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Igualmente los objetos internos que describe Melanie Klein, no son “objetos” situados en la mente
o la psique, Melanie está describiendo las fantasías inconscientes que la gente hace sobre lo que
contiene.
Melanie amplio el concepto freudiano de fantasía inconsciente y le dio mayor importancia. Estas
fantasías están siempre presentes y activas en todo individuo. Lo que determina el estado
psíquico del sujeto (“normal” o patológico) es la naturaleza de estas fantasías con la realidad
externa.
Cuando Freud describe fantasías específicas se refiere generalmente a las que surgen después del
2º o 3er año de vida. Para Melanie la fantasía inconsciente es la expresión mental de los instintos
y por consiguiente existe desde el comienzo de la vida. Por definición los instintos son
buscadores-de-objetos. En el aparato mental se experiencia al instinto vinculado con la fantasía
de un objeto adecuado para él. De este modo, para cada impulso instintivo hay una fantasía
correspondiente.
Crear fantasías es función del yo. Supone que desde el nacimiento el yo es capaz de establecer – y
de hecho los instintos y la ansiedad lo impulsan a establecer – relaciones objetales primitivas en la
fantasía y en la realidad. Desde el nacimiento el bebé se impacta con la realidad, comienza con la
experiencia del nacimiento y prosigue con innumerables experiencias de gratificación y
frustración de sus deseos. Estas experiencias con la realidad influyen inmediatamente en la
fantasía inconsciente, que a su vez influye en ellas.
Ejemplo: el bebé irritado por el hambre que, en vez de aceptar el pecho, se aparta de él y no
quiere mamar. El bebé puede haber hecho la fantasía de haber atacado y destruido el pecho, al
que ahora siente malo y atacándolo a su vez; ahora es un perseguidor terrorífico.
El ambiente tiene importantes efectos en la infancia y la niñez, pero no es verdad que sin un
ambiente malo no existirían ansiedades ni fantasías agresivas o persecutorias. La importancia del
factor ambiental sólo se puede evaluar correctamente si se tiene en cuenta cómo lo interpreta el
bebé en función de sus propios instintos y fantasías. Ejemplo: una mala experiencia real se hace
mucho más importante cuando el bebé ha tenido intensas fantasías coléricas.
Hasta aquí la fantasía como expresión mental de los instintos en contraposición con la
concepción que la considera sólo como instrumento de defensa y medio de escapar de la
realidad externa, la cual se menciona a continuación.
¿Cuál es su relación entonces con los mecanismos de defensa? La distinción reside entre el
proceso real y su representación detallada. El mecanismo sería por ejemplo, proyección e
introyección. Pero la persona experienciará tales procesos en función de fantasías específicas. Lo
que un observador puede describir como mecanismo, la persona misma lo siente y describe
como una fantasía.
*Ineficaz interpretar los mecanismos de defensa hasta que haya la oportunidad de interpretarlos en función
de lo que el paciente realmente siente que hace con ellos.