟΡΦΥΡΟΥΝ ΚΑΙ ΚΟΚΚΙΝΟΝ ΚΑΙ ΚΕΧΡΥϹΩΜΕΝΟΝ ΕΝ ΧΡΥϹΩ ΚΑΙ ΛΙΘΩ ΤΙΜΙΩ
ΚΑΙ ΜΑΡΓΑΡΙΤΗ ΟΤΙ ΜΙΑ ΩΡΑ ΗΡΗΜΩΘΗ Ο ΤΟϹΟΥΤΟϹ ΠΛΟΥΤΟϹ ΚΑΙ ΠΑϹ
ΚΥΒΕΡΝΗΤΗϹ ΚΑΙ ΠΑϹ Ο ΕΠΙ ΤΟΝ ΤΟΠΟΝ ΠΛΕΩ ΚΑΙ ΝΑΥΤΑΙ ΚΑΙ ΟϹΟΙ ΤΗΝ
ΘΑΛΑϹϹΑΝ ΕΡΓΑΖΟΝΤΑΙ ΑΠΟ ΜΑΚΡΟΘΕΝ ΕϹΤΗϹΑΝ ΚΑΙ ΕΚΡΑΖΟΝ ΛΕΓΟΤΕϹ
ΤΟΝ ΚΑΠΝΟΝ ΤΗϹ ΠΥΡΩϹΕΩϹ ΑΥΤΗϹ ΛΕΓΟΝΤΕϹ ΤΙϹ ΟΜΟΙΑ ΤΗ ΠΟΛΙ ΤΗ
ΜΕΓΑΛΗ ΚΑΙ ΕΒΑΛΟΝ ΧΟΥΝ ΕΠΙ ΤΗϹ ΚΕΦΑΛΗϹ ΑΥΤΩΝ ΚΑΙ ΕΚΡΑΖΟΝ
ΚΛΑΙΟΝΤΕϹ ΚΑΙ ΠΕΝΘΟΥΝΤΕϹ ΛΕΓΟΝΤΕϹ ΟΥΑΙ Η ΠΟΛΙϹ Η ΜΕΓΑΛΗ ΕΝ Η
ΕΠΛΟΥΤΗϹΑΝ ΠΑΝΤΕϹ ΟΙ ΕΧΟΝΤΕϹ ΤΑ ΠΛΟΙΑ ΕΝ ΤΗ ΘΑΛΑϹϹΗ ΕΚ ΤΗϹ
ΤΙΜΙΟΤΗΤΟϹ ΑΥΤΗϹ Ο ΤΙ ΜΙΑ ΩΡΑ ΗΡΗΜΩΘΗ ΕΥΦΡΕΝΟΥ ΕΠ ΑΥΤΗ ΟΥΡΑΝΑΙ
ΚΑΙ ΟΙ ΑΓΙΟΙ ΚΑΙ ΟΙ ΑΠΟϹΤΟΛΟΙ ΚΑΙ ΟΙ ΠΡΟΦΗΤΑΙ ΟΤΙ ΕΚΡΙΝΕ Ο ΘϹ ΤΟ ΚΡΙΜΑ
ΫΜΩ ΕΞ ΑΥΤΗϹ ΚΑΙ ΗΡΕΝ ΕΙϹ ΑΓΓΕΛΟϹ ΛΙΘΟΝ ΪϹΧΥΡΟ ΩϹ ΛΙΘΟΝ ΜΕΓΑ ΚΑΙ
ΕΒΑΛΕΝ ΕΙϹ ΤΗ ΘΑΛΑϹϹΑΝ ΛΕΓΩ ΟΤΙ ΟΥΤΩϹ ΟΡΜΗΜΑΤΙ ΒΛΗΘΗϹΕΤΑΙ
ΒΑΒΥΛΩΝ Η ΜΕΓΑΛΗ ΠΟΛΙϹ ΚΑΙ ΟΥ ΜΗ ΕΥΡΕΘΗ ΕΤΙ ΕΝ ΑΥΤΗ ΦΩΝΗ
ΚΙΘΑΡΩΔΩΝ ΚΑΙ ΜΟΥϹΙΚΩΝ ΚΑΙ ΑΥΛΗΤΩ ΚΑΙ ϹΑΛΠΙΓΓΩΝ ΟΥ ΜΗ ΑΚΟΥϹΘΗ
ΕΝ ϹΟΙ ΕΤΙ ΚΑΙ ΠΑϹ ΤΕΧΝΙΤΗϹ ΟΥ ΜΗ ΕΥ ΡΕΘΗ ΕΝ ϹΟΙ ΕΤΙ ΚΑΙ ΦΩϹ ΛΥΧΝΟΥ
ΟΥ ΜΗ ΦΑΝΗ ΕΝ ϹΟΙ ΕΤΙ ΚΑΙ ΦΩΝΗΝ ΝΥΜΦΙΟΥ ΚΑΙ ΝΥΜΦΗϹ ΟΥ ΜΗ
ΑΚΟΥϹΘΗ ΕΝ ϹΟΙ ΕΤΙ ΟΤΙ ΟΙ ΕΜΠΟΡΟΙ ϹΟΥ ΗϹΑΝ ΟΙ ΜΕΓΙϹΤΑΝΕϹ ΤΗϹ ΓΗϹ
ΟΤΙ ΕΝ ΤΗ ΦΑΡΜΑΚΙΑ ϹΟΥ ΕΠΛΑΝΗΘΗϹΑΝ ΠΑΝΤΑ ΤΑ ΕΘΝΗ ΚΑΙ ΕΝ ΑΥΤΗ
ΑΙΜΑ ΠΡΟΦΗΤΩΝ ΚΑΙ ΑΓΙΩΝ ΕΥΡΕΘΗ ΚΑΙ ΠΑΝΤΩΝ ΤΩΝ ΕϹΦΑΓΜΕΝΩΝ ΕΠΙ
ΤΗϹ ΓΗϹ (Códice Sinaítico)

