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Lo que ocurra en los primeros años de vida, personaliza el cerebro y será decisivo para
nuestro carácter, conducta y capacidad de aprender.
Los cerebros de los niños son supremamente adaptables. Y en su interior pueden generarse
más de 1.000.000 de conexiones neuronales por segundo cada vez que el niño aprende o
experimenta algo.
INTERCONECTIVIDAD CEREBRAL
Regiones del cerebro se especializan en funciones concretas, esto significa que el cerebro
tiene un comportamiento modular, sin embargo; aunque regiones del cerebro estén
aisladas necesitan la integración de diferentes redes neuronales.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede decir que las actividades de aprendizaje requieren
de la integración suficiente del hemisferio derecho y del izquierdo. (Geake, 2008). Toda la
información es compartida a través del cuerpo calloso. Por lo tanto, el cerebro trabaja en
paralelo y de manera permanente.
IMPLICACIONES EN EL SERVICIO
Se entiende que el cerebro es un elemento importante para todos los procesos que forman
nuestro ser. El cerebro permite que tengamos las reacciones emocionales del caso para
solventar diversas situaciones, así como poder identificar conocimientos que guardaremos
para lo largo de la vida; además de tener la capacidad de organizar e identificar de qué
manera podemos ser más asertivos en nuestra cotidianidad.
Y aunque todo ello es parte fundamental de nuestra existencia, no podemos olvidarnos de
nuestra naturaleza espiritual. Los maestros de niños no perseguimos que se cumplan
estándares específicos para la calificación de quien ha aprendido bien la Palabra o no. Los
maestros de niños debemos procurar ser capacitados por el Espíritu Santo para poder llevar
a cabo el servicio de la mejor manera, entendiendo que amamos a Dios y a su iglesia, en
este caso, a los niños.
Existen muchas prácticas que permiten que en el momento de enseñanza – aprendizaje, los
cerebros de los niños estén dispuestos para que puedan aprender mejor. Esto no siempre
garantiza la efectividad de la enseñanza, pues esta no está ligada únicamente a quien la
recibe, sino a quien la da y a todos los factores externos que pueden incidir en ello.
Más teniendo en cuenta, que nuestro interés es crear espacios mucho más conscientes para
la enseñanza de la Palabra de Dios para los niños, podemos trabajar en los siguientes
aspectos:
1. CONTACTO VISUAL
COMUNICACIÓN
NO VERBAL
2. PALABRAS
VOCABULARIO
EXPRESIONES
CERCANAS
Nuestras palabras juegan un papel fundamental. No es lo que decimos, sino como lo
decimos. Las palabras deben llevar una intención implícita. Así que teniendo en cuenta la
edad de los niños, así debemos expresarnos. No podemos utilizar lenguajes muy elaborados
para dar a conocer la enseñanza, requerimos de poner en contexto a los pequeños o
adolescentes, esto lo logramos si usamos palabras que para ellos sean familiares. Por lo
anterior, es importante que en la preparación de la enseñanza hagamos los ajustes
necesarios en el vocabulario que usaremos para que quienes nos escuchan puedan sentirse
cercanos a lo que queremos enseñarles. De este modo también se cautiva la atención y
participación.
3. REACCIONES
DESARROLLO
DE
HABILIDADES
SOCIALES
4. TOMAR TURNOS
PREPARACIÓN
-
PLANIFICACION
Es importante comprender que la toma de turnos no está ligada únicamente a la
participación de los niños en la enseñanza. Cuando realizamos la preparación y planificación
de la enseñanza debemos darle un turno a cada momento que deseamos se dé en medio
de ella. Podemos hacerlo así:
- Turno de Preparación: Que, Porque, Para que enseñare.
- Turno de Materialización: Identificar la mejor manera para dar la enseñanza.
- Turno de Identificación: Observo cuales materiales o de qué forma ambientare para
la enseñanza.
- Turno de Participación: Momento en que junto con los niños nos permitimos
vivenciar la enseñanza. Realizo subdivisiones de tiempo durante la enseñanza
(provocación, participación, retroalimentación).
- Turno de la Evaluación: Identifico las cosas por mejorar y los triunfos alcanzados.
5. ALARGAR MOMENTOS
INTERÉS
Tomemos tiempo para orar por ellos, para identificarnos con sus necesidades, para ser compasivos.
Es necesario que generemos vínculos con ellos, de este modo sabremos como podemos ayudarles
espiritualmente. No solamente es importante que se lleven la enseñanza para el día si los niños
estan débiles espiritualmente.
Es importante que alerguemos los momentos importantes, incluso si la enseñanza no esta siendo
asimilada, se debe tomar el tiempo para guiarla nuevamente. Nunca pierda el objetivo, pero sea
sensible al Espíritu Santo y a las necesidades de los niños y jovenes con los que comparta la palabra.