Estructura del texto

I. ANUNCIO DE LA CAÍDA DE BABILONIA (vv. 1–8)


1. Anuncio y razones de la caída (vv. 1–3)
2. Llamado a separarse de Babilonia (vv. 4–5)
3. Llamado a ejecutar el juicio (vv. 6–8)
II. EL LAMENTO POR LA CAÍDA BABILONIA (vv. 9–19)
1. Lamento de los reyes (vv. 9–10)
2. Lamento de los mercaderes (11–17a)
3. Lamento de los navegantes (vv. 17b–19)
III. FIESTA EN EL CIELO (vv. 20–24)
1. Gozo por la justicia de Dios (v. 20)
2. Aclamación celestial (vv. 21–23)
3. Razón final del juicio (v. 24)

ANÁLISIS DEL TEXTO

Vemos aquí a Babilonia en su aspecto socio-político-económico, cuyo destino final fue


anunciado por los profetas de antaño (Isaías, Jeremías y Ezequiel). Los primeros 8 versículos
anuncian la consumación del juicio a Babilonia: «Ha caído, ha caído la gran Babilonia» (v. 2).
El juicio será para todos aquellos que «han bebido del vino del furor de su fornicación» (v. 3),
la idolatría que permeaba con fuerza en el reinado de Domiciano, menos al remanente de
Dios. La palabra ἐξέλθατε (exélthate) es un verbo 2do aoristo activo imperativo, «el verbo
expresa la idea de apartarse, partir, salir y el modo imperativo indica un llamado urgente»,15
que va dirigido a ὁ λαός μου (jo laós mu, «el pueblo mío»), al pueblo de Dios. Es una orden
que Dios hace a su pueblo para que no se contamine con la idolatría pagana y no ser destruido
por el juicio de Dios.

En la siguiente sección notamos los lamentos de quienes tenían relaciones con Babilonia,
los que «se han enriquecido de la potencia de sus deleites» (v. 3). Los reyes, los mercaderes y
los navegantes se sorprenden por la repentina destrucción de Babilonia, pero sus lamentos,
οὐαὶ, οὐαί (uai, uai, «¡Ay, ay!»; vv. 10, 16, 19), que con el doble uso de la interjección
manifiesta un enorme dolor y angustia, no van dirigidos a la ciudad, sino a las pérdidas de sus
riquezas que de ella obtenían y se deleitaban. «Dios tiene siempre la última palabra. La
soberanía se sobrepone sobre los deseos y acciones de los hombres. El que moraba en los
cielos se reirá de la rebeldía y desafío de los hombres».16

El verbo con que empieza la última sección del texto es εὐφραίνου (eufraínu), que en
presente pasivo imperativo 2da persona significa «regocijarse, hacer fiesta», manifiesta la
alegría, no respecto al sufrimiento de los enjuiciados, sino por la intervención de la justicia
divina. «Antes fueron los hombres de la tierra que se alegraron con la muerte de los dos
testigos (11:10). Ahora son los cielos quienes se alegran, mientras los hombres experimentan
las angustias del juicio de Dios (12:12)». 17 Es su pago retribuido por las muertes de los
creyentes en la gran tribulación (v. 24).

REFLEXIÓN DEL TEXTO

Hago mías las palabras del Dr. Samuel Pérez Millos, dándonos una reflexión respecto:

En todo el contexto se destaca el pecado de orgullo y arrogancia y el fin que Dios da a la


práctica reiterada del mismo. Se destaca la característica de la ciudad y del sistema que
representa, como de orgullo pecaminoso. Cada creyente debe recordar que el orgullo fue la
cause de la caída de Satanás (Ez. 28:16–18). Cualquier actitud de engreimiento es una
manifestación de oposición a Dios.18

15
Samuel Pérez Millos, Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento: Apocalipsis, pág. 1061;
énfasis del autor.
16
Samuel Pérez Millos, Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento: Apocalipsis, pág. 1079.
17
Samuel Pérez Millos, Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento: Apocalipsis, pág. 1096.
18
Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento: Apocalipsis, pág. 1105.
De ahí que Dios manda a su pueblo a escapar de Babilonia, a despojarnos de la soberbia
que divide a la iglesia. Y practiquemos más la humildad que une a la iglesia en el amor de
Dios.

CONCLUSIÓN

La filología, la exégesis y la historiografía manifiestan que es mejor atribuir la paternidad de


Apocalipsis a un Juan distinto del apóstol, hablante del griego jonicoático de Asia Menor —
zona donde se ubicaban las siete iglesias (1:4)—, un ex sacerdote o levita convertido a Cristo
que ya no ministraba en el templo —destruido en el año 70 d.C.— sino a la iglesia;
desconocido por nosotros, pero conocido por los de su época. Sin embargo, aunque se pueda
discutir sobre el autor humano, jamás vacilaremos que Apocalipsis es la revelación de
Jesucristo, dado por el Espíritu Santo a la iglesia.

De la misma manera, aunque siempre existirán personas que verán al Apocalipsis como un
libro de terror o de catástrofes mundiales o del fin de todo lo que existe, el Libro tiene un
genuino mensaje consolador para todo cristiano que pasa aflicciones, que promueve la fe en
Cristo y la esperanza de que él mismo vendrá por segunda vez a exterminar el sistema
pecaminoso y reinaremos con él.
BIBLIOGRAFÍA

